(Nuoro, 1875 - Roma, 1936) Narradora italiana cuyas
novelas vinculadas a las tradiciones rurales y arcaicas de Cerdeña le hicieron acreedora al premio Nobel de 1926. Como el ambiente sardo no podía ofrecerle la posibilidad de estudios regulares, vedados a las mujeres de la época, la escritora se forjó una cultura autodidacta, desordenada y en cierto modo poco profunda. A los diecisiete años, con esas escasas herramientas, escribió cuentos que se publicaron en magazines dedicados a temas femeninos.
Grazia Deledda
Casada, se trasladó a Roma en 1900, cuando
comenzaba a aparecer por entregas en la Nueva Antología una de sus novelas más notables, Elias Portolu, que editó como libro en 1903. Antes había publicado Flor de Cerdeña (1892) y Las vías del mal, que fue reseñada por Luigi Capuana. La lejanía de la Cerdeña le permitió tomar distancia del regionalismo y del folclore sardo, que se convirtieron en el entorno fabuloso y mítico que impregnó las novelas que, a partir de 1900, publicó casi cada año. Destacan entre ellas Cenizas (1903), La hiedra (1906), Cañas al viento (1913), Mariana Sirca (1915) o La madre (1920).
No resulta fácil catalogar la escritura de Deledda. Su
temperamento romántico y en cierto modo adolescente recreó argumentos tomados de las historias orales de su isla natal. Fundidas con una lectura atenta de los textos bíblicos y de los novelistas europeos de su tiempo, las historias alcanzaron un fondo moral que trasciende la literatura naturalista a la que, en rigor, pertenecen.
Con su esposo e hijo, Roma 1905.
Fue indiferente, sin embargo, a las consideraciones
"científicas" a lo Zola, a la impersonalidad del verismo o a la dimensión política y social de la novela realista. Reproduce el mundo a su manera recreándose en un casi idéntico nudo dramático: el estrecho círculo de tradiciones y valores religiosos como escenario de pasiones sin salida que precipitan los personajes hacia la culpa y el consecuente castigo. La influencia decadentista dannunziana de los últimos años fue más un ambiente, una escenografía, que una meta. Con estas herramientas, Deledda pasó de las aventuras románticas a las narraciones con profundidad psicológica que no pertenecen por entero a ninguna tradición literaria. En su época gozó de una inmensa fama, incrementada por el éxito de Cenizas (filme que interpretó Eleonora Duse) y el premio Nobel que la consagró como una escritora de proyección mundial.
Grazia Deledda en la premiación de los Premios Nobel
de 1926. Libros
Una noche terrible
El cedro del Líbano Cósima El sello del amor La huida a Egipto El Dios de los vientos La madre El incendio en el olivar Cañas al viento Hasta el límite La hiedra Cenizas Elias Portolú El viejo de la montaña Paisajes sardos Almas honestas Relatos sardos Flor de Cerdeña Los caminos del mal En el azul