El desarrollo sustentable: Una revisión breve de su contexto social, político y educativo. José J.

Leal 1
Doctorante UNESR-Valera

Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez

Subdirección de Educación Avanzada e Investigación
Doctorado Ciencias de la Educación
Núcleo Valera

Valera, 20/04/2018
Facilitadora: Dra. Rosario Melero
Participante: José J. Leal

EL DESARROLLO SUSTENTABLE: UNA REVISIÓN BREVE DE SU

CONTEXTO SOCIAL, POLÍTICO Y EDUCATIVO

RESUMEN
El presente esfuerzo intelectual se desarrolla en el contexto de una
investigación de carácter exploratorio, documental, con el cual se intenta
una primera aproximación al fenómeno del desarrollo sustentable y su
aspecto educativo. No se busca con él por tanto, aportar conclusiones
definitivas ni generalizables, pero sí permitir reconocer y hasta definir
más concretamente el problema de investigación, o conocer sus variables
relevantes. El mismo se enfoca en el ejercicio de una breve mirada a
algunos de los aspectos políticos, sociales y educativos que se dan a lugar
alrededor del tema del desarrollo sustentable, para finalmente elaborar
desde ellos una consideración personal del mismo y su connotación para
la educación en el desarrollo con sustentabilidad.

Palabras Clave: Desarrollo, Sustentable, Sostenibilidad, Ambiente,

Sociedad, Política, Educación
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Doctorante UNESR-Valera

Introducción

Tal como se observa en el prologo del Informe de los Objetivos de

Desarrollo Sostenible 2016, elaborado por la Organización de Naciones
Unidas (ONU,2016)i, desde el primero de enero de 2016 el mundo
comenzó a implementar oficialmente la Agenda 2030 para el Desarrollo
Sostenible. En el mismo se establece que, como plan de acción para la
transformación, éste se encuentre basado en el logro de 17 objetivos de
Desarrollo Sostenible, mediante los cuales se abordan los urgentes
desafíos globales en el curso de los próximos quince años.
Cabe destacar del informe, que según los datos recopilados y
analizados, la realidad mundial se caracteriza por el hecho que
aproximadamente una de cada ocho personas todavía vivía en extrema
pobreza;casi 800 millones de personas padecían hambre;los nacimientos
de casi una cuarta parte de los niños menores de 5 años no habían sido
registrados; 1.100 millones de personas viven sin electricidad; y la falta
de agua afecta a más de 2.000 millones de personas.
Con la agenda 2030, se planteó la consolidación de un conjunto de
directrices para todas las personas y el planeta como tal, los cuales
permitirán su consolidación sobre el éxito de los Objetivos de Desarrollo
del Milenio, buscándose con ello el asegurar progreso social y económico
sostenible en todo el mundo. Enfatizándose en el texto señalado, que la
meta no solamente se enfoca en la búsqueda de la erradicación de la
pobreza extrema, más bien el integrar y equilibrar las tres dimensiones
del desarrollo sostenible, como los son: lo económico, social y ambiental,
todo bajo una mirada global e integral.
No obstante, para ello se hace necesario tratar de contextualizar la
realidad de la lucha por alcanzar el desarrollo sostenible, tomando en
cuenta las necesidades de sustentabilidad de la vida misma, del
verdadero cuidado del ambiente y su perfecto equilibrio, desde las aristas
de lo político, lo social y lo educativo, cuestión que se pretende abordar de
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manera breve en el marco del presente artículo, el cual se enfocará desde

las argumentaciones bibliográficas que sobre el tema se encuentran
disponible en el cyberespacio, sin llegar a desarrollarse estrictamente
como una investigación científica, en el amplio sentido de la palabra,
debido a las limitaciones de tiempo, la naturaleza y alcance del mismo.
Así, en concordancia con lo antes señalado, se presenta a
continuación una breve mirada a algunos de los aspectos políticos,
sociales y educativos que se dan a lugar alrededor del tema del desarrollo
sustentable, para finalmente elaborar desde ellos una consideración
personal del mismo y su connotación para la educación en el desarrollo
con sustentabilidad.

Metodología

Por la naturaleza y alcance previsto para el presente articulo, el

mismo podría ubicarse en el contexto de una investigación de carácter
exploratorio, con el cual se intenta una primera aproximación al
fenómeno del desarrollo sustentable y su aspecto educativo. No se busca
con él por tanto, aportar conclusiones definitivas ni generalizables, pero sí
permitir reconocer y hasta definir más concretamente el problema de
investigación, o conocer sus variables relevantes. En suma, proporcionará
la información necesaria para aproximarse al fenómeno con mayor
conocimiento en un estudio posterior, más completo y científicamente
rígido.
En el presente artículo nos centraremos en un análisis, sucinto, de
contenido de información relativa a al desarrollo sustentable y la
educación. Esta metodología de análisis, a partir de textos científicos,
artículos, ponencias o entrevistas, entre otros, lo ubica en el ámbito de lo
descriptivo y documental, pretendiendo descubrir los componentes
básicos del fenómeno estudiado extrayéndolos del contenido encontrado
en el cyberespacio. Siempre tomando en cuenta que, “el análisis de
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contenido no puede ser indistintamente aplicado a la educación en

general, sino a los diversos aspectos y procesos en que se traduce el
hecho educativo”ii.

Contexto Social del Desarrollo Sustentable

Puede considerarse sin temor a equivocación, que existe un consenso

general, socialmente hablando, respecto a la prioridad que revisten los
problemas ambientales que aquejan a nuestro planeta. Sin embargo, tal
como lo señala Meléndez (2018) iii, es intrigante el porqué, a pesar de una
cada vez mas genuina y creciente preocupación social, no solo
permanecen sino que parecen multiplicarse, y porqué, es tan difícil, que
surja la acción colectiva necesaria para revertirlos. Puede entonces
considerarse que la sustentabilidad del desarrollo, se encuentra
dependiente de una gestión correcta los recursos comunes ambientales,
mismos que en el caso de las ciudades, están representados por la
capacidad de carga de la atmósfera, de las cuencas hidrológicas que las
abastecen, el espacio territorial y sus recursos.
Por tanto, bajo un criterio de sustentabilidad, estos recursos deben
ser manejados, de tal manera que no transgredan sistemáticamente
ciertos umbrales críticos, después de los cuales, se generan costos
sociales ambientales excesivos, como algunos que ya son muy evidentes,
por ejemplo: la contaminación del aire, contaminación y agotamiento de
acuíferos, expansión sobre áreas de reserva, multiplicación de tiraderos
de basura, entre otros.
Pero pareciera ser un lugar común, el plantearse de entrada, que tal
vez la transgresión de esos umbrales se encuentre asociado con la
inexistente formación y valoración en los individuos, que les permita
cuidar y apreciar sus recursos como el aire, agua, espacio, entre otros,
formación ésta que no fue recibida en su niñez y adolescencia, tanto en la
escuela como en la familia, por una falta de visión de las generaciones
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anteriores, y al no existir esta formación, los resultados son; que ahora,

las personas no perciben la importancia de un cuerpo de agua, de un
árbol, de la pureza del aire, de manera que no se respetan, y se toman
acciones sin considerar estos recursos comunes, como el talar los árboles,
contaminar los cuerpos de agua, arrojar los residuos industriales al aire,
todo esto sin la menor conciencia de las consecuencias.
Se tiene así, que las consecuencias son ya criticas y en algunos casos
muy lamentables, encontrándose muchísimos casos y evidencias
reflejados a través de los medios de comunicación masivos y las redes
sociales, relacionadas con la contaminación y destrucción de recursos;
tales como la tala inmoderada, incendios forestales, contaminación y
desaparición de cuerpos de agua dulce, tiraderos clandestinos de basura
a orillas de los caminos, de contaminantes al aire por las empresas, uso
desmedido de vehículos de automotores que producen contaminantes,
altas emisiones cloro uorocarbonos (CFC) y hasta extinción de especies
de animales.
En ese contexto, lo más crítico pareciera apuntar a la falta de
conciencia del ser humano, siendo es lo que mas esta afectando, porque
esto hace que se incrementen los índices existentes. Se pueden crear
leyes, normas y reglamentos, pero si no existe formación interna en las
personas para interesarse y preocuparse, entonces, aunque existan las
leyes, las personas no podrán ocuparse de hacer lo conveniente, lo
importante, mucho menos lo urgente. Estamos asesinando nuestra madre
tierra, nuestro propio futuro.

Contexto Político

De manera categórica se puede señalar que todo lo relacionado con el

desarrollo de las naciones se encuentra conectado directamente con la
política y el ejercicio de la misma, con la naturaleza política de las
decisiones que orientarán el desarrollo y el espacio político donde se
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articulan esas decisiones. Convirtiéndose entonces, en un aspecto

demasiado amplio y complejo, no obstante puede considerarse al sistema
político bajo dos formas fundamentales de observación (Rodríguez, S.
2010)iv:
a. La sociedad política, espacio especial (institucional) donde se
establecen las luchas y las negociaciones por el poder; en este proceso,
se construye una hegemonía.
b. El Estado, comprendido como locus específico del ejercicio de la
hegemonía (aparato de gestión del sector público).
La sociedad civil, en tanto lugar en el cual los individuos producen y
reproducen la vida, engendra intereses diferenciados, institucionalizados
como acceso desigual a la riqueza y al poder. Es por la organización en
torno de esos intereses que los grupos son reconocidos socialmente como
actores sociales que luchan y negocian para hacer prevalecer
políticamente sus intereses. Es este proceso el que construye una
hegemonía; son considerados hegemónicos los intereses de aquellos
grupos que han logrado éxito en esos emprendimientos.
La hegemonía contempla, de ese modo, toda emanación de poder,
sea bajo la forma de fuerza, física o psíquica, sea bajo la forma de
consenso, cuando el elemento dominante logra la obediencia por el
convencimiento, consiguiendo el consentimiento para la imposición de su
voluntad. La hegemonía se encuentra, comúnmente, consolidada por la
cultura política; dificulta el proceso de cambio político y reproduce la
estructura de poder durante largos períodos de la historia de una
sociedad.
Nos encontramos así, con que para muchas personalidades en el
medio político internacional, dedicarse al desarrollo sustentable y la
protección del ambiente, es una causa que bien vale la pena asumir, y
hasta es una inversión bien redituada. Tal es el caso emblemático del ex
vicepresidente de Estados Unidos, Al Gore (1993-2001), quien fue
galardonado por ser “probablemente el individuo que más ha hecho para
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crear una mayor comprensión mundial de las medidas que es necesario

adoptar para revertir el calentamiento en el planeta”, según declaró en su
momento el Comité Noruego del Instituto Nobel. Gore declaró que donaría
su parte del premio a la Alianza para la Protección del Clima, organización
bipartidista estadounidense sin fines de lucro, de la que él es el
presidente de la junta directiva, que se ocupa de “crear conciencia sobre
la emisión de gases de efecto invernadero”. Al Gore es, además, el autor
del documental “Una verdad incómoda”, que explica el problema del
calentamiento global, con el que ganó el Óscar al mejor trabajo en su
género.
Ahora bien, tal vez una de sus frases más emblemáticas y que
engloban la necesidad de hacer verdadera política para lograr el
desarrollo sustentable fundamentado en la protección del ambiente
global podría ser la siguiente:

Encaramos una verdadera emergencia planetaria. La crisis del

clima no es un asunto político, es un reto moral y espiritual para
toda la humanidad v

No obstante, existen espacios políticos menores, como los de

gobierno local, a nivel de estados, municipios y parroquias, donde resulta
también más fácil hacer imperar los intereses manifiestos de una
determinada cultura política, tendencialmente más homogénea, que se
enfoque o no en el desarrollo sustentable y la defensa del ambiente. Pero
se debe tener en cuenta que, incluso los intereses de la población local,
pueden implicar un privilegio de corto plazo, en detrimento del largo plazo,
en especial si reflejan necesidades urgentes de sobrevivencia; se sacrifica,
así, uno de los idearios del desarrollo sostenible, que es su sostenibilidad
en el tiempo.
Nos encontramos entonces, de vuelta en la necesidad de crear
conciencia en la población para forzar la viabilidad y aplicación correcta
de políticas públicas que garanticen la sostenibilidad y sustentabilidad del
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desarrollo de nuestras comunidades cónsonas con la protección de

nuestros recursos ambientales.

Contexto Educativo

Parece interesante y pertinente, comenzar el desarrollo de este

apartado con la siguiente consideración (Senge,2003:16)vi:

He llegado a la conclusión de que la verdadera esperanza de

desarrollar unos procesos de evolución profundos y duraderos
recae obre los alumnos. Muestran una profunda pasión por el buen
funcionamiento de los colegios. Tienen una conexión especial con
el futuro, que no tenemos los adultos. Cuentan con una
imaginación y una forma de ver las cosas que el proceso de
educación formal aún no ha conseguido modelar. Y claman por
implicarse, por ser más responsables del medio ambiente.

En ese sentido, autores como Sterling (2003:310)vii sostiene que “el

término Educación Sobre Sustentabilidad comúnmente se considera
como una noción más general que Educación Ambiental (EA), Educación
para el Desarrollo Sustentable (EDS), Educación para la Sustentabilidad
(ES) y educación para un futuro sustentable”. Al respecto, investigadores
como McLean (2013)viii señalan que el término “educación para el
desarrollo sustentable” siempre ha sido muy discutido, donde se
observan posturas apuntando a que el análisis del término, desarrollo
sustentable, aún no ha identificado unos criterios suficientes como para
dilucidar un significado y una coherencia comunes.
En otras investigaciones al parecer, según el autor antes señalado,
pareciese ser que hay personas a las que les inquietan cuestiones de
coherencia lógica cuando el término “sustentable” se yuxtapone a
“desarrollo”’.
De hecho, la observación de Engelman (2013)ix, puede considerarse
una especie de sarcasmo respecto a este tema, al señalar que “hoy en día
vivimos en una era de ‘sustentablablá’, una profusión cacofónica de usos
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de la palabra “sustentable” con cualquier significado, desde “mejor para

el medio ambiente” hasta “fantástico””. (ob.cit: 01)
En ese contexto, Sterling (2003) realizó algunas apreciaciones
importantes que permiten la clasificación de las preferencias hacia la
Educación Sobre Sustentabilidad, considerando pueden clasificarse en
dos grupos amplios: El conductista y el constructivista, asegurando
además que la postura dominante adoptada por la mayoría de los teóricos
y profesionales de la educación, ha pasado de una mayoritariamente
conductista a una mayoritariamente constructivista. Estas se destacarían
básicamente por lo siguiente:
Conductista: El enfoque conductista se basa en el fenómeno visible
de la degradación ambiental y pretende lograr un cambio de conducta
mediante una pedagogía instructiva y lineal.
Constructivista: El enfoque constructivista se basa en la idea de que
las personas dan sentido a la sustentabilidad y a los cambios necesarios
para alcanzarla mediante la interpretación de la Educación Sobre
Sustentabilidad en su propio contexto. Pretende conseguir el fomento de
capacidades y el autodesarrollo a través de una pedagogía basada en la
transformación mediante la transacción y la aportación de comentarios
(feedback).
Este autor, admite que las personas rara vez adoptan una de estas
preferencias y excluyen la otra por completo, y que ambas posturas
tienen sus puntos fuertes y débiles. El problema principal que se atribuye
a la postura conductista es que hace un análisis inadecuado de las causas
humanas de la degradación ambiental y de cómo aprenden las personas,
mientras que el problema principal de la postura constructivista radica en
su relativismo y el peligro de inacción que conlleva.(ob.cit)
Ahora bien, de la revisión documental realizada podría desprenderse
cuales son consideradas las principales características que debe poseer la
educación sobre sustentabilidad en las instituciones educativas,
encontrándose que los programas exitosos enfocados en la Educación
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Sobre Sustentabilidad comparten las siguientes características (McLean,

2013):
- Son holísticos e interdisciplinarios
- Se rigen por valores
- Se centran en un enfoque integrado que abarca a todo el colegio
- Se basan en el pensamiento sistémico
- Facilitan la concepción de posibles futuros
- Cuentan con el pleno apoyo del equipo directivo
- Se basan en una metáfora ecológica arraigada que considera a las
personas como parte de la naturaleza
- Se basan en una pedagogía constructivista que hace hincapié en el
pensamiento crítico y la reflexión
- Incluyen procesos participativos de toma de decisiones
- Hacen hincapié en el fomento de capacidades y la asociación

Reflexión Final

El tema del desarrollo sustentable, tal como pudo ser observado

durante el desarrollo del presente artículo, tiene connotaciones distintas
dependiendo de los intereses particulares de los actores sociales y
políticos que se involucren en el mismo.
Es obvió que la mayor responsabilidad para cuidar al ambiente y los
recursos naturales, recae sobre cada uno de nosotros como seres
racionales, seres vivientes y dependientes de la estabilidad de nuestros
ecosistemas, ya que de él nos proveemos de alimentos, agua y aire, por
señalar sólo los más básicos. Si el planeta colapsa, todos nos veremos
afectados a corto, mediano y largo plazo, nadie podrá escapar de esa
realidad.
No obstante, como seres sociales, dependemos del desarrollo y
ejecución de acciones políticas que realmente nos obliguen a velar por
nuestro planeta, y eso comienza desde las políticas públicas locales,
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desde la observancia y vigilancia del deterioro que le causamos a

nuestros espacios ambientales más cercanos y por tanto, en la
consolidación de grupos e acción que asuman la tarea de participar
activamente como actores políticos que promuevan, actúen y evalúen, la
gestión de políticas públicas ambientales para garantizar el desarrollo
sustentable de nuestras comunidades.
Respecto a la educación para el desarrollo sustentable, entendiéndola
como una acción transdisciplinar que debe asumirse transversalmente a
lo largo de la formación de nuestros niños y adolescentes, se hace
urgente, formar a las futuras generaciones con una conciencia del
cuidado excesivo de los recursos existentes para no agotarlos y dejarles
lo suficiente a las siguientes.
Modificar o ampliar los programas educativos existentes para incluir
materias y temas relacionados a la sustentabilidad; pero lo mas
importante, una buena formación de quien imparte el tema; del profesor,
quien es el prototipo a seguir, quien predica con el ejemplo, de manera
que se debe formar bien a los futuros profesores, en los temas y áreas del
desarrollo sustentable, maestros con una mentalidad diferente,
propositiva y con visión de futuro.
En definitiva, los maestros, profesores, los padres de familia y la
sociedad en general deberían de asumir el compromiso y la
responsabilidad de educar responsablemente a las nuevas generaciones,
sobre el uso y manejo adecuado de los recursos, su cuidado y protección
excesiva, pensando en que son finitos, además se agotan día a día, o
disminuyen su calidad.

i Organización de las Naciones Unidas (2016). Informe de los Objetivos

de Desarrollo Sostenible 2016. Nueva York; Autor.
ii López, F.(2002). El análisis de contenido como método de
investigación.Revista de Educación, 4 (2002): 167-179. Universidad de
Huelva.
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Meléndez, A. (2018). La Educación: Factor Fundamental para un

iii

Desarrollo Sustentable. Revista Humanidades. Instituto de Estudios

Superiores de Tamaulipas.
Rodríguez, S. (2010). Desarrollo Sustentable: El sistema político. México:
iv

Grupo Multidisciplinario de Estudios Sociales.(GMES)

v Al Gore (2007), al recibir el premio Nobel de la Paz. Estocolmo. Suecia.

viSenge, P. (2003) citado en Harris, A. 2012. Leading Sustainable Schools.

Londres: Specialist Schools and Academies Trust.
Sterling , S. (2003). Whole Systems Thinking as a Basis for Paradigm
vii

Change in Education: Explorations in the Context of Sustainability. Bath

(Reino Unido): Universidad de Bath.
McLean, T. (2013).La educación para la sustentabilidad: los alumnos
viii

marcan el camino. Reino Unido: Organización del Bachillerato

Internacional
ixEngelman, P. (2013). Beyond Sustainababble. Washington: Worldwatch
Institute.