Você está na página 1de 4

Análisis del paso en el Ecuador de Estado Constitucional 1998 a Estado

Constitucional del 2008

Si en los primeros diecisiete años de régimen constitucional se habían sucedido cinco


gobiernos, a partir de 1996 sobrevino la inestabilidad gubernamental del país, y en
apenas una década hubo siete presidentes y un intento dictatorial. En efecto, los tres
únicos presidentes electos en este periodo: Abdalá Bucaram2 (1996-1997), Jamil
Mahuad3 (1998-2000) y Lucio Gutiérrez4 (2003-2005) fueron derrocados a
consecuencia de una serie de factores que provocaron la reacción ciudadana, movilizada
en impresionantes manifestaciones que se dieron particularmente en la Sierra y
especialmente en Quito. Esos fueron los síntomas de una reacción social contra la
edificación de una economía cada vez más excluyente e injusta, contra la clase política
inoperante e irresponsable frente al país y contra la desinstitucionalización del Estado
colocado en situaciones críticas por el desgobierno y las políticas neoliberales

Constitución de 1998

La Constitución de 1998 debe entenderse, por consiguiente, como la culminación


exitosa de un proceso de reacciones y cambios contra la Constitución de 1979, en
oposición al ejercicio del tibio reformismo como política de Estado bajo las
presidencias de Roldós, Hurtado y Borja, y sobre todo contra las demandas sociales
subvaloradas con el avance de lo que en Ecuador se identifican como “derechas
económicas y políticas”.

También hubo otros condicionamientos al proceso constitucionalista de 1998, entre los


cuales destacamos los siguientes: el giro mundial aperturista y globalizador tras el
derrumbe del socialismo soviético; la difusión en América Latina del neoliberalismo
como ideología económica modernizadora, que acompañó durante las décadas de los
ochenta y noventa a muchos gobiernos del continente; el problema de la deuda externa
en toda la región y la crisis económica en distintos países. También el Ecuador fue
condicionado por ese movimiento mundial aperturista, por las acciones y políticas del
FMI para asegurar el pago de la deuda externa y por la crisis provocada por el derrumbe
del auge petrolero, que había sostenido la economía nacional bajo un esquema estatal-
desarrollista durante la década de los setenta.

Después del derrocamiento de Bucaram 5 fue nombrado Presidente Interino Fabián


Alarcón (1997-1998) luego de una serie de arreglos políticos. Alarcón convocó a una
consulta popular para reunir una Asamblea Constitucional que reformara la
Constitución de 1979 y que legitimara el proceso que condujo a su presidencia6.

El 5 de junio de 1998 fue aprobada la Constitución en Riobamba, la misma que entró en


vigencia en agosto de ese año con la posesión presidencial de Jamil Mahuad.

La Constitución de 1998 tuvo una posición dual: en materia de derechos y garantías


avanzó en los derechos humanos de tercera y cuarta generación, reproduciendo una
serie de preceptos que provenían de otras constituciones del siglo XX. Por primera vez
en la historia, el Ecuador fue declarado país pluricultural y multiétnico. Además
contiene un amplio capítulo sobre los pueblos indígenas y afroecuatorianos, a quienes
reconoce su derecho sobre las tierras ancestrales, sus formas tradicionales de
organización y relaciones comunitarias, el patrimonio histórico, sus conocimientos,
educación y administración de justicia indígena, respetando la ley. La Constitución de
1998 también incorpora la protección del medio ambiente con participación de la
comunidad. Asegura la defensa del consumidor, el hábeas data, el amparo y la
defensoría del pueblo. Por el contrario, en materia económica, la Constitución de 1998
consagró el neoliberalismo y retrocedió en relación con el papel del Estado en la
economía, principio movilizador del desarrollo nacional desde la Constitución de 1929.

La Constitución de 1998 partió de definir a la “economía social de mercado” como


modelo del país. Tal declaración fue retórica. Habló genéricamente de la concurrencia
de los sectores público y privado en la economía, incluso reconoció la existencia de las
empresas y propiedades pública, privada, mixta y comunitaria o de autogestión (Art.
245 y 246). Pero abandonó el concepto de “áreas de explotación reservadas al Estado”
que tuvo la Constitución de 1979. Estas reformas viabilizaron los procesos
privatizadores, quedando vulnerables los recursos del subsuelo, servicios de agua
potable, energía eléctrica, comunicaciones y empresas estratégicas, que la Constitución
consideró factibles de concesión.

La Constitución de 1998 estuvo a tono con la época de privatizaciones y retiro


estratégico del Estado. Los congresos posteriores expidieron las leyes que volvieron
aplicables esos principios para los buenos negocios. En adelante, el alto empresariado y
las cámaras de la producción jugaron roles determinantes con sus demandas para que
los sucesivos gobiernos sigan sus directrices. Una fusión Estado-Empresa Privada que
no podía sustentarse en el largo plazo.

Otro ámbito que abordó la Constitución de 1998 también demuestra las orientaciones
que afectaron la institucionalidad del Estado central. Por primera vez en la historia se
introdujeron conceptos tales como “autonomía”, “desconcentración” y
“descentralización”, así como el de “regímenes especiales” por consideraciones
demográficas y ambientales (Arts. 224 hasta 241) para generar sus propios recursos.

Constitución del 2008

A partir del año 2006 se evidenció la reacción nacional contra los tres procesos cruciales
de los últimos veinticinco años, es decir, la edificación de una economía empresarial
excluyente, el dominio estatal de la clase política (Estado de partidos) y la
desinstitucionalización del Estado Nacional.

Entre 2007 y 2008 se sucedieron cinco procesos electorales que demostraron ese viraje
del país. Uno, la primera vuelta electoral, en la que el candidato de Alianza País, Rafael
Correa, logró pasar a la segunda vuelta; dos, el triunfo de Correa, en la segunda vuelta,
sobre Álvaro Noboa; tres, el triunfo, con el 82 % de los votos, de la tesis de
convocatoria a una Asamblea Constituyente de plenos poderes para que dicte una nueva
Constitución; cuatro, el triunfo de una amplia mayoría de candidatos de Alianza País
para integrar la Asamblea; y, cinco, la votación mayoritaria (64%) a favor de la nueva
Constitución que había sido presentada a consideración del pueblo por la Asamblea
Constituyente, a efectos de que sea aprobada mediante referéndum, el mismo que se
realizó el 28 de septiembre de 2008.

En todo el proceso constituyente, las fuerzas sociales se polarizaron: partidos de derecha


junto a la clase política tradicional, más las cámaras de la producción y los principales
medios de comunicación, se pusieron a la cabeza de la oposición al proceso
constituyente y a la Constitución. En el otro sector se ubicaron los partidos de izquierda,
lo esencial de las clases medias y amplios sectores populares de trabajadores, indios,
campesinos, barriadas urbanas. La polarización dejó en evidencia que a fin de cuentas lo
que estaba en juego era el poder construido en los últimos 25 años, sobre la base del
modelo económico empresarial.

El punto central de los debates fue el papel del Estado en la economía, de manera que
las derechas económicas y políticas defendieron a la empresa privada y al mercado libre
absoluto. Por consiguiente, la Constitución de 2008 ha provocado un giro completo en
este punto, pues parte de otro modelo: la “economía social y solidaria” y un activo papel
del Estado en la economía, que incluso recupera una serie de principios nacionales que
se formularon en las Constituciones de 1929, 1945 y 1979.

La nueva Constitución tiene una serie de innovaciones entre las cuales vamos a destacar
las siguientes:

 Termina con la vigencia de la neoliberal Constitución de 1998;


 Plantea un nuevo modelo de economía, que recupera el papel del Estado, reintroduce
la planificación, garantiza para el país los sectores estratégicos: energía,
telecomunicaciones, recursos naturales no renovables, transporte y refinación de
hidrocarburos, biodiversidad, patrimonio genético, espectro electromagnético, agua y
otros que la ley incorpore.9
 Fija responsabilidades al sector privado empresarial, pues reivindica la “función
social” de la propiedad, establece la democratización de los factores de la producción,
declara al sistema financiero como “un servicio de orden público”, garantiza la
intervención estatal para regular las formas abusivas del mercado.
 Reconoce diversas formas de propiedad: pública, privada, comunitaria, estatal,
asociativa, cooperativa, mixta. Se avanza con respecto a lo que establecía la
Constitución de 1979.
 Recupera y amplía los principios y derechos laborales, precarizados o conculcados en
los últimos 25 años; ubica al Trabajo Humano como eje en el proceso productivo;
garantiza los derechos de los trabajadores que venían desde la Constitución de 1929
y que la Constitución de 1998 los “flexibilizó”; y ante todo prohíbe la precarización
laboral y expresamente la tercerización y el trabajo por horas, que fueron las dos
modalidades de trabajo aprovechadas por el sector empresarial para expoliar a los
trabajadores.
 Crea la Corte Constitucional.
 Por primera vez queda establecido que el Presidente podrá disolver la Asamblea
Nacional por una sola ocasión, en un sistema denominado “de muerte cruzada”, pues
en ese caso al mismo tiempo habrá que llamar a elecciones de asambleístas y de
Presidente de la República. Igual ocurre si la Asamblea destituye al Ejecutivo.
Además, solo habrá la reelección presidencial por una sola vez.
 Avanza en materia de derechos no solo los individuales, sociales, económicos,
laborales y colectivos, sino que da un paso adelante en cuanto a los principios del
Buen Vivir y la proclama de los Derechos de la Naturaleza, algo inédito en el mundo,
y otros derechos tales como el Agua, la Soberanía Alimentaria, la Biodiversidad, los
derechos de los Migrantes y derechos específicos de los jóvenes, niños, adolescentes,
adultos, adultos mayores, discapacitados, mujeres embarazadas, usuarios y
consumidores, detenidos y otros grupos minoritarios. Propugna la jubilación universal
y la seguridad social universal.

Resumen

La Constitución de 2008 consolida la apertura del nuevo ciclo histórico político del
Ecuador. Su vigencia ha paralizado a los grupos de poder que la confrontaron, que han
quedado desarmados en los intentos por preservar el antiguo régimen que tanto les
benefició.

La derecha económica y política no perdona el cambio de paradigmas y los nuevos


rumbos de un gobierno sobre el cual ya no ordenan. Como lo han venido haciendo a lo
largo de todo el proceso constituyente, persistirán en la desestabilización y en múltiples
mecanismos de acción para deslegitimar el proceso vivido y tratar de revertir los
cambios sociales. Como en otras épocas históricas, solo la movilización y el empuje de
las capas medias y populares pronunciadas a favor del proceso constituyente del
Ecuador serán el mejor soporte y garantía para que el avance social se imponga y logre
crear las bases para un país con amplio bienestar ciudadano.

Você também pode gostar