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Vargas Martínez Rebeca

Cátedra Extraordinaria Juan Ruiz de Alarcón (Literatura y Sociedad)


Dra. Margarita Peña Muñoz

Descripción catalográfica
Archivo General de la Nación
Indiferente virreinal
Expediente 002, (Templos y conventos), Caja0407, Signatura 5486/2, 1 foja, 1788.

Código de referencia
MX09017AGN/CL01/F0005IV/5486/2

Introducción
La carta fue escrita por Sor Michaela Ygnasia de los Dolores Solís, religiosa de la
Purísima Concepción de Mérida, no se tienen datos exactos sobre el convento, y al
ser La virgen de la Purísima Concepción tan adorada en Mérida, resulta complicado
rastrearlo, sin embargo, investigando, no se pueden encontrar muchos conventos
de monjas en Mérida, solo se nos habla de uno en específico: el Convento de
Nuestra Señora de la Consolación, que en 1596 tomaron posesión de este
emblemático Convento de monjas de Mérida. A diferencia de lo que hasta ahora se
pensaba, la idea de crear un convento femenino en Mérida, Yucatán, no gozaba del
aval de todos, y menos aún de los gobernantes peninsulares responsables de
“velar” por su sostenimiento. A pesar de no estar consolidada la estructura que las
albergaría, las primeras religiosas toman posesión, y de esa manera comienza una
nueva etapa en la transformación del paisaje arquitectónico meridano.
De la economía de este convento se sabe poco, pero gracias a documentos sobre
la desamortización de los bienes de las religiosas se puede asegurar que las monjas
disponían de fuertes sumas monetarias que prestaban a rédito, lo cual resultaba
fundamental para sostener el enorme conjunto religioso.
La carta fue dirigida a don Manuel Antonio de Flores, quien en 1787 fue designado
virrey de Nueva España, donde permaneció tres años.

1
Estado del documento

El documento trabajado en este texto es una carta que consta de una sola foja, del
año 1788, no presenta grandes daños a pesar del tiempo, la foja está percudida,
con un color amarillo/café, las esquinas se han perdido y quedan los bordes
redondeados y gastados. La tinta de la carta se ha corrido muy poco, por lo que aún
se puede leer bien.

Resumen del documento

Carta de Sor Michaela Ygnasia de los Dolores Solís, religiosa de la Purísima


Concepción de Mérida, dirigida al Virrey, don Manuel Antonio de Flores en la que
pide ayuda para que su sobrina doña Luisa Zetina y Solis pueda ingresar a dicho
convento, pues no puede pagar la data de dos mil pesos.

Criterios de paleografía

He decidido no desatar las abreviaturas y conservar el texto tal cual estaba. Por
esto, pongo una lista con las abreviaturas utilizadas en el texto por orden de
aparición.

sor señor
Dn . Don
Va Vuestra
Scda solicitada
Ctan Capitan- Capitán
Gor . Governador- Gobernador
Sn. San
ssma santísima
Exa . Excelencia
Da . Doña
md merced

Se dejaron intactas los cambios de letras con los que la autora escribe algunas
palabras como; Llucatan (Yucatán), aga (haga) el tipo de escritura de la autora, pues
considero que resulta legible y entendible, así como la forma en la que separa (o
2
no) las palabras. En la siguiente transcripción se respetan los renglones del
documento original. Se agregó la acentuación pertinente a las palabras en cursiva.

Transcripción del documento

Exelentisimo Sor Dn. Manuel Antonio de Flores Vra. Scda. Ctan. Gor.

Señior postrada alos pies de Vuestra Exelencia le suplico bajo del


patrosinio del patriarca Sn. José me aga la caridad por
quienes por Dios y su ssma. Madre al alludarme a plantar
una palma en la viñia del Señior llevando Va Exa.
esta Antorcha pordelante que es una Sobrina mía llamada
Da. Luisa Zetina y Solis en mi Conpania se alla
deste convento de la Purisima Consepción de la Siudad de
Mérida de Llucatan huérfana de padre y madre suma
mente desAnparada y allándose con muchos deseos de
ser religiosa con edad competente para ello y avien
do yo echo por la dote varias deligencias no he podido
allar lo que son requeridas con la dote de dos mil pesos-
para su mantensión y dicha niñia desde sus tiernos añios
enpleada en oraciones y exercisios espirituales con su
divino esposo. con que movida yo de la caridad e tenido
el atrevimiento de escrevir a vuestra exelencia por
el olor que ha llegado aca de su mucha piedad y cari
tativo pecho con los pobres y hasi espero todo consuelo
para consagrar esta esposa a Jesucristo e hija de Vra. exelen
sia quien diré que toda su vida clamara en sus oraciones
y será capellana de Va. para con su divina gracia y muchos
bienes espirituales y temporales y en perfecta salud para
para nuestro consuelo y de todos los pobres y yo quedo con
la misma obligación pidiéndole a Dios le guarde su aprecia
ble vida md al desta su selda y Convento de la purísi
ma Consepsión de la Siudad de Merida de LLucatan. Marzo

3
veinte y dos de Mil setesientos ochenta y ocho su mínima sierva
que en Dios le venera y postrada le besa los pies
Sor Michaela Ygnasia de los Dolores Solis religiosa
de la purísima Consepsion de Mérida.

Conclusiones

Durante el curso, hablamos sobre la literatura femenina, la cual en su mayoría


serían biografías de las religiosas, así como en algunos casos, de sus “anécdotas”
de su vida iluminada por Dios. En la época novohispana, la literatura, al menos como
la conocemos hoy en día era inexistente, los textos que hoy podemos considerar
como la literatura de la época eran las memorias, biografías y textos totalmente
relacionados con la religiosidad, esto debido a la censura de la Iglesia Católica.
Como bien se sabe, el estudio de la literatura novohispana ha encontrado en las
últimas décadas una nueva dimensión mediante la exhumación y revisión de textos
escritos casi siempre por autores no profesionales, seres singulares, —reos
específicamente, a algunos de los cuales llamaríamos “presos políticos”— que, sin
saberlo, darían lugar a lo que podemos considerar una veta paralela a la literatura
oficial: la literatura prohibida de la Nueva España. Me refiero concretamente a una
literatura —o paraliteratura— espontánea que yace en los archivos inquisitoriales y
que en ocasiones sirvió como documento de cargo en el proceso seguido a algún
habitante de estas tierras por desviarse, con sus escritos y sus ideas de la norma
institucional, la norma social o el canon religioso.1
La literatura femenina novohispana, puede considerarse como todos estos textos
que las monjas escribían en el claustro, ya sean sus memorias, sus vivencias, su
biografía o, incluso, sus encuentros con Dios, la virgen o los santos. Muchos de
estos textos, en especial las biografías no llegaron a ser reconocidos como escritura
femenina pues en una gran mayoría, el confesor, quien era quien alentaba a las

1
Peña, Margarita. Introducción en “De monjas, crónicas, burlas y amores
(rescate de documentos novohispanos de los siglos XVII y XVIII)”, pp. 10.
4
mujeres a escribir, era el encargado de traspasar la autobiografía de la monja como
una biografía que él había realizado.
Muchas de las cosas que sabemos sobre la época se deben a estas confesiones y
biografías, así como las cartas, las monjas escribían.
Debemos decir, sin embargo, que la profesión de religiosa implicaba asimismo una
alternativa de independencia (respecto al entorno familiar y la institución
matrimonial) y de instrucción y educación por encima de la que se daba al resto de
las novohispanas. Las monjas venían a ser, en cierto sentido, las mujeres
profesionistas, las intelectuales de la época.
Hay que señalar igualmente, que las pocas autobiografías que se conservan que no
fueron convertidas en biografías por obra de un varón, vienen a ser buena muestra
de la escritura femenina en los siglos coloniales, como la de sor Inés de la Cruz,
integrada al Paraíso occidental, de Carlos de Sigüenza y Góngora; Se escucha en
ellas la voz de la monja sin retoque alguno.

En la carta revisada en este texto, a pesar de su brevedad, podemos encontrar


diversos elementos interesantes sobre la vida en la época.
Como ya sabemos, el asunto de esta carta es pedir ayuda para la dote de su sobrina
y así, que esta pueda entrar al convento.
Como sabemos, las mujeres en la época novohispana no tenían muchas
posibilidades de desarrollarse más allá del ser buenas esposas o religiosas, en este
caso, la tía, la autora de la carta, Michaela Ygnasia, entró al convento y se convirtió
en religiosa de la Purísima Concepción, por lo que leemos, su sobrina no está
casada y, sus padres, probablemente su única familia cercana, con la que pudo
haber vivido ya han muerto, por lo que su única opción es ingresar al convento con
su tía. Incluso en esta carta, podemos notar la devoción católica, pues mencionan
que la sobrina Luisa Zetina, desde pequeña demostró gran interés en convertirse
en monja, esto último, lo pongo en cuestión, pues ya para entonces eran
reconocidas las biografías de las monjas ilustres, esos modelos a seguir que desde
niñas escucharon y siguieron el llamado de Dios. Por lo que esta devoción descrita

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en la carta pudo utilizarse solo como una forma más de convencer al virrey de
brindarle su ayuda.

La mayoría de estos recintos religiosos tenían un fondo inicial conocido como


“bienes de fundación”, el cual se incrementaba mediante las dotes que pagaban las
monjas al entrar al convento convirtiéndose dicho capital en la principal fuente de
riqueza de los monacatos.
Aunque parte del capital de los monasterios provenía de donaciones, como en el
caso del convento concepcionista de Mérida a principios del siglo XVII, para el que
una señora anciana había prometido al morir la donación de 800 ducados a las
monjas.2
Ya se ha dicho que al tomar una mujer los votos en un convento, debía garantizar
su peculio dentro del monasterio, aportando una dote que fluctuaba entre dos mil y
tres mil pesos. El pago de esta dote, efectuado comúnmente por sus familiares,
podía hacerse en efectivo, subrogando un activo a su favor o reconociendo la deuda
sobre los bienes familiares en favor del convento. Con esto queda claro que este
convento, no era un convento que vivía de caridad, ni uno donde las monjas vivieras
con ese extremo voto de pobreza que algunos conventos tuvieron, al contrario, sus
religiosas provenían de familias si no bien acomodadas, con una posición más
privilegiada que el resto. Al no tener Luisa Zetina y Solís marido, ni contar con el
apoyo de sus padres, recurrió a su tía que ya residía en un convento para que la
aceptara y la ayudara a entrar. Una práctica recurrente con las mujeres de la época
ya sea que enviudaran, o que no hayan encontrado un marido a la edad apropiada
para la época, su otra opción era convertirse en monjas, aquellas mujeres que
tenían alguna pariente ya dentro de un convento, después de enviudar, por ejemplo,
iban con sus familiares religiosas.

Gracias a las cartas enviadas hacia sus confesores, o a sus familiares, la escritura
femenina novohispana no quedó en el olvido, gracias a ellas podemos darnos
cuenta de la forma de vida desde sus ojos, podemos especular acerca de las ideas

2
Grosjean Abimerhi, Sergio. El convento femenino de Mérida, Yucatán. Pp. 34

6
con las que se vivía en un convento, o poder darnos una idea más clara de la
situación en la que se encuentran viviendo. Por más pequeño que sea un texto,
siempre habrá cosas que nos den pistas acerca de la realidad en la que vivían.

Bibliografía

-Grosjean Abimerhi, Sergio, El convento femenino de Mérida, Yucatán. Boletín


de Monumentos históricos, Tercera época, Núm. 15, Enero-Abril, 2009. Pp. 25-44.

-Muriel, Josefina, Conventos de monjas en la Nueva España, México: Editorial


Jus, 1995.

-Muriel, Josefina, Cultura femenina novohispana, México, UNAM, Instituto de


Investigaciones Históricas, 1994.

-Peña, Margarita, De monjas, crónicas, burlas y amores (rescate de


documentos novohispanos de los siglos XVII y XVIII), México, ADABI de
México A.C., 2013.

-Sigüenza y Góngora, Carlos, Paraíso occidental, México, Consejo Nacional para


la Cultura y las Artes, 1995.

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