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Autores:
(“Diálogo sobre los dos máximos sistemas del mundo”, págs. 166-168).
2-
Tanto Galileo (en el pasaje de la ''Analogía de la nave'') como Descartes (en su ''primera
ley'' del Tratado de la Luz) presentan planteamientos abstractos o ideales para explicar
determinados fenómenos empíricos. En el caso de Galileo (como ya se ha dicho en la
pregunta anterior) vimos cómo eliminaba lo que denominó ''accidentes externos'' (tales
como el rozamiento del plano y de la bola, la irregularidad de estos y demás factores) a
fin de mantener constante la velocidad de la bola en el plano horizontal. Por su parte,
Descartes dice en su primera ley que ''cada parte de materia, considerada
individualmente, permanece siempre en el mismo estado (...)'', pero el universo de
Descartes es un universo lleno, es decir, sin vacío, por lo que en vano intentaremos
considerar ''individualmente'' ninguna parte de materia. Por ello, un punto de
convergencia podemos decir que está en que ambos presentan un planteamiento que no
se deduce de la experiencia para explicar parte del comportamiento de lo empírico. Otro
punto de convergencia muy importante es que para el caso del movimiento y del reposo
ambos autores afirman que en lo que nosotros hemos llamado condiciones ideales (sin
accidentes externos) si un cuerpo está en reposo permanecerá siempre en reposo y si
está en movimiento, se moverá de manera uniforme.
Por otra parte, encontramos cierta disparidad en las propiedades que estudia cada autor.
El toscano se limita a examinar únicamente el reposo/movimiento mientras que
Descartes incluye en lo que considera ''el estado de cada parte de materia'' su tamaño, su
figura y su reposo/movimiento. En fin, es de advertir que Galileo sí que apunta en la
''Analogía de la nave'' que la bola se movería uniformemente en la misma dirección
mientras que Descartes no habla de la tendencia a conservar el movimiento rectilíneo en
la primera, sino en la tercera de sus leyes.
((“Diálogo sobre los dos máximos sistemas del mundo”, El Mundo o el tratado de la luz
págs 166-168, págs 107,108,111)
3.
El movimiento de la tierra es imperceptible dado que afecta a todos los cuerpos por
igual, de manera uniforme y constante, por lo que (oponiéndose a Aristóteles) Galileo
critica la posibilidad de analizar los efectos de dicho movimiento en objetos particulares
sin aplicarlo a todo lo que se halla sobre la superficie terrestre, así como al aire. Por ello
Galileo afirma que el único movimiento observable es aquel del que nosotros
carecemos, o más correctamente aquel que influye sobre solamente algunos objetos y no
sobre otros. Podemos afirmar que guarda relación con el principio mecánico de
relatividad en cuanto a que si se asume lo anterior habrá que aceptar que todo cálculo
que refiera a objetos sometidos a un movimiento común, uniforme y constante deberá
ignorar dicho movimiento a efectos del mismo. (“Diálogo sobre los dos máximos
sistemas del mundo”, pp. 176-177).
4.
5.
Sin embargo, Copérnico sostiene que hay dos movimientos naturales y todos los
cuerpos tienden por naturaleza a uno de ellos, el circular (regular e inmutable) o el
rectilíneo. El primero es el propio de los cuerpos celestes y el segundo lo es de los
cuerpos no celestes que no se hallan en su lugar natural. De forma que los cuerpos no
tienden tiende a conservar la dirección en la que se mueven, sino a conservar el
movimiento que le corresponde por naturaleza (aun siendo forzado a realizar un
movimiento que no les sea propio).
6.