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Estructura histológica

Tejido cartilaginoso
El tejido cartilaginoso es un tejido conjuntivo muy especializado compuesto por condrocitos y una
matriz extracelular especializada. Hay tres tipos de cartílago:
Cartílago hialino. Tiene una matriz amorfa y vítrea, de ahí el nombre que se le da. Cabe
mencionar que el cartílago es un tejido avascular, por lo que hay ausencia de red vascular y
linfática. Del mismo modo, no tiene inervación nerviosa. Está recubierto por una capa llamada
pericondrio, que es de donde obtiene su alimento (excepto en el cartílago articular y discos
epifisarios, ya que no necesita crecer). Éste se divide en dos capas, una fibrosa, que es un tejido
conjuntivo denso irregular compuesto por células indiferenciables de los fibroblastos; y una capa
interna condrogénica, en donde se encuentran los condroblastos y las células progenitoras. La
tinción del pericondrio se va volviendo de eosinófila a basófila de exterior a interior. Seguido del
pericondrio, hay una capa de cartílago proliferante donde encontramos condroblastos, las células
progenitoras de los condrocitos inmaduros. Estas células son basófilas y alargadas. Los
condrocitos tienen un citoplasma ligeramente acidófilo y están rodeados por la matriz extracelular.
Se forman los condroplastos, que es esa cápsula o espacio que contiene al condrocito y que se
ve de color blanco, se encarga de sintetizar la matriz cartilaginosa. Después sigue el cartílago
maduro propiamente dicho. Sabemos que las células básicas del cartílago son los condrocitos,
cuya función es mantener la matriz cartilaginosa que conforma el 95% del tejido. En toda la
extensión de la matriz hay espacios llamados lagunas; y dentro de estas lagunas se encuentran
los condrocitos. Éstos se pueden distribuir solos o en cúmulos llamados grupos isógenos, que
son los condrocitos recién divididos. Más tarde, los condrocitos que forman parte de los grupos
isógenos se van dispersando. Los condrocitos activos exhiben un citoplasma basófilo, lo que
indica síntesis proteica, y regiones blancas correspondientes a un aparato de Golgi grande que
disminuye de tamaño conforme la célula se vuelve más vieja y menos activa. La matriz
extracelular se divide en tres regiones determinadas por sus propiedades tintoriales: Una matriz
capsular, ubicada inmediatamente alrededor del condrocito y teñida con más intensidad. Después
una matriz territorial más retirada de los condrocitos y que rodea a los grupos isógenos, pierde la
intensidad de su tinción. Finalmente, una matriz interterritorial que rodea a la matriz territorial, es
decir toda la porción restante de la MEC. La tinción de la matriz está dada por los proteglucanos
sulfatados, lo que significa una mayor concentración en la matriz capsular y una disminución en
las siguientes.
Cartílago elástico. Contiene los componentes normales del cartílago hialino, pero se distingue
por una densa red de fibras elásticas ramificadas y anastomosadas, y láminas interconectadas
de material elástico en la matriz cartilaginosa, que además tienen la característica de ser
refráctiles con la luz. Son más fáciles de identificar con el uso de técnicas de coloración
especiales, como resorcina-fucsina y orceína, que las tiñe de un color pardo. Este material de
láminas y fibras le dan elasticidad al cartílago. A diferencia de lo que ocurre con la matriz del
cartílago hialino, la matriz del cartílago elástico no sufre desmineralización ni descalcificación con
el proceso de envejecimiento. Además, este cartílago contiene gran cantidad de grupos isógenos
y su pericondrio es similar al de los cartílagos hialinos. Podemos encontrar este tejido
cartilaginoso en los oídos y la nariz.
Cartílago fibroso. Es una combinación de tejido conjuntivo denso modelado y cartílago hialino.
Los condrocitos pueden encontrarse solos o en grupos isógenos, entre las fibrillas de colágeno.
Tienen un aspecto similar a los condrocitos del cartílago hialino, pero con una cantidad mucho
menor de matriz cartilaginosa asociada con ellos a su alrededor. Otra diferencia de este cartílago
es la carencia completa de pericondrio. Además de condrocitos, hay otras células de núcleos
aplanados o alargados, que son los fibroblastos. Hay mucha mayor cantidad de condrocitos que
de fibroblastos, que son muy pocos. De igual manera que el elástico, este cartílago puede ser
teñido con técnicas especiales para la apreciación de las fibras de colágeno, que se encuentran
en cantidades importantes en la matriz extracelular. Este tejido puede soportar fuerzas de
comprensión y distención extremas, y es común en los discos intervertebrales, sínfisis del pubis,
en las rodillas y en otros lugares donde sea necesaria la resistencia de la deformación por fuerza.

Tejido óseo.
Es un tipo de tejido conjuntivo especializado que se caracteriza por una matriz extracelular
mineralizada que almacena calcio y fosfato. Está revestido por el periostio (excepto en las
regiones donde se articula), una membrana de tejido conjuntivo que se adhiere a la superficie
exterior mediante las fibras de Sharpey, que se extienden hacia las laminillas intersticiales y
circunferenciales externas. De igual manera que en el cartílago, el periostio se divide en una capa
fibrosa y una capa celular que contiene células osteoprogenitoras y osteoblastos. Los
osteoblastos son células inmaduras que producen la matriz no mineralizada (osteoide). Son
grandes, redondos y muy basófilos. Después del periostio encontramos el tejido óseo compacto,
que es denso y está dispuesto en laminillas. El primer grupo de laminillas que vemos, son las
circunferenciales externas, dispuestas cilíndricamente alrededor y en la parte más exterior y en
contacto con el periostio del hueso. El hueso inmediato al periostio y a las fibras de Sharpey que
lo penetran, es inmaduro. En el interior del hueso compacto, están las laminillas concéntricas y
las intersticiales. Las laminillas concéntricas forman las osteonas o sistema de Havers, que es la
unidad estructural y funcional del hueso compacto. Además de las laminillas concéntricas, una
osteona tiene un conducto de Havers en el centro por donde discurren los vasos sanguíneos y
los nervios y que corren de manera paralela a las paredes del hueso. De acuerdo con esto, las
laminillas concéntricas tienen un aspecto circular (visto en corte transverso) y rodeando al
conducto. Las laminillas intersticiales son aquellas que se encuentran entre las laminillas
concéntricas, de forma irregular y que son laminillas concéntricas antiguas. Hacia el centro del
hueso se encuentran las laminillas circunferenciales internas, que separan al hueso compacto del
esponjoso. El endostio es un recubrimiento que se encuentra en tres partes del hueso, rodeando
a las laminillas circunferenciales internas separando ambos tipos de hueso y en los conductos de
Havers y de Volkmann, estos últimos discurren perpendicularmente a los conductos de Havers,
y por donde entran los vasos y nervios más grandes para después ramificarse en más pequeños
y pasar a través de los conductos de Havers. Después de las laminillas circunferenciales internas
del hueso compacto, se da paso al hueso esponjoso o trabecular, caracterizado por formar
espículas o trabéculas. Este tejido óseo solamente posee dos de los cuatro tipos de laminillas,
las concéntricas e intersticiales. Los espacios del tejido óseo están llenos de médula ósea, la cual
contiene células hematopoyéticas y adipocitos.
La matriz extracelular está compuesta por fibras de colágeno tipo I y V, y por una sustancia
fundamental mineralizada y cristales de hidroxiapatita cálcica. La nutrición de las células se da
por los conductos de Havers, mediante las células de revestimiento y nexos de hendidura que
llevan los nutrientes a los osteocitos. Hablemos ahora de cada una de las células del tejido óseo.
Los osteoblastos son las células inmaduras que producen la matriz no mineralizada, es decir el
osteoide, y son grandes, de forma redonda y de tinción muy basófila. Los osteocitos son las
células óseas maduras, y está rodeada por la matriz ósea que secretó previamente como
osteoblasto. Los osteocitos desarrollan largos procesos celulares, alrededor de 50 cada célula.
Cuando la matriz se mineraliza el osteocito ocupa un espacio o laguna, y extienden sus
evaginaciones a través de los canalículos en la matriz para comunicarse con osteocitos vecinos
y con las células de revestimiento a través de uniones de hendidura. Su citoplasma es ligeramente
alargado y basófilo. Al conjunto de osteocito y su laguna se le denomina osteoplasto. Los
osteoclastos son los macrófagos del hueso encargados de su remodelación, son eosinófilos
debido a sus lisosomas, de gran tamaño, multinucleados y con prolongaciones. El osteoclasto
está ubicado en la laguna de Howship, que es el lugar donde ocurre la resorción. Tienen un borde
festoneado en donde se presentan sus prolongaciones. Como nos explicó Aureliano, “tragan” por
el borde festoneado en la llamada zona blanca, y cagan por la membrana en la región basolateral.
Las células osteoprogenitoras y de revestimiento no son distinguibles entre ellas, son aplanadas
y se encuentran en el periostio y en el endostio. Por último, las fibras de Sharpey que ya se habían
mencionado, se encuentran en los lugares de inserción de tendones y ligamentos y sirven para
su fijación. Están conectadas muy fuertemente al periostio del hueso y forman parte de su capa
fibrosa. Penetran el hueso inmaduro hacia las laminillas intersticiales y circunferenciales externas,
y por lo general no entran en las osteonas.

Referencias
Geneser, F. (2015). Geneser Histología (4ta ed.). Médica Panamericana.

Pawlina, W. (2015). Ross Histología (7a ed.). Philadelphia, PA: Wolters Kluwer.

Apuntes de clase. :)

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