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Gabriela Mistral

Gabriela Mistral fue el seudónimo literario


de Lucila Godoy Alcayaga, destacada
poetisa, docente y diplomática chilena,
nacida en Vicuña, región del Coquimbo, el 7
de abril de 1889. Sus padres fueron Juan
Godoy Villanueva y Petronila Alcayaga
Rojas.
Lucila Godoy se desempeñó como docente
en diversas localidades, y colaborando en
periódicos, hasta que logra destacar
ganando el primer premio de los Juegos
Florales de Santiago en 1914. Lo logró
con Sonetos de la Muerte, trabajo que
muchos creen inspirado en el joven Ureta.
Para esos días decidió usar el nombre
Gabriela Mistral, seudónimo construido a
partir de los nombres de Gabriele
D’Annunzio y Frédéric Mistral, dos poetas
que ejercieron sobre ella una enorme
influencia.
Mistral demostró tener gran capacidad para
la docencia, y aunque este aspecto de su
vida se viera accidentado por no poseer estudios profesionales, no le impidió obtener
amplio reconocimiento por su trabajo. Al mismo tiempo crecía su prestigio en el
ambiente poético.
En 1945 la Academia Sueca le otorga a Gabriela Mistral el Premio Nobel de Literatura,
por el valor del conjunto de su obra.
Posteriormente, en 1953, obtiene el cargo de Cónsul en Nueva York, y se radica en
esa ciudad. Durante esos años conoce a la escritora norteamericana Doris Dana, que
se convertiría en su confidente, y ejercería legalmente como su albacea. La
correspondencia entre Mistral y Dana revela una fuerte carga afectuosa que ha hecho
pensar que entre ellas existía relación de tipo sentimental. Esta idea siempre fue
negada por Dana.
Gabriela Mistral vivió en Nueva York, pero no le era muy agradable la vida en Estados
Unidos. Ensayó diversos lugares de residencia hasta que se radicó en la localidad de
Long Island. Ya a mediados de la década de 1950 daba muestras de dolencias de tipo
cardíaco y diabético. Pero la muerte sobrevendría por otros motivos, aquejada de
cáncer de páncreas, moriría el 10 de enero de 1957. Sus restos fueron repatriados a
Chile, e inhumados según su deseo de ser sepultada en el pueblo de Montegrande,
donde había pasado una etapa muy feliz de su infancia.
Entre las principales obras de Gabriela Mistral destacan: Sonetos de la muerte
(1914), Desolación (1922), Lecturas para mujeres (1923), Ternura (1924), Nubes
blancas y breve descripción de Chile (1934), Tala (1938), Todas íbamos a ser
reinas (1938), Antología (1941), Lagar (1954), Recados, contando a Chile (1957)
y Poema de Chile (1967, edición póstuma).

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