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VALIDEZ DE LA LEY PENAL

I. INTRODUCCIÓN

La ley, según Renard es “la regla emanada de la voluntad autoritaria de los


gobernantes”. Planiol enuncia que ley es: “la regla social obligatoria
establecida de modo permanente por la autoridad pública y sancionada por
la fuerza” Puede decirse que es una tentativa de aprisionar el porvenir
sujetándolo a una reglamentación.

La ley es la fuente primera y fundamental del derecho; su preponderancia


es especialmente notable en el derecho civil. Desde un punto de vista
material ley es toda regla social obligatoria, emanada de autoridad
competente. Por lo cual no solo son leyes los que dicta el poder legislativo
sino también la constitución, los decretos, las ordenanzas municipales.

Desde el punto de vista formal se llama ley a toda disposición sancionada


por el poder legislativo, de acuerdo con el mecanismo constitucional.

Con este tema se trata de precisar los alcances y límites de la ley penal.
Primero, ante un problema concreto, se debe saber cuáles son las normas
aplicables (ámbito material), después precisar desde que momento y hasta
cuando está vigente la norma (ámbito temporal), luego determinar en qué
demarcación geográfica o espacio tiene aplicación la norma (ámbito
espacial) y, por último, saber a quién o a quienes se aplica (ámbito
personal).
II. DESARROLLO DE TEMA

1. VALIDEZ TEMPORAL DE LA LEY PENAL

1.1. Nacimiento de las Leyes Penales

Nacen en virtud de su Promulgación y Publicación. Una ley puede originarse


en cualesquiera de las Cámaras, aprobada, pasa a la otra que hace de
revisora, si esta la aprueba, la ley se Sanciona por el Congreso, y pasa al
Presidente de la República para su Promulgación, acto que marca el
nacimiento de la ley.

Es obligatoria desde su promulgación. Es exigible desde su Publicación,


pues se presume que las personas la llegan a conocer salvo disposición
contraria en la misma ley (CPE, 81). El “procedimiento legislativo consiste
en una serie de actos sucesivos y coordinados que tienen por objeto
establecer una norma jurídica general, la cual, con el nombre de “ley” rige
imperativamente la vida de la relación de los habitantes de un Estado”
(Moscoso, 1995).

Origen e iniciativa de leyes

Según establece la Constitución Política del Estado en su Art. 71, los


proyectos de ley pueden ser propuestos por uno o varios Senadores o
Diputados, por el Presidente Nato del Congreso (Vicepresidente de la
República), el presidente de la República los Ministros de Estado y por la
Corte Suprema de Justicia -en lo que concierne a materia judicial o reforma
de los Códigos-. Si el proyecto hubiese sido propuesto por el Poder
Ejecutivo la Constitución Política del Estado exige que sea enviado junto
con un mensaje y que además sea respaldado en el debate por un Ministro
del Gabinete.

La Corte Suprema de Justicia está facultada a sugerir proyectos de ley sólo


en lo que concierne a materia judicial y reforma de Códigos, dicho proyecto,
al igual que en el caso del ejecutivo debe ser remitido mediante un mensaje
dirigido al Poder Legislativo. En el proceso de elaboración de leyes
participan la Cámara de diputados, el Senado y el Presidente de la
República. La presentación del proyecto de ley se hace por escrito, con una
fundamentación que puede ser oral, en una de las cámaras legislativas,
Senado o Cámara de Diputados.

Una vez leído el proyecto de ley, se dispone su impresión para que luego
sea revisado por una comisión integrada por especialistas en la materia que
corresponda. Dicha comisión, en un plazo prudencial que será fijado por la
cámara de origen emitirá un informe escrito.

Promulgación y Publicación

La promulgación es un acto jurídico de derecho público mediante el cual el


Presidente de la República o en su defecto el Presidente del Congreso,
pone en vigencia una ley para que se tenga se cumpla como ley de la
República. La publicación es hacer conocer a los habitantes del país la
existencia de una ley y que al mismo tiempo le imprime la exigibilidad, salvo
disposición contraria de la misma.
1.2. Ley Penal en cuanto al tiempo

- Retroactividad

El Código Civil establece que “las leyes no son obligatorias sino después de
su publicación y desde el día que determinen. Si no designan tiempo, serán
obligatorias después de los ocho días siguientes al de su publicación
oficial”. Sin embargo, este enunciado no es de aplicación estricta en materia
penal, ya que la ley penal debe ser aplicada retro-activamente y ultra-
activamente cuando es más benigna, principio general adoptado por el
Código Penal que fija: “Si la ley vigente al tiempo de cometerse el delito
fuere distinta de la que exista al pronunciarse el fallo o en el tiempo
intermedio, se aplicará siempre la más benigna. Si durante la condena se
dictare una ley más benigna, la pena se limitará a la establecida por esa ley.
En todos los casos los efectos de la nueva ley se operarán de pleno
derecho”.

- Irretroactividad

La Irretroactividad significa que la ley no se aplica a los hechos que se han


producido con anterioridad a su entrada en vigor y tampoco a hechos
posteriores a su derogación (Ultractividad) (CP, 4). “La ley es solo para lo
venidero...”(CPE, 33). Su fundamento o naturaleza anteriormente estaba en
la intangibilidad de los derechos adquiridos. Hoy está en las garantías que
debe propiciar el Estado: certeza y seguridad jurídica. Si fuera retroactiva
se burlaría del Principio de Legalidad, ya que sus soportes son: La reserva
de la ley y la taxatividad. La irretroactividad de la ley penal, surge
la excepción que hace la ley penal más benigna: “Debe aplicarse la ley bajo
cuyo imperio se cometió el delito, salvo en el caso de que la ley nueva sea
más benigna” (Jiménez de Asúa). Bastaba con decir esto: irretroactividad
como principio y retroactividad benigna como excepción.

Excepciones

Significa que la ley nueva se aplica a hechos anteriores a su entrada en


vigor, pero sólo si favorece al delincuente (CP, 4).

Se basa en:
1) Razones humanitarias del Derecho Penal y de justicia.
2) La ley más suave reconoce que ley anterior era injusta.
3) El aforismo ampliar lo favorable y reducir lo odioso.
4) El límite de la retroactividad es la escasa peligrosidad del delincuente.

Una ley es más benigna si la pena para el mismo delito es más corta.
También una Medida De Seguridad puede ser retroactiva, con esto se
reconoce que la ley nueva es más apropiada para llegar al fin que persigue.

1.3. Ultra Actividad de la Ley Penal

Si la nueva ley es más gravosa, entonces la ley del momento del delito es
ultra activa. No es necesario decir esto porque el principio, es que se aplica
la ley del momento del delito y no la del momento del fallo, salvo que ésta
sea más benigna. No obstante esto, Creus adopta ambas fórmulas, pues
esto “muestra la supervivencia de la ley más allá de su período de
existencia legislativa”: retroactividad y ultra actividad de la ley penal más
benigna. Incluso lo simplifica: extra actividad de la ley penal más benigna.
Consiste en la aplicación a hechos de ley aun cuando ha sido derogada
(abrogado) y la sentencia sigue firme aun cuando la ley temporal termine su
vigencia.

1.4. Sucesión de Leyes Penales

Hay sucesión de leyes cuando un hecho se comete con la ley vigente, pero
luego del juicio se sentencia con otra nueva. Es decir el delito se juzga con
una ley pero se sentencia con otra que regula el mismo delito pero de
distinto modo. Da lugar a 4 situaciones:

 INCRIMINA. La nueva ley es irretroactiva.


 ABOLIR. La nueva ley retroactiva.
 AGRAVA. La nueva ley es irretroactiva. La derogada (abrogada) es
ultractiva.
 ATENÚA. La nueva ley es retroactiva, la anterior derogada
(abrogada) no es ultractiva.

1.5. Determinación de Ley Penal más benigna

Ley benigna, es la que regía en el momento de cometer el delito, favorece al


imputado. Una ley es más benigna si la pena para el mismo delito es más
corta. También una Medida de Seguridad puede ser retroactiva, con esto se
reconoce que la ley nueva es más apropiada para llegar al fin que persigue.
Determinación de la Ley más Benigna

No es posible fijar una fórmula para determinar cuál es la ley penal más
benigna: “no es sólo la que desincrimina o la que establece una pena
menor. Puede tratarse de la creación de una nueva causa de justificación,
de una nueva causa de inculpabilidad, de una causa que impida la
operatividad de la penalidad, etc. Por otra parte, la mayor benignidad puede
provenir también de otras circunstancias, como puede ser un menor tiempo
de prescripción, una distinta clase de pena, una nueva modalidad ejecutiva
de la pena, el cumplimiento parcial de la misma, la previsiones sobre
condena condicional, libertad condicional, etcétera” (Zaffaroni).

Debe resolverse ante el caso concreto, no en abstracto. Para von Liszt, el


juez debe proyectar mentalmente tantas sentencias como leyes haya en
juego, y optar por “la que produce en el caso concreto el resultado más
favorable para el autor: especialmente es ley más benigna la ley no penal”
(Mezger). Debe aplicarse de oficio por el juez: “de pleno derecho”.

Como se deja ver, puede ser que una ley sea en parte más benigna y en
parte más gravosa que la otra. De todos modos, el juez debe elegir una de
las leyes comprometidas en la sucesión, no pudiendo tomar institutos de
una y de otra para regular el caso con esa mezcla. En tal situación, no
estaría aplicando ninguna ley, sino creando una tercera ley (lex tertia).
Ahora bien, esta prohibición de combinar varias leyes tiene una excepción:
“En el cómputo de la prisión preventiva se observará separadamente la ley
más favorable al procesado”.
2. VALIDEZ DE LA LEY PENAL EN EL ESPACIO

La determinación del ámbito espacial de validez de la ley penal es el


resultado de un conjunto de principios jurídicos que fijan el alcance de la
validez de las leyes penales del Estado con relación al espacio: es erróneo
referirse a este tópico como a los “efectos de la ley penal con relación al
territorio”, porque el ámbito espacial de validez de un orden jurídico es
mucho más amplio que el territorio: el territorial es el principio dominante
pero sufre una serie de excepciones determinadas por la aplicación de otros
principios.

2.1. Principios Generales

- Territorialidad

Previo a la exposición de las teorías que dan cuenta de dónde se tiene por
cometido el delito, consideremos los delitos de tránsito y los delitos a
distancia. Son delitos de tránsito aquellos en los que la acción se prolonga a
través de distintos territorios que constituyen distintas jurisdicciones (por
ejemplo, un secuestro a través de varios países): se da aquí prioridad al
Estado que primero captura al delincuente. En cambio, son delitos a
distancia aquellos en los que el autor realiza actos ejecutivos en un lugar y
el delito termina consumándose en otro lugar distinto (por ejemplo, si envío
desde Cuba un explosivo que detona en Argentina). Ahora sí, las teorías:
1) Teoría del lugar de la manifestación de voluntad. Da por cometido el
delito en el lugar donde se exteriorizó la acción: ahí el autor se puso en
contradicción con la ley.
2) Teoría del lugar del resultado. Para ésta, el delito se tiene por cometido
donde se produce el resultado. No resuelve el problema de la tentativa, en
la cual no hay resultado.
3) Teoría de la ubicuidad. El hecho se considera cometido tanto en el lugar
donde se produjo la manifestación de voluntad como donde se concretó el
resultado. Esta teoría es práctica, pues resuelve la situación de impunidad
que se daría si —en el caso de la bomba desde Cuba a Argentina—
Argentina adhiriese a la teoría de la manifestación, y Cuba a la del
resultado.

Principio de territorialidad. Declara que se aplica: “Por delitos cometidos


en el territorio nacional o en los lugares sometidos a su jurisdicción”. Hay en
nuestra ley penal una aplicación dominante del principio territorial.

El territorio es un concepto jurídico, no natural: no hay extraterritorialidad si


se aplica la ley fuera de los límites físicos del territorio, sino sólo si se aplica
fuera de sus límites jurídicos. Debe fijarse la extensión del territorio
boliviano: la tierra (dentro de los límites histórica y geográficamente fijados y
de acuerdo con los tratados suscriptos con las naciones limítrofes),
las aguas jurisdiccionales (aguas internas + mar territorial, hasta 12 millas
marinas desde la costa) y el subsuelo y el espacio aéreo correspondiente a
los límites prefijados. También el territorio flotante (naves o buques), y hoy
deben agregarse los aeronaves.
Como expresa Fontán Balestra, de acuerdo con este principio, la ley penal
es aplicable a los delitos cometidos en el territorio del estado, basándose en
el concepto de soberanía, expresión que sintetiza la idea de independencia.
Para este principio lo que decide la aplicación de la ley penal del estado es
el lugar de comisión del delito, es decir, la mencionada ley penal se aplica a
los delitos cometidos dentro del estado o sometidos a su jurisdicción, sin
que importe la condición del autor o del ofendido, ni la “nacionalidad” del
bien jurídico afectado.

- Nacionalidad

Expresa Creus que en este principio es decisiva la nacionalidad de los


sujetos que intervienen en la relación jurídica originada por el delito.
Considera que la ley del Estado sigue al nacional dondequiera que él se
encuentre, es decir, los individuos son portadores de su propio estatuto
personal. Agrega Fontán Balestra que, según este principio, la ley del país a
que el individuo pertenece es la que debe aplicarse, fundándose esta tesis
en el sentido de dependencia persona de cada súbdito a su estado.
Distingue este autor en principio de personalidad activa cuando se trata del
autor del delito, o personalidad pasiva referida a la víctima.

- Real o de Defensa

Principio real o de defensa. Se “determina la competencia de un Estado


para el ejercicio de sus pretensiones punitivas conforme sea nacional el
interés vulnerado por el delito” (Soler).
Ejemplo clásico es el delito de falsificación de moneda cometido en el
extranjero, que afecta sobre todo el interés del Estado cuya divisa se
falsifica.

Se basa en la necesidad de proteger los intereses nacionales y lleva a


castigar los delitos que ataquen esos intereses, con arreglo a la legislación
del país atacado, sin tomar en consideración el lugar donde se cometió el
delito. El ejemplo que indica Fontán Balestra es el de la falsificación de
moneda perpetrada en el extranjero, que afecta al estado cuyo signo
monetario es objeto de imitación. De acuerdo con Creus, el principio de
defensa es una derivación “objetiva” del principio de nacionalidad, ya que el
aspecto decisivo en él es la nacionalidad del bien protegido, la ley penal
ampara los “intereses nacionales” y, por tanto, rige ella en todos los casos
en que el delito vulnera o amenaza uno de esos intereses, cualquiera que
sea su lugar de comisión y sin que interese la nacionalidad del autor.

Principio real o de defensa. El Código Penal declara que se aplicará: “Por


delitos cuyos efectos deban producirse en el territorio boliviano, o en los
lugares sometidos a su jurisdicción”. Para Soler, debe distinguirse los delitos
a distancia de los delitos que afectan al Estado, que son aquellos contra la
seguridad del Estado y las falsificaciones de su sello, moneda o títulos.
Respecto de los primeros, se aplicaría no el principio real sino el territorial,
pues se tiende a considerarlos como cometidos en el territorio, sea por la
teoría del resultado o la de la ubicuidad. La expresión “efectos” estaría
refiriéndose sólo a los delitos que afectan al Estado: si Bolivia tuviere al reo
de uno de estos delitos, lo juzgaría; si no lo tuviere, lo solicitaría vía
extradición. También declara el Código que se aplicará: “Por delitos
cometidos en el extranjero por agentes o empleados de autoridades
bolivianas en desempeño de su cargo”. Tratase de delitos de funcionarios
bolivianos en el extranjero, cometidos en desempeño de su cargo: clara
aplicación del principio real o de defensa porque, en definitiva, se trata de
delitos contra la Administración Pública boliviana.

- Personalidad o Nacionalidad

Principio de personalidad. Las leyes penales “deben aplicarse a todos los


delitos perpetrados por los ciudadanos del Estado, cualquiera que sea el
sitio —territorio estatal o territorio extranjero— en que esos hechos
delictivos fueren cometidos” (Jiménez de Asúa). Ahora bien, ¿qué ocurre
con el extranjero que comete delitos en el territorio del Estado? Esta
doctrina acude a una ficción, que es la de considerarlo, a esos
efectos, subditus temporarius. Se distingue un principio de
personalidad activo (que es el que vimos) y uno pasivo (cuando la víctima
sea nacional), aunque este último es una forma extrema del principio
real o de defensa.

Una única aplicación tiene en nuestra derecho: el nacional boliviano es


extraditable, salvo que ejerza la opción de ser juzgado por los tribunales
bolivianos, que aplicarán la ley boliviana para juzgar un hecho cometido
fuera del territorio de la Nación. Con esto, damos noticia del
llamado derecho penal por representación: el tribunal que juzgue el caso
según la ley boliviana, aplica un Derecho Penal que «representa» al de
dicho Estado.
- Universalidad

Principio de universalidad o de la justicia mundial. Es “aquel según el


cual la ley penal de cada Estado tiene validez universal, de modo que la
acción penal puede ser promovida por un Estado, cualquiera sea el lugar de
comisión del delito o la nacionalidad del autor, o el bien jurídico violado”
(Soler). Se basa en que la naturaleza de la ley penal hace que ella sea
aplicable a acciones de extraordinaria inmoralidad, que afectan por igual la
cultura de todas las naciones.

Principio de universalidad o de la justicia mundial. Se entiende que lo


consagra la Constitución, al mencionar a los delitos cometidos “fuera de los
límites de la Nación, contra el derecho de gentes”. Bolivia, al firmar tratados,
se ha obligado a juzgar ciertos delicta iuris gentium: piratería, ruptura de
cables submarinos, trata de blancas y de esclavos, narcotráfico, lavado de
dinero, tortura, apartheid, etc.

Explica Fontán Balestra que en los delitos que afecten por igual a todos los
miembros de la comunidad internacional, cada estado, como integrante de
ella y con miras a su protección, debe proceder a juzgar a todo delincuente
que detenga en su territorio, cualquiera sea su nacionalidad y el lugar de
ejecución del delito, como ocurre, por ejemplo, con la trata de blancas, la
piratería y el tráfico de estupefacientes. Al respecto Creus explica que
considerado en términos absolutos este principio indica que la ley penal
tiene eficacia extra territorial total, aplicándose a cualquier delito, cualquiera
sea el lugar de comisión, la nacionalidad del autor o el carácter y
pertenencia de los bienes jurídicos que ataca, versión ésta que se considera
“jurídicamente infundada” como indica Bacigalupo.

2.2. Extradición

La extradición consiste en la entrega que un estado hace a otro de un


individuo acusado o condenado que se encuentra en su territorio, para que
en ese país se lo enjuicie o se ejecute la pena (definición según Jiménez de
Asúa – Fontán Balestra).

La extradición es el “acto por el cual un Estado entrega un individuo a otro


que lo reclama, a objeto de someterlo a un juicio penal o a la ejecución de
una pena” (Soler). O sea, un Estado reclama un individuo a otro Estado,
para juzgarlo penalmente o (en caso que ya haya sido juzgado y
condenado) para que cumpla su condena. Hay extradición activa de parte
del Estado que reclama un delincuente; hay extradición pasiva de parte del
que lo tiene y lo entrega.

En general, hay un tratado por el cual dos naciones se comprometen a


hacerse recíproca entrega de procesados y condenados; no obstante, a
veces se entregan igualmente los delincuentes sin haber tratado: ya sea por
costumbre internacional o por una ley interna. Así, nuestra ley subordina la
ayuda “a la existencia u ofrecimiento de reciprocidad”.

Nada de esto tiene razón de ser si el propio sujeto requerido se entrega


voluntariamente.
Que quede claro que, haya o no tratado, Bolivia puede denegar la solicitud
de extradición, al inicio del trámite o al final: “Tampoco procederá la
extradición cuando existan especiales razones de soberanía nacional,
seguridad u orden públicos u otros intereses esenciales para Bolivia, que
tornen inconveniente el acogimiento del pedido”.

La legislación boliviana regula la extradición tanto en el Código Sustantivo


como en el Adjetivo. El Código penal vigente en su artículo 3 establece que:
“Ninguna persona sometida a la jurisdicción de las leyes bolivianas podrá
ser entregada por extradición a otro Estado, salvo que un tratado
internacional o convenio de reciprocidad disponga lo contrario. La
procedencia o improcedencia de la extradición será resuelta por la Corte
Suprema. En caso de reciprocidad, la extradición no podrá efectuarse si el
hecho por el que se reclama no constituye un delito conforme a la ley del
Estado que pide la extradición y del que la debe conceder.”

Procedencia: la extracción procede por delitos que en la legislación de


ambos estados, se sanciones con penas privativas de libertad cuyo mínimo
legal sea de dos o más años y en el caso de nacionales cuando el mínimo
legal sea de dos años.

Improcedencia: Existan motivos fundados que hagan presumir que la


extradición se solicita para procesar o castigar a una persona por causa de
sus opiniones políticas, raza, sexo, religión, nacionalidad, origen étnico, o
que será sometida a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes; En
la República haya recaído sentencia ejecutoriada, por el delito que motiva la
solicitud de extradición; y, De conformidad con las leyes del Estado
requerido o requirente, el delito que motiva la solicitud de extradición haya
prescrito o haya sido amnistiado, o la persona requerida haya sido
indultada.

2.3. Clases de Extradición

1. ACTIVA: Es la que realiza el estado en cuyo territorio se cometió el


delito para que le sea entregado el delincuente por el estado donde a
buscado refugio, con el objeto de juzgarla o hacerle efectiva una sentencia
condenatoria.
2. PASIVA: Es la que hace el estado donde se encuentra el infractor para
entregarlo al estado donde cometió el delito para que allí sea juzgado.
3. ESPÒNTANEA: El estado que le sirve de refugio al procesado o
condenado ofrece su entrega al estado donde cometió el delito.
4. SOLICITADA: El estado requiere formalmente la entrega de una
persona al estado en que se refugió para someterla juicio o hacerla cumplir
la pena.

2.4. Tratados de Extradición

Son tratados entre países que se comprometen a no dar cobijo a quienes


hayan cometido un delito, y a su vez a detener y extraditar a su país de
origen a aquel que haya cometido un delito para que pueda ser juzgado. Ej.:
Bolivia y Argentina tienen tratados de extradición. Si alguien comete un
delito en Argentina y se refugia en Bolivia, Argentina puede pedir a Bolivia
que esta persona sea detenida y extraditada para poder someterla a juicio.
La extradición es el procedimiento por el cual una persona acusada o
condenada por un delito conforme a la ley de un Estado es detenida en otro
y devuelta para ser enjuiciada o que cumpla la pena ya impuesta.

Si bien existe una cooperación internacional muy activa para la represión de


los delitos, continúa existiendo la regla de que un Estado está obligado a
conceder la extradición de un delincuente extranjero, solamente si existe
tratado internacional con el Estado que requiere la extradición. Cuando no
hay tratado, el Estado requerido está facultado para acordar la extradición,
pero no está obligado a concederla. Se firma entre Países para entregar a
una persona detenida y mandarla a su País. Esto como ejemplo.
Indudablemente que esto nace de Congresos efectuados por varios Países
y que luego se llaman tratados.

3. LEY EN RELACIÓN A LAS PERSONAS

3.1. Introducción

El principio general es el de la Constitución: no hay “fueros personales” y


todos los habitantes “son iguales ante la ley”. Lo corrobora el Código Civil:
“Las leyes son obligatorias para todos los que habitan el territorio de la
República, sean ciudadanos o extranjeros, domiciliados o transeúntes”.

Las excepciones al principio de la igualdad ante la ley pueden ser


personales o funcionales, según dependan de la persona de quien goza del
privilegio, o de la función que ésta desempeñe. Como la democracia es la
esencia de nuestro Estado, no debemos buscar en él ningún privilegio que
no sea en razón de la función.

En este aspecto, la validez de la ley penal atiende a la persona a quien va


dirigida, o a quienes son los sujetos a los que se les aplicara la ley penal en
caso de ser encontrados culpables de la comisión de algún delito; por
supuesto, parte del principio de igualdad de todos los hombres ante la ley.

3.2. Igualdad ante la Ley

TODOS SOMOS IGUALES ANTE LA LEY: Igualdad de todos ante la ley


antiguamente no prevalecía este sentir, de modo que existían distinguidos
absurdos e incluso injustos, cuando se examinaron épocas en que existía la
servidumbre, la esclavitud, etc. En épocas pretéritas, las desigualdades
ocurrían en función de criterios diversos: por la condición natural (sexo,
edad, color raza, etc.); En ciertas civilizaciones, las deformaciones físicas
hacia que la ley se aplicara con mayor rigor a quienes habían tenido la
desgracia de padecerlas o según las condiciones sociales. Con la
revolución francesa. Concretamente a raíz de la declaración de los
derechos del hombre, fue universal considerar en estado de igualdad a
todos los hombres, de modo que pocos pueblos aún conservan aquellos
distingos lamentables.

La constitución establece que no habrá fueros ni privilegios personales ni


discriminación por razón de raza, nacimiento, clase social, sexo, religión o
de ideas políticas. Y se consagra el principio de igualdad de los bolivianos y
extranjeros ante la ley y el código penal sienta el principio de todas las
personas son iguales ante la ley penal.

Esta norma constitucional obliga a dar un trato igual a todas las personas
ante la ley; esto es, trato igual en circunstancias iguales, que implica la
prohibición de toda decisión o norma legal de carácter discriminatorio por
parte de los órganos encargados de la administración de justicia. Para la
ley, es un principio básico, la igualdad para todos, y se encuentra
reconocido por la constitución general; pero este mismo instrumento
establece o señala algunas excepciones que operan a favor de quienes
desempeñan cargos públicos, y las concede con la finalidad de evitar poner
en peligro el desempeño de esos cargos o funciones públicas. Esas
excepciones se materializan en las figuras jurídicas conocidas como fuero e
inmunidad.

3.3. Inmunidad Parlamentaria

La Inmunidad consiste en la excesión de ciertas penas. Nuestra legislación


sólo la reconoce para los presidentes, representantes, diplomáticos:
embajadores, ministros plenipotenciarios, jefes de misiones extranjeras. El
no respeto o violación a la inmunidad diplomática la ley lo tipifica como
delito.

La inmunidad parlamentaria se puede encontrar específicamente en la


Constitución. Donde se establece que los Diputados no pueden ser
responsabilizados penalmente por los votos y opiniones que emitan durante
el ejercicio de sus funciones, esto quiere decir que los parlamentarios son
inmunes a ser responsables penalmente por delitos que involucren la
expresión, es decir la palabra oral o escrita como lo son por ejemplo la
difamación y las injurias. Así mismo, se establece que los parlamentarios no
podrán ser arrestados mientras estén el ejercicio de sus funciones, esto se
debe a que cumplen una función sumamente importante, que es representar
al pueblo con su voto en la Asamblea Nacional. También establece que el
tribunal competente para conocer de los presuntos delitos de los
parlamentarios es el Tribunal Supremo de Justicia que además, es la única
autoridad que podrá ordenar la detención de un parlamentario siempre que
tenga la autorización de la Asamblea Nacional.

3.4. Inmunidad Diplomática

Un Diplomático acreditado es una persona que se encuentra autorizada


para representar a un Estado en su nombre en el territorio de otro Estado.

Aunque la inmunidad ante la ley penal de los diplomáticos acreditados


extranjeros no es total existe según los siguientes artículos de Ley
Aprobatoria de la Convención de Viena Sobre Relaciones Diplomáticas:

 La persona del agente diplomático es inviolable. No puede ser objeto


de ninguna forma de detención o arresto. El Estado receptor le
tratará con el debido respeto y adoptará todas las medidas
adecuadas para impedir cualquier atentado contra su persona, su
libertad o su dignidad.
 La residencia particular del agente diplomático goza de la misma
inviolabilidad y protección que los locales de la misión. Sus
documentos, su correspondencia y, salvo lo previsto por la ley, sus
bienes, gozarán igualmente de inviolabilidad.

 El agente diplomático gozará de inmunidad de la jurisdicción penal


del Estado receptor. Gozará también de inmunidad de su jurisdicción
civil y administrativa, excepto si se trata: a. de una acción real sobre
bienes inmuebles particulares radicados en el territorio del Estado
receptor, a menos que el agente diplomático los posea por cuenta del
Estado acreditante para los fines de la misión; b. de una acción
sucesoria en la que el agente diplomático figure, a título privado y no
en nombre del Estado acreditante, como ejecutor testamentario,
administrador, heredero o legatario; c. de una acción referente a
cualquier actividad profesional o comercial ejercida por el agente
diplomático en el Estado receptor, fuera de sus funciones oficiales.
 El agente diplomático no está obligado a testificar.
 El agente diplomático no podrá ser objeto de ninguna medida de
ejecución, salvo en los casos previstos en la ley y con tal de que no
sufra menoscabo la inviolabilidad de su persona o de su
residencia. La inmunidad de jurisdicción de un agente diplomático en
el Estado receptor no le exime de la jurisdicción del Estado
acreditante.

3.5. Presidente y Altos Funcionarios

El Presidente de la República es responsable de sus actos y del


cumplimiento de las obligaciones inherentes a su cargo. Esto quiere decir
que en nuestro país la figura del presidente no tiene inmunidad ante la ley
como tal, ya que es responsable por sus acciones, sin embargo, para que
esa responsabilidad se lleve a cabo es necesaria una declaración por parte
del Tribunal Supremo de Justicia donde se exprese que hay mérito para
enjuiciarlo, y de ser así deberá seguir el conocimiento de la causa si la
Asamblea Nacional da la autorización.

Es importante destacar que algo parecido sucede con los altos funcionarios
del Poder Público como lo son: el Vicepresidente de la República, los
integrantes de la Asamblea Nacional, del Tribunal Supremo de Justicia, los
Ministros, el Procurador General, el Fiscal General, el Contralor General de
la República, el Defensor del pueblo, los Gobernadores, los oficiales
generales y almirantes de la Fuerza Armada Nacional y los jefes de
misiones diplomáticas de la República. Con los mencionados funcionarios
sucede que es necesaria la declaración del Tribunal Supremo de Justicia
que exprese que se amerita enjuiciarlos aunque se diferencia en que el
caso es remitido a la Fiscalía General y si se tratara de un delito común el
Tribunal Supremo de justicia seguiría conociendo la causa.
III. CONCLUSIONES

El proceso de formación de una ley se halla determinado en la constitución


nacional. Las leyes pueden originarse en cualquiera de las cámaras por la
iniciativa de un diputado o un senador o también por el Poder Ejecutivo y
requiere el voto concordante de ambos cuerpos legislativos, salvo respecto
de detalles para los que puede prevalecer el voto de los dos tercios de la
Cámara iniciadora sobre la opinión opuesta sobre la Cámara revisora.

Las leyes son obligatorias para todos los que habitan el territorio de la
República, sean ciudadanos o extranjeros, domiciliados o transeúntes. Las
leyes no son obligatorias sino después de su publicación, y desde el día que
determinen. Si no designan tiempo, serán obligatorias después de los ocho
días siguientes al de su publicación oficial. A partir de su entrada en
vigencia, las leyes se aplicarán aún a las consecuencias de las relaciones y
situaciones jurídicas existentes. No tienen efecto retroactivo, sean o no de
orden público, salvo disposición en contrario. La retroactividad establecida
por la ley en ningún caso podrá afectar derechos amparados por garantías
constitucionales.

En el proceso de creación de una ley cabe distinguir tres etapas:

- La sanción es el acto por el cual el poder legislativo crea la regla


legal.
- La promulgación es el acto por el cual el Poder Ejecutivo dispone el
cumplimiento de la ley.
- La publicación el hecho por el cual llega la ley al conocimiento del
público.

Las leyes penales nacen en virtud de su Promulgación y Publicación. Una


ley puede originarse en cualesquiera de las Cámaras, aprobada, pasa a la
otra que hace de revisora, si esta la aprueba, la ley se Sanciona por el
Congreso, y pasa al Presidente de la República para su Promulgación, acto
que marca el nacimiento de la ley. Es obligatoria desde su promulgación. Es
exigible desde su Publicación, pues se presume que las personas la llegan
a conocer salvo disposición contraria en la misma ley.

El ámbito de validez de la ley penal determina los alcances y límites de la


ley penal. encontramos el ámbito material que son las normas aplicables, el
ámbito temporal que determina el momento y hasta cuando está vigente la
norma, el ámbito espacial que determina en que demarcación geográfica o
espacio tiene aplicación la norma y por último el ámbito personal que señala
a quien o a quienes se aplica la norma.

Ámbito espacial de validez. Las leyes penales no pueden sancionar más


allá del territorio del Estado que las dictó pero es aplicable a todos los que
se encuentren dentro de su país, la ley penal no se aplica a nadie fuera de
dicho territorio.

Ámbito temporal de validez. Como principio tenemos la irretroactividad de


las leyes penales, las conductas delictivas serán sancionadas por la ley
penal vigente al momento de ser cometidas. En algunos casos si
posteriormente a la ejecución de un delito la ley penal sufre una reforma o
surge una nueva ley, es posible que se aplique a los hechos anteriores,
siempre que beneficie al indiciado o procesado.

Ámbito material de validez. Los Estados federados convienen en que la


Federación determine cuales acciones delictivas serán sancionadas
exclusivamente por las leyes penales federales, y cuáles podrán ser
reguladas conforme a las leyes penales locales, otro ejemplo podría ser el
fuero militar.

Ámbito Personal de validez. Ninguna condición personal puede oponerse


a la aplicación de las leyes penales, con acepción de ciertos individuos que
pertenecen a los órganos del Estado, se establece la necesidad de un
procedimiento especial para la aplicación de la ley penal, pero no deja de
aplicarse.
BIBLIOGRAFÍA

 ARTEAGA SÁNCHEZ, Alberto: Derecho Penal, (Parte General),


Bolivia, Imprenta Universitaria, 2010, 250 págs.

 CABANELLAS. Diccionario de Ciencias Jurídicas, Políticas y


Sociales. 8ª. Edición. Editorial Heliasta, S.R.L. Buenos Aires. 2011.

 GACETA OFICIAL DE BOLIVIA. Constitución Política del Estado.


Bolivia. 2009

 GACETA OFICIAL DE BOLIVIA, COMISIÓN LEGISLATIVA


NACIONAL: Código de Procedimiento Penal 2000, Sucre – Bolivia,
Impresos Edubol, 2010, 168 págs.

 GACETA OFICIAL DE BOLIVIA, COMISIÓN LEGISLATIVA


NACIONAL: Código Penal 2000, Sucre – Bolivia, Impresos Edubol,
2010, 150 págs.

 MENDOZA TROCOSO, José Rafael: Curso de Derecho Penal


Boliviano, (Parte General), Sucre – Bolivia, Librería Destino, 355
págs.

 OSSORIO Manuel. Diccionario de Ciencias Jurídicas, Políticas y


Sociales.- Ed. Heliasta S.R.L. Buenos Aires – Argentina.

 SOLER, SEBASTIAN "Derecho", Tomo V, Ed. Tipográfica Editora


Argentina. 2011.
VALIDEZ DE LA LEY PENAL

INDICE

I. INTRODUCCIÓN

II. DESARROLLO DE TEMA

1. VALIDEZ TEMPORAL DE LA LEY PENAL


1.1. Nacimiento de las Leyes Penales
1.2. Ley Penal en cuanto al tiempo
 Retroactividad
 Irretroactividad
 Excepciones
1.3. Ultra Actividad de la Ley Penal
1.4. Sucesión de Leyes Penales
1.5. Determinación de Ley Penal más benigna

2. VALIDEZ DE LA LEY PENAL EN EL ESPACIO


2.1. Principios Generales
 Territorialidad
 Nacionalidad
 Real o de Defensa
 Personalidad o Nacionalidad
 Universalidad
2.2. Extradición
2.3. Clases de Extradición
2.4. Tratados de Extradición

3. LEY EN RELACIÓN A LAS PERSONAS


3.1. Introducción
3.2. Igualdad ante la Ley
3.3. Inmunidad Parlamentaria
3.4. Inmunidad Diplomática
3.5. Presidente y Altos Funcionarios

III. CONCLUSIONES

BIBLIOGRAFÍA

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