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1. INTRODUCCIÓN
En los procesos de gene targeting el fragmento integrado bien puede ser un gen
inexistente previamente en el organismo o bien un fragmento homólogo a un gen
endógeno, el cual se utiliza para modificar in situ el gen original. La alteración de genes
en su ambiente natural es una potente herramienta con la cual estudiar la función de estos
genes, y modificar genéticamente los organismos. Aunque la introducción de genes
mediante gene targeting vía recombinación homóloga es una práctica común en levaduras
y células procariotas, así como en células madre (troncales o stem cells) de ratones, su
eficiencia en plantas superiores no es aún suficiente como para su empleo de forma
rutinaria.
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Considerando los factores que mejoraron las frecuencias de gene targeting en células
madre de ratones, se han realizado varias aproximaciones experimentales para mejorar la
frecuencia de la recombinación homologa frente a la ilegítima en plantas superiores. Sin
embargo, ni el aumento de la longitud de la región de homología en el ADN transferido,
ni la incorporación de marcadores seleccionables negativos se ha resuelto en un
incremento significativo de la frecuencia de gene targeting en plantas.
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Debido a esto se han diseñado otras estrategias con el fin de obtener un aumento
significativo de la frecuencia de gene targeting, entre las cuales se puede destacar el uso
de oligonucleótidos quimera de ARN/ADN, los sistemas de recombinación cre-loxP, la
inducción de roturas de tipo DSBs en puntos concretos del genoma, o el uso de sistemas
genéticos participantes tanto en procesos de recombinación homóloga como en NHEJ.
Además se ha desarrollado un sistema efectivo de selección positiva/negativa de los
eventos de recombinación.
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El sistema Cre/loxP del bacteriófago P1 es uno de los sistemas SSR más estudiados hasta
la fecha. Este sistema consta de dos componentes: por un lado dos sitios loxP que son
regiones de 34 pb formadas por dos repeticiones invertidas de 13 pb separadas por una
secuencia espaciadora asimétrica de 8 pb que es lo que da la direccionalidad del sitio
loxP. Los dos sitios están normalmente clonados en orientación directa, flanqueando una
secuencia de ADN. El segundo componente es el gen cre codificante para la recombinasa
Cre, que se une específicamente a los sitios loxP produciendo la recombinación entre
estos sitios y eliminando la secuencia entre ambos (Arumugan y col., 2007; Ream y col.,
2005; Sauer, 1998).
La orientación relativa de los sitios diana loxP uno con respecto al otro determina
el resultado del proceso de recombinación (Figura 1.1): se puede producir la pérdida de la
secuencia situada entre dos repeticiones directas en forma de molécula circular, o integrar
una molécula circular en una lineal (1A); o se puede invertir el ADN entre dos sitios loxP
invertidos (1B). Aunque en baja frecuencia, también se podría producir intercambio de
secuencias presentes en dos moléculas distintas de ADN (1C) (Branda y Dymecky, 2004;
Ream y col., 2005).
Figura 1.1 Resultado del proceso de recombinación entre dos sitios loxP por acción de la
recombinasa Cre, en función de la orientación y localización de estos sitios de reconocimiento.
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Se ha visto que una de las formas más efectivas para aumentar la frecuencia de
recombinación homóloga es crear roturas de doble cadena en los sitios diana del
cromosoma destinatario (Puchta y col., 1993). La rotura estimula el sistema de reparación
de ADN celular y en presencia de un molde homólogo se puede producir la reparación a
través de recombinación homóloga.
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intracromosomal en Arabidopsis del orden de 1000 veces con la escisión del transposón
Ac/Ds, obteniendo tasas de recombinación homóloga de entre 10-3 a 10-4.
Todas estas aproximaciones no obstante, tienen un bajo nivel práctico ya que esta
estrategia implica crear previamente en el genoma de la planta sitios diana para las
enzimas utilizadas o bien utilizar elementos transponibles que se insertan al azar en el
genoma, sin estar por lo tanto dirigidos a genes endógenos.
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Figura 1.2 Representación esquemática de una nucleasa ZFN de tres dedos de zinc. Son
necesarios dos sitios de reconocimiento de 9 pb en orientación invertida. Aunque se pueden
diseñar ZF capaces de reconocer una amplia variedad de secuencias, son las de tipo 5’
NNCNNCNNC(N)4-6GNNGNNGNN 3’ las de mayor especificidad.
Entre los trabajos realizados en este aspecto cabe destacar aquellos en los que se
ha trabajado con genes de organismos con alta eficiencia de gene targeting, como es en el
caso de la expresión de los genes RecA y RuvC de Escherichia coli en tabaco (Reiss y
col., 1996; Shalev y col., 1999), en los que se consiguió incrementar la frecuencia de
recombinación homóloga en torno a 10-12 veces. RecA tiene la función de unirse a ADN
de cadena sencilla y buscar zonas de homología en ADN duplexo; RuvC es una nucleasa
que resuelve los intermediarios (Holliday juntions) formados en el proceso de
recombinación. En este mismo sentido, la sobreexpresión de genes que actúan en el
proceso de recombinación homóloga puede provocar aumentos de la frecuencia de la
misma en células somáticas de organismos superiores, como se ha visto al introducir
copias del gen RAD54, gen específico de HR de levaduras, en Arabidopsis (Shaked y col.,
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2005). De igual manera, la anulación de la expresión de genes como Ku70, Ku80 y LigIV,
que participan en NHEJ podrían favorecer que la reparación de las DSBs se produjera por
HR (Pierce y col., 2001).
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Las roturas en la doble cadena de ADN están entre las formas más citotóxicas de
daño del ADN, y pueden dar lugar a aberraciones cromosómicas e inestabilidad del
genoma. Aunque estas roturas pueden originarse en un genoma por distintas causas como
la radiación ionizante o diferentes agentes químicos, la principal causa de la aparición de
DSBs en una célula suele ser la proliferación de errores durante la replicación del ADN,
ya que este proceso puede convertir una rotura de cadena simple en una DSB. La
reparación errónea o la ausencia de reparación pueden llevar a graves alteraciones en el
genoma, con lo que la adecuada reparación de éstas es fundamental para el
mantenimiento de la integridad del genoma.
Las roturas de tipo DSB en el ADN pueden ser reparadas fundamentalmente a través de
dos mecanismos: mediante recombinación homóloga (HR), o mediante recombinación
ilegítima (NHEJ).
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1.2.2.1.Recombinación Homóloga
Existen tres modelos de recombinación homóloga, los cuales están basados en gran
medida en los estudios llevados a cabo en levaduras (Bray y West, 2005; Britt y May,
2003; Puchta, 2005).
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Igual que en el modelo anterior, la reparación es iniciada por una digestión del
extremo 5’ formando una larga cola de ADN de cadena sencilla 3’, que invade un dúplex
homólogo y ceba la síntesis de ADN (Figura 1.5A). En contraste con el modelo DSBR, el
ADN sintetizado de nuevo se re-alinea con la otra parte de la rotura, reparando la rotura y
reduciendo la probabilidad de formación de uniones Holliday y de sobrecruzamientos, los
cuales podrían ser altamente mutagenéticos si esta reparación ocurre entre regiones
ectópicas con menor homología. No obstante, la formación de uniones Holliday puede
ocurrir durante la reparación SDSA, y los sobrecruzamientos podrían no ser mutagénicos
si se restringen a cromátidas hermanas.
Figura 1.5 Vías de reparación de DSBs en células somáticas. La HR es iniciada por una digestión
del extremo 5’, formando largas colas 3’ las cuales son cubiertas por la proteína RPA. (A) En el
modelo de SDSA la formación de filamentos de RAD51 promueve la búsqueda de homología y la
invasión de la hebra, pudiendo formarse uniones Holliday. (B) En el modelo SSA se toma como
molde para la reparación repeticiones homólogas próximas al lugar de la rotura, con pérdida de
la información situada entre estas repeticiones.
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Hay evidencias de que estas tres vías de recombinación homóloga están actuando
en plantas, y el convencimiento creciente de que gran parte de la maquinaria molecular es
común entre los diferentes mecanismos de recombinación homóloga (Puchta, 2005;
Schuermann y col., 2005). Las frecuencias de recombinación van a variar enormemente,
dependiendo del origen de las secuencias receptoras y donadoras. En células somáticas de
plantas, la reparación de DSBs en el ADN mediada por recombinación homóloga ocurre
rara vez, aproximadamente en uno de cada 100.000 acontecimientos de reparación. Las
frecuencias son similares, entre 10-5 y 10-7, en la reparación de DSBs cuando se utilizan
secuencias ectópicas homólogas. Esto indica que, al menos en células en fase G 1 del ciclo
celular, la recombinación homóloga juega un papel muy minoritario en la reparación de
estas roturas en plantas (Puchta, 1999). En cualquier caso, en situaciones donde se
encuentran secuencias homólogas disponibles próximas al lugar de rotura, como por
ejemplo si la rotura ocurre entre repeticiones en tándem, hasta una tercera parte de estas
roturas son reparadas vía SSA, y aproximadamente un 7% por SDSA (Orel y col., 2003;
Siebert y Puchta, 2002).
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Ésta es la vía mayoritaria de reparación de roturas de tipo DSB en las células somáticas
de eucariotas superiores. Según este modelo, los extremos generados tras una DSB serían
religados sin necesidad de la presencia de una secuencia homóloga que se emplee como
molde. Se dice que éste es un mecanismo propenso al error, pudiendo producir en ciertos
casos cambios en el genoma tales como deleciones, inserciones o diferentes tipos de
reordenaciones.
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Los extremos de ADN originados tras una rotura de tipo DSB servirían como sustrato
para el complejo multienzimático MRE11/RAD50/NBS1, que en un primer momento
tendría una función de señalización de la rotura. La posterior interacción de estos
extremos con RAD51 lleva al ensamblaje de otro complejo multienzimático, el cual
finalmente conduce a la reparación dependiente de homología mediante DSBR o SDSA.
Si RAD51 no está disponible, el heterodímero Ku70/Ku80 se une a los extremos de ADN,
permitiendo el reclutamiento de la ADN ligasa IV y su cofactor XRCC4. En este último
caso, los extremos de ADN son unidos vía NHEJ. De acuerdo con este modelo las vías
DSBR, SDSA y NHEJ competiría por los extremos de ADN, lo que se refleja a nivel
molecular en la competencia entre RAD51 por un lado y Ku70/Ku80 por otro (Hohe y
Reski, 2003; Li J. y col., 2007).
El hecho de que estas dos vías puedan competir una con otra se ha usado para
incrementar la eficiencia de gene targeting en hongos. Se ha visto que también en
mamíferos, defectos en las proteínas implicadas en el proceso de NHEJ pueden hacer que
se favorezca la vía de HR.
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Algunos estudios señalan la fase del ciclo celular como un factor que modula la
elección de la vía de reparación. Así, en algunos casos se ha visto que la reparación
mediante HR predomina tras la inducción de DSBs en fase S tardía/G2, mientras que la
vía de NHEJ sería la elegida predominantemente en fase G1/S temprana. Esto concuerda
con el hecho de que es tras la fase S cuando está presente la cromátida hermana para ser
usada como sustrato de recombinación. Sin embargo, son muchos los factores que
influyen en la elección de la vía de reparación. También parece que en la elección del
sistema de reparación podría influir la estructura de los extremos generados tras la rotura.