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Marisol Torres Hernández

Autor

2.- PROGRAMA

La metodología utilizada para la realización del servicio social, fue tener


participación activa, escucha activa y observación. Llegue con el propósito de
aprender, de adquirir mayor conocimiento y no cerrarme a otras cosas que se
salieran de mi campo de estudio o de mi orientación. Por eso cualquier cosa en la
que me pedían ayudar o participar, accedía.

Desde el acomodo de libros y limpieza de la pequeña área de biblioteca, hasta hacer


un poco el trabajo de recepcionista, me otorgo la oportunidad de observar cada uno
de los rincones del instituto y saber más acerca de este y su funcionamiento. Ya
que el trabajo de un psicólogo no se limita únicamente a la atención de pacientes
de forma individual o grupal, sino también llevamos una formación para poder
realizar un diagnóstico institucional. Esto último no era mi objetivo.

Mencionare un poco lo que estuve realizando los cuatro meses anteriores:


 Apoyo a una de las psicólogas en un grupo psicoterapéutico de mujeres
violentadas.
 Apoyo a las psicólogas del IQM en el llenado de una base de datos.
 Apoyo a dos psicólogos en la realización de talleres en algunas de las
comunidades del municipio de corregidora (El Jaral, Bravo, y Presa de
Bravo).

Este último par de meses en mi estancia en el Instituto Municipal de la Mujer, fue de


grandes cambios en ésta, ya que hubo una reestructuración en el plan de trabajo.
Con ello también hubo personal que tuvo que dejar la institución, así como la
contratación de abogadas, psicólogas y una trabajadora social; por lo tanto también
el espacio físico tuvo que incrementar.

Como con todo cambio, hubo cosas positivas y cosas negativas. Por un lado la
reestructuración se realizó con el tiempo encima, provocando que todo se movilizara
y apresuraran decisiones, hubiera pequeños cambios de algunas funciones que
realizaban cada una y que el espacio no estuviera preparado para recibir a todo el
personal. Sin embargo, conforme pasaron las semanas fue tomando forma el
proyecto. El incremento en el personal de las áreas psicológica y legal posibilitó la
mejora del servicio a las mujeres que asisten a solicitarlo.

Con todo esto era inevitable que no me viera involucrada en los cambios, los cuales
beneficiaron un poco más a mi aprendizaje y experiencia clínica. Ya no apoyaba a
la abogada y psicóloga del IQM en el llenado de la base de datos, puesto que ya no
eran las mismas. Se me pidió apoyar en otras cosas que influyeran en mi desarrollo
profesional.

Mi área de trabajo también cambio, ubicándome en recepción y haciendo algunas


veces de recepcionista, pero aun así, como ya lo había mencionado, hubo más
apoyo en lo perteneciente a mi área de estudio. La ahora coordinadora del área de
psicología me brindo todo el apoyo para que pudiera tener un mayor aprendizaje.
Dándome oportunidad de realizar un par de entrevista a las usuarias que llegaban,
claro, bajo su supervisión. De igual manera me brindo herramientas para realizarlas
mejor. Cualquier duda que tenía sobre qué hacer o no hacer en la atención
psicológica la respondía con mucha dedicación y con el fin de que comprendiera lo
mejor posible.

Por otro lado tuve la oportunidad de que me tomaran en cuenta para estar en un
taller de perspectiva de género realizado en el instituto, el cual tenía como fin que
todo el personal se capacitara y tuviera mayor información sobre el tema. También
realice un curso en línea sobre el mismo tema con valor curricular.

Lo anterior me sirvió para poder acompañar a las psicólogas y abogadas a dar


platicas a las comunidades de El Jaral, Bravo y Presa de Bravo, teniendo así mayor
participación y experiencia en la exposición de un tema. Durante todo este trabajo
tuve el apoyo de las coordinadoras del área jurídica, psicológica, la directora del
instituto y más parte del personal.

Con todo esto pude poner en práctica conocimiento aprendidos en el aula de clases
y de maestros que son experimentados en el trabajo clínico. En las entrevistas que
realice me apoye en lo aprendido haciendo que no fuera una entrevista dirigida, sino
semidirigida, puesto que la institución ya tiene un formato de entrevista.

El grupo psicoterapéutico de mujeres violentadas finalizó después de casi tres


meses; la psicóloga que llevaba el proyecto también finalizó su estancia en la
institución. Aquí también pude poner en práctica lo aprendido en algunas clases con
respecto a cómo trabajar con estos, cómo dirigirlo, hacer puntuaciones e
interpretaciones, tener una mejor escucha y memoria, puesto que son más
participantes y había que tener en cuidado de no confundir lo que cada una
mencionaba.

Mis objetivos principales, que eran poner en práctica los conocimientos adquiridos
en el aula y adquirir nuevos en el transcurso del servicio, de alguna manera se
cumplieron. Destacando lo mencionado en el párrafo anterior con el grupo de
mujeres violentadas. De igual manera pude saber más a fondo cómo se trabaja en
una institución pública y, darme cuenta que no es tan fácil hacer la organización que
se tiene que hacer con todos los proyectos que dirigen las psicólogas, así como
darle mayor importancia al trabajo en equipo.

Respecto de lo adquirido, resalto el tema de la perspectiva de género, abriendo mi


panorama de la importancia de crear instituciones que prestan atención psicológica
a la población vulnerable, en este caso las mujeres que sufren violencia de diversos
tipos y en diversos ámbitos de su vida.

Uno de los objetivos que no se logró fue brindar atención psicológica individual y
esto debido a que no tengo título, ni cedula profesional. Quedando aclarado desde
antes de iniciar el servicio social. Hubiera sido muy provechoso haber puesto en
práctica conocimientos y herramientas adquiridos tanto en la universidad como en
el propio instituto, ya en un ámbito más profesional con pacientes individuales, por
supuesto con la supervisión de la coordinadora.

Para concluir, debo decir que estoy satisfecha con los objetivos logrados en la
institución y haber pertenecido al equipo de trabajo, aunque fue por poco tiempo.
Así como de haber sido parte de la reestructuración, pues he adquirido nuevos
conocimientos que estoy segura me servirán en un futuro para el ámbito laboral.

Agradezco a la institución el haberme dado la oportunidad de realizar mi servicio


social. En especial a la directora, la encargada del programa, la coordinadora del
área de psicología y a la coordinadora del área legal. De igual manera gradezco a
todo el personal que siempre tuvo un trato respetuoso hacia mi persona, además
de brindarme el apoyo y la confianza para realizar algunas actividades dentro y fuera
de la institución.
3-. PROPUESTA

Al estar como apoyo de la psicóloga dentro del grupo psicoterapéutico de mujeres


violentadas, pude percatarme que es una forma de prestar atención psicológica a
todas las mujeres que solicitan el servicio.

La propuesta seria crear un grupo permanente, por el cual pasen todas. Ocurre que
en el momento de solicitar el apoyo legal, sientan no necesitar atención psicológica,
sin embargo, hay cosas que se vuelven difíciles para ellas: la duración del proceso,
el reencontrarse con su agresor, y que le diga que va a cambiar o que la amenace.
Por otro lado esta lo socialmente no aceptado: divorciarse, dejar sin papá a los hijos.
No falta quien diga que era agredida por que “se lo merecía”, “algo ha de haber
hecho mal para merecérselo”, etcétera.

Lo anterior resalta el poco valor que le dan las mujeres violentadas a lo psíquico
durante el proceso legal. Sería importante que llevaran un acompañamiento
terapéutico al mismo tiempo.

La propuesta que se presenta es la de un trabajo integral, que les permitiera a las


mujeres que asisten al Instituto Municipal de la mujer de Corregidora tener una
solidez en la decisión que tomaron y evitar que en un futuro desistan de ésta o
vuelvan a caer en una relación similar. Un trabajo en que psicólogas y abogadas
trabajen a la par, como un trabajo interdisciplinario y multiprofesional, que pueda
ofrecer un servicio integral.

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