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Con este material, se pretende que el y la lectora conozca y comprenda las reglamentaciones
pertinentes al cargo directivo y a todo el quehacer educativo; además, que pueda interpretar
su estudio a fin de aplicar las normativas inherentes al cargo, por lo que el conocimiento
profundo y el análisis de los elementos más importantes que contienen estas leyes y
ordenanzas, permitirán su aplicación justa, de manera que se cumpla, en cada institución
educativa, el deber ser que sostiene la Ley General de Educación 66 97 en estos momentos.
En tal sentido, la síntesis de este material de consulta se considera importante para todas las
personas que, en la actualidad, gestionan instituciones educativas, pues los llevará a fortalecer
y dirigir con seguridad y respeto, apegados a las normativas que permiten tener ideales claros
de un compromiso para el logro de una educación de calidad.
Desde que la educación empezó a ser objeto de estudio y de oficio, las personas han
necesitado de normas que ayuden a aquellos que la ejercen a organizarse y mantener el
orden. Es, en esta última parte, donde entra en función la Legislación, que como bien su
nombre lo indica, es un cuerpo de leyes que regulan los poderes públicos del gobierno de un
determinado país. En el área de la educación, la Legislación incluye todas aquellas normas por
las que se deben regir todos los actores del proceso educativo: estudiantes, padres, madres y
maestros/as.
Cuando se habla sobre este tema a docentes del sector público, en la mayoría de los casos
éstos ignoran la existencia de estas leyes y son estos quienes reciben mayores atropellos.
¿Cómo sabe un maestro cuando puede escalar de posición? ¿Cuál es el salario que debe recibir
de acuerdo al número de años que labora? ¿Cuáles son los beneficios que se obtienen por su
labor en el tiempo? Se exigen prerrogativas que desde años les pertenecen, y que con sólo
hojear un pequeño libro, al que se puede accesar de manera física o virtual, se puede
actualizar.
Es también responsabilidad de los estudiantes mantener una estrecha comunicación con sus
padres y madres sobre el rendimiento de los maestros y maestras, así como conocer lo que
contiene la Ley. Los y las docentes trabajan para el beneficio de ellos y prestan su servicio y
bondad por el bien de su educación y desarrollo intelectual y personal. No obstante, algunos
estudiantes prefieren no hablar al respecto con sus padres y madres, y no demandarles a los
maestros y maestras la actitud que deben tener en el salón de clases.
La sociedad en general prefiere depender del pensamiento que “nada en el país funciona” para
no regirse de la Legislación Dominicana.
La Ley General de Educación y el Código del Menor abren una puerta a estos conocimientos y
dan luz al momento de cuestionar cuál es la verdadera situación que enfrenta nuestro país en
esta materia. ¿De qué vale tener una Ley bien redactada si quienes la deben poner en práctica
no la conocen?
Se debe tener claro el papel del Director y su relación con la función pública, ya que éste está
doblemente obligado a conocer, respetar y fomentar el reglamento jurídico, como cita la Ley
General de Educación 66´97: “Oriente y permita la transformación de la educación, de cara a
los cambios que se verifican en la sociedad”.
El uso, así como el abuso de las leyes, reglamentos, circulares, disposiciones y otros cuerpos
legales que regulan la educación y su administración, deben llevarnos a una reflexión sobre lo
expresado por (Arce, 2000: p. 17): “Cuando lo jurídico predomine sobre lo pedagógico, la
educación entra en crisis”. Esto refleja cómo el abuso de la reglamentación, dada por el
Derecho, puede llegar a convertirse en un estorbo para el acto pedagógico y de la
administración educativa, si no es llevado en forma constructiva y responsable.
Todas las leyes, reglamentos y disposiciones existentes, provocan que los actores del proceso
educativo deban conocer y entender cada vez más la Legislación Educativa positiva y su
historia, en lugar de centrarse en el acto educativo propiamente dicho. Muchos de los
administradores de la educación tienen que abandonar momentáneamente su principal labor,
como lo es el desarrollo institucional de los centros educativos, a fin de dedicarse a responder
asuntos propios de procesos legales, acentuándose el problema al tener que utilizar la
legislación sin contar con las bases suficientes para realizar y hacer frente a procesos de esta
índole o administrativos, de manera correcta, concreta y eficaz. De esta forma, se pone en
riesgo la administración eficiente de la educación, de la cual se desprende el desarrollo de los
centros educativos.
Por ello, los administradores de la educación tienen una debilidad que puede convertirse en
amenaza, puesto que, al carecer de conocimientos sobre Legislación Educativa y de su correcta
interpretación, pueden realizar acciones legalmente indebidas, exponiéndose a todo tipo de
procesos legales, como los casos de maestros que incumplen con su jornada de trabajo o
incapacidad para el cumplimiento del mismo por simple negligencia, así como en casos de
decisiones inadecuadas respecto al alumnado.
Como cita la Ley 66´97 : “La educación es un derecho permanente e irrenunciable del ser
humano, sin ningún tipo de discriminación por razón de raza, de sexo, de credo, de posición
económica y social o de cualquier otra naturaleza… toda persona tiene derecho a participar de
la vida cultural y gozar de los beneficios del progreso científico y de sus aplicaciones". Esto
obliga a los administradores de la educación al conocimiento pleno de la legislación a fin de
garantizar el cumplimiento fiel a este derecho por parte de la ciudadanía. “Corresponde a la
comunidad educativa contribuir al desarrollo y mejoramiento de la educación y velar porque
sus miembros desplieguen sus capacidades para alcanzar el desarrollo integral, individual y
social”.
• La Constitución Dominicana.
• Ordenanzas.
• Resoluciones
• Manuales.
Está claro que los Directores y Directoras, por su propio bien, quedan obligados a conocer las
disposiciones legales que limitan y protegen su actuar. Se sugiere que, en la formación de
profesores/as, se incluyan temas pertinentes relativos al derecho educativo, y no perder la
oportunidad de dotar de herramientas teóricas sobre la legislación educativa a este grupo de
profesionales, que les permita llegar a una verdadera comprensión y superación de algunas
preguntas básicas como:
Así podemos enumerar una lista, probablemente muy extensa de preguntas, cuyas respuestas
sólo se pueden tener estudiando temas de legislación educativa y madurando las ideas,
principios, axiomas y demás, a fin de dejar una comprensión ordenada y estructurada a los y
las estudiantes, siendo esto un gran beneficio para su futura labor.
A la Legislación Educativa General corresponderán las leyes, decretos y resoluciones que tocan
a la educación formal (regulaciones educativas) durante los gobiernos de Pedro Santana y
Buenaventura Báez. Algunas de las regulaciones que corresponden a este período son, por
ejemplo:
• El Decreto del 6 de mayo del 1852 con carácter de ley, emitido en el primer gobierno de
Buenaventura Báez.
• Decreto del 30 de junio de 1845 que establece una cátedra de latinidad (modificación del
currículo de la época).
Desde esta época a la fecha, se han realizado muchos cambios en esta legislación y, aunque
debemos centrar nuestra atención en la legislación actual, interesa rescatar, a manera de
cultura, lo acontecido durante los años anteriores durante la intervención norteamericana del
1916, la Dictadura de Trujillo 1930-1961 y todo lo referente al proceso legal educativo.
Lo esencial de las actividades de los/as administradores de la educación es tener bien claro los
procesos organizativos de acuerdo a su función y normativas, pues de lo contrario se vulnera la
organización, el cuidado y el orden. Si aplicamos los conocimientos adquiridos en este
material, de seguro que la comunidad educativa estará cumpliendo con los ideales de una
sociedad honesta, sólida, justa y cumplida que repercute en la solidaridad y el compromiso,
con recursos humanos dispuestos a trabajar por una mejor sociedad.
Se recomienda el conocimiento del cargo que habrá de desempeñar cada actor en el centro
educativo, teniendo el del personal docente, sabiendo que "es el conjunto de atribuciones y
responsabilidades que se le confiere al personal docente" , de acuerdo al cual trata la carrera
docente y sus clasificaciones.
Es también importante destacar que la Ley General de Educación 66´97, clasifica los docentes
en:
• Educadores.
• Técnicos Docentes.
• Funcionarios Administrativos-Docentes.
Cada clasificación está diferenciada por el conjunto de acciones y tareas que describen las
funciones intrínsecas de los mismos. Se denomina función docente a la actividad que
desarrollan los profesionales amparados por este Reglamento.
En lo referente al cargo de Director/a del Nivel Básico, los requisitos Académicos son:
• Maestría en Educación.
• Fomentar la descentralización.
Además, estas competencias deben conocer todas las funciones que legalmente les son dadas
para así poder cumplir la tarea con eficiencia y eficacia. Son funciones y tareas del Director/a
de un centro, sea este de Nivel Inicial, Nivel Básico, Modalidad de Adultos, Modalidad Especial,
Nivel Medio y Técnico Profesional, el coordinar, asesorar, administrar, planificar, supervisar,
investigar y evaluar las diferentes actividades del centro bajo su dirección y, en este sentido,
debe implementar las acciones relacionadas con esas funciones y tareas que serán
consignadas en los manuales correspondientes.
Teniendo todos los directivos que conocer las normativas que le infieren, le proponemos
realizar, a manera de práctica, esta actividad, utilizando la Ley General de Educación.
Es importante que el Director/a y el Equipo de Gestión conozcan los requisitos para el ejercicio
de la función docente, que resultan comunes a todas las clasificaciones y que son los
siguientes:
b) Reunir las cualidades morales, éticas, intelectuales y afectivas necesarias para el ejercicio de
la función especifica a desempeñar.
Todo Docente investido del puesto por una acción de la Dirección General de Recursos
Humanos de la Secretaria de Educación (SEE), tiene los siguientes derechos:
2. Expresar libremente sus opiniones de cualquier naturaleza, sin otras limitaciones que las
impuestas por la moral social, la Ley General y las normas civilizadas de convivencias.
3. Los docentes en el ejercicio de sus funciones tendrán derecho a agruparse en asociaciones
profesionales, académicas y afines, conforme al precepto constitucional sobre el derecho de
libre asociación y reunión, sin desmedro del cumplimiento de sus responsabilidades.
6. Optar por postularse a cargos o categorías más altas que las que ostentan, conforme a la
idoneidad respectiva y en función a los requisitos de las funciones docentes.
8. Reingresar al servicio docente, cuando fuere el caso, en los términos previstos en este
reglamento.
10. Participar personalmente o por medio de sus representantes en los órganos del gobierno
escolar correspondiente.
12. Defender sus derechos e intereses legítimos, mediante las acciones y recursos que las
leyes, decretos y el presenten Reglamento establecen.
13. Participar en los encuentros abiertos para ocupar un cargo de mayor jerarquía u otro
disponible.
16. Ser objeto de reconocimientos por la labor realizada en el ejercicio de sus funciones.
17. Los demás derechos que en su favor estén o sean consagrados mediante leyes y
disposiciones. DEBERES DEL DOCENTE
El capítulo II del Estatuto Docente trata los deberes del maestro/a, los cuales son mencionados
en el Artículo 34 del mismo, sin perjuicio de los demás deberes que establezca la
reglamentación y los consensuados entre las partes. En virtud del ejercicio de las funciones
encomendadas, el docente tendrá los siguientes deberes:
1. Respetar, cumplir y hacer cumplir la Ley General de Educación 66´97, los reglamentos y las
disposiciones generales vigentes.
2. Asistir regular y puntualmente al trabajo, así como cumplir con las normas laborales internas
y las estipulaciones contractuales vigentes.
7. Velar por la salvaguarda de los intereses, bienes, servicios y patrimonios puestos a su cargo
así como los valores de la educación, en lo docente, cultural, científico, social.
10. Cumplir adecuadamente con el manejo del registro de curso y ofrecer informaciones
estadísticas veraces y oportunas a requerimiento de los organismos correspondientes.
11. Denunciar las proposiciones de cohecho o soborno que reciban de otras personas, y
rechazar firmemente tales proposiciones.
13. Ejercer con rectitud y honestidad los derechos que le son reconocidos por la Ley General
de Educación, el presente Reglamento y las demás disposiciones de la Secretaría de Estado de
Educación.
15. Conocer y respetar la personalidad e integridad del niño, la niña y adolescentes y dirigir con
amor el indeclinable sentido de la responsabilidad, su formación intelectual, moral y física.
16. Mantener relaciones cordiales con los padres, tutores y amigos, promoviendo una firme
vinculación y una cooperación vital entre la escuela y la comunidad.
17. Los demás deberes que le sean establecidos mediante leyes y disposiciones.
El capítulo III del Estatuto Docente trata los compromisos del docente, listados en el Artículo
35 del mismo, como se presenta a continuación:
2. Respetar las disposiciones del presente Reglamento y las emanadas de común acuerdo
entre las partes envueltas en el quehacer educativo.
3. Disponer o realizar acciones que favorezcan a la comunidad bajo el marco de los principios y
normas institucionales, por lo tanto se deben evitar los privilegios y discriminaciones por
motivo de afiliación política, ideológica, religiosa, étnica, racial, de condición social, por
parentesco o por otros criterios contrarios a los derechos humamos y al mérito personal.
4. Realizar con responsabilidad sus funciones docentes durante el horario de trabajo, por lo
tanto, está impedido de desempeñar actividades ajenas a ella durante las jornadas de trabajo.
10. Privarse de realizar, autorizar, o permitir ventas, o cualquier otra actividad comercial
dentro del ámbito en que desempeña sus funciones, salvo los casos expresamente autorizados
por la superioridad.
11. Eximirse de autorizar la salida de los alumnos en horario escolar sin previo consentimiento
de los padres, tutores o persona autorizada.
12. Acoger las disposiciones que le prohíben aprobar, dentro o fuera del ámbito físico en que
desempeña sus funciones, las disposiciones emanadas de la superioridad o adoptar actitudes
que tiendan al menoscabo de la autoridad escolar o corrompa la disciplina.
13. Organizar giras o paseos de formación científica, culturales e históricos cumpliendo con las
reglas de la seguridad establecidas.
14. Apegarse a los principios éticos y rechazar donativos, ventajas o privilegios de cualquier
naturaleza para sí o para terceros originados en el ejercicio de sus funciones docentes.
15. Privarse de ejecutar actividades, ocupar tiempo de jornadas de trabajo o utilizar personal,
material o información de que disponga con motivo de sus funciones, para fines ajenos a los
educativos y propios de sus funciones.
16. Nunca atender o incitar a otros a atentar contra los bienes del establecimiento o
institución del Sistema Educativo al que pertenezca, hacer uso indebido de las propiedades y
haberes del Estado puesto bajo su responsabilidad, cometer actos que produzcan la
destrucción de materiales, instrumentos o productos de trabajo o disminuyan su valor o
causen su deterioro.
17. Realizar actos que no estén prohibidos mediante leyes y disposiciones establecidas.
El origen del Código del Menor se encuentra en la Convención Sobre los Derechos del Niño,
aprobada en 1989 por la Asamblea de las Naciones Unidas. La ratificación por parte del Estado
Dominicano de ese importante instrumento internacional, fue hecha en 1991. Esta convención
facilitó la orientación de las políticas de los Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes. La
ratificación de la Convención compromete a los Estados Partes a adoptar medidas educativas,
administrativas, de movilización social y normativas, encaminadas a la divulgación y aplicación
de su contenido.
Dando continuidad a ese compromiso, en 1994 República Dominicana promulgó la Ley 14-94
que creó el Código Para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, con el cual se inicia el
proceso de adecuación del marco jurídico a los requerimientos de la Convención. Esta ley
entró en vigencia en el mes de enero de 1995, introduciendo importantes cambios en la forma
en la cual los individuos, las familias, las instituciones y el sistema de justicia se deben
relacionar con la infancia y la adolescencia.
El presente Código tiene como objeto crear las bases institucionales y procedimientos para
ofrecer protección integral a los niños, niñas y adolescentes. El mismo consigna en un conjunto
de textos, los principios consagrados en la Convención de las Naciones Unidas sobre los
Derechos del Niño, encaminados a permitir y preservar la salud física y psíquica, así como el
desarrollo espiritual, cultural y social de los niños, niñas y adolescentes, respetando su
dignidad.
Para los efectos del presente Código, se considera niño, niña y adolescente a todo ser humano
desde su nacimiento hasta los 18 años de edad. Se le calificará de niño o niña desde su
nacimiento hasta los 12 años y adolescentes, desde los 13 años hasta los 18 años cumplidos.
•Darles preferencia para recibir atención en los servicios públicos o privados en coordinación
con los mismos.
•A que sean destinados de manera preferencial, los recursos públicos a los planes y programas
relacionados con la infancia y la juventud.
• Ningún niño, niña o adolescente será perjudicado, en sus derechos fundamentales, por
negligencia, discriminación, por razones de edad, sexo o nacionalidad, explotación, violencia,
crueldad u opresión, castigado o víctima de cualquier tipo de atentado, ya sea como
consecuencia de una acción o de una omisión.
Para la interpretación de esta ley, deberán tomarse en cuenta sus objetivos sociales, las
exigencias del bien común, los derechos y deberes individuales y colectivos, y la condición
particular de la población que se quiere proteger, haciendo primar los intereses superiores de
los niños, niños y adolescentes.
• De la Prueba de la Afiliación.
• De la Familia Sustituta.
• De la Guarda.
• De la Adopción.
• Derecho a la Educación, a la Cultura, al Deporte, al Tiempo Libre y a la Recreación.
• Darle preferencia para recibir atención en los servicios públicos o privados en coordinación
con los mismos. • Considerar a los niños, niñas y adolescentes como objeto prioritario en la
formulación y ejecución de las políticas sociales efectivas.
• A que sean destinados de manera preferencial los recursos públicos a los planes y programas
relacionados con la infancia y la juventud.
• Son niños, niñas y adolescentes infractores los y las que incurran en hechos sancionados por
la ley.
• El niño, niña y adolescente es infractor/a grave cuando el acto típico puede catalogarse como
grave por la magnitud de sus resultados y la modalidad de los hechos, que revelen carencia de
sensibilidad moral y social en el o la menor, o cuando antecedentes personales o socio-
familiares demuestren una desadaptación incipiente en su conducta.
• El abuso físico, psicológico o sexual en contra de un menor de edad será castigado con penas
de dos a cinco años de prisión y con multas de cinco a quince mil pesos. Si el autor o autora del
hecho mantiene una relación de autoridad guarda o vigilancia sobre el menor y se producen
lesiones severas comprobadas por especialistas en el área, se aplicará el máximo de la pena
indicada anteriormente.
• Cuando los infractores sean extranjeros o nacionales, que en la comisión del hecho negocien,
trafiquen o se hayan vinculado para la comisión del hecho con traficantes o comerciantes de
niños, niñas y adolescentes, serán castigados con el doble del máximo de la pena.
• Cuando se compruebe que el padre o la madre de menores de doce años de edad, los dejen
dentro del hogar sin estar previstos de supervisión de adultos, serán castigados con penas de
dos a seis meses de prisión. También serán llamados a recibir tratamiento psicoterapéutico y
asistencia social.
• Cuando un o una menor de edad que se encuentre bajo la autoridad de guarda o vigilancia,
sea sometido/a a vejámenes o constreñimiento, prisión, chantaje u otros, se castigará a los
funcionarios o empleados responsables con la pena de seis meses a dos años de prisión.
• Cuando la autoridad competente no dé curso a la orden de libertad, sin causa justa, será
castigado con al pena de seis meses a dos años de detención.
• Prometer la entrega de un hijo, para recibir paga se castigará con la pena de reclusión de uno
a cuatro años y multa de cinco a diez mil pesos. Será castigado con la misma pena a quien
ofrece la paga.
Los organismos de atención son responsables por el mantenimiento de las propias unidades,
así como por la planificación y ejecución de los programas de desarrollo y socio-educativos
encaminados a proteger los niños, niñas y adolescentes.
• Libertad asistida.
• Semi libertad o centros de acogida transitoria para adolescentes.
• Privación de libertad.
• Integración de familia sustituta cuando se hayan agotado los recursos de la familia de origen.
• Respetar los derechos de que son titulares los niños, niñas y adolescentes.
• Ofrecer ropas.
• Atención médica.
• Escolarización y profesionalización.
• Asistencia religiosa.
• Proporcionar documentos necesarios para el ejercicio de su ciudadanía a que ellos que no los
tuvieren.
Deberes:
Derechos:
• Derecho a la vida.
• Derecho a la libertad.
• Derecho a participar.
• Derecho a la intimidad.
• Derecho a la diversión.
• Prohibición de venta.
• Prohibición de entrada.
• Derecho a la información.
• Derecho a la salud.
• Protección a la maternidad.
• Derecho a la inmunización.
• Derecho a la educación.
Los organismos de participación establecidos en el Artículo 186, con carácter consultivo, son:
a) Asambleas de profesores.
b) Asambleas de padres.
c) Asambleas de alumnos.
d) Asamblea General de centros educativos.
De la misma manera, la comunidad, las familias y el sector privado tienen funciones para con la
escuela explicitadas en el Capítulo V de la ley. La participación de las familias es fundamental
en la buena marcha del centro y el desarrollo de actividades que le favorezcan, de acuerdo a la
Ley 66´97: “En todos los centros escolares se fomentará la participación de la comunidad
educativa en la gestión de la escuela y en la solución de los problemas, tanto de la escuela
como de la comunidad a la que sirve” .
Las funciones de los niveles de la educación en la estructura académica del sistema educativo
son referentes de gran trascendencia que deben conocer los administradores educativos,
porque ellos son importantes para la concentración del esfuerzo colectivo de la comunidad
educativa .
Los siguientes son principios de la educación y que todo Director debe conocer:
Artículo 30, p. 11. El sistema fomentará la educación permanente, fomentará en los alumnos,
desde su más temprana edad, el aprender por sí mismos y facilitará también la incorporación
del adulto a distintas formas de aprendizaje.
Artículo 31, p. 11. La estructura académica del sistema educativo se organiza en función de
niveles, ciclos, grados, modalidades y subsistemas. f Artículo 9, p. 9. Los Centros Educativos
Públicos, funcionaran con los siguientes organismos de participación: Consejo Estudiantil,
Consejo de Cursos y Comité de Trabajo.