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Los acumuladores de calor trabajan mientras duermes. Durante la noche, cuando más
económica es la electricidad, los acumuladores térmicos cargan su interior de energía
térmica para después cederla paulatinamente a la estancia.
Acumulador estático
Este tipo de acumuladores son los más básicos. Los elementos de carga y el núcleo de
acumulación son similares a los dinámicos pero el aislamiento del mismo es más sencillo.
En este tipo de acumuladores la descarga se realiza por convección natural y
por radiación. Para el control de la descarga se utilizan una serie de trampillas que
impiden el paso del aire a través del núcleo de acumulación, estas trampillas están
reguladas mediante un sistema bimetálico que es ajustable desde un mando exterior. Esta
forma de regulación de descarga logra controlar un 20% de la misma, mientras que el otro
80% se realiza por radiación de la superficie del aparato, es decir por pérdidas del
aislamiento y por lo tanto es incontrolable.
Los acumuladores estáticos están recomendados para ser usados en los lugares habitados
permanentemente manteniendo una temperatura de confort permanente.
Acumuladores dinámicos
Los acumuladores dinámicos tienen un aislamiento mucho más eficaz que los estáticos.
En ellos la descarga se realiza mediante una pequeña turbina que impulsa aire a través del
núcleo de acumulación. Sus pérdidas son de un 20%, que cede por radiación, mientas que
el 80% restante es descargado mediante la turbina y puede ser regulado mediante
termostatos, tanto externos como internos en el propio aparato.
El control de la descarga permite la integración en sistemas domóticas y la gestión de la
temperatura en áreas determinadas.