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(UAPA)
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Los Estados Unidos de Norteamérica se hallaron durante el siglo XIX bajo el influjo
filosófico de Europa: primero de Inglaterra, después de Francia y Alemania. Como
es natural, esto se reveló también en la psicología. La primera producción original
e interesante, en psicología y filosofía de Norteamérica, fue la de William James,
que, sin embargo, se formó bajo diversas influencias europeas (de Renouvier, de
Lotze, de Wundt y otros). De los psicólogos experimentales norteamericanos ya
hablamos con motivo de la exposición de las corrientes que inmediatamente
enlazan con Wundt.
Dice James una vez que el asunto de la psicología «es, usando los términos de
Ladd, la descripción y la explicación de los estados de conciencia» . Para hacer
esto es preciso situarse en medio de la experiencia psicológica, de los hechos de
conciencia; pues en la experiencia física, en la esfera de los fenómenos físicos, la
conciencia, la conducta de los hombres y los animales resulta inexplicable, ya que
dicha conducta es irreductible a mecanismos reflejos; hay en ella, como factor, la
idea (representación) según nos lo muestra la realidad. Por consiguiente,
debemos dirigirnos a la actividad mental misma para estudiarla. Sin embargo, es
un dato de la experiencia, y que hemos de aceptar, el de la relación de la vida
mental con el cerebro en muchos casos. A veces, pues, lo cerebral, lo fisiológico,
nos dará la clave de fenómenos psíquicos por ser la causa de ellos.
Por otra parte, W. James considera a la psicología como una ciencia natural; pero
el sentido que da a dicho término es meramente metódico, es decir, expresa sólo
que la psicología procede de aquella manera general empírica y provisoria, propia
de las ciencias naturales, aunque tenga una experiencia distinta por objeto. Así,
James considera que la psicología, como ciencia natural, «es un cuerpo provisorio
de verdades relativas a los estados de conciencia». Toda ciencia particular o toda
ciencia natural, lo que para James parece ser lo mismo, es provisoria, a diferencia,
de la filosofía, ciencia general o universal y que pretende tener un carácter no
provisorio, sino definitivo. Este mismo carácter provisorio distingue, pues, la
psicología de la filosofía, ya que la psicología supone sin examinarlos, y para sus
ulteriores investigaciones, postulados de índole filosófica. Estos postulados son
dos, a saber: 1.º, existen estados mentales, cambiantes, de conciencia; 2.º, dichos
estados nos hacen conocer cosas o fenómenos físicos, que se hallan más o
menos remotos de nosotros, en el espacio y en el tiempo. Los estados mentales
pueden ser tanto los nuestros presentes y pasados como los de otros hombres. El
examen de estos postulados, que evidentemente exige la psicología, no pertenece
a esta ciencia, sino a la filosofía.
Según lo que acabamos de decir, es comprensible que James considere que
existe una estrecha relación entre la conciencia y su medio, hasta tal punto, que
sería una abstracción violenta considerar a aquélla fuera del medio en que se
desenvuelve. El tejido de sucesos que encontramos en el fluir de la conciencia, y
que se presenta en una expansión evolutiva, no se comprende si no se tienen en
cuenta todas las circunstancias en que la evolución se verifica, y esto porque la
vida mental es, ante todo, finalidad, es decir, tiende a conservar la vida total del
individuo. «Nuestras diversas maneras de sentir y pensar han llegado a ser lo que
son, porque nos sirven para modelar nuestras reacciones en el mundo exterior».
Por esto estima James como una fórmula de las más fecundas en psicología, la de
Spencer, quien afirma que la vida mental es una «adaptación de las relaciones
internas a las relaciones externas». Si la actividad de conciencia está mal
adaptada, puede llevar a la destrucción del sujeto. Precisamente las
enfermedades mentales consisten en esta desadaptación, que constituye su
característica. La psiquiatría, una «rama de la Psicología», estudia esta vida
mental no adaptada y perniciosa.
El Enquiry de Edwards, que fue muy leído y debatido, refleja el idealismo del
platonismo puritano y el empirismo de Locke en una mezcla no muy diferente a la
del inmaterialismo de Berkeley. Así como el intelecto humano es el recipiente
pasivo de las impresiones e ideas provenientes de Dios, será también el recipiente
pasivo de los motivos o causas morales que se presentan por medio del
entendimiento. La acción de la voluntad está completamente determinada por
estas causas; y dado que estas causas motoras están producidas por Dios, la
voluntad humana está determinada por la divinidad. La libertad es solo la ausencia
de impedimentos para la acción.
Joseph Buchanan (1785-1829).
En The Human Intellect, que estaba dedicada a Trendelenburg, Porter aporta una
extensa revisión del asociacionismo británico y de la psicología filosófica alemana,
incluida la doctrina de la conciencia de Herbart. Para ello, añadió una recopilación
de los experimentos de Weber sobre el tacto, de la teoría de la percepción
sensible de Müller y de la teoría de los signos locales de Lotze. A pesar de que, de
acuerdo con las ideas de la época, Porter era incapaz de concebir la psicología
como una ciencia experimental, condicionado como estaba por el análisis
introspectivo de la conciencia, fue el primer filósofo americano en tratar
consistentemente los datos a partir de experimentos fisiológicos, utilizados como
auxiliares de la empresa introspectiva.
Edward Hammond Clarke (1820-1877).
Benjamin Rush