Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
SALA SEGUNDA
Magistrada Relatora: Dra. Mirtha Camacho Quiroga
Acción de amparo constitucional
En revisión la Resolución 140/2014 de 14 de marzo, cursante de fs. 576 a 580, pronunciada dentro
de la acción de amparo constitucional interpuesta por Otto Andrés Ritter Méndez en representación
legal de David Rolando Kondo Guardia, Pedro Kondo Guardia, María Lidia Kondo Guardia de Miranda
y Casimiro Guardia Álvarez contra Rómulo Calle Mamami y Rita Susana Nava Durán, Magistrados de
la Sala Civil del Tribunal Supremo de Justicia.
Mediante memorial presentado el 24 de febrero de 2014, cursante de fs. 521 a 537, el accionante
expresó los siguientes fundamentos de hecho y de derecho:
El 8 de mayo de 2007, la Directora del Plan Regulador, informó al Secretario General y Jurídico del
Gobierno Autónomo Municipal de Santa Cruz (GAM), que los terrenos y las superficies de Pura
Guardia de Kondo, estaban siendo afectados por el Municipio; sin embargo, el 18 de junio de ese
año, se llevó a cabo la audiencia de conciliación, entre el Municipio y David Rolando Kondo Guardia
(apoderado de los afectados); oportunidad en la que, las partes se pusieron de acuerdo sobre la
superficie indemnizable, pero no así, sobre el justiprecio de la indemnización, determinándose que
sea el juez de la causa, el que determine el valor del terreno expropiado; llevando lo resuelto ante
del Juez de Partido en lo Civil de Turno, pidiéndole designe un perito para efectuar el avalúo
correspondiente pero “luego de varias chicanas” (sic), la entonces Corte -hoy Tribunal- Supremo de
Justicia, el 24 de noviembre de 2010, por Auto Supremo 452/2013 de 30 de agosto, anuló obrados.
Es así que, el 12 de septiembre de 2012, el Juez Primero de Partido en lo Civil y Comercial, designó
perito en presencia de los abogados de ambas partes; profesional que, luego de un tiempo hizo
llegar su avalúo pericial; mismo que, fue objetado por el Municipio; pese a ello, el referido Juez,
pronunció el Auto 24/13 de 1 de febrero de 2013, mediante el cual aprobó el avalúo pericial y
estableció el monto final indemnizable, contra ese fallo, el Gobierno Autónomo Municipal de Santa
Cruz, interpuso Recurso de apelación, cuyo Auto de Vista 160 de 30 de abril de 2013, confirmó
totalmente el Auto de 18 de octubre de 2007 y revocó parcialmente el Auto 24/13 de 1 de febrero
de 2013, en lo que concierne al terreno; pero estableció, como monto final indemnizable la suma de
$us326 468,37.- (trecientos veintiséis mil cuatrocientos sesenta y ocho 37/100 dólares
estadounidenses).
Contra el referido Auto de Vista 160, el Gobierno Autónomo Municipal de Santa Cruz, interpuso
Recurso de casación en la forma y en el fondo, que fue resuelto por Auto Supremo 452/2013 de 30
de agosto, pronunciado por los Magistrados de la Sala Civil del Tribunal Supremo de Justicia -
autoridades ahora demandadas-, quienes aplicaron un Decreto Ley por encima de tres leyes, como
son la Ley de Expropiación, la Ley Orgánica de Municipalidades y la Ley de Municipalidades,
desconociendo las Constituciones Políticas del Estado de 1967 y la actual de 2009, además de los
Tratados Internacionales como la Declaración Universal de Derechos Humanos y el Pacto de San José
de Costa Rica.
Los accionantes a través de su representante, denuncian como lesionados sus derechos al debido
proceso -en su vertiente motivación y fundamentación de las resoluciones-, a la tutela judicial
efectiva y a la propiedad privada -a recibir una indemnización justa-, citando al efecto los arts. 56,
57, 115.I y II de la Constitución Política del Estado (CPE); 21.2 del Pacto de San José de Costa Rica y
17 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
I.1.3. Petitorio
Celebrada la audiencia pública el 14 de marzo de 2014, según consta en el acta cursante de fs. 570 a
575 vta., se produjeron los siguientes actuados:
Rita Susana Nava Duran y Rómulo Calle Mamani, Magistrados de la Sala Civil del Tribunal Supremo
de Justicia del Estado Plurinacional de Bolivia, por informe escrito, cursante de fs. 543 a 544 vta.,
señalaron que: 1) El Auto Supremo cuestionado mediante la presente acción, siguiendo la línea
jurisprudencial del Tribunal Constitucional en las SSCC 0084/2004 de 2 de agosto y 1434/2004 de 7
de septiembre y 744/ 2005-R de 4 de julio, entre otras, razonó en sentido de que tratándose de una
expropiación, las reglas para su tratamiento estaban contenidas en las “normas” aludidas, cuando en
forma clara definieron que: “El procedimiento a seguirse para adoptar tal medida se encuentra
previsto en la Ley de expropiación de 30 de diciembre de 1884 y el pago indemnizatorio al art. 11 del
DL 14375 de 21 de enero de 1977” (sic); consecuentemente a esta determinación, el Tribunal
Supremo no podía deducir en contra; para lo cual, se desarrolló de manera pertinente el
razonamiento sustentado del origen de las Ordenanzas Municipales; 2) En cuanto a la data de
tiempo (1992 y 1995) y las normas que debieran aplicarse son la Ley Orgánica de Municipalidades de
10 de enero de 1985 especificando el art. 84 de aquella norma, refiriendo incluso a la remisión que
hace la Ley de Municipalidades, -vigente a momento de dictarse el Auto Supremo- en su art. 3 de
Disposiciones Finales Transitorias; 3) No existe vulneración alguna de los derechos que se fueron
conculcados, puesto que la resolución se halla fundamentada de manera pertinente; por lo que, no
existe vulneración al debido proceso; tampoco se vulneró el derecho a la tutela judicial efectiva; ya
que, el Auto Supremo emitido hizo un análisis de la normativa aplicada para el caso en cuestión,
siguiendo el razonamiento del Tribunal Constitucional Plurinacional, respecto de la indemnización
producto de una expropiación y el pago indemnizatorio reglado en el art. 11 del DL 14375 de 21 de
enero de 1977, de manera que no puede considerarse vulnerado este derecho; y al haberse
pronunciado el Auto Supremo, en estricta sujeción a la normativa aplicable, en cuanto se refiere a la
presunta vulneración de su derecho a la propiedad privada, tampoco fue conculcado, en razón a que
no se ingresó al fondo de la causa; 4) Jamás el Tribunal, se pronunció o consideró sobre el derecho
que tuvieran o no los ahora accionantes, referido a percibir una indemnización justa; lo que más
bien hizo, fue verificar antecedentes y disposiciones legales vigentes y aplicables a tiempo de la
emisión de las Ordenanzas Municipales e identificando en la forma, la imposibilidad de accionar en
la vía ordinaria; para finalmente, anular obrados; y, 5) De la lectura del fallo impugnado mediante la
presente acción tutelar, se percibe de manera clara la fundamentación en derecho del mismo; y, en
consideración a que, por este principio toda resolución de las autoridades jurisdiccionales o
administrativas, debe ineludiblemente contener la exposición de los motivos que sustentan su
decisión; para lo cual, se desarrollen los hechos establecidos, en el caso en cuestión se cumplió de
manera estricta con aquello, haciendo perfectamente comprensibles los razonamientos expuestos.
Percy Fernández Añez, Alcalde del Gobierno Autónomo Municipal de Santa Cruz, como tercero
interesado, a través de sus representantes, en audiencia, manifestó que: i) Existe un procedimiento
para el pago del justiprecio en materia de expropiaciones, no es a simple solicitud; ii) La Constitución
Política del Estado, en su art. 67, establece que la expropiación tendrá causa de necesidad pública
pero calificada conforme a ley; y, es la Ley de Expropiación de 30 de diciembre de 1984, que en su
art. 7 hace mención al justiprecio, actuación que fue derogada por el DL 14375 que en su art. 11,
cuando manifiesta que la expropiación de un inmueble urbano que efectuó una entidad del sector
público, se realizará cubriendo el 100% del valor catastral; iii) La Corte -hoy Tribunal- Supremo de
Justicia, determinó en su fallo, la aplicación de la Ley Orgánica de Municipalidades de 10 de enero de
1985 y; no así, la Ley de Municipalidades que en su art. 3, expresa que todos los trámites iniciados
con anterioridad a la referida Ley -2028- se sujetarán a la Ley Orgánica de Municipalidades; es decir,
a la ley vigente en esa época; iv) Si volvemos a la Ley de 10 de enero de 1985, exige en su art. 84 el
avaluó que se efectuará de acuerdo a Ley -otra vez se remite a la ley de Expropiación-, que es la que
establece, el procedimiento a seguir; v) El Auto Supremo 356/2012 de 25 de septiembre, hace
referencia a que el art. 84 de la Ley Orgánica de Municipalidades, señala solamente que el avaluó
será efectuado conforme a la Ley si su pago estuviera exento de tasa, derecho e impuestos, en
concordancia a lo que refiere la normativa especial que, regula la expropiación por razones de
necesidad pública; vi) La Ley de Expropiación de 30 de diciembre de 1984, señala declarar la
necesidad de ocupar en todo o en parte la propiedad, determinándose el daño o perjuicio por un
perito; sin embargo de ello, la modificación realizada por el DL 14365, en su art. 11, señala que la
expropiación del inmueble efectuada por entidades del sector público, se realizará imponiendo el
100% del valor catastral actualizado por el monto indemnizable; vii) Posteriormente, se dictó otra
norma, el DL 15071 cuyo art. 2 aclara y complementa el art. 44 del DL 9304 de 9 de julio de 1970, en
sentido que el precio indemnizable en el caso de expropiación y utilidad será igual al 100% pero del
valor catastral; en ese entendido, la Ley de Expropiación, como aprecia el pago sobre el valor
catastral, se encuentra plenamente reforzada la normativa, sin poder acudir al Juez de Partido para
la asignación de un perito dirimidor, quedando el avalúo sobre el inmueble en conflicto de forma
expresa sin valor; y, viii) Por todo lo expuesto, se tiene que, no se hizo una interpretación arbitraria,
no se dio una interpretación correcta a la Ley de Municipalidades, lo único que hizo el Tribunal
Supremo, al dictar la nulidad de obrados, es dar cumplimiento a lo que establece el art. 3 de la
Disposición Transitoria de dicha Ley.
I.2.4. Resolución
II. CONCLUSIONES
II.2. Consta Avaluó de Inmueble, realizado y entregado al Juez primero de Partido Civil y
Comercial, el 25 de septiembre (fs. 369 a 396 vta.); mismo que, fue objetado por Percy Fernández
Añez, Alcalde Municipal, en representación del Gobierno Autónomo Municipal de Santa Cruz de la
Sierra (398 a 399).
II.3. Por Auto 24/13 de 1 de febrero de 2013, el Juez Primero de Partido en lo Civil y Comercial,
rechazó la objeción efectuada por el Alcalde Municipal de Santa Cruz; y en consecuencia, aprobó el
avalúo e informe complementario, siendo el monto total indemnizable $us428 026,60 (cuatrocientos
veintiocho mil veintiséis 60/100 dólares estadounidenses) (fs. 417 a 419 vta.).
II.4. Percy Fernández Añez, Alcalde Municipal de Santa Cruz, formuló Recurso de apelación,
solicitando se revoque totalmente el Auto 24/13 de 1 de febrero de 2013 y pidió se establezca la
incompetencia del juzgador para conocer un proceso voluntario de auxilio judicial, debiendo dejar
sin efecto el avalúo aprobado, toda vez que, al existir hechos controvertidos se debió tramitar el
mismo por proceso ordinario civil, al ser claro que no se ha determinado la superficie afectada a
cancelarse (fs. 422 a 427).
II.5. Por Auto de Vista 160 de 30 de abril de 2013, los Vocales de la Sala Civil Primera del Tribunal
Departamental de Justicia de Santa Cruz, pronunciaron Auto de Vista 160, por el que, revocaron
parcialmente Auto 24/13 de 1 de febrero de ese año, en lo que se refiere al terreno, variando el
monto final indemnizable siendo éste de $us326 468,37.- (trescientos veintiséis mil cuatrocientos
sesenta y ocho 37/100 dólares estadounidenses) (fs. 436 a 437).
II.6. Mediante memorial presentado el 16 de mayo de 2013, Percy Fernández Añez, interpuso
Recurso de casación en el fondo y en la forma, contra el Auto de Vista 160, solicitando, de acuerdo al
art. 271 inc. 4) del CPC, se case el mencionado Auto, revocando en todas sus partes el Auto 24/13 de
1 de febrero de 2013, debiendo declarar la incompetencia del Juez de primera instancia para
conocer proceso voluntario de auxilio judicial, asimismo se deje sin efecto la aprobación del avalúo
comercial realizado por el perito dirimidor y su respectivo informe complementario (fs. 473 a 480).
II.7. Por Auto Supremo 452/2013 de 30 de agosto, Rómulo Calle Mamani y Rita Susana Nava Durán,
Magistrados de la Sala Civil del Tribunal Supremo de Justicia, anularon obrados argumentando que el
caso de autos se originó en un fallo dentro de un recurso de amparo constitucional, que mereció la
SC 0975/2010-R de 17 de agosto; “…siendo así, corresponde precisar que la referida Sentencia
Constitucional debe ser cumplida de forma imperativa y sin observación. Al respecto corresponderá
señalar además que los fundamentos jurídicos que sustentan las sentencias constitucionales citadas
al respecto de las expropiaciones, que sustentan su pronunciamiento, el Tribunal Constitucional de
manera expresa señaló que el pago indemnizatorio deber ser efectuado de conformidad al art. 11
del DL 14375, consecuentemente la entidad recurrida está constreñida a dar estricto cumplimiento
al fallo constitucional, el mismo -como se ha señalado en los fundamentos del presente Auto
Supremo- debe circunscribirse a lo previsto por el art. 11 del D.L. No. 14375…
Bajo ese razonamiento, en efecto lo reclamado por la entidad recurrente encuentra asidero,
siendo incompetente el Juez ordinario civil para conocer las contingencias que pudieran surgir de un
fallo emitido por el Tribunal Constitucional, aunque enfocado en el recurso de casación en la forma
como proceso voluntario y no como en verdad corresponde emergente de una resolución
constitucional” (sic); es así que emitieron resolución conforme a lo previsto por los arts. 271.3 y 275
del Código de Procedimiento Civil (CPC), siendo innecesario realizar consideraciones respecto al
fondo del litigio (fs. 497 a 501).
En consecuencia, corresponde en revisión, verificar si tales extremos son evidentes a fin de conceder
o denegar la tutela solicitada.
Según la disposición contenida en el art. 51 del Código Procesal Constitucional (CPCo), la acción de
amparo constitucional, tiene por objeto, garantizar los derechos de toda persona natural o jurídica,
reconocidos por la Constitución Política del Estado y la Ley, contra los actos ilegales o las omisiones
indebidas de las y los servidores públicos o particulares que los restrinjan, supriman o amenacen
restringir o suprimir.
Este Tribunal, mediante la SCP 0002/2012 de 13 de marzo, refiriéndose a la naturaleza jurídica que
caracteriza a la acción de amparo constitucional, señaló que ésta se constituye en: “…un mecanismo
de defensa jurisdiccional, eficaz, rápido e inmediato de protección de los derechos fundamentales y
garantías constitucionales, cuyo ámbito de protección se circunscribe respecto de aquellos derechos
fundamentales y garantías, que no se encuentran resguardados por los otros mecanismos de
protección especializada que el mismo orden Constitucional brinda a los bolivianos, como la acción
de libertad, de protección de privacidad, popular, de cumplimiento, etc. Asimismo, desde el ámbito
de los actos contra los que procede, esta acción se dirige contra aquellos actos y omisiones ilegales o
indebidos provenientes no sólo de los servidores públicos sino también de las personas individuales
o colectivas que restrinjan o amenacen restringir los derechos y garantías objeto de su protección”.
La SCP 0087/2013 de 17 de enero, con relación a este derecho, en sus elementos motivación y
fundamentación de las resoluciones y sobre el principio de congruencia estableció lo siguiente: “A
objeto de resolver la problemática que motiva la presente acción tutelar es necesario referirnos a los
alcances del principio de congruencia, que tiene relevancia en cualquier naturaleza de proceso sea
este judicial o administrativo, a este fin acudiremos al desarrollo jurisprudencial sobre este principio
procesal que exige la identidad jurídica entre lo resuelto, en cualquier sentido, por el juez y las
pretensiones planteadas por las partes en los procesos; vale decir, que este principio delimita el
contenido de las resoluciones judiciales que deben emitirse, en función al sentido y alcance de las
peticiones formuladas por las partes contendientes.
En este orden este principio mediante la SCP 0387/2012 de 22 de junio, ha sido entendida como:
'…la estricta correspondencia que debe existir entre lo peticionado y lo resuelto, en materia penal la
congruencia se refiere estrictamente a que el imputado no podrá ser condenado por un hecho
distinto al atribuido en la acusación o su ampliación. Esa definición general, no es limitativa de la
congruencia que debe tener toda resolución ya sea judicial o administrativa y que implica también la
concordancia entre la parte considerativa y dispositiva, y que debe mantenerse en todo su
contenido, efectuando un razonamiento integral y armonizado entre los distintos considerandos y
juicios de valor emitidos por la resolución, esta concordancia de contenido de la resolución y su
estricta correspondencia entre lo pedido, lo considerado y lo resuelto, conlleva a su vez la cita de las
disposiciones legales que apoyan la razón que llevó a la determinación que se asume'.
Del razonamiento expuesto, concluimos en definitiva, que quien administra justicia, en resguardo de
la garantía constitucional del debido proceso, está obligado a emitir resoluciones motivadas y
congruentes; exigencia que no implica que la exposición deba ser exagerada y abundante de
consideraciones, citas legales y argumentos reiterativos, al contrario, una debida motivación
conlleva que la resolución sea concisa, clara e integre todas las pretensiones demandadas, en la cual
la autoridad jurisdiccional o administrativa, exprese las razones determinativas que justifican su
decisión, exponiendo los hechos, realizando la fundamentación legal y citando las normas que
sustentan las parte dispositiva de la resolución”.
Con relación a esta temática la SCP 0883/2012 de 20 de agosto, expresó: “Tomando en cuenta que
los derechos fundamentales y garantías constitucionales, serian simples declaraciones formales, si
no existiera la posibilidad de que la persona afectada pueda acceder a los tribunales a reclamar el
cese de la amenaza, de la restricción o la supresión del derecho invocado como lesionado, no es
suficiente que los derechos y garantías sean reconocidos constitucionalmente o que existan leyes
que regulen su ejercicio, sino que su vigencia exige contar con medios legales para efectivizar el
derecho material atribuido a su titular.
Así el art. 115.I de la CPE, refiere de forma textual 'Toda persona será protegida oportuna y
efectivamente por los jueces y tribunales en el ejercicio de sus derechos e intereses legítimos',
paralelamente a dicho precepto constitucional, el Pacto de San José de Costa Rica, en su art. 8
expresa: 'GARANTIAS JUDICIALES, 1. Toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas
garantías y dentro de un plazo razonable, por un juez o tribunal competente, independiente e
imparcial, establecido con anterioridad por la ley, en la sustanciación de cualquier acusación penal
formulada contra ella, o para la determinación de sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral,
fiscal o de cualquier otro carácter'”.
Los accionantes alegan como vulnerados sus derechos al debido proceso, -en su vertiente
motivación y fundamentación de las resoluciones-, a la tutela judicial efectiva y a la propiedad
privada -a recibir una indemnización justa-; debido a que, emergente de un proceso llevado a cabo
desde el 2007, se dictó Sentencia Constitucional, concediendo la tutela solicitada en su favor y
ordenando al Gobierno Autónomo Municipal de Santa Cruz, dar cumplimiento a las Ordenanzas
Municipales una vez determinado el justiprecio de los terrenos expropiados, pagar la indemnización
correspondiente; al no existir acuerdo sobre esa problemática, se reinició el proceso que concluyó
con la interposición de un Recurso de casación en el fondo y en la forma por parte de la entonces
Alcaldía Municipal de Santa Cruz y el posterior pronunciamiento del Auto Supremo 452/2013 de 30
de agosto; por el que, las autoridades demandadas, anularon obrados, sin respetar la jerarquía de
las normas; estando la Resolución indicada, carente de motivación y fundamentación.
Es así que de acuerdo a las Conclusiones II.1 del presente fallo, el 12 de septiembre de 2012,
el Juez Primero de Partido en lo Civil y Comercial, designó perito en presencia de los abogados de
ambas partes-; quien realizó el avalúo pericial correspondiente; mismo que, fue objetado por el
Municipio; a pesar de ello, el referido Juez, pronunció el Auto 24/13 de 1 de febrero de 2013, por el
que aprobó el mencionado avalúo y estableció el monto final indemnizable.
Disconforme con ese fallo, el Gobierno Autónomo Municipal de Santa Cruz, presentó recurso
de apelación, mismo que mereció el Auto de Vista 160 de 30 de abril de 2013, que revocó
parcialmente el auto impugnado en lo referente al terreno de 300 m2, estableciendo como monto
final indemnizable de $us326 468,37.-; resolución contra la que presentó Recurso de casación en la
forma y en el fondo y emergente de esa interposición, las autoridades demandadas, pronunciaron el
Auto Supremo 452/2013 de 30 de agosto, anulando obrados; siendo este fallo el acto ilegal por el
que, los ahora accionantes, interpusieron la presente acción de amparo constitucional.
Se alega, que el referido Auto Supremo 452/2013, resultó ser un fallo carente de
fundamentación y motivación; ahora bien, conforme se tiene de la lectura y análisis de la Resolución
objetada se evidencia que la misma no guarda una adecuada fundamentación respecto a los hechos
y lo resuelto; debido a que, ingresa a hacer un análisis de fondo de la problemática planteada; es
decir, sobre el cumplimiento imperativo y sin observación de la resolución de la SC 0975/2010-R;
asimismo, sobre la expropiación, su avalúo y justiprecio como del trámite a seguir, la determinación
del monto indemnizable; siendo la autoridad competente para el nombramiento de perito, el Juez
de la causa; norma establecida en la Ley de Expropiaciones que fue objeto de modificación por el
Decreto Ley de 21 de febrero de 1977, que también se refiere a la expropiación cubriendo el cien
por ciento del valor catastral actualizado como monto indemnizable, etc.; sin embargo, de manera
incongruente, anula obrados, siendo ésta una manera de resolver el recurso de casación
contemplada en el art. 271 inc. 3) del CPC; pero para su aplicación se deben tomar en cuenta los
presupuestos del art. 254 del mismo Código, referidos al Recurso de casación en la forma; es decir,
que no era necesario ingresar a realizar un análisis de fondo de la problemática planteada para optar
finalmente por la nulidad de obrados.
POR TANTO