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El espacio público-privado en el régimen

biopolítico1.

Christian Berríos

Christianberriosm@gmail.com

Álvaro Ordenes.

aordenesrivera@gmail.com

1. Antecedentes

Febrero de 2018, Paula Díaz Ahumada de 19 años sufre una enfermedad no

diagnosticada que le obliga a estar internada en el hospital de la ciudad de Talca, con un

daño neuronal severo por los tratamientos farmacológicos que los doctores le aplican, ella

no puede moverse de su cama en el hospital y sufre de dolores de fuerte intensidad que

le son incapaces incluso de poder abrazar a su madre y “vivir”. Paula, junto a su familia,

exigen la eutanasia para poner fin a una vida que no puede ser vivida.

Por su parte, el Estado de Chile se niega a otorgarle la eutanasia a Paula, escudándose

en las normas jurídicas vigentes del país y formando una especie de espectáculo

mediatizado, donde se levantan argumentos basados en construcciones valóricas y

morales que escapan del cuerpo jurídico, discursos bioéticos, capaces de sostener una

argumentación política, bajo normas valóricas impuestas al área de la ciencia médica,

para perpetuar espacios de demostración de poder y soberanía; ya no en el territorio de la

nación, sino en el cuerpo de Paula Díaz.

1 Artículo escrito en el marco del Magister de Comunicación Política, para la cátedra de


“Comunicación y Espacio Público” del profesor Claudio Salinas. Instituto de Comunicación e
Imagen, Universidad de Chile. Entregado el 8 de Julio de 2018.
Este ejemplo es solo uno de los miles de casos que existen donde los individuos son

despojados de la capacidad de decidir y actuar sobre su propio cuerpo; la cuestión del

aborto, del matrimonio homosexual o la eutanasia son algunos casos donde se evidencia.

Esta impronta, donde el Estado utiliza como herramientas de coacción las características

biológicas y/o culturales tan íntimas como la orientación sexual, la decisión de ser madre

o la eutanasia, para otorgar gubernamentalidad es parte de los efectos del régimen

biopolítico. Y no solo se evidencia en el marco de situaciones relegadas a la vida íntima,

como la posibilidad de un individuo a practicar la eutanasia o una mujer a abortar, sino

que también se expresa en fenómenos de carácter migratorio, donde se pone en

evidencia las políticas inmunitarias de segregación y exclusión ante las olas migrantes -a

contrapelo de lo propuestos en las declaraciones de derecho.

Por ejemplo, ante uno de los mayores flujos migratorios desde la segunda guerra

mundial2 los países de Europa mantienen centros de refugiados similares a centros de

reclusión, despojando a los individuos su calidad de sujeto jurídico3, asumiendo por vastos

sectores políticos discursos de discriminación basados en la homogeneización de esas

masas de cuerpos, en términos de “terroristas” o simplemente de “quienes no

pertenecen”, negándoles cuestiones básicas como educación o salud, ver las políticas

anti-migratorias de Trump en EEUU, Macron en Francia o de Angela Merkel en Alemania

son alguno ejemplos.

Esto coloca en evidencia dos cosas: La primera son las contradicciones que rigen a las

democracias occidentales modernas, donde existe una contradicción en los marcos

2 Así lo consigna la Unión Europea, donde destaca que cerca de 52 millones de personas han
tenido que huir de su país, mientras 13 millones se encuentran en calidad de refugiados. Para mas
información revisar The Washington Post. “A Global surge in refugees leaves Europe struggling to
cope”. 21 de abril del 2015.
3 “Europa baraja financiar y dirigir centros para migrantes y refugiados lejos de la UE”. Periodico El
Mundo. España. 19 de junio de 2018.
http://www.elmundo.es/internacional/2018/06/19/5b2935c6ca4741d8188b468a.html.
jurídicos y el accionar político, donde el primero no puede hacerse cargo de las

manifestaciones “somáticas” de las vidas biológicas de los individuos 4[ CITATION Baz16 \l

2058 ]. De tal forma, las leyes que buscan normar el despliegue de la vida “social” o el

bíos, entran en contradicción con la ideología o poder del soberano, del Estado burgués o

del mercado, que defienden estructuras morales y éticas particulares, que buscan una

política “totalizante” ante estos casos, utilizando los dispositivos comunicacionales que se

encuentran a disposición de los gobiernos y grupos con importancia económica5.

Y en segundo lugar se evidencia como el régimen biopolítico, entendida como la “política

de la vida y su gestión”, actúa en el cuerpo de los individuos traspasando la barrera de lo

íntimo-privado, generando una indiferenciación en donde el Estado se vale de todo tipo de

características biológicas, sexuales y/o culturales para poder dar “gubernamentalidad” al

régimen democrático burgués. Esta indiferenciación hace que la vida íntima de los

individuos, que se mantuvo relegada al “Oikos” o en la esfera de lo privado, pasará a

constituir por excelencia la esfera de discusión pública, política, de socialización de los

individuos; Agamben hablará de la captura de la nuda vida por el poder soberano, de la

captura de la zoé por parte del bíos soberano.

A diferencia de la elaboración tradicional que se ha levantado por parte de autores de la

segunda mitad del siglo XX, como Sennet o Habermas, en el presente artículo se

evidencia una indistinción entre estos polos que pareciese ser que se transmutan, o se

superponen los unos a los otros en un marco de indeterminación e indiferenciación que

fluye acorde las necesidades del Estado para cumplir su rol de control social.

4 Nos referimos a “manifestaciones somáticas” respecto a la migración desde la perspectiva de


representación de “una enfermedad dentro del cuerpo social” que los gobiernos “tratan”, ya sea con
las zonas de exclusión o con la discriminación en las instituciones de salud hacia los migrantes.
5 Dispositivos de control, que tienen un control activo en la población, utilizan dispositivos jurídicos
para la realización de sus intereses, dispositivos comunicacionales o de control. (Deleuze, 1999;
Agamben 1998; Chul Han, 2014)
A diferencia del ciudadano que intervenía en la polis griega, el cual constituía un pequeño

porcentaje de individuos que hacían parte de dicha estructura social, mientras que las

mujeres y esclavos se excluían de esta esfera, la soberanía de lo privado se mantenía

resguardada en la intimidad de los individuos, dado que el objeto de la política soberana

es la capacidad de dar muerte. Hoy en día esa atribución se esconde en lo que Foucault

menciona como el régimen de “hace vivir y deja morir”.

Dentro de este marco se expresa una tensión en la manera que se ha tratado la

diferenciación entre el espacio público y el espacio privado, existiendo una transmutación

de este mediada por las distintas políticas que ejercen los Estados. En las sociedades de

control -según como Deleuze describe en su Post scriptum sobre estas- la modelación del

comportamiento de los individuos va enmarcada por un bombardeo sistemático de

argumentaciones [ CITATION Del99 \l 2058 ] que pasan desde el carácter valórico-moral

hasta un carácter científico cargado de un discurso bioético. Traspasan la discusión

basada en normas jurídicas para pasar a una argumentación de carácter afectivo,

constante, que se escapa de los “debates públicos” para aparecer en las pantallas de

televisión, Smartphones, correos electrónicos, entre otros.

De tal forma las divisiones entre lo público y lo íntimo-privado, que para los juristas

liberales constituían la piedra angular del orden jurídico democrático [ CITATION Tur01 \l

2058 ], se modifican para ser cada vez más indistinguibles para la política y el derecho 6,

se da poder y gubernamentalidad al conjunto de la sociedad. En este artículo daremos

cuenta de cómo se evidencia conceptualmente dicha problemática y como se expresa en

la realidad.

2. El régimen biopolítico, la democracia liberal y lo público-privado.

6 Esta indistinción se observa en las legislaciones contra la privacidad del internet, donde el
aparato judicial y las instituciones de carácter “públicas” restringen su uso.
El concepto de biopolítica significa según las partes que la componen: bíos que sería la

vida y la política, “la política de la vida o la política sobre la vida [ CITATION Esp061 \l

2058 ]. La biopolítica, como concepto data de sus inicios en el siglo XIX y ha ocupado en

el campo semántico los saberes biológicos, con las ciencias de la vida y el poder político

[ CITATION Baz16 \l 2058 ]. Sin embargo, Foucault en La Voluntad del Saber [CITATION

Fou12 \n \t \l 2058 ] será quien nos brinde el concepto de biopolítica en estrecha relación

con la gestión de la vida y la forma de soberanía disciplinar que se llevaba a cabo en los

Estados modernos liberales.

Para Esposito, la semántica biopolítica en sus inicios consistió en reconocer un orden

discursivo diferente a las teorías filosófico-políticas tradicionales que colocaban una

“barrera artificial” entre los sujetos -o la vida- y el poder [ CITATION Esp061 \l 2058 ]. Esta

“barrera artificial”, que sería la noción del Estado por parte del contractualismo y que es

base en los regímenes democrático-liberales se cuestiona en dos expresiones: Primero,

en los dispositivos de excepcionalidad que utilizan los regímenes demoliberales para

otorgar gubernamentalidad a través de acciones políticas que contradicen sus propios

marcos jurídicos7 [CITATION Aga \l 2058 ]. Y en como la omisión de las mediaciones

institucionales y jurídicas, que laboriosamente habían construido la forma de nuestra

convivencia, se sirven para intervenir directamente en los cuerpos señalando los confines

del espacio público-privado, concepto que rige la estructura jurídica de la modernidad

[ CITATION Baz16 \l 2058 ].

Foucault, quien a través del método genealógico descubre las relaciones del poder, en el

derecho y los sujetos, muestra como objetivo principal del soberano la sujeción del poder

a un determinado orden. Esta sujeción revela al derecho como un instrumento utilizado

7 En el presente articulo no se alcanza a abordar la problemática de los dispositivos de


excepcionalidad y como opera en términos juridicos los Estados de Excepción. Para saber mas
leer “Estado de Excepción. Homo Sacer II, III. Agamben, G.”.
por el soberano para imponer su dominación legitimándose, a sí mismo, sobre la base de

ese derecho que ocupa a disposición suya [ CITATION Esp061 \l 2058 ].

Este escenario de indeterminación jurídica donde las leyes son utilizadas por el soberano

a gusto como si fuera el nuevo pastor laico, se encuentra atravesado por la intromisión de

las ciencias médicas8 en el ámbito que antes era competencia del derecho, el cual

determina un régimen ya no basado en la abstracción de las relaciones jurídicas, sino en

tomar a cargo la vida en el cuerpo mismo de quienes son sus portadores [ CITATION

Fou12 \l 2058 ].

En ese sentido, Bazzicalupo definiría la biopolítica de la siguiente forma dentro de las

características del régimen biopolítico

(…) deriva de la política en dirección a la vida biológica: La política se hace cargo de la

gestión de la vida biológica insertándola en un programa de protección y de incremento

que culmina en la producción de lo humano y en la domesticación del ser, seleccionando

y rechazando a lo inhumano y lo subhumano, aquellas vidas patógenas que representan

amenaza o son inadecuadas. [ CITATION Baz16 \l 2058 ]

Esposito definirá el objeto de la biopolítica en los términos de como la vida misma se sitúa

en el centro de cualquier procedimiento político. Es decir que ya no es concebible otra

política que una política de la vida, en el sentido objetivo y subjetivo del término

[ CITATION Esp061 \l 2058 ]. La política de la vida, que tiende una estrecha línea con la

“tanatopolítica”9, y la gestión de esta se evidencia cuando se colocan en tela de juicio las

llamadas “ayudas humanitarias” en sectores de alto riesgo, como Haití, medio oriente,

Palestina, etc. Existe un aparato discursivo en torno a la defensa de la vida y a la

8 Byung Chul Han, en “Psicopolítica” (2014), refiere a una dislocación del objeto del poder político,
en el marco que los saberes médicos pasan a ser saberes sobre la “psique” humana, cuestión que
habría que discutir mas a fondo.
9 Política de la muerte.
humanidad, mientras que se dejan morir a miles de sujetos en estos países. Se exhiben

cuerpos destrozados por las “causas” de las guerras para mostrar la necesidad de

intervenir contradictoriamente con bombardeos y elementos de primera necesidad; la

guerra “contra el narcotráfico” donde contradictoriamente se “combate” pero a la vez los

organismos de seguridad del Estado mantienen lazos con los grupos de narcos como en

Centroamérica los “Narco-Estados”, el caso mexicano es ejemplar.

¿Qué forma de administración más palpable que esta podemos encontrar en la realidad?

Por una parte, se deja morir a jóvenes drogadictos en cárceles o centros de rehabilitación,

por otra se criminaliza fuertemente y se llevan campañas mediáticas y políticas contra

este, y todo atravesado por casos -que difícilmente se pueden llamar aislados- de

cooperación entre los agentes de seguridad del estado10.

Estas características en las formas de dar gubernamentalidad que existen actualmente

son constitutivas de las formas de gobierno de la democracia liberal occidental. Una forma

democrática que en palabras de Walter Benjamin tomadas por Agamben en su texto

“Estado de Excepción”[CITATION Aga \l 2058 ] menciona como “La excepción se ha

vuelto regla”, a través de la aplicación de formas de gobierno que escapan las formas

jurídicas características de la democracia, gestionando las nudas vidas de los individuos a

través de métodos de excepcionalidad jurídica que ponen en evidencia el régimen de

gobernanza que tienen las democracias occidentales. Estos métodos de excepcionalidad

jurídica desdibujan los límites entre el derecho y la política, algo muy similar a la

indiferenciación cada vez mayor entre los espacios públicos y privados de los individuos.

Lo que en las democracias y repúblicas antiguas era la piedra angular del derecho -la

10 En entrevistas con el ex director de la DINA Manuel Contreras revelan los negocios que tenía la
dictadura de Pinochet con productores y distribuidores de cocaína y pasta base en la década de los
80’. También se pueden ver los últimos casos de Carabineros que van desde venta de armas a
pandillas de narcos en distintas poblaciones o “extravío” de armamentos de medio y alto calibre en
bodegas de carabineros.
división de lo público y privado, la acción en torno a la polis y la acción relegada al Oikos -

el derecho y la política en la actualidad atraviesan las vidas biológicas de los individuos,

convirtiendo a los humanos en la figura del derecho romano “homo sacer”, [ CITATION

Aga98 \l 2058 ]. Cuerpos que ya no son sujetos de derecho, que pueden dejarse morir o

mantener vivos acorde a la necesidad del soberano, de esa misma forma el derecho a la

privacidad que detentan los individuos se ve ultrajada por las dinámicas de un biopoder

que se vuelve prácticamente totalizante en la sociedad de control11. Biopoder que regula

la vida social desde su interior, diferenciándola de la biopolítica, refiriéndonos al régimen

de gestión de la vida y las decisiones que se toman en torno a ella.

2.1 De la sociedad disciplinaria a la sociedad de control: Se estrecha la delimitación

público-privado.

La sujeción al orden, en la sociedad disciplinaria, iría a ser desarrollada en instituciones

que buscan normalizar a los sujetos a través de espacios disciplinarios (de círculos

cerrados por los que uno pasa en la vida -la escuela, el cuartel, la fábrica, por ejemplo),

mediante procesos de normativización y transmisión valórica que homogeneizan al

individuo. Sin embargo, las estructuras de normalización disciplinaria: como el trabajo en

la fábrica, el estudiante en la escuela, el registro delictual en los centros penitenciarios se

desplaza como espacio predominante de gestión de la vida, abriendo paso a nuevas

formas de control que buscan administrar la agonía de las instituciones disciplinarias en

crisis y la vida de los individuos[ CITATION Del99 \l 2058 ].

La crisis del modelo fordista de organización de la producción en la sociedad occidental,

la extensión de la financiarización de la economía y del crédito a nivel global y el

11 Véase aquí las cuestiones asociadas al uso del “big data”. La venta de información de
información de cuentas de Facebook a la campaña de Trump o la información privada que detentan
las entidades bancarias.
https://www.nytimes.com/es/2018/03/20/cambridge-analytica-facebook/
extensivo desarrollo de métodos de control a través de avances tecnológicos que

muestran una sociedad cada vez más mediada por sus dispositivos[ CITATION Mar01 \l

2058 ], la aparición de shows televisivos que juegan con la intimidad de los individuos, y la

mediatización creciente de problemas de carácter social que se buscan patologizar -como

la adopción homosexual o el aborto libre-, vienen a representar una nueva forma de

gubernamentalidad a los Estados modernos, vienen a mostrar con mayor claridad la

indeterminación que existe entre el derecho y la política, y la indiferenciación entre lo

público y lo privado [ CITATION Har00 \l 2058 ].

El biopoder, que se expresa en profundidad en las sociedad de control, serían las formas

concretas de intervención de la política sobre la vida biológica. Foucault define el biopoder

como:

“Conjunto de mecanismos por medios de los cuales aquello que, en la especie humana, constituye

sus rasgos biológicos fundamentales podrá ser parte de una política, una estrategia política, una

estrategia general de poder” [CITATION Fou06 \p 15 \l 2058 ].

La más alta función de este poder es infiltrarse cada vez más en la vida para así

administrarla. El biopoder refiere a una situación en la cual el objetivo del poder es la

producción y reproducción de la misma vida. En las sociedades de control, este poder no

actúa solo en los espacios cerrados y cuantificables, donde operaba la normalización en

la sociedad disciplinar, sino que utiliza todas las redes, espacios abiertos por los avances

de la informática y la tecnología, abiertos por las omisiones de mediación jurídica en las

acciones políticas y por la desterritorialización de los espacios que antes le eran

característicos de la sociedad disciplinaria. El poder es entonces expresado como un

control que se extiende por las profundidades de las conciencias y cuerpos de la

población - y al mismo tiempo a través de la totalidad de las relaciones sociales

[ CITATION Har00 \l 2058 ]


Agamben, hará una lectura del marco jurídico romano para demostrar las continuaciones

del marco jurídico que permiten la excepcionalidad y la indeterminación jurídica, colocará

la figura del Homo Sacer como el “ser matable”, el cuerpo que es despojado de su

condición de sujeto y que ve su nuda vida capturada por este biopoder, o esta bíos del

soberano. Aquí se encuentra uno de los ejes conceptuales en los cuales podemos

establecer una tensión entre el fin de la división de lo público-privado, en el marco de la

intromisión del biopoder en la zoé (entendida como vida biológica), en una sociedad de

control donde la normalización escapa del marco disciplinar de las instituciones cerradas

para atravesar todos los ámbitos de la vida privada e íntima que la sociedad moderna y su

jurisdicción defendían como eje estructurante del marco jurídico.

3. La indiferenciación de lo público-privado: La captura del zoé y el soberano

3.1 La zoé y la nuda vida

Agamben realiza una lectura sobre el régimen biopolítico a través de dos términos que

explicarían la condición de la vida en la sociedad: la zoé y el bíos. Estos conceptos

aparecen en primer momento en los escritos de Aristóteles y Platón en el marco de la

constitución del sujeto y de su vida político-social.

El estudio investigativo de Agamben colocará en el centro las contradicciones que posee

el marco jurídico de los Estados modernos respecto al control de la nuda vida, bajo una

suerte de excepcionalidad constante que colocará esta nuda vida al servicio de la

necesidad del soberano [ CITATION Aga \l 2058 ]. La zoé, capturada por el poder

soberano y su bíos, tiende a colocar al cuerpo desnudo de los individuos como objeto

principal de la biopolítica, en ese sentido las distinciones entre lo que es “íntimo-privado” y

lo que es “público” -en el marco de los “sujetos de derecho”- se ven desdibujadas por la

captura de la zoé en los mecanismos de gobierno de las democracias burguesas.

Para Agamben la zoé refiere a:


“(…) sólo el hecho de vivir, común a todos los seres vivos (...) (que significativamente

carece de plural griego) porque trataba de una simple vida natural. Y no de una vida

cualificada, un modo de vida en particular” [CITATION Aga98 \p 9 \l 2058 ].

El “solo hecho de vivir, común a todos los seres vivos” es el rasgo constitutivo de la zoé,

Aristóteles utiliza el concepto de zoé para explicar la vida en el marco de una vida

despojada y libre de las discusiones y hechos que sucedían en la polis.

Aristóteles hace el ejercicio de hablar de la zoé haciendo un símil respecto a dios como

vida noble y eterna, también utiliza el término para describir el acto del pensamiento, pero

la zoé bajo el umbral de la política no tendría sentido. Para Aristóteles, la idea de vivir

según el bien es un fin, y qué bajo la falta de adversidades, las personas se aferrarían a la

vida (zoé) en busca de” serenidad y dulzura natural”12.

La zoé, en el mundo clásico, es excluido de la polis y queda recluida sólo a la vida

reproductiva, al ámbito del Oikos -del hogar, excluido de la polis. Agamben, distingue los

sujetos del iokonómos (jefe de una empresa) y el despotés (cabeza de familia),

preocupado de la reproducción y mantenimiento de la vida al ser político. La separación

de estas “vidas” se refleja en la categoría de “politikon zoon”, donde Agamben rescata que

lo político no es un atributo del viviente como tal y que la política humana se diferencia del

resto de los vivientes porque está “ligado al lenguaje, sobre una comunidad de bien y de

mal, de justo y de injusto, y no simplemente de placentero o doloroso” [CITATION

Aga98 \p 11 \l 2058 ]. Por tanto, en la antigüedad el hombre era, “un animal viviente y

además capaz de una existencia política”.

12 Es interesante ver lo que Sennet menciona en el marco de como la “vida política” -la res
publica- bajo el gobierno de Augusto fue decayendo en cuanto la vida de la república se vio
“incruenta”, los ciudadanos romanos se refugiaron en su privacidad, principalmente bajo el umbral
de la reflexión y la influencia cristiana. [ CITATION Sen78 \l 2058 ]
Esta vida relegada al Oikos y con centro en la reproducción misma de esta y su

existencia, Agamben le denominará nuda vida o zoé. La cuestión de la nuda vida y su

terminología no es casual, sino que es desarrollada en el marco de los estudios del código

jurídico romano y la figura del “Homo Sacer”. La figura del Homo Sacer coloca al sujeto en

la legislación romana para justificar su muerte, la inclusión de la vida en el texto jurídico es

para al mismo tiempo excluirla de esta.

El desarrollo investigativo evidenciará que los Estados modernos, y los métodos

biopolíticos utilizados, toman como objeto privilegiado del poder a los cuerpos de los

sujetos, sus nudas vidas quedan captadas a través de una política que no permite una

realización de la zoé en los sujetos.

“Las declaraciones de derechos representan la figura originaria de la inscripción de la vida

natural en el orden jurídico-político del Estado-nación. Esa nuda vida natural que, en el

Antiguo Régimen, era políticamente indiferente y pertenecía, en tanto vida creatural, a

Dios, (…) Pasa ahora al primer plano de la estructura del Estado y se convierte incluso en

el fundamento terreno de su legitimidad y de su soberanía”.[CITATION Aga \p 162 \l 2058 ]

2.2 La soberanía del bíos

Por otra parte, bíos, hace referencia a la “forma o manera de vivir propia de un individuo o

grupo” [CITATION Aga98 \p 9 \l 2058 ], son las relaciones por las que pasa el sujeto más

allá de su vida biológica, las que son aprehendidas por parte del Estado, por la

socialización con sus pares o por la acción dentro de lo público, político.

Agamben rescata de Platón la distinción de tres tipos de “vidas”, la contemplativa del

filósofo (bíos thoeretikos), la vida del placer (bíos apolausticos) y la vida política (bíos

politikos), donde no cabría el término zoé, por el hecho que definen una construcción

identitaria de cada individuo, donde las cualidades no son naturales, sino trabajadas,
exploradas y experimentadas en una acción que haría referencia a la formación o

realización del ser bíos[ CITATION Aga98 \l 2058 ].

La bíos en la sociedad es atravesada por el contexto histórico determinado o el

ordenamiento del régimen de gobierno en el que se encuentran, o las necesidades de los

individuos en determinado momento. Es donde se atribuyen todas las características que

separan al hombre de la “vida natural”, como el lenguaje, la noción de lo justo e injusto, el

bien y el mal [ CITATION Baz16 \l 2058 ], y así como los heterogéneos aspectos culturales

dados a cada espacio territorial definido -y que pareciese que estuviesen

homogeneizándose a escala planetaria.

El concepto de bíos ha sido abordado por Foucault en las cátedras del College de France,

refiriéndose a ella como “vida biológica” o “vida en sí misma”[CITATION Fou06 \t \l

2058 ] . Esposito, evidencia que existe una definición ambigua en el marco del significado

del “bíos”, en una supuesta indivisión del concepto bíos/zoe, dado que la zoé sería una

parte constitutiva del bíos [ CITATION Esp061 \l 2058 ]. Esta discusión puede llevarnos a

la elaboración de otro material de discusión, qué por su complejidad, no podemos abordar

acá.

Esta idea separada de zoé y bíos que poseía Aristóteles, y rescatada por Agamben,

habría cambiado en los umbrales de la vida moderna; cuando la vida natural empieza a

ser incluida en los mecanismos y cálculos del poder estatal transformando la política en

bio-política [ CITATION Aga98 \l 2058 ]. Ya no hay una concepción del hombre como

animal y ente político, sino que el hombre es un animal en cuya política está entredicho su

vida de ser viviente [CITATION Fou12 \t \l 2058 ]

Ahí es cuando la zoé es capturada como el objeto de la política en el Estado moderno,

cuando la bíos del soberano se vuelve totalizante y entran por todos los poros posibles a

los rincones de la zoé. Esto es un antecedente de los efectos y los límites en los que
operan las categorías tradicionales que explican el ordenamiento jurídico de los Estado

modernos; Lo público-privado.

Si los individuos son capturados en su zoé, en su vida biológica misma, las

consecuencias son la intromisión del aparato del Estado, del soberano, en la vida íntima y

privada de todos los individuos. La delimitación de que es privado y que es público se

disuelve a medida que se trabaja directamente sobre la nuda vida de los cuerpos.

No queremos decir que la zoé sea análogo a lo privado y lo bíos a lo público. Lo bíos se

encuentra tanto en lo privado como en lo público, sin embargo, esta captura de la nuda

vida modifica los límites del espacio público. Realizar una analogía del zoé/bíos con lo

privado/público, sería irresponsable, dichas categorías operan en distintos niveles de

análisis en la discusión teórica, como también ocupan funciones distintas dentro de los

Estados modernos.

Sin embargo, que el objeto de la política se haya convertido en la zoé de los individuos,

ha provocado una primacía de las libertades individuales sobre las obligaciones

colectivas, que tiende a remarcar el primado de lo privado sobre lo público [ CITATION

Aga98 \l 2058 ], se evidencia en los regímenes neoliberales con mayor expresión y

brutalidad la individualización de lo que antes correspondía al conjunto del cuerpo social 13,

pero a la vez una subjetividad totalizante que embrutece, controla y normaliza a los

cuerpos en una sociedad caracterizada por el poder de control [ CITATION Chu14 \l

2058 ].

De tal forma el régimen biopolítico traspasa las barreras de lo que se constituye como

“privado-público”, desplazando la barrera de este como si fuese una línea que se moldea

13 Se puede evidenciar la individualización y “privatización” (en el entendido de lo que antes era de


preocupación colectiva pasa a ser de preocupación privada) con las cuentas de capitalización
individual en el sistema de previsión, la explosión de la educación superior privada, los “trabajos
por cuenta propia” y un conjunto de políticas que exploran las “libertades individuales”.
ante las necesidades del soberano, la captura de la zoé por el poder político se ha

tornado en uno de los factores centrales ante el fin de la delimitación público-privado y su

uso en el léxico jurídico-político.

3. Los efectos de la biopolítica en el espacio público-privado.

Para conceptualizar lo público, se identifican al menos dos modelos que distingue

Gallegos [CITATION Gal13 \n \t \l 2058 ], primero asocia lo público dentro de un “vocablo

público”, por medio de exponentes de la filosofía política -Norberto Bobbio, Alejandro

Sahuí y Nora Rabotnikof- distingue tres acepciones que abordarían lo público: “la primera

está asociada a lo visible y se opone a lo oculto; la segunda, vinculada con lo accesible y

se contrapone a lo cerrado; mientras que la última acepción se relaciona con el interés

común y se opone al particular” (Bobbio, 1996; Sahuí, 2002; Rabotnikof, 2005 en

Gallegos, 2006). Esto, Gallegos lo realizá a través de una lectura de Arendt colocando la

acción y la deliberación como ejes centrales en lo constitutivo de lo público. Donde hay

acción, discusión y deliberación, es donde se expresa lo público.

Y para una noción de lo privado, Sennet utiliza de ejemplo la diferencia entre el pasado

romano y el presente moderno y la significación de la intimidad para los dos casos. Este

expone que los romanos buscaban en lo privado o intimo algún principio nuevo para

oponerlo a lo público, “un principio basado en la trascendencia religiosa del mundo”

(Sennet, 2011). Ahora en la modernidad, en lo privado no se busca un principio nuevo,

sino una reflexión, que responda a nuestros estados de identidad cambiante y coloca los

sentimientos como factor sustancial de esta. “Hemos tratado de transformar en un fin en

sí mismo el hecho de estar en la intimidad, solos con nosotros mismos o con la familia y

los amigos íntimos” (Sennet, 2011).


Una lectura más contemporánea, coloca al internet como espacio des-territorializado, el

cual tiene dentro de sus características la mediatización de debates públicos, donde

existe una interacción con el debate que afecta al colectivo. Si hay acción no importarían

los espacios físicos en donde se hace lo público; siempre que se reúnan los hombres se

abre la posibilidad de espacio público, porque de lo que se trata es de acción y

deliberación [ CITATION Gal13 \l 2058 ] y hoy ese espacio indefinido también incluiría a

las redes sociales y los medios informáticos masivos.

Las nuevas formas de comunicación y gestión de la información, logran que la indistinción

de lo público/privado se potencie, y ayudarían a profundizar los efectos del régimen

biopolítico de diversas formas: La exposición de datos personales, como los gustos,

“enfermedades”, viajes, las compras por internet, presentar una solicitud de empleo o

pedir un préstamo bancario etc. controlan las acciones a través de una empatía artificial

premeditada y alevosa respecto a tus gustos que manifestaría un control sublime de

nuestras vidas al entregarnos alternativas para nuestra realización (bíos), dejando de lado

la experiencia propia hacia lo nuevo. También se refleja en como las redes y el internet

han servido como espacios de “publicitación”14 a expresiones políticas surgidas desde la

vida biológica de las personas, y que expresan “la indiferenciación de los límites de una

necesidad que se vuelve pública dentro del marco privado, y que el marco jurídico no

tiene como responder. Esta incapacidad jurídica sobre los cuerpos se muestra en distintos

casos en internet y a esto proponemos dos casos: La realización de abortos clandestinos

y la información para su realización se encuentran través de estos dispositivos -a

contrapelo de las normas jurídicas de cada nación; y en segundo lugar la utilización de las

14 Publicitación en el marco de una acción que se vuelve “publicitada”, que se difunde a través de
las redes y que no constituye tradicionalmente lo que se entiende como público, sino como
mediatización de una situación.
redes sociales para la exposición de casos de personas con enfermedades terminales, las

cuales piden ayuda para el tratamiento de sus enfermedades con la donación de

medicamentos que respondan a sus necesidades, todo esto bajo el supuesto amparo y

abandono del Estado.

También se evidencia como lo íntimo-privado es colonizado por discursos de carácter

moral y éticos, bajo concepciones erradas o falsas, como, la imagen del feto “quiero ser

ingeniero” que protagonizaron los movimientos provida en Argentina, y que fue duramente

criticada y satirizada por su falso contenido al demostrar que un feto quiere realizarse,

esta intromisión a la vida íntima-privada por parte de discursos bioéticos, amparados por

la Iglesia y la mayoría de los Estados occidentales, muestra cómo la cuestión pública se

inmiscuye en lo privado y viceversa, bajo la mirada biopolítica el feto se expone como

bíos sin aún ser siquiera zoé, se expone como sujeto de derecho sin siquiera haber

nacido.

El régimen biopolítico, entendida como la “política de la vida y su gestión”, actúa en el

cuerpo de los individuos traspasando la barrera de lo público/privado, generando una

indiferenciación en donde el Estado se vale de todo tipo de características biológicas,

sexuales y/o culturales para poder dar “gubernamentalidad”. Para traspasar esa barrera,

es necesario incluir la influencia que tuvo la clase burguesa en el siglo XVIII, para

establecer nuevos patrones de lo público y privado en la sociedad moderna, que

“mediante la cual el interés público de la esfera privada en la sociedad burguesa deja de

ser percibido de manera exclusiva por la autoridad y comienza a ser tomado en

consideración como algo propio por los súbditos mismos [ CITATION Hab11 \l 2058 ]),

acción que aún se percibe, por ejemplo en la utilización de personas famosas por parte

del estado para influenciar a los públicos. De tal forma, se dan contradicciones entre los
casos particulares de interés público y las leyes que buscan dar respuesta al despliegue

de la vida social o al bíos, a través de posturas basadas en “estructuras morales y éticas

que aplican una política “totalizante” utilizando los dispositivos comunicacionales que se

encuentran a disposición por parte del Estado y los grupos económicos. Siguiendo una

lectura habermasiana, a la cual Martín-Barbero hace referencia de cómo se conectan los

discursos de la publicidad burguesa, y que puede tener relación con una lectura

biopolítica dado los ejemplos anteriores en las nuevas herramientas de comunicación:

“La publicidad, en el sentido habermasiano, va a conectar entonces dos discursos.

Primero, el de la prensa que ensambla lo privado en lo público a través del debate entre

las ideologías y la lucha por la hegemonía cultural; y segundo, el de la propaganda

comercial que transviste de interés público las intenciones y los intereses privados. A

caballo entre ambos discursos se produce el desdoblamiento que lleva de lo público al

público que conforman los lectores, los espectadores y los consumidores de cultura”

[CITATION Mar01 \p 2 \l 2058 ].

Así esta indiferenciación de lo público/privado hace que la vida íntima de los individuos,

que se mantuvo relegada al “Oikos” o en la esfera de lo privado, pasará a constituir por

excelencia la esfera de discusión pública, política, de socialización de los individuos. Y así

las resoluciones políticas se justifican cada vez más lejos del marco del derecho, sino

“más bien a través de apelaciones dirigidas al sentir público que es colocado frente a

alternativas apasionadas que entrañan la vida o la muerte, el bienestar o la pobreza”

(Bazzicalupo. 2016).

Un caso de ejercicio de poder es el de los niños mapuches de la comuna de Ercilla el cual

carabineros obligó a desnudarse bajo el supuesto de un control de identidad. Dicha acción

-en manos de un órgano público que es la fuerza policial- muestra esta transgresión
público/privado y la gestión de los cuerpos, en una zona de indistinción jurídica, donde se

expresa con mayor claridad esta idea de cómo la bíos del estado posee un carácter de

ente supremo, que nos ve como simples cuerpos infringiendo o vulnerando nuestros

derechos ( en el marco de lo público), y arrebatando nuestra integridad (en la intimidad

de lo privado) ocultándola bajo una fachada de un Estado democrático para llevar a cabo

este ejercicio de poder sobre la naturaleza de los vivientes y así legitimar su accionar de

normativa sobre la vida. Se evidencia lo que Agamben habla de la captura de la nuda vida

por el poder soberano, de la captura de la zoé por parte del bíos. Lo privado se sustrae de

la intmidad de los individuos para ser objeto de política de los Estados, se observa en la

cuestión del aborto -donde la discusión pública del aborto nace frente a una necesidad de

resolver el derecho íntimo de ser madre o no-, se observa en el caso de la fuerza policial

en el territorio Mapuche -donde la fuerza policial transgrede todas las normas del derecho

internacional, identificando cuerpos que no están sujetos a derecho, se transgrede su

cosmovisión y su integridad que componen lo privado- y se observa en las decisiones

sobre la eutanasia y todas las cuales tengan en su eje la vida misma de los individuos.

4. Conclusión

A modo de conclusión podemos ordenar el objeto de estudio del artículo en tres

postulados: El primer hace referencia a la captura de la nuda vida por parte del soberano,

de la zoé por parte de una bíos que se nutre de la nuda vida para poder dar

gubernamentalidad y control al Estado moderno. En segundo lugar, esta captura de la zoé

por parte del soberano tiene como efecto que las esferas de lo privado vayan entrando en

una zona de indiferenciación con las cuestiones de carácter público. El Estado y las

instituciones representativas del mercado liberal, pueden obtener y utilizar datos que se

encuentran dentro de la esfera privada e incluso son defendidas por declaraciones de

derechos y normas jurídicas. Esto coloca el tercer eje de discusión sobre la mesa, que
existe una contradicción e indeterminación de las normas jurídicas que rigen lo íntimo,

privado, biológico de los cuerpos con las acciones políticas de los Estados modernos, que

tendría como expresión en el fin de la separación entre lo público y privado, lo que existía

antes como un ordenamiento universal bajo esta categoría, ahora se evidencia en una

invasión doble entre lo que es público y lo que es privado, una indistinción.

En ese sentido, las formas tradicionales de entender los conceptos público/privado siguen

teniendo un uso descriptivo en torno a situaciones de la realidad contemporánea, sin

embargo la utilización de estas categorías está completamente influida en las formas

biopolíticas de gobierno, en la captura de la zoé por el poder soberano, que condiciona los

limites de lo privado y de lo público. Lo privado y público como categoría universal se

pierde en los vaivenes de los Estados modernos para mantener la reproducción del

capitalismo, sea bajo un régimen democrático-liberal o un régimen autoritario-liberal.

Dentro de la discusión respecto al régimen biopolítico sería interesante abordar en

investigaciones futuras los efectos y mecanismos que utilizan los regímenes democrático-

liberales en la “psique” de los individuos, comparar lo propuesto por Byung Chul Han

(2014) sobre un régimen psicopolítico y no biopolítico, en el marco donde las sociedades

de control van más allá de los cuerpos de los individuos, afectando su “psique”.

Definitivamente la concepción de espacio privado-público y su indiferenciación, se verían

complementadas por los postulados de Chul Han.

Otra de las cuestiones que nos llaman la atención y es muy importante para la

investigación futura, es la manera de vincular las distintas formas de control y de gobierno

por parte del régimen biopolítico en el marco de la propiedad privada de los medios de

producción. Las políticas de los gobiernos, además de los efectos que generan en los

individuos y los cuerpos, tienen una razón de ser que escapan de la gestión de los
cuerpos. La gestión de los cuerpos es una condición necesaria para dar

gubernamentalidad a los Estados contemporáneos, pero esa gubernamentalidad está

dada para continuar la reproducción del capitalismo. Como la biopolítica puede escapar

de la representación de las formas de gobierno, para pasar a la explicación del porqué de

dichas formas de gobierno. Agamben, lo realizá a través del código jurídico romano,

Foucault a través de la genealogía del poder y Marx lo da a través del materialismo

histórico. Sin embargo, sería muy interesante vincular los orígenes de la sociedad

contemporánea -bajo el marco de un determinado modo de producción- con las formas de

gobierno y control que ejerce el régimen biopolítico, cuestión que en el contexto actual se

vuelve vertiginoso e imperante.

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