Você está na página 1de 14

Jueces 1:1-2:6

{IN} FIDELIDAD AL SEÑOR


LA OBEDIENCIA ES EL CAMINO PARA LA FIDELIDAD

La semana pasada, empezamos nuestra nueva serie en el libro


de Jueces con el tema Fidelidad al Señor (entre claves tenemos
el prefijo IN), para señalar la tendencia y la actitud del pueblo
en la narrativa bíblica, tiempos de fidelidad y tiempos de
infidelidad, pero de la parte de Dios encontramos siempre
fidelidad, el gran desafío al mirar y estudiar este libro que ha
sido dejado como ejemplo para nosotros, es que no codiciemos
lo malo, sino que podamos aprender con la historia de ellos,
viendo cómo podemos crecer en nuestra relación con El Señor
buscando serle fiel a Él en aquello que se espera de nosotros.
En el primer sermón hicimos una breve introducción
empezando con el relato de la muerte de Josué en el cap. 24
donde el pueblo estimulado por el compromiso con Josué,
también hacen un compromiso público y verbal de servir y
obedecer al Señor. Jos. 24:24
Como mencioné en el sermón anterior el libro de Jueces es
parte de la narrativa de los libros históricos que relatan la
entrada, las conquistas y el establecimiento del pueblo de Dios
en la tierra prometida. Hay dos introducciones en el libro de
jueces, por eso encontramos que lo que se dice en 1:1, se
repite en 2:7-8.
El primer capítulo sirve de trasfondo para que los lectores
supieran lo que había sucedido en los días en que no había Rey
en Israel, para que se cuidaran cuando estuvieran bajo el
monarca establecido por Dios. (la necesidad)
Como toda la biblia que apunta para Cristo, el libro de jueces
nos prepara para la historia redentora, pues señala al Rey Jesús
que vendría por medio de David, para traernos liberación o
redención eterna, la salvación que recibimos por gracia, y que
nos guía en nuestra caminada de sometimiento a Dios en la
gracia.
Lo que vamos a encontrar en la porción que hemos leído es
obediencia, obediencia a medias o parcial y total desobediencia
de parte del pueblo de Dios.
Mientras que de la parte de Dios vamos a encontrar fidelidad,
juicio y misericordia.
Preguntas que podemos hacernos antes de avanzar:
¿Qué es obediencia? Cumplir la voluntad del que manda.
Hoy en día es común que algunos piensen que yo tengo que
hacer las cosas a Dios por amor, y no por obligación. Pero se
olvidan de que en el concepto divino no existe mejor expresión
de amor que la obediencia a Su voluntad. O sea, no espere que
sientas amor a Dios para hacer lo que Él quiere, sino haga lo Él
quiere y así aprenderemos a amarlo verdaderamente.
¿Cómo anda mi obediencia al Señor?
¿Cuál ha sido el lugar que ocupa Su palabra en mi vida?
¿Cómo estoy tratando con el pecado?
Contexto:
Un poco más del contexto para entender lo que Dios hizo por
Su pueblo, lo que dijo a Su pueblo y lo que esperaba de Su
pueblo.
“Mira, yo he puesto hoy delante de ti la vida y el bien, la muerte
y el mal; pues te ordeno hoy amar al SEÑOR tu Dios, andar
en sus caminos y guardar sus mandamientos, sus estatutos y
sus juicios, para que vivas y te multipliques, a fin de que el
SEÑOR tu Dios te bendiga en la tierra que vas a entrar para
poseerla. Pero si tu corazón se desvía y no escuchas, sino que
te dejas arrastrar y te postras ante otros dioses y los sirves, yo
os declaro hoy que ciertamente pereceréis. No prolongaréis
vuestros días en la tierra adonde tú vas, cruzando el Jordán
para entrar en ella y poseerla. Al cielo y a la tierra pongo hoy
como testigos contra vosotros de que he puesto ante ti la vida
y la muerte, la bendición y la maldición. Escoge, pues, la vida
para que vivas, tú y tu descendencia, amando al SEÑOR tu
Dios, escuchando su voz y allegándote a Él; porque eso es tu
vida y la largura de tus días, para que habites en la tierra que
el SEÑOR juró dar a tus padres Abraham, Isaac y Jacob.”
(Deut. 30:15-20)
“No digas en tu corazón cuando el SEÑOR tu Dios los haya
echado de delante de ti: "Por mi justicia el SEÑOR me ha hecho
entrar para poseer esta tierra", sino que es a causa de la
maldad de estas naciones que el SEÑOR las expulsa de
delante de ti. No es por tu justicia ni por la rectitud de tu
corazón que vas a poseer su tierra, sino que por la maldad de
estas naciones el SEÑOR tu Dios las expulsa de delante de ti,
para confirmar el pacto que el SEÑOR juró a tus padres
Abraham, Isaac y Jacob. Comprende, pues, que no es por tu
justicia que el SEÑOR tu Dios te da esta buena tierra para
poseerla, pues eres un pueblo de dura cerviz.” (Deut. 9:4-6)
“Cuando entres en la tierra que el SEÑOR tu Dios te da, no
aprenderás a hacer las cosas abominables de esas
naciones. No sea hallado en ti nadie que haga pasar a su hijo
o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni
hechicería, o sea agorero, o hechicero, o encantador, o
médium, o espiritista, ni quien consulte a los muertos. Porque
cualquiera que hace estas cosas es abominable al SEÑOR; y
por causa de estas abominaciones el SEÑOR tu Dios
expulsará a esas naciones de delante de ti. Serás
intachable delante del SEÑOR tu Dios.” (Deut. 18:9-
13 LBA)
Vamos al texto aprender algunas lecciones para nuestras
vidas:
La fidelidad de Dios, la obediencia, la obediencia a medias, la
desobediencia total y la fidelidad, juicio y misericordia de Dios

1- La fidelidad de Dios, la obediencia del pueblo – 1:1-19


Con la muerte de Josue, el futuro de Israel pasa de la certeza
a la confusión. Esta es la única vez en Jueces donde el pueblo
responde fielmente como nación, consultaron al SEÑOR qué
deberían hacer. Aquí encontramos la mayor expresión de
fidelidad del pueblo, porque lo que sigue de la historia es una
lenta progresión desde la obediencia parcial hasta una plena
rebelión.
Lo que comienza con una consulta a Dios sobre lo que Él quiere
que ellos hagan, rápidamente se convierte en un llanto tras
otro por haber hecho lo que ellos querían o lo que les parecía
bien a sus ojos.
Lo que sobresale en el libro es un pueblo que hace muchos
compromisos pero que no los cumple o que los cumple
parcialmente, y un pueblo que hace compromisos
pecaminosos.
En lugar de servir a Dios, obedeciendo Su palabra para atraer
el mundo al conocimiento del Único Dios verdadero, ellos de a
poco se entreveran con el mundo y terminan dominados por
ellos.
La conquista "AL NORTE" (1.1-8)
En los primeros libros de la biblia vemos con mucha frecuencia
que el pueblo consulta al Señor y que El responde a Su pueblo.
Aquí encontramos a ellos haciendo algo que se espera del
pueblo de Dios que busque en Él dirección, guía. ¿Qué hacemos
Señor? ¿Cuál es tu voluntad?
Y Dios respondió ordenando que la tribu de Judá subiera que Él
les había entregado en sus manos. Judá sube al norte de su
territorio y después desciende al sur. Judá no es seleccionado
porque eran los mejores o porque tenían mayor ejército, sino
más bien porque es la tribu por el cual El Rey vendría y
permanecería para siempre.
Antes de morir, Jacob profetizó sobre Judá en Génesis 49.8-
10: "A ti Judá, te alabarán tus hermanos; tu mano en la cerviz
de tus enemigos; se inclinarán a ti los hijos de tu padre.
Cachorro de león es Judá; de la presa, hijo mío, has subido. Se
agazapa, se echa como león, o como leona, ¿quién lo
despertará? El cetro no se apartará de Judá, ni la vara de
gobernante de entre sus pies, hasta que venga Siloh, y a él sea
dada la obediencia de los pueblos.” (Gen 49:8-10)
Judá subió (4) y El Señor entregó los enemigos en sus manos.
En el v. 3, vemos que Judá llama a su hermano Simeón para
que suba con él, porque era una tribu que estaba adentro de
su territorio y había un sentido de unidad entre ellos como
hermanos. Ellos capturan al rey de Bezec, Adoni, y le cortaran
los pulgares de las manos y de los pies, esto para que no
pudiera agarrar espada para pelear y no tuviera equilibrio.
El relato bíblico dice que Adoni-Bezec, había hecho lo mismo
con muchos otros reyes de pueblos vecinos los cuales comían
las migajas de su mesa. Este hombre entonces dice: como yo
he hecho, así me ha pagado Dios. (reconoce el juicio)
Algunas lecciones hasta aquí hermanos para aprender en
nuestras vidas de fidelidad al Señor:
- Consulte al Señor por Su voluntad. En Su palabra. En
ella Dios nos orienta y nos enseña. Dios nos enseña en ella
sobre todo, sobre la Su persona, como debe ser adorado,
como nos salva y como recibimos la salvación por gracia,
nos enseña a hacer negocios, nos enseña acerca del
casamiento, como crear a los hijos, como servir en Su
iglesia, consulte al Señor. Cuando no se consulta al Señor
terminamos por hacer las cosas como a nosotros nos
parece bien y no como Él quiere.
- El Señor dijo que subieran y que había entregado los
enemigos en sus manos. Creamos en la palabra de Dios,
confiemos en la palabra de Dios, porque Él es siempre fiel
en lo que dice.
- Dios es justo, Él no deja el pecado sin su justa retribución,
no piense que porque el tiempo ha pasado que se quedará
sin la justa paga. Hay un día determinado, pero Dios trata
con los pecados en el tiempo presente.
Conquista "Al SUR" (1.9-19a)
La fe de la tribu de Judá continúa en el versículo 9. Judá ahora
baja al sur para tomar Jerusalén, Hebrón y otras ciudades en
el "país de la colina". Todas estas ciudades ya eran parte de la
herencia de Judá; simplemente están poseyendo lo que es
suyo. Un siervo/guerrero de 85 años llamado Caleb es el
foco principal de la conquista del campo montañoso. Uno de los
testigos fieles enviados por Moisés a la mirar la tierra y vuelve
con un reporte confiando en Él Señor. En Caleb vemos lo que
el autor quiere establecer como ejemplo de un hombre
israelita fiel: fe en la vida diaria. Queriendo tomar la ciudad
de Debir, Caleb ofrece a su hija en matrimonio a cualquiera que
pueda conquistarla. Otoniel, un futuro libertador de Israel,
demuestra ser un digno guerrero, hombre y esposo.
Entonces, vemos un breve intercambio con Caleb y su hija que,
habiendo recibido tierra semi-árida/desértica como regalo de
bodas, pide que manantiales rieguen su tierra. Caleb es un
siervo fiel, guardador del pacto de Dios. Él es un líder fuerte
que asume las tareas más difíciles, porque su confianza estaba
en Él Señor. Él es obediente, y está comprometido en poseer
la tierra que Dios les había dado como herencia. Él es un padre
amoroso comprometido con su familia. Él es buen maestro, con
una hija comprometida a vivir plenamente en la tierra.

2- Obediencia parcial a total desobediencia – 19-36


Primer signo de infidelidad (1.19b-21)
Judá está comprometido a aniquilar a los enemigos, de no
hacer convenios, proteger a las familias y destruir sus altares.
Pero incluso con toda la fidelidad de Judá, aunque el versículo
19 dice "el Señor estaba con Judá", vemos el primer indicio de
infidelidad en el versículo 19. La Biblia dice que Judá NO PUDO
expulsar a los habitantes de la llanura debido a los carros
hierro. Y aunque podría ser tentador creer que esto era solo
una cuestión de una batalla dura, no lo era. Dios prometió
expulsar a los enemigos, ellos solo tenían que confiar y
obedecer. Josué había declarado anteriormente de parte de
Dios, que los carros no serían un obstáculo, especialmente para
un Dios que peleaba por ellos. Esto era un problema de
infidelidad: obediencia parcial. Judá es la tribu elegida. Judá es
la gente a través de la cual vendrá la salvación. Pero no será
este Judá.
“…porque expulsarás a los cananeos, aunque tengan carros de
hierro y aunque sean fuertes.” (Jos 17:18)
Desobediencia deliberada (22-26)
En el versículo 21, leemos por primera vez que la gente de
Benjamín no expulsó a los jebuseos que vivían en Jerusalén,
por lo que los jebuseos han vivido con la gente de Benjamín en
Israel hasta el día de hoy. Esto es 'no pudo' X 'no se hizo'. No
fue que pelearon y fallaron, sino que tomaron la decisión de no
pelear. Aunque ambos son infieles, hay una degradación en el
nivel de la desobediencia, de va de hacer en parte, y de no
hacer de ninguna manera.
Todas las dos actitudes están mal, pero lo que nos enseña es
como hay un “descenso”, una precipitación que se acentuará
en otras tribus (6). La casa de José es la siguiente en demostrar
obediencia PARCIAL, o son PARCIALMENTE FIEL. A la
semejanza de lo que hizo Moisés, José envía espías para atacar
Betel. Y algo semejante a la conquista de Jericó donde Rahab
ayudó a los espías, se encuentran con un ciudadano de Betel
que los ayuda a entrar a la ciudad. Obedecen a Dios al aniquilar
la ciudad. Pero ellos desobedecen a Dios al dejar que su
enemigo viva. Al igual que los espías y Rahab, los espías
prometen "tratar amablemente" con el hombre y su familia.
Pero a diferencia de Rahab, quien confesó su propia fe en Dios
y se unió a Israel, este y su familia partieron para construir otra
ciudad cananea.
Progresión a la total desobediencia - infidelidad (1.27-36)
Desde Judá hasta José, vemos que el pueblo de Dios pasa de
la obediencia, a la obediencia parcial, a la desobediencia total.
E históricamente, esto prepara el escenario para la forma en
que Israel tolera la presencia de los dioses falsos entre ellos
hasta que terminan rindiéndoles culto. Es necesario que Dios
levante varios jueces para destruirlos.
Redentoramente, la relación de ellos con sus enemigos, los
cananeos y todos los eos, refleja nuestra propia relación con
nuestro enemigo, el pecado.
Los Discípulos de Cristo son aquellos que son salvos por gracia,
a través de la fe en Cristo y Su obra. Éramos ciegos y Dios nos
abrió los ojos a la fe. Fuimos escogidos en amor y adoptados
por Dios como hijos. Fuimos liberados de la esclavitud del
pecado por Dios. Él nos trajo de la muerte a la vida, nos
trasladó del dominio de las tinieblas para el reino de Su Hijo
Amado. Y nos ha concedido una herencia irrevocable.
Y, por su Espíritu y en Su gracia, nos ordena luchar para poseer
esa herencia por completo. No solo hay una herencia de la vida
eterna que se experimentará en el futuro, hay una vida para
disfrutar plenamente en este momento. A la semejanza de
los israelitas, que aun sabiendo lo que Dios había hecho y
ordenado, también somos tentados a dejar de pelear en contra
aquello que Dios ha ordenado, y podemos caer en adoración a
ídolos que se esconden en el corazón
Lo que comienza como fiel, se vuelve parcialmente fiel,
hasta que es completamente rebelde a través de sutiles
compromisos con el pecado. Una lectura cuidadosa de los
versículos 27-36 revela cómo sucede esto. En el versículo 27,
leemos una frase que se repite SIETE veces (un número
completo) en este capítulo: Israel "NO EXPULSÓ" (YARASH) al
enemigo (27, 28, 29, 30, 31, 32, 33). Lo que eso significa es
que no obedecieron las órdenes de Dios en Deut.
En el versículo 28 leemos cuando esto comenzó a ocurrir, no
cuando eran débiles, sino cuando Israel se hizo fuerte. La
comodidad, la prosperidad, el orgullo, la autoconfianza son
donde se siembran las semillas de la infidelidad.
Creemos erróneamente que nuestros "tiempos fuertes" nos
llenan de una devoción más fuerte a Dios. Tristemente y con
frecuencia los tiempos de éxito son más peligrosos para
nosotros. Los israelitas lo tienen todo. Pero con cada ventaja
espiritual y terrenal posible, tribu tras tribu decide NO expulsar
a los pueblos restantes y en su lugar someterlos a trabajos
forzados.
Esto no fue una actitud de misericordia o un gesto humanitario,
sino que fue total desobediencia a Dios. Eligieron su propia
sabiduría sobre la Palabra de Dios. Eligieron la comodidad sobre
el conflicto. Eligen el más fácil que afrontar lo que es difícil.
Eligen manejar su pecado que tratar de destruirlo por
completo.
¿Cómo podría sucederle esto a las personas que sabían lo que
debían hacer?
¿Cómo sucede para cualquiera de nosotros?
Si dejamos de temer al pecado en consecuencia dejaremos de
temer a Dios.
Mira los pasos que conducen a la infidelidad a Dios en Israel:
# 1 Tolerancia al pecado (V. 30)
“Zabulón no expulsó a los habitantes de Quitrón, ni a los
habitantes de Naalal; de manera que los cananeos habitaron
en medio de ellos y fueron sometidos a trabajos forzados.”
(Jue. 1:30)
En el versículo 30 vemos que "los cananeos vivieron en Israel".
ESTO ES TOLERANCIA. La infidelidad se da cuando tomamos la
decisión de ignorar o evitar enfrentar el pecado, ya sea en
nosotros mismos o en aquellos que amamos. En lugar de luchar
en contra, nos sometemos a un estado de constante tentación,
viviendo con el enemigo. Si no perseguimos el pecado, y no
tratamos de aniquilarlo, no seguiremos a Dios.
# 2 Convivencia con el pecado (V. 31-32)
“Aser no expulsó a los habitantes de Aco, ni a los habitantes de
Sidón, ni de Ahalb, ni de Aczib, ni de Helba, ni de Afec, ni de
Rehob. Así que los de Aser habitaron entre los cananeos, los
habitantes de aquella tierra, porque no los expulsaron.”
(Jue. 1:31-32)
En el versículo 32, leemos que "los israelitas vivieron entre los
cananeos". Esto es convivencia. La convivencia con el pecado
hace con que ciertas cosas que antes condenábamos, pasemos
a aceptarlas como posible o como inofensivo. La negación de
las cosas bíblicas no se da de la noche a la mañana, sino que
lentamente comenzamos a permitir algunas impurezas en
nuestra fe, a tratar el pecado como algo aceptable. Es una
mentira inofensiva, esto es parte de mi carácter, yo soy así, ya
lo hice otra vez y no me ha pasado nada.
No es posible convivir en medio del pecado y permanecer fiel a
Dios. La desobediencia está a la puerta.
La infidelidad de los israelitas no era tanto un abandono a Dios
(seguían con una agenda religiosa), la infidelidad era la
aceptación de una mezcla de dioses.
# 3 opresión del pecado (V. 34)
“Entonces los amorreos forzaron a los hijos de Dan hacia la
región montañosa, y no los dejaron descender al valle.”
(Jue. 1:34)
Al final del cap. 1 vemos que lo se repetirá siempre que se hace
concesiones al pecado. Los "amorreos forzaron al pueblo de
Israel". Ahí comienza las consecuencias. Es solo una cuestión
de tiempo antes que nuestras concesiones al pecado, y una
vida espiritual perezosa, nos conduzca a la esclavitud y a una
vida infructífera.
Hay mucha gente que dice yo estoy bien con Dios, la pregunta
que tenemos que hacer es como estamos con el pecado,
porque según como estemos con el pecado, determinará cuan
bien estamos con Dios.
Muchas veces ignoramos al pecado, no pensamos que el
pecado tiene poder, pensamos que la obediencia parcial es
suficiente para una vida con Dios.
La obediencia a Dios es un llamado a disfrutar de Él y a
alegrarse en Él, a confiar plenamente en Él.
La biblia es clara cuando nos dice lo que hace el pecado, el
pecado una vez concebido engendra la muerte.

3- La fidelidad, juicio y misericordia de Dios 2:1-6


2.1-5- Juicio por la infidelidad del pacto: desobediencia
Vemos que Dios ama a su pueblo lo suficiente como para
enfrentarse a ellos. Así como sube Dios para afrontar los
enemigos, Dios viene para enfrentar a Su propia gente. Ahora
el ángel del Señor (Jesucristo) subió de Gilgal a Bochim. Y Él
dijo:
“Y el ángel del SEÑOR subió de Gilgal a Boquim y dijo: Yo os
saqué de Egipto y os conduje a la tierra que había prometido a
vuestros padres y dije: "Jamás quebrantaré mi pacto con
vosotros, y en cuanto a vosotros, no haréis pacto con los
habitantes de esta tierra; sus altares derribaréis." Pero
vosotros no me habéis obedecido; ¿qué es esto que habéis
hecho? Por lo cual también dije: "No los echaré de delante de
vosotros, sino que serán como espinas en vuestro costado, y
sus dioses serán lazo para vosotros."” (Jue. 2:1-3)
Aunque Dios había demostrado ser fiel a Su promesa, Israel no
había sido fiel a la suya. ROMPIARON EL PACTO. Rechazaron a
Dios y todo lo que Dios había dicho y hecho, y rechazaron todo
lo que Dios había dicho que hicieran.
Se habían convertido en el pueblo de Dios, pero no habían
vivido como el pueblo de Dios. La lucha en la vida de la fe se
había vuelto incómoda e inconveniente, por lo que optaron por
tolerar solo un poco, acomodarse un poco, hasta que fueron
forzados.
Y Dios es paciente. Él es lento para enojarse. Y en lugar de esta
bondad que nos lleva al arrepentimiento, como Israel,
comenzamos a creer que Dios está bien con la obediencia
parcial, una fe de todo momento. Pero no es así.
"Pero tú ..."
El Ángel del Señor hace la misma pregunta que se hizo a Adán
en el huerto: ¿qué es esto que has hecho?
Yo mantuve mi promesa con ustedes y siempre lo haré. Pero
tú me has desobedecido.
Te di una nueva vida. La estás desperdiciando Te dije que
debes seguir luchando. Eliges no hacerlo y ahora te ves
oprimido y te sientes derrotado. Te dije lo que es correcto y
cómo tener verdadera alegría. Pero haces lo que quieres y por
eso sos miserable.
La pregunta es tan retórica como lo fue para Adán porque la
respuesta es obvia, solo hay una cosa que podrían haber
hecho, habían desobedecido y sido infieles al Señor.
El arrepentimiento es la una actitud posible tras el pecado. Ellos
alzaron la voz y lloraron.
La única cosa que merece el pecado es el juicio de Dios, y frente
al juicio de Dios estamos condenados.
La palabra Boquim es llanto, tras el arrepentimiento vuelve los
ojos y la confianza en Dios.
Es en Su gracia donde podemos esperar. A la semejanza de
Israel vamos tener días de Caleb, y es a esto que miramos y
anhelamos, pero en nuestra lucha con el pecado habrá días de
fallas, obediencia a las medias es desobediencia, y concesiones
con el pecado traerán consecuencias amargas.
Gracias a Dios por Jesucristo, por quien recibimos gracia,
misericordia y perdón para levantarnos.
Gracias sean dadas a Dios porque Él no rompe jamás su pacto
con nosotros por medio de Cristo, y esto lo vemos
representados en los elementos que están en la mesa.
Al acercarse a la mesa nos encontramos en la misma posición
de ellos, hay que lamentar por nuestros pecados, pero hay que
fortalecerse en la gracia que es en Cristo, recobrar las fuerzas,
el ánimo y el compromiso de seguir siéndole fiel, porque Él nos
da los recursos de gracia.

Conclusión:
Aquello que amamos, valoramos y priorizamos es aquello que
moldeará nuestras vidas, pero no solamente eso sino también
que influenciará y afectará nuestras acciones.
La permanencia de los cananeos no era una amenaza militar
sino un cáncer espiritual.
La obediencia no es lo que siempre queremos, pero es lo que
Dios siempre quiere, es a aquello que Él dice, como Él dice, y
cuando Él dice.
A Dios le agrada solo la obediencia y completa. La obediencia
a Dios siempre nos hará bien, aunque podamos sufrir, pero nos
hará bien, porque hemos hecho lo que le agrada al Señor.
Obediencia es Tía – total, inmediata y alegre

El pecado mata. Eso es lo que hace el pecado.


Obediencia a medias conduce a una práctica pecaminosa.

Você também pode gostar