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ACTIVIDAD COMERCIAL

Se denomina actividad al proceso o la acción que lleva a cabo un sujeto o una institución,
por lo general como parte de sus funciones o tareas
habituales. Comercial, por su parte, es aquello vinculado
al comercio (las operaciones de compra y/o venta de
productos y servicios).
La actividad comercial, de este modo, consiste en
el intercambio de mercancías o de bienes simbólicos.
El dinero es el medio de cambio habitual: una persona
adquiere ciertos productos entregando dinero, y a su vez
obtiene dinero al ofrecer el fruto de su trabajo.
Quien se dedica a la actividad comercial recibe el nombre de comerciante. Supongamos que
una persona decide abrir una tienda dedicada a la venta de zapatos. La actividad comercial
principal de este individuo será la comercialización de los zapatos, entregando los productos
a cambio de dinero. A su vez, esta actividad comercial lo lleva a participar de otros actos de
comercio, comprando los zapatos a sus productores o adquiriendo estanterías para lucir los
zapatos ante los potenciales compradores.
Durante mucho tiempo, la actividad comercial se desarrolló en espacios físicos
como tiendas o mercados. En la actualidad, sin embargo, el avance de la tecnología permite
que muchas personas se dediquen a la actividad comercial a través de Internet. Los
productos se ofrecen de manera virtual y el comprador puede pagar a distancia, recibiendo
la compra en su domicilio. Así no existe el contacto físico entre el comerciante y el cliente.
Otra particularidad de la actividad comercial actual es que muchas veces se produce un bien
en un país X, se lo ofrece a la venta en una nación Z y se lo termina consumiendo en un tercer
país. Esto se debe al fenómeno conocido como globalización.

Historia del comercio


Los orígenes del comercio se remontan a finales del Neolítico,
cuando se descubrió la agricultura. Al principio, la agricultura que
se practicaba era una agricultura de subsistencia, donde las justas
eran para la población dedicada a los asuntos agrícolas. Sin
embargo, a medida que fueron incorporándose nuevos desarrollos
tecnológicos al día a día de los agricultores, como por ejemplo la
fuerza animal, o el uso de diferentes herramientas, las cosechas
obtenidas eran cada vez mayores. Así llegó el momento propicio
para el nacimiento del comercio, favorecido por dos factores:
Las cosechas obtenidas eran mayores que la necesaria para la
subsistencia de la comunidad.
Ya no era necesario que toda la comunidad se dedicara a la
agricultura, por lo tanto parte de la población empezó a
especializarse en otros asuntos, como la alfarería o la siderurgia.
Por lo tanto, los excedentes de las cosechas empezaron a intercambiarse con otros objetos
en los que otras comunidades estaban especializadas.
Normalmente estos objetos eran elementos para la
defensa de la comunidad (armas), depósitos para
poder transportar o almacenar los excedentes
alimentarios (ánforas, etc.),
nuevos utensilios agrícolas (azadas de metal...), o
incluso más adelante objetos
de lujo (espejos, pendientes, etc).
Este comercio primitivo, no solo supuso un
intercambio local de bienes y alimentos, sino también
un intercambio global de innovaciones científicas y
tecnológicas, entre otros, el trabajo en hierro, el
trabajo en bronce, la rueda, el torno, la navegación, la escritura, nuevas formas
de urbanismo, y un largo etcétera. En la península ibérica este periodo se conoce como el
Orientalizante, por las continuas influencias recibidas de Oriente. En este momento es
cuando surge la cultura ibérica.
Además del intercambio de innovaciones, el comercio también propició un paulatino cambio
de las sociedades. Ahora la riqueza podía almacenarse e intercambiarse. Empezaron a
aparecer las primeras sociedades capitalistas tal como las conocemos hoy en día, y también
las primeras estratificaciones sociales. En un inicio las clases sociales eran simplemente la
gente del poblado y la familia del dirigente. Más adelante aparecieron otras clases sociales
más sofisticadas como los guerreros, los artesanos, los comerciantes, etc.

Importancia del comercio


Entendido como una de las actividades económicas más importantes del ser humano, el
comercio es aquel que le permite no sólo conseguir
productos que no se producen localmente (así como
también vender los que sí se producen en el ámbito
propio) si no que además es la actividad económica
que le permite al ser humano entrar en contacto con
otras sociedades, conociendo elementos de su
cultura y de sus tradiciones que luego pueden ser
asimiladas de diferentes maneras. El comercio es al
mismo tiempo una actividad dinámica que evita el
cierre geográfico y político de las comunidades y que
requiere, para funcionar correctamente, el contacto e
intercambio permanente entre diversas
comunidades y pueblos.

El comercio es una actividad que el ser humano realizó desde tiempos muy tempranos,
siempre que comprendió que no todo lo que una comunidad necesitaba podía ser producido
localmente y que, entonces, era necesario intercambiar productos propios por aquellos que
interesaban. Así, una comunidad que se especializa en la cosecha de determinados cereales,
puede obtener otro tipo de cereales o alimentos típicos de otras regiones a partir del
intercambio en partes o valores iguales de un producto propio. Si bien es más conocido el
comercio monetario que se impulsó en Europa desde la Edad Moderna, por muchos siglos
las comunidades antiguas llevaron adelante formas de comercio basadas en el trueque.

La importancia del comercio para el ser humano es muy profunda ya que no tiene que ver
solamente con lo económico sino también con lo social y lo cultural. Así, tal como se dijo, es
a partir del comercio que una sociedad puede entrar en contacto con otra, en el momento en
que se reconoce como no autosuficiente y comienza a buscar espacios o comunidades que
puedan proveerle aquello que le falte. El conocimiento de otras comunidades y el interactuar
con ellas a través del comercio es, además, lo que enriquece de mejor manera a una sociedad.

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