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ARTÍCULO UMA

Los procesos de enseñanza aprendizaje han sido objeto de estudio y clasificación,


expertos han aportado sus conocimientos y conceptualizado con perspectivas
personales acerca de tales temas y que se pueden obedecer a variables
temporales. Es imperante hacer remembranza de grandes civilizaciones que
aportaron diversos conocimientos y las pautas para llegar a ellos; la educación
como parte fundamental de una cultura y los métodos para impartirla que
desembocan en la enseñanza y el aprendizaje, actividades que son innatas a la
condición humana, puesto que desde que nace se acumulan una serie de
conocimientos, desde los de carácter empírico, hasta los científicos. Atendiendo la
época moderna también es necesario comprender que ante el cúmulo de
información y la actual accesibilidad a ella se han establecido, ordenado y
clasificado, de manera consciente, formas específicas de atender tales exigencias.

De tal forma es que, puestos a disposición múltiples y variados estudios, también


ha sido menester el objeto de atenderlos y establecer las maneras de entenderlos,
divulgarlos, aprenderlos y enseñarlos, sin dejar de ver la importancia de las
épocas moderna y posmoderna, blandiendo una el absolutismo y otra el
relativismo, en el orden correspondiente. Sin embargo se da un punto convergente
que asocia conocimientos y las variadas interpretaciones de ambas épocas,
puesto que a pesar de tener las diferencias propias del tiempo, también aportan en
suma importancia para una mejor comprensión de los diversos métodos, que a la
postre se adoptan y adaptan o contribuyen y complementan a una actual sociedad
de información que yuxtapone diversas corrientes en las diversas formas de
aprender, como por ejemplo desde el aprendizaje asociativo hasta el acumulativo
y derivando en la complejidad de un aprendizaje autorregulado que hace uso de
estrategias cognitivas y metacognitivas. Como señaló Pozo, “el aprendizaje
implica procesos mentales reconstructivos de las propias representaciones acerca
del mundo físico, sociocultural e incluso mental, así como de autorregulación de la
propia actividad de aprendizaje”.
Ahora bien, la metacognición es la manera de aprender a razonar sobre el propio
razonamiento, dicho de otra forma es la aplicación del pensamiento al acto de
pensar, aprender a aprender, es mejorar las actividades y las tareas intelectuales
que se llevan a cabo usando la reflexión para orientarlas y por consecuencia,
asegurarse una buena ejecución. Así, podemos entender que la metacognición
emerge como una condición predispuesta para considerar tanto las actividades
como los resultados, analizándolos de manera consciente, fomentando un
aprendizaje autónomo y autorregulado.

Es imprescindible y necesario también considerar los factores que hacen posible


la implementación del aprendizaje autorregulado como una estrategia viable para
que los agentes involucrados sean reales portadores del objetivo que se pretende
al fomentar la autonomía, organización y ejecución de los debidos procesos, la
consecución de algunas condiciones autodidactas en tales agentes.

Pero entonces la autorregulación debe nutrirse tanto de conocimientos como de


motivación y autodisciplina o voluntad; conocimientos desde lo cognitivo, desde lo
general hasta lo particular, así como las estrategias de aprendizaje y el contexto
en el cual se aplicará el aprendizaje; la motivación como un compromiso y la
voluntad como una protección de oportunidades para alcanzar las metas
planeadas, para finalmente también hacer acto de autointerrogación de las
actividades propuestas, durante las diferentes etapas, a fin de establecer
resultados objetivos y pertinentes.

Para tales efectos se habrá de analizar la tarea de aprendizaje, el establecimiento


de metas y diseños de planes, la aplicación de tácticas y estrategias, y regular
dicho aprendizaje. Tareas en las cuales los docentes, como mediadores y
haciendo acuse de la parte de enseñanza, deben crear las situaciones externas de
las actividades de estudio de las cuales formaran parte los estudiantes, derivando
en una necesidad por aplicar de manera recurrente la reflexión en la solución de
problemas y así mismo permitan establecerlo como un hábito que abrirá paso a la
adquisición de habilidades que serán benéficas no solo en un plano estudiantil,
sino que dotarán a los estudiantes de las herramientas necesarias para llevarlo a
un plano laboral y en situaciones de la vida en general, buscando perfeccionarlo
en todo momento.

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