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Por consiguiente, los efectos pueden ser resultado de los siguientes elementos: poder de
penetración, destrozos por fragmentación o deformación de los proyectiles, energía y fenómenos
de presión hidrodinámica. Así también, al alcanzar el objetivo, el proyectil puede hacer explosión
(a tiempos o a percusión), perforar; es decir, atravesar un blindaje haciendo luego explosión o
pasando fragmentado o íntegro al otro lado; penetrar, introduciéndose en un medio sin
deformarse hasta detenerse o hacer explosión.
Empieza en el mismo momento del impacto, y las balas se construyen según el propósito
perseguido, optimizando o degradando sus coeficientes balísticos, independientemente de que los
materiales con que están construidas varíen también en función de su finalidad.
La balística de efecto, también llamada balística terminal, concierne en si misma a efectos de los
proyectiles en los blancos, sean estos hombres, animales o estructuras físicas no vivientes. Los
efectos instantáneos que ocurren cuando un proyectil choca contra un blanco, presentan al
científico balístico un factor de tiempo en sus observaciones que es muy difícil de manejar.
Los fenómenos que a continuación se describen están vinculados con la balística de efectos:
a) impacto, la penetración o perforación de un órgano, tejido, cuerpo o estructura física tal como
una pierna, una pared de concreto o la puerta de un automóvil;
b) fragmentos secundarios en movimiento dentro del blanco, por acción del proyectil actuante,
tales como trozos de hueso o mampostería.
Un blanco blando es un cuerpo viviente. Un blanco duro seria un ladrillo o una pared de cemento.
También son blancos duros las puertas de los vehículos.
IMPACTO DE PROYECTILES EN VIDRIOS Y CRISTALES
En la sociedad actual abunda el vidrio: en las construcciones, en paneles y ventanas, en los
vehículos a motor y en la decoración.
No será extraño encontrar el impacto de algún proyectil relacionado con el vidrio. Será esencial
poder determinar si el orificio ha sido
producido por un proyectil y cuál ha
sido el sentido en que lo atravesó.
Si la velocidad es baja el impacto dejará un cráter y unas líneas de fractura no tan cortantes.
Muchas veces para poder conocer la distancia del impacto será necesario repetir las condiciones
del disparo en el laboratorio. Esto exige usar un cristal de las mismas dimensiones y constitución,
así como cartucho semejantes a los dubitados.
Aunque hay una gran variedad y tipos de cristales el comportamiento de todos ellos al impacto es
muy semejante.
Primero se forman las radiales que son continuas mientras las concéntricas están formadas por
anillos entre los que hay espacio sin fracturar. Cuando el proyectil choca con el vidrio, este se
curva un poco gracias a su elasticidad.
Cuando se pasa este límite de elasticidad el vidrio se rompe, empezando por la cara opuesta al
impacto que es la que más se curva, en forma de radios saliendo del centro de este. Esta primera
fractura forma un grupo de triángulos de vidrio agrupados alrededor del centro lo mismo que las
raciones hechas de una tarta.
Pero los triángulos se siguen flexionando, según la energía que haya traído el proyectil, hasta que
finalmente se parten en su dimensión más larga creando los círculos concéntricos de fractura. Se
forma así la típica imagen de radios y anillos.
Solo se deben tener en consideración las fracturas que son claramente radiales o concéntricas y se
deben recoger en la escena de los hechos todos los fragmentos de vidrio que sea posible para
reconstruirlo in situ.
En general solo el proyectil producirá el cono invertido y los astillados radiales y concéntricos. Una
piedra grande o una herramienta pesada y puntiaguda sí podrían producir esos daños, si bien en el
caso de la piedra podrían apreciarse huellas de su rugosidad o incluso arañazos en la zona de
impacto.
Es por tanto importante poder encontrar el proyectil o restos del mismo en la zona de los hechos.