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La tierra inhabitable. !

Hambruna, colapso económico, un Sol que nos cocina: lo que el cambio climático podría
desencadenar —más pronto de lo que te imaginas—.!
!
Por David Wallace-Wells!

Fósil por: Hearthless Machine.!


!
I. El día del juicio final.!
Observando más allá de la reticencia científica.!
!
Prometo, que esto es peor de lo que imaginas. Si tu ansiedad por el calentamiento global está
dominado por los miedos de la elevación de los niveles del mar, apenas estás rozando la superficie
de todo lo que son posibles esos terrores, ocurriendo incluso en el lapso de la vida del que es un
adolescente hoy en día. Y aún así, los mares elevados —y las ciudades que ahogarán— han
dominado las imágenes del calentamiento global, abrumando nuestra capacidad por el pánico
Inclimático,
the jungles ofque
Costa Rica,
han where humidity
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nuestra tops 90 percent,
percepción desimply
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mucho when cercanos.
it’s over 105 degrees Fahrenheit
El crecimiento
would be lethal. And the effect would be fast: Within a few hours, a human body would be cooked to death from both inside and out.
Fossils by Heartless Machine
de los niveles del mar es malo, de hecho bastante malo, pero huir de las líneas costeras no será
suficiente.!
!
En ausencia de un ajuste significativo de cómo miles de millones de humanos siguen sus vidas,
partes de la Tierra llegarán a estar cerca de ser inhabitadas y otras partes serán horriblemente
inhóspitas, tan pronto como llegue el final de este siglo. !
!
Aún cuando entrenemos nuestros ojos en el cambio climático, somos incapaces de comprender su
alcance. El pasado invierno, una racha de 60 días a 70º F —de 15 a 21º C— más calientes de lo
normal, horneó el Polo Norte, derritiendo el pemafrost que encapsulaba el baúl de semillas en
Svalvard Noruega —un banco global de alimentos llamado “Día del Juicio Final” (Doomsday)—
diseñado para asegurar que nuestra agricultura sobreviviera cualquier catástrofe y que pareció
inundarse por el cambio climático menos de diez años después de ser construido. !
!
El baúl del Día del Juicio final está bien, por ahora: la estructura ha sido asegurada y las semillas
están a salvo. Pero tratar este episodio como una parábola de las inundaciones inminentes dejó de
lado las noticias más importantes. Hasta hace poco, el permafrost no era una gran preocupación para
los científicos del clima porque, como el nombre lo sugiere, era suelo que se mantenía
permanentemente congelado. Pero el permafrost ártico contiene 1.8 billones de toneladas de carbón,
más del doble que el actualmente suspendido en la atmósfera terrestre, cuando se deshiela y se
libera, ese carbón se evapora como metano, que es 34 veces más poderoso como gas de efecto
invernadero que el dióxido de carbono, cuando es contabilizado en el lapso temporal de un siglo;
mientras que, cuando es contabilizado en el lapso de dos décadas, es 86 veces más poderoso. En
otras palabras, tenemos atrapado en el permafrost ártico, dos veces más carbón que el que
actualmente está destrozando la atmósfera del planeta, en la forma de un gas que multiplica su poder
de calentamiento 86 veces más, todo lo cual, se encuentra programado a ser liberado en una fecha
que continúa moviéndose.!
!
Tal vez ya lo sepas —hay historias alarmantes en las noticias diariamente— como esa, del mes
pasado, que parecía sugerir que los datos satelitales mostraban que el calentamiento global desde
1998 se había acelerado dos veces más rápido de lo que los científicos habían calculado (la historia
subyacente era considerablemente menos alarmante que los titulares). O las noticias sobre la
Antártica el mayo pasado, cuando una ruptura en el casquete polar creció 11 millas en seis días, y
continuó creciendo, esta ahora tiene tres millas para terminar de romper el bloque de hielo —y es
probable que para el momento en el que leas esto ya se haya desprendido y se dirija a las aguas
abiertas, donde flotará en el océano como uno de los mayores icebergs vistos hasta el momento, un
proceso conocido poéticamente como “dar a luz”—.!
!
Pero sin importar qué tan bien informado estés, seguramente no estás lo suficientemente alarmado.
En el transcurso de las últimas décadas, nuestra cultura se ha vuelto apocalíptica con películas de
zombies y las distopias de Mad Max —probablemente como resultado colectivo de la ansiedad
climática desplazada— y aún así, cuando se trata de contemplar los peligros reales del
calentamiento, sufrimos de una increíble falta de imaginación. Las razones para ello son numerosas:
el lenguaje tímido de las probabilidades científicas —lo que el climatólogo James Hansen una vez
denominó como “reticencia científica”, en un artículo académico que castigaba a los científicos por
editar sus propias observaciones tan concienzudamente que fallaban en comunicar qué tan terrible
era la amenaza en realidad—; el hecho de que el país está dominado por un grupo de tecnócratas
quienes creen que cualquier problema puede ser solucionado; y una cultura que se opone, que ni
siquiera ve el calentamiento como un problema que valga la pena ser mencionado; la forma en la que
el negacionista climático ha hecho a los científicos más precavidos al ofrecer sus advertencias
especulativas; la velocidad del cambio y, también su lentitud, tanto que sólo estamos viendo ahora los
efectos del calentamiento de las décadas anteriores; nuestra incertidumbre acerca de la
incertidumbre, lo que la escritora climática Naomi Oreskes en particular ha sugerido, nos detiene de
prepararnos tan férreamente como para un mediano plazo donde sea posible; la forma en la que
asumimos que el cambio climático pegará más duramente en cualquier otro lugar, no en todos lados;
la pequeñez (dos grados), la enormidad (1.8 billones de toneladas) y lo abstracto (400 partes por
millón) de los números; la incomodidad de considerar un problema que es muy difícil, si no imposible,
de solucionar; la conjunta e incomprensible escala de ese problema, que conlleva la posibilidad de
nuestra propia aniquilación; y simplemente el miedo. Pero la aversión que crece del miedo, es
también una forma de negación.!
!
Entre la reticencia científica y la ciencia ficción se encuentra la ciencia en sí misma. Este artículo es el
resultado de docenas de entrevistas e intercambios con climatólogos e investigadores en los campos
relacionados y refleja cientos de artículos científicos en lo que respecta al cambio climático. Lo que
sigue no es una serie de predicciones de lo que pasará —que será determinado en gran parte por la
menos certera ciencia de la respuesta humana—. En su lugar, es un retrato de nuestro mejor
entendimiento de hacia dónde se dirige el planeta en ausencia de una acción agresiva. Es difícil que
todo estos escenarios sobre el calentamiento se lleven a cabo completamente, en gran parte porque
la devastación se llevará también, en el camino, nuestra complacencia. Pero esos escenarios, y no el
clima presente, son los cimientos. De hecho, son nuestra agenda.!
!
El tiempo presente del cambio climático —la destrucción que ya hemos forjado hacia nuestro futuro—
es suficientemente espantosa. La mayoría de las personas hablan como si Miami o Bangladesh
todavía tuvieran una oportunidad para sobrevivir, mientras que la mayoría de los científicos con los
que he hablado, asumen que las perderemos dentro del siguiente siglo, aún si dejáramos de quemar
combustibles fósiles en la próxima década. Dos grados de calentamiento solían ser considerados el
umbral de la catástrofe con decenas de millones de refugiados climáticos desatados hacia un mundo
imprevisto. Ahora, dos grados es nuestra meta —por los acuerdos de cambio climático de París— y
los expertos nos dan sólo mínimas probabilidades de alcanzarlos. El Panel Intergubernamental sobre
el Cambio Climático de Naciones Unidas (IPCC por sus siglas en inglés) emite reportes en serie, a
menudo llamados “el estándar dorado” de la investigación climática. El más reciente nos proyecta que
llegaremos a cuatro grados de calentamiento global para el principio del próximo siglo, si seguimos
con el curso presente. Pero ese es sólo una proyección media. La probabilidad más alta de la curva
llega incluso hasta los ocho grados —y los autores todavía no han pensado en cómo lidiar con el
derretimiento del permafrost—. El reporte del IPCC tampoco toma en consideración plena el efecto
albedo, menos hielo significa menos luz solar reflejada y más absorbida, es decir, más calentamiento;
más nubosidad, lo que atrapa el calor; o la muerte de bosques y otro tipo de flora, que extrae carbón
de la atmósfera. Cada uno de estos elementos promete acelerar el calentamiento y la historia del
planeta muestra que la temperatura puede variar tanto como cinco grados Celsius en el transcurso de
trece años. La última vez que el planeta estaba cuatro grados más caliente, señala Peter Brannen en
The ends of the World su nuevo libro sobre la historia de los eventos planetarios de mayor extinción,
los océanos se encontraban cientos de pies más altos.!
!
La Tierra ha experimentado cinco extinciones en masa antes de la que ahora vivimos, cada una
completando un borrón del registro evolutivo —funcionando como un reinicio del reloj planetario— y
muchos científicos climáticos dirán que estas son las mejores analogías para el futuro ecológico en el
que nos estamos sumergiendo. A menos de que seas un adolescente, probablemente leíste en tus
libros de texto de la preparatoria que estas extinciones fueron el resultado de asteroides. De hecho,
todas, excepto una —la que mató a los dinosaurios— fueron causadas por el cambio climático
producido por gases de efecto invernadero. La más notoria fue hace 225 millones de años atrás,
comenzó cuando el carbón calentó el planeta cinco grados, fue acelerado cuando el calentamiento
disparó la liberación de metano en el Ártico y finalizó con la muerte del 97% de toda la vida en el
planeta. Para la mayoría de los estimados, actualmente estamos añadiendo carbón a la atmósfera en
una tasa considerablemente más alta, por o menos diez veces más rápido. La tasa se está
probability curve runs as high as eight degrees — and the authors still haven’t figured out how to deal with that
permafrost melt. The IPCC reports also don’t fully account for the albedo effect (less ice means less reflected and
more absorbed sunlight, hence more warming); more cloud cover (which traps heat); or the dieback of forests and
other flora (which extract carbon from the atmosphere). Each of these promises to accelerate warming, and the
history of the planet shows that temperature can shift as much as five degrees Celsius within thirteen years. The
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especie necesita colonizar otros planetas en la próxima centuria para poder sobrevivir; y fue lo que
llevó a Elon The
Musk, el mes pasado, a develar sus planes para construir un hábitat en Marte dentro de
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40 a 100 años. Desde
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to unveil his plans to build a Mars habitat in 40 to 100 years. These are nonspecialists, of course, and probably as
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hacia la imaginación popular, un nombre dado a la era geológica en la que vivimos y una
the IPCC who nevertheless criticize its conservatism — have quietly reached an apocalyptic conclusion, too: No
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intervención humana. Un problema con el término es que implica una conquista humana sobre la
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— a name delto “dominio”
the geologic era bíblico).
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Smith Broecker, el oceanógrafo
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machine.” corazón
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it more. el término “calentamiento global”, quería
decir cuando llama al planeta un “animal enojado”. También podrías coincidir en llamarlo como una
“máquina de guerra” que cada día armamos más.!
!
!II. Heat Death
II. Calor mortal.!
La Bareinización de Nueva York!
! The bahraining of New York.

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! In the sugarcane region of El Salvador, as much as one-fifth of the population has
chronic kidney disease, the presumed result of dehydration from working the fields
Foto por: Hearthless Machine.!
! they were able to comfortably harvest as recently as two decades ago. Photo:
Heartless Machine
Los seres humanos, como todos los mamíferos, son máquinas de calor, sobrevivir significa tener que
enfriarse continuamente. Para esto, la temperatura necesita ser lo suficientemente baja para que el
aire actúe como refrigerante, quitando el calor de la piel para que la máquina pueda seguir
bombeando. A siete grados de calentamiento, esto se volvería imposible para grandes porciones de la
banda ecuatorial del planeta y especialmente en los trópicos, donde la humedad se agrega al
problema; en las junglas de Costa Rica, por ejemplo, donde la humedad regularmente llega al 90%,
simplemente caminar fuera, cuando la temperatura se encontrara arriba de 40º C, tendría un efecto
rápido y letal: en el lapso de unas horas, el cuerpo humano se cocinaría hasta la muerte tanto por
dentro como por fuera. !
!
Los escépticos del cambio climático señalan que el planeta se ha calentado y enfriado muchas veces
antes, pero la ventana climática que ha permitido la vida humana es muy estrecha, incluso para los
estándares de la historia planetaria. A 11 o 12º C de calentamiento, más de la mitad de la población
mundial, como está distribuida hoy, moriría directamente por los efectos del calor. Las cosas casi
ciertamente no se calentarían tanto en este siglo, aunque los modelos de emisiones no disminuidas si
nos llevan así de lejos eventualmente. En este siglo y especialmente en los trópicos, el problema
pegará mucho más rápido aún sin el aumento de siete grados. El factor clave es algo llamado valor
máximo de temperatura húmeda (wet-bulb temperature), que es un término de medida casi de kit de
laboratorio casero y que consiste en el calor registrado en un termómetro envuelto en un calcetín
mojado, mientras es oscilado en el aire (dado que la humedad del calcetín se evapora más
rápidamente en aire seco, este número refleja tanto el calor como la humedad). Actualmente, la
mayoría de las regiones alcanzan un máximo de 26 a 27º C, la verdadera línea roja para la capacidad
de habitar es de 35º C. Lo que se llama golpe de calor llega mucho antes. !
!
En realidad, casi estamos ahí. Desde 1980, el planeta ha experimentado un incremento 50 veces
mayor en el número de lugares que soportan calor peligroso o extremo y un incremento más grande
está por venir. Los cinco veranos más calurosos en Europa desde 1500 han ocurrido desde 2002 y
pronto, advierte el IPCC, simplemente estar fuera de casa en ese momento del año será peligroso
para gran parte del globo. Aún si llegamos a alcanzar la meta de Paris de dos grados de
calentamiento, ciudades como Karachi y Kolkata se volverán inhabitables, anualmente cuentan con
olas de calor mortales como aquellas que los paralizaron en 2015. A cuatro grados, la ola de calor
más mortal que ha vivido Europa en 2003, la cual mató a tantas personas como 2,000 al día, sería un
verano normal. A seis grados, de acuerdo a una valoración enfocada sólo en los efectos dentro de los
Estados Unidos, de la Administración Atmosférica y Oceánica Nacional (National Oceanic and
Atmospheric Administration) el trabajo en verano, de cualquier tipo, se volvería imposible en el valle
bajo del Mississippi y todos los que se encuentren en el país al este de las Montañas Rocallosas
padecerían más golpes de calor que nadie, en cualquier lugar del mundo, hoy. Como Joseph Romm
ha mencionado en su autorizado Climate Change: What everyone Needs to Know, los golpes de calor
en la ciudad de Nueva York excederían a los del Baréin del día de hoy, uno de los lugares más
calientes del planeta y la temperatura en Baréin “induciría hipertermia incluso en los humanos
durmiendo”. El estimado más alto dado por el IPCC, hay que recordar, es de dos grados más. Para el
final del siglo, el Banco Mundial ha estimado, que los meses más frescos en la América del Sur
tropical, África y el Pacífico serán más calientes que los meses más calientes de final del siglo XX. El
aire acondicionado podría ayudar, pero finalmente sólo agregará más al problema del carbono.
Además, poniendo de lado a las plazas comerciales con clima controlado de los Emiratos Árabes, no
es remotamente plausible vender al por mayor aire acondicionado a todas las partes del mundo más
calientes, muchas de ellas siendo también las más pobres. De hecho, la crisis será más dramática a
lo largo del Medio Oriente y del Golfo Pérsico, donde en 2015 el índice de calor registró temperaturas
tan altas como 72º C. Tan pronto como unas cuantas décadas a partir de ahora, el Hach
(peregrinación a la Meca) se volverá físicamente imposible para los 2 millones de musulmanes que la
realizan cada año.!
!
No es sólo el Hach, y no es sólo la Meca, el calor ya nos está matando. En la región cañera de El
Salvador, tanto como un quinto de la población tiene enfermedad crónica del riñón, incluyendo a más
de un cuarto de los hombres, presumiblemente resultado de la deshidratación por trabajar en los
campos en los que hasta hace dos décadas eran capaces de trabajar cómodamente. Con diálisis,
que es cara, aquellos que sufran de fallas en los riñones pueden esperar a vivir hasta cinco años; sin
ella, la expectativa de vida es de semanas. Desde luego, el golpe de calor promete también pegarnos
en otros lugares más que en los riñones. Mientras escribo esa línea, en en desierto de California a
mediados de junio, hay 49º C afuera de mi puerta y ni siquiera ello marca un récord de temperatura
más alta.!
!
!
III. El fin de la comida.!
Rogando por campos de maíz en la tundra.!
!
Los climas difieren y las plantas varían, pero la regla básica para los cultivos comerciales de cereales
cultivados a una temperatura óptima, es que por cada grado de calentamiento, los rendimientos
declinan un 10%. Algunos estimados llegan tan alto como 15 o 17%. Lo que significa que si el planeta
es 5 grados más caliente para el final del siglo, tendremos tanto como 50% más gente con 50%
menos grano que alimentarlos. En el caso de las proteínas es peor: pues toma 16 calorías de grano
el producir una sola caloría de carne para hamburguesas, extraída de una vaca que pasó su vida
contaminando el ambiente con flatulencias de metano. !
!
Pollyannaish, fisiólogo de plantas, señala que las matemáticas del cultivo de cereales aplican sólo a
esas regiones que ya alcanzaron el pico en su temperatura y está en lo cierto —hipotéticamente, un
clima más cálido hará más fácil el cultivar cereales en Groenlandia— pero, como el trabajo
parteaguas de Rosamond Naylor y David Battisti ha mostrado, los trópicos ya están suficientemente
calientes para crecer cereales y esos lugares donde el grano es producido hoy ya se encuentran en
una temperatura óptima para el crecimiento —lo que significa que un pequeño incremento en el
calentamiento, los empujará hacia abajo de la pendiente de la declinación productiva. Y no se puede
fácilmente extender la frontera agrícola una cuantas cientos de millas, porque el rendimiento en
lugares como la Canadá remota y Rusia se encuentran limitados por la cantidad de suelo fértil ahí,
toma muchas centurias para el planeta producir tierra óptimamente fértil.!
!
Las sequías podrían ser un problema incluso más grande que el calor, con algunas de las tierras más
arables convirtiéndose rápidamente en desiertos. La precipitación pluvial es notoriamente difícil de
modelar, aún así las predicciones para finales de la centuria son básicamente unánimes: sequías sin
precedentes cerca de todos los lugares donde la comida de hoy es producida. Para 2080, sin una
reducción dramática en las emisiones, la Europa del Sur se encontrará en una sequía extrema
permanente, mucho peor que lo que fue el Dust Bowl estadounidense. Lo mismo será cierto en Iraq y
Siria y mucho del resto del Medio Oriente; algunas de las regiones más densamente pobladas de
Australia, África y América del Sur; y la región cerealera de China. Ninguno de estos lugares, que el
día de hoy suministran la mayor parte de la comida del mundo, tendrá recursos confiables de ningún
tipo. Mientras que para la región del Dust Bowl original: las sequías en las llanuras estadounidenses y
del sudoeste no serán únicamente peores que las acaecidas en la década de los 30, un estudio de
2015 de la NASA predice que serán peores que cualquier sequía en los últimos mil años —y eso
incluye a aquellas que golpearon entre 1100 y 1300, las cuales “secaron todos los ríos al este de las
montañas de la Sierra Nevada y que podrían ser responsables de la muerte de la civilización Anasazi
—.!
!
Recuerda, no vivimos en un mundo sin hambre así como están las cosas. Lejos de ello: la mayoría de
los estimados ponen un número de 800 millones globales a los desnutridos. En caso de que no hayas
escuchado, esta primavera ha traído una hambruna cuádruple sin precedentes en África y el Medio
Oriente, donde las Naciones Unidas han advertido que eventos separados de inanición en Somalia,
Sudán del Sur, Nigeria y Yemen, podrían matar hasta 20 millones de personas este año solamente. !
!
!
IV. Plagas climáticas.!
¿Qué pasa cuando el hielo bubónico se derrite?!
!
En las piedras, en el lugar correcto, se encuentra un registro de la historia planetaria, eras geológicas
tan grandes como millones de años, aplastadas por las fuerzas del tiempo en estratos con amplitudes
de unas cuantas pulgadas, o sólo una, o incluso menos. El hielo funciona también de esa manera,
como un registro —pero es igual historia congelada— alguna de la cual puede ser reanimada cuando
se deshiela. Hay ahora en el hielo Ártico, enfermedades que no han circulado en el aire por millones
de años —en algunos casos, desde antes que los humanos existieran para encontrárselos—. Lo que
significa que nuestros sistemas inmunes no tendrían idea de cómo pelear cuando esas plagas
prehistóricas emergieran del hielo.!
!
El Ártico también almacena patógenos terribles de tiempos más recientes. En Alaska, tan sólo,
investigadores han descubierto remanentes de la gripe que infectó a tanto como 500 millones de
personas y mató a 100 millones —cerca del 5% de la población mundial y casi seis veces tanto como
los que murieron en la guerra mundial para la cual la pandemia sirvió como un tipo de gruesa piedra
angular—. Como la BBC reportó en mayo, científicos sospechan que el sarampión y la plaga
bubónica se encuentran atrapados en el hielo siberiano también —una reducida historia de
devastadoras enfermedades humanas, dejada de lado como sobras de comida, bajo el sol ártico—.!
!
Los expertos advierten que muchos de estos organismos de hecho no sobrevivirán el deshielo y
señalan las fastidiosas condiciones de laboratorio bajo las cuales han reanimado a varios de ellos,
para sugerir que aquellas son condiciones necesarias para el regreso de tales plagas antiguas —la
bacteria “extremófila” de 32 mil años revivida en 2005; un bicho de 8 millones de años traído a la vida
en 2007; la de 3.5 millones de años que un científico ruso se auto inyectó sólo por curiosidad—. Pero
ya el año pasado, un niño falleció y otras 20 personas fueron infectadas con ántrax liberado cuando el
permafrost deshielado expuso el cadáver congelado de un reno que murió por la bacteria, al menos
75 años antes, al día de hoy, 2000 renos fueron infectados llevando y extendiendo la enfermedad
más allá de la tundra.!
!
Lo que preocupa a los epidemiólogos más que las enfermedades antiguas son las plagas existentes
relocalizadas, renovadas o incluso re-evolucionadas por el calentamiento. El primer efecto es
geográfico. Antes del periodo moderno temprano, cuando los exploradores aventureros aceleraron la
mezcla de las personas y sus patógenos, la provincialidad humana era una defensa en contra de las
pandemias. Hoy, aún con la globalización y la enorme entremezcla de las poblaciones humanas,
nuestros ecosistemas son más estables y esto funciona como otro límite, pero el calentamiento global
perturbará estos ecosistemas y ayudará a que las enfermedades traspasen esos límites tan
seguramente como lo hizo Cortés en su momento. No te preocupas mucho por el dengue o la malaria
si vives en Maine o en Francia, pero mientras los trópicos se deslicen hacia el norte y los mosquitos
migren con ellos, comenzarás a hacerlo. No te preocupabas mucho por el zika un par de años antes
tampoco.!
!
Mientras pasa, el zika podría ser también un buen modelo para el segundo efecto preocupante: la
mutación de las enfermedades. Una razón por la cual no habías escuchado del zika hasta tiempos
recientes es que se había encontrado atrapado en Uganda; otra es que, sólo hasta tiempos recientes,
no parecía causar defectos congénitos. Los científicos todavía no entienden completamente lo que
pasó, o lo que obviaron, pero hay cosas que sí sabemos con certeza acerca de cómo el clima afecta
a algunas enfermedades. La malaria, por ejemplo, florece en las regiones más calurosas no sólo
porque los mosquitos que la llevan prosperan en ellas también, sino porque, por cada incremento de
grado de temperatura, el parásito se reproduce diez veces más rápido. Que es una de las razones
para que el Banco Mundial estime que para 2050, 5.2 mil millones de personas contará con ella. !
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V. Aire irrespirable.!
Una nube de polución que sofoca millones.!
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! By the end of the century, the coolest months in tropical South America, Africa, and
the Pacific are likely to be warmer than the warmest months at the end of the 20th
Foto por: Hearthless Machine.!
century. Photo: Heartless Machine
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NuestrosOurpulmones necesitan
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breathe. una fracción
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millón y los
ppm by 2100. At that concentration, compared to the air we breathe now, human cognitive ability declines by 21
principales estimados, extrapolando las tendencias actuales, sugieren que alcanzará las 1000 partes
percent.
por millón para 2100. A esa concentración, comparado con el aire que respiramos ahora, las
Other stuff in the hotter air is even scarier, with small increases in pollution capable of shortening life spans by ten
habilidades cognitivas humanas declinará en un 21%. !
! years. The warmer the planet gets, the more ozone forms, and by mid-century, Americans will likely suffer a 70
percent increase in unhealthy ozone smog, the National Center for Atmospheric Research has projected. By 2090,
as many as 2 billionelpeople
Otra cuestión sobre aireglobally
calientewill bees
breathing
todavía air above
mástheaterrador,
WHO “safe” level;
con one paper last month
pequeños showed
incrementos en la
that, among other effects, a pregnant mother’s exposure to ozone raises the child’s risk of autism (as much as
polucióntenfold,
capaz de acortar
combined with otherlaenvironmental
esperanzafactors).
de vida Which por diez
does make años. Mientras
you think again about más caliente
the autism se vuelva el
epidemic
planeta,inmás
West ozono
Hollywood.se forma, y para mediados del siglo los estadounidenses seguramente sufrirán de
un incremento del 70% del malsano smog de ozono. El Centro Nacional para la Investigación
Already, more than 10,000 people die each day from the small particles emitted from fossil-fuel burning; each year,
Atmosférica
339,000 people die Center
(National forsmoke,
from wildfire Atmospheric Research)
in part because ha proyectado
climate change has extended que para
forest-fire 2090,
season tanto como 2
(in the
mil millones de personas globalmente respirarán aire por debajo del nivel “seguro” de la as
U.S., it’s increased by 78 days since 1970). By 2050, according to the U.S. Forest Service, wildfires will be twice OMS. Un
destructive as they are today; in some places, the area burned could grow fivefold. What worries people even more
artículo iseditado el mes
the effect that would havepasado mostraba
on emissions, que,
especially whenentre otros
the fires ravageefectos, la exposición
forests arising de una madre
out of peat. Peatland
fires in Indonesia
embarazada al ozono, in 1997,
elevafor instance,
el riesgo addeddeto the global CO2
autismo enrelease by up(diez
su hijo to 40 percent,
veces, andcombinado
more burning con otros
only means more warming only means more burning. There is also the terrifying possibility that rain forests like the
factoresAmazon,
medioambientales).
which in 2010 suffered its second “hundred-year drought” in the space of five years, could dry out de
Lo que hace pensar, nuevamente, acerca de la epidemia autismo en
enough
West Hollywood.!
to become vulnerable to these kinds of devastating, rolling forest fires — which would not only expel enormous
! amounts of carbon into the atmosphere but also shrink the size of the forest. That is especially bad because the
Amazon alone provides 20 percent of our oxygen.

Then there are the more familiar forms of pollution. In 2013, melting Arctic ice remodeled Asian weather patterns,
depriving industrial China of the natural ventilation systems it had come to depend on, which blanketed much of the
country’s north in an unbreathable smog. Literally unbreathable. A metric called the Air Quality Index categorizes
the risks and tops out at the 301-to-500 range, warning of “serious aggravation of heart or lung disease and
premature mortality in persons with cardiopulmonary disease and the elderly” and, for all others, “serious risk of
respiratory effects”; at that level, “everyone should avoid all outdoor exertion.” The Chinese “airpocalypse” of 2013
Actualmente, más de 10,000 personas mueren cada año por las pequeñas partículas emitidas de la
quema de combustibles fósiles; cada año 339,000 personas mueren por el humo de los incendios
forestales, en parte porque el cambio climático ha extendido la estación de incendios forestales (en
los Estados Unidos se ha incrementado en 78 días desde 1970). Para 2050, de acuerdo al Servicio
Forestal de los Estados Unidos (U. S. Forest Service), los incendios forestales serán doblemente
destructivos a como lo son el día de hoy, en algunos lugares, el área quemada podría crecer hasta
cinco veces. Lo que preocupa a la gente todavía más es el efecto que esto tendrá en las emisiones,
especialmente cuando los incendios devastadores son intencionales. Los incendios provocados en
indonesia en 1997, por ejemplo, aportaron al CO2 global hasta un 40%. Más quema únicamente
significa más calentamiento y más calentamiento implica más quema. Hay también la terrible
posibilidad de que las selvas como el Amazonas, que en 2010 sufrió su segunda “peor sequía en cien
años” en el espacio de cinco años, podría secarse lo suficiente para volverse vulnerable a este tipo de
extensos fuegos devastadores —lo que podría no sólo expulsar enormes cantidades de carbón a la
atmósfera, sino también reducir el tamaño del bosque. Esto es especialmente malo porque solamente
el Amazonas provee el 20% del oxígeno del planeta.!
!
Existen entonces, las formas más familiares de polución. En 2013, el hielo derretido del Ártico
remodeló los patrones climáticos asiáticos, privando a la China industrializada de los sistemas
naturales de ventilación de los que había dependido, lo que cubrió gran parte del norte del país con
una capa irrespirable de humo. Literalmente irrespirable. Una medición llamada Índice de Calidad de
Aire (Air Quality Index) categorizó los riesgos y los colocó a un rango de 301 a 500, advirtiendo de
una “agravación seria para las enfermedades del corazón y pulmones; y mortalidad prematura en las
personas con enfermedades cardiopulmonares y los ancianos” y para otros “un riesgo serio de
efectos respiratorios”, a ese nivel, “todos deberían de evitar cualquier actividad al aire libre”. El
“aireapocalíptico” chino de 2013 alcanzó su punto más alto en lo que pudo haber sido un Índice de
Calidad del Aire de más de 800. Ese año, el humo fue responsable de un tercio de todas las muertes
en el país. !
!
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VI. Guerra perpetua.!
La violencia forjada en el calor.!
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Los climatólogos son muy cuidadosos cuando hablan de Siria. Quieren que sepas que mientras el
cambio climático sí produjo una sequía que contribuyó a la guerra civil, no es exactamente justo decir
que el conflicto es resultado del calentamiento; en la puerta del vecino, por ejemplo, Libano sufrió las
mismas fallas en las cosechas. Pero los investigadores como Marshall Burke y Solomon Hsiang se
las han arreglado para cuantificar algunas de sus no tan obvias relaciones entre la temperatura y
violencia. Por cada medio grado de calentamiento, dicen, las sociedades verán entre un 10 y un 20%
de incremento en la probabilidad de conflictos armados. En ciencia climática, nada es simple, pero la
aritmética es horripilante: un planeta cinco grados más caliente tendría por lo menos, más de la mitad
de las guerras que tenemos hoy. Por sobre todo, los conflictos sociales podrían duplicarse en este
siglo. !
!
Esta es una de las razones por las que, casi con todos los científicos climáticos con los que hablé,
señalan que la milicia estadounidense está obsesionada con el cambio climático. La desaparición de
todas las bases militares por la elevación de los niveles del mar es suficientemente problemático,
pero ser el policía mundial es mucho más difícil cuando la tasa de crimen sube. Desde luego, no es
sólo Siria donde el clima ha contribuido al conflicto. Algunos especulan que el nivel elevado de
distensión a lo largo del Medio Oriente en la pasada generación, refleja las presiones del
calentamiento global —una hipótesis particularmente cruel considerando que el calentamiento global
comenzó a acelerarse cuando el mundo industrializado extrajo y luego quemó el petróleo de la región
—.!
Pero ¿qué cuenta para la relación entre clima y conflicto? Algo de ello proviene de la agricultura y la
economía; mucho tiene que ver con la migración forzada, ya de hecho en niveles muy altos, con por
lo menos 65 millones de personas desplazadas vagando por el planeta en estos momentos. Pero
también es el simple hecho de la irritabilidad individual. El calor incrementa las tasas municipales de
crimen, así como el insultar en redes sociales y la probabilidad de que un lanzador de la liga mayor,
que llega al montículo después de que su compañero de equipo fuera golpeado por un lanzamiento
golpee a un bateador contrario en represalia. La llegada del aire acondicionado al mundo
desarrollado, a mediados del siglo pasado, hizo poco para resolver el problema de la ola de crímenes
veraniegos.!
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VII. Colapso económico permanente.!
Un capitalismo lúgubre con la mitad del mundo en pobreza. !
!
El mantra murmurado por el neoliberalismo global, que prevaleció entre el final de la Guerra fría y el
surgimiento de la Gran Recesión, es que el crecimiento económico nos salvaría de todo y todos.!
!
Pero en las secuelas del crash del 2008, un creciente número de historiadores estudiando lo que
llaman “capitalismo fósil” han comenzado a sugerir que la historia entera del rápido crecimiento
económico, el cual surgió de repente en el siglo XVIII, no es el resultado de la innovación, o del
comercio, o de las dinámicas del capitalismo global, sino simplemente del descubrimiento de los
combustibles fósiles y de su fuerza bruta —una sola inyección de “valor” nuevo en un sistema que
había sido previamente caracterizado por la subsistencia de la vida global. Antes de los combustibles
fósiles, nadie vivía mejor que sus padres o abuelos, o ancestros de 500 años antes, excepto como
secuela inmediata de una gran plaga como la Peste negra, lo que permitía a los suertudos
sobrevivientes engullir los recursos liberados por las tumbas en masa. Después de que quememos
todos los combustibles fósiles, estos investigadores sugieren, regresaremos probablemente a un
“estado estable” de la economía global. Desde luego, esa inyección única tiene unos costos
devastadores a largo plazo: el cambio climático. !
!
La investigación más importante sobre la economía del calentamiento también proviene de Hsiang y
sus colegas, quienes no son historiadores del capitalismo fósil, sino que ofrecen un análisis desolador
propio: cada grado Celsius de calentamiento cuesta, en promedio, 1.2% de PIB (un número enorme,
considerando que cuando pensamos en el crecimiento, algo tan bajo como un dígito se considera un
número “fuerte”) Este es el trabajo más importante en el campo y sus proyecciones medias da un
23% de pérdida en la ganancia global per cápita para el final de este siglo (resultado de cambios en la
agricultura, crimen, tormentas, energía, mortalidad y trabajo).!
!
Trazar la forma de la curva de probabilidad es todavía más aterrador. Hay una probabilidad del 12%
que el cambio climático reduzca la productividad más del 50% para 2100, dicen los autores, y una
posibilidad del 51% de que baje el PIB per cápita otro 20% más para entonces, a menos de que se
reduzcan las emisiones. En comparación, La Gran Recesión bajó el PIB global sólo un 6%, en un
shock de una sola vez; Hsiang y sus colegas estiman una oportunidad en ocho de un efecto
irreversible ya en marcha para el final del siglo que es ocho veces peor. !
!
La escala de la devastación económica es difícil de comprender, pero se puede empezar imaginando
a cómo luciría el mundo hoy con una economía de la mitad de grande, que podría producir sólo la
mitad del valor, generando sólo la mitad para ofrecer a los trabajadores del mundo. Esto hace parecer
a la cancelación de vuelos por las olas de calor del mes pasado en Phoenix, como pequeñeces y,
entre otras cosas, provoca la idea de posponer la acción gubernamental para reducir emisiones y
confiar solamente en el crecimiento y la tecnología para resolver el problema como un absurdo
cálculo de negocios. !
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Ten en cuenta, que cada vuelo de ida y regreso desde Nueva York hasta Londres, le cuesta al Ártico
tres metros cuadrados de hielo. !
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VIII. Océanos envenenados.!
Burbujas de sulfuro expulsadas en la costa esqueleto.!
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Que el mar se volverá un asesino es sabido. Sólo excepto si se da una reducción radical de
emisiones, veremos por lo menos cuatro pies en la elevación de los niveles del mar y posiblemente
diez para el final del siglo. Un tercio de las principales ciudades del mundo se encuentran en la costa,
sin mencionar sus plantas de energía, puertos, bases militares, granjas, pescaderías, deltas de los
ríos, pantanos y arrozales y aún aquellos por arriba de diez pies se inundarán mucho más fácilmente
y mucho más regularmente, si el agua llega a esa altura. Por lo menos 600 millones de personas
viven dentro de los diez metros de los niveles del mar el día de hoy. !
!
Pero el ahogamiento de esos hogares es sólo el principio. Por el momento, más de una tercera parte
del carbón mundial es succionado por los océanos —gracias a Dios, o de otra forma ya tendríamos
mucho más calentamiento—. Pero los resultados es lo que se llama “acidificación oceánica”, que por
sí mismo, agregará medio grado al calentamiento en esta centuria. También está ya quemando a
través de las cuencas de agua —recordarás estas como el lugar donde surgió la vida en primer lugar
—. Seguramente has escuchado acerca del “blanqueamiento del coral” —que es el coral muriendo—
lo que son muy malas noticias, porque los arrecifes sostienen tanto como un cuarto de toda la vida
marina y suministran alimento a cerca de 500 mil millones de personas. La acidificación oceánica,
freirá las poblaciones de peces directamente también. Aunque los científicos no están seguros
todavía en cómo predecir los efectos en las cosas que llevamos fuera del océano para comer, si
saben que en aguas ácidas, a las ostras y los moluscos les será difícil crecer sus caparazones; y que
cuando el PH de la sangre humana cae tanto como ha caído el PH del océano en la última
generación, ello induce ataques, comas y muerte repentina. !
!
Esto no es todo lo que la acidificación oceánica puede hacer. La absorción del carbono, puede iniciar
un ciclo de retroalimentación en el cual las aguas con poca o nula oxigenación generan diferentes
tipos de microbios que vuelven las aguas todavía más anóxicas, primero en el océano profundo
“zonas muertas” luego gradualmente hacia la superficie. Ahí, el más pequeño pez morirá, incapaz de
respirar, lo que significa que las bacterias anaerobias prosperarán y el ciclo de retroalimentación se
reforzará. Este proceso, en el cual las zonas muertas crecerán como cáncer, ahogando la vida marina
y diezmando la pesca, se encuentra avanzado ya bastante en algunas partes del Golfo de México y
justo a las afueras de Namibia, donde el sulfuro de hidrógeno se encuentra burbujeando fuera del mar
a lo largo de un estrecho de mil millas de tierra conocido como “la Costa Esqueleto”. El nombre
originalmente se refería a los restos de la industria ballenera, pero hoy es más apto que nunca. El
sulfuro de hidrógeno es tan tóxico que la evolución nos ha entrenado para reconocer el más pequeño
de los rastros de él, que es la razón por la cual nuestras narices están tan exquisitamente
programadas para registrar las flatulencias. El sulfuro de hidrógeno es también la cosa que finalmente
permitió nuestra existencia en ese momento en el que el 97% de toda la vida en el planeta murió, una
vez que todo el ciclo de retroalimentación fue desatado y las corrientes de chorro de un océano
calentado llegó a un punto muerto —es el gas preferido del planeta para un holocausto natural—.
Gradualmente, las zonas muertas de los océanos se extendieron, matando a las especies marinas
que dominaron los océanos por cientos de millones de años y el gas de las aguas inertes se
desprendió hacia la atmósfera y envenenó todo en la tierra, las plantas también. Pasaron millones de
años antes de que los océanos se recuperaran.!
!
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IX. El gran filtro.!
Nuestra presente turbación y desconcierto no pueden durar. !
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Entonces, ¿por qué no podemos verlo? en su ensayo más reciente —The Great Derangement— el
novelista indio Amita Ghosh se pregunta por qué el calentamiento global y los desastres naturales no
se han vuelto asuntos de la ficción contemporánea —por qué no parece posible imaginar la catástrofe
climática y por qué no tenemos todavía una avalancha de novelas en el género, de las que él se
imagina ya a medio escribir nombrando al “inescrutable medio ambiente”. “Considera, por ejemplo,
las historias que conllevan las preguntas como, ‘Dónde estabas cuando la Muralla de Berlín cayó’, o
‘Dónde estabas en el 9/11’”, escribe. “¿Será posible preguntar en el mismo tono, ‘Dónde estabas a los
400 ppm’?, o ‘¿Dónde estabas cuando la Barrera de hielo de Larsen se rompió?’” Su respuesta es:
probablemente no, porque los dilemas y dramas del cambio climático son simplemente incompatibles
con los tipos de historias que nos contamos a nosotros acerca de nosotros mismos, especialmente en
las novelas, lo que tiende a enfatizar el viaje de una conciencia individual más que a la miasma
envenenada del destino social. !
!
Ciertamente, esta ceguera no durará —el mundo que estamos a punto de habitar no lo permitirá—.
En un mundo seis grados más caliente, los ecosistemas de la Tierra hervirán con tantos desastres
naturales que los empezaremos a denominar como “clima”: un enjambre constante de tifones fuera
de control, tornados e inundaciones y sequías; el planeta asaltado regularmente con eventos
climáticos que no mucho atrás destruyeron civilizaciones enteras. Los huracanes más fuertes se
volverán más frecuentes y tendremos que inventar nuevas categorías con las que describirlos;
tornados crecerán mas largos y más amplios y golpearán mucho más frecuentemente y el granizo se
cuadruplicará en tamaño. Los humanos solían ver al clima para profetizar el futuro; adelantándonos,
veremos en esta ira la venganza del pasado. Los primeros naturalistas, hablaban a menudo del
“tiempo profundo” —la percepción que tenían, contemplando la grandeza de este valle o de esa
cuenca rocosa, de la profunda lentitud de la naturaleza—. Lo que nos espera, es más lo que los
antropólogos victorianos identificaban como “tiempo del sueño” o “cuandosea”, es decir, la semi
mítica experiencia descrita por los aborígenes australianos, de un encuentro, en tiempo presente, un
pasado fuera de tiempo, cuando los ancestros, los héroes y los semidioses atestaban una etapa
épica. Lo puedes encontrar ya viendo grabaciones de un iceberg colapsando en el mar —el
sentimiento de que la historia está pasando toda al mismo tiempo—.!
!
Así es, mucha gente percibe el cambio climático como una especie de deuda económica y moral,
acumulada desde el principio de la Revolución Industrial y que ahora se cobra, después de varias
centurias —una perspectiva útil, de alguna manera, dado que el proceso de quema de carbón que
comenzó en la Inglaterra del siglo XVIII fue el fusible que encendió todo lo que siguió—. Pero más de
la mitad de lo que la humanidad ha exhalado hacia la atmósfera en toda su historia ha sido emitida en
las últimas tres décadas; desde el final de la Segunda Guerra Mundial, los números llegan al 85%. Lo
que significa que, a lo largo de una sola generación, el calentamiento global nos ha llevado al borde
de la catástrofe planetaria y que la historia de la misión kamikaze del mundo industrializado, es
también la historia de una sola vida. Mi padre, por ejemplo, nació en 1938, entre sus primeras
memorias están las noticias de Pearl Harbor y el mito de la Fuerza Aérea de las películas de
propaganda que le siguieron, películas que se duplicaron como anuncios para la industria imperial
estadounidense, y entre sus últimas memorias, se encontró la cobertura del canto desesperado de los
acuerdos sobre el clima de Paris en las noticias por cable. Diez semanas después, el pasado julio,
murió de cáncer de pulmón. O las de mi madre: nacida en 1945, de judíos alemanes escapando de
los hornos en los cuales sus familiares fueron incinerados, ahora disfrutando de su año 72 en el
cómodo paraíso estadounidense, un paraíso sustentado por las cadenas de suministros de un mundo
desindustrializado en desarrollo. Ella ha estado fumando cigarros sin filtro 57 de esos años. !
!
O los científicos, algunos de los hombres quienes primero identificaron un clima cambiante (y dada su
generación, aquellos que se volvieron famosos fueron hombres) todavía están vivos; unos cuantos
incluso todavía trabajando. Wally Broecker tiene 84 años y maneja todos los días a su trabajo, en el
Observatorio terrestre Lamont-Dherty, desde el Upper West Side atravesando el Puente del Hudson.
Como la mayoría de aquellos quienes primero levantaron la alarma, piensa que ninguna cantidad de
reducción de emisiones por sí sola puede significativamente ayudar a evitar el desastre. En su lugar,
pone su fe en la captura de carbono —una tecnología que no ha sido probada para extraer dióxido de
carbono de la atmósfera, la cual Broecker estima que costará por lo menos varios billones de dólares
— así como, varias formas de “geoingeniería”, un nombre atractivo para una variedad de tecnologías
de disparos desde la Luna, suficiente para que muchos de los científicos climáticos prefieran referirse
a ellos como sueños, o pesadillas, de la ciencia ficción. Él está especialmente enfocado en lo que se
denomina como enfoque del aerosol —dispersando tanto dióxido de sulfuro a la atmósfera que
cuando lo convierta en ácido sulfúrico, cerrará con una nube por lo menos una quinta parte del
horizonte y reflejará 2% de los rayos del Sol, dando al planeta por lo menos un poco de espacio, en lo
que al calor se refiere. “Desde luego, eso hará nuestros atardeceres muy rojos, blanqueará nuestros
cielos, hará que llueva más lluvia ácida”, dice, “Pero tienes que observar la magnitud del problema.
Tienes que ver que no vas a decir que no resolverás el problema más grande, porque la solución
causa algunos problemas más pequeños”. Él no estará para ver eso, me dijo. “Pero en el transcurso
de tu vida…”!
!
Jim Hansen es otro miembro de esta generación de padrinos. Nacido en 1941 se volvió un
climatólogo en la Universidad de Iowa, desarrollando el parteaguas “Modelo Cero” para proyectar el
cambio climático, y posteriormente se volvió el jefe de la investigación climática en la NASA, sólo para
renunciar bajo presiones cuando, mientras todavía como empleado federal, empezó una demanda en
contra del gobierno federal bajo los cargos de inacción sobre el calentamiento (en el camino fue
arrestado unas cuantas veces por protestar también) La demanda, que fue llevada por un colectivo
llamado “La confianza de nuestros hijos” (Our Children’s Trust) y que es a menudo descrita como
“Niños en contra del calentamiento global”, se fundó en una apelación de la cláusula de igual
protección, a saber, que al fallar en tomar acción sobre el calentamiento climático, el gobierno la está
violando al imponer costos masivos sobre las generaciones futuras. La demanda, está agendada para
audiencia en este invierno en una corte del distrito de Oregon. Hansen recientemente ha renunciado
a resolver el problema climático limitándose con sugerir solamente un impuesto al carbono, el cual ha
sido su acercamiento preferido y que ha fijado calculando el costo total de la medida adicional de la
extracción del carbón de la atmósfera. !
!
Hansen empezó su carrera estudiando Venus, que fue alguna vez un planeta parecido a la Tierra, con
agua suficiente para soportar la vida antes del cambio climático que lo transformó rápidamente en
una esfera árida e inhabitable envuelta en un gas irrespirable; cambió a estudiar nuestro planeta en
sus treinta, preguntándose por qué debía estar escrutinando el resto del sistema solar para explorar
el rápido cambio medioambiental, cuando podía verlo al rededor de él en el planeta en el que estaba
parado. “Cuando escribimos nuestro primer artículo sobre esto, en 1981”, me dijo “recuerdo haber
dicho a uno de mis coautores, ‘Esto va a ser muy interesante. En algunos momentos durante
nuestras carreras, vamos a ver aparecer estas cosas’.”!
!
Varios de los científicos con los que hablé propusieron el calentamiento global como la solución de la
famosa paradoja de Fermi, que pregunta: si el universo es tan grande, ¿entonces por qué no hemos
encontrado ningún tipo de vida inteligente en él? La respuesta, sugería, es que la expectativa de vida
natural de una civilización puede ser solamente de unos cuantos miles de años, y la expectativa de
vida de una civilización industrial, seguramente de sólo unos cuantos cientos de años. En un universo
que es millones de años viejo, con sistemas estelares separados tanto por tiempo como por espacio,
las civilizaciones pueden emerger, desarrollarse y quemarse a sí mismas tan fácilmente como para
nunca encontrar ninguna. Peter Ward, un paleontólogo carismático entre aquellos responsables por el
descubrimiento de que las extinciones masivas planetarias fueron causadas por gases de efecto
invernadero, llama a esto “El gran Filtro”: “Las civilizaciones surgen, pero hay un filtro medioambiental
que causa que fenezcan nuevamente y desaparezcan muy rápidamente”, me dijo, “Si miras al planeta
Tierra, el filtro que hemos tenido en el pasado han sido estas extinciones en masa”. La extinción en
masa que estamos viviendo ahora apenas está comenzando, mucha más muerte viene en camino. !
!
Y aún así, en contra de toda probabilidad, Ward es un optimista. Igualmente Broecker y Hansen y
muchos de los otros científicos con los que hablé. No hemos desarrollado tanto significado como una
religión al rededor del cambio climático que nos pueda reconfortar, o darnos algún propósito,
enfrentados a la posible aniquilación. Pero los científicos climáticos tienen un extraño tipo de fe:
Encontraremos una forma de anticiparnos al calentamiento radical, dicen, porque debemos.!
!
No es fácil saber qué tanto puede ser asegurado por esa débil certeza y qué tanto preguntarse si es
otra forma de alucinación; para que el calentamiento global trabaje como parábola, desde luego,
alguien necesita sobrevivir para contar la historia. Los científicos saben que incluso llegar a las metas
de Paris para 2050, las emisiones de carbón de la energía y de la industria, que todavía se están
elevando, tendrían que caer a la mitad cada década, las emisiones del uso de la tierra (deforestación,
flatulencia del ganado, etc.) tendrían que llegar a cero; y necesitaríamos haber inventado tecnologías
para que extrajeran anualmente, dos veces tanto carbón de la atmósfera como las plantas del planeta
entero hacen ahora. Sin embargo, y por mucho, los científicos tienen gran confianza en la ingenuidad
de los humanos —una confianza probablemente reforzada por su apreciación por el cambio climático,
que es, después de todo, una invención humana también—. Para ello, señalan al Proyecto Apolo; el
hoyo en la capa de ozono que hemos parchado desde la década de los 80; el final del miedo de la
Destrucción Mutua Asegurada (MAD por sus siglas en inglés). Ahora hemos encontrado una manera
de fabricar nuestro propio Día del Juicio y ciertamente podremos encontrar una manera de formular
nuestro camino fuera de él, de una forma u otra. El planeta no está acostumbrado a ser provocado
así y los sistemas climáticos diseñados para dar retroalimentación en centurias o milenios nos
impiden —incluso a los que podrían estar observando de cerca— el imaginarnos plenamente el daño
que ya hemos hecho al planeta. Pero cuando verdaderamente veamos el mundo que hemos
construido, dicen, encontraremos también la forma de hacerlo habitable. Para ellos, la alternativa es
simplemente inimaginable.!
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10 de julio de 2017, New York Magazine. !
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Traducción: Lic. Ixchel Ariadna Sandoval García.

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