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Femineidad y masculinidad

 Esfera familiar
La esfera familiar está compuesta por la presencia fantasmal del padre muerto –motivo auto-
biográfico muy recurrente en toda la obra narrativa de Keller–;7 la pobre madre, en extremo
bondadosa y por ello mismo negativa, que trabaja todo el día con la rueca (con la que "ganaba
la leche y la manteca necesarias para preparar las comidas con las papas que cosechaba"); la
hermana Estercita, de doce años, que "tenía que hilar incesantemente" (ibíd.: 11 y s.); y
Pancracio, el huraño, de catorce, que no hace nada útil para ayudar en la casa. La relación entre
estos tres personajes tiene dos estadios: entre medio hay más de quince años
de tiempo narrado.
Esfera familiar previa a la huida
La casa materna es un ámbito femineizado por la omnipresencia de la madre y la hermana.
Ambas desarrollan una actividad laboral preindustrial en la que Pancracio no
participa("durante la mañana permanecía acostado para leer luego un rato" [1978: 11]; "era un
chico terco y quisquilloso, que jamás se reía y no hacía ni aprendía nada en este bendito mundo
de Dios" [ibíd.: 12]). La actividad económica de estas mujeres se limita a cubrir las
necesidades materiales de la pequeña familia, no les posibilita ahorrar ni invertir el
dinero ganado. En este sentido tiene la forma de un ciclo "natural" (la pequeña familia vivía
"día tras día, siguiendo siempre un orden rutinario y sin variaciones" [ibíd.: 13]); se nos
informa, por otro lado, que todos los años se repetía la misma situación de pobreza extrema en
la misma época, y que esto se materializaba cuando el pote de manteca del que disponían se
acababa: la "aparición del fondo verde del pote era un fenómeno anual tan regular como
cualquier fenómeno celeste" [ibíd.: 11]). Se trata, pues, de un tipo de vida doméstico-económica
en la que no tiene lugar ningún tipo de progreso (todo lo contrario de lo que ocurre, por
ejemplo, con la economía familiar en Doña Regula Amrain y su hijo menor).

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