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CASO CLINICO

Fractura diafisiaria de fémur en un gato

Estudiante de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, Universidad Nacional del


1,2,3,4

Altiplano – Puno, Perú.

Resumen:

Para esta investigación se realizó un estudio descriptivo en un felino


(GATO) hembra que llegó a consulta al Hospital Veterinario de la Facultad de
Medicina Veterinaria y Zootecnia, Universidad Nacional del Altiplano – Puno,
Perú. Se describe el seguimiento médico quirúrgico de la paciente de 1 año de
edad y 2 kg de peso, con prolapso uni lateral de la glándula nictitante. En la
exploración, la constante clínica fue epifora, inflamación de la conjuntiva
palpebral, masa ovalada, lisa, de tamaño variable, de color rosáceo con mayor
intensidad en la superficie más expuesta, masa que sobrepasaba el borde libre
del párpado inferior derecho. El objetivo del trabajo fue describir una técnica
quirúrgica utilizada para la solución de la paciente con prolapso de glándula
nictitante, y que permitió su reposicionamiento.

Palabras clave: glándula lagrimal, membrana nictitante, canino, Técnica de


Morgan.

INTRODUCCIÓN
Por otro lado las fracturas que afectan la diáfisis de los pacientes inmaduros
Suelen ser incompletas o simple debido a la naturaleza flexible de los huesos
inmaduros.
Las fracturas completas o conminutas son mucho menos frecuentes que en los
adultos
(Carmichel, 1999; Herron, 1981; Phillips, 1979; Salter, 1963).
Las recomendaciones generales que se mencionan en la literatura respecto al
tratamiento de este tipo de fracturas son las siguientes:

La aplicación de todas o de alguna de estas recomendaciones depende, como


obvio, del lugar implicado, la edad y el tamaño del paciente y de los detalles de
la fractura.por Las fracturas epifisarias de la cabeza femoral son una indicación
ideal para este tipo de implantes.

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Los clavos de Rush son más utilizados en las fracturas epifisarias distales del
fémur (Alexander, 1985; Alcantara et al.,. 1975; Carmichel, 1999; Lawson,
1958). Con este método se logra un mejor asentamiento en el fragmento
epifisario y se permite la expansión longitudinal, ya que los cuerpos
permanecen dentro del canal intramedular.
Sin embargo, hay estudios que han mostrado que es habitual un crecimiento
deteriorado, incluso después de este tipo de fijación.
Los clavos de Steinman o los alambres de Kirschner cruzados, se usan mucho
para tratar las fracturas fisarias, pero pueden ser difíciles de colocar en el
fragmento epifisario para permitir una buena restauración. Este método puede
también unir la placa de crecimiento y mejorar el desarrollo longitudinal
mientras están en posición, en especial si se colocan casi perpendiculares al
eje longitudinal del hueso (Alexander,1985; Alcantara et al., 1975; Carmichel,
1999; Reynolds, 1981; Salter, 1963; Wagner,1987).

Las fracturas que implican la superficie articular (Salter-Harris III y IV) se


estabilizan mejor utilizando tornillos ortopédicos. Para estabilizar las fracturas
fisarias no se indica habitualmente el empleo de fijación con tornillos o el uso
de algunos implantes rígidos que no permitan el movimiento articular, debido al
posible efecto que tienen en las placas de crecimiento. Sin embargo, una
posible excepción son las fracturas en animales que alcanzan el final de su
período de crecimiento (Alexander, 1985; Alcantara et al.,1975; Carmichel,
1999; Reynolds, 1981; Salter, 1963; Wagner, 1987).

El tratamiento de estas fracturas es estrictamente quirúrgico. No pueden ser


tratadas de modo conservador ya que se deben reponer las superficies de
fractura y permitir la consolidación. La estabilización de la fractura se consigue
generalmente utilizando la combinación de clavijas y cerclajes SAAT (Sutura
Alámbrica Absorbe
Tracciones) (Alexander, 1985; Carmichel, 1999; Salter, 1963). En la mayoría de
los casos, la manera más segura de tratar esta fractura por separación es
aplicar un cerclaje en banda de tensión que proporciona una estabilización
segura de la fractura con compromiso mínimo de los tejidos blandos de
alrededor.
La utilización de pequeños clavos (generalmente alambre de Kirschner) para
asegurar el fragmento reduce la posibilidad de fractura iatrogénica mientras se
permiten dos puntos de fijación para la estabilidad rotacional. Pueden utilizarse
clavijas muy delgadas ya que se refuerzan con la banda de tensión. El cerclaje
debe ser de diámetro suficiente para desarrollar la tensión cuando se aprieta
para resistir el estiramiento del músculo implicado.

Fracturas diafisarias

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Las fracturas que afectan la diáfisis de los pacientes inmaduros suelen ser de
tipo de baja energía y son incompletas o simples, debido a la naturaleza flexible
de los huesos inmaduros (Alexander, 1985; Carmichel, 1999; Herron, 1981;
Phillips, 1979).
Las fracturas de alta energía (las más típicas son las fracturas conminutas) no
se observan con tanta frecuencia como en los adultos. Suelen afectar, sobre
todo, a perros de razas grandes o gigantes, jóvenes de entre 6 a 9 meses,
cercanos al final del crecimiento (Alexander, 1985).
En animales inmaduros también pueden observarse fracturas que resultan de
la debilidad de los huesos debido a una enfermedad ósea preexistente. Deben
siempre considerarse como resultado de un desorden congénito o hereditario
o, más habitualmente, debido a desequilibrios nutricionales que afectan a los
huesos (hiperparatiroidismo secundario nutricional). Este tipo de fracturas se
denomina patológico y suelen producirse por un traumatismo mínimo. En
general pueden presentarse en múltiples lugares al mismo tiempo o muy
cercanas unas de otras
(Brighton,.1978; Phillips,. 1979).
CASO CLÍNICO
Anamnesis
Es referida a la consulta una gata mestiza, de 6 meses de edad y 2 kg de peso
por un problema de cojera aguda en la extremidad posterior derecha. El animal
manifiesta dolor a la manipulación de la articulación coxo-femoral izquierda en
extensión y en flexión. Llegado ser atendido en Hospital Veterinario de la Facultad
de Medicina Veterinaria y Zootecnia, Universidad Nacional del Altiplano – Puno;

Hallazgos del examen físico

La paciente presentaba epífora, inflamación de miembro posterior derecho La


frecuencia respiratoria 25 frecuencia cardiaca 110 pulsos 90 temperatura 38. 5
resto de constantes normales

Ayudas diagnósticas
Se solicitó prueba de ECG, Hemograma, Examen Hepático, Renal.

PROCEDIMIENTO QUIRÚRGICO
Preoperatorio

La paciente fue sometida a ayuno de 24 h e hídrico de 8 h. Se le realizó la


asepsia 10 min previos a la cirugía con Yodopovidona solución, Yodopovidona
Espuma y Alcohol, en tres tiempos, y finalmente el embrocado.

Pre anestesia y anestesia

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Inducidos con Diazepam a la dosis de 0.6 mg/kg de peso vivo y ketamina a la
dosis de 2 mg/kg peso vivo por vía intravenosa. El mantenimiento anestésico se
fue con ketamina.

Descripción de la técnica

Para facilitar el entendimiento de la técnica quirúrgica, esta se describirá por


pasos.

Paso 1insicion próxima al trocánter mayor 4cm continuación los tejidos


subcutáneos y la unión superficial de la fascia lata y el borde craneal y los
musculo superficial bicep femoral llegando asiaprofundidad cuadrado femoral
,aductor s,emitendinoso

(figura 1).

Paso 2

Para exponer hasta llegar a la fractura llegando haci al fémur (figuras 2 y 3).

Figuras 2 y 3. Separación de los párpados con blefaróstato y fijación del tercer párpado
con puntos simples.

Paso 3

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Se realizan dos incisiones superficiales con bisturí n.o 11 en la membrana
nictitante. Las incisiones deben bordear la base de la glándula sin llegar a unir
sus extremos, lo cual da una forma elíptica al corte (figura 4).

Figura 4. Incisión superficial en la membrana nictitante.

Paso 4

La sutura continua se inicia en el extremo lateral de la bolsa creada y en la


superficie palpebral de la conjuntiva nictitante donde se anuda. Esta
consideración evita que el nudo lesione la córnea. Se recomienda dejar
aproximadamente 15 cm de canto de hilo libre, que debe sujetarse con una
pinza de mosquito (figura 5).

Paso 5

Una vez anudado el inicio del punto continuo simple, es necesario traspasar la
membrana nictitante con la sutura en dirección de su superficie bulbar. Los
bordes de la incisión que se aproximan son los más distales a la base de la
glándula.

Paso 6

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El punto continuo une los bordes más distales de las incisiones de la conjuntiva,
donde el hilo bordea la superficie más expuesta de la glándula, hasta alcanzar el

extremo opuesto del punto inicial.

Figura 5. Sutura continua

Atención posoperatoria

Se recomendó instilación de gotas oftálmicas a base de gentamicina cada 6 h


por 3 días. Además, se recomendó la colocación de collar isabelino por 8 días
para evitar trauma autoinfringido al intentar rascarse.

DISCUSIÓN

Se han descrito diferentes técnicas quirúrgicas con el objetivo de reposicionar la


GTP prolapsada (Peiffer y Harling 1989, Morgan y col 1993, Stanley y Kaswan
1994, Rhea y col 1999, Lackner 2001, Slatter 2001, Plummer y col 2008). Cada
procedimiento tiene ventajas y desventajas de tipo técnico y funcional, que
incluyen dificultad para colocar suturas, riesgo de perforación del globo ocular,
ulceración corneal, inflamación, dehiscencia e inmovilidad del tercer párpado,
entre otros (Slatter 2006).
La técnica de imbricación conjuntival –descrita por Morgan (1993)– ha ganado
gran aceptación frente a la técnica de fijación rígida de la glándula prolapsada
al periostio de la órbita ósea, ya que la primera es muy sencilla, en tanto que la
última es dificultosa y requiere que sea practicada por un cirujano
experimentado (Slatter 2006).
La técnica del “bolsillo” (Morgan) consiste en realizar dos incisiones paralelas
por delante y por detrás de la glándula prolapsada, en la conjuntiva interna de

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la membrana nictitante. De esta manera, creamos un bolsillo en la conjuntiva y a
medida que cerramos la abertura de la conjuntiva vamos sepultando la
glándula.

Éste procedimiento es el más conocido y utilizado en los últimos años para la


resolución de los prolapsos de glándula nictitante, pero tiene posibles
complicaciones como es la recurrencia al disolverse los puntos, principalmente
en los casos en los que la glándula estaba muy inflamada antes de la cirugía, la
ulceración de la córnea por los nudos de sutura y quistes por una técnica
quirúrgica inadecuada.

Algunos artículos mencionan que algunas mascotas (62.5%) en las que se


realizó dicha técnica presentaron alteración moderada de ductos excretorios y la
producción lacrimal se vio disminuida.

Agradecimientos
Agradecimientos al Hospital Veterinario de la Facultad de Medicina Veterinaria y
Zootecnia, Universidad Nacional del Altiplano – Puno, y en especial al Dr. Oscar
Espezúa, por las enseñanzas brindadas.

BIBLIOGRAFÍA
al., C. L. (2011). Conjuntivectomía periglandular. Una nueva alternativa para el
tratamiento quirúrgico del prolapso de glándula del tercer párpado en
caninos.
Esteban Martín. (2007). Atlas de Oftalmología Clínica del perro y del gato.
España.

Gallego Mejía, M. (2010). Prolapso de glándula del tercer párpado en caninos


atendidos en el Hospital Veterinario de la Universidad de Caldas.

Slatter, D. (2006). Tratado de cirugía en pequeños animales. Argentina: Inter-


Médica.
Turner, M. (2007). Oftalmología de pequeños animales. España.

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