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Fundamentos de las disidencias

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Disidencias de Fernando Córdoba y Patricia Ziffer

Buenos Aires, 21 de mayo de 2018

Señor Presidente de la Comisión para la


Reforma del Código Penal de la Nación
Dr. Mariano Hernán BORINSKY

Tenemos el honor de dirigirnos Ud., en nuestro carácter de miembros integrantes


de la Comisión que preside, a fin de exponer los principales puntos respecto de los cua-
les subsiste nuestra disidencia 1con el texto de Anteproyecto de Código Penal que se ha
decidido suscribir por mayoría .
Por cierto, es importante destacar que compartimos el concepto de la propuesta
presentada por la Comisión en una gran parte de sus lineamientos. No obstante, en el
convencimiento de que de este modo podemos aportar a continuar enriqueciendo el debate
franco y abierto que ha caracterizado en todo momento el trabajo realizado durante este
tiempo, en lo que sigue, explicitaremos varios aspectos respecto de los cuales entendemos
que sería preferible seguir un camino parcialmente divergente.
En primer lugar, respecto de distintos artículos tenemos algunos reparos más bien
formales o gramaticales en lo que atañe a cuál sería la redacción preferible. Así, por ejemplo,
nos pareció perfectamente aceptable que, en pos de hacer más sencilla la identificación
de ciertas reglas y dentro del esquema de mantener la numeración de los artículos del
código vigente, algunas normas conservaran su numeración bajo la forma del “bis” (p.ej.,
el “art. 189 bis”). En otros casos, tampoco hemos coincidido en cuanto cuál sería la me-
jor ubicación sistemática de algunos tipos penales. Valga como ejemplo la inclusión del
delito de “desarme de automotores”, que el anteproyecto incorpora como delito contra la
seguridad de la nación, y que estimamos debería integrarse como una forma de los deli-
tos de encubrimiento. A este respecto se trata, empero, de puntos que no presentaremos
aquí expresamente, pero que, en caso de que sea necesario, estaríamos en condiciones de
ampliar con mayores fundamentos.
Distinto es lo que sucede con otros acápites, en relación con los cuales pensamos que
la solución normativa, ya en lo sustancial, no es la más adecuada.
En lo que atañe a estos puntos, por razones de tiempo, solo habremos de poner aquí
de manifiesto expresamente aquellos que percibimos como los más relevantes, o bien,

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aquellos en los que las diferencias podrían ser vistas como más notorias, sin perjuicio de
que, eventualmente, pudiéramos aportar una fundamentación más detallada si ello fuera
de interés.

I. Parte general
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a. Dentro del marco del sistema de consecuencias jurídicas del hecho no compartimos
la incorporación de reglas de seguimiento judicial poscondena establecidas en los arts.
10 y ss. Las objeciones contra el sistema propuesto, como se expresó durante el debate
en comisión, se vinculan no solo con las dificultades prácticas para el efectivo control e
implementación de este sistema, sino, fundamentalmente, con su inserción como me-
didas preventivas accesorias de penas ya cumplidas extremadamente prolongadas. Si bien
estuvimos de acuerdo en que podrían ser aceptables medidas de esta naturaleza, si ellas
se adicionan a penas ya de por sí muy intensas, su función preventivo especial queda
desvirtuada. A ello se agrega que el único criterio que entendimos posible para fundar
una medida de tan alto grado de injerencia es la violencia del delito, sumado al esfuerzo
argumental explícito que debería realizar el tribunal para justificar por qué razón considera
que, tras la pena, aún podría ser esperable la comisión de delitos similares. Por esa razón
planteamos como preferible una reformulación del actual texto del art. 52, CP, apoyado
en requisitos acordes a los de la custodia de seguridad en el modelo alemán, y dentro de3
los límites en que dicha injerencia ha sido admitida en el ámbito constitucional europeo .
Como aclaración adicional, debería indicarse que dicho sistema solo podría funcionar si
las penas previstas en la Parte Especial fueran considerablemente más bajas que las que
se propone en el proyecto mayoritario. Ello, con la convicción de que, si el nivel de penas
es muy alto ya son ellas mismas las que están, de hecho, en condiciones funcionales de
acotar cualquier necesidad preventiva residual.
b. Tampoco coincidimos con el modo en que finalmente fueron regulados los ca-
sos en los que no se aplican la regla general de libertad condicional. Concordamos en
la necesidad de sustituir la lista que actualmente contiene el art. 14 por una fórmula
general abarcadora de las razones de prevención especial o especial gravedad del hecho
que justificaban la excepción, complementada con la mención expresa de los supuestos
alcanzados por ella, pero discrepamos con la inclusión de algunos delitos, en especial, la
de aquellos que conllevaran graves daños a la salud o la muerte, pues consideramos que
la variedad de circunstancias que pueden presentar esos casos hace conveniente otorgar al
juez la facultad de resolver si se dan los presupuestos para la aplicación de la excepción. A
modo de ejemplo,4 con la redacción que disentimos incluso un homicidio piadoso caería
en la prohibición .
c. En la regulación de la inhabilitación, parece advertirse un error en la mención de
los artículos a los que se remite al final del art. 20. Por lo demás, tampoco encontramos
afortunado el reemplazo de la expresión “temer” por “prever”: además de innecesario,
soslaya que la5 previsión supone otro estándar. También son objetables otros aspectos
de redacción .

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d. En las reglas del decomiso de los arts. 23 y 24, nos parece que la redacción final
puede llevar a alguna confusión en su aplicación. Tal la referencia a “dinero, cosa, bienes
o cualquier clase de activo”. Por esa razón, preferimos
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mantenernos en la redacción que
habíamos sometido en su momento a debate , pues aquí sí, detrás de una formulación
aparentemente “similar” pueden suscitarse distinciones complejas en la aplicación práctica.
El problema es que la inclusión de esas expresiones (tomadas de la terminología utilizada
en instrumentos internacionales que las incluyen por su vocación de encajar en distintas
culturas jurídicas), además de hacer perder sencillez a la redacción pasa por alto que, para
el derecho argentino, “bienes” es el supraconcepto que engloba a todas ellas, cuya mención
por ello mismo resulta innecesaria (art. 2312 del CC y 16 del CCCN). A ello se agrega
que en varias figuras de la parte especial (por ej., cohecho, tráfico de influencia, soborno
trasnacional, corrupción entre privados) a la fórmula se le adiciona reiterativamente
“objetos de valor pecuniario” (que no son más que “bienes”) o se la abandona y se emplea
una diferente (por ej., “beneficio o ventaja de cualquier naturaleza”, en la corrupción en el
deporte). En otros casos, el uso de aquellas expresiones se limita al primer párrafo de un
artículo, pero luego se abandona en los párrafos siguientes justamente a favor del término
“bienes” (v. arts. 303, inc. 1° y 318, inc. 2°).
e. En el Título V (Reparación de perjuicios) propusimos una redacción que subsa-
na la errónea caracterización como pena del decomiso del producto o el provecho del
delito, incluye el decomiso de valor equivalente, en línea con los criterios adoptados en
esa materia en los arts. 23 y 24, y adecua, como se hizo en otras disposiciones (por ej.
art. 12) la norma a la terminología del nuevo CCCN. La redacción actual,7 en cambio, es
parcialmente discordante, al menos en lo conceptual, con los arts. 23 y 24 .
f. Con respecto al art. 34, estimamos desafortunada la inclusión en la tradicional regla
del inc. 4° la referencia a “El miembro de alguna fuerza de seguridad pública, policial o
penitenciaria que, en el cumplimiento de su deber y en uso de sus armas en forma regla-
mentaria, cause lesiones o muerte”. Se trata de una incorporación que genera confusión
dentro del sistema general de eximentes de pena para un supuesto que ya tenía una solución
estandarizada en la dogmática de la teoría del delito.
g. En el acápite referente a la responsabilidad de las personas jurídicas, consideramos
insuficiente la regulación de corte vicarial que se adoptó, y en su reemplazo propusimos
otra, basada en un modelo de responsabilidad por defecto de organización, diseñada
a partir de la evolución legislativa, doctrinaria y jurisprudencial en países con los que
compartimos nuestra tradición jurídica, como España y Chile, y que ofrece una des-
cripción precisa y detallada de las personas físicas que pueden generarla, los criterios
de atribución y exención de esa responsabilidad, así como un elenco más rico de san-
ciones y pautas para su determinación, de modo de tal de poder conciliar el interés en
la aplicación de la sanción con la necesidad de preservar fuentes de trabajo, la actividad
empresarial y la seguridad jurídica en una materia novedosa para la cual carecemos de
precedentes propios. Con esta misma orientación, consideramos que una regulación de
esta naturaleza debía fijar, ya a nivel legal, algunos contenidos mínimos para los progra-
mas de compliance, que aseguren una cierta uniformidad pero dejando que sean luego
las reglamentaciones administrativas y técnicas las que definan los detalles. Y también

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se incluyó la exigencia expresa de que esos8 programas hubiesen sido implementados


con eficacia antes de la comisión del delito .
h. Con respecto al sistema de determinación de penas respecto de personas físicas,
coincidimos plenamente con el texto que se lee en el proyecto mayoritario.
No obstante, una parte sustancial de la discusión producida en la Comisión se refirió
al dilema que representaba para una propuesta de reforma la presencia en la legislación
actual de mínimos desproporcionadamente altos, en algunos casos, sin relación alguna
con la naturaleza del ilícito y solo incorporados en reformas coyunturales con el fin, en
algunos casos explicitado en los fundamentos legislativos, de “evitar la excarcelación”.
Frente a esa situación, adoptar la drástica –¡pero correcta!– decisión de volver los mínimos
hacia montos más racionales tendría el costo colateral de provocar una enorme cantidad
de recursos de revisión por “ley penal más benigna” que derivarían en una nueva discusión
sobre la pena impuesta en cantidad de casos judiciales ya juzgados o en trámite. Ello, por
sí solo, aparejaría el riesgo de hacer naufragar todo el proyecto. Dentro de este contexto
de alternativas dilemáticas, propusimos incorporar como último párrafo del art. 40, 1,
la facultad judicial para ponderar, en casos excepcionales en los que las circunstancias
atenuantes sobrepasaran en una medida tal a las agravantes que incluso el mínimo legal
resulte inadecuado al caso, la posibilidad de utilizar la escala penal de la tentativa. Esto
permitiría atenuar, por ejemplo, los duros efectos que mínimos extremos generan en la
práctica judicial cotidiana, y que son los que han llevado a muchos tribunales a decidir la
inconstitucionalidad de tales sanciones. Un caso clásico en esta dirección son los supuestos
de contrabando de estupefacientes en los que el autor actúa en 9
situaciones de extrema
necesidad o, incluso, en circunstancias equiparables a la coacción . De este modo, en nuestra
opinión, se evitaría una práctica que hoy hace que en numerosas jurisdicciones, frente a
situaciones de inequidad evidente, se fuerce la interpretación del sentido de los mínimos
legales, al calificarlos como “meramente indicativos”, e imponiendo, en definitiva, penas
que, aun siendo menores, no están previstas legalmente. Al mismo tiempo, al referir la
regla a las particularidades de los casos concretos, se tendía a paliar la dura decisión de
mantener vigentes niveles de pena que, a pesar de su drasticidad (o quizás, justamente
por ella) son incapaces de producir los efectos de “seguridad” que de ellos se reclama.
En esta misma línea, compartimos con la Comisión la preocupación por solucionar la
indefinición hoy existente con relación a cuál es el monto máximo en los casos de concurso
real de delitos. Sin embargo, fijar dicho monto en 50 años no nos pareció adecuado, sino
que entendimos que no se deberían superar los 30 años.
i. En lo que atañe al título relativo a la “extinción de las acciones y las penas”, di-
sentimos con la inclusión de la conciliación y la reparación integral del perjuicio, que
propusimos eliminar. A falta de regulación en el propio código, tampoco consideramos
acertada la sujeción a “lo previsto en este Código” 10
que tampoco condice con la remisión
que a continuación se hace a las leyes procesales .
j. En cuanto al régimen relativo al ejercicio de las acciones penales, y dentro de ese
marco, la posibilidad del Ministerio Público Fiscal de disponer de la acción o presentar
acuerdos de suspensión del juicio a prueba, consideramos que el criterio decisivo debe-
ría ser ya el propio concepto de insignificancia, a diferencia de la mayoría que estimó

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necesario incluir expresamente


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ciertos supuestos específicos, o contextos de comisión del
ilícito en particular .

II. Parte especial

a. En la nueva redacción del homicidio imprudente no consideramos adecuado in-


corporar el concepto de “culpa temeraria”, en razón de la imprecisión dogmática de esta
categoría. En nuestra opinión, ya los restantes supuestos previstos bastan para definir
debidamente cuáles son los casos en los que se debe agravar la conducta en cuestión.
Idéntico criterio se siguió en el delito de lesiones.
b. Con respecto a la regulación del tipo penal de aborto, y en especial, de las eximentes
de pena, suscribimos la inclusión por parte de la mayoría del concepto de “salud mental” en
el tercer párrafo, inciso primero, del art. 86, como así también la considerable ampliación
de la posibilidad de suspender la ejecución de penas de prisión del art. 88. En lo demás,
tenemos en cuenta que nuestra tarea se produce en el marco del debate de varios proyectos
sobre este tema, los cuales, con diferentes alcances, hoy se encuentran en discusión ante el
Congreso Nacional. Él será, en definitiva, el que adopte la solución
12
normativa que estime
más adecuada para el conflicto jurídico que aquí se plantea .
c. En cuanto a la escala penal del tipo de lesiones leves, si bien coincidimos en que
debe ser incrementada, consideramos que el mínimo debe ser de un mes, de modo de
poder abarcar así la más amplia variedad de casos posibles. Las mismas consideraciones
valen, a nuestro entender, para el nuevo delito del art. 100, máxime si su aplicación (en
virtud de la regla de subsidiariedad prevista) presupone justamente la no aplicación del
art. 89. A su vez, la escala de un mes a 1 año, establecida para el delito de agresión con
armas (art. 104, inc. 1°) ha perdido la proporcionalidad que guardaba, en razón de su
función, con la pena de las lesiones. En nota de pie al final de este texto se acompaña la
redacción alternativa propuesta.
d. En el título de los delitos contra el honor, observamos que se ha invertido sin razón
aparente el orden tradicional de los delitos de calumnias e injurias y se ha modificado
innecesariamente la numeración. Sugerimos retornar al diseño original, moviendo úni-
camente la última oración del art. 111 al art. 112, que carece de contenido por hallarse
derogado. Tampoco compartimos la necesidad de la agravante prevista en el art. 118 del
anteproyecto.
e. En los delitos contra la integridad sexual, disentimos con el incremento del máximo
de la pena en los delitos de abuso simple y grooming. Respecto de éste último, tampoco
coincidimos en la inclusión del inc. 5°.
En los casos de simple tenencia de material pornográfico, además de contemplar
también la modalidad del acceso online, hemos considerado conveniente, por razones 13
de
seguridad jurídica, sustituir la expresión “a sabiendas” por “intencionalmente” .
f. Aun cuando hemos acompañado con convicción la incorporación de la punición
de situaciones de elusión del régimen de adopción en el marco de los delitos contra el
estado civil y las relaciones de familia, tanto la distinción de pena –que se agrava para

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quien recibe al niño por fuera del cauce legal– como la no previsión de 14
una causal de no
punibilidad para ciertos supuestos no nos parece lo más conveniente .
g. En cuanto a los delitos contra la libertad, lo primero que debemos señalar es que
el proyecto incurre en el error de mantener la superposición parcial de los delitos de
reducción a la servidumbre y trata de personas, en la modalidad típica del primero con-
sistente en “recibir para mantener en condición de servidumbre o esclavitud”. También
objetamos el mantenimiento, en el delito de trata, de la agravante de 8 a 12 años por
consumación de la explotación. La razón es que el concurso que se pretende solucionar
con esa regla no es unívoco sino que, dependiendo de cada caso, puede adoptar la forma
de un concurso aparente (acto anterior o posterior copenado), ideal y, para algunos, hasta
real, y según que se trate de uno u otro la agravante conducirá a un doble castigo por un
mismo hecho, o a un incremento de los mínimos y una disminución de los máximos, que
corresponderían si se aplicaran las reglas de los arts. 54 y 55, que no guardan ninguna
lógica. Por lo demás, tampoco tiene incidencia para la determinación de la competencia,
pues para ello lo decisivo sigue siendo la escindibilidad o inescindibilidad de los hechos
de trata y explotación.
En otro orden de ideas, no nos parece clara ni sistemática la reordenación efectuada
de los tipos contenidos
15
en los arts. 146, 147, 148 y 149, para lo cual propusimos una
diferente redacción . Por último, en el art. 142, II, in fine (ex 142 bis) ha sido utilizada
una regla de atenuación que ni coincide con la fórmula del art. 44, ni con la introducida
en el art. 170, in fine.
h. En el título relativo a los delitos contra la propiedad, hay que señalar que en el
art. 177, falta una acción típica; debía decir: “al que… hubiera causado en perjuicio de los
acreedores su quiebra o la quiebra o liquidación judicial forzosa de un establecimiento
comercial o industrial del que fuera…”. Pero sobre todo consideramos desafortunada la
decisión de convertir los casos de estrago agravado del art. 186, 2°, vigente, en agravantes
del delito de daño (art. 184, II), pues en el afán de que no se interprete que quedaron
derogados a partir de la nueva redacción del art. 186 (que, sin embargo, los contiene) los
ha transformado en casos agravados de daño, pero con la escala penal (¡de 3 a 10 años!)
del delito de estragos.
i. En relación con los delitos contra la seguridad 16
pública
17
tenemos reparos con el
modo en que quedaron configurados los capítulos 1 y 3 , también con algunas penas
y, en particular, con los nuevos tipos penales de conducción a velocidad excesiva y no
sometimiento a prueba de alcoholemia que fueron introducidos en el art. 194.
Tenemos también ciertas diferencias significativas en cuanto a la estructura típica a
seguir en el caso de los delitos de tenencia ilegal de armas. Aquí, no hemos coincidido
con la elevación de algunas de las escalas penales y hemos propuesto la supresión de la
agravación por “antecedentes penales”. Ello, por cuanto la atenuación de la pena prevista
para aquellos casos en que el autor “hubiere estado en condiciones de obtener la autoriza-
ción correspondiente” resulta apta para cumplir idéntica función sin generar
18
los problemas
jurisprudenciales que la agravación por “antecedentes” ha suscitado .
Tampoco estamos de acuerdo con la inclusión del art. 208 en el nuevo título “Otros
atentados contra la seguridad pública”. Además de que no nos parecen acertadas ni la

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rúbrica, ni la ubicación en el Título VII, escogidas para conductas que, más allá del con-
texto en que ocurren, tal como han sido descriptas constituyen agresiones a particulares,
propusimos una figura alternativa, en el art. 212, a la que nos referiremos en el próximo
apartado.
j. Por lo demás, en el caso del delito de asociación ilícita, sin perjuicio de las reglas
sobre “arrepentido”, entendimos que podía ser de utilidad la incorporación específica de una 19
fórmula que favoreciera el desistimiento y el desmantelamiento de la organización ilegal .
Como adelantamos, dentro de los delitos contra el orden público, consideramos que
podría incorporarse una regla prohibitiva (inspirada en el art. 557 y el § 125 de los códigos
penales español y alemán) respecto de situaciones 20
de alteración grave de la paz pública
que no fue incluida en el proyecto de la mayoría .
Por otra parte, por la misma razón señalada en el apartado anterior respecto del art.
208, tampoco aquí compartimos la inclusión (con la rúbrica “Otros atentados contra el
orden público”) de los delitos de desarmado no autorizado de automotores y venta de
autopartes, de la ley 25.761. Estimamos que se trata de conductas más afines a las acti-
vidades de encubrimiento y, por ello, proponemos situarlas, bajo un nuevo capítulo, en el
art. 279, a continuación de este delito.
k. En el caso de los delitos contra la seguridad de la Nación, no compartimos la
técnica utilizada para reordenar las formulaciones legales de los arts. 214 (ahora 215) 21
a 219, y tampoco el aumento de pena y los cambios en el último párrafo del art. 218 .
l. En materia de delitos contra la administración pública, tenemos, en la descripción
de las prohibiciones del capítulo VI, divergencias significativas, incluso conceptuales, 22
que se podrán advertir en la confrontación con la versión que en nota acompañamos .
Como aspecto marginal, puede ser interesante destacar, una vez más, que no nos parece
necesario apartarse de la formulación tradicional que considera a la expresión “bienes”
como un concepto genérico que abarca cualquier contenido patrimonial, y que es, por lo
demás, la definición que utiliza el código en otras figuras emparentadas. La incorporación
del proyecto mayoritario de la fórmula “dinero, cosas, bienes o cualquier clase de activos”
creemos que puede hacer más compleja la interpretación, y a la larga, resultar contrapro-
ducente a los objetivos que se propone lograr.
A su vez, respecto de las cuestiones más sustanciales, a título ilustrativo puede se-
ñalarse lo siguiente. Al modificar la tradicional redacción del cohecho pasivo (art. 256,
inc. 1°), se ha incurrido en algunos defectos involuntarios. Así, han quedado incluidas
acciones que no había intención de incluir, como por ejemplo, la conducta del funcionario
que comete cohecho no sólo si acepta, sino también si “requiere” o incluso si “recibe” la
promesa. Del mismo modo, al eliminarse la referencia a que la promesa puede ser “directa
o indirecta” –es decir, explícita o implícita–, en la medida en que esas expresiones pasaron
ahora a caracterizar a las acciones típicas, la redacción perdió claridad. Por otra parte, la
aclaración “para sí o para un tercero”, además de innecesaria, determina que también actúe
típicamente el funcionario que, sin haberlo solicitado, recibe una promesa para un tercero.
En el cohecho activo (art. 256, inc. 2°), no nos parece que fuera necesario aclarar
que realiza el tipo quien actúa “por propia iniciativa o cuando le haya sido solicitado por
el funcionario”, máxime si la redacción anterior, sin esa aclaración, no había suscitado

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problemas de lagunas que hubiera que llenar con ese agregado. Lo mismo vale para la
inclusión de “promesa” entre los beneficios que constituyen el objeto del delito, pues desde
siempre se ha entendido que “ofrecer” equivale a “prometer”, con otras palabras, “ofrecer”
ha sido interpretado como el correlato de la “aceptación de promesa” del cohecho pasivo.
En el tráfico de influencias (art. 257), a diferencia de lo ocurrido en el cohecho pasivo,
se mantienen separadas las acciones de “requerir, aceptar o recibir” dinero, bienes, etc. y
de “aceptar una promesa”, pero a ésta se le añade sin razón el adjetivo “futura”, quitándole
actualidad a la promesa. El contenido de la promesa es algo futuro, pero la promesa es
actual. Como ha quedado redactado realiza el tipo sólo quien acepta una promesa aún
inexistente, pero que tendrá lugar en el futuro.
En relación con el soborno internacional (art. 258), sugerimos no incluir la acción de
“prometer”, porque las “promesas” ya están incluidas en la enumeración de “otros bene-
ficios”. Sería repetitivo “prometiere… promesas”. La acción de prometer dinero, bienes u
otros beneficios ya queda alcanzada con la combinación “ofreciere u otorgare… promesas…
a cambio de que…”. Es decir, ofrecer una promesa es prometer, y esa promesa puede ser
de dinero, otros bienes o beneficios, tales como dádivas, favores o ventajas.
En la descripción de la malversación de caudales (art. 260), nos parece preferible
mantener la expresión “caudales o efectos”, que ha sido interpretada unánimemente como
abarcadora de toda clase de bienes. No nos parece conveniente ampliar el delito mediante
la adición de la expresión “o utilizare para el ejercicio de su cargo”. La restricción del cír-
culo de autores a quienes disponen de facultades de administración, o sea, imperium para
asignar partidas, y del objeto a los fondos que tuvieren en administración, se relaciona
con el sentido de este delito, concebido como una afectación al orden administrativo en
la ejecución de los fondos públicos. La extensión a cualquier otro funcionario que oca-
sionalmente recibiere no parece entonces razonable.
Como en la malversación, y por la misma razón, también en el caso del peculado (art.
261) nos parece preferible mantener la expresión “caudales o efectos”. No se comprende,
por otra parte, el agregado del adverbio “indebidamente”. Tampoco estamos de acuerdo
en ampliar el objeto del delito a los bienes confiados para su utilización. Como ha se-
ñalado la doctrina, la confianza que se tutela no se refiere a la mera tenencia material de
la cosa, sino a la facultad de disponer de ella. Nos parece que aquella conducta debería
quedar reservada al ámbito disciplinario administrativo. En cuanto al delito del art. 264,
también aquí dejaríamos únicamente la expresión “fondos”, como está actualmente, que
es considerada sinónimo de bienes públicos.
Finalmente, en el delito de exacciones (art. 266), se propone mantener la redacción
actual del tipo penal, en especial, en lo relativo al objeto de la acción: “contribución,
derecho o dádiva”. Dado que se trata de bienes que corresponden al Estado y no a los
particulares, no parece adecuada la inclusión, como sí en el cohecho y afines, de los “fa-
vores”, “ventajas”, etc.
Desde otro punto de vista, también discrepamos en lo que atañe a las penas que se han
proyectado para estos delitos, y así lo señalamos durante el curso del debate en comisión.
Más allá de la intensidad con que pueda aparecer la discusión en los medios de comunica-
ción con respecto a la necesidad de reclamar más penas para hacer más efectiva la “lucha

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contra la corrupción”, creemos que es preferible mantener el nivel de penas actualmente


vigente en el Código Penal. Ello, con el convencimiento de que la penas hoy previstas en
el texto legal ya cumplen acabadamente la función que están destinadas a cumplir, como
así también aquella que, por la sola amenaza, efectivamente pueden cumplir por límites
ajenos a cualquier redacción normativa. A este respecto, en todo caso, no compartimos la
confianza en que mayores penas vayan a traducirse en un reforzamiento de la seguridad
o en una mejora de la calidad institucional, sino que ello dependerá, en todo caso, de la
efectiva persecución penal, que bien puede alcanzar sus objetivos sin incrementar aun más
los niveles de pena hoy existentes. El mejor ejemplo en este sentido lo constituye el delito
de enriquecimiento ilícito. Aun si se prescinde de las graves objeciones constitucionales
que pueden formularse en contra de este tipo penal, lo cierto es que al duplicar la pena de
dicho delito, desde los actuales 2 a 6 años, a 4 a 12 años de prisión, serán innumerables los
casos en los que, sin lograr esclarecer ninguna conducta en concreto, se estarán imponiendo
penas que podrían superar considerablemente las que podrían haberle correspondido a los
funcionarios si el poder jurisdiccional trabajara en forma correcta y esclareciera el hecho
ilegal que está en la base del tipo. Es decir, se trata de una moderna “pena de sospecha”,
pero sin respetar siquiera las reglas de la pena de sospecha, y que, además, tiende a fomentar
investigaciones “a media máquina”. Similares consideraciones aplican al plazo durante el
cual han de sospecharse ilegales los ingresos de quien ha dejado la función pública o los
dos años previos a su efectiva designación.
Pero incluso en los primeros capítulos de este título, sin perjuicio de coincidir en la
necesidad de actualizar algunas escalas penales (por ej., atentado y resistencia a la auto-
ridad, falsa denuncia, perturbación de sesiones legislativas), discrepamos también con el
incremento generalizado de las penas (a veces del mínimo) que se llevó a cabo. Un caso
significativo lo constituye el delito del actual art. 249, que de tener pena de multa pasó a
ser parte del art. 248, el cual a su vez vio incrementada su pena a prisión de 6 meses a 4
años. Los ejemplos se repiten en los restantes capítulos del título.
En relación ahora con el delito de encubrimiento, concretamente respecto de la
receptación del inc. 1°, letra c), consideramos que la exención por parentesco del inc. 4°
tampoco debería regir a su respecto, y también propusimos ampliar su objeto de modo
que quede alcanzado cualquier bien y no sólo las cosas. Los tipos penales de los actua-
les arts. 277 bis y ter, que el proyecto recoge en el art. 278, consideramos que podían
ser suprimidos, pues el primero podía ser contemplado, con mención expresa, entre las
agravantes del inciso 3°, y el segundo, porque resulta incoherente con la decisión de no
incriminar el encubrimiento imprudente respecto de bienes mucho más valiosos, si no es
en la modalidad de la receptación del inc. 2°, con una pena mucho más leve.
ll. En los delitos contra la fe pública nos inclinamos también por un reordenamiento,
parcialmente diferente, de los tipos
23
penales ya existentes y los contenidos en leyes espe-
ciales que fueron incorporados . Consideramos preferible reunir los delitos relacionados
con la telefonía móvil, de la ley 25.891, en el art. 287, habilitando un nuevo capítulo
específico a ese efecto, pues no nos parece que el capítulo referido a la falsificación de
sellos, timbres y marcas, propuesto por la mayoría, sea el lugar adecuado. Por otra parte,
observamos también que el tipo penal del actual art. 293 bis fue reubicado en el proyecto

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como segundo párrafo del art. 249. A nuestro entender, debería haber sido mantenido
con las falsedades documentales, en el art. 293. Finalmente, cabe señalar que el último
párrafo del art. 299 ha quedado contemplado ya en el art. 490 del nuevo título referido a
los delitos informáticos, de modo que debería suprimirse.
m. Al igual que en el título anterior, también en el caso de los delitos contra el orden
económico y financiero proponemos otra sistematización de los contenidos nuevos y de
los ya existentes, y disentimos asimismo en la formulación de varias descripciones legales,
principalmente en las correspondientes a los delitos de corrupción entre privados, lavado
de dinero y los delitos en el mercado financiero. También en este punto remitimos a 24la
confrontación con la versión que se transcribe en nota de pie, en las partes pertinentes .
No obstante, nos interesa sí señalar que debió enmendarse el error en que incurrió la ley
26.683 al establecer en el inc. 4° del art. 303 un nuevo tipo de lavado sin monto, adoptando
nuevamente la remisión al art. 277.
n. Para los delitos de terrorismo, en particular, la llamada “asociación ilícita terrorista”,
creemos conveniente que, en atención a las considerables penas previstas y a la gravedad
de los hechos que se pretende alcanzar con esta figura, resulta imprescindible 25
enumerar
las características concretas que debería tener una asociación de esta clase . Tampoco nos
parece adecuado fijar una pena de 5 a 10 años de prisión para quien “se traslade fuera del
territorio nacional para convertirse en combatiente terrorista” (art. 316, segundo párrafo
del proyecto mayoritario), por la indefinición de la descripción, las dificultades probatorias
que implica y la complejidad de aplicación territorial de la ley penal que podría provocar
una figura de esta formulación. Tampoco estamos de acuerdo con la incorporación de los
tipos proyectados en el art. 317 (“acogiere u ocultare a cualquier persona si conociera o
tuviera motivos…”) y en el art. 318, inc. 4° (“financiamiento de proliferación de armas…”).
Además de presentar problemas de redacción (como ejemplo, la errónea inserción de la
expresión “con la consecuencia posible”, tomada del lavado, pero que aquí, al igual que en
el inc. 1°, no tenía cabida desde un punto de vista sintáctico), no parece haberse atendido 26
suficientemente la superposición con delitos y formas de intervención ya existentes .
o. En cuanto a los delitos vinculados a los estupefacientes, tampoco hemos coincidido
en que se deban aumentar las penas previstas hoy en el art. 5° “b” y “c” de la ley 23.737
para ningún supuesto. En particular, aplicar una pena de 5 a 20 años de prisión –que se
elevan a 6 años de mínimo en los casos de “pasta base” de la cocaína– en los supuestos de
“tenencia con fines de comercialización o transporte de estupefacientes” puede generar la
aplicación de penas fuertemente desproporcionadas para los hechos concretos. Se trata,
por lo demás, de supuestos que, justamente, ya hoy provocan problemas de desproporción
incluso con una escala menor (4 a 15 años de prisión).
En esta misma materia, a diferencia de la mayoría, tampoco consideramos conve-
niente mantener la redacción actual de la “preconización o difusión pública del uso de
estupefacientes” por cuanto, si bien coincidimos en que se trata de conductas disvaliosas,
entendemos que con esta formulación no se soluciona adecuadamente el difícil conflicto
entre el interés que se pretende proteger y la libertad de expresión que ha sido críticamente
señalado en varios casos jurisprudenciales. De allí que, aun compartiendo que, en todo
caso, la pena debería ser solo de multa, de todos modos, hayamos sugerido a la Comisión

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Anteproyecto Código Penal de la Nación Argentina 2018 179
27
una redacción diferente, que no fue aceptada . De modo análogo, en el delito de “induc-
ción al consumo de estupefacientes”, entendimos que la conducta debía ser restringida28a
aquellas manifestaciones que tuviesen la capacidad de generar un consumo consecutivo .
También discrepamos con las agravantes del arts. 325, inc.7°, y del art. 327.
En lo que atañe a la impunidad de la llamada “tenencia para consumo personal”
intrascendente para terceros, estimamos que la gravedad de los delitos en juego amerita
realizar distinciones en este ámbito. En este sentido, no creemos que cualquier tenencia
sin trascendencia a terceros pueda, sin más ni más, quedar amparada por el derecho a la
intimidad,
29
sino en todo caso, y a lo sumo, la tenencia de sustancias de escaso poder psicoac-
tivo , a la manera de los casos de insignificancia en sentido estricto.
p. En materia de delitos fiscales, consideramos que sería preferible que las evasiones
agravadas de los arts. 341 y 345, inc. 2°, requirieran que se haya ocultado la identidad y
no sólo dificultado la identificación del sujeto obligado. A su vez, en los delitos aduane-
ros, observamos problemas en la formulación de los incs. 3° y 4° del art. 356, nos parece
innecesaria la alusión a los modos de intervención en las agravantes de los incs. 2° y 3° del
art. 357, y opinamos que era conveniente incluir la cláusula de subsidiariedad expresa al
final del inc. 4° de este último artículo. Además, en línea con lo expresado para los delitos
de estupefacientes, también aquí discrepamos con el desdoblamiento y aumento de pena
dispuestos para el contrabando agravado del art. 358. Finalmente, preferimos contemplar
la regulación de la tentativa en las disposiciones generales, creemos que es necesario armo-
nizar la redacción del encubrimiento de contrabando con la del encubrimiento del art. 277
y no compartimos la eliminación que se hizo de la exención por parentesco en el art. 365.
q. En el título dedicado a los delitos relacionados con el ámbito militar, entendemos
que el cap. I debería ser suprimido al haber sido recogidos esos tipos, en la formulación
finalmente adoptada, en el cap. I del título IX. Asimismo, disentimos con algunos in-
crementos de pena y consideramos que debería preverse, como disposición general, la
inhabilitación absoluta para los delitos de los caps. III y siguientes.
r. Respecto de los delitos migratorios, hemos coincidido en forma casi completa con
la mayoría, si bien no en cuanto a la inclusión de la figura que reprime con 8 a 20 años de
prisión la promoción o facilitación de la entrada o salida ilegal de personas del territorio
nacional con el objeto de cometer actos de terrorismo, actividades de narcotráfico o lavado
de dinero (art. 418 del anteproyecto). Si bien por otras razones, también tipificar penal-
mente la violación de la prohibición de reingreso al país (art. 419) se nos presenta como
inconveniente, en la medida en que, tal como lo expusimos en su momento, en estos casos
el interés central debería estar en provocar la expulsión inmediata por vía administrativa,
lo cual se vería entorpecido por la necesidad previa de realizar en la Argentina no solo
un proceso penal, sino también ejecutar una pena de prisión (de 1 a 4 años) con el costo
que esto implica.
s. A su vez, en cuanto al delito de acoso laboral, si bien coincidimos en la necesidad de
que la redacción no quedara restringida a una relación estrictamente laboral, entendimos
que tampoco podía alcanzar a cualquier “relación contractual” y propusimos la fórmula
“en el marco 30 de una relación laboral o de otro vínculo que presuponga una relación de
dependencia” . Lamentablemente el proyecto parece no haber receptado esa precisión,

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180 Disidencia de Fernando Córdoba y Patricia Ziffer

lo cual en términos de seguridad jurídica podría resultar perjudicial. Dentro de este mis-
mo ámbito, convertir en delito a la mera omisión de “proveer a sus trabajadores de los
medios necesarios para ejercer su actividad en las condiciones de seguridad y salud que
impusieren las leyes o reglamentos” (art. 430) no nos parece una fórmula adecuada para
ser receptada en un código penal.
t. Un intercambio de opiniones particularmente intenso, y con participación de diver-
sos actores sociales e institucionales, se generó con relación a los alcances que debería tener
la protección penal del medio ambiente, y con respecto a cómo habría de implementarse
la concreta configuración de este nuevo título. En este punto, no hemos compartido la
propuesta mayoritaria, como así tampoco las restricciones que se fueron incorporando.
A grandes rasgos, nuestra propuesta tiene aquí importantes diferencias, especialmente,
en cuanto consideramos imprescindible incluir aquí todo lo referente al manejo de resi-
duos peligrosos, manejo de plantas nucleares y sustancias radiactivas y peligrosas, como 31
así también las violaciones a la legislación ambiental nacional, provincial y municipal ,
siguiendo, en lo fundamental, el modelo alemán de protección penal del ambiente.
u. En materia de delitos en el deporte, no creemos que resulte más efectivo establecer
una agravante genérica que vincule a ciertos delitos con la “ocasión del espectáculo de-
portivo”. A su vez, sobre el delito de “corrupción en el deporte” estimamos que deberían
haberse mantenido las penas y descripciones legales de la ley 20.655 (modificada por ley
27.202), haciendo sólo las adaptaciones necesarias para armonizarlas con las del cohecho y
la corrupción privada (del que es un subcaso), pero también, y especialmente, que se debería
haber incluido expresamente la referencia al deporte “federado o profesional”. De modo
análogo, opinamos que, en atención a la precisa y actualizada regulación de la ley 26.912
(modificada por última vez por ley 27.438 de este año) habría sido preferible también
no modificar la decisión adoptada en ella respecto a la no tipificación del “autodopaje” y
al mantenimiento del delito de “dopaje de animales”. Finalmente, disentimos con todo
el contenido del cap. IV, pues pensamos que se trata de conductas que deberían quedar
reservadas para el ámbito
32
contravencional. Por estas razones no hemos acompañado el
proyecto mayoritario .
v. En la regulación de los delitos informáticos, a más de algunas cuestiones de re-
dacción y detalles, debemos señalar que han sido suprimidas las agravantes originalmente
proyectadas por afectación de una infraestructura crítica en los tipos de daño (art. 495)
y acceso ilegítimo (art. 501). Creemos también que sería preferible eliminar la finalidad
mencionada en el tipo del art. 496, de modo de alcanzar tanto al llamado “ransomware”
como al “ataque de denegación de servicio”, evitando la discusión sobre posible superpo-
sición con otras figuras (por ej. tentativa de extorsión). Tampoco consideramos necesaria
la previsión genérica de la inhabilitación del art. 502.
x. Finalmente, si bien la mayoría se ha inclinado por restringir, en materia de delitos
contra la propiedad intelectual, las figuras discutidas sobre propiedad de cultivares, en-
tendemos que existen muy buenos argumentos que deberían conducir a mantener 33
el texto
al menos tal como había sido planteado originariamente en la Comisión sin mayores
variaciones en su formulación.

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Anteproyecto Código Penal de la Nación Argentina 2018 181

Libro tercero

a. En primer lugar, no coincidimos con la regla del art. 517 que prohíbe categórica-
mente la aplicación del indulto, la amnistía y, en general, las disposiciones del título XIII,
referidas a la extinción de la acción y de la pena, a los delitos previstos en este Libro. Con-
sideramos que el atributo de los delitos regulados en este Libro es el de la imprescriptibi-
lidad, y que, en cambio, el derecho penal internacional se acepta que en casos extremos los
Estados puedan apelar a estos instrumentos como medios de pacificación y resolución de
conflictos. Así, a título de ejemplo, la ONU ha acepado al dictado de amnistías, al punto tal
que el propio artículo 6.5 del Protocolo Adicional II a los Convenios de Ginebra establece
que en casos de conflictos internos “para la cesación de las hostilidades, las autoridades
en el poder procurarán conceder la amnistía más amplia posible a las personas que hayan
tomado parte en el conflicto armado o que se encuentren privadas de libertad, internadas
o detenidas por motivos relacionados con el conflicto armado”. Ello es también aplicable
al indulto. La previsión en nuestra Constitución de ambos institutos como atribuciones
del Presidente y del Congreso responde a esa misma concepción que los concibe no sólo
como actos de clemencia sino también como instrumentos estratégicos para la resolución
de conflictos internos. Este es incluso su campo central de aplicación y el objetivo para
el cual fueron previstos por el constituyente. Creemos, por ello, que las limitaciones que
derivan de la interpretación que ha hecho la CIDH del artículo 1.1. de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, generalmente en casos de graves violaciones de los
derechos humanos (nunca en crímenes de guerra), que es la que parece querer receptar la
mayoría, deberían mantener como única fuente la vigencia de esa jurisprudencia.
b. Discrepamos, asimismo, con las escalas penales establecidas para casi todos los
delitos. Consideramos que las escalas establecidas en la ley 26.200, de 5 a 25 años para el
genocidio, y de 3 a 25 años para los delitos de lesa humanidad, son suficientemente am-
plias para abarcar las diversas situaciones de gravedad que pueden asumir estas conductas,
a excepción del caso de los delitos de guerra contra la propiedad y otros derechos, para
el que proponemos una escala de 3 a 15 años, y el de desaparición forzada de personas,
cuya escala equiparamos a la del genocidio. En relación con este delito, consideramos
equivocada la agravante de prisión perpetua cuando la víctima fuere una persona nacida
durante la desaparición forzada de su madre, pues en lugar de proteger al niño deja a la
mujer expuesta a ser víctima de delito de aborto cometido por los perpetradores, que de
ese modo obtendrían una rebaja de la pena. Análogas consideraciones, ahora en función
del delito de homicidio, pueden formularse respecto de las demás agravantes cuya supre-
sión propusimos. Por fin, tampoco compartimos la agravación establecida para el caso
de que concurriese el “elemento de contexto”. Pensamos que la formulación más amplia
de este delito, prescindente de ese elemento, debida a la Convención Interamericana
sobre Desaparición forzada de personas, y la escala establecida, abarcan suficientemente
también esas situaciones.
c. También disentimos con la inclusión, entre los delitos de lesa humanidad, de
la mención a “otros actos inhumanos de carácter similar que causen intencionalmente
grandes sufrimientos…”. Además de que no parece satisfacer los estándares de certeza

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182 Disidencia de Fernando Córdoba y Patricia Ziffer

del principio de legalidad, compartimos la opinión que sostiene que no se trata de un tipo
penal, sino de una indicación del derecho internacional, para los legisladores nacionales,
de tipificar otros hechos no enumerados en el Estatuto de Roma de igual gravedad.
Otras diferencias, que nos harían
34
extender en demasía, podrán ser apreciadas en el texto
acompañado en nota al pie .
Para finalizar, creemos oportuno señalar que las propuestas que hemos realizado
durante el transcurso de trabajo de la Comisión no necesariamente reflejan nuestra vi-
sión personal acerca de cuál sería la formulación “ideal” de cada una de las normas que
se discutían, sino que ellas se fueron concretando en el contexto del amplio intercambio
de argumentos generados dentro de la Comisión. En todo momento, solo hemos tratado
de sumar nuestro aporte al arduo trabajo grupal que sea llevado adelante, no como meras
críticas al producto de la discusión sino, en todo caso, bajo la forma de sugerencias espe-
cíficas que colaboraran a lograr un mejor producto final.
Dejando expresado nuestro agradecimiento por la seriedad con la que han sido
escuchadas nuestras opiniones en todo momento, saludamos al Señor Presidente con
nuestra mayor consideración.

Fernando Córdoba
Patricia Ziffer

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Anteproyecto Código Penal de la Nación Argentina 2018 183

Anexo de notas

1. Esta presentación fue realizada luego de que la Comisión acordara aceptar varias de las
sugerencias que formuláramos.

2. Texto propuesto: ARTÍCULO 5.- Las penas que este Código establece son las siguientes:
prisión, multa e inhabilitación. Ellas serán de cumplimiento efectivo salvo que expresamente se
disponga lo contrario.

3. Texto puesto a discusión: ARTÍCULO 10.- En caso de condena a pena de prisión superior
a veinte (20) años, por uno o varios delitos dolosos que conlleven para la víctima graves daños
físicos o psíquicos, el tribunal podrá disponer que el condenado, una vez cumplida la totalidad de
la pena privativa de la libertad impuesta, quede sujeto a custodia de seguridad, si de las condiciones
personales y de las características del hecho resultare esperable la comisión de delitos similares.
La custodia se cumplirá en establecimientos especiales bajo vigilancia de la ocupación y de la
forma de vida del condenado, a quien se le ofrecerá asistencia psicológica y ocupaciones acordes
con sus capacidades orientadas a estimular la capacidad del condenado para responsabilizarse de
sí mismo y llevar una vida en libertad sin delitos.
ARTÍCULO 11.- Una vez agotado el cumplimiento de la totalidad de la pena y antes de
ordenar la ejecución de la custodia de seguridad, el tribunal interviniente deberá comprobar la
subsistencia de los motivos que fundaron su imposición en la sentencia de condena. En esa opor-
tunidad podrán ser también consideradas circunstancias personales excepcionales del condenado,
surgidas con posteridad, que tornasen innecesaria o desproporcionada la subsiguiente ejecución
de la custodia.
Durante su ejecución, el tribunal interviniente podrá revisar en todo momento la idoneidad de
la custodia de seguridad en orden al objetivo de reinserción social, previa valoración de los informes
de evolución elaborados por las autoridades encargadas de la custodia y seguimiento del condenado.
La revisión judicial será obligatoria, por primera vez, a más tardar, a los dos años, y deberá
ser reiterada cada seis meses, debiendo ser dejada sin efecto si de la evaluación de las constancias
mencionadas en el punto anterior surgieran indicios serios de que el condenado se encuentra en
condiciones de ajustar su conducta a la legalidad.
Previo informe pericial que así lo indique como más beneficioso para el logro de su fina-
lidad, el tribunal podrá ordenar la suspensión de la custodia y disponer un seguimiento socio-
judicial consistente en medidas de vigilancia y asistencia destinadas a prevenir la comisión de
nuevos delitos por el periodo que se establezca en la resolución. En caso de informes negativo
del organismo encargado de la supervisión, se podrá restablecer el régimen de custodia en las
condiciones precedentes.

4. Texto puesto a discusión: ARTÍCULO 14.- La libertad condicional no se concederá a los


reincidentes, salvo que hubiesen cumplido treinta y cinco (35) años de prisión y concurriesen los
demás requisitos señalados en el artículo 13. En caso de reincidencia plural, el tiempo de cumpli-
miento será de cuarenta (40) años de prisión.
Tampoco se concederá cuando hubiese recaído condena por abuso sexual agravado, co-
rrupción de menores, explotación de la prostitución, secuestro, secuestro extorsivo o cualquier
otra privación ilegal de la libertad agravada, trata de personas, tortura, desaparición forzada de
personas y terrorismo, salvo que hubiesen transcurridos los plazos establecidos en el párrafo
precedente.

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184 Disidencia de Fernando Córdoba y Patricia Ziffer

Asimismo, podrá ser denegada en el caso de condenados por delitos dolosos cometidos con
particular violencia que hayan conllevado para la víctima graves daños físicos o psíquicos o la
muerte. En estos supuestos también serán aplicables los plazos establecidos en el primer párrafo.
ARTÍCULO 17.- Ningún penado cuya libertad condicional haya sido revocada, podrá
obtenerla nuevamente.
Sin embargo, los condenados que hubieran obtenido la libertad condicional luego de haber
cumplido treinta (30) años de prisión, podrán solicitarla nuevamente después de transcurridos
cinco (5) años desde su reingreso a prisión. Si le fuere denegada, podrá volver a solicitarla trans-
curridos otros cinco (5) años..

5. Texto puesto a discusión: ARTÍCULO 20. - La inhabilitación especial producirá la privación


del empleo, cargo, profesión o derecho sobre los que recayera y el impedimento para obtener otro
del mismo género durante la condena. La inhabilitación especial para derechos políticos producirá
la imposibilidad de ejercer, durante la condena, aquellos sobre los que recayera.
Podrá también imponerse inhabilitación especial de seis (6) meses a diez (10) años, aunque
esa pena no esté expresamente prevista, cuando el delito cometido importe:
1º Incompetencia o abuso en el ejercicio de un empleo o cargo público;
2º Abuso en el ejercicio de la responsabilidad parental, adopción, tutela o curatela;
3º Incompetencia o abuso en el desempeño de una profesión o actividad cuyo ejercicio de-
penda de una autorización, licencia o habilitación del poder público.
En el caso de los delitos previstos en los artículos 119, 120, 121, 123, 124, 125, 126, 127, 128,
129, 130, 131 —párrafo segundo—, 140 y 145 de este Código, la inhabilitación especial
será perpetua cuando el autor se hubiere valido de su empleo, cargo, profesión o derecho para
la comisión.
ARTÍCULO 21.- El condenado a inhabilitación absoluta puede ser restituido al uso y goce
de los derechos de que fue privado, si se ha comportado correctamente durante la mitad del plazo
de aquélla, o durante diez (10) años cuando la pena fuera perpetua, y ha reparado los daños en la
medida de lo posible.
El condenado a inhabilitación especial puede ser rehabilitado, transcurrida la mitad del plazo
de la pena, o cinco (5) años cuando la inhabilitación fuere perpetua, si se ha comportado correc-
tamente, ha remediado su incompetencia, no es de temer que incurra en nuevos abusos y, además,
ha reparado los daños en la medida de lo posible.
Cuando la inhabilitación importó la pérdida de un cargo público o de una tutela o curatela,
la rehabilitación no comportará la reposición en los mismos cargos.
Para todos los efectos, en los plazos de inhabilitación, no se computará el tiempo en que el
inhabilitado haya estado prófugo, internado o privado de su libertad..

6. Texto puesto a discusión: ARTÍCULO 23.- Para el decomiso se observarán las siguientes
reglas:
1° En todos los casos en que recayese condena por delitos dolosos o imprudentes previstos
en este Código o en leyes penales especiales, la sentencia decidirá el decomiso de las cosas o los
bienes que hayan servido de instrumento o medio en la comisión del hecho y de los que constituyan
el producto, el provecho o la ganancia, directos o indirectos, del delito, cualesquiera que sean las
transformaciones o sustituciones que hubiesen podido experimentar, siempre que no corresponda
su restitución al damnificado o a un tercero ajeno al hecho.
El decomiso también se dispondrá, aunque afecte a terceros, cuando éstos se hayan beneficiado
a título gratuito o de mala fe.

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Anteproyecto Código Penal de la Nación Argentina 2018 185

Cuando el autor o los partícipes hayan actuado como órganos de una persona jurídica o
como mandatarios o representante de alguien, y el producto, el provecho o la ganancia, directos
o indirectos, del delito haya beneficiado a la persona de existencia ideal o al mandante o al repre-
sentante, el decomiso se pronunciará contra éstos, incluso en el caso de que no fueran responsables
o no fueran condenados. Se procederá de tal modo aun cuando el acto jurídico determinante de
la designación, representación o del mandato fuera ineficaz o, careciéndose de aquél, cuando el
autor o los partícipes ostenten facultades de organización y control dentro de la persona jurídica,
o la representación de otro.
En el caso de condena impuesta por alguno de los delitos previstos por los artículos 125, 126,
127, 128, 129, 140, 142, 145 y 170 de este Código, queda expresamente comprendida entre los
bienes a decomisar la cosa mueble o inmueble donde se hubiera mantenido a la víctima privada
de su libertad u objeto de explotación.
2° Tanto en el caso de los delitos dolosos como en el de los imprudentes se podrá prescindir
total o parcialmente del decomiso de las cosas o bienes que hayan servido de instrumento o medio
en la comisión del delito, cuando su imposición no resulte proporcional a la gravedad del delito
cometido por la persona sobre la que recae la medida o de su intervención en el hecho.
3° En todos los casos se procederá también al decomiso sin necesidad de condena penal a
persona alguna, cuando el origen ilícito de las cosas o los bienes se pueda tener por comprobado y
el imputado no pudiera ser enjuiciado por motivo de fallecimiento, fuga, prescripción o cualquier
otro motivo de suspensión o extinción de la acción penal, o no se haya condenado por mediar causal
de inimputabilidad, inculpabilidad o excusa absolutoria, o cuando el imputado hubiera reconocido
la procedencia ilícita de las cosas o los bienes.
4° Si por cualquier circunstancia fáctica o legal no fuera posible el decomiso total o
parcial de las cosas o bienes señalados en los incisos anteriores, aquél se dispondrá sobre
cualquiera de los que integren el patrimonio de la persona sobre la que se dispuso la medida,
hasta alcanzar el valor equivalente al decomiso que no se pudo efectivizar. Del mismo modo
se procederá cuando el valor de las cosas o bienes decomisados sea inferior al que tuvieron al
momento de su obtención.
Si la persona no contare con cosas o bienes suficientes, el saldo constituirá un crédito a favor
del Estado. En tales casos, cuando lo que no se haya podido decomisar constituya o incluya la
cosa o bien que correspondía ser restituida a la víctima, se dejará a salvo el derecho de ésta a ser
indemnizada.
5° Si las cosas fueran peligrosas para la seguridad común, el decomiso se dispondrá en cual-
quier estado del proceso tan pronto aquello se constate, previa opinión de los organismos públicos
especializados, si los hubiere. Ello regirá aun en el caso de los instrumentos o medios involucrados
en la comisión del hecho.
ARTÍCULO 24.- Para la imposición del decomiso también regirán las siguientes pautas:
1° El tribunal podrá adoptar desde el inicio de las actuaciones judiciales medidas cautelares
suficientes para asegurar el decomiso de toda cosa o bien sobre los cuales presumiblemente la
medida pueda recaer o, en su defecto, sobre cosas o bienes de los involucrados que representen
su valor equivalente. El mismo alcance podrán tener las medidas cautelares destinadas a hacer
cesar la comisión del delito o sus efectos, o a evitar que se consolide su provecho o a obstaculizar
la impunidad de sus intervinientes. En todos los casos se deberá dejar a salvo los derechos de
restitución o indemnización del damnificado y de terceros.
Cuando se tratare de productos perecederos o cuando su cuidado o administración fuesen
complejos o altamente costosos, a pedido de la autoridad administrativa a cargo y previa inter-
vención de todos los interesados, el tribunal podrá disponer su venta en subasta o procedimiento

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186 Disidencia de Fernando Córdoba y Patricia Ziffer

aplicable. El producto será depositado en la forma que mejor preservare su valor. Si finalmente no
se dispusiere el decomiso, el depósito será entregado al interesado.
2° Salvo previsión legal especial, el decomiso se dispondrá a favor del Estado federal o local,
según sea competencia del tribunal que dispuso la medida. Si lo decomisado tuviere valor de uso
o cultural para algún establecimiento oficial o de bien público, la autoridad correspondiente podrá
disponer su entrega a esas entidades, lo que hará saber inmediatamente al tribunal que haya dispuesto
el decomiso. Si así no fuere y tuviera valor comercial, aquélla dispondrá su enajenación a los fines
de conformar un fondo especial para solventar la asistencia social a las víctimas del delito, prefe-
rentemente destinada a la localidad donde se cometió el hecho. Si las cosas no tuvieran valor lícito
alguno o fueran peligrosos para la seguridad común y no pudieren ser aprovechados por el Estado,
se los destruirá, lo que también se pondrá en conocimiento del tribunal que dispuso la medida.
En todo caso de disposición o destrucción de cosas o bienes decomisados previo al dictado
o sin necesidad de condena penal se deberán tomar los recaudos necesarios a los fines de que en
el proceso quede acreditado que los elementos en cuestión existieron, como así también de la
conservación de muestras para su eventual utilización.
3° Cuando el decomiso afecte a terceros se les garantizará el derecho a ser oídos previo a
disponerse la medida, salvo que mediare urgencia.
Todo reclamo o litigio que pudiera plantearse sobre indemnizaciones, restituciones, reembolsos
o mejor derecho de un tercero serán resueltos según lo dispuesto en la legislación civil, comercial,
administrativa o especial aplicable, por los tribunales que establezcan las respectivas disposiciones pro-
cesales. Cuando el bien hubiere sido subastado o destruido sólo se podrá reclamar su valor monetario.

7. Texto puesto a discusión: ARTÍCULO 30.- El tribunal revocará la detención domiciliaria


cuando el condenado quebrantare injustificadamente la obligación de permanecer en el domicilio
fijado o cuando incurriere en un incumplimiento grave o reiterado de alguna regla de conducta.
Podrá también revocarla cuando los resultados de la supervisión efectuada así lo aconsejaren o
cuando se modificare cualquiera de las condiciones y circunstancias que dieron lugar a la medida.
La detención domiciliaria podrá ser acordada por segunda vez si el nuevo delito ha sido
cometido después de haber transcurrido ocho (8) años a partir de la fecha de la primera condena
firme. Este plazo se elevará a diez (10) años, si ambos delitos fueran dolosos.
ARTÍCULO 31.- La sentencia condenatoria podrá ordenar:
1° La reposición al estado anterior a la comisión del delito, en cuanto sea posible, disponiendo
a ese fin las restituciones y demás medidas necesarias;
2° La reparación plena y la indemnización de las consecuencias patrimoniales y no patrimo-
niales causadas a la víctima, a su familia o a un tercero, fijándose el monto prudencialmente por
el juez en defecto de plena prueba;
3° El pago de las costas.
ARTÍCULO 32.- La obligación de indemnizar será preferente a todas las que contrajere el
responsable después de cometido el delito. Si los bienes del condenado no fueren suficientes para
cubrir todas sus responsabilidades pecuniarias, éstas se satisfarán en el orden siguiente:
1° La reparación plena y la indemnización de las consecuencias patrimoniales y no patrimoniales;
2° El resarcimiento de los gastos del juicio;
3° El decomiso del valor equivalente al producto, el provecho o la ganancia del delito, cuando
corresponda;
4° El decomiso de cosas o bienes que hayan servido de instrumento o medio en la comisión
del hecho, o su valor equivalente, de ser el caso;
5° El pago de la multa rigiendo, por lo demás, lo dispuesto en el artículo 22.

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8. La línea que entendíamos más adecuada se aproximaba a lo siguiente: ARTÍCULO 38.- 1°


En los casos que se indican en el último inciso de este artículo, las personas jurídicas de carácter
privado serán responsables:
De los delitos cometidos por los integrantes de sus órganos o sus representantes, aun cuando
el acto jurídico determinante de la designación fuera ineficaz, o por quienes ostentan facultades
de organización y control dentro de ellas, cuando el hecho pueda redundar en beneficio directo o
indirecto para la persona jurídica.
Aun cuando el interviniente careciere de atribuciones para obrar en representación de la
persona jurídica, ésta será igualmente responsable si hubiere ratificado la gestión, aunque fuere
de manera tácita.
De los delitos cometidos, en el ejercicio de actividades sociales, por quienes, estando sometidos
directamente a la autoridad de las personas físicas mencionadas en este inciso, letra a), han podido
realizar los hechos por haberse incumplido gravemente por aquéllos los deberes de supervisión,
vigilancia y control de su actividad, atendidas las concretas circunstancias del caso, cuando su
actuación pueda redundar en beneficio directo o indirecto para la persona jurídica.
2° La persona jurídica quedará exenta de responsabilidad si ha adoptado y ejecutado con
eficacia, antes de la comisión del delito, Programas de Cumplimiento Normativo orientados a la
organización y gestión interna de la entidad que incluyan las medidas de supervisión, vigilancia y
control idóneas para prevenir delitos de la misma naturaleza del que fue cometido o para reducir
de forma significativa el riesgo de su comisión.
Estos Programas de Cumplimiento Normativo deberán cumplir los siguientes requisitos:
Desarrollar métodos de análisis de riesgos penales relacionados con aquellos delitos a los que
alcanza la responsabilidad penal de las personas jurídicas regulada en este artículo;
Dictar códigos de conducta con enunciado normativos claros que describan los deberes que
incumben a cada persona de la organización que se encuentre implicada en el proceso de prevención
y los mecanismos para el control de su cumplimiento, así como una tipificación de las conductas
irregulares y un sistema disciplinario que sancione adecuadamente la infracción de dichos deberes;
Establecer procedimientos para el reporte de las irregularidades que se adviertan dentro
de la organización y garanticen la indemnidad laboral de los miembros de la organización que
informen de buena fe;
Prever que el órgano encargado del cumplimiento penal goce de los recursos materiales ne-
cesarios para satisfacer sus deberes así como de poderes autónomos de iniciativa y control;
Realizar una verificación periódica del modelo y de su eventual modificación cuando se
pongan de manifiesto infracciones relevantes de sus disposiciones, o cuando se produzcan
cambios en la organización, en la estructura de control o en la actividad desarrollada que los
hagan necesarios;
Satisfacer toda otra exigencia normativa proveniente de las regulaciones administrativas del
sector en relación con la prevención del delito así como adaptarse a las exigencias en relación con
la prevención del delito de los estándares de calidad de la actividad o sector de la economía donde
desarrolle su actividad.
3° La responsabilidad penal de las personas jurídicas será exigible siempre que se constate
la comisión de un delito que haya tenido que cometerse por quien ostente los cargos o funciones
aludidas en el inciso 1°, letras a) y b), de este artículo, aun cuando la concreta persona física respon-
sable no haya sido individualizada o no haya sido posible dirigir la acción penal contra ella porque
hubieran fallecido, se hubieran sustraído a la acción de la justicia o por cualquier otro motivo;
4° La concurrencia, en las personas que materialmente hayan cometido los hechos o en las
que los hubiesen hecho posibles por no haber ejercido el debido control, de circunstancias que

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188 Disidencia de Fernando Córdoba y Patricia Ziffer

afecten a la culpabilidad del acusado o agraven su responsabilidad, no excluirá ni modificará la


responsabilidad penal de las personas jurídicas.
5° Las disposiciones contenidas en este Título y en el artículo 41 bis serán aplicables a los
delitos previstos en los artículos 145, 220, 221, 222, 223, 224, 256, inciso 2°, 257, inciso 2°,
258, 265, 266, inciso 3°, 267, inciso 1°, 268 y 292, inciso 3°, y en los Títulos XIII (con excep-
ción del artículo 302), XIV, XV, XVI, XVII, XVIII, XXII, XXIII, XXIV, XXV, XXVI y XXVII
del Libro Segundo de este Código.
ARTÍCULO 39.- Las sanciones que podrán imponerse a las personas jurídicas, en forma
alternativa o conjunta, serán las siguientes:
1° Multa;
2° Cancelación de la personería jurídica. Esta sanción sólo podrá aplicarse si la persona jurídica
hubiese sido creada al solo efecto de la comisión del delito o si la comisión de delitos constituye
su principal actividad;
3° Suspensión total o parcial de actividades, que en ningún caso podrá exceder de cinco (5) años;
4° Prohibición de realizar en el futuro las actividades en cuyo ejercicio se haya cometido, fa-
vorecido o encubierto el delito. Esta prohibición podrá ser temporal o definitiva. Si fuere temporal,
el plazo no podrá exceder de cinco (5) años;
5° Clausura total o parcial de sus locales o establecimientos;
6° Publicación total o parcial de la sentencia condenatoria a su costa;
7° Prestaciones obligatorias vinculadas con el daño producido;
8° Suspensión del uso de patentes y marcas, que en ningún caso podrá exceder de cinco (5) años;
9° Pérdida o suspensión de los beneficios, subsidios estatales, subvenciones estatal o ayudas
públicas de las que gozare así como prohibición de acceder a ellos y de participar en concursos o
licitaciones públicas o celebrar actos y contratos con los organismos del Estado, que en ningún
caso podrá exceder de quince (15) años;
10° Suspensión en los registros estatales;
11° Intervención judicial por el tiempo necesario para salvaguardar los derechos de los
trabajadores o de los acreedores por el tiempo que se estime necesario, que no podrá exceder de
cinco (5) años, la que podrá afectar a la totalidad de la organización o limitarse a alguna de sus
instalaciones, secciones o unidades de negocio.
En los casos de transformación, fusión, absorción, escisión o cualquier otra modificación
societaria de una persona jurídica, la responsabilidad se transmitirá a la persona jurídica en que
se transforme, en la quede fusionada o absorbida o a las que resultaren de la escisión o su modifi-
cación. El tribunal podrá moderar el traslado de la sanción a la persona jurídica en función de la
proporción que la persona jurídica originariamente responsable del delito guarde con ella.
En caso de disolución de la persona jurídica, la responsabilidad penal de ésta subsistirá si
la disolución fuera meramente aparente o encubierta, debido a que se continúe con la actividad
económica y se mantenga la identidad sustancial de clientes, proveedores y empleados, o de la
parte más relevante de todos ellos.
ARTÍCULO 41 bis.- 1° Para regular la cuantía y naturaleza de las sanciones a imponer a las
personas jurídicas, el tribunal deberá atender a los siguientes criterios:
La gravedad del hecho ilícito y su trascendencia social;
La naturaleza y magnitud del daño o peligro causado por el delito;
El valor de los bienes involucrados en la comisión del delito y el beneficio recibido o esperado
del delito por parte de la persona jurídica;
La posibilidad de que la pena ocasione graves consecuencias sociales y económicas, serios
daños a la comunidad o a la prestación de un servicio de utilidad pública. En ese caso el tribunal

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Anteproyecto Código Penal de la Nación Argentina 2018 189

aplicará las que resulten más adecuadas para preservar la continuidad operativa de la empresa, de
la fuente de trabajo y de los intereses de los socios ajenos al accionar delictivo;
La naturaleza y dimensión de la persona jurídica así como su capacidad económica;
El grado de vigencia e implementación de un Programa de Cumplimiento Normativo así
como la sujeción y cumplimiento de la normativa legal y reglamentaria y de las reglas técnicas de
obligatoria observancia en el ejercicio de su giro o actividad habitual, cuando no fuera suficiente
para exculpar;
El comportamiento posterior al hecho, y en particular la cooperación prestada para el escla-
recimiento del hecho, la implementación de un Programa de Cumplimiento Normativo adecuado
a las exigencias legales y técnicas así como la disposición para mitigar o reparar el daño o para
resolver el conflicto;
Si por razones de interés público fuere indispensable mantener la continuidad operativa de
la entidad, de una obra o de un servicio en particular, no serán aplicables las sanciones cancelación
de la personería jurídica y de suspensión total o parcial de actividades;
Si la persona jurídica fuere una de las contempladas en la Ley N° 25.300 de Fomento para
la Micro, Pequeña y Mediana Empresa o aquella que la reemplace, y las personas físicas que
cometieron el delito hubieren sido penadas, el tribunal podrá prescindir de aplicar sanciones a la
entidad siempre que se realicen las acciones necesarias para reparar el daño causado, se proceda
a las restituciones que correspondan y se decomisen las cosas o los bienes que hayan servido de
instrumento o medio en la comisión del hecho y de los que constituyan el producto, el provecho
o la ganancia, directos o indirectos, del delito.
El tribunal podrá disponer el pago de la multa en forma fraccionada durante un período
de hasta cinco años, cuando su cuantía y cumplimiento en un único pago, pusiere en peligro la
supervivencia de la entidad o el mantenimiento de los puestos de trabajo, o cuando lo aconseje
el interés general;
Cuando como consecuencia de los mismos hechos se impusiera a la persona física y a la
persona jurídica la pena de multa, los tribunales modularán las respectivas cuantías, de modo que
la suma resultante no sea desproporcionada en relación con la gravedad de aquéllos;
El tribunal y la administración tendrán en cuenta las sanciones que uno u otro aplicaran por
el mismo hecho y con iguales fundamentos. Cuando la sanción fuere de multa, deberán descontar
el monto de la aplicada por la otra competencia;
2° Se consideran circunstancias atenuantes de la responsabilidad de las personas jurídicas
haber realizado, con posterioridad a la comisión del delito y a través de sus representantes legales,
las siguientes actividades:
Haber procedido, antes de conocer que el procedimiento judicial se dirige contra ella, a poner
en conocimiento a las autoridades de la infracción;
Haber colaborado en la investigación del hecho aportando pruebas o información o datos
precisos comprobables, completos, y útiles para el esclarecimiento de los hechos, en cualquier mo-
mento del proceso, que fueran nuevas y decisivas para esclarecer las responsabilidades penales de
las personas físicas o jurídicas que hubieren intervenido en el hecho y/o el recupero del producto
o las ganancias del delito;
Haber procedido en cualquier momento del procedimiento y con anterioridad al juicio oral
a reparar o disminuir el daño causado por el delito;
Haber establecido, antes del comienzo del juicio oral, medidas eficaces para prevenir y des-
cubrir los delitos que en el futuro pudieran cometerse con los medios o bajo la cobertura de la
persona jurídica.
3° Se consideran circunstancias agravantes de la responsabilidad de las personas jurídicas:

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Si el delito se hubiera cometido con la intervención de los miembros de la más alta dirección
de la persona jurídica;
Si la comisión del delito hubiere provocado, directa o indirectamente, graves daños a la co-
munidad, perjuicios ambientales o en la prestación de un servicio público;
Si la comisión del delito se hubiere mantenido de forma continuada en el tiempo.

9. El texto propuesto en su momento rezaba: ARTÍCULO 40.- 1° La determinación de las


penas impuestas a personas físicas tendrá como fundamento preponderante la reprochabilidad de
la conducta del condenado por el ilícito cometido, como así también las consecuencias para su
vida futura en la sociedad.
En las penas divisibles por razón de tiempo o de cantidad, los tribunales fijarán la condenación
mediante la ponderación de las circunstancias atenuantes y agravantes particulares a cada caso, en
cuanto éstas no sean elementos constitutivos del tipo.
2° A estos efectos, se tendrá particularmente en cuenta:
La naturaleza y gravedad del hecho, la importancia de los deberes transgredidos, así como la
magnitud del peligro y el daño producido a la víctima atribuibles al condenado;
La calidad de los motivos y la actitud del condenado frente al derecho.
3° Serán evaluadas como circunstancias especialmente agravantes, debiendo entrar en con-
sideración el tercio superior de la escala penal si no concurrieren atenuantes:
La ejecución del hecho aprovechando la vulnerabilidad de la víctima o produciéndole especial
sufrimiento;
Los motivos abyectos, tales como odio racial, religioso o político, discriminación, violencia de
género, o el desprecio por una condición de vulnerabilidad la víctima, sea por su edad, condición
de persona mayor, condición social o por las tareas que desempeña;
La utilización de medios insidiosos o especialmente dañinos o peligrosos, tales como armas
de fuego o explosivos;
La pluralidad de intervinientes y el alto grado de organización del hecho;
La comisión del hecho valiéndose de una condición funcional o de superioridad jerárquica
sobre la víctima;
La intervención de un menor de edad u otro sujeto vulnerable;
La comisión del hecho a pesar de haber sufrido una condena anterior, o en ocasión de una
morigeración de la ejecución de una pena de prisión.
4° Serán evaluadas como circunstancias particulares de atenuación:
La concurrencia incompleta de alguna causal de exención de pena, en especial la miseria o
dificultad de ganarse el sustento propio necesario y el de los suyos;
La actuación por móviles benevolentes o bajo influencia de padecimientos físicos o psíquicos
serios, o por presión de una persona de la cual se dependa;
La conducta posterior al hecho que revele la disposición del condenado a ajustar su conducta
al derecho.
En los casos de las letras a), b) y c) precedentes, si mediaren circunstancias extraordinarias,
el tribunal podrá reducir la pena conforme la escala penal de la tentativa.
Excepcionalmente, el tribunal podrá reducir la pena del modo indicado en el párrafo anterior
cuando, por las particulares circunstancias del caso concreto, incluso el mínimo de la escala penal
del delito resulte absolutamente desproporcionado en relación con la gravedad del hecho.

10. ARTÍCULO 59.- La acción penal se extinguirá: 1° Por la muerte del imputado;
2° Por la amnistía;

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Anteproyecto Código Penal de la Nación Argentina 2018 191

3° Por la prescripción;
4° Por la renuncia del agraviado, respecto de los delitos de acción privada;
5° Por aplicación de un criterio de oportunidad, de conformidad con lo previsto en este Código
y en las leyes procesales correspondientes;
6° Por aplicación de un régimen de caducidad, de conformidad con lo previsto en las leyes
procesales correspondientes;
7° Por el cumplimiento de las condiciones establecidas para la suspensión del proceso a prueba,
de conformidad con lo previsto en este Código y las leyes procesales correspondientes.
En el caso de las personas jurídicas, la acción penal sólo se extinguirá por las causales enu-
meradas en los incisos 2° y 3° del presente artículo. La extinción de la acción penal por delitos
cometidos por las personas físicas autoras o partícipes del delito no afectará la vigencia de la acción
penal correspondiente a la persona jurídica.

11. Texto puesto a discusión: ARTÍCULO 71.- Las acciones penales son públicas o privadas.
El ministerio público fiscal deberá ejercer de oficio la acción penal pública, con excepción de la
que dependiera de instancia privada.
También podrá hacerlo la persona directamente ofendida, en las condiciones establecidas
por las leyes procesales.
No obstante lo dispuesto en el párrafo primero, el ministerio público fiscal podrá fundada-
mente no instar la promoción de la acción o desistir de la promovida ante el tribunal, hasta antes
de la fijación de fecha de la audiencia de debate, en los siguientes casos:
1° Cuando se trate de hechos que, por su insignificancia, no afecten gravemente el interés
público;
2° Cuando las consecuencias del hecho sufridas por el imputado sean de tal gravedad que
tornen innecesaria o desproporcionada la aplicación de una pena, salvo que mediaren razones de
seguridad o interés públicos;
3° Cuando la pena en expectativa carezca de importancia con relación a otra pena ya impuesta
o requerida;
4° Cuando exista conciliación o acuerdo entre las partes y el imputado haya reparado los daños
y perjuicios, en los delitos con contenido patrimonial cometidos sin grave violencia o intimidación
sobre las personas, salvo que existan razones de seguridad o interés públicos.
En los supuestos de los incisos 1° y 2° será necesario que el imputado haya reparado los daños
y perjuicios, en la mayor medida que le fuere posible.
La persona directamente ofendida podrá interponer querella dentro del término de sesenta
(60) días hábiles desde la notificación de la decisión que admita el criterio de oportunidad, en cuyo
caso la acción se convertirá en privada. Vencido el término, la acción penal quedará extinguida
para el autor o partícipe en cuyo favor se aceptó el criterio de oportunidad, salvo el supuesto del
inciso 1°, en que los efectos se extenderán a todos los intervinientes.
ARTÍCULO 72.- Son acciones dependientes de instancia privada las que nacen de los
siguientes delitos:
1º Los previstos en los artículos 119, 120 y 130 —párrafo primero— de este Código, salvo
que resultara la muerte de la víctima o lesiones de las mencionadas en el artículo 91, o la víctima
fuera menor de edad;
2º Lesiones leves, sean dolosas o culposas (arts. 89 y 94), y los delitos previstos en los artículos
95, 96, 97 y 98 de este Código. Sin embargo, se procederá de oficio cuando mediaren razones de
seguridad o interés públicos;
3º Impedimento de contacto de los hijos menores con sus padres no convivientes (art. 139);

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192 Disidencia de Fernando Córdoba y Patricia Ziffer

4° Amenaza (art. 148), salvo cuando mediaren razones de seguridad o interés públicos;
5° Violación de domicilio (art. 150);
6° Daños (art. 183);
7° Libramiento de cheque sin provisión de fondos (art. 302, inc. 1°);
8° Los delitos previstos en los artículos 495 y 496, salvo cuando mediaren razones de segu-
ridad o interés públicos;
9° Los delitos contra la propiedad intelectual previsto en el Título XXVII, del Libro Segundo,
de este Código.
En tales casos no podrá procederse si no media denuncia previa de la persona directamente
ofendida, de sus representantes legales, de su tutor o de su guardador. Reunirá esta última calidad
cualquier persona que tuviera a su cargo, por cualquier motivo, el cuidado del menor.
Sin embargo, el ministerio público fiscal procederá de oficio cuando el delito fuere cometido
contra un menor que no pudiese ser representado por ninguno de los sujetos mencionados en el
párrafo anterior, o cuando alguno de ellos hubiese participado en cualquier grado en el hecho.
Si existieren intereses gravemente contrapuestos entre alguna de las personas que tengan asignada
la potestad de instar la acción según lo dispuesto en este artículo, y el menor, el ministerio público
fiscal deberá actuar de oficio si ello resultara más conveniente para el interés superior del menor.
ARTÍCULO 73.- Son acciones privadas las que nacen de los siguientes delitos: 1° Calumnias
e injurias;
2° Violación de secretos, salvo en los casos de los artículos 155 y 156, cuando el interviniente
fuere funcionario público, 157, 158 y 159 de este Código;
3° Concurrencia desleal, prevista en el artículo 305 de este Código;
4° Incumplimiento de los deberes de asistencia familiar, cuando la víctima fuere el cónyuge
o el conviviente.
5° Asimismo, son acciones privadas las que, de conformidad con lo dispuesto en el artículo
anterior, surgen de la conversión de la acción pública en privada.
En tales casos se procederá únicamente por querella de la persona directamente ofendida,
sus representantes legales, tutor o guardador.
En los casos de calumnias o injurias, la acción podrá ser ejercitada sólo por el agraviado y
después de su muerte por el cónyuge o conviviente, hijos, nietos o padres sobrevivientes.
ARTÍCULO 74.- La suspensión del proceso a prueba se regirá de conformidad con lo pre-
visto en este Código y en las leyes procesales correspondientes. Ante la falta de regulación total o
parcial, se aplicarán las disposiciones de este Título:
1° El ministerio fiscal podrá acordar con el imputado la suspensión del proceso a prueba cuando
se tratase de un delito o concurso de delitos que permitan la condena de ejecución condicional, o
cuando procediera una pena no privativa de libertad.
2° Sin embargo, no podrá acordarse la suspensión del proceso a prueba cuando un funcionario
público en ejercicio o con motivo de sus funciones hubiese intervenido en el hecho, ni tampoco
respecto de los delitos previstos en los Títulos XVI, XVII y XVIII de este Código.
3° El acuerdo podrá presentarse desde la formalización de la imputación hasta antes de la
fijación de la fecha de la audiencia de debate, salvo que en el marco de la audiencia de debate surja
un cambio en la calificación legal de la acusación que haga procedente este instituto. El acuerdo
deberá hacer constar los siguientes deberes a cargo del imputado:
El pago de las costas procesales;
La reparación de los daños y perjuicios, en la mayor medida que le fuere posible;
La devolución del objeto material del delito;
El pago del mínimo de la multa aplicable en forma conjunta o alternativa;

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Anteproyecto Código Penal de la Nación Argentina 2018 193

El abandono a favor del Estado de los bienes pasibles de decomiso, conforme a lo dispuesto
en los artículos 23 y 24 de este Código;
El acatamiento de las reglas de conducta que hubiere fijado la fiscalía en razón de las parti-
cularidades del caso de conformidad con lo establecido en el artículo 28 de este Código;
Someterse al régimen de control de conducta por parte de la autoridad competente que fije
el tribunal.
ARTÍCULO 75.- 1° el tribunal evaluará en audiencia la legalidad del acuerdo, brindando
oportunidad a la víctima de expresar su opinión. En caso de que la suspensión resulte procedente,
fijará las pautas de cumplimiento de los deberes asumidos por el imputado y la extensión del
período de prueba que, según la gravedad y las circunstancias del hecho, será:
De entre uno (1) y tres (3) años para delitos punibles con pena de hasta tres (3) años de prisión;
De entre uno (1) y cinco (5) años para delitos cuyo máximo de pena supere los tres (3) años
de prisión.
2° El tribunal determinará el organismo que tendrá a su cargo el control de conducta del
imputado y fijará el sistema de supervisión que ha de aplicarse, con indicación de la periodicidad
con la que el imputado deberá comparecer ante el oficial de prueba.
3° Cuando se atribuya al imputado un delito punible con pena de inhabilitación, se impondrá,
en calidad de regla de conducta, la realización de actividades dirigidas a solucionar su presunta
incompetencia o inidoneidad. Durante el periodo de prueba no podrá ejercer la actividad, profesión
u oficio de que se trate.
4° La parte damnificada podrá aceptar o no la reparación ofrecida y, en este último caso, si la
realización del proceso se suspendiera, tendrá habilitada la acción civil correspondiente. La suspen-
sión del juicio a prueba hará inaplicables al caso las reglas de prejudicialidad de los artículos 1775
y 1776 del Código Civil y Comercial de la Nación, y no obstará a la aplicación de las sanciones
contravencionales, disciplinarias o administrativas que pudieran corresponder.
5° Durante el período de prueba se suspenderá el plazo de la prescripción de la acción penal.
6° Si se tratare de un extranjero sobre el que pesa una orden administrativa de expulsión firme,
se dispondrá el extrañamiento del imputado. La acción penal sólo se extinguirá si durante los cinco
años posteriores a su salida del territorio nacional el extrañado no reingresa al país.
7° La víctima tiene derecho a ser informada periódicamente respecto del cumplimiento de las
reglas de conducta impuestas y podrá hacer saber al tribunal competente cualquier incumplimiento
del que tomare conocimiento a los efectos de su evaluación.
ARTÍCULO 76.- 1° Si durante el plazo de suspensión el imputado no comete ningún delito,
repara los daños en la medida aceptada y cumple las reglas de conducta establecidas en el acuerdo,
se extinguirá la acción penal. Si el imputado fuera condenado por un delito cometido durante el
período de prueba o no satisficiera la reparación impuesta a pesar de poder hacerlo, o incurriere en
un incumplimiento grave o reiterado de alguna regla de conducta, se dejará sin efecto la suspensión
y continuará el trámite del proceso. Si fuera absuelto, se le reintegrará los bienes entregados al
Estado y la multa pagada, pero no podrá pretender el reintegro de las reparaciones ya cumplidas.
2° En caso de comisión de nuevo delito, la suspensión será dejada sin efecto aunque la sentencia
firme que así lo declare hubiera recaído con posterioridad al momento en que habría debido darse por
cumplido el plazo de suspensión, salvo que hubiesen transcurrido más de cinco años desde esa fecha.
Cuando la realización del proceso fuera determinada por la comisión de un nuevo delito, la
pena que eventualmente se imponga no podrá ser dejada en suspenso.
3° La suspensión podrá ser concedida nuevamente si hubieran transcurrido ocho (8) años
desde la extinción de la acción. No se admitirá una nueva suspensión del proceso respecto de quien
hubiese incumplido las reglas impuestas en una suspensión anterior.

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194 Disidencia de Fernando Córdoba y Patricia Ziffer

12. Sin perjuicio de ello, nuestra posición personal fue oportunamente plasmada durante el
debate en la Comisión, en el sentido de una autorización más amplia de la interrupción del emba-
razo, producida dentro de las primeras doce semanas y bajo un régimen de asesoramiento amplio
de la mujer embarazada que le posibilite una decisión responsable de un modo no burocratizado.
En ese contexto, consideramos que una posible regulación podría ser la que sigue: ARTÍCULO
85.- El que causare un aborto será reprimido:
1° Con prisión de tres (3) a diez (10) años, si obrare sin consentimiento de la mujer. Esta
pena podrá elevarse hasta quince (15) años, si el hecho fuere seguido de la muerte de la mujer;
2° Con prisión de uno (1) a cuatro (4) años, si obrare con consentimiento de la mujer. El
máximo de la pena se elevará a seis (6) años, si el hecho fuere seguido de la muerte de la mujer.
ARTÍCULO 86.- 1. Incurrirán en las penas establecidas en el artículo anterior y sufrirán,
además, inhabilitación especial por doble tiempo que el de la condena los médicos, cirujanos, parteras
o farmacéuticos que abusaren de su ciencia o arte para causar el aborto o cooperaren a causarlo.
Si la interrupción del embarazo se causare sin las constancias requeridas en el inciso 3°, la
pena será de multa de hasta XX días-multa e inhabilitación especial por seis (6) meses.
El aborto practicado por un médico diplomado con el consentimiento de la mujer embarazada
o, en su caso, de su representante legal, no es punible:
1° Si se ha hecho con el fin de evitar un peligro para la vida o la salud física o mental de la
madre y si este peligro no puede ser evitado por otros medios;
2° Si el embarazo proviene de un abuso sexual;
3° Si la interrupción del embarazo fuere practicada dentro de las doce semanas desde la fecha
presuntiva de la concepción y constare que la mujer ha recibido asesoramiento médico, psicológico
o en un centro socioasistencial habilitado al efecto por lo menos tres días antes de la solicitud de
intervención, a fin de posibilitarle adoptar una decisión responsable.
ARTÍCULO 87.- 1. Se impondrá prisión de seis (6) meses a dos (2) años y, si correspondiere,
inhabilitación especial por doble tiempo de la condena, al que causare un aborto por imprudencia,
negligencia o impericia en su arte o profesión o inobservancia de los reglamentos o deberes a su
cargo. El aborto imprudente causado por la mujer embarazada no es punible.
Será reprimido con prisión de uno (1) a tres (3) años, el que con violencia causare un aborto
sin haberse representado esa consecuencia, si el estado de embarazo de la mujer fuere notorio o
le constare
ARTÍCULO 88.- Será reprimida con prisión de uno (1) a cuatro (4) años, la mujer que
causare su propio aborto o consintiere en que otro se lo causare, fuera de los casos establecidos en
el segundo párrafo del artículo 86. La tentativa de la mujer no es punible.
No obstante la pena impuesta, el tribunal podrá disponer que su cumplimiento se deje en
suspenso, teniendo en cuenta su actitud posterior al hecho, los motivos que la impulsaron a co-
meterlo, la naturaleza del hecho y las demás circunstancias que demuestren la inconveniencia de
aplicar efectivamente la privación de libertad.

13. Texto propuesto: ARTÍCULO 123.- Será reprimido con prisión de uno (1) a cinco (5)
años el que produjere, financiare, ofreciere, publicare, facilitare, divulgare o distribuyere, por cualquier
medio, toda representación de un menor de dieciocho (18) años dedicado a actividades sexuales
explícitas o toda representación de sus partes genitales con fines predominantemente sexuales.
La misma pena se impondrá al que organizare espectáculos en vivo de representaciones
sexuales explícitas en que participen dichos menores.
La pena será de dos (2) a seis (6) años de prisión cuando en cualquier de los casos de los
párrafos anteriores concurra alguna de las siguientes circunstancias:

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Anteproyecto Código Penal de la Nación Argentina 2018 195

1° La representación fuese de un menor de trece (13) años;


2° El material pornográfico represente especial violencia física contra la víctima;
3° El hecho fuere cometido por ascendiente, afín en línea recta, hermano, tutor, curador,
ministro de algún culto reconocido o no, encargado de la educación o de la guarda;
4° El autor actuare con fines de lucro.
Será reprimido con prisión de cuatro (4) meses a un (1) años el que intencionalmente tuviere
en su poder representaciones de las descriptas en el párrafo primero o accediere a ellas.

14. Texto propuesto: ARTÍCULO 136.- 1° Se impondrá prisión de uno (1) a cuatro (4)
años al que, por un acto cualquiera, hiciere incierto, alterare o suprimiere el estado civil de otro.
2° Se impondrá prisión de dos (2) a seis (6) años:
A la mujer que fingiere embarazo o parto para dar a su supuesto hijo derechos que no le
correspondan;
Al que, por un acto cualquiera, hiciere incierto, alterare o suprimiere la identidad de un menor
de diez (10) años;
Al que diere un hijo para ser adoptado y al que lo recibiere con ese objeto, cuando mediare
precio o promesa remuneratoria.
3° Se impondrá prisión de tres (3) meses a un (1) año al que entregare a otro un hijo menor
de edad, eludiendo los procedimientos legales para la adopción o la guarda. La misma pena se
aplicará al que recibiere al niño. No es punible el progenitor del menor de edad que incurriere en
la conducta descripta en este inciso.

15. Texto propuesto: ARTÍCULO 146.- Será reprimido con prisión de cinco (5) a quince
(15) años:
1° El que sustrajere a un menor de diez (10) años del poder de sus padres, tutor o persona
encargada de él, y el que lo retuviere u ocultare;
2° El que, hallándose encargado de la persona de un menor de diez (10) años, no lo presentara
a los padres o guardadores que lo solicitaren o no diere razón satisfactoria de su desaparición.
ARTÍCULO 147.- Será reprimido con prisión de un (1) mes a un (1) año:
1° El que indujere a menor de quince (15) años a fugar de casa de sus padres, guardadores
o encargados de su persona. Si se tratare de un menor de diez (10) años, el autor será reprimido
conforme a las reglas del artículo 146;
2° El que ocultare a las investigaciones de la justicia o de la policía, a un menor de quince
(15) años que se hubiere sustraído a la potestad o guarda a que estaba legalmente sometido. La
pena será de seis (6) meses a dos (2) años, si el menor no tuviera diez (10) años.
ARTÍCULO 148.- Será reprimido con prisión de seis (6) meses a dos (2) años el que hiciere
uso de amenazas para alarmar o amedrentar a una o más personas.
La pena será de uno (1) a tres (3) años de prisión si se emplearen armas o si las amenazas
fueren anónimas.
ARTÍCULO 149.- Será reprimido con prisión de dos (2) a cuatro (4) años el que hiciere uso
de amenazas con el propósito de obligar a otro a hacer, no hacer o tolerar algo contra su voluntad.
En los casos del párrafo anterior la pena será:
1° De tres (3) a seis (6) años de prisión, si se emplearen armas o si las amenazas fueren
anónimas;
2° De cinco (5) a diez (10) años de prisión, en los siguientes casos:
Si las amenazas tuvieren como propósito la obtención de alguna medida o concesión por
parte de cualquier miembro de los poderes públicos;

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Si las amenazas tuvieren como propósito el de compeler a una persona a hacer abandono del
país, de una provincia o de los lugares de su residencia habitual o de trabajo.

16. Texto propuesto: Capítulo I. Incendio y otros estragos. ARTÍCULO 186.- El que pro-
vocare incendio, inundación, explosión, derrumbe, liberación de tóxicos, emisión de radiaciones o
cualquier otro estrago, será reprimido:
1° Con prisión de tres (3) a diez (10) años, si hubiere peligro común para los bienes;
2° Con prisión de tres (3) a quince (15) años, si hubiere peligro para una pieza, un producto
o un subproducto proveniente de un yacimiento arqueológico o paleontológico situado dentro o
fuera del territorio argentino, o si hubiere peligro para un bien perteneciente al patrimonio cultural
de la Nación o de un Estado extranjero;
3° Con prisión de tres (3) a quince (15) años, si hubiere peligro para un archivo público,
biblioteca, museo, arsenal, astillero, fábrica de pólvora o de pirotecnia militar o parque de artillería;
4° Con prisión de cinco (5) a quince (15) años de prisión, si hubiere peligro para la vida de
alguna persona;
5° Con prisión de cinco (5) a veinticinco (25) años, si del hecho resultare la muerte o lesiones
gravísimas de alguna persona.
Si los hechos previstos en los incisos 1°, 2° y 3° de este artículo fueren cometidos mediante la
aplicación de los materiales mencionados en el inciso 1° del artículo 189 bis, la pena será de prisión
de cinco (5) a quince (15) años. La misma pena se aplicará al autor de tentativa de cualquier de
los delitos de los mencionados incisos.
ARTÍCULO 187.- Incurrirá, según los casos, en las penas señaladas en el artículo precedente,
el que causare estrago por medio de sumersión o varamiento de nave, derrumbe de un edificio,
inundación, de una mina o cualquier otro medio poderoso de destrucción.
ARTÍCULO 188.- Será reprimido con prisión de tres (3) a diez (10) años:
1° El que, destruyendo o inutilizando diques u otras obras destinadas a la defensa común
contra las inundaciones u otros desastres, hiciere surgir el peligro de que éstos se produzcan;
2° El que, para impedir la extinción de un incendio o las obras de defensa contra una inun-
dación, sumersión, naufragio u otro desastre, sustrajere, ocultare o hiciere inservibles, materiales,
instrumentos u otros medios destinados a la extinción o a la defensa referida.
ARTÍCULO 189.- Será reprimido con prisión de tres (3) a seis (6) años e inhabilitación
especial, en su caso, el que, por imprudencia o negligencia, impericia en su arte o profesión, o
inobservancia de los reglamentos o deberes a su cargo, causare un incendio u otro estrago.
Si el hecho pusiere en peligro la vida de alguna persona, el máximo de la pena de prisión se
elevará a ocho (8) años, y si causare la muerte de una o más personas, la pena de prisión será de
tres (3) a ocho (8) años.

17. Texto propuesto: ARTÍCULO 190.- Será reprimido con prisión de dos (2) a ocho (8) años:
1° El que pusiere en peligro la seguridad de una nave, construcción flotante, aeronave o
ferrocarril;
2° El que emitiere señales falsas, interrumpiere o interfiriere en los servicios de comunicación,
tránsito o seguridad del medio de que se trate.
En cualquiera de los casos de los incisos anteriores, si el hecho produjere daños materiales o
perjuicios graves o lesiones graves o gravísimas a alguna persona, la pena será de seis (6) a quince
(15) años de prisión, y si ocasionare la muerte, de diez (10) a veinticinco (25) años de prisión.
El que cometiere cualquiera de los hechos descriptos en los incisos 1° y 2° de este artículo, por
imprudencia o negligencia, impericia en su arte o profesión, o inobservancia de los reglamentos

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Anteproyecto Código Penal de la Nación Argentina 2018 197

o deberes a su cargo, será reprimido con pena de prisión de dos (2) meses a tres (3) años o multa
de XXX días-multa.
La misma pena podrá imponerse en los casos de esos incisos si las circunstancias del hecho
revelaren la escasa culpabilidad del agente.
5° Las disposiciones precedentes se aplicarán aunque la conducta recayera sobre una cosa
propia, si del hecho derivara peligro para la seguridad común.
ARTÍCULO 191.- El que, aun sin crear un peligro común, empleare cualquier medio para
detener o entorpecer la marcha de un medio de trasporte público o privado será reprimido con
pena de seis (6) meses a tres (3) años de prisión, si el hecho no importare un delito más severa-
mente penado.
ARTÍCULO 192.- Será reprimido con pena de seis (6) meses a tres (3) años el que, aun sin
crear un peligro común, ejecutare cualquier acto tendiente a interrumpir o entorpecer el funcio-
namiento de los servicios públicos de comunicación telefónica, radiofónica, satelital o electrónica,
de provisión de agua, de electricidad o de sustancias energéticas o resistiere con violencia su
restablecimiento.
ARTÍCULO 193.- Será reprimido con prisión de seis (6) meses a un (1) año, si el hecho no
importare un delito más severamente penado, el que arrojare cuerpos contundentes o proyectiles
contra un vehículo motorizado en movimiento.
ARTÍCULO 194.- 1° Será reprimido con prisión de seis (6) meses a tres (3) años e inhabi-
litación especial para conducir por el doble del tiempo de la condena, el conductor que creare una
situación de peligro para la vida o la integridad física de las personas mediante la participación en
una prueba de velocidad o de destreza con un vehículo con motor, realizada sin la debida autori-
zación de la autoridad competente.
2° La misma pena se aplicará a quien organizare o promocionare la prueba de velocidad o
de destreza o entregare un vehículo con motor de su propiedad o confiado a su custodia, sabiendo
que será utilizado para ese fin.
3° Se impondrá prisión de un (1) mes a tres (3) años e inhabilitación especial para conducir
por el doble tiempo de la condena al que condujere bajo los efectos de sustancias estupefacientes o
con un nivel de alcoholemia igual o superior a quinientos (500) miligramos por litro de sangre en
el caso de conductores de transporte público o un (1) gramo por litro de sangre en los demás casos.
ARTÍCULO 195.- Serán reprimidos con prisión de un (1) mes a un (1) año e inhabilita-
ción especial por doble tiempo, si el hecho no importare un delito más severamente penado, los
conductores, capitanes, pilotos, mecánicos y demás empleados de un tren, buque o aeronave, que
abandonaren sus puestos durante sus servicios respectivos antes de llegar a puerto o al término
del viaje ferroviario, o mientras hubiere vuelos pendientes de arribo.
ARTÍCULO 196.- Será reprimido con prisión de uno (1) a cuatro (4) años el que, por
imprudencia o negligencia, impericia en su arte o profesión, o inobservancia de los reglamentos o
deberes a su cargo, causare un descarrilamiento, naufragio u otro accidente previsto en este Capítulo.
Si del hecho resultaren lesiones graves o gravísimas o la muerte de alguna persona, se impondrá
prisión de uno (1) a seis (6) años.
ARTÍCULO 197.- Si el autor voluntariamente neutralizara en tiempo oportuno los peligros
mencionados en este Capítulo, podrá ser eximido de pena, o bien, reprimido con la escala penal
prevista para la tentativa.

18. Texto propuesto,: ARTÍCULO 189 bis.- 1° El que, con el fin de contribuir a la comisión
de delitos contra la seguridad común, o destinados a causar daños en las máquinas o en la elabo-
ración de productos, adquiriere, fabricare, suministrare, sustrajere o tuviere en su poder bombas,

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materiales o aparatos capaces de liberar energía nuclear, materiales radiactivos o sustancias nu-
cleares, o sus desechos, isótopos radiactivos, materiales explosivos, inflamables, asfixiantes, tóxicos
o biológicamente peligrosos, o sustancias o materiales destinados a su preparación, será reprimido
con prisión de cinco (5) a quince (15) años.
La misma pena se impondrá al que, sabiendo o debiendo saber que contribuye a la comi-
sión de delitos contra la seguridad común, o destinados a causar daños en las máquinas o en la
elaboración de productos, diere instrucciones para la preparación de las sustancias o materiales
mencionados en el párrafo anterior;
2° La simple tenencia de los materiales a los que se refiere el inciso 1°, sin la debida autorización
legal, o que no pudiere justificarse por razones de su uso doméstico o industrial, será reprimida
con prisión de tres (3) a seis (6) años;
3° El que tuviere un arma de fuego sin la debida autorización legal, o con exceso de ésta,
será reprimido:
Con prisión de seis (6) meses a dos (2) años y multa de 20 a 200 días-multa, si se tratare de
un arma de fuego de uso civil;
Con prisión de dos (2) a seis (6) años y multa de 20 a 200 días-multa, si se tratare de un
arma de fuego de guerra;
4° El que portare un arma de fuego sin la debida autorización legal, o con exceso de ésta,
será reprimido:
Con prisión de uno (1) a cuatro (4) años y multa de 20 a 200 días-multa, si se tratare de un
arma de fuego de uso civil;
Con prisión de tres (3) años y seis (6) meses a ocho (8) años y seis (6) meses y multa de 20
a 200 días-multa, si se tratare de armas de fuego de guerra;
5° La escala penal correspondiente a los incisos 3° y 4° podrá reducirse en un tercio del
mínimo y del máximo cuando por las circunstancias del hecho y las condiciones personales del
autor surgiere fehacientemente que, de haber solicitado la autorización correspondiente, el autor
estaba en condiciones de obtenerla.
En estos supuestos se impondrá además, en su caso, inhabilitación especial por el doble del
tiempo de la condena;
6° El que acopiare armas de fuego, piezas o municiones de éstas o tuviere instrumental para
producirlas, sin la debida autorización, será reprimido con prisión de cuatro (4) a diez (10) años;
7° El que fabricare armas de fuego sin autorización legal será reprimido con prisión de cinco
(5) a diez (10) años;
8° El que entregare un arma de fuego, por cualquier título, a quien no acreditare su condición
de legítimo usuario, será reprimido con prisión de uno (1) a seis (6) años.
La pena será de tres (3) años y seis (6) meses a diez (10) años de prisión, si el arma fuere
entregada a una persona menor de dieciocho (18) años;
9° El que proveyere armas de fuego sin autorización legal en forma habitual, será reprimido
con pena de cuatro (4) a quince (15) años de prisión;
10° El que, contando con la debida autorización legal para fabricar armas, omitiere su número
o grabado conforme a la normativa vigente, o asignare a dos (2) o más armas idénticos números
o grabados, será reprimido con prisión de tres (3) a ocho (8) años e inhabilitación especial por el
doble del tiempo de la condena.
En la misma pena incurrirá el que adulterare o suprimiere el número o el grabado de un
arma de fuego;
11° El que, sin autorización legal, fabricare, hiciere fabricar, acopiare, transportare, pusiere en
venta, vendiere o de cualquier otro modo comercializare armas de fuego, piezas o municiones de
éstas, será reprimido con prisión de cinco (5) a quince (15) años;

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Anteproyecto Código Penal de la Nación Argentina 2018 199

12° Si el autor de cualquiera de las conductas previstas en este artículo contare con autori-
zación para la venta de armas de fuego, se le impondrá, además, multa de hasta 300 días-multa e
inhabilitación especial absoluta y perpetua;
13° Será reprimido con prisión de cinco (5) a quince (15) años, el que desarrollare, produjere,
adquiriere, almacenare, conservare, transfiriere o empleare armas químicas o sustancias químicas
de las Listas 1, 2 y 3 de la Convención sobre la prohibición del desarrollo, la producción, el alma-
cenamiento y el empleo de armas químicas y sobre su destrucción, para fines prohibidos por la ley
26.247 o la citada Convención;
14° Quedará eximido de la pena correspondiente a la tenencia el que en forma fehaciente
pusiera voluntariamente a disposición de la autoridad administrativa o judicial los materiales
alcanzados por este artículo, a fin de su incautación, inutilización o destrucción.

19. Texto propuesto, en lo pertinente: ARTÍCULO 210.- 1° Será reprimido con prisión de tres
(3) a diez (10) años, el que tomare parte en una asociación o banda de tres o más personas
destinada a cometer delitos por el solo hecho de ser miembro de la asociación. Para los jefes u
organizadores de la asociación el mínimo de la pena será de cinco (5) años de prisión.
La pena correspondiente al presente delito podrá ser atenuada conforme las reglas de la ten-
tativa o podrá eximirse de ella, si el autor impidiera la continuación de la asociación o la comisión
de un delito correspondiente al objeto de la asociación.

20. Texto propuesto: ARTÍCULO 212.- Será reprimido con prisión de un (1) mes a tres
(3) años:
1° El que, al amparo de un grupo, alterare la paz pública ejecutando actos de violencia sobre
las personas o de fuerza en las cosas, o amenazando a otros con llevarlos a cabo;
2° El que incitare a un grupo o sus integrantes a realizar las conductas descriptas en el inciso
anterior o reforzare su disposición a llevarlas a cabo;
3° El que tomare parte en un grupo que alterare la paz pública con ocultación del rostro.
En los casos del inciso 1°, la pena será de prisión de uno (1) a tres (3) años cuando el autor,
mediante el acto de violencia o de fuerza, creare una situación de peligro para la vida de alguna
persona o de lesión grave o gravísima. En particular, están incluidos los supuestos de lanzamiento
de objetos contundentes o líquidos inflamables, el incendio y la utilización de explosivos.
Las penas previstas en este artículo serán impuestas sin perjuicio de las que pudieran corres-
ponder a los actos concretos de violencia, fuerza o amenazas que se hubieran cometido.

21. Texto propuesto, en las partes pertinentes: ARTÍCULO 214.- Será reprimido con prisión
de diez (10) a veinticinco (25) años o prisión perpetua y en uno u otro caso, inhabilitación absoluta
perpetua, siempre que el hecho no se halle comprendido en otra disposición de este Código, todo
argentino o toda persona que deba obediencia a la Nación por razón de su empleo o función pública,
que tomare las armas contra ésta, se uniere a sus enemigos o les prestare cualquier ayuda o socorro.
ARTÍCULO 215.- Será reprimido con prisión perpetua e inhabilitación absoluta perpetua,
el que cometiere el delito previsto en el artículo precedente, en los casos siguientes:
1° Si ejecutare un hecho dirigido a someter total o parcialmente la Nación al dominio ex-
tranjero o a menoscabar su independencia o integridad;
2° Si indujere o decidiere a una nación extranjera a hacer la guerra contra la República. El
militar que interviniere en el hecho será reprimido con las mismas penas.
ARTÍCULO 216.- Será penado con prisión de uno (1) a ocho (8) años e inhabilitación
absoluta por el doble tiempo de la condena, el que tomare parte en una conspiración de dos o más

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personas para cometer el delito de traición, en cualquiera de los casos comprendidos en los artículos
precedentes, si la conspiración fuere descubierta antes de comenzar su ejecución.
Quedará eximido de pena el que revelare la conspiración a la autoridad, antes del comienzo
de la ejecución del hecho.
ARTÍCULO 217.- Las penas establecidas en los artículos anteriores se aplicarán también
cuando los hechos previstos en ellos fueren cometidos contra una nación aliada de la República,
en guerra contra un enemigo común.
Se aplicarán asimismo a los extranjeros residentes en territorio argentino, salvo lo estable-
cido por los tratados o por el derecho de gentes acerca de los funcionarios diplomáticos y de los
nacionales de los países en conflicto. En este caso se impondrá la pena disminuida conforme la
escala penal de la tentativa. […]
ARTÍCULO 218.- Será reprimido con prisión de uno (1) a seis (6) años e inhabilitación
absoluta por el doble tiempo de la condena:
1° El que por actos materiales hostiles no aprobados por el gobierno nacional, diere motivo
al peligro de una declaración de guerra contra la Nación, expusiere a sus habitantes a experimen-
tar vejaciones o represalias en sus personas o en sus bienes o alterare las relaciones amistosas del
gobierno argentino con un gobierno extranjero;
2° El que violare los tratados concluidos con naciones extranjeras, las treguas y armisticios
acordados entre la República y una nación enemiga o entre sus fuerzas beligerantes o los salvo-
conductos debidamente expedidos.
Si resultaren hostilidades o la guerra, la pena de prisión será de tres (3) a quince (15) años.
El militar que interviniere en alguno de los hechos descriptos en los incisos 1° y 2° será
reprimido con prisión de tres (3) a diez (10) años e inhabilitación absoluta por el doble tiempo
de la condena. Si resultaren hostilidades o la guerra, la pena de prisión será de diez (10) a veinte
(20) años.
ARTÍCULO 219.- Será reprimido con prisión de seis (6) meses a dos (2) años e inhabilitación
absoluta por el doble tiempo de la condena, el que violare las inmunidades del jefe de un Estado
o del representante de una nación extranjera.

22. Texto propuesto: Capítulo VI. Cohecho y tráfico de influencias


ARTÍCULO 256.- Será reprimido con prisión de dos (2) a seis (6) años:
1° El funcionario público que, por sí o por persona interpuesta, solicitare o recibiere dinero
o cualquier otro bien u otros beneficios como dádivas, favores o ventajas o aceptare una promesa
directa o indirecta, para hacer, retardar o dejar de hacer algo relativo al ejercicio de sus funciones.
En todos los casos de este inciso se impondrá también inhabilitación especial perpetua.
El máximo de la pena de prisión se elevará a doce (12) años cuando el autor ocupe el cargo
de Presidente, Vicepresidente, Jefe de Gabinete, ministro o secretario de Estado, Gobernador, Jefe
de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Vicegobernador, Vicejefe de Gobierno
Intendente, magistrado del Poder Judicial o del Ministerio Público, legislador nacional, provincial,
de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires o municipal;
2° El que, directa o indirectamente, diere u ofreciere dinero o cualquier otro bien u otros
beneficios como dádivas, favores o ventajas a un funcionario público para que haga, retarde u omita
un acto relativo a sus funciones. Si el autor o partícipe fuere funcionario público, sufrirá además
inhabilitación especial de dos (2) a seis (6) años.
En todos los casos previstos en este artículo se impondrá conjuntamente una multa de dos
(2) a cinco (5) veces del monto o valor de la retribución ofrecida o entregada.
ARTÍCULO 257.- Será reprimido con prisión de dos (2) a seis (6) años:

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Anteproyecto Código Penal de la Nación Argentina 2018 201

1° El que, por sí o por persona interpuesta, solicitare o recibiere dinero o cualquier otro bien
u otros beneficios como dádivas, favores o ventajas o aceptare una promesa directa o indirecta,
para hacer valer indebidamente su influencia ante un funcionario público, a fin de que éste haga,
retarde o deje de hacer algo relativo a sus funciones. En todos los casos de este inciso se impondrá
también inhabilitación especial perpetua.
Si aquella conducta estuviera destinada a hacer valer indebidamente una influencia ante el
Presidente, Vicepresidente, Jefe de Gabinete, ministros o secretarios de Estado, Gobernador, Jefe
de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Vicegobernador, Vicejefe de Gobierno,
Intendente, magistrado del Poder Judicial o del Ministerio Público, legislador nacional, provincial,
de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires o municipal, el máximo de la pena de prisión se elevará
a doce (12) años;
2° El que, directa o indirectamente, diere u ofreciere dinero o cualquier otro bien u otros
beneficios como dádivas, favores o ventajas a otro para que haga valer indebidamente su influen-
cia ante un funcionario público, a fin de que éste haga, retarde o deje de hacer algo relativo a sus
funciones. Si el autor o partícipe fuere funcionario público, sufrirá además inhabilitación especial
de tres (3) a diez (10) años.
En todos los casos previstos en este artículo se impondrá conjuntamente una multa de dos
(2) a cinco (5) veces del monto o valor de la retribución ofrecida o entregada.
ARTÍCULO 258.- Será reprimido con prisión de dos (2) a seis (6) años e inhabilitación
especial perpetua, el que, directa o indirectamente, diere u ofreciere, indebidamente, a un funcio-
nario público de otro Estado o de una organización pública internacional, ya sea en su beneficio
o de un tercero, dinero o cualquier otro bien u otros beneficios como dádivas, favores, promesas o
ventajas, a cambio de que realice, omita realizar, o retarde un acto relacionado con el ejercicio de
sus funciones, o para que haga valer la influencia derivada de su cargo en un asunto vinculado a
un contrato o una transacción de naturaleza económica, financiera o comercial.
En todos los casos previstos en este artículo se impondrá conjuntamente una multa de dos
(2) a cinco (5) veces del monto o valor de la retribución ofrecida o entregada.
ARTÍCULO 259.- Será reprimido con prisión de un (1) mes a dos (2) años e inhabilitación
absoluta de uno (1) a seis (6) años, el funcionario público que, por sí o por persona interpuesta,
admitiere dinero o cualquier otro bien u otros beneficios como dádivas, favores o ventajas, que
fueran entregadas en consideración a su oficio, mientras permanezca en el ejercicio del cargo. El
que presentare u ofreciere el dinero, bien o beneficio será reprimido con prisión de un (1) mes a
un (1) año.
En todos los casos previstos en este artículo se impondrá conjuntamente una multa de dos
(2) a cinco (5) veces del monto o valor de la retribución ofrecida o entregada
Capítulo VII Malversación de caudales públicos
ARTÍCULO 260.- Será reprimido con inhabilitación especial de uno (1) a cuatro (4) años,
el funcionario público que diere a los caudales o efectos que administrare una aplicación diferente
de aquella a la que estuvieren destinados. Si de ello resultare daño o entorpecimiento del servicio
al que estuvieren destinados, se impondrá además al autor o partícipe XXX días-multa.
ARTÍCULO 261.- Será reprimido con prisión de dos (2) a diez (10) años e inhabilitación
absoluta perpetua, el funcionario público que sustrajere o no evitare que otro sustraiga caudales
o efectos cuya administración, percepción o custodia le haya sido confiada por razón de su cargo.
La misma pena se impondrá al funcionario que empleare en provecho propio o de un tercero,
trabajos o servicios pagados por una administración pública.
ARTÍCULO 262.- Será reprimido con XXX días-multa o inhabilitación de seis (6)
meses a tres (3) años, el funcionario público que, por imprudencia o negligencia, impericia en

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202 Disidencia de Fernando Córdoba y Patricia Ziffer

su arte o profesión, o inobservancia de los reglamentos o deberes de su cargo, diere ocasión


a que se efectuare por otra persona la sustracción de caudales o efectos de que se trata en el
artículo anterior.
ARTÍCULO 263.- Quedan sujetos a las disposiciones anteriores los que administraren o
custodiaren bienes pertenecientes a establecimientos de instrucción pública o de beneficencia, así
como los administradores y depositarios de caudales embargados, secuestrados o depositados por
autoridad competente, aunque pertenezcan a particulares.
ARTÍCULO 264.- Será reprimido con inhabilitación especial de seis (6) meses a tres (3)
años, el funcionario público que, teniendo fondos expeditos, demorare injustificadamente un pago
ordinario o decretado por autoridad competente. En la misma pena incurrirá el funcionario público
que, requerido por la autoridad competente, rehusare entregar una cantidad o efecto depositado
o puesto bajo su custodia o administración.
Capítulo VIII
Negociaciones incompatibles con el ejercicio de funciones públicas
ARTÍCULO 265.- Será reprimido con prisión de uno (1) a seis (6) años e inhabilitación
especial perpetua, el funcionario público que, directamente, por persona interpuesta o por acto
simulado, se interesare, con miras en un beneficio propio o de un tercero, en cualquier contrato u
operación en que intervenga, aunque no resulte perjuicio para la administración pública.
La pena será de seis (6) meses a tres (3) años de prisión e inhabilitación especial por el doble
del tiempo de la condena, si el hecho se cometiere en los actos preparatorios del contrato o de la
operación.
En todos los casos de este artículo se impondrá también multa de dos (2) a cinco (5) veces
del valor del beneficio indebido pretendido u obtenido.
Estas disposiciones serán aplicables a los árbitros, amigables componedores, peritos, conta-
dores, tutores, curadores, albaceas, síndicos y liquidadores, con respecto a las funciones cumplidas
en el carácter de tales.
Capítulo IX Exacciones ilegales
ARTÍCULO 266.- 1° Será reprimido con prisión de uno (1) a cuatro (4) años, multa de dos
(2) a cinco (5) veces del monto de la exacción e inhabilitación especial de uno (1) a cinco (5) años,
el funcionario público que, abusando de su cargo, solicitare, exigiere o hiciere pagar o entregar
indebidamente, por sí o por interpuesta persona, una contribución, un derecho o una dádiva o
cobrase mayores derechos que los que corresponden.
2° El mínimo de la pena de prisión podrá elevarse a dos (2) años y el máximo de la inha-
bilitación especial hasta seis (6) años, si se empleare intimidación o se invocare orden superior,
comisión, mandamiento judicial u otra autorización legítima.
3° La pena será de prisión de tres (3) a seis (6) años, multa de dos (2) a cinco (5) veces del
monto de la exacción e inhabilitación absoluta perpetua, si el funcionario público convirtiere en
provecho propio o de tercero las exacciones expresadas en los párrafos anteriores.
Capítulo X
Enriquecimiento ilícito de funcionarios y empleados
ARTÍCULO 267.- 1° Será reprimido con prisión de uno (1) a seis (6) años, multa de dos (2)
a cinco (5) veces del lucro obtenido e inhabilitación especial perpetua, el funcionario público que
con fines de lucro utilizare, para sí o para un tercero, informaciones o datos de carácter reservado
de los que haya tomado conocimiento en razón de su cargo.
2° El que, en razón de su cargo, estuviere obligado por ley a presentar una declaración jurada
patrimonial y omitiere maliciosamente hacerlo, será reprimido con prisión de quince (15) días a
dos (2) años e inhabilitación especial perpetua.

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El delito se configurará cuando, mediando notificación fehaciente de la intimación respectiva,


el obligado no hubiere dado cumplimiento a los deberes aludidos dentro de los plazos que fije la
ley cuya aplicación corresponda.
En la misma pena incurrirá el que maliciosamente, falseare u omitiere insertar los datos que
las referidas declaraciones juradas deban contener de conformidad con las leyes y reglamentos
aplicables.
ARTÍCULO 268.- Será reprimido con prisión de dos (2) a seis (6) años, multa de dos
(2) a cinco (5) veces del valor del enriquecimiento e inhabilitación absoluta perpetua, el que,
al ser debidamente requerido, no justificare la procedencia de un enriquecimiento patrimonial
apreciable suyo o de persona interpuesta para disimularlo, ocurrido con posterioridad a la
asunción de un cargo o empleo público y hasta dos (2) años después de haber cesado en su
desempeño.
Se entenderá que hubo enriquecimiento no sólo cuando el patrimonio se hubiese incremen-
tado con dinero, cosas o bienes, sino también cuando se hubiesen cancelado deudas o extinguido
obligaciones que lo afectaban.
La persona interpuesta para disimular el enriquecimiento será reprimida con la misma pena
que el autor del hecho.

23. Texto propuesto, en la parte pertinente: DELITOS CONTRA LA FE PÚBLICA.


Capítulo I. Falsificación de moneda, billetes de banco, títulos al portador y documentos de crédito.
ARTÍCULO 282.- Serán reprimidos con prisión de tres (3) a quince (15) años, el que falsi-
ficare moneda que tenga curso legal en la República y el que la introdujere, expendiere o pusiere
en circulación.
ARTÍCULO 283.- Será reprimido con prisión de uno (1) a cinco (5) años, el que cercenare
o alterare moneda de curso legal y el que introdujere, expendiere o pusiere en circulación moneda
cercenada o alterada.
Si la alteración consistiere en cambiar el color de la moneda, la pena será de seis (6) meses
a tres (3) años de prisión.
ARTÍCULO 284.- Si la moneda falsa, cercenada o alterada se hubiere recibido de buena fe
y se expendiere o circulare con conocimiento de la falsedad, cercenamiento o alteración, la pena
será de doce (12) a sesenta (60) días-multa.
ARTÍCULO 285.- Para los efectos de los artículos anteriores quedan equiparados a la mo-
neda nacional, la moneda extranjera, los títulos de la deuda nacional, provincial o municipal y sus
cupones, los bonos o libranzas de los tesoros nacional, provinciales, de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires y municipales, los billetes de banco, títulos, cédulas, acciones, valores negociables, y
las tarjetas de compra, crédito o débito, legalmente emitidos por entidades nacionales o extranjeras
autorizadas para ello, y los cheques de todo tipo, incluidos los de viajero, cualquiera que fuere la
sede del banco girado.
ARTÍCULO 286.- Será reprimido con prisión de uno (1) a seis (6) años e inhabilitación
absoluta por doble tiempo, el funcionario público que fabricare o emitiere o autorizare la fabrica-
ción o emisión de moneda, con título o peso inferiores al de la ley, billetes de banco o cualesquiera
títulos, cédulas o acciones al portador, en cantidad superior a la autorizada.
La misma pena se aplicará al director o administrador de un banco o de una compañía que
cometiere cualquiera de las conductas descriptas en el párrafo anterior.
Capítulo II
Alteración de números y componentes de telefonía móvil
ARTÍCULO 287.- Será reprimido con prisión de un (1) mes a seis (6) años:

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204 Disidencia de Fernando Córdoba y Patricia Ziffer

1° El que alterare, reemplazare, duplicare o de cualquier modo modificare un número de línea,


o de serie electrónico o de serie mecánico de un equipo terminal o de un Módulo de Identifica-
ción Removible del usuario o la tecnología que en el futuro la reemplace, en equipos terminales
provistos con este dispositivo, de modo que pueda ocasionar perjuicio al titular o usuario del
terminal celular o a terceros;
2° El que alterare, reemplazare, duplicare o de cualquier modo modificare algún componente
de una tarjeta de telefonía, o accediere por cualquier medio a los códigos informáticos de habilita-
ción de créditos de dicho servicio, a efectos de aprovecharse ilegítimamente del crédito emanado
por un licenciatario de Servicios de Comunicaciones Móviles (SCM).
La pena será de prisión de uno (1) a seis (6) años cuando cualquiera de los casos de los incisos
1° y 2° el hecho fuere cometido como medio para perpetrar otro delito.
Cuando alguno de los delitos previstos en este artículo fuere cometido por dependientes de
empresas licenciatarias de Servicios de Comunicaciones Móviles (SCM) o por quienes, atento al
desempeño de sus funciones, posean acceso a las facilidades técnicas de aquéllas, el mínimo y el
máximo de la pena se elevarán en un tercio.
Capítulo III
Falsificación de sellos, timbres y marcas ARTÍCULO 288.- Será reprimido con prisión de
uno (1) a seis (6) años: 1° El que falsificare sellos oficiales;
2° El que falsificare papel, sellos o cualquier otra clase de efectos timbrados cuya emisión esté
reservada a la autoridad o tenga por objeto el cobro de impuestos.
La misma pena se impondrá al que imprimiere fraudulentamente el sello verdadero.
ARTÍCULO 289.- Será reprimido con prisión de seis (6) meses a tres (3) años:
1° El que falsificare marcas, contraseñas o firmas oficialmente usadas o legalmente requeridas
para contrastar pesas o medidas, identificar cualquier objeto o certificar su calidad, cantidad o
contenido, y el que las aplicare a objetos distintos de aquellos a que debían ser aplicados;
2° El que falsificare billetes de empresas públicas de transporte;
3° El que falsificare, alterare o suprimiere la numeración de un objeto registrada de acuerdo
con la ley.
ARTÍCULO 290.- Será reprimido con prisión de quince (15) días a un (1) año, el que hiciere
desaparecer de cualquiera de los sellos, timbres, marcas o contraseñas, a que se refieren los artículos
anteriores, el signo que indique haber ya servido o sido inutilizado para el objeto de su expedición.
El que a sabiendas usare, hiciere usar o pusiere en venta estos sellos, timbres inutilizados, será
reprimido con multa de XXX días-multa.
ARTÍCULO 291.- Cuando el autor o partícipe de alguno de los delitos comprendidos en los
artículos anteriores, fuere funcionario público y cometiere el hecho abusando de su cargo, sufrirá,
además, inhabilitación absoluta por doble tiempo del de la condena.
Capítulo IV
Falsificación de documentos en general.
ARTÍCULO 292.- 1° El que hiciere en todo o en parte un documento falso o adultere uno
verdadero, de modo que pueda resultar perjuicio, será reprimido con prisión de uno (1) a seis
años, si se tratare de un instrumento público y con prisión de seis (6) meses a dos (2) años,
si se tratare de un instrumento privado.
2° La pena será de tres (3) a ocho (8) años de prisión, si el documento falsificado o adulterado
fuere de los destinados a acreditar la identidad de las personas, la calidad de integrantes de las
fuerzas armadas, de seguridad, policiales o penitenciarias o la titularidad del dominio o habilitación
para circular de vehículos automotores, o fuere un pasaporte, una cédula de identidad expedida
por autoridad pública competente o un certificado de parto y de nacimiento.

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Anteproyecto Código Penal de la Nación Argentina 2018 205

3° En la misma pena incurrirá el que hiciere declaraciones falsas, falsificare documentos, libros,
registros o informes destinados al conocimiento o sujetos al contralor de la autoridad nacional o
de los inspectores de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas, de conformidad
con lo establecido en las leyes 24.534 y 26.247.
ARTÍCULO 293.- 1° Será reprimido con prisión de uno (1) a seis (6) años, el que insertare
o hiciere insertar en un instrumento público declaraciones falsas, concernientes a un hecho que
el documento deba probar, de modo que pueda resultar perjuicio. Si se tratase de los documentos
o certificados mencionados en los incisos 2° y 3° del artículo anterior, la pena será de tres (3) a
ocho (8) años de prisión.
2° El que emitiere o aceptare facturas de crédito que no correspondan a compraventa, locación
de cosas muebles, locación de servicios o locación de obra realmente contratadas, será reprimido
con prisión de uno (1) a seis (6) años. La misma pena se impondrá al que injustificadamente re-
chazare o eludiere la aceptación de factura de crédito, cuando el servicio ya hubiese sido prestado
en forma debida, o reteniendo la mercadería que se le hubiere entregado.
3° El funcionario público que entregare indebidamente, o total o parcialmente en blanco, un
documento nacional de identidad, será reprimido con prisión de uno (1) a cuatro (4) años.
4° El que empleare documentación que no corresponda a su verdadera identidad para obtener
el documento nacional de identidad, será reprimido con prisión de seis (6) meses a dos (2) años.
5° El funcionario público que, por imprudencia o negligencia, interviniere en la expedición
de guías de tránsito de ganado o en el visado o legalización de certificados de adquisición u otros
documentos que acrediten la propiedad del semoviente, omitiendo adoptar las medidas necesarias
para cerciorarse de su procedencia legítima, será reprimido con prisión de uno (1) a tres (3) años.
ARTÍCULO 294.- El que suprimiere o destruyere, en todo o en parte, un documento de
modo que pueda resultar perjuicio, incurrirá en las penas señaladas en los artículos 292 y 293,
inciso 1°, en los casos respectivos.
ARTÍCULO 295.- Será reprimido con prisión de un (1) mes a un (1) año o inhabilitación
especial de un mes a un año el médico que diere por escrito un certificado falso, concerniente a la
existencia o inexistencia, presente o pasada, de alguna enfermedad o lesión cuando de ello resulte
perjuicio.
La pena será de prisión de uno (1) a cuatro (4) años e inhabilitación especial por doble tiempo,
si el falso certificado tuviere por finalidad que una persona sana fuera sometida en contra de su
voluntad a tratamiento médico o internación en un establecimiento de salud.
ARTÍCULO 296.- El que hiciere uso de un documento o certificado falso o adulterado, será
reprimido con las penas de prisión previstas para el autor de la falsedad.
ARTÍCULO 297.- Será reprimido con prisión de uno (1) a seis (6) años el que falsificare o
adulterare los testamentos ológrafos o cerrados, los certificados de parto o nacimiento, las letras
de cambio y los títulos de crédito transmisibles por endoso o al portador, no comprendidos en el
artículo 285.
ARTÍCULO 298.- Cuando alguno de los delitos previstos en este Capítulo, fuere ejecutado
por un funcionario público con abuso de sus funciones, se le impondrá, además, inhabilitación
especial por el doble tiempo de la condena.
Capítulo V
Disposiciones comunes a los Capítulos precedentes
ARTÍCULO 299.- Será reprimido con pena de prisión de seis (6) meses a dos (2) años el
que fabricare, introdujere en el país, comerciare o conservare en su poder, materias, instrumentos
o elementos, conocidamente destinados a cometer alguna de las falsificaciones de este Título.

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206 Disidencia de Fernando Córdoba y Patricia Ziffer

24. Texto propuesto, en las partes pertinentes: Capítulo I. Fraudes al comercio y la industria.
ARTÍCULO 300.- Será reprimido con prisión de seis (6) meses a dos (2) años y XXX
días- multa:
1° El que hiciere alzar o bajar el precio de las mercaderías por medio de noticias falsas, ne-
gociaciones fingidas o por reunión o coalición entre los principales tenedores de una mercancía o
género, con el fin de no venderla o de no venderla sino a un precio determinado.
2° El fundador, director, administrador, liquidador o síndico de una sociedad anónima o
cooperativa o de otra persona colectiva, que a sabiendas publicare, certificare o autorizare un in-
ventario, un balance, una cuenta de ganancias y pérdidas o los correspondientes informes, actas o
memorias, falsos o incompletos o informare a la asamblea o reunión de socios, con falsedad, sobre
hechos importantes para apreciar la situación económica de la empresa, cualquiera que hubiere
sido el propósito perseguido al verificarlo;
3° El director, gerente, administrador o liquidador de una sociedad anónima, o cooperativa o
de otra persona colectiva que a sabiendas prestare su concurso o consentimiento a actos contrarios
a la ley o a los estatutos, de los cuales pueda derivar algún perjuicio. Si el acto importare emisión
de acciones o de cuotas de capital, el máximo de la pena se elevará a tres años de prisión, siempre
que el hecho no importe un delito más gravemente penado.
Cuando los hechos delictivos previstos en el inciso 2° hubieren sido realizados con el fin de
ocultar la comisión de los delitos previstos en los artículos 256, inciso 2°, 257, inciso 2° y 258, se
impondrá pena de prisión de uno (1) a cuatro (4) años y multa de dos (2) a cinco (5) veces el valor
falseado en los documentos y actos a los que se refiere el inciso mencionado.
ARTÍCULO 301.- Será reprimido con dos (2) a seis (6) años de prisión y XXX días-multa:
1° El que maliciosamente afectare el normal desenvolvimiento de un establecimiento o
explotación comercial, industrial, agropecuaria, minera o destinado a la prestación de servicios;
2° El que destruyere, dañare, hiciere desaparecer, ocultare o fraudulentamente disminuyere
el valor de materias primas, productos de cualquier naturaleza, máquinas, equipos u otros bienes
de capital.
Capítulo III Lavado de activos
ARTÍCULO 303.- 1° Será reprimido con prisión de tres (3) a diez (10) años y multa de dos
(2) a diez (10) veces del monto de la operación, el que convirtiere, transfiriere, administrare, vendiere,
gravare, disimulare o de cualquier otro modo pusiere en circulación en el mercado bienes provenientes
de un ilícito penal, con la consecuencia posible de que los bienes originarios o los subrogantes ad-
quieran la apariencia de un origen lícito, y siempre que su valor supere la suma de pesos trescientos
mil ($ 300.000), sea en un solo acto o por la reiteración de hechos diversos vinculados entre sí.
2° La pena prevista en el inciso 1° será aumentada en un tercio del máximo y en la mitad del
mínimo, en los siguientes casos:
Cuando el autor realizare el hecho con habitualidad o como miembro de una asociación o
banda formada para la comisión continuada de hechos de esta naturaleza;
Cuando el autor fuera funcionario público que hubiera cometido el hecho en ejercicio u
ocasión de sus funciones. En este caso, sufrirá además pena de inhabilitación especial de tres
(3) a diez (10) años. La misma pena sufrirá el que hubiere actuado en ejercicio de una pro-
fesión u oficio que requiriera habilitación especial.
3° El que recibiere bienes provenientes de un ilícito penal, con el fin de aplicarlos o hacerlos
aplicar en una operación de las previstas en el inciso 1°, será reprimido con la pena de prisión de
seis (6) meses a tres (3) años.
4° Si el valor de los bienes no superare la suma indicada en el párrafo primero, el autor será
reprimido, en su caso, conforme a las reglas del artículo 277.

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Anteproyecto Código Penal de la Nación Argentina 2018 207

5° Las disposiciones de este artículo regirán aun cuando el ilícito penal precedente hubiera
sido cometido fuera del ámbito de aplicación espacial de este Código, en tanto el hecho precedente
también hubiera estado amenazado con pena en el lugar de su comisión.
Capítulo IV
Delitos contra la libre competencia y delito de juego ilegal
ARTÍCULO 304.- Será reprimido con xxx a xxx días-multa, el que por maquinaciones
fraudulentas, sospechas malévolas o cualquier medio de propaganda desleal, tratare de desviar, en
su provecho, la clientela de un establecimiento comercial o industrial.
ARTÍCULO 305.- Será reprimido con prisión de tres (3) a seis (6) años y xxx a xxx días
multa, el que explotare, administrare, operare o de cualquier manera organizare, por sí o a través
de terceros, cualquier modalidad o sistema de captación de juegos de azar sin contar con la auto-
rización pertinente emanada de la autoridad jurisdiccional competente.
ARTÍCULO 306.- Será reprimido con prisión de seis (6) meses a tres (3) años o XXX días
multa y, en ambos casos, inhabilitación especial por el mismo tiempo:
1° El directivo, administrador, empleado o colaborador de una empresa o persona jurídica
que, por sí o por persona interpuesta, solicitare o recibiere dinero o cualquier otro bien u otros
beneficios como dádivas, favores o ventajas o aceptare una promesa, para sí o para un tercero, como
contraprestación para favorecer a un tercero en la adquisición o venta de mercaderías, contratación
de servicios o en las relaciones comerciales;
2° El que, directa o indirectamente, diere u ofreciere a un directivo, administrador, empleado
o colaborador de una empresa o persona jurídica, para éste o para un tercero, dinero o cualquier
otro bien u otros beneficios como dádivas, favores o ventajas, como contraprestación para que lo
favorezca a él o a un tercero en la adquisición o venta de mercaderías, contratación de servicios o
en las relaciones comerciales.
Capítulo VI
Delitos en el mercado financiero
ARTÍCULO 308.- 1. Será reprimido con prisión de uno (1) a cuatro (4) años, XXX días-multa, e
inhabilitación especial de hasta cinco (5) años, el director, miembro de órgano de fiscalización, accionista,
representante de accionista y todo el que, por su trabajo, profesión o función, suministrare o utilizare
información privilegiada, por sí o por persona interpuesta, a la que hubiera tenido acceso en ocasión
de su actividad, para la negociación, cotización, compra, venta o liquidación de valores negociables.
La pena de prisión será de dos (2) años a seis (6) años y la multa equivalente al monto de la
operación, cuando:
1° El autor del delito utilizare o suministrare información privilegiada de manera habitual;
2° El uso o suministro de información privilegiada diera lugar a la obtención de un beneficio
o evitara un perjuicio económico, para sí o para terceros.
El máximo de la pena de prisión se elevará a ocho (8) años cuando:
1° El uso o suministro de información privilegiada causare un grave perjuicio en el mercado
de valores. En este caso, la multa será equivalente al doble del monto de la operación;
2° El delito fuere cometido por un director, miembro del órgano de fiscalización, funcionario
o empleado de una entidad autorregulada o de sociedades calificadoras de riesgo, o por quien
ejerciera profesión para la cual se exija habilitación o matrícula, o un funcionario público. En estos
casos, se impondrá además pena de inhabilitación especial de hasta ocho (8) años.
ARTÍCULO 309.- Será reprimido con prisión de uno (1) a cuatro (4) años, XXX días-multa
e inhabilitación de hasta cinco (5) años, el que:
1° Difundiere noticias falsas concretamente idóneas para hacer subir, mantener o bajar el
precio de valores negociables u otros instrumentos financieros;

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208 Disidencia de Fernando Córdoba y Patricia Ziffer

2° Simulare operaciones concretamente idóneas para hacer subir, mantener o bajar el precio
de valores negociables u otros instrumentos financieros.
La multa será equivalente el monto de la operación cuando el hecho diera lugar a la obtención
de un beneficio o evitara un perjuicio económico, para sí o para terceros.
ARTÍCULO 310.- Será reprimido con prisión de dos (2) a seis (6) años, XXX días-multa e
inhabilitación de hasta cinco (5) años, el representante, administrador o fiscalizador de una socie-
dad comercial obligada a establecer órganos de fiscalización privada, que informare a los socios o
accionistas ocultando o falseando hechos importantes para apreciar la situación económica de la
empresa o que en los balances, memorias u otros documentos de contabilidad, consignare datos
falsos o incompletos.
ARTÍCULO 311.- Será reprimido con prisión de uno (1) a cuatro (4) años, multa de dos (2)
a ocho (8) veces el valor de las operaciones realizadas e inhabilitación especial hasta seis (6) años:
1° El que por cuenta propia o ajena, directa o indirectamente, realizare actividades de inter-
mediación financiera, bajo cualquiera de sus modalidades, sin contar con autorización emitida por
la autoridad de supervisión competente;
2° El que captare ahorros del público para la adquisición de valores negociables o prestare
servicios de intermediación para la adquisición de valores negociables, cuando no contare con la
correspondiente autorización emitida por la autoridad competente.
El monto mínimo de la pena se elevará a dos (2) años de prisión cuando se hubieren uti-
lizado publicaciones periodísticas, transmisiones radiales o de televisión, internet, proyecciones
cinematográficas, colocación de afiches, letreros o carteles, programas, circulares y comunicaciones
impresas o cualquier otro procedimiento de difusión masiva.
ARTÍCULO 312.- Será reprimido con prisión de uno (1) a cuatro (4) años, multa de dos
(2) a seis (6) veces el valor de las operaciones e inhabilitación de hasta seis (6) años:
1° El empleado o directivo de instituciones financieras y de aquellas que operen en el mercado
de valores que, insertando datos falsos o mencionando hechos inexistentes, documentare conta-
blemente una operación crediticia activa o pasiva o de negociación de valores negociables, con la
intención de obtener un beneficio o causar un perjuicio, para sí o para terceros;
2° El que omitiere asentar o dejar debida constancia de alguna de las operaciones a las que
alude el inciso anterior.
ARTÍCULO 313.- Será reprimido con prisión de uno (1) a seis (6) años, multa equivalente
al monto de la operación e inhabilitación de hasta seis (6) años, el empleado o directivo de institu-
ciones financieras y de aquellas que operen en el mercado de valores que, directa o indirectamente,
y con independencia de los cargos e intereses fijados por la institución, recibiere indebidamente
dinero o algún otro beneficio económico, como condición para celebrar operaciones crediticias,
financieras o bursátiles.

25. Texto propuesto ARTÍCULO 315.- 1° Se impondrá prisión de cinco (5) a veinte (20)
años y multa [a determinar] al que tomare parte en una asociación ilícita destinada a cometer
delitos previstos en este Título, siempre que ella reúna las siguientes características:
Tener un plan de acción destinado a la propagación del odio racial, religioso o político;
Estar organizada en redes operativas internacionales;
Disponer de armas de guerra, explosivos, agentes químicos o bacteriológicos o cualquier otro
medio idóneo para poner en peligro la vida o la integridad de un número indeterminado de personas.
2° Para los promotores, fundadores o jefes de la asociación el mínimo de la pena será de diez
años de prisión.

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26. Texto propuesto: ARTÍCULO 317.- 1° Será reprimido con prisión de cinco (5) a quince
(15) años y multa de dos (2) a diez (10) veces del monto de la operación, siempre que el hecho no
constituya un delito más severamente penado, el que directa o indirectamente recolectare o pro-
veyere cualquier bien, con la intención de que se utilice o con conocimiento de que será utilizado,
en todo o en parte, para cometer cualquiera de los delitos previstos en este Título.
2° Las penas establecidas se aplicarán independientemente del acaecimiento del delito al
que se destinare el financiamiento y, si éste se cometiere, aun si los bienes no fueran utilizados
para su comisión.
3° Si la escala penal prevista para el delito que se financia o pretende financiar fuera menor
que la establecida en este artículo, se aplicará la escala penal de ese delito.
4° Las disposiciones de este artículo regirán aun cuando el delito que se financia o se pre-
tende financiar tuviere lugar fuera del ámbito de aplicación espacial de este Código, o cuando la
asociación o la persona a la que se financiare o se pretendiere financiar se encontraren fuera del
territorio nacional, en tanto el hecho también hubiera estado amenazado con pena en la jurisdicción
competente para su juzgamiento.

27. Texto propuesto: ARTÍCULO 325.- Será reprimido: 1° Con XXX días-multa el que pre-
conizare o difundiere el uso de estupefacientes en ámbitos públicos, sin haber tomado previamente
los recaudos necesarios para prevenir a los posibles destinatarios del contenido de tales manifes-
taciones; 2° Con XXX días-multa el que usare estupefacientes con ostentación y trascendencia al
público [mayor que la del inciso 1°].

28. Texto propuesto: ARTÍCULO 326.- El que indujere a otro a usar estupefacientes de una
forma idónea para generar su consumo consecutivo será reprimido con pena XXX días-multa [mayor
que la de art. 325, inc. 2°]. Si el inducido fuere menor de edad, la pena será de 6 meses a 4 años.

29. Texto propuesto: ARTÍCULO 330.- Será reprimido con prisión de uno (1) a seis (6)
años y [a determinar] días-multa, el que tuviere en su poder estupefacientes.
La pena será de un (1) mes a dos (2) años de prisión o XXX días multa cuando, por su escasa
cantidad y demás circunstancias, surgiera que la tenencia es para uso personal. Esta conducta no
será punible si se tratare de sustancias de escaso poder psicoactivo y la tenencia no hubiere trans-
cendido el ámbito de privacidad.

30. Texto propuesto: ARTÍCULO 417.- Será reprimido con prisión de seis (6) meses a
dos (2) años o multa [a determinar], siempre que el hecho no importare un delito más seve-
ramente penado, el que en el marco de una relación laboral o de otro vínculo que presuponga
una relación de dependencia, y prevaliéndose de su situación de superioridad, realizare contra
otra persona, en forma reiterada, actos hostiles o humillantes orientados a que deje su puesto
de trabajo, renuncie a condiciones o pretensiones laborales legítimas o deba realizar o tolerar
conductas indeseadas.

31. Texto propuesto: DELITOS CONTRA EL AMBIENTE. Capítulo I. Envenenamien-


to, adulteración y contaminación. ARTÍCULO 434.- El que infringiendo disposiciones legales
o reglamentarias envenenare, adulterare o contaminare aguas, el suelo o el aire, será reprimido:
1° Con prisión de un (1) mes a cinco (5) años o XXX días-multa, siempre que el hecho no
se halle comprendido en alguno de los incisos siguientes;

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210 Disidencia de Fernando Córdoba y Patricia Ziffer

2° Con prisión de dos (2) a seis (6) años o XXX días-multa de cuando el hecho se cometiere
mediante la utilización de residuos legalmente calificados como peligrosos o industriales o de
actividades de servicios;
3° Con prisión de tres (3) a diez (10) años o XXX días-multa cuando, en los supuestos del
inciso anterior, el hecho se cometiere de un modo peligroso para la salud;
4° Con prisión de cuatro (4) a quince (15) años o XXX días-multa cuando, en los supuestos
del inciso anterior, el hecho:
Tornare no apta para la ocupación humana un área urbana o rural;
Impidiere el uso público de los ríos, lagos, o lagunas;
Provocare el desplazamiento, aunque fuere temporal, de los habitantes de las áreas afectadas;
Causare daños directos a la salud de la población;
Provocare la interrupción del abastecimiento público de agua de una comunidad.
5° Con prisión de diez (10) a veinticinco (25) años y XXX días-multa cuando en los supuestos
de los incisos 3° y 4° resultare, como consecuencia no querida del hecho, la muerte de alguna persona.
ARTÍCULO 435.- Será reprimido con prisión de un (1) mes a tres (3) años o XXX días-
multa, el que infringiendo disposiciones legales, reglamentarias u orden de autoridad competente
liberare al aire sustancias nocivas en un volumen significativo.
La pena será prisión de un (1) mes a cuatro (4) años o XXX días-multa, si el hecho fuere
cometido al operar una planta, especialmente un establecimiento industrial.
Lo dispuesto en este artículo no rige para vehículos automotores, ferroviarios, aéreos o ma-
rítimos.
ARTÍCULO 436.- El que cometiere alguno de los hechos previstos en los artículos anteriores
por imprudencia, negligencia, impericia en su arte o profesión o inobservancia de los reglamentos
o de los deberes a su cargo, será reprimido:
1° Con prisión de un (1) mes a dos (2) años o multa de XXX, en los casos del inciso 1° del
artículo 434;
2° Con prisión de un (6) meses a tres (3) años o multa de XXX, en los casos de los incisos
2° y 3° del artículo 434;
3° Con prisión de uno (1) a cinco (5) años o multa de XXX, en los casos del inciso 4° del
artículo 434;
4° Con prisión de un (1) mes a un (1) año o multa de XXX, en los casos del párrafo primero
del artículo 435;
5° Con prisión de un (1) mes a dos (2) años o multa de XXX, en los casos del párrafo segundo
del artículo 435.
Capítulo II
Causación de ruidos, vibraciones y radiaciones no ionizantes
ARTÍCULO 437.- Será reprimido con prisión de un (1) mes a tres (3) años o XXX días-
multa, el que al operar una planta, especialmente un establecimiento industrial, o una máquina,
infringiendo disposiciones legales, reglamentarias u orden de autoridad competente, provocare
ruidos idóneos para dañar la salud de otra persona fuera del área perteneciente a la planta.
Lo dispuesto en este artículo no rige para vehículos automotores, ferroviarios, aéreos o ma-
rítimos.
ARTÍCULO 438.- Será reprimido con prisión de un (1) mes a cinco (5) años o XXX días-
multa, el que, al operar una planta, especialmente un establecimiento industrial, o una máquina,
infringiendo disposiciones legales, reglamentarias u orden de autoridad competente, que sirven
para la protección de ruidos, vibraciones o radiaciones no ionizantes, pusiere en peligro la salud
de otra persona, animales que no le pertenecen o cosas ajenas de valor significativo.

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Anteproyecto Código Penal de la Nación Argentina 2018 211

Lo dispuesto en este artículo no rige para vehículos automotores, ferroviarios, aéreos o ma-
rítimos.
ARTÍCULO 439.- El que cometiere alguno de los hechos previstos en los artículos anteriores
por imprudencia, negligencia, impericia en su arte o profesión o inobservancia de los reglamentos
o de los deberes a su cargo, será reprimido:
1° Con prisión de un (1) mes a dos (2) años de prisión o XXX días-multa, en los casos del
artículo 437;
2° Con prisión de un (1) mes a tres (3) años de prisión o XXX días-multa, en los casos del
artículo 438.
Capítulo III
Manejo no permitido de residuos peligrosos
ARTÍCULO 440.- Será reprimido con prisión de un (1) mes a cinco (5) años o multa de XXX:
1° El que sin autorización recolectare, transportare, tratare, reciclare, almacenare, depositare,
desaguare, eliminare, comerciare, intermediare o de cualquier otra manera gestionare residuos peli-
grosos fuera de una planta habilitada para ese fin o apartándose del proceso prescripto o habilitado.
2° El que sin autorización trasladare residuos peligrosos hacia, desde o a través del ámbito
de aplicación de este Código.
ARTÍCULO 441.- Será reprimido con prisión de un (1) mes a tres (3) años o multa de
XXX, el que, infringiendo disposiciones legales, reglamentarias u orden de autoridad competente,
no entregare desechos radioactivos.
ARTÍCULO 442.- El que cometiere alguno de los hechos previstos en los artículos anteriores
por imprudencia, negligencia, impericia en su arte o profesión, o inobservancia de los reglamentos
o de los deberes a su cargo, será reprimido:
1° Con prisión de un (1) mes a tres (3) años de prisión o multa de XXX, en los casos del
artículo 440;
2° Con prisión de un (1) mes a un (1) año de prisión o multa de XXX, en los casos del ar-
tículo 441.
ARTÍCULO 443.- Los hechos descriptos en este Capítulo no serán punibles cuando por la
escasa cantidad de desechos sea evidente que pueden descartarse efectos nocivos sobre el medio
ambiente, en especial sobre las personas, aguas, el aire, el suelo, animales y plantas útiles.
Capítulo IV
Operación no autorizada de plantas
ARTÍCULO 444.- Será reprimido con prisión de seis (6) meses a cinco (5) años o multa de
XXX, el que sin la autorización requerida:
1° Operare una planta nuclear, tuviere una planta nuclear fuera de servicio o lista para operar o
la desmontare total o parcialmente, o modificare esencialmente una planta nuclear o su operación;
2° Modificare esencialmente un establecimiento industrial en el que se utilicen combustibles
nucleares o modificare su ubicación.
ARTÍCULO 445.- Será reprimido con prisión de un (1) mes a tres (3) años o multa de
XXX, el que operare, sin la autorización requerida según la ley correspondiente o en contra de una
prohibición ejecutoria basada en la ley correspondiente:
1° Una planta que requiere autorización o cuya operación ha sido prohibida para la protección
de peligros;
2° Un sistema de tuberías que requiere autorización u obligación de aviso para el transporte
de sustancias peligrosas para el agua;
3° Una planta de tratamiento de residuos;
4° Una planta de tratamiento de aguas residuales.

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212 Disidencia de Fernando Córdoba y Patricia Ziffer

ARTÍCULO 446.- El que cometiere alguno de los hechos previstos en los artículos anteriores
por imprudencia, negligencia, impericia en su arte o profesión o inobservancia de los reglamentos
o de los deberes a su cargo, será reprimido:
1° Con prisión de un (1) mes a tres (3) años de prisión o multa de XXX, en los casos del
artículo 444;
2° Con prisión de un (1) mes a dos (2) años de prisión o multa de XXX, en los casos del
artículo 445.
Capítulo V
Manejo no autorizado de sustancias radioactivas y otras sustancias y bienes peligrosos
ARTÍCULO 447.- Será reprimido con prisión de seis (6) meses a cinco (5) años y multa de
XXX, el que sin la autorización requerida produjere, guardare, transportare, elaborare, transformare
o de cualquier otro modo utilizare, importare o exportare:
1° Combustibles nucleares;
2° Otras sustancias radioactivas que sean idóneas, por su clase, naturaleza o cantidad, para
producir por medio de radiación ionizante la muerte o un daño grave a la salud de otra persona,
o daños considerables a los animales o plantas, aguas, al aire o al suelo.
ARTÍCULO 448.- Las mismas penas se impondrán al que:
1° No entregare de inmediato combustibles nucleares a cuya entrega esté obligado en virtud
de la Ley Nacional de la Actividad Nuclear y su reglamentación;
2° Entregare combustibles nucleares o las sustancias señaladas en el inciso 2° del artículo
anterior a personas no autorizadas o facilite su entrega a personas no autorizadas;
3° Detonare material nuclear;
4° Indujere a otro a la acción mencionada en el inciso anterior o fomentare una acción de
esa índole.
ARTÍCULO 449.- Será reprimido con prisión de un (1) mes a cinco (5) años o XXX días-
multa, el que infringiendo disposiciones legales, reglamentarias u orden de autoridad competente:
1° Operare una planta, especialmente un establecimiento industrial o una instalación técnica,
almacenare, elaborare, transformare o de cualquier otro modo utilizare sustancias radioactivas o
sustancias y mezclas peligrosas, poniendo en peligro la salud de otra persona, animales o plantas,
aguas, el aire o el suelo, o cosas ajenas de valor significativo;
2° Transportare, despachare, empacare o desempacare, cargare o descargare, recibiere o dejare
a cargo de otros bienes peligrosos, poniendo en peligro la salud de otra persona, animales o plantas,
aguas, el aire o el suelo, o cosas ajenas de valor significativo.
ARTÍCULO 450.- El que cometiere alguno de los hechos previstos en los artículos anteriores,
por imprudencia, negligencia, impericia en su arte o profesión o inobservancia de los reglamentos
o de los deberes a su cargo, será reprimido con prisión de un (1) mes a tres (3) años de prisión
o multa de XXX. Quedan exceptuados los hechos mencionados en el inciso 4° del artículo 448.
Capítulo VI
Delitos contra la biodiversidad
ARTÍCULO 451.- Será reprimido con prisión de un (1) mes a tres (3) años o XXX días-
multa, el que infringiendo disposiciones legales o reglamentarias o las órdenes de la autoridad
competente, introdujere o liberare en el ambiente un ejemplar de flora o fauna exótica invasora.
La pena será de seis (6) meses a cuatro (4) años, si como consecuencia de cualquiera de los
hechos mencionados:
1° Resultare daño grave para un ecosistema;
2° Se alterare, afectare o dificultare el ciclo natural de reproducción o migración de una
especie nativa o migratoria.

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Anteproyecto Código Penal de la Nación Argentina 2018 213

ARTÍCULO 452.- Será reprimido con prisión de uno (1) a seis (6) años o XXX días-multa,
el que sin autorización, excediendo la que tuviere o infringiendo disposiciones legales o reglamen-
tarias o las órdenes de la autoridad competente:
1° Introdujere, liberare o propagare en el ambiente organismos o microorganismos genética-
mente modificados idóneos para poner en peligro al ambiente o la salud de las personas;
2° Introdujere, liberare o propagare en el ambiente organismos, microorganismos, moléculas
o sustancias idóneas para poner en peligro la salud de las personas, o los recursos de la flora, fauna
o hidrobiológicos, o para alterar perjudicialmente sus poblaciones;
3° Vendiere, pusiere en venta, transportare, almacenare o de cualquier otro modo comercia-
lizare organismos o microorganismos genéticamente modificados idóneos para poner en peligro
al ambiente o la salud de las personas;
4° Vendiere, pusiere en venta, transportare, almacenare o de cualquier otro modo comercializare
los organismos, microorganismos, moléculas o sustancias o elementos mencionados en el inciso 2°;
5° Manipulare o inoculare los organismos, microorganismos, moléculas o sustancias o ele-
mentos mencionados en el inciso 2°, o experimentare con ellos.
La pena de prisión será de XXX si, como consecuencia de cualquiera de los hechos mencio-
nados, hubiere existido peligro de una alteración negativa de los componentes o la estructura de
la flora, o del funcionamiento de los ecosistemas naturales.
Si se produjere enfermedad, plaga o erosión genética de una especie, la pena de prisión será
de XXX
ARTÍCULO 453.- Será reprimido con prisión de uno (1) a tres (3) años y XXX días-multa,
el que, sin autorización, excediendo la que tuviere, o infringiendo disposiciones legales o regla-
mentarias o las órdenes de la autoridad competente, provocare, facilitare o instigare un incendio
en bosques, arbustales o pastizales, siempre que no creare un peligro común.
La pena será de XXX si resultare grave daño a elementos naturales, la flora, la fauna, los
ecosistemas o el ambiente en general.
No son punibles aquellos aprovechamientos realizados en superficies menores a diez (10)
hectáreas que sean propiedad de comunidades indígenas o de pequeños productores.
ARTÍCULO 454.- Será reprimido con prisión de uno (1) a tres (3) años y XXX días-multa,
el que, sin autorización, excediendo la que tuviere, o infringiendo disposiciones legales o regla-
mentarias o las órdenes de la autoridad competente:
1° Dañare, drenare o rellenare humedales, lagunas, esteros o pantanos;
2° Creare, modificare, alterare o eliminare cursos o espejos hídricos, extrajere áridos de cuencas
o microcuencas, drenare pantanos, cenagales u otros humedales.
ARTÍCULO 455.- Será reprimido con prisión de seis (6) meses a tres (3) años o XXX días-
multa, el que, sin autorización, excediendo la que tuviere, o infringiendo disposiciones legales o
reglamentarias o las órdenes de la autoridad competente, cambiare el uso del suelo forestal o del
suelo destinado al mantenimiento y conservación de ecosistemas nativos y sus funciones ecológicas.
La pena será de uno (1) a seis (6) años o XXX días-multa, si resultare grave daño a la capa
fértil, erosión o desertificación.
ARTÍCULO 456.- El que cometiere alguno de los hechos previstos en el artículo anterior
por imprudencia, negligencia, impericia en su arte o profesión o inobservancia de los reglamentos
o de los deberes a su cargo, será reprimido con XXX días-multa.
ARTÍCULO 457.- El mínimo y el máximo de la pena se elevarán en un tercio cuando los
delitos previstos en este Capítulo perjudicaren un área natural protegida.
Capítulo VII
Delitos contra la fauna silvestre u otros animales

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214 Disidencia de Fernando Córdoba y Patricia Ziffer

ARTÍCULO 458.- Se impondrá prisión de dos (2) meses a tres (3) años o XXX días-multa,
al que cazare o pescare animales de la fauna silvestre:
1° En período de veda;
2° De especies protegidas o en peligro de extinción o migratorias, en cualquier tiempo; 3°
En campo ajeno sin la autorización del titular o en lugares prohibidos o protegidos; 4° Utilizando
armas, artes o medios prohibidos por la autoridad.
ARTÍCULO 459.- Las mismas penas se impondrán al que sin autorización, excediendo la que
tuviere, o infringiendo disposiciones legales o reglamentarias o las órdenes de la autoridad competente:
1° Impidiere o dificultare la reproducción o migración de animales de la fauna silvestre o de
una especie en peligro de extinción;
2° Alterare o procurare alterar genéticamente una especie silvestre o en peligro de extinción;
3° Dañare o destruyere un nido, refugio o criadero natural, o alterare su hábitat.
ARTÍCULO 460.- En cualquiera de los casos de los artículos anteriores, la pena será de
prisión de seis (6) meses a cinco (5) años y XXX días-multa, si:
1° El hecho se cometiere con armas, artes o medios prohibidos idóneos para provocar per-
juicios en la especie de la fauna silvestre o en un área protegida;
2° El hecho se cometiere de modo organizado o intervinieren en él tres (3) o más personas.
ARTÍCULO 461- Las penas previstas en los artículos anteriores se aplicarán también al que
pusiere a la venta, vendiere, comprare, almacenare, transportare, industrializare o de cualquier otro
modo comercializare piezas, productos o subproductos proveniente del respectivo hecho ilícito.
Capítulo VIII
Maltrato y crueldad con animales
ARTÍCULO 462.- Será reprimido con prisión de un (1) mes a dos (2) años o XXX días-
multa, el que infligiere malos tratos a los animales.
En la misma pena incurrirá el que, por cualquier título, organizare, promoviere, facilitare o
realizare una carrera de perros, cualquiera sea su raza.
Cuando se hiciere víctima de actos de crueldad a los animales, la pena será de dos (2) meses
a cuatro (4) años o XXX días-multa.
Capítulo IX
Delitos contra los bosques nativos y protectores
ARTÍCULO 463.- Será reprimido con prisión de seis (6) meses a tres (3) años y treinta (30)
a trescientos (300) días-multa, el que sin autorización, excediendo la que tuviere, o infringiendo
disposiciones legales o reglamentarias o las órdenes de la autoridad competente:
1° Desmontare bosques nativos o protectores;
2° Extrajere, destruyere, cortare, arrancare, derribare o talare árboles o ejemplares de flora de
una especie protegida o en peligro de extinción.
3° Extrajere o explotare recursos del subsuelo u otros componentes del suelo en áreas forestales.
ARTÍCULO 464.- La pena será de prisión de uno (1) a cinco (5) años y XXX días-multa,
cuando cualquiera de los hechos descriptos en el artículo anterior se cometiere:
1° En el periodo de semillación, de regeneración natural o en época de sequía o inundación;
2° Contra especies protegidas de la flora silvestre;
3° Con métodos, instrumentos o medios prohibidos idóneos para perjudicar una especie o
en un área protegida.
Capítulo X
Delitos contra el patrimonio genético nacional
ARTÍCULO 465.- Será reprimido con prisión de uno (1) a seis (6) años y XXX días-multa, el
que sin autorización, excediendo la que tuviere, o infringiendo disposiciones legales o reglamentarias

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Anteproyecto Código Penal de la Nación Argentina 2018 215

o las órdenes de la autoridad competente, extrajere o comercializare recursos genéticos, o facilitare


alguno de esas conductas.
Capítulo XI Definiciones
ARTÍCULO 466.- 1° Sustancias nocivas, en el sentido del artículo 435, son las sustancias que
son idóneas para dañar la salud de otra persona, animales, plantas u otras cosas de valor significativo,
o para contaminar o de cualquier otra manera adulterar, de modo duradero, aguas, el aire o el suelo.
2° Por agua, aquélla que forma parte del conjunto de los cursos y cuerpos de aguas naturales o
artificiales, superficiales y subterráneas, así como a las contenidas en los acuíferos, ríos subterráneos
y las atmosféricas.
ARTÍCULO 467.- A los efectos de los hechos previstos en el artículo 462, se considerarán
actos de maltrato:
1° No alimentar en cantidad y calidad suficiente a los animales domésticos o cautivos;
2° Azuzarlos para el trabajo mediante instrumentos que, no siendo de simple estímulo, les
provocaren innecesarias sensaciones dolorosas;
3° Abusar de su empleo en el trabajo sin darles ocasión de reponerse, conforme a las condi-
ciones ambientales, o hacerlo cuando no se hallaren en condiciones adecuadas;
4° Estimularlos con drogas sin perseguir fines terapéuticos.
ARTÍCULO 468.- A los mismos fines, se considerarán actos de crueldad:
1° Practicar la vivisección cuando no sea estrictamente necesario por razones de investigación
científica, o cuyos resultados conocidos se hayan obtenido con prácticas anteriores;
2° Mutilar cualquier parte del cuerpo de un animal, salvo con fines de mejoramiento, marcación
o higiene de la respectiva especie, o por razones terapéuticas;
3° Intervenir animales domésticos sin anestesia;
4° Intervenirlos sin poseer el título de médico o veterinario, salvo casos de necesidad con
fines terapéuticos o cuando fuera practicado con fines de perfeccionamiento técnico operatorio;
5° Experimentar con animales de grado superior en la escala zoológica, cuando ello no resulte
estrictamente necesario por razones de investigación científica;
6° Abandonar a sus propios medios a los animales utilizados en experimentaciones; 7° Matar
animales grávidos, cuando tal estado fuere patente en el animal;
8° Lastimar o arrollar animales, causarles torturas o sufrimientos innecesarios, o matarlos
cuando no existieren motivos razonablemente atendibles;
9° Realizar actos públicos o privados de riña de animales, corridas de toros, novilladas o
cualquier otro en que se mate, hiera u hostilice a los animales.
Capítulo XII Disposiciones generales
ARTÍCULO 469.- En todos los casos previstos en este Título se impondrá también pena
de inhabilitación especial, la cual consistirá en:
1° Inhabilitación especial de hasta diez (10) años, cuando se tratara de alguno de los delitos
previstos en los Capítulos I, II, III, IV, V, VI, IX y X, con excepción de los contenidos en los ar-
tículos 436, 439, 442, 446, 450 y 456, en cuyo caso se impondrá inhabilitación especial de hasta
cinco (5) años.
2° Inhabilitación especial de hasta cinco (5) años, cuando se tratara de alguno de los delitos
contenidos en el Capítulo VII, con excepción de los previstos en el artículo 460, en cuyo caso la
inhabilitación especial será de hasta diez (10) años. En los casos del artículo 461 se impondrá la
pena de inhabilitación especial establecida para el respectivo delito precedente.
3° Inhabilitación especial de hasta cinco (5) años, cuando se tratara de alguno de los delitos
previstos en el Capítulo VIII.

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216 Disidencia de Fernando Córdoba y Patricia Ziffer

32. Texto propuesto, en lo pertinente: Capítulo I. Violencia en espectáculos deportivos. ARTÍ-


CULO 480.- Será reprimido con prisión de un (1) mes a tres (3) años el que impidiere, mediante
actos materiales, aunque sea momentáneamente, la realización de un espectáculo deportivo en un
estadio de concurrencia pública.
ARTÍCULO 481.- Será reprimido con prisión de seis (6) meses a tres (3) años el que, sin
crear una situación de peligro común, impidiere, estorbare o entorpeciere, el normal funcionamiento
de los transportes e instalaciones afectadas a estos, hacia o desde los estadios.
ARTÍCULO 482.- Será reprimido con XXX días-multa el que, por cualquier medio, creare
el peligro de una aglomeración o avalancha. Si ésta se produjere la pena será de prisión de un (1)
mes a dos (2) años.
ARTÍCULO 483.- Será reprimido con prisión de uno (1) a seis (6) años, si no resultare un
delito más severamente penado, el que introdujere, tuviere en su poder, guardare o portare armas
de fuego o artefactos explosivos o químicos.
La pena será de XXX días-multa si se tratara de armas blancas o cualquier otra clase de
elementos destinados a ejercer violencia o agredir.
ARTÍCULO 484.- Serán reprimidos con prisión de un (1) mes a tres (3) años, si no re-
sultare un delito más severamente penado, los dirigentes, miembros de comisiones directivas o
subcomisiones, los empleados o demás dependientes de las entidades deportivas o contratados por
cualquier título por estas últimas, o los concesionarios y sus dependientes, que consintieren que se
guarde en el estadio de concurrencia pública o en sus dependencias armas de fuego o artefactos
explosivos o químicos.
La pena será de XXX días-multa si se tratara de las armas o elementos mencionados en el
párrafo segundo del artículo anterior.
ARTÍCULO 485.- Será reprimido con prisión de uno (1) a seis (6) años el que instigare,
promoviere o facilitare la formación de grupos destinados a cometer alguno de los delitos previstos
en el presente capítulo.
Capítulo II Corrupción en el deporte
ARTÍCULO 486.- Será reprimido con prisión de un (1) mes a tres (3) años o XXX días-multa
y, en ambos casos, inhabilitación especial de XXX, si no resultare un delito más severamente penado,
el que, por sí o por tercero, ofreciere o entregare dinero o cualquier otro bien u otros beneficios
como dádivas, favores o ventajas, o efectuare la promesa de una retribución de esa naturaleza, a fin
de facilitar o asegurar el resultado irregular de una competencia del deporte federado o profesional
o el desempeño anormal de un participante en ella.
La misma pena se aplicará al que, por sí o por tercero, solicitare o recibiere dinero o cualquier
otro bien u otros beneficios como dádivas, favores o ventajas, o aceptare la promesa de una retri-
bución de esa naturaleza, con alguno de los fines indicados en el párrafo anterior.
ARTÍCULO 487.- La pena será de prisión de seis (6) meses a cuatro (4) años o XXX días-
multa y, en ambos casos, inhabilitación de XXX cuando:
1° El autor se dedicare con habitualidad a la comisión de hechos de esa índole;
2° El hecho tuviere como finalidad influir en el desarrollo de juegos de azar o apuestas.
Capítulo III Dopaje
ARTÍCULO 488.- Será reprimido con prisión de un (1) mes a tres (3) años o XXX días-
multa y, en ambos casos, inhabilitación especial de XXX, si no resultare un delito más severamente
penado, el que, integrando el personal de apoyo a los atletas, por cualquier medio:
1° Falsificare o intentare falsificar una parte del procedimiento de control de dopaje; 2° Tra-
ficare o intentare traficar una sustancia prohibida o método prohibido;

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Anteproyecto Código Penal de la Nación Argentina 2018 217

3° Administrare o intentare administrar a un atleta una sustancia prohibida o método pro-


hibido durante la competencia o en los controles realizados fuera de ella. Si el atleta fuera menor
de edad, la pena será de prisión de seis (6) meses a cuatro (4) años.
Si las sustancias en relación con las cuales se cometiera el delito previsto en el presente artículo
fueran estupefacientes, la pena de prisión será de cuatro (4) a quince (15) años.
ARTÍCULO 489.- Será reprimido con prisión de un (1) mes a tres (3) años o XXX días-multa
y, en ambos casos, inhabilitación de XXX, si no resultare un delito más severamente penado, el que
suministrare por cualquier vía sustancias prohibidas a un animal que participe en competencias.
Si la sustancia suministrada se tratara de estupefacientes, la pena será de tres (3) a seis (6)
años de prisión.
Las mismas penas serán aplicadas al que consintiere en que se utilicen o suministren estas
sustancias a los animales para una competencia.

33. Capítulo V. Delitos contra la propiedad sobre cultivares. ARTÍCULO 514.- Será re-
primido con prisión de tres (3) meses a seis (6) años o XXX días-multa, el que produjere, hiciere
producir, identificare, vendiere, pusiere en venta, almacenare, transportare o de cualquier otro
modo comercializare, con correcta u otra identificación, semilla de cultivares cuya multiplicación
y comercialización no hubiera sido autorizada por el propietario del cultivar.
ARTÍCULO 515.- En todos los casos previstos en este Capítulo se impondrá suspensión
temporaria o definitiva en el Registro Nacional de Comercio y Fiscalización de Semillas.

34. Texto propuesto, en las partes pertinentes: LIBRO TERCERO. DELITOS CONTRA EL
ORDEN INTERNACIONAL TÍTULO I DISPOSICIONES GENERALES. ARTÍCULO
516.- Serán aplicables las disposiciones del Libro Primero, salvo cuando resulten incompatibles
con lo establecido en el presente Libro Tercero.
ARTÍCULO 517.- La acción penal en los delitos previstos en los Títulos II, III, IV, V y
VI de este Libro Tercero es imprescriptible. No son aplicables las disposiciones previstas en los
Títulos III, IV y XV del Libro Primero de este Código.
ARTÍCULO 518.- Cuando en alguno de los delitos de este Libro Tercero hubiere interve-
nido un funcionario público, se le impondrá además inhabilitación absoluta por el mismo tiempo
de la condena.
ARTÍCULO 519.- También se impondrá inhabilitación especial por el mismo tiempo de la
condena al que hubiere intervenido en el desempeño de una profesión o actividad cuyo ejercicio
dependa de una autorización, licencia o habilitación del poder público.
TÍTULO II. DESAPARICIÓN FORZADA DE PERSONAS
ARTÍCULO 520.- Se impondrá prisión de cinco (5) a veinticinco (25) años al funcionario
público o a la persona o miembro de un grupo de personas que, actuando con la autorización, el
apoyo o aquiescencia del Estado, de cualquier forma privare de la libertad a una o más personas,
cuando este accionar fuera seguido de la falta de suministro de información por quien tuviere o
pudiere tener acceso a ella o de la negativa a reconocer dicha privación de libertad o de informar
sobre el paradero de la persona.
La pena será de prisión perpetua si resultare la muerte.
La escala penal prevista en el presente artículo podrá reducirse en un tercio del máximo y
en la mitad del mínimo respecto de los autores o partícipes que liberen con vida a la víctima o
proporcionen información que permita su efectiva aparición con vida.
TÍTULO III. GENOCIDIO Y DELITOS DE LESA HUMANIDAD.
Capítulo I. Genocidio.

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218 Disidencia de Fernando Córdoba y Patricia Ziffer

ARTÍCULO 521.- Constituye genocidio cualquiera de los hechos mencionados a continua-


ción cuando fuere cometido con la finalidad de destruir total o parcialmente a un grupo en razón
de su nacionalidad, etnia, raza o religión:
1° Matanza de miembros del grupo;
2° Lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo;
3° Sometimiento del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción
física, total o parcial;
4° Adopción de medidas destinadas a impedir nacimientos en el seno del grupo; 5° Traslado
por la fuerza de niños del grupo a otro grupo;
El que cometiere cualquiera de los hechos enumerados en los incisos 2°, 3°, 4° y 5° será re-
primido con prisión de cinco (5) a veinticinco (25) años. Al que cometiere el hecho mencionado
en el inciso 1° se le impondrá prisión perpetua, pudiendo aplicarse lo dispuesto en los artículos
11 y 12 de este Código.
ARTÍCULO 522.- Será reprimido con prisión de tres (3) a ocho (8) años, el que directa y
públicamente incitare a la comisión del delito de genocidio, por la sola incitación.
Capítulo II. Delitos de lesa humanidad.
ARTÍCULO 523.- Constituye delito de lesa humanidad cualquiera de los hechos mencio-
nados a continuación cuando se cometiere como parte de un ataque generalizado o sistemático
contra una población civil y con conocimiento de dicho ataque:
1° Asesinato;
2° Exterminio;
3° Esclavitud;
4° Deportación o traslado forzoso de población;
5° Encarcelamiento u otra privación grave de la libertad física en violación de normas fun-
damentales de derecho internacional;
6° Tortura;
7° Violación, esclavitud sexual, prostitución forzada, embarazo forzado, esterilización forzada
u otros abusos sexuales de gravedad;
8° Persecución de un grupo o colectividad con identidad propia, fundada en motivos políti-
cos, raciales, nacionales, étnicos, culturales, religiosos, de género, u otros motivos universalmente
reconocidos como inaceptables con arreglo al derecho internacional;
9° El delito de apartheid;
El que cometiere cualquiera de los hechos enumerados en los incisos 1° y 2° será reprimido
con prisión perpetua, pudiendo aplicarse lo dispuesto en los artículos 11 y 12 de este Código. Al
que cometiere cualquiera de los hechos enumerados en los restantes incisos de este artículo, se le
impondrá prisión de tres (3) a veinticinco (25) años.
ARTÍCULO 524.-A los efectos del artículo anterior:
1° Por “ataque contra una población civil” se entenderá una línea de conducta que implique
la comisión múltiple de actos mencionados en el artículo anterior contra una población civil, de
conformidad con la política de un Estado o de una organización de cometer ese ataque o para
promover esa política;
2° El “exterminio” comprenderá la imposición intencional de condiciones de vida, la privación
del acceso a alimentos o medicinas entre otras, encaminadas a causar la destrucción de parte de
una población;
3° Por “esclavitud” se entenderá el ejercicio de los atributos del derecho de propiedad sobre
una persona, o de algunos de ellos, incluido el ejercicio de esos atributos en el tráfico de personas,
en particular mujeres y niños;

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Anteproyecto Código Penal de la Nación Argentina 2018 219

4° Por “deportación o traslado forzoso de población” se entenderá el desplazamiento de las


personas afectadas, por expulsión u otros actos coactivos, de la zona en que están legítimamente
presentes, sin motivos autorizados por el derecho internacional;
5° Por “tortura” se entenderá causar intencionalmente dolor o sufrimientos graves, ya sean
físicos o mentales, a una persona que el acusado tenga bajo su custodia o control; sin embargo, no
se entenderá por tortura el dolor o los sufrimientos que se deriven únicamente de sanciones lícitas
o que sean consecuencia normal o fortuita de ellas;
6° Por “embarazo forzado” se entenderá el confinamiento ilícito de una mujer a la que se
ha dejado embarazada por la fuerza, con la intención de modificar la composición étnica de una
población o de cometer otras violaciones graves del derecho internacional. En modo alguno se
entenderá que esta definición afecta a las normas de derecho interno relativas al embarazo;
7° Por “persecución” se entenderá la privación intencional y grave de derechos fundamentales
en contravención del derecho internacional en razón de la identidad del grupo o de la colectividad;
8° Por “el crimen de apartheid” se entenderán los actos inhumanos de carácter similar a los
mencionados en el artículo 523 cometidos en el contexto de un régimen institucionalizado de
opresión y dominación sistemáticas de un grupo racial sobre uno o más grupos raciales y con la
intención de mantener ese régimen;
9° Se entenderá que el término “género” se refiere a los dos sexos, masculino y femenino, en
el contexto de la sociedad. El término “género” no tendrá más acepción que la que antecede.
TÍTULO IV. DELITOS DE GUERRA.
Capítulo I. Delitos de guerra contra las personas.
ARTÍCULO 525.- Será reprimido con prisión perpetua, pudiendo aplicarse lo dispuesto en
los artículos 11 y 12, el que en ocasión de un conflicto armado internacional o no internacional
matare a una persona protegida.
ARTÍCULO 526.- Se impondrá prisión de tres (3) a veinticinco (25) años al que en ocasión
de un conflicto armado internacional o no internacional:
1° Tomare como rehén a una persona protegida;
2° Sometiere a tortura o un trato inhumano, cruel, humillante o degradante a una persona
protegida, incluidos los experimentos biológicos, o atentare gravemente contra su integridad física
o su salud;
3° Sometiere a una persona protegida a una mutilación física, o a un experimento médico
o científico de cualquier tipo que no esté justificado en razón de un tratamiento médico, dental
u hospitalario, ni se lleve a cabo en su interés, y ponga gravemente en peligro su salud o pueda
causarle la muerte;
4° Cometiere actos de violación, esclavitud sexual, prostitución forzada, embarazo forzado,
esterilización forzada y cualquier otra forma de violencia sexual que constituya una violación grave
de los Convenios de Ginebra, en contra de una persona protegida;
5° Reclutare o alistare a niños menores de dieciocho (18) años en grupos o fuerzas armadas,
o los utilizare para participar activamente en las hostilidades;
6° Sometiere a deportación o traslado forzoso a una población civil.
ARTÍCULO 527- Se impondrá prisión de tres (3) a veinticinco (25) años al que en ocasión de
un conflicto armado internacional o no internacional hiriere a un miembro de las fuerzas armadas
enemigas o a un combatiente de la parte enemiga que haya depuesto las armas o que, al no tener
medios para defenderse, se haya rendido a discreción.
ARTÍCULO 528.- Será reprimido con prisión de tres (3) a veinticinco (25) años el que en
ocasión de un conflicto armado internacional:
1° Sometiere a deportación o traslado o confinamiento ilegales a una persona protegida;

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220 Disidencia de Fernando Córdoba y Patricia Ziffer

2° Como miembro de una potencia ocupante trasladare parte de su población civil al terri-
torio que ocupa;
3° Obligare a un prisionero de guerra o a otra persona protegida a prestar servicio en las
fuerzas de una potencia enemiga;
4° Obligare a los nacionales de la parte enemiga a participar en operaciones bélicas dirigidas
contra su propio país, aunque hubieran estado a su servicio antes del inicio de la guerra;
Capítulo II. Delitos de guerra contra la propiedad y otros derechos.
ARTÍCULO 529.- Se impondrá prisión de tres (3) a quince (15) años al que en ocasión de
un conflicto armado internacional o no internacional:
1° De manera no justificada por las necesidades militares destruyere bienes de la parte enemiga,
se apropiare de ellos o los confiscare;
2° Saqueare una ciudad o una plaza, incluso cuando es tomada por asalto.
ARTÍCULO 530.- La misma pena se impondrá al que en ocasión de un conflicto armado
internacional o no internacional:
1° Declarare abolidos, suspendidos o inadmisibles ante un tribunal los derechos y acciones
de los nacionales de la parte enemiga;
2° Privare a un prisionero de guerra o a otra persona protegida de sus derechos a un juicio
justo e imparcial o impusiere una condena a una persona protegida sin sentencia previa pronun-
ciada por un tribunal constituido regularmente y que haya ofrecido todas las garantías judiciales
generalmente reconocidas como indispensables.
Capítulo III. Delitos de guerra contra operaciones humanitarias y emblemas
ARTÍCULO 531.- Se impondrá prisión de tres (3) a veinticinco (25) años al que en ocasión
de un conflicto armado internacional o no internacional:
1° Lanzare o dirigiere un ataque contra personal, instalaciones, material, unidades o vehículos
participantes en una misión de mantenimiento de la paz o de asistencia humanitaria de confor-
midad con la Carta de las Naciones Unidas, siempre que tengan derecho a la protección otorgada
a civiles u objetos civiles con arreglo al derecho internacional de los conflictos armados;
2° Lanzare o dirigiere un ataque contra edificios, material, unidades y vehículos sanitarios, y
contra personal habilitado para utilizar los emblemas distintivos de los Convenios de Ginebra de
conformidad con el derecho internacional;
ARTÍCULO 532.- La misma pena se impondrá al que en ocasión de un conflicto armado
internacional o no internacional utilizare de modo indebido la bandera blanca, la bandera nacional
o las insignias militares o el uniforme del enemigo o de las Naciones Unidas, así como los emblemas
distintivos de los Convenios de Ginebra, y causare así la muerte o lesiones graves a una persona.
Capítulo IV. Delitos de guerra de empleo de métodos prohibidos
ARTÍCULO 533.- Se impondrá prisión de tres (3) a veinticinco (25) años al que en ocasión
de un conflicto armado internacional o no internacional:
1° Lanzare o dirigiere un ataque contra la población civil en cuanto tal o contra civiles que
no participan directamente en las hostilidades;
2° Lanzare o dirigiere un ataque contra bienes que no son objetivos militares, en particular,
contra edificios dedicados al culto religioso, las artes, las ciencias o la beneficencia, los monumentos,
los hospitales y los lugares en que se agrupa a enfermos y heridos, siempre que no sean objetivos
militares;
3° Provocare la inanición de la población civil como método de hacer la guerra, privándola de
los objetos indispensables para su supervivencia, incluido el hecho de obstaculizar intencionalmente
los suministros de socorro de conformidad con los Convenios de Ginebra;
4° Como superior ordenare o amenazare con que no se dará cuartel;

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Anteproyecto Código Penal de la Nación Argentina 2018 221

5° Hiriere a traición a un miembro de las fuerzas armadas enemigas o a un combatiente de


la parte enemiga.
ARTÍCULO 534.- Se impondrá prisión de tres (3) a veinticinco (25) años al que en ocasión
de un conflicto armado internacional:
1° Atacare o bombardeare, por cualquier medio, ciudades, aldeas, pueblos o edificios que no
estén defendidos y que no sean objetivos militares;
2° Lanzare o dirigiere un ataque a sabiendas de que causará pérdidas de vidas, lesiones a
civiles o daños a objetos de carácter civil o daños extensos, duraderos y graves al medio natural
que sean claramente excesivos en relación con la ventaja militar general concreta y directa que
se prevea;
3° Aprovechare la presencia de civiles u otras personas protegidas para que queden inmunes
de operaciones militares determinados puntos, zonas o fuerzas militares.
Capítulo V Delitos de guerra de empleo de medios prohibidos
ARTÍCULO 535.- Se impondrá prisión de tres (3) a veinticinco (25) años al que en ocasión
de un conflicto armado internacional o no internacional:
1° Empleare veneno o armas envenenadas;
2° Empleare gases asfixiantes, tóxicos o similares o cualquier líquido, material o dispositivo
análogo;
3° Empleare balas que se abran o aplasten fácilmente en el cuerpo humano, en especial, balas
de camisa dura que no recubra totalmente la parte interior o que tenga incisiones.
ARTÍCULO 536.- Se impondrá prisión de tres (3) a veinticinco (25) años al que en ocasión
de un conflicto armado internacional empleare armas, proyectiles, materiales y métodos de guerra
que, por su propia naturaleza, causen daños superfluos o sufrimientos innecesarios o surtan efectos
indiscriminados en violación del derecho humanitario internacional de los conflictos armados, a
condición de que esas armas o esos proyectiles, materiales o métodos de guerra, sean objeto de
una prohibición completa y estén incluidos en un anexo del Estatuto de Roma en virtud de una
enmienda aprobada de conformidad con las disposiciones que, sobre el particular, figuran en sus
artículos 121 y 123.
Capítulo VI. Disposiciones generales
ARTÍCULO 537.- Las disposiciones del presente Título, en lo que respecta a conflictos
armados de carácter no internacional, no se aplicarán a las situaciones de disturbios o tensiones
internas, como motines, actos aislados y esporádicos de violencia u otros actos de carácter similar.
Se aplican a los conflictos armados prolongados entre las autoridades gubernamentales y grupos
armados organizados o entre tales grupos.
ARTÍCULO 538.- A los efectos de este Título:
1° Se aplicarán también las definiciones previstas en el artículo 524;
2° Se considera “personas protegidas” a quienes el derecho internacional ampara como tales
en el marco de los conflictos armados internacionales o sin carácter internacional, esto es:
En un conflicto armado internacional, las personas protegidas en el sentido de los Convenios
de Ginebra y el Protocolo Adicional I, en especial, los heridos, los enfermos, los náufragos, los
prisioneros de guerra y la población civil;
En un conflicto armado no internacional, las personas que no participan directamente en las
hostilidades, incluidas las personas puestas fuera de combate por enfermedad, herida, detención,
naufragio o por cualquier otra causa;
En conflictos armados internacionales y no internacionales, los miembros de las fuerzas arma-
das y combatientes que han depuesto las armas o de cualquier otro modo se encuentran indefensos.
TÍTULO V. AGRESIÓN.

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222 Disidencia de Fernando Córdoba y Patricia Ziffer

ARTÍCULO 539.- Será reprimido con prisión de ocho (8) a veinticinco (25) años a quien,
estando en condiciones de controlar o dirigir efectivamente la acción política o militar de un Estado,
planificare, preparare, iniciare o realizare un acto de agresión que por sus características, gravedad
y escala constituya una violación manifiesta de la Carta de las Naciones Unidas.
Por acto de agresión se entenderá la utilización de la fuerza armada de un Estado contra la
soberanía, la integridad territorial o la independencia política de otro Estado, o en cualquier otra
forma incompatible con la Carta de las Naciones Unidas.
Se caracteriza como acto de agresión, independientemente de que haya o no declaración de
guerra, cualquiera de los siguientes hechos:
1° La invasión o el ataque por las fuerzas armadas de un Estado del territorio de otro Estado,
o toda ocupación militar, aún temporal, que resulte de dicha invasión o ataque, a toda anexión,
mediante el uso de la fuerza, del territorio de otro Estado o parte de él;
2° El bombardeo, por las fuerzas armadas de un Estado, del territorio de otro Estado, o el
empleo de cualesquiera armas por un Estado contra el territorio de otro Estado;
3° El bloqueo de los puertos o de las costas de un Estado por las fuerzas armadas de otro Estado;
4° El ataque por las fuerzas armadas de un Estado contra las fuerzas armadas terrestres,
navales o aéreas de otro Estado, o contra su flota mercante o aérea;
5° La utilización de fuerzas armadas de un Estado, que se encuentran en el territorio de
otro Estado con el acuerdo del Estado receptor, en violación de las condiciones establecidas en el
acuerdo o toda prolongación de su presencia en dicho territorio después de terminado el acuerdo;
6° La acción de un Estado que permite que su territorio, que ha puesto a disposición de otro
Estado, sea utilizado por ese otro Estado para perpetrar un acto de agresión contra un tercer Estado;
7° El envío por un Estado, o en su nombre, de bandas armadas, grupos irregulares o mercenarios
que lleven a cabo actos de fuerza armada contra otro Estado de tal gravedad que sean equiparables
a los actos antes enumerados, o su sustancial participación en dichos actos.
TÍTULO VI. RESPONSABILIDAD DE JEFES Y SUPERIORES.
ARTÍCULO 540.- 1° El jefe militar, o quien actúe efectivamente como tal, será penalmente
responsable por los hechos, descriptos en los Títulos precedentes, que hubieren sido cometidos
por fuerzas bajo su control efectivo en razón de no haber ejercido un control apropiado sobre esas
fuerzas, cuando:
Hubiere tenido conocimiento o, en razón de las circunstancias del momento, hubiere debido
conocer que las fuerzas estaban cometiendo esos hechos o estaban por cometerlos; y
No hubiere adoptado todas las medidas necesarias y razonables a su alcance para prevenir
su comisión.
2° El superior será penalmente responsable por los hechos, descriptos en los Títulos prece-
dentes, que hubieren sido cometidos por subordinados bajo su control efectivo en razón de no
haber ejercido un control apropiado sobre esos subordinados, cuando:
Hubiere tenido conocimiento o deliberadamente hubiere hecho caso omiso de información
que indicase claramente que los subordinados estaban cometiendo esos hechos o estaban por
cometerlos;
El hecho cometido guardare relación con actividades bajo su responsabilidad y control
efectivo; y
No hubiere adoptado todas las medidas necesarias y razonables a su alcance para prevenir
su comisión.
3° El jefe o superior que hubiere tenido conocimiento de la comisión actual o futura del
hecho será reprimido con la pena establecida para el correspondiente delito. En los demás casos
contemplados en este artículo se le impondrá prisión de tres (3) a ocho (8) años.

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Anteproyecto Código Penal de la Nación Argentina 2018 223

ARTÍCULO 541.- El jefe militar, quien actúe efectivamente como tal o el superior, men-
cionados en el artículo anterior, que tomare conocimiento de que sus fuerzas o sus subordinados
han cometido alguno de los hechos descriptos en los Títulos precedentes estando bajo su control
efectivo, y omitiere denunciarlo de inmediato ante la autoridad competente para la investigación
o persecución de esos hechos, u omitiere investigarlos y sancionarlos por sí mismo, si tuviere
competencia para ello, será reprimido con prisión de uno (1) a seis (6) años.
TÍTULO VII. DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA DE LA
CORTE PENAL INTERNACIONAL.
ARTÍCULO 542.- Será reprimido con prisión de uno (1) a ocho (8) años:
1° El que diere falso testimonio ante la Corte Penal Internacional cuando estuviera obligado
a decir verdad, de conformidad con el párrafo 1º del artículo 69 del Estatuto de Roma;
2° El que presentare pruebas ante la Corte Penal Internacional a sabiendas de que son falsas
o han sido falsificadas;
3° El que corrompiere a un testigo que debe testificar ante la Corte Penal Internacional,
obstruyere su comparecencia o testimonio o interfiriere en ellos;
4° El que destruyere, alterare pruebas o interfiriere en las diligencias de prueba en un proce-
dimiento de la Corte Penal Internacional.
ARTÍCULO 543.- Será reprimido con prisión de tres (3) a diez (10) años:
1° El que tomare represalias contra un testigo por su declaración prestada ante la Corte Penal
Internacional;
2° El que pusiere trabas, intimidare o corrompiere a un funcionario de la Corte Penal Interna-
cional para obligarlo o inducirlo a que no cumpla sus funciones o a que lo haga de manera indebida;
3° El que tomare represalias contra un funcionario de la Corte Penal Internacional en razón
de funciones que hubiera desempeñado él u otro funcionario.
ARTÍCULO 544.- El que solicitare o aceptare un soborno en calidad de funcionario de la
Corte Penal Internacional y en relación con esas funciones oficiales, será reprimido con prisión
de dos (2) a doce (12) años.

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Disidencias de Guillermo J. Yacobucci

Buenos Aires, 20 de mayo de 2018

Al Señor Presidente de la Comisión para la


Reforma del Código Penal de la Nación
Dr. Mariano Hernán BORINSKY

Tengo el agrado de dirigirme a Ud. en mi carácter de miembro de la Comisión de


reforma, a fin de señalar que, más allá de mi opinión contraria a ciertas estipulaciones
dispuestas en el anteproyecto, solo haré explicitas mis disidencias en los casos donde, como
magistrado, ya he resuelto de modo contrario a los textos que se proponen.
En consecuencia, deseo dejar expresa constancia que la redacción del art.190, inc.4,
c –primer párrafo– contradice, según he sostenido en varios fallos, principios constitu-
cionales, en tanto agrava la sanción en los casos que el sujeto “registrare antecedentes
penales… o estuviere procesado o acto procesal equivalente en causa penal”.
También entiendo que la reducción de la sanción, que se indica en el mismo inciso y
apartado, pero en el párrafo tercero, contradice la sistemática de la rúbrica donde se incluye
el tipo penal. Resulta contradictorio con la referencia a la seguridad pública, que se reduzca
la pena si por “las circunstancias del hecho y las condiciones personales del autor, resultare
evidente la falta de intención de utilizar las armas portadas con fines ilícitos”, cuando la
portación sin la debida autorización ya completó plenamente el contenido de injusto de
la conducta. Esto es, ya afectó el bien jurídico que define la interpretación teleológica de
los enunciados típicos incluidos en el Título VII. A mi modo de ver, y así lo he sostenido
en mis fallos, las conductas alcanzadas en este Capítulo vinculado a tenencia y portación
ilegal de armas, no suponen un mero adelanto de la punibilidad respecto de delitos fines
indeterminados, sino la afectación misma de la Seguridad Pública como bien autónomo.
Saludo a Ud. muy atentamente.

Guillermo J. Yacobucci

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Disidencias de Carlos A. Mahiques

Buenos Aires, 24 de mayo de 2018

Al Señor Presidente de la Comisión para la


Reforma del Código Penal de la Nación
Dr. Mariano Hernán BORINSKY

Tengo el agrado de dirigirme a Ud., en mi carácter de miembro de la comisión de


reforma, a fin de remitirle mis disidencias al texto de algunas de las disposiciones pro-
puestas en el anteproyecto de Código Penal.
Artículo 17: En este caso, el Anteproyecto establece para los condenados a penas
perpetuas la posibilidad de solicitar una nueva libertad condicional “después de transcu-
rridos cinco años desde su reingreso a prisión”. La fórmula pone en debate el abordaje de las
perpetuas sine die y el instituto de la reincidencia.
En ese marco, resulta necesario tener a la vista lo propuesto para el artículo 13, donde
se advierte que en las penas perpetuas y cumplidos treinta y cinco años, el condenado
podrá obtener la libertad por resolución judicial, plazo que se extiende a 10 años si se
tratase de reincidentes, “de modo de marcar una diferencia entre el plazo de prueba que debe
cumplir el reincidente y el primario para que se extinga la pena”.
En efecto, sostengo que la pena no puede exceder el reproche de culpabilidad, siendo
el ámbito donde se vincula la identificación del mal cometido en el delito y la respuesta
que el sistema inscribe en el condenado. Comprender su sentido implica considerar las
funciones de la pena y los fundamentos que la sostienen.
Desde la historia del derecho penal, podría mencionarse una justificación ética –donde,
en razón de la función retributiva, la pena se impone para compensar el mal provocado
por determinadas acciones de forma proporcional, con una consecuencia eventual que
sería el efecto disuasivo que genera la aplicación de esa punición– y el sentido preventivo
especial, donde la pena neutraliza la individualidad peligrosa, orientando su aplicación a
la reeducación y la reinserción social del condenado.
Así, pues, aún en los casos de penas indivisibles, al momento de la imposición de la
pena se tienen en cuenta aspectos objetivos del hecho juzgable como las características
del individuo que lo comete y sus antecedentes. De este modo, guarda la debida propor-
cionalidad con el reproche merecido por el imputado en relación al hecho cometido y

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228 Disidencia de Carlos A. Mahiques

adecuado correlato con el estándar de que la culpabilidad es el límite máximo de la pena


(Cfr. C.S.J.N. Fallos 310:1162).
Contemplar en este marco la imposición de una pena perpetua con declaración de
reincidencia obliga a poner en juego, asimismo, el principio de humanización del derecho
penal, teniendo en consideración la lesión al individuo que ocasionaría la aplicación de
una pena privativa de libertad indefinida. De este modo se expresó la Corte Suprema de
la Nación Argentina en “Giménez Ibáñez, Antonio Fidel s/libertad condicional” (causa G.
239 XL, sentencia del 4 de julio de 2006) sosteniendo que la pena privativa de la libertad
realmente perpetua lesiona la intangibilidad de la persona humana en razón de que genera
graves trastornos de la personalidad, por lo que resulta incompatible con la prohibición
de toda especie de tormento consagrada en el art. 18 de la Constitución Nacional.
En igual sentido, la Corte Suprema de Justicia de Buenos Aires expresó en los autos
referenciados ut supra que “impedir al condenado a prisión o reclusión perpetua y también
declarado reincidente, la posibilidad de acceder en algún momento a la libertad importa
negar (a través de la presunción iuris et de iure) que la ejecución de la pena pueda surtir
efecto resocializador –finalidad consagrada constitucionalmente– en la persona del de-
lincuente, impidiéndole absolutamente reintegrarse a la sociedad; vulnerándose derechos
fundamentales del ser humano” (p. 84.479, “Giménez Ibáñez, Antonio Fidel s/homicidio
y otros. Incidente de libertad condicional”, sentencia del 27 de diciembre de 2006). El
principio de determinación de la pena, de humanización y de resocialización se conjugan
sin antagonismos, de modo tal de evitar la aplicación de una sanción inagotable.
La redacción propuesta en el Anteproyecto, aplicada a lo que identificamos como
perpetua sobreviviente –en el que no correspondería habilitar una nueva liberación en el
plazo establecido sino en aquel previsto en el art. 13– utiliza para su redacción el concepto
de “reingreso”, haciendo más difuso el cómputo en cuestión. El mismo refiere, en cierto
sentido, a la extrapolación del término “redetention”, aplicada por el Tribunal Europeo de
Derechos Humanos en los casos de riesgo serio de reincidencia (“Stafford v. The United
Kingdom”: ECHR 28 May 2002). Sin embargo, la utilización de ciertas traducciones
podría dar lugar a interpretaciones equívocas, fácilmente subsanables de establecer un
plazo específico para computar el momento en que se habilita la solicitud de una libertad
condicional.
Habiendo expresado que la posibilidad de obtener la libertad condicional en los casos
de penas perpetuas se corresponde con principios constitucionales y concuerda con la juris-
prudencia de los más altos tribunales de nuestro país, resulta pertinente señalar, asimismo,
que la situación de los reincidentes y los multireincidentes genera una disparidad asentada
únicamente en la aplicación de un castigo específico fundado en la reiteración del delito.
Por último, dos consideraciones sobre el texto consolidado. Por un lado, inclinar mi
postura en línea con lo que establece el Estatuto de Roma, fijando toda pena máxima
en treinta (30) años de prisión, de acuerdo a lo determinado para el delito de genocidio.
Por el otro, subrayar que resulta imprescindible la intervención de comités
interdisciplinarios a cargo de determinar con detalle y precisión la existencia de
las prognosis reinsertivas favorables, toda vez que tendrán a su cargo el análisis de
las libertades condicionales concedidas que, como en el caso comparado de países

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Anteproyecto Código Penal de la Nación Argentina 2018 229

europeos, importan proporcionar información sobre la situación social, psicológica


y familiar de las personas, el tratamiento de su actitud frente al delito cometido, el
plan de acción más recomendable para su reinserción social efectiva, el marco de
revinculación familiar con el que cuenta cada individuo, entre otras cuestiones. Estos
comités deberían estar integrados por juristas, psicólogos, criminólogos, trabajadores
sociales y representantes del sistema penitenciario, conforme a un esquema indepen-
diente y especializado que configure el estudio pormenorizado de los casos que se
presentan a análisis.
Artículo 26: La Comisión ha advertido que uno de los principales problemas de la
condenación condicional en nuestro sistema es la falta de control eficiente de las reglas de
conducta impuestas por el Tribunal, mientras que se dejan de lado otras complicaciones,
no menores, debidas al empleo de este instituto. Por un lado, la necesidad de realizar la
totalidad del proceso para terminar en una condena declarativa sin sanción, y por otro,
a partir de ello, la percepción general de impunidad que despierta en la sociedad la sus-
pensión de cualquier tipo de pena. Estos dos últimos puntos críticos no son susceptibles
de subsanación por vía de herramientas normativas extrapenales ni de reformas en la
organización institucional.
La necesidad de suprimir el instituto de la condenación condicional no surge sólo
de estos aspectos, sino principalmente de la conveniencia de instaurar, para delitos de
escasa y mediana gravedad, un mecanismo integral de penas alternativas y sustitutivas de
la prisión. Más que las deficiencias del actual sistema, lo que recomienda su eliminación
es la existencia de un amplio abanico de propuestas sustitutivas de la pena de prisión (no
ya la mera suspensión de sus efectos), que en el derecho comparado en materia penal,
procesal penal y de ejecución, ha demostrado sus bondades.
En efecto, como oportunamente se planteara en los proyectos 2006 y 2012, este tipo
de mecanismos, cualquiera sea su naturaleza y alcances, no coexiste armoniosamente con
la posibilidad de condena de ejecución condicional, toda vez que en uno y otro caso se
está ante dos modelos distintos de abordar los delitos de menor cuantía, de forma que el
desarrollo de uno va en desmedro del otro.
En ese sentido, mientras que la condenación condicional incumple el mandato de
certeza e inexorabilidad de la pena, la imposición de penas alternativas a la prisión permite
la doble afirmación de que, por un lado, todo delito judicialmente comprobado tiene su
pena y, por otro, todas las penas legalmente impuestas se cumplen.
Asimismo, el principio de última ratio no sólo manda reservar la pena de prisión
como última y más gravosa respuesta legal, sino que también demanda la previsión de
penas y medidas alternativas a la prisión como consecuencia lógica.
Otro aspecto, tal vez indirectamente relacionado a esta temática, es el de la pena de
multa, cuyo sistema de cuantificación en la definición adoptada en el proyecto representa
un criterio más moderno, dinámico y actualizable que el vigente. La fórmula de días multa
obedece tanto a un intento por tornar más eficiente esta modalidad de pena, como al
propósito de restablecer la severidad con la que, en su momento, el legislador tipificó las
conductas respectivas, dado que ante la depreciación de la moneda, el actual sistema de
montos fijos implicó una rápida y progresiva banalización de esta especie sancionatoria,

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230 Disidencia de Carlos A. Mahiques

a extremos que en ciertos casos se asemejan a la impunidad, con el deterioro institucional


y el fracaso preventivo que de ello se derivan.
La decisión de recomponer y fortalecer el estatus de la pena de multa en el Código
Penal, se completa con la incorporación de lo que, usualmente, se denomina penas alter-
nativas a la prisión, dado que, innegablemente, la pena pecuniaria es una de las alternativas
a la privación de la libertad. De forma tal que, a contramano del recorrido realizado en el
derecho comparado para injustos de baja y mediana gravedad, una reforma integral de la
normativa penal que siga sin incorporar un mecanismo de penas alternativas a la prisión,
mantendrá la centralidad de la pena de prisión al menos en sentido formal, incluso para
conflictos de menor cuantía.
Esta decisión se desentiende de la emergencia penitenciaria que registran nuestros
sistemas de ejecución, así como del comprobado efecto deteriorante del encarcelamiento
aun por períodos breves, que en estos casos podría sustituirse por otro tipo de penas.
Tampoco cabe esperar que la ampliación en el proyecto de los supuestos de aplicabi-
lidad de la denominada detención domiciliaria (decisión que aisladamente se acompaña,
al menos en su espíritu), pueda tener efectos lo suficientemente abarcativos como para
atender la cantidad de supuestos diversos que ameritan no sólo una respuesta distinta a
la privación de la libertad institucional, sino también a la domiciliaria, sobre todo desde
el punto de vista de los fines constitucional y convencionalmente asignados a la pena.
En sintonía con estos argumentos, en el seno de la Comisión se ha tenido opor-
tunidad de analizar una iniciativa en curso del Ministerio de Justicia y Derechos
Humanos, tendiente a instaurar un dispositivo de “Penas a Cumplir en la Comunidad”
(PEC), con cuya argumentación y lineamientos generales se coincide, por lo que se
augura su avance.
En la iniciativa mencionada se señala que “la introducción de esta figura [las PEC]
supera con creces la regulación de la libertad condicional, que perdería su razón de ser y debería
suprimirse”. Asimismo, respecto de cuanto ocurre actualmente, se advierte que “ni la condena
de ejecución condicional -que se suprimiría-, ni la libertad condicional deberían constituir en lo
sucesivo mecanismos para eludir el castigo”. La observación vale también como augurio, en
este aspecto, para el texto mayoritario de la Comisión. En igual sentido, se allí
Por todo ello es que, en opinión del suscripto, el mandato de revisión y actualización
integral de la normativa penal asignado a la Comisión, resulta ocasión propicia para
suprimir el instituto de la condenación condicional e instaurar un verdadero mecanismo
de penas alternativas a la prisión.
Artículo 34 inciso 1º: Articulado alternativo propuesto:
“Inciso 1° El que a causa de cualquier padecimiento mental o perturbación de con-
ciencia no hubiera podido, al momento del hecho, comprender su criminalidad y/o dirigir
sus acciones conforme a esa comprensión.
En caso de que exista una situación de riesgo cierto o inminente para si o para terceros
valorada por un equipo interdisciplinario de salud, el juez podrá ordenar la internación
involuntaria en un establecimiento sanitario adecuado dando inmediata intervención
al órgano de revisión de salud mental y remitiendo las actuaciones al juez civil que por
turno corresponda.

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Anteproyecto Código Penal de la Nación Argentina 2018 231

El control y externación de la medida dispuesta quedará a cargo de la justicia civil,


que solo podrá disponer el egreso cuando exista un dictamen positivo del equipo tratante
que prevea un programa de tratamiento ambulatorio en caso de resultar necesario”.
Los términos empleados en el proyecto para describir la causa de inimputabilidad
por falta de capacidad de culpabilidad no son claros, resulta necesario remplazarlos por
una norma más sintética y precisa, renunciando a indicaciones psiquiátricas que por las
características propias de la ciencia que las postula continuaran mutando con el transcurso
del tiempo.
Parece más adecuado utilizar la terminología “padecimiento mental”, empleada en el
art. 1 de la ley de salud mental -26.657-, en particular si, habiéndose eliminado la medida
de seguridad post-delictual –internación manicomial o en otros institutos, según fuera
o no enajenado (actual art. 34 inc. 1° párrafos 2 y 3)- la consecuencia jurídica frente a
esta situación debería reconducir a la internación involuntaria prevista por el art. 21 y
siguientes de la ley 26657, que por su imprecisa redacción recomienda alguna previsión
específica en el articulado.
El riesgo evaluado para la internación debe ser psicosocial, es decir, no solamente
basado en lo psicopatológico o de origen en la enfermedad, sino también por la conco-
mitante falta de mecanismos de contención social.
En virtud de ello, el equipo de salud que determine la existencia de una situación de
riesgo cierto e inminente para si o para terceros deberá estar integrado por profesionales
de diferentes disciplinas entre los cuales debe haber un licenciado en psicología, un médico
psiquiatra y un profesional del área de las ciencias sociales (asistente social).
En estos casos, siempre que la condición del acusado lo dejara en una situación de
riesgo psicosocial cierto e inminente para sí o para terceros, dictaminada por cuerpo pericial
colegiado y pluridisciplinario , el Juez penal podrá disponer la internación involuntaria
en un establecimiento adecuado para su abordaje y contención, según las indicaciones
de la autoridad sanitaria, dando intervención al órgano de revisión existente dentro de
la órbita del Ministerio Público de la Defensa y remitiendo ulteriormente copia de los
antecedentes a la Justicia en lo Civil para posibilitar la supervisión de la internación.
La autorización para la externación deberá ser requerida al Juez en lo Civil de in-
tervención, previa elaboración de un dictamen colegiado y pluridisciplinario del equipo
sanitario tratante -no del forense-, que tomará en cuenta la evolución del cuadro, y dis-
pondrá la modalidad en que continuará el abordaje ambulatorio una vez reintegrado el
internado al medio libre.
Intervención de la Justicia Civil. Fundamentos. Derecho Penal. Ultima Ratio. Correspon-
de analizar el régimen civil previsto para los enfermos mentales y en particular respecto
de las internaciones involuntarias autorizadas en la ley de salud mental, con el objeto de
determinar si este sistema es apto para cumplir con los fines de prevención especial de
una manera menos aflictiva.
Sobre este punto no puede soslayarse que quienes se inclinan por poner en cabeza de
los jueces penales el control y externación de estos pacientes, no tienen en cuenta la grave
crisis que enfrenta el sistema de ejecución penal en su totalidad y se apoyan en la falsa
creencia, en la cual como operadores del sistema penal podemos vernos tentados a caer,

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232 Disidencia de Carlos A. Mahiques

de que los jueces penales serán mejores que los civiles para encargarse de la internación
de inimputables que revistan características de peligrosidad.
Este mito no tiene correlato alguno en la realidad. En primer lugar, ya que conforme
lo decidido por la jurisprudencia mayoritaria de la Cámara Nacional de Apelaciones en
lo Criminal y Correccional y la Cámara Federal de Casación Penal, no está bajo la órbita
de la Justicia de Ejecución el control y la supervisión de esos casos1.
En segundo lugar, tan solo en el ámbito de la ciudad existen únicamente cinco Juz-
gados de Ejecución Penal, dos de los cuales no han sido habilitados al día de la fecha por
cuestiones relacionadas con la falta de disponibilidad edilicia, mientras que existen ciento
diez Juzgados Nacionales en lo Civil -patrimoniales y de familia-. A esta disponibilidad
visiblemente mayor de jueces civiles debe sumarse que aquellos se encuentran especia-
lizados en temas relacionados con padecimientos mentales y sus posibles consecuencias
jurídicas, siendo que además cuentan con mayores herramientas dentro de sus equipos
que podrán evaluar con rigor científico la continuidad de la existencia del factor riesgo
en el paciente o su desaparición y consecuente traslado a una medida terapéutica más
adecuada que reconozca plenamente los derechos fundamentales del sujeto discapacitado.
En tercer lugar no puede ignorarse que existen supuestos de padecimientos menta-
les severos que traen aparejado un altísimo riesgo de verse traducidos en la comisión de
hechos violentos contra las personas, que aún no se han manifestado en actos, que tienen
lugar dentro de un contexto socio económico que les permite contar en su tratamiento con
internaciones involuntarias que tramitan en forma directa ante jueces civiles en virtud de
la contención social de la que gozan estos sujetos, mientras que en el otro extremo, en el
que se ubica la población económicamente más vulnerable, las condiciones mentales que
no revisten tanta gravedad, muchas veces debido a la falta de contención psicosocial de los
riesgos terminan por exteriorizarse en episodios que sin perjuicio de resultar de una entidad
de menor gravedad -hechos contra la propiedad-, son seleccionados por el sistema penal.
Es en estos casos donde se desdibuja la noción de última ratio del derecho penal
y su sistema termina por suplir la insuficiencia del sistema de contención del paciente
a quien el estado debería asegurarle los instrumentos necesarios para evitar ser captado
por el poder punitivo.
Afirmar lo contrario implicaría una contradicción con el derecho penal de la cul-
pabilidad propia de un estado de derecho fundada en la necesidad de inocuización o
neutralización que pretende imponerse a quien padece una enfermedad mental.

1. Cfr. Cámara Nacional de Casación Penal, Sala III, “Antuña, Guillermo Javier s/recurso de casación”,
voto minoritario de Ledesma, rta 13/09/10; Cámara Nacional de Casación Penal, Sala I, “Gómez, Gustavo
Daniel s/recurso de casación”, rta 13/04/10; Cámara Nacional de Casación Penal, Sala II, “Brois Montani,
Jonathan Christian s/ rec. de casación”, reg. Nº 18.759, rta 22/06/11, voto de los jueces Yacobucci y Madueño;
Cámara Nacional de Casación Penal, Sala IV, “Ruiz, Marcelo s/recurso de casación”, reg. Nº 14.309.4, rta
20/12/10, votos de los jueces Diez Ojeda y González Palazzo; Cámara Nacional de Casación Penal, Sala I,
Causa Nº 13.809, “Menéndez, Ariel Roberto s/recurso de casación”, rta 7/12/10, voto de los jueces Madueño
y Rodríguez Basavilbaso; Cámara Criminal y Correccional de la Capital Federal, Sala VI, Causa Nº 1799-
2012, “CBJ s/medida de seguridad”, rta 28/11/12, voto de los jueces Lucini y Filozof; Cámara Criminal y
Correccional de la Capital Federal, Sala V, Causa Nº 39.452 “A.R.G. s/medida de seguridad”, rta 16/06/10,
voto de los jueces Mirta López González y Pociello Argerich

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Anteproyecto Código Penal de la Nación Argentina 2018 233

La Corte Suprema de Justicia ya se ha expedido en el precedente Tufano2 señalando


que los enfermos mentales son un grupo particularmente vulnerable.
La determinación del lugar de ejecución de la internación es ajena a la decisión de la
jurisdicción en tanto reclama considerar la particular situación del arrestado y los recursos
institucionales con que se cuenta. Es el Ministerio de Salud de la Nación, a partir del área
específica designada o creada al efecto, la autoridad de aplicación de la ley 26.657 –art.
31-, y es ése área específica la Dirección Nacional de Salud Mental –art. 2 del Decreto
457/10 y art. 31 del Decreto 603/2013-.
Por su parte, el art. 8 determina que el Ministerio de Salud, en su calidad de autori-
dad de aplicación de la ley nacional de Salud Mental 26.657, está a cargo del “dispositivo
relativo a inimputables y toda cuestión relacionada a los mismos, alquiler, y/o construcción
de establecimientos específicos para su atención una vez producido su egreso, y gestión
de internaciones a partir de requerimientos judiciales específicos”.
Además, en el artículo 1.3 del Anexo I aprobado por esa reglamentación surge que
el PRISMA debe crear tres dispositivos de tratamiento a ejecutarse en la órbita del SPF,
siendo el 3º aquél residencial para personas con declaración de inimputabilidad, respecto
de los cuales específicamente se prevé una atención diferenciada de los demás casos, y que
debe implementarse fuera del ámbito carcelario.
Por otra parte, no puede perderse de vista que de proponerse una medida de segu-
ridad para enfermos mentales sin capacidad de culpabilidad dentro del sistema penal se
estarían vulnerando claramente al menos dos principios fundamentales. En primer lugar
el principio de culpabilidad Nulla actio sine culpa ya que los sujetos a los cuales pretende
aplicárseles esta medida no han tenido la capacidad de comprender la criminalidad de
sus actos y/o de dirigir su accionar conforme a esa comprensión y en segundo término el
principio de inocencia, ya que en los supuestos que se impone una medida de seguridad
como consecuencia de un sobreseimiento por inimputabilidad ya que la existencia del
hecho típico y antijurídico solo puede ser formalmente reconocida mediante la celebración
de un juicio oral, público y contradictorio en el cual el acusado no viera afectada el principio
de presunción de inocencia y de legalidad que nuestra carta magna consagra en su favor.
Otro de los postulados que debe respetarse es el principio de necesidad ya que
conforme a los lineamientos trazados por la Corte Suprema la internación debe guar-
dar proporcionalidad con la pena prevista para el delito que originó la intervención del
sistema penal.
Frente a esta solución que brinda la Corte Suprema, no se vislumbran motivos que
justifiquen la una internación en un dispositivo penal “sine die”, una vez transcurrido el
plazo de la pena deberá cederse la tutela del enfermo en la justicia civil en caso de con-
tinuar subsistiendo el riesgo.
Entonces, difícilmente pueda resistir el test de convencionalidad y constitucionali-
dad una norma que prevé la aplicación de una medida de seguridad, que la misma Corte
Suprema ha equiparado en muchos de sus aspectos a una penal, a quien no ha tenido
la posibilidad de controlar y cuestionar la prueba en un juicio oral y así quizás lograr su

2. Fallo 328:4832

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234 Disidencia de Carlos A. Mahiques

absolución, no ya fundado en su discapacidad mental sino en la falta de participación en


el hecho o en la configuración de una causa de justificación.
Sobre este tópico, resulta oportuno destacar un fallo del Tribunal Supremo Español
en el cual el Dr. Bacigalupo impugnó la constitucionalidad de la medida de seguridad,
propugnando que son consecuencias penales que exigen constatar no sólo si el acusado
presenta una peligrosidad que justifique la medida sino, demás, con carácter previo, si
es autor de una acción típica y antijurídica, y ello sólo puede demostrarse en un juicio
celebrado con todas las garantías, situación que no resulta posible en la mayoría de los
casos debido a las características propias de las afecciones mentales que padecen los
sujetos.3
Como conclusión, puede afirmarse que este dilema en el cual no puede realizarse
el juicio por falta de capacidad procesal del imputado ni la imposición de una medida
de seguridad puesto que para su aplicación resulta imprescindible la realización de un
juicio en el que se demuestre la materialidad del hecho y la participación del imputado
en su ejecución solo puede ser resuelto de manera correcta propiciando la intervención
de la justicia civil, que por imperio de la ley de salud mental se encuentra autorizada a
mantener la internación de una personal peligrosa para si o para terceros mientras un
equipo médico determine la continuidad del riesgo.
La expertise de los jueces civiles sobre los derechos que goza una persona que sufre un
padecimiento mental le permitirá arribar a una solución adecuada respecto al tratamiento
médico a seguir y podrá también regular cuestiones relativas a la capacidad del sujeto para
dirigir su persona o administrar sus bienes.
Artículo 35, segundo párrafo. Redacción alternativa:
El que a causa de cualquier padecimiento mental o perturbación de conciencia tuviera
considerablemente disminuida su capacidad, al momento del hecho para comprender la
criminalidad y/o dirigir sus acciones conforme a esa comprensión, sufrirá la pena prevista
para el delito disminuida en un tercio del máximo y del mínimo.
Artículo 37: El artículo 37 establece una cláusula similar a la usualmente denomi-
nada “actuar en lugar de otro”. Este tipo de cláusulas buscan solucionar los problemas
de imputación que se presentan cuando quien comete el delito no reúne las condiciones
exigidas por el tipo penal (en particular, los delitos especiales propios) y en el hecho no
intervino otro sujeto que las reúna o pueda cumplir el rol de autor. Asimismo, se utiliza para
imputar el delito cometido en el ámbito de actuación de la persona jurídica, a la persona
física que actuó en representación o nombre de ésta, cuando es el ente ideal quien reúne
las condiciones exigidas por la norma penal. Es conforme a lo establecido por ejemplo
en el art. 27 de la ley 23.737 y el art. 14 de la ley 24.769.
En la propuesta que efectué se agrega un párrafo que busca dar respuesta a supuestos
que suelen verificarse en los delitos especiales propios pero que la cláusula del “obrar en
lugar de otro” no soluciona. En efecto, cuando el sujeto que comete el delito es un intraneus
(cuenta con la calidad requerida por el tipo penal) pero es utilizado como “instrumento”
(por ejemplo, porque es inimputable o actuó en una causa de culpabilidad) por un extraneus

3. STS 2265/1993

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Anteproyecto Código Penal de la Nación Argentina 2018 235

(es decir, que no reúne las condiciones exigidas por el tipo), la cláusula del obrar en lugar
del otro y las teorías de autoría y participación, fracasan en dar una solución satisfactoria.
En función de ello se propuso como redacción alternativa:
“Responderá personalmente el sujeto en el que no concurran las condiciones, cua-
lidades o relaciones que la correspondiente figura penal requiera para poder ser sujeto
activo, cuando se verifique que ha utilizado como instrumento para la comisión del delito
a otro sujeto en quien se verificaban dichas condiciones, cualidad o relaciones exigidas”.
Artículo 38: Al momento de debatir el presente tema en la Comisión propuse adoptar
el sistema de responsabilidad penal de las personas jurídicas por “defecto de organización”,
en la inteligencia de que -entre los sistemas vigentes en el derecho comparado- es el único
que permite fundar subjetivamente la responsabilidad del ente por el hecho propio. En
este sistema, el ente ideal es responsabilizado por la violación del deber de cuidado en
que incurrió, al haber adoptado un defectuoso sistema de organización que no impidió o
facilitó la comisión de ilícitos dentro de su ámbito de actuación.
El modelo de “responsabilidad por el hecho ajeno” o “Responsabilidad Vicarial”,
adoptado en el articulado aprobado, responsabiliza a la persona jurídica por un hecho ajeno,
bastando sólo verificar la comisión del delito (tanto objetiva como subjetivamente) por
una persona física vinculada con aquella, que actuó en nombre, beneficio o interés del ente.
El sistema de responsabilidad que he postulado, además, exige un plus: un defecto de
organización en la empresa. No sólo debe verificarse que el delito lo llevó a cabo un sujeto
en el ámbito del ente ideal sino que también debe verificarse si el ente ha adoptado un
sistema de control para evitar la comisión de delitos por parte de las personas físicas que
la integran. Si no se adoptó tal sistema de organización, el adoptado era evidentemente
defectuoso o no existió un monitoreo idóneo y efectivo de su cumplimiento, corresponderá
aplicarles la sanción penal a los entes ideales.
En la redacción propuesta se dejó fuera del ámbito penal a las personas jurídicas
unipersonales -nueva figura jurídica incorporada en el Código Civil y Comercial- puesto
que al ser entes constituidos por una sola persona física, no correspondería desdoblar la
responsabilidad penal.
Asimismo, en el articulado propuesto se aceptó la posibilidad de que el ente ideal
fuese responsabilizado por los delitos cometidos en el ámbito de actuación de éste aunque
los ilícitos no hubiesen redundado en su beneficio o interés, siempre que quien actuó lo
haya hecho en nombre de la persona jurídica o, careciendo de dicha atribución, ésta haya
ratificado su actuación y se verifique un defecto de organización en la persona jurídica.
Tal podría ser el caso, por ejemplo, de la comisión del delito de estrago culposo cometido,
por violación de las normas relativas a la seguridad de transporte, cuando se verifica que
dicha práctica era avalada cotidianamente la organización de la empresa interna o la falta
de control de la persona jurídica.
Redacción alternativa:
“Las personas jurídicas, salvo las personas jurídicas unipersonales y el Estado, son
responsables, en los casos que la ley expresamente lo prevea, por los delitos cometidos
por los sujetos indicados en los supuestos a), b) y c) del artículo anterior o cometidos por
los sujetos dirigidos o vigilados por aquellos, en los que se hayan delegado las funciones

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vinculadas con el área en donde se cometió el delito, siempre que actuaren en beneficio,
interés o intervención de ellas y por defecto de organización. Las personas jurídicas no
son responsables si la representación invocada fuera falsa, o si el delito cometido hubiera
sido realizado en interés o beneficio propio de las personas físicas mencionadas en el
artículo anterior o de un tercero. La entidad no será responsable cuando se verifique que:
a) se hubiesen adoptado y cumplido, previo a la comisión del delito, reglas idóneas para
evitar, en el ámbito de su actuación, la comisión de delitos de la especie del verificado; b)
se haya instaurado un órgano de vigilancia, dotado de poderes autónomos de iniciativa y
control u otros procedimientos internos de control que aseguren el correcto cumplimiento
de dichas reglas, el cual debe haberse encontrado en funcionamiento al momento de los
hechos. Las sociedades controlantes son solidariamente responsables por las sanciones
de carácter económico impuestas a sus controladas y por la reparación del daño causado”.
Artículo 40 y 41: Propuesta alternativa
ARTICULO 40.- En las penas divisibles por razón de tiempo o de cantidad, los
tribunales fijarán la sanción dentro de la escala prevista.
Para la determinación del marco punitivo, en primer lugar se establecerán los con-
cursos reales existentes, el grado de ejecución del delito y el de participación del sujeto.
La escala sancionatoria será fraccionada en tres segmentos.

1. Para el caso de los delitos dolosos, considerando el nivel de planificación, según sea
un comportamiento espontáneo, con algo o mucha preparación.
a. Si el delito fuera de resultado, una vez establecido el segmento, este a su vez será
dividido en tres, para lo cual se tendrá en consideración la magnitud del daño
causado, según sea bajo, medio o grave.
b. Si el delito fuera tentado o de peligro, esta subdivisión se hará teniendo en cuenta
el grado de riesgo para el bien jurídico, según sea bajo, medio o grave.
2. Para el caso de los delitos culposos, se hará considerando la entidad de la inobservancia
del deber de cuidado, según sea baja, media o grave.

Una vez establecido el marco punitivo aplicable al caso, el punto de partida será su
término medio, graduándose acorde a las circunstancias atenuantes y agravantes genéricas
o específicas establecidas, de conformidad a las reglas del artículo siguiente.
El juez deberá fundar la pena en forma precisa y circunstanciada conforme a los
criterios señalados en este artículo, bajo pena de nulidad. Del mismo modo deberá obrar
en los casos que pretenda apartarse de forma excepcional del segmento de pena que le
corresponde al caso.
El juez podrá determinar la pena por debajo del mínimo en hechos dolosos cuando
mediare una significativa desproporción entre la lesión sufrida por el agente y la causada
por este al bien jurídico.
ARTICULO 41.-
1º. Para establecer los parámetros señalados en el artículo anterior, se tendrán en cuenta
la naturaleza del comportamiento, los medios empleados para su comisión, las característi-
cas de la víctima, su singularidad o pluralidad, el lugar de comisión, la posible extensión de

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Anteproyecto Código Penal de la Nación Argentina 2018 237

los efectos a terceros no alcanzados por el resultado o planificación, y los requerimientos


normativos aplicables para la situación o la conducta llevada a cabo por el autor.
2º. Serán circunstancias atenuantes en general, siempre que no estén expresamente
contempladas como constitutivas o atenuantes de un tipo penal específico:
- Las condiciones personales, económicas, sociales y culturales del autor, que limiten
su ámbito de autodeterminación.
- En los delitos patrimoniales, la miseria o la dificultad para ganarse el sustento
propio necesario y el de los suyos.
- El sufrimiento de algún padecimiento que disminuya considerablemente sus ex-
pectativas de vida.
- La actuación por motivos valiosos, que no lo eximan de responsabilidad.
- Las consecuencias lesivas considerables que hubiera sufrido el autor o partícipe,
como resultado de la ejecución del hecho.
- Su comportamiento espontáneo posterior al delito, que revele su disposición a
mitigar o reparar el daño, o a resolver el conflicto.
- Su cooperación en el esclarecimiento del hecho.
3º. Serán circunstancias agravantes en general, siempre que no estén expresamente
contempladas como constitutivas o agravantes de un tipo penal específico:
a) La pluralidad de agentes.
b) La indefensión de la persona o del bien jurídico afectados.
c) La crueldad del medio utilizado o del modo de comisión.
d) La temeridad exhibida por el agente.
e) La provocación de daños o perjuicios innecesarios en la ejecución del hecho.
f ) La actuación por motivos fútiles, viles, o discriminatorios.
g) Valerse de un menor de dieciséis años o de una persona incapaz.
h) El despliegue de violencia o intimidación contra las personas, mediante el empleo
de un arma de fuego.
i) El empleo de un medio idóneo para producir destrucción o peligro masivo para
la vida o la integridad física.
j) Valerse de un alto grado de conocimiento técnico.
k) Valerse de la condición de autoridad pública o de una relación de superioridad o
confianza.
l) Valerse de una función relevante en una organización.
4º. Las escalas penales podrán reducirse a las de la tentativa respecto de los partícipes
o autores por algún delito de los detallados a continuación en este artículo, cuando durante
la sustanciación del proceso del que sean parte, brinden información o datos precisos,
comprobables y verosímiles.
El proceso sobre el cual se aporten datos o información deberá estar vinculado con
alguno de los siguientes delitos:
a) Delitos de producción, tráfico, transporte, siembra, almacenamiento y comercia-
lización de estupefacientes, precursores químicos o cualquier otra materia prima para su
producción o fabricación previstos en la ley 23.737 o la que en el futuro la reemplace, y
la organización y financiación de dichos delitos;

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238 Disidencia de Carlos A. Mahiques

b) Delitos previstos en la sección XII, título I del Código Aduanero;


c) Todos los casos en los que sea aplicable el artículo 41 quinquies del Código Penal;
d) Delitos previstos en los artículos 125, 125 bis, 126, 127 y 128 del Código Penal;
e) Delitos previstos en los artículos 142 bis, 142 ter y 170 del Código Penal;
f ) Delitos previstos en los artículos 145 bis y 145 ter del Código Penal;
g) Delitos cometidos en los términos de los artículos 210 y 210 bis del Código Penal;
h) Delitos previstos en los capítulos VI, VII, VIII, IX, IX bis y X del título XI y en
el inciso 5 del artículo 174, del Código Penal;
i) Delitos previstos en el título XIII, del libro segundo, del Código Penal.
Para la procedencia de este beneficio será necesario que los datos o información
aportada contribuyan a evitar o impedir el comienzo, la permanencia o consumación de
un delito; esclarecer el hecho objeto de investigación u otros conexos; revelar la identidad
o el paradero de autores, coautores, instigadores o partícipes de estos hechos investigados
o de otros conexos; proporcionar datos suficientes que permitan un significativo avance
de la investigación o el paradero de víctimas privadas de su libertad; averiguar el destino
de los instrumentos, bienes, efectos, productos o ganancias del delito; o indicar las fuentes
de financiamiento de organizaciones criminales involucradas en la comisión de los delitos
previstos en el presente artículo.
Cuando el delito atribuido al imputado estuviere reprimido con prisión y/o reclusión
perpetua, la pena sólo podrá reducirse hasta los quince (15) años de prisión.
La reducción de pena no procederá respecto de las penas de inhabilitación o multa.
5º. Cuando alguno de los delitos previstos en este Código sea cometido con la
intervención de menores de catorce años de edad, la escala penal correspondiente se in-
crementará en un tercio del mínimo y del máximo, respecto de los mayores que hubieren
participado en el mismo.

Fundamentación:

Método: La finalidad del método de los arts. 40 y 41, con subdivisión en escalas, es
circunscribir la discrecionalidad judicial, dotando al proceso de determinación de la pena
de pautas claras, tanto para la delimitación del marco punitivo, como para el punto de
ingreso en el proceso de graduación de la sanción, y el establecimiento claro de pautas
agravantes y atenuantes.
Respecto de las armas de fuego no parece que el empleo de las mismas tenga que tener
una sanción mayor que el empleo de otro tipo de arma. Si bien el medio dota de mayor
efectividad al despliegue delictivo, con lo cual el hecho puede resultar objetivamente más
ofensivo, lo cierto es que la utilización de un arma de diversa condición, que reclama el
empleo de la propia fuerza física del agente, y en ocasiones incluso la aproximación a la
víctima con el consecuente riesgo para quien obra, puede provocar que el suceso resulte
subjetivamente más ofensivo. Parece más conveniente que la escala sancionatoria permite
la delimitación en el caso concreto.

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Anteproyecto Código Penal de la Nación Argentina 2018 239

Por otra parte, en lo relativo a los menores debe considerarse que la mayoría de
edad, por la reforma de la legislación civil, quedó establecida en dieciocho años, y re-
sultando que la edad de imputabilidad del menor es de dieciséis años, la norma tal cual
hoy está establecida no parece acertada para establecer el plus de gravedad del caso,
cuando se advierte que concibe posibles coautorías de sujetos de diecisiete y dieciocho
años, sin que se advierta que el segundo se encuentre en una posición de superioridad
respecto del primero.
Parece más conveniente establecer dos parámetros, el primero es la minoría “per se”
como pauta de agravante genérica para el coautor; y cuando esa minoría es inferior a los
dieciséis años –que determina la inimputabilidad penal-, posea un “plus” de un tercio de
la sanción del tipo básico, con fundamento en que la intervención del joven en el suceso
posibilita al mayor intentar desligar su responsabilidad en él –instrumentalización-, o
bien importa un posible ejercicio de superioridad respecto del joven o su inducción en
la senda del crimen.
Aborto: La comisión ha decidido presentar tres posiciones diferentes respecto de la
falta de punibilidad del aborto. Luego de una profunda reflexión sobre el tema y en pos
de lograr los consensos necesarios para la elaboración del proyecto he elegido la Nro.1,
la cual no se ajusta exactamente a la postura jurídica que he sostenido hace años, pero
resulta ser la más cercana a ella.
En efecto, resulta oportuno destacar que las cláusulas de no punibilidad consagradas
en este artículo, que responden a una decisión político criminal, no pueden soslayar los
compromisos internacionales asumidos por el Estado Argentino en el marco de los pactos
internacionales de derechos humanos y mas aún con nuestra propia carta magna.
Sobre el particular, es dable destacar el contenido de las Convenciones internacio-
nales integradas a nuestra Constitución Nacional con análoga jerarquía, tales como la
Declaración Universal de Derechos Humanos, que establece en su artículo 3° que “Todo
individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona”; el Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos que dispone en su artículo 6° que “El dere-
cho a la vida es inherente a la persona humana. Este derecho estará protegido por la ley.
Nadie podrá ser privado de la vida arbitrariamente”.
En el mismo sentido la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del
Hombre postula en su primer artículo que “Todo ser humano tiene derecho a la vida, a
la libertad y a la seguridad de su persona”, mientras que la Convención Americana sobre
Derechos Humanos establece en el artículo 4° que “Toda persona tiene derecho a que se
respete su vida. Este derecho estará protegido por la ley en general, a partir del momento
de la concepción. Nadie puede ser privado de su vida arbitrariamente”.
En último término, la Convención de los Derechos del Niño señala en el artículo 6°
que “Los estados parte reconocen que todo niño tiene el derecho intrínseco a la vida” y
le ley N° 23.849 que aprueba el mentado cuerpo normativo determina que “niño” debe
interpretarse como “todo ser humano desde el momento de su concepción y hasta los 18
años de edad”.
Sobre este punto, es dable aclarar que el inciso 22 del artículo 75 de nuestra carta
magna incorpora los pactos internacionales en las condiciones de su vigencia, lo que

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240 Disidencia de Carlos A. Mahiques

permite aseverar que, siendo la ley 23.849 anterior a la reforma constitucional de 1994, ha
quedado integrada al bloque constitucional y junto con ella la definición del término niño.
De este modo, la extensa normativa citada precedentemente nos compele a un mayor
análisis de la cuestión en el cual estas cláusulas de no punibilidad sólo serían aceptables
si tienen por objeto la evitación de otros daños o lesiones que revistan importancia como
para legitimar una decisión tan trascendente.
El debate parlamentario que se encuentra desarrollando en este momento, junto
con la discusión que suscitara el tratamiento de este proyecto en el Congreso Nacional
permitirán arribar a soluciones que pongan de resalto la política de prevención, la asis-
tencia y la ayuda a las madres, tendientes a la toma de conciencia del deber propiamente
humano de acoger y proteger la vida que nace en virtud a los compromisos asumidos por
nuestro país, que permitan evitar ser declarados responsables en el orden internacional.
Artículo 303. Propuesta alternativa: “Artículo XXX.- Lavado de activos de origen
ilícito.
Se impondrá prisión de TRES (3) a DIEZ (10) años y multa de CIEN (100) a
TRESCIENTOS SESENTA (360) días, al que a sabiendas tuviere, usare, dispusiere o
administrare, bienes o sus subrogantes, provenientes de alguno de los siguientes ilícitos
penales:
a) producción, tráfico y comercialización ilícita de estupefacientes y precursores
químicos (Ley 23.737);
b) contrabando de armas y demás hechos de contrabando calificado (artículos 865,
866 y 867 del Código Aduanero, Ley 22.415);
c) hechos cometidos por una asociación ilícita calificada en los términos del artículo
210 bis del Código Penal;
d) hechos cometidos por asociaciones ilícitas en los términos del artículo 1° de la
Ley 25.241, modificado por el artículo 6° de la Ley 26.734;
e) hechos cometidos por fraude contra la Administración Pública (artículo 174 inciso
5º del Código Penal);
f ) hechos cometidos en perjuicio de la Administración Pública previstos en los Ca-
pítulos VI, VII, IX y IX bis del Título XI del Libro Segundo del Código Penal;
g) falsificación de moneda (Título XII, Capítulo I del Libro Segundo del Código
Penal);
h) hechos contra el medio ambiente (Ley 24.051);
i) hechos cometidos contra la libertad individual (Título V, Capítulo I del Libro
Segundo del Código Penal) y secuestro extorsivo (artículo 170 del Código Penal);
j) hechos de trata de personas previstos por los artículos 145, 145 bis y 145 ter del
Código Penal (Ley 26.364);
k) hechos contemplados por el artículo 306 del Código Penal (Ley 26.734);
l) homicidio calificado por precio o promesa remuneratoria (artículo 80, inciso 3°,
del Código Penal);
ll) delitos tributarios calificados, aprovechamiento indebido de subsidios, obtención
fraudulenta de beneficios fiscales y evasión agravada relativa a los recursos de la seguridad
social (Ley 24.769, artículos 2, 3, 4 y 8); y

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Anteproyecto Código Penal de la Nación Argentina 2018 241

m) Delitos de prostitución de menores y pornografía infantil, previstos en los artículos


125, 125 bis y 128 del Código Penal
2. Se aplicarán las penas del inciso precedente, con un máximo de DOCE (12) años
de prisión, al que ocultare el origen de los bienes allí mencionados, frustrare o pusiere en
peligro la determinación de su ubicación o individualización o la posibilidad de proceder
a su secuestro, embargo o decomiso.
3. Cuando el condenado por los delitos previstos en los incisos precedentes hubiere
actuado en ejercicio de una profesión que requiriere habilitación o fuere funcionario
público y lo hubiere cometido en ejercicio u ocasión de sus funciones, las escalas penales
correspondientes se incrementarán en un tercio del mínimo y del máximo y, además, se
impondrá inhabilitación de TRES (3) a DIEZ (10) años.
5. Cualquiera de los delitos previstos en este artículo se configura aunque el hecho
ilícito penal que diere origen a los bienes hubiere sido cometido fuera del ámbito de
aplicación espacial del Código, en tanto su comisión también estuviere amenazada con
pena en el lugar de comisión”.
Se trata de una propuesta elaborada sobre la base del texto adoptado en el Antepro-
yecto 2012, con incorporación de una serie de cambios acordados con FAPLA. Asimismo,
se han tomado en consideración las previsiones de la Convención de Naciones Unidas
contra la Delincuencia Organizada Transnacional (2000) y sus Protocolos, así como las
40 Recomendaciones de GAFI y los lineamientos sugeridos por ese organismo a nuestro
país en el marco del procedimiento de seguimiento intensivo.
Entre las principales modificaciones al articulado vigente, se encuentran las siguientes:

1. Contemplación de un cambio en el bien jurídico afectado por las conductas, que busca
captar no sólo el perjuicio al orden económico como cuestión macro, sino también
a sus aspectos sociales, en coincidencia con la sistemática adoptada en el derecho
comparado (España).
2. Modificación de los verbos típicos: reemplazo de los del actual art. 303 del CP
(convertir, transferir administrar, vender, gravar, disimular), por otros (tener, usar,
administrar, disponer. Al respecto, se estima que este breve listado de cuatro verbos
agota todas las posibilidades de empleo del provecho de un ilícito penal, y si bien
difiere de los términos empleados en los instrumentos internacionales, ello se debe
a que aquéllos, al menos en su traducción literal, no logran materializar una relación
efectiva entre el agente y el objeto.
3. Asimismo, se suprime la referencia genérica “de cualquier otro modo pusiere en
circulación en el mercado”, dado que no todos los verbos de la propuesta ni del
Código Penal implican una circulación en el mercado, lo cual genera un equívoco
actualmente, y, por otro lado, no se vislumbran acciones diferentes a las cuatro
contempladas.
4. Eliminación de la exigencia de la “consecuencia posible de que (…) los bienes (…) adquie-
ran la apariencia de un origen lícito”, dado que no es un elemento necesario, que puede
llegar a conspirar con la correcta aplicación de la figura, en tanto basta que cualquiera
de las acciones previstas en la propuesta sea realizada a sabiendas del origen ilícito.

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5. Determinación de un listado de delitos precedentes de los que provienen los fondos,


de conformidad con los estándares internacionales y la legislación comparada, con
el fin de concentrar los recursos judiciales en la persecución de las conductas de
reciclaje del producto de delitos graves, mayormente vinculadas a la criminalidad
compleja u organizada. Su enunciación y referencias normativas deberán adaptarse
a las decisiones que adopte a su respecto la Comisión.
6. Supresión de la referencia hecha en la figura actual a la posible consecuencia de que
los bienes adquieran apariencia legítima, en parte debido a la incorporación de las
conductas de tenencia y uso, pero también porque, por un lado, el solo aprovecha-
miento de los bienes es igualmente reprobable y, por otro, el resto de las operaciones
mencionadas siempre hacen posible la alteración de la apariencia ilícita, que además
al ser conocida debería impedir cualquier tipo de utilización.
7. Supresión del monto de los bienes lavados como criterio diferenciador de la gravedad
del hecho, dado que en razón de la incorporación del listado de delitos precedentes, el
recorte se hace por la gravedad de los delitos cuyo provecho es sometido a maniobras
que esconden su origen.
8. Supresión de la figura atenuada de receptación de bienes con fines de lavado, dado que
queda alcanzada por el tipo penal básico, bajo la modalidad de tener, sin el requisito
subjetivo de difícil comprobación que prevé la ley actual.
9. Incorporación, en inciso aparte y con pena máxima agravada, de la figura de oculta-
miento, disimulo y frustración de la investigación del origen de los bienes, de con-
formidad con los estándares internacionales y la legislación comparada (Alemania).
10. A las agravantes para funcionarios públicos y profesiones que requieren habilitación,
se añade un agravamiento de las penas de prisión.
11. Se modifica la redacción de la previsión final, referida a la punibilidad del lavado del
provecho de delitos cometidos en el extranjero.

Propuesta: “Artículo: Asociación ilícita terrorista. Se impondrá pena de prisión de CIN-


CO (5) a QUINCE (15) años al que tomare parte en una asociación o banda de tres o
más personas destinada a cometer delitos contra la humanidad y las personas, la libertad,
la seguridad pública o el orden público, con el propósito de intimidar a la población u
obligar a los poderes públicos a realizar o abstenerse de realizar un acto que le fuere pro-
pio. Para los jefes u organizadores de la asociación, el máximo de la pena será de veinte
(20) años de prisión”.
En línea con los textos presentados, se recupera la figura de asociación ilícita terrorista
(antes vigente como 213 ter del CP), derogada a partir de la sanción del 41 quinquies. Se
sugiere utilizar esta propuesta como alternativa de negociación.
Se recogen los aspectos fundamentales del 41 quinquies, en la medida necesaria para
dar cumplimiento a los compromisos internacionales.
En ese sentido, la nómina de delitos que se contempla comprende la totalidad de los
delitos previstos en el Anexo al Convenio Internacional para la Represión de la Financia-
ción del Terrorismo (ONU) y, a la vez, se recepta la fórmula genérica de ese instrumento.
También se contempla pena agravada para jefes u organizadores.

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Propuesta: “Artículo: Financiamiento del terrorismo. Será reprimido con prisión de CIN-
CO (5) a QUINCE (15) años y multa de CIEN (100) a TRESCIENTOS SESENTA
(360) días, siempre que el hecho no importe otro delito por el cual la ley imponga pena
mayor, el que directa o indirectamente y a sabiendas, recolectare o proveyere bienes:
a) Para la comisión de un delito contra la humanidad y las personas, la libertad, la
seguridad pública o el orden público, cuya realización tuviere por propósito intimidar a
la población u obligar a los poderes públicos a realizar o abstenerse de realizar un acto
que le fuere propio.
b) Para personas u organizaciones conocidamente comprometidas en la comisión de
delitos mencionados en el apartado precedente, con la finalidad allí prevista.
Esta disposición rige aunque el hecho al que se quisiere contribuir:
a) Hubiere de tener lugar fuera del ámbito de aplicación de este Código.
b) No hubiere tenido principio de ejecución o hubiere quedado en grado de tentativa.
La pena impuesta en función de este artículo no superará la prevista para la comisión
del delito de que se trate”.
Al igual que en el texto propuesto para las asociaciones, se mencionan todos los
títulos del CP que agrupan las figuras mencionadas en el Anexo a las Convenciones, que
pudieren cometerse con la finalidad allí prevista.
Asimismo, se contempla el financiamiento de personas y organizaciones reconocidas
como terroristas, mediante una redacción que implica reenvío a los listados nacionales e
internacionales en la materia.
También se contempla el impedimento de aplicar la figura cuando el hecho configure
un supuesto de pena mayor por otro delito, en razón de la gravedad extrema que revisten
algunos de los delitos financiados.
Sin otro particular, saluda a Ud. muy atentamente.

Carlos A. Mahiques

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Disidencias de Patricia Llerena

Buenos Aires, 21 de mayo de 2018

Señor Presidente de la Comisión para la


Reforma del Código Penal de la Nación
Dr. Mariano Hernán BORINSKY

Tengo el agrado de dirigirme a Ud., en mi carácter de integrante de la Comisión que


preside, a fin de remitirle mis disidencias respecto del texto del Anteproyecto de Código
Penal que por mayoría se ha decidido elevar.
Las disidencias son puntuales, y tienen por objetivo dar una visión diversa a lo acor-
dado en las reuniones, en particular en aquellas cuestiones en las que quedé en minoría.
Se indicarán por Libros y por artículos.

Libro primero. Disposiciones generales

Artículo 5, tercer párrafo: No estoy de acuerdo con su inclusión ya que, de acuerdo


con la sistemática del libro I, aparece sobreabundante. Ello se advierte especialmente al
cotejarlo con el artículo 26 del anteproyecto.
Artículos 10 y 11: No comparto la imposición de “un seguimiento socio judicial” ni
de “una custodia de seguridad” –supuestos aceptados por los integrantes de la comisión
con distintos votos–. En ambos casos se establece que dichas medidas, cuya imposición
es optativa para los jueces, serán impuestas con relación a los condenados por algunos
delitos, “con posterioridad al cumplimiento de la pena impuesta”.
En primer término, tengo presente que dichas medidas serán impuestas sobre personas
que ya han cumplido la pena que les fuera impuesta por los magistrados, y que en algunos
casos, conforme lo establece el artículo 14 del anteproyecto –recogiendo la disposición
actualmente en vigencia del artículo, texto según Ley 27.375– no admiten libertad con-
dicional. La fijación del monto de pena se relaciona con la establecida para cada delito, y
en el anteproyecto, en el Título VIII sobre “Pautas para la determinación de las sanciones”
se incluyen circunstancias atenuantes y agravantes, a los fines de fijar la pena en su tercio
mínimo o máximo. La pena que se impone debe tener en consideración la culpabilidad

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246 Disidencia de Patricia Llerena

del autor, debiendo ser su quantum proporcional a ella. Así, la Corte Suprema de Justicia
de la Nación ha establecido que “La medida de la pena no puede exceder la del reproche
que se le formule a la persona por haber escogido el ilícito cuando tuvo posibilidad de
comportarse conforme a la norma, o sea, que la pena debe ser proporcional a la culpabi-
lidad del autor, y esta culpabilidad se determina según el ámbito de autodeterminación
que éste haya tenido para ejercer su conciencia moral en la constelación situacional en que
hubiese actuado y en relación a sus personales capacidades en esa circunstancia(…) No se
pena por lo que se es, sino que por lo que se hace, y sólo en la estricta medida en que esto
se le pueda reprochar al autor” (CSJN “Maldonado, Daniel Enrique” del 7/12/05, Fallos
328:4343, considerando 36). En el mismo sentido, se estableció que “La Constitución
Nacional, principalmente en razón del principio de reserva y de la garantía de autonomía
moral de las personas consagrados en el art. 19, no permite que se imponga una pena a
ningún habitante en razón de lo que la persona es, sino únicamente como consecuencia
de aquello que dicha persona haya cometido. De modo tal que el fundamento de la pena
en ningún caso será su personalidad, sino la conducta lesiva llevada a cabo” (C.S.J.N.
“Gramajo”; resuelta el 5/9/2006; Fallos 329:3680, en especial considerando 18).
Con ello como norte, considero que las medidas impuestas luego del agotamiento
de la pena, no se basan en un derecho penal de acto, sino en la peligrosidad del autor. Las
medidas que se incluyen son restrictivas de derechos respecto de una persona que, habiendo
sido juzgada por lo que hizo, y como consecuencia de ello habiendo sufrido efectivamente
un reproche penal, sigue siendo sometida al control –bajo distintas denominaciones– del
Estado. Por ello, entiendo que a través de estas medidas se pretende imponer a una persona
conductas, hábitos, restricciones a derechos por lo que esa persona es, y no por lo que hizo,
ya que para este último supuesto, ya cumplió la pena ponderada a partir de lo establecido
para cada delito y por los jueces sobre la base de las circunstancias atenuantes y agravantes.
Al respecto, cabe recordar que se ha sostenido que “En un modelo normativo definido
a partir del principio de hecho, a la persona se la pena con la privación de su libertad
solo en la medida de la defraudación a una norma, y durante esa privación de libertad
es el Estado el obligado a generar posibilidades de resocialización para el condenado”
(confrontar Magariños, Mario “Dilemas actuales de derecho penal”, editorial Ad Hoc,
Buenos Aires, año 2012, pág. 48). Por lo dicho, entiendo que las medidas previstas en los
artículos 10 y 11 del anteproyecto, no se basan en el derecho penal de acto, y que, por esa
razón, quebrantan la disposición del artículo 19 de la Constitución Nacional.
Artículo 14: Estoy de acuerdo con la posibilidad de establecer un elenco de delitos
respecto de los cuales no es posible otorgar la libertad condicional, tal como se establece
en el actual artículo 14 del Código Penal, texto según ley 27.375, y por ello comparto los
delitos incorporados en tal sentido en el anteproyecto unificado. No obstante, considero
que la ampliación de dichos supuestos a través de una formula como “violencia que haya
conllevado para la víctima graves daños a la salud o la muerte”, aparece innecesaria frente
a la amplitud del catálogo de delitos expresamente incluidos.
Artículo 28: En coincidencia con el comentario “C19”, que acompaña el texto uni-
ficado, entiendo que la fórmula utilizada incluye un supuesto de trabajo comunitario,
más una pena de prisión de ejecución condicional, más reglas de conducta. Las tareas

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Anteproyecto Código Penal de la Nación Argentina 2018 247

comunitarias, que aparecen en el texto, son penas acumulativas a la prisión en suspenso,


y con la posibilidad de que se impongan por un año por encima del límite de la prisión
en concreto, según la regla establecida en el artículo 26, lo que importaría las mismas
objeciones planteadas con relación a los artículos 10 y 11. Por ello, entiendo que la reali-
zación de los trabajos comunitarios en favor del Estado o de instituciones de bien público,
debe seguir prevista como regla de conducta, tal como está previsto en el texto actual del
artículo 27 bis del Código Penal.
Artículo 34, inciso 4°, segundo párrafo: No comparto la inclusión de dicho su-
puesto. En concordancia con lo sostenido por Patricia Ziffer y Fernando Córdoba
en sus disidencias, considero que la inclusión del párrafo “El miembro de seguridad
pública, policial o penitenciaria que, en cumplimiento de su deber y en uso de sus
armas en forma reglamentaria, cause lesiones o muerte”, genera confusión en el sistema
de eximentes de pena, en tanto ese supuesto ya está atrapado por el primer párrafo
del mismo inciso, el cual ha tenido y tiene una solución en el análisis dogmático de
la teoría del delito.
Artículo 38, Título VII, “Responsabilidad de las Personas Jurídicas”: Comparto el
texto siguiente:

ARTÍCULO 38.- 1° En los casos que se indican en el último inciso de este artículo, las
personas jurídicas de carácter privado serán responsables:
a) De los delitos cometidos por los integrantes de sus órganos o sus representantes, aun
cuando el acto jurídico determinante de la designación fuera ineficaz, o por quienes ostentan
facultades de organización y control dentro de ellas, cuando el hecho pueda redundar en
beneficio directo o indirecto para la persona jurídica.
Aun cuando el interviniente careciere de atribuciones para obrar en representación de la
persona jurídica, ésta será igualmente responsable si hubiere ratificado la gestión, aunque
fuere de manera tácita.
b) De los delitos cometidos, en el ejercicio de actividades sociales, por quienes, estando some-
tidos directamente a la autoridad de las personas físicas mencionadas en este inciso, letra a),
han podido realizar los hechos por haberse incumplido gravemente por aquéllos los deberes de
supervisión, vigilancia y control de su actividad, atendidas las concretas circunstancias del caso,
cuando su actuación pueda redundar en beneficio directo o indirecto para la persona jurídica.
2° La persona jurídica quedará exenta de responsabilidad si ha adoptado y ejecutado con
eficacia, antes de la comisión del delito, Programas de Cumplimiento Normativo orientados
a la organización y gestión interna de la entidad que incluyan las medidas de supervisión,
vigilancia y control idóneas para prevenir delitos de la misma naturaleza del que fue cometido
o para reducir de forma significativa el riesgo de su comisión.
Estos Programas de Cumplimiento Normativo deberán cumplir los siguientes requisitos:
a) Desarrollar métodos de análisis de riesgos penales relacionados con aquellos delitos a los
que alcanza la responsabilidad penal de las personas jurídicas regulada en este artículo;
b) Dictar códigos de conducta con enunciado normativos claros que describan los deberes
que incumben a cada persona de la organización que se encuentre implicada en el proceso de
prevención y los mecanismos para el control de su cumplimiento, así como una tipificación de

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las conductas irregulares y un sistema disciplinario que sancione adecuadamente la infracción


de dichos deberes;
c) Establecer procedimientos para el reporte de las irregularidades que se adviertan dentro
de la organización y garanticen la indemnidad laboral de los miembros de la organización
que informen de buena fe;
d) Prever que el órgano encargado del cumplimiento penal goce de los recursos materiales
necesarios para satisfacer sus deberes así como de poderes autónomos de iniciativa y control;
e) Realizar una verificación periódica del modelo y de su eventual modificación cuando se
pongan de manifiesto infracciones relevantes de sus disposiciones, o cuando se produzcan
cambios en la organización, en la estructura de control o en la actividad desarrollada que los
hagan necesarios;
f ) Satisfacer toda otra exigencia normativa proveniente de las regulaciones administrativas
del sector en relación con la prevención del delito así como adaptarse a las exigencias en
relación con la prevención del delito de los estándares de calidad de la actividad o sector de
la economía donde desarrolle su actividad.
3° La responsabilidad de las personas jurídicas será exigible siempre que se constate la comisión
de un delito que haya tenido que cometerse por quien ostente los cargos o funciones aludidas
en el inciso 1°, letras a) y b), de este artículo, aun cuando la concreta persona física responsable
no haya sido individualizada o no haya sido posible dirigir la acción penal contra ella porque
hubieran fallecido, se hubieran sustraído a la acción de la justicia o por cualquier otro motivo;
4° La concurrencia, en las personas que materialmente hayan cometido los hechos o en las
que los hubiesen hecho posibles por no haber ejercido el debido control, de circunstancias que
afecten a la culpabilidad del acusado o agraven su responsabilidad, no excluirá ni modificará
la responsabilidad de las personas jurídicas.
5° Las disposiciones contenidas en este Título y en el artículo 41 bis serán aplicables a los
delitos previstos en los artículos 145, 220, 221, 222, 223, 224, 256, inciso 2°, 257, inciso 2°, 258,
265, 266, inciso 3°, 267, inciso 1°, 268 y 292, inciso 3°, y en los Títulos XIII (con excepción
del artículo 302), XIV, XV, XVI, XVII, XVIII, XXII, XXIII, XXIV, XXV, XXVI y XXVII
del Libro Segundo de este Código.
ARTÍCULO 39.- Las sanciones que podrán imponerse a las personas jurídicas, en forma
alternativa o conjunta, serán las siguientes:
1° Multa;
2° Cancelación de la personería jurídica. Esta sanción sólo podrá aplicarse si la persona ju-
rídica hubiese sido creada al solo efecto de la comisión del delito o si la comisión de delitos
constituye su principal actividad;
3° Suspensión total o parcial de actividades, que en ningún caso podrá exceder de cinco (5) años;
4° Prohibición de realizar en el futuro las actividades en cuyo ejercicio se haya cometido,
favorecido o encubierto el delito. Esta prohibición podrá ser temporal o definitiva. Si fuere
temporal, el plazo no podrá exceder de cinco (5) años;
5° Clausura total o parcial de sus locales o establecimientos;
6° Publicación total o parcial de la sentencia condenatoria a su costa;
7° Prestaciones obligatorias vinculadas con el daño producido;
8° Suspensión del uso de patentes y marcas, que en ningún caso podrá exceder de cinco (5) años;

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Anteproyecto Código Penal de la Nación Argentina 2018 249

9° Pérdida o suspensión de los beneficios, subsidios estatales, subvenciones estatal o ayudas


públicas de las que gozare así como prohibición de acceder a ellos y de participar en concursos
o licitaciones públicas o celebrar actos y contratos con los organismos del Estado, que en
ningún caso podrá exceder de quince (15) años;
10° Suspensión en los registros estatales;
11° Intervención judicial por el tiempo necesario para salvaguardar los derechos de los tra-
bajadores o de los acreedores por el tiempo que se estime necesario, que no podrá exceder de
cinco (5) años, la que podrá afectar a la totalidad de la organización o limitarse a alguna de
sus instalaciones, secciones o unidades de negocio.
En los casos de transformación, fusión, absorción, escisión o cualquier otra modificación
societaria de una persona jurídica, la responsabilidad se transmitirá a la persona jurídica en
que se transforme, en la quede fusionada o absorbida o a las que resultaren de la escisión o
su modificación. El tribunal podrá moderar el traslado de la sanción a la persona jurídica
en función de la proporción que la persona jurídica originariamente responsable del delito
guarde con ella.
En caso de disolución de la persona jurídica, la responsabilidad de ésta subsistirá si la di-
solución fuera meramente aparente o encubierta, debido a que se continúe con la actividad
económica y se mantenga la identidad sustancial de clientes, proveedores y empleados, o de
la parte más relevante de todos ellos.
ARTÍCULO 41 bis.- 1° Para regular la cuantía y naturaleza de las sanciones a imponer a las
personas jurídicas, el tribunal deberá atender a los siguientes criterios:
a) La gravedad del hecho ilícito y su trascendencia social;
b) La naturaleza y magnitud del daño o peligro causado por el delito;
c) El valor de los bienes involucrados en la comisión del delito y el beneficio recibido o es-
perado del delito por parte de la persona jurídica;
d) La posibilidad de que la pena ocasione graves consecuencias sociales y económicas, serios
daños a la comunidad o a la prestación de un servicio de utilidad pública. En ese caso el tri-
bunal 25 aplicará las que resulten más adecuadas para preservar la continuidad operativa de
la empresa, de la fuente de trabajo y de los intereses de los socios ajenos al accionar delictivo;
e) La naturaleza y dimensión de la persona jurídica así como su capacidad económica;
f ) El grado de vigencia e implementación de un Programa de Cumplimiento Normativo
así como la sujeción y cumplimiento de la normativa legal y reglamentaria y de las reglas
técnicas de obligatoria observancia en el ejercicio de su giro o actividad habitual, cuando no
fuera suficiente para exculpar;
g) El comportamiento posterior al hecho, y en particular la cooperación prestada para el
esclarecimiento del hecho, la implementación de un Programa de Cumplimiento Normativo
adecuado a las exigencias legales y técnicas así como la disposición para mitigar o reparar el
daño o para resolver el conflicto;
h) Si por razones de interés público fuere indispensable mantener la continuidad operativa
de la entidad, de una obra o de un servicio en particular, no serán aplicables las sanciones
cancelación de la personería jurídica y de suspensión total o parcial de actividades;
i) Si la persona jurídica fuere una de las contempladas en la Ley N° 25.300 de Fomento para
la Micro, Pequeña y Mediana Empresa o aquella que la reemplace, y las personas físicas que

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250 Disidencia de Patricia Llerena

cometieron el delito hubieren sido penadas, el tribunal podrá prescindir de aplicar sanciones
a la entidad siempre que se realicen las acciones necesarias para reparar el daño causado, se
proceda a las restituciones que correspondan y se decomisen las cosas o los bienes que hayan
servido de instrumento o medio en la comisión del hecho y de los que constituyan el producto,
el provecho o la ganancia, directos o indirectos, del delito.
j) El tribunal podrá disponer el pago de la multa en forma fraccionada durante un período
de hasta cinco años, cuando su cuantía y cumplimiento en un único pago, pusiere en peligro
la supervivencia de la entidad o el mantenimiento de los puestos de trabajo, o cuando lo
aconseje el interés general;
k) Cuando como consecuencia de los mismos hechos se impusiera a la persona física y a la
persona jurídica la pena de multa, los tribunales modularán las respectivas cuantías, de modo
que la suma resultante no sea desproporcionada en relación con la gravedad de aquéllos;
l) El tribunal y la administración tendrán en cuenta las sanciones que uno u otro aplicaran
por el mismo hecho y con iguales fundamentos. Cuando la sanción fuere de multa, deberán
descontar el monto de la aplicada por la otra competencia;
2° Se consideran circunstancias atenuantes de la responsabilidad de las personas jurídicas
haber realizado, con posterioridad a la comisión del delito y a través de sus representantes
legales, las siguientes actividades:
a) Haber procedido, antes de conocer que el procedimiento judicial se dirige contra ella, a
poner en conocimiento a las autoridades de la infracción;
b) Haber colaborado en la investigación del hecho aportando pruebas o información o datos
precisos comprobables, completos, y útiles para el esclarecimiento de los hechos, en cualquier
momento del proceso, que fueran nuevas y decisivas para esclarecer las responsabilidades pe-
nales de las personas físicas o jurídicas que hubieren intervenido en el hecho y/o el recupero
del producto o las ganancias del delito;
c) Haber procedido en cualquier momento del procedimiento y con anterioridad al juicio
oral a reparar o disminuir el daño causado por el delito;
d) Haber establecido, antes del comienzo del juicio oral, medidas eficaces para prevenir y
descubrir los delitos que en el futuro pudieran cometerse con los medios o bajo la cobertura
de la persona jurídica.
3° Se consideran circunstancias agravantes de la responsabilidad de las personas jurídicas:
a) Si el delito se hubiera cometido con la intervención de los miembros de la más alta direc-
ción de la persona jurídica;
b) Si la comisión del delito hubiere provocado, directa o indirectamente, graves daños a la
comunidad, perjuicios ambientales o en la prestación de un servicio público;
c) Si la comisión del delito se hubiere mantenido de forma continuada en el tiempo.

Ello, sobre la base de establecer un criterio básico, a partir del cual cada persona
jurídica deberá adecuar sus obligaciones a los riesgos de cada actividad, a la complejidad
de su objeto social, y de su estructura. Por otra parte, entiendo que el texto de la respon-
sabilidad de las personas jurídicas que se indica, contiene normas que concilian en mayor
medida el interés en la continuidad de la empresa, y en el respeto de las fuentes de trabajo.
Establecer los contenidos mínimos de los programas de compliance –más allá de que éstos

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Anteproyecto Código Penal de la Nación Argentina 2018 251

sean adecuados por normas administrativas o internamente por las personas jurídicas–,
confiere un rango de uniformidad básica.
Artículo 40.I, Título VIII, Pautas para la determinación de las sanciones: Entiendo
adecuado incorporar, junto a la propuesta de Patricia Ziffer y Fernando Córdoba, una
regla a fin de evitar que, frente a los mínimos elevados que se establecen –ya en la ley
vigente– se “perforen” dichos mínimos y, como conclusión, que la escala penal, en punto
al mínimo de ella, termine siendo una creación de los jueces y no del legislador. Por ello,
entiendo que el giro “El tribunal, con carácter excepcional, podrá reducir la pena del
modo indicado en el párrafo anterior cuando, por las particulares circunstancias del caso
concreto, incluso el mínimo de la escala penal del delito resulte desproporcionado con
relación a la gravedad del hecho”.
En forma independiente de ello, considero que el apartado g), del párrafo 4° cuan-
do se hace referencia a “la comisión del hecho a pesar de haber cumplido una condena
anterior, o en ocasión de una morigeración de la ejecución de la pena”, como en general
estos supuestos pueden derivar en otras consecuencias –por ejemplo, declaración de re-
incidencia–, entiendo que imponer una mayor escala penal a partir de ello, implicaría la
ponderación de las mismas circunstancias para agravar la pena a imponer, lo que importa
una agravación en función de criterios propios de un derecho penal de autor y no de acto.
Artículo 41, 1°, apartado g): cuando se pondera como agravante la reincidencia para
agravar las sanciones a la persona jurídica.
Artículo 50 Título XI, Reincidencia. No comparto que en la norma se establezca
“Se considerará que hubo cumplimiento parcial de la pena cuando el condenado hu-
biese cumplido, al menos, el mínimo legal previsto por este Código para la pena de
prisión”. En primer término, como se indica en el comentario A46, la redacción no aclara
efectivamente cuál es el mínimo de la pena a imponer: si un mes, o quince días en los
casos de tentativa, o, en el caso del proyectado artículo 160 – delitos contra la libertad
de reunión- de 15 días, o, hipotéticamente, si la reducción que frente a un delito cuya
pena mínima sea un mes, cometido en grado de tentativa –quince días– debe tenerse
en consideración también la reducción para el partícipe secundario. Por ejemplo, con la
normas en vigencia actualmente, este mínimo sería de cuatro días, según la penalidad
para las lesiones leves en riña –artículo 96 del Código Penal–. En el anteproyecto esto
se soluciona, ya que para este delito se prevén días multa, pero entiendo que lo señalado
resulta ilustrativo de las dificultades que se presentan ante la falta de determinación
en concreto del plazo que se tiene que tener en consideración a los fines de fijar una
reincidencia real y no ficta, teniendo en consideración la reforma de la Ley 23.057 del
año 1984 a través de la cual se modificó el sistema, abandonando este último tipo de
reincidencia.
La norma en vigencia no posee esta redacción, y por ello, por ejemplo, frente a
las disposiciones de la Ley 24.660 en el ámbito nacional, se establece un régimen de
progresividad en el cumplimiento de la pena, el cual, según vasta jurisprudencia –que
comparto– debe ser tenido en consideración a los fines de establecer si hubo cumpli-
miento de la pena y en qué grado a los fines de determinar la aplicación del instituto
de la reincidencia.

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252 Disidencia de Patricia Llerena

Artículo 74: Suspensión del juicio a prueba, considero que la exclusión de la po-
sibilidad de otorgar la suspensión del juicio a prueba, cuando se verifica “un contexto
de violencia de género”, debido a la extrema amplitud de supuestos, debe analizarse
caso por caso, y no establecer una prohibición legal. Más allá de lo dispuesto por los
instrumentos internacionales que rigen en el caso Convención Belém do Pará, destaco
que ello impone la necesidad de que la víctima o presunta víctima sea escuchada y al ser
empoderada, pueda manifestar cuanto desee. Será a partir de ello, que se determinará
si es procedente o no la suspensión (por ejemplo no conceder la suspensión del juicio
a prueba, cuando el suceso que llega a conocimiento del tribunal, pero que se dio en
contexto de violencia de género pretérita; y que cesó al momento de resolver, podría
generar mayores conflictos: condena que genere problemas laborales, manutención de
hijos, mayor conflictividad entre las partes).
Del mismo modo, entiendo que la prohibición de otorgar la suspensión de juicio a
prueba para los casos de homicidio culposo y lesiones gravísimas culposas - párrafo 3-c) del
art. 74, resulta demasiado amplia, debido a que los supuestos que pueden abarcar, podrían
incluir a personas que no tengan ni necesiten ninguna habilitación para el ejercicio de sus
tareas, ni dependan de autorizaciones pertinentes. Estas actividades se enmarcarán en el
trabajo informal; lo que implicaría que el interés del Estado en prohibir que la actividad
siga ejerciéndose, no podría llevarse a cabo.
Artículo 77. Considero que dentro de la significación de conceptos empleados en el
código, debería incluirse el concepto de arma, tal como se hizo en el anteproyecto del 2012,
ello en razón de las diversas consideraciones jurisprudenciales al respecto, y no exclusiva-
mente al robo agravado por el uso de arma, sino a otros delitos que resultan agravado por
ese mismo uso, por ejemplo el artículo 119, cuarto párrafo, apartado cuarto. Así se sugiere
incluir en el artículo 77 que por arma debe entenderse la destinada por su naturaleza a
lesionar gravemente o matar, así como a un elemento que por sus características tenga
similar capacidad ofensiva.

Libro II

Artículo 84.III No comparto la inclusión f ) “hubiere actuado con culpa temeraria”,


debido a que en dogmática no se encuentra precisado el concepto, y en razón de que
resultaría sobreabundante frente a los demás supuestos previstos.
Artículos 86: ABORTO NO PUNIBLE: Durante las discusiones en el seno de la
Comisión surgieron tres posturas respecto de la tipificación del delito de aborto. La que
surge en el texto que se envía es la que obtuvo por consenso mayor cantidad de votos.
Sin perjuicio de ello, se señala que otra tipificación posible que se analizó del art. 86
del Código Penal, fue incorporar la no punibilidad del aborto practicado por un médico
diplomado, dentro de una cantidad de semanas (12), luego de que la mujer cumpliera con
un protocolo establecido para determinar si la decisión que adoptada era libre y consiente.
Ello siempre en el entendimiento de que esta forma de evitar que el delito fuera
punible, se debía establecer luego de una amplia discusión en el seno del Parlamento y

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Anteproyecto Código Penal de la Nación Argentina 2018 253

luego de que se realizara un trabajo empírico para determinar cuál había sido el impacto
de hechos de aborto a nivel judicial – esto es qué cantidad de sentencias se habían dictado
con relación al delito mencionado-.
Se entiende que al presente, la amplia discusión en el Congreso Nacional se está
llevando a cabo, con las participación de distintos actores, e incluso a partir de distintos
proyectos, algunos más amplios en sus concepciones que las que se plantearon en el
seno de la Comisión encargada de redactar el anteproyecto de Código Penal. Por lo
tanto, habiendo el Poder Legislativo encarado el análisis de la reforma, en este punto,
del Código Penal, la que se juxtapone con la labor de la Comisión de reforma, corres-
ponde estar a la espera de lo que los representantes de los ciudadanos y de las provincias
resuelvan.
Artículo 89, lesiones leves, entiendo que el mínimo legal debe mantenerse en un mes
a fin de abarcar, la mayor cantidad de casos posibles con una pena proporcional al suceso.
Este artículo prevé un aumento de la pena máxima también, estando de acuerdo con ello.
Artículo 92, en cuanto a las lesiones leves en caso que concurra alguna de las cir-
cunstancias del artículo 80, si bien la pena máxima entiendo que pueda incrementarse,
la mínima, considero que se debe mantener en los seis meses que actualmente están en
vigencia. De esta forma, al modificarse la pena mínima del delito de lesiones leves – man-
teniéndola como está fijada al presente- se respeta la proporcionalidad.
Artículo 93, en igual sentido considero que en el supuesto previsto, la penalidad de
las lesiones leves, debe mantenerse con la escala penal, en vigencia esto es de 15 días a
seis meses.
Artículo 136, 3° párrafo De acuerdo a las explicaciones recibida por el Dr. Atilio
Álvarez al concurrir a la comisión y explicar el delito en cuestión, así como los compro-
misos internacionales asumidos por el país, he entendido que correspondería la siguiente
redacción
“3° Se impondrá prisión de tres meses a un año al que entregue un hijo menor de
edad, eludiendo los procedimientos legales para la adopción o la guarda. La pena será
de dos a cuatro años de prisión para quien recibiere al menor de edad. No es punible la
madre del menor de edad que incurriere en la conducta descripta en este inciso”.
Para esta redacción, me baso en la disidencia presentada por la Dra. Yael Bendel.
Artículo 141 I, 3°, Considero que como consecuencia de la ratificación por el país de la
Convención de los Derechos Humanos de las Personas mayores, Ley 27360, la referencia
a la edad de 70 años, debe reducirse a los 65 años, que es el límite máximo que establece la
Convención en su Artículo 2, cuando define qué debe entenderse por persona mayor. Esta
reducción debe darse en toda aquella norma que haga referencia a persona mayor de setenta años,
debiendo cambiarse por persona mayor de sesenta y cinco años. Cabe señalar que el país, no hice
no reserva ni declaración interpretativa al respecto, habiendo depositado el instrumento
de ratificación, con fecha 23710/2017, solamente haciendo una declaración interpretativa
respecto del Artículo 31 y una reserva respecto del artículo 23 de la Convención que no
guardan relación con la edad de las personas mayores.
Artículo 177. Quebrados y otros deudores punibles. Coincido con los Dres. Ziffer
y Córdoba en que cabe incluir como acción típica “al que…hubiera causado en perjuicio

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254 Disidencia de Patricia Llerena

de los acreedores su quiebra o la quiebra o la liquidación judicial forzosa de un estableci-


miento comercial o industrial del que fuera…”, según texto remitido por los nombrados.
Artículo 184, 5°, entiendo que cabría introducir “valor cultural”, ya que con ello, sin
duda están incluidas las bibliotecas que salieron de la redacción y puede ser cuestionada la
subsunción frente a su no mención. Sobre todo en razón de que en el art. 186 se incluye
“biblioteca”
Capítulo II Tenencia y Portación de armas. Artículos 190 y siguientes. Durante las
reuniones no estuve de acuerdo con el aumento de la escala punitiva, punto sobre el que
dejé establecido mi disenso. Además, dejé plasmada mi disidencia respecto al agrava-
miento de la pena ( supuesto del 5° c) en caso que se registrare antecedentes penales , o
estuviere procesado o acto procesal equivalente en causa penal. Este modo de agravar las
penas ya ha tenido serios cuestionamiento por violar el derecho penal de acto y ser un
derecho penal de autor.
Artículo 208, coincido con la propuesta de Patricia Ziffer y de Fernando Córdoba,
de sacar ese tipo penal de la ubicación dada, y plasmarlo en el artículo 212 en el título
contra el orden público, y según la redacción propuesta por ambos, que fue discutida y ,
al menos por mi persona acordada. Me remito al documento enviado, nota/comentario
n° 20 del texto que proponen.
Artículo 210 asociación ilícita. Coincido con la incorporación como segundo párrafo
de dicha norma de lo siguiente “La pena correspondiente al presente delito podrá ser
atenuada conforme las reglas de la tentativa o podrá eximirse de ella, si el autor impidiera
la continuación de la asociación o la comisión de un delito correspondiente al objeto de
la asociación”. Tal la propuesta de Patricia Ziffer y Fernando Córdoba.
Artículo 239, si bien estoy de acuerdo con la formulación, creo que se verifica en forma
imperiosa aclarar el concepto de arma, conforme lo propuso con relación al artículo 77, ya
que en lo proyectado se agrava cuando el hecho se cometiere con armas, en tanto que en
el texto en vigencia se establece “a mano armada” que da la impresión de que solamente
puede ser con armas de fuego.
Artículo 268, 2°, entiendo que para este caso la pena es excesiva, considero más
adecuada para abarcar el innumerable abanico de conductas y de funcionarios fijar la de
tres a ocho años.
Título XV delitos de Narcotráfico y Estupefacientes. Durante las reuniones no estuve
de acuerdo con la elevación de las penas, respecto de las establecidas en el Artículo 5 de la
actual Ley 23.737. Entiendo que con las reglas para establecer las agravantes y atenuantes
de la parte general, la escala de 4 años a 15 años, es suficiente reproche. Tampoco estoy
de acuerdo con la elevación de la escala a partir de determinadas drogas o sustancias
producidas casi exclusivamente por precursores químicos. Hago referencia al Artículo
319, apartado segundo.
Artículo 448. No obstante lo que se discutió en la reunión con la gente de agroindustria
y de medio ambiente, la redacción que quedó del art. 448, resulta al menos contradictoria,
ya que se habla de daño grave, aunque no se creare un peligro común.
Por lo tanto, mantengo la redacción primigenia: “Será reprimido con prisión de uno (1)
a tres (3) años y doce (12) a treinta y seis (36) días-multa, el que, sin autorización, excediendo

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Anteproyecto Código Penal de la Nación Argentina 2018 255

la que tuviere, o infringiendo leyes a reglamentos nacionales o provinciales especiales, provocare,


facilitare o instigare un incendio en bosques, arbustales o pastizales, siempre que no creare un
peligro común.
La pena de prisión será de dos (2) a seis (6) años si resultare grave daño a elementos na-
turales, la flora, la fauna, los ecosistemas o el ambiente en general.
No son punibles aquellos aprovechamientos realizados en superficies menores a diez (10)
hectáreas que sean propiedad de comunidades indígenas o de pequeños productores”
Mantener este texto entiendo que se adecua en mejor medida a la disposición del
Art. 41 de la Constitución Nacional.
Artículo 457. Maltrato y crueldad de animales.
A fin de compatibilizar la norma con la Ley 27330 referida a la prohibición en todo
el territorio nacional de carreras de perros, y en especial respecto de la pena fijada en dicha
ley: cuatro años como máximo. Entiendo que la redacción del artículo 457 debiera ser:
Capítulo IV Maltrato y crueldad con animales.
Artículo 457: Será reprimido con prisión de un (1) mes a dos (2) años o uno (1) a
veinticuatro (24) días-multa, el que infligiere malos tratos a los animales.
Cuando se hiciere víctima de actos de crueldad a los animales, la pena será de dos
(2) meses a cuatro (4) años o de dos (2) a cuarenta y ocho (48) días-multa.
En la misma pena que la establecida en el párrafo anterior, incurrirá el que, por cual-
quier título, organizare, promoviere, facilitare o realizare una carrera de perros, cualquiera
sea su raza.

Libro III

Artículo 516, Desaparición forzada de personas, la misma objeción respecto de perso-


na mayor de 70 años, que entiendo debe ser de 65 años, según Convención Interamericana
sobre Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores.

Patricia Llerena

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Disidencias de Víctor María Vélez

Córdoba, 21 de mayo de 2018

Señor Presidente de la Comisión para la


Reforma del Código Penal de la Nación
Dr. Mariano Hernán BORINSKY
S/D

Tengo el honor de dirigirme a Ud., en mi carácter de miembro integrante de la


Comisión que preside, a fin de exponer algunos puntos respecto de los cuales deseo for-
mular mi disidencia con el texto del Anteproyecto de Código Penal que se ha decidido
suscribir por mayoría.
Desde luego, que comparto el concepto de la propuesta presentada por la Comisión
en la mayoría de sus lineamientos. No obstante, y con el propósito de que, de este modo,
se pueda brindar aportes para continuar enriqueciendo el debate futuro, en lo que sigue,
explicitaré algunos aspectos respecto de los cuales entiendo que sería preferible seguir
direcciones diversas a las que se proponen en el Anteproyecto.
Aclaro que esta disidencia se refiere exclusivamente al Libro Primero del Antepro-
yecto ya que, en orden a los otros Libros, coincido, en términos generales, con el texto
aprobado y aun cuando, pudiesen existir alguna propuesta superadora, estoy confiado que
ello podrá surgir del análisis que las Comisiones parlamentarias respectivas efectúen; sin
perjuicio de expresar mi convicción que dichos textos (tanto el del Libro II como del
III) cristalizan fórmulas legales, técnicamente depuradas así como constituyen un inne-
gable avance al haber recodificado numerosas leyes especiales y complementarias que, de
mantenerse dispersas, atentan, en forma significativa, contra los principios de seguridad
jurídica y proporcionalidad.
Sentado lo anterior, paso a indicar lo que, considero, debiera ser objeto de un más
profundo debate y reposada reflexión al momento de la revisión parlamentaria de este texto:
1) El artículo 14, 2° y 3° párrafos, del proyecto veda la libertad condicional “en el caso
de condenados por delitos dolosos cometidos con violencia que hayan conllevado para la
víctima graves daños físicos o psíquicos o la muerte, salvo que hubiesen transcurrido los plazos
establecidos en el párrafo precedente. Se considerará que concurre uno de esos casos cuando
hubiese recaído condena por abuso sexual agravado, corrupción de menores, explotación de

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258 Disidencia de Víctor María Vélez

la prostitución, secuestro extorsivo o cualquier otra privación ilegal de la liberta agravada,


trata de personas, tortura, desaparición forzada de personas y terrorismo”.
El texto proyectado es susceptible de diversos reparos constitucionales; razón por la
cual se propone su supresión.
En efecto:
A) En primer lugar, el párrafo 2°, adolece de una gran vaguedad idiomática – que
tensiona el principio de legalidad, en orden a la exigencia de una lex certa – porque si bien
las expresiones violencia, graves daños físicos y muerte resultan inteligibles, a partir de
una interpretación sistemática, no sucede lo mismo con el giro daños psíquicos; porque
la gran mayoría de delitos produce es traumático y genera este tipo de daños; con lo cual,
en la práctica, habrá pocos casos en los que, la comisión del ilícito no tenga cause una
perturbación psíquica o un malestar subjetivo en la víctima. A ello debe adicionarse que,
la cuantificación de este tipo de daño no resulta sencilla de determinar.
Por otra parte, debe tenerse en cuenta que la libertad condicional es un instituto que
se desarrolla dentro de la ejecución de la pena – más precisamente su individualización –
con lo cual no parece correcto valorar cuestiones que ya se han ponderado para graduar
la sanción y proyectarlas como consideraciones vinculadas con los presupuestos (en este
caso negativo) de acceso a la Libertad Condicional; en donde, lo que debe analizar es otro
cuestión: la mayor o menor eficacia del tratamiento penitenciario; desde la perspectiva
de la prevención especial positiva.
B) En cuanto al párrafo 3°, el mismo también merece ser objetado a partir de la letra
y las valoraciones que integran la Ley Fundamental. En efecto, los pactos internacionales
constitucionalizados han fijado como objetivo de la ejecución penitenciaria la readaptación
social. Es evidente que no se garantiza aquella finalidad constitucional si se autoriza a
obturar esta modalidad liberatoria a partir de la comisión de los delitos que se enuncian
en este párrafo; enunciación que – y esto agrava aún más la situación – resulta ejemplifi-
cativa, en la medida que se trata de casos que, según el codificador, serían subsumibles en
el párrafo 2° del mismo artículo 14. Indudablemente Este requisito (también negativo)
importa sostener una presunción iuris et de iure de ineficacia del tratamiento; posición
que resulta incompatible con la tendencia resocializadora hacia la cual se orienta, en
cumplimiento del programa constitucional, la ejecución penitenciaria.
C) La posibilidad de que, en los casos del párrafo 2°, se pueda acceder excepcional-
mente a la libertad condicional cuando “hubiese transcurrido los plazos establecidos en
el párrafo precedente” – esto es: treinta y cinco años de prisión – constituye una válvula
de escape limitada ya que, a partir de una interpretación sistemática (cfr. el artículo 13
del texto proyectado), tal previsión pareciera vincularse a quienes han sido condenados
a una pena privativa de libertad perpetua; dejando afuera, así, una enorme constelación
de otros casos.
2) También resulta objetable el texto del inciso 4°, del artículo 34 del Anteproyecto, en
tanto específica como un caso de justificación el de: “El miembro de alguna fuerza de seguridad
pública, policial o penitenciaria que, en el cumplimiento de su deber y en uso de sus armas en
forma reglamentaria, cause lesiones o muerte”. Considero, en este sentido, que esta previsión es
innecesaria porque ya encuentra una consensuada solución en la fórmula del texto hoy vigente;

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Anteproyecto Código Penal de la Nación Argentina 2018 259

sin que, dicha expresión, brinde algún elemento útil para la tarea de la aplicación de la ley. En
este sentido, y como una valoración general vinculada a este agregado del Anteproyecto, esti-
mo que, cuando la doctrina y la jurisprudencia, desde 1922 hasta la fecha, han construido una
importante trama interpretativa respecto de las causas de justificación, sus elementos, así como
la figura del exceso, particularizar cuestiones como las que concreta este agregado, no resultan
de buena técnica legislativa – la norma debe ser sobria, evitando redundancias y casuismos –, a
la par que, indudablemente, representa un mensaje más bien simbólico; que no se condice con
la prudencia que debe caracterizar a la elevada misión que representa la elaboración de una ley.
3) Finalmente se considera objetable la previsión del artículo 55 del Anteproyecto, en su
párrafo 2°, en cuanto mantiene como límite máximo de la escala del concurso, el de cincuenta
años de prisión. En tal sentido, este máximo tensiona también la manda constitucional que
ha fijado los objetivos de la ejecución penitenciaria; concretamente: los artículos 5.6 de la
Convención Americana de Derechos Humanos y 10.3 del Pacto de Derechos Civiles y
Políticos. A ello debe sumarse que, las penas previstas, en el propio proyecto (Libro Terce-
ro), para el delito de genocidio tiene un máximo de treinta años; con lo cual aparece como
francamente desproporcionado que la concurrencia material de varias figuras delictivas del
Libro II tengan semejante límite (cincuenta años). Repárese que, de acuerdo al inciso a) del
artículo que tipifica el genocidio se incluye a la “Matanza de miembros del grupo” (lo que
supone una pluralidad de crímenes); resultando por tanto inadmisible que para los otros
delitos comunes, el máximum de la escala concursal pueda trepar a esta magnitud.
Por tal razón, se considera que el párrafo 2° del artículo 55 debería establecer como
máximo de la escala concursal material el de treinta años de prisión.
Saludo al Sr. Presidente, con el respeto y consideración más distinguida.

Víctor María Vélez

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Disidencias de Pablo López Viñals

Salta, 22 de mayo de 2018

Señor Presidente de la Comisión para la


Reforma del Código Penal de la Nación
Dr. Mariano Hernán Borinsky
Su Despacho

Me dirijo a Ud. en mi carácter de integrante de la Comisión que preside, a fin de


hacerle conocer los aspectos en los que me encuentro en disidencia con el texto del An-
teproyecto de Código Penal que se ha decidido suscribir por mayoría.
A tal fin remito documento adjunto donde se expresa mi deferencia de criterio.
Saludo a Ud. atentamente.

Pablo López Viñals

Disidencia sobre la eliminación del régimen dualista de


internamiento accesorio para autores de delitos graves

El régimen de reclusión por tiempo indeterminado como medida accesoria de la


pena privativa de la libertad en los supuestos de multireincidencia ha sido seriamente
cuestionado por la Corte de Justicia en el caso Gramajo y merece una profunda revisión en
el marco de la reforma integral del Código Penal. Dicha revisión no debiera sin embargo
implicar la eliminación de toda posibilidad de aplicación de medidas de internamiento a
los autores de hechos graves cuando se cuente con un pronóstico de reiteración de dichas
conductas.
Frente a la tendencia a desterrar por completo las medidas de seguridad para im-
putables, debe recordarse que los argumentos de la Corte en el citado caso fueron que la
reclusión por tiempo indeterminado sería una pena, lo que se desprende de su nombre
y de su modo de ejecución; también se indicó que las penas solo pueden imponerse por
la comisión de hechos delictivos y no por la personalidad del sujeto; razonó además la
Corte respecto a la necesidad de que las penas sean proporcionadas y no inhumanas o

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262 Disidencia de Pablo López Viñals

excesivas, dado que podía llegarse en el supuesto de aplicación que consideraba a una
reacción más intensa en relación a delitos contra la propiedad reiterados que respecto
a delitos contra la vida; consideró también que la aplicación de la medida afectaba el
“non bis in idem”.
Sin embargo, en el precedente citado también se dejó expresado que el concepto
mismo de “peligrosidad”, aplicado, en el sentido de “posibilidad de reincidencia en el
delito” sólo podría ser predicado racionalmente, en el mejor de los casos, respecto de un
individuo en particular y atendiendo a su situación en concreto, pues ello constituye el
presupuesto básico de una medida de seguridad eficiente.
Por otro lado, los razonamientos de la Corte en torno a que una medida de semejante
calado se impusiera a autores de hechos carentes de gravedad, como el que se atribuía en
concreto a Gramajo, con la consiguiente afectación del principio de proporcionalidad, que
es el eje de la argumentación del fallo, dejó abierta la puerta para que se vuelva a considerar
la posible aplicación de esta medida extrema en los supuestos de delitos de la máxima
gravedad; de hecho en el fallo no se dijo una sola palabra en contra de la aplicación de la
medida que prevé el art. 80 respecto de los homicidios agravados.
Frente a la descalificación del régimen legal de reclusión por tiempo indeterminado,
me resulta indispensable traer a colación que el derecho europeo acoge mayoritariamente
la denominada custodia de seguridad, prevista como medida de seguridad postdelictual
aplicable a delincuentes que merecen una pena por su condición de imputables, pero
que al agotarse la sanción son reputados peligrosos. Se establece un sistema dualista que
prevé consecuencias penales diferenciadas en cuanto a su fundamento, pues en tanto el
penado imputable debe afrontar la pena en razón de su culpabilidad, adicionalmente, en
situaciones excepcionales, puede tener que cumplir una medida de seguridad, en razón de
su peligrosidad. La referida excepcionalidad está asociada a una efectiva constatación de
una elevada peligrosidad; pese a ello, la custodia de seguridad no puede ser considerada
un simple proceso inocuizador, es decir de eliminación social; en este sentido, no cabe,
sin más renunciar a los objetivos del sistema penal dejando de lado que quien está siendo
objeto de tratamiento es un sujeto imputable; de allí que deba ponderarse seriamente que
la ejecución de la medida debe en todos los casos tener como contenido la aplicación de
terapias orientadas a reducir la tendencia delictiva en la que se funda la continuidad de
la intervención del Estado por medio de su poder penal. En este orden se indicó entre
los fundamentos de un anteproyecto del Ministerio de Justicia presentado en España en
2015 que si la pena tiene como fundamento la culpabilidad por el hecho, la medida de
seguridad lo tiene en la peligrosidad del autor, de tal forma que si los delitos tienen (o
deberían tener) una pena ajustada a la culpabilidad por el hecho, las medidas de seguridad
solo son necesarias cuando concurra una peligrosidad relevante del sujeto. Ello permite
que la pena y la medida de seguridad, cuya imposición es facultativa, puedan ser impues-
tas de forma conjunta -sin transgredir el principio non bis in idem-, como solución a
los supuestos de delitos graves en los que la pena se queda corta o al menos no resulta
suficiente para compensar la extraordinaria peligrosidad del autor, especialmente en los
casos de reiteración de delitos graves, en que por tanto existe un elevado riesgo de que
los pueda seguir cometiendo.

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Anteproyecto Código Penal de la Nación Argentina 2018 263

Debe ser muy cuidadosamente valorado que este tipo de medidas complementarias
de la pena solo han de encontrarse reservadas como último recurso, para su imposición
en relación a hechos graves, y cuando, además, cabe efectuar pronósticos de reiteración
de este tipo de hechos. La posible reiteración de hechos leves, no puede dar lugar a esta
medida extrema, pues con ello se quebranta el principio de proporcionalidad. Antes bien,
como lo indica Jescheck, es solo la comisión de hechos graves, la que tras el cumplimiento
de una pena larga de prisión puede dar lugar a este tipo de medida, concebida como últi-
ma ratio de emergencia de la política criminal (H.H. Jescheck, Tratado 876 y sgtes.). El
mismo autor recuerda que en Alemania, de donde es oriunda, la custodia de seguridad se
destinó originariamente a autores procedentes de la criminalidad patrimonial de menor
gravedad que reincidían continuamente, pero que en su evolución ha sido reducida a un
mecanismo de defensa contra eventuales reiteraciones de las conductas delictivas más
graves. Se trata, en consecuencia de asumir que en una sociedad democrática, el riesgo
de reiteración delictiva debe hasta cierto punto ser tolerado, sin que quepa emplear re-
acciones adicionales a la pena o empleando consecuencias adicionales que no impliquen
la privación de libertad del penado; esto ocurriría con relación a los delitos de gravedad
intermedia y de menor gravedad; solo cuando la peligrosidad se vincula a la posible rei-
teración de hechos de la mayor gravedad, quedaría habilitada, en el marco del principio
de proporcionalidad, la aplicación de recursos extremos como la custodia de seguridad.
En segundo lugar, la imposición de este tipo de medidas no puede estar sustentada
en presunciones legales, como lo está en el art. 52 del Código Penal vigente. Tal como la
Corte advirtiera en el citado precedente ese artículo es objetable en cuanto se apoya en
un concepto genérico de peligrosidad, que impide toda consideración individualizada de
la existencia real del supuesto peligro así como un control judicial suficientemente amplio
de la adecuación de la medida a las condiciones específicas del condenado y, por ende, no
satisface el estándar internacional mínimo bajo el cual se ha tolerado, como ultima ratio
la imposición de medidas de carácter extremo. El empleo de este tipo de recurso, basado
como ya se dijera en la peligrosidad, debe, por el contrario, ser fundado en la situación
particular del penado, respecto de quien ha de llevarse a cabo un estudio del que deriven
razones concretas que lleven a la conclusión de que existe un elevado grado de posibilidad
de que el condenado incurra nuevamente en delitos graves.
El fundamento de la imposición de la medida de seguridad privativa de la libertad
no debe entonces hallarse en la multireincidencia, como hasta ahora, sino en la comi-
sión de hechos de extrema gravedad. En este sentido el derecho argentino conoce ya la
medida de seguridad post penal en supuestos de comisión de un hecho único, pues así
se encuentra conminada esta medida en el art. 80. En la misma línea el Anteproyecto de
reforma del Ministerio de Justicia de España, preveía que la medida se impusiera, junto
con la pena, y sin necesidad de una condena anterior, cuando el delincuente haya sido
sancionado a una pena mínima de cinco años de prisión en los casos de delitos contra
la vida, la integridad física, la libertad, la libertad o indemnidad sexual, delitos contra la
comunidad internacional y los de terrorismo.
Debiera, en consecuencia, antes de eliminarse este recurso extremo del internamiento
post penal de autores de hechos que revelan alta peligrosidad, unificarse su criterio de

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264 Disidencia de Pablo López Viñals

aplicación, adoptando el modelo facultativo que ya existe en el art. 80 y dejando de lado


el de orden obligatorio que se encuentra en el art. 52. En el derecho europeo coexisten
ambos sistemas, pues allí se toma como fuente de presunción de peligrosidad iure et de
iure, la concurrencia de determinados supuestos de reincidencia que obligan a los jueces
a imponer estas medidas, mientras que en otros casos es posible que el juez sea quien
decida la conveniencia de la aplicación de estas medidas. Este es el caso del Código Ale-
mán, en cuyo artículo 66 se reglamenta la custodia de seguridad como una prolongación
de la privación de libertad una vez cumplida la condena de prisión, bien con carácter
obligatorio en casos de delincuencia grave o reiterada, o con carácter potestativo cuando,
aun no existiendo condenas anteriores, el infractor presenta tendencia o propensión a la
reiteración de delitos graves, y se constata peligro para la comunidad. En ese país, tras
la reforma de 1998, se eliminó el período máximo de cumplimiento, establecido en diez
años, para transformarlo en indefinido.
Subrayo, en consecuencia, la necesidad de que solo subsista en nuestro sistema ju-
rídico, aquel modelo que en el caso concreto permite al juez, basándose en un criterio
científico de posible reiteración de la conducta delictiva, disponer la imposición de una
medida de seguridad privativa de libertad al condenado imputable que ha cumplido la
totalidad de la pena.
Por otro lado, también en vínculo con el principio de proporcionalidad, la medida
complementaria de la pena debe tener una duración limitada y predeterminada. En cuanto
al primer aspecto, el nuevo régimen que se introduzca al código para sustituir a la reclusión
accesoria del art. 52, debiera tener un máximo de duración y diferir del régimen vigente
en lo concerniente a su indeterminación temporal, que es un factor que no solo introduce
una grave alteración del principio de legalidad, sino que también afecta al principio de
humanidad, en cuanto consagra una medida que puede extenderse indefinidamente y
convertirse en una medida eliminatoria constituyendo un tratamiento cruel y degradante
prohibido por disposiciones internacionales de rango constitucional. El segundo aspecto,
es decir el de la predeterminación, demanda que la duración de la medida sea definida en
la resolución jurisdiccional que decide su aplicación, sin perjuicio de la ulterior posibilidad
de revisión para dejarla sin efecto o sustituirla por una medida de menor intensidad como
el seguimiento socio-judicial.
En cuanto a la oportunidad en que debe decidirse la aplicación de la custodia de se-
guridad, se observa que el derecho europeo ha evolucionado hacia una mayor amplitud de
su empleo. En este orden se observa que el derecho alemán, requería antes que la medida
de seguridad fuese decidida en la sentencia condenatoria; luego permitió que la aplica-
ción del internamiento accesorio pudiese decidirse cuando el penado hubiera cumplido
una parte importante de su Condena y finalmente, terminó admitiendo la posibilidad
de que la custodia de seguridad se decida hasta que el penado fuera puesto en libertad.
Una flexibilización de esta naturaleza no sería adecuada, pues permitiría avanzar en una
ampliación de un régimen que como quedara dicho debe ser mantenido en una zona de
excepcionalidad.
Finalmente, la custodia de seguridad no debe ser impuesta como una mera prolon-
gación de la pena, ni como una metodología de marginación social o inocuización. Aún

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Anteproyecto Código Penal de la Nación Argentina 2018 265

cuando esta es una fuerte razón que justifica la medida, la defensa de la sociedad debe
continuar buscándose por medio de la aplicación de tratamientos que permitan una
adecuada reinserción social del penado.
Por todo lo expuesto, considero que las medidas de seguridad privativas de la libertad
para imputables debieran preverse en el Código Penal Argentino mediante la siguiente
fórmula.
“En los casos previstos por los arts. 80, 119, segundo y tercer párrafo, 120, 124, 125,
125 bis, 126, 127, 128 primer y segundo párrafo, 130 en el presente Código, cuando me-
diare un pronóstico de reiteración delictiva, el tribunal podrá, al dictar la condena, ordenar
que con posterioridad al cumplimiento de la pena impuesta, el condenado cumpla una
medida de seguridad privativa de libertad. Tal medida consistirá en su internamiento con
asistencia especialmente orientada a prevenir la comisión de nuevos delitos, por un período
que se deberá establecer en la sentencia y que no podrá superar los 5 años. El tribunal
podrá revisar en todo momento la idoneidad de la medida y hacerla cesar o sustituirla
por la de seguimiento socio judicial”.

Disidencia sobre extensión de la punibilidad a los actos


preparatorios de delitos graves

La punibilidad está basada en la ejecución de conductas típicas; junto a este factor


central el derecho penal argentino reconoce en su parte general dos órdenes de extensión
de la punibilidad, es decir dos ámbitos en los que pese a no concretarse la conducta típica
se generan consecuencias penales; estos dos ámbitos son la tentativa y la participación. En
el derecho comparado existe un tercer orden de extensión de la punibilidad que es el de la
previsión de sanciones para quienes incurren en determinados actos preparatorios de delitos
graves. Este es el caso, entre muchos otros, de los derechos norteamericano, alemán y español.
Se ha de partir de la base de que la conducta humana pasa por diversos momentos,
por lo que el derecho penal ha elaborado la estructura del iter críminis, o camino del de-
lito en el que se distinguen fases internas y externas. Las fases internas, de deliberación y
resolución quedan fuera de la consideración del derecho penal en función del principio
según el cual los pensamientos no son punibles. Las fases externas, en cambio, las relati-
vas a las acciones materiales en que se traduce la decisión de cometer un delito plantean
un dilema consistente en el momento a partir del cual esos actos pueden ser alcanzados
por consecuencias penales. En este aspecto, el derecho argentino, ha establecido, como
se dijera que el umbral de punibilidad se encuentra en los denominados actos ejecutivos
del delito, pero no contiene normas genéricas que tornen punibles los denominados ac-
tos preparatorios. El argumento central que en este aspecto se ha aceptado, consiste en
que el derecho penal podría ser direccionado para recaer sobre conductas equívocas, es
decir sobre comportamientos que no se tienen por concreta y claramente orientados a la
comisión de un delito.
En mi opinión, esta situación debiera ser objeto de revisión, ya que existen ciertos
estadios previos a los actos ejecutivos que constituyen exteriorizaciones de un propósito

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266 Disidencia de Pablo López Viñals

criminal perfectamente determinable en función de la comunicación que de dicho propó-


sito se efectúa a otras personas; desde el punto de vista político criminal tales situaciones,
cuando se refieren a los delitos de mayor gravedad, darían fundamento a la aplicación de
una pena en función de la especial peligrosidad de los vínculos que se tienden entre los
conspiradores (H. H. Jescheck, Tratado de Derecho Penal Parte General, pág. 754 y sgtes.).
Por otro lado, debe advertirse que este tipo de conciertos criminales ya han sido
enfocados en nuestro derecho con un objetivo de anticipo de la punibilidad, pero solo en
función de definiciones incorporadas en la parte especial, como la previsión de la cons-
piración para la traición que se encuentra en el art. 216, o en función de las disposiciones
de leyes especiales, como ocurre con el art. 29 bis de la ley 23737, que sanciona a los que
se confabulan para cometer algunos de los delitos previstos en dicha ley.
Tomando en cuenta lo expuesto, y considerando que una reforma integral del Código
Penal es el ámbito para solucionar situaciones de falta de congruencia, como las que derivan
de distintos modos de alusión a actos preparatorios punibles, y lo que es peor aún, la falta
de una razón para tener por punibles los actos preparatorios de delitos como la traición y el
narcotráfico y no los relativos al secuestro extorsivo, el homicidio o la trata de personas por
ejemplo, he propuesto en el ámbito de la comisión que este tercer orden de extensión de
la punibilidad sea incorporado a nuestro derecho. La fórmula que entiendo más adecuada
tomaría como modelo precisamente el parágrafo 30 del Código Alemán. Este anticipo
excepcional de la punibilidad debe encontrarse precisamente limitado, como se dijera, a
un tipo de infracciones claramente definidas y señaladas legalmente por su gravedad y
además debe hallarse acotado por la indicación legal de cuales actos preparatorios serán
punibles. En este último aspecto, no puede apelarse a una enunciación casuística, sino
que han de formularse categorías conceptuales.
Son cuatro los temas a definir:

1. La cuestión relativa a los tipos de actos preparatorios que deben penalizarse que se
resolvería adoptando las cuatro categorías de la legislación alemana
2. El modo de determinación de los delitos a los que será aplicable esta extensión de
la punibilidad,
3. La penalidad que corresponde a los actos preparatorios, donde creo conveniente no
adoptar ni el sistema alemán ni el español y, en cambio, establecer una disminución
de la escala penal más leve que la de la tentativa.
4. La excusa absolutoria por desistimiento, donde me inclino por adoptar casi comple-
tamente el sistema alemán, con algún matiz tomado del art. 29 bis de la ley 23737.

Definición de los actos preparatorios punibles

Se conocen dos modalidades en el derecho occidental para definir los actos prepa-
ratorios punibles; la primera de ellas, que se observa en el derecho Reino Unido y de los
Estados Unidos, se basa en la referencia a una fórmula genérica de conspiración criminal,
relativa a quienes se ponen de acuerdo con una o más personas para cometer uno o varios

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Anteproyecto Código Penal de la Nación Argentina 2018 267

delitos. Esta fórmula ha sido recibida también en el ya citado art. 29 de la ley 23737, bajo
la denominación también genérica de confabulación. La otra variedad es la que presenta
el derecho alemán, que de un modo más analítico arriba al aislamiento de cuatro clases
de conducta preparatoria que pueden ser punibles. Comentando el parágrafo
30 del StGB, la doctrina alemana ha definido que esas cuatro variedades responden
a dos categorías, la puesta en marcha de un curso causal ya no dominable y el vínculo de
voluntades. Dentro de cada una de ellas cabe inscribir dos supuestos, a saber la inducción
intentada y la aceptación de un ofrecimiento, por un lado, y la conspiración o declaración de
disposición al delito, por otro, respectivamente (Roxín, Claus, Derecho Penal, Parte General,
Tomo II). Al respecto, se observa que esta última metodología resultaría más precisa que la
fórmula genérica de la conspiración y, por ende, más satisfactoria del principio de legalidad.

Delitos cuya preparación resulta punible

En cuanto al modo de definición de las figuras delictivas a las que debe aplicarse este
nuevo orden de extensión de la punibilidad, existen dos modelos en el derecho comparado.
En primer lugar se encuentra el del derecho español, que circunscribe el uso de este siste-
ma de anticipación de la aplicación del orden penal a las figuras taxativamente referidas
en la ley; el art. 17 del Código Español emplea una fórmula de derivación a la mención
específica que sobre la materia se haga en las respectivas figuras de la parte especial. Por
otro lado, se observa que el derecho penal alemán sanciona la preparación de todos los
crímenes, es decir de la infracciones penales que se encuentran penadas con más de seis
años de prisión. Esta modalidad de conminación resultaría demasiado amplia, por lo que
estimo conveniente que se prevea en cada supuesto específicamente definido en la parte
especial, la punibilidad de estos actos a título excepcional; en este aspecto, señala Mir Puig
que los códigos de tendencia más autoritaria tienden a establecer modalidades generales
de sanción de los actos prepatarorios, lo que podría darse de dos maneras, castigando la
preparación de todos los delitos o estableciendo al estilo alemán un parámetro que eng-
lobe una gran cantidad de delitos; por otro lado se encuentra un modelo que se estima
de naturaleza más liberal que limita la punición a los casos expresamente establecidos de
modo excepcional en la parte especial, que es el adoptado por el código español de 1995
(Santiago Mir Puig, Derecho Penal, Parte General, 7a. Edición, pág. 340).
Los delitos a los que se aplicaría el régimen general de actos preparatorios serían,
siguiendo el modelo del Código Español, los previstos en los arts. 79 y 80, 142 bis, 170, a
los que habría que agregar el de traición y los de narcocriminalidad, que ya tienen fórmulas
de sanción de actos preparatorios propias que debieran ser eliminadas.

Penalidad de los actos preparatorios

Los actos preparatorios constituyen un escalón inicial de la punibilidad, anterior a los


otros dos estadios del delito que son la tentativa y la consumación. En consecuencia debe

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268 Disidencia de Pablo López Viñals

diseñarse una escala penal que los sancione de modo diferenciado, con una intensidad
menor a la prevista para la tentativa. Esto ya se encuentra definido en el art. 29 bis de
la ley 23737 que prevé el castigo de la confabulación para cometer los delitos previstos
en dicha ley con una escala penal de menor intensidad que la que resulta de aplicar la
reducción indicada en el art. 44 del Código Penal.

La excusa absolutoria de los actos preparatorios

Si la tentativa una vez desistida genera la impunidad de los actos con que se hubiera
comenzado la ejecución del delito, con mayor razón debe preverse una excusa absolutoria
para aquellos actos que ni siquiera representan ese comienzo de ejecución, como son los
preparatorios, cuando quienes participan en ellos dan muestras oportunas de haber dejado
atrás la voluntad de delinquir.
Una adaptación al derecho argentino de la fórmula prevista en el parágrafo 30 de
StGB, a incluir entre las disposiciones relativas a la tentativa podría ser la siguiente:
En los casos expresamente previstos en la parte especial de este código serán san-
cionados:
Quien intente determinar a otro a cometer el delito, cuando éste no se hubiera
tentado o consumado
Quien se declare frente a otro dispuesto a cometer el delito Quien acepte el ofreci-
miento que otro le efectúe para cometer el delito
Quien se concierte con otro para cometer el delito
La pena se reducirá a un tercio del mínimo y un tercio del máximo, si la pena fuere
de prisión perpetua se aplicará prisión de cinco a diez años.
No serán sancionados quienes antes de que se inicie su ejecución intenten impedir
el hecho o den aviso a la autoridad o a la víctima.

Disidencia sobre el régimen de interrupción y suspensión


de la prescripción de la acción penal

He propuesto de modo minoritario que el régimen de suspensión de la prescripción


de la acción penal sea modificado atendiendo a razones concernientes a un necesario
incremento de las causales como a un mejoramiento formal del texto, con el objeto de
hacerlo más preciso y claro.
El incremento de las causales obedece por un lado a la experiencia del sistema acu-
satorio, en cuyo contexto el proceso penal experimenta una cada vez más pronunciada
incidencia de negociaciones entre las partes que debe influir en el curso de la prescrip-
ción de la acción, y por el otro a ciertos preceptos de la legislación comparada donde se
advierten definiciones más acertadas.
Considero que la extradición debiera trasladarse desde las causales de interrupción,
siguiendo el modelo de la llamada ley Schreiber, sancionada en Alemania en 2005, ya

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Anteproyecto Código Penal de la Nación Argentina 2018 269

que esta es una situación que concierne a un proceso de carácter incidental que en tanto
no resulta definido obstaculiza el avance del proceso principal, al igual que las cuestiones
previas o prejudiciales que constituyen las causales suspensivas tradicionales en nuestro
medio. Junto a esta variedad de causales suspensivas el derecho argentino ya había situado
una causal de otra naturaleza, la relacionada con la suspensión del proceso a prueba que
constituye una situación de detenimiento del proceso, en vistas de la confianza de recon-
ducirlo hacia un tratamiento diferenciado; en esta categoría podría integrarse la causal
de aplicación de medios alternativos o de negociación de juicio abreviado, cuya previsión
tendería a estimular el uso de esas vías de encauzamiento del proceso, eliminando la
preocupación de los fiscales de que mientras esas instancias se desarrollan la acción penal
pueda extinguirse.
En el art. 67 habría que introducir correcciones en el encabezamiento del punto I,
aclarando que es la prescripción de la acción, ya que solo se alude a la prescripción en un
contexto donde el artículo precedente habla de la prescripción de la pena; además, en el
inciso a) no queda bien la referencia a que una vez terminada la causa de suspensión la
prescripción sigue su curso, porque esto ocurre con todas las causales que a continuación
se enumeran, de modo que esa referencia debe trasladarse al final del punto I o bien
eliminarse dando por sentado que todos sabemos lo que es la suspensión y sus efectos.
Art. 67. La prescripción de la acción penal se suspende:
En los casos de los delitos para cuyo juzgamiento sea necesaria la resolución de
cuestiones previas o prejudiciales que deban tratarse en otro juicio.
En los casos de delitos cometidos en el ejercicio de la función pública, para todos los
que hubiesen participado, mientras cualquiera de ellos se encuentre desempeñando un
cargo público, en cuyo ejercicio pudiere impedir o dificultar la investigación.
En los casos de los delitos previstos en los artículos
226 y 227 bis, hasta el restablecimiento del orden constitucional.
En los casos de los delitos previstos en los artículos 119, 120, 125, 125 bis, 128,
129 –in fine-, 130 –párrafo segundo y tercero-, 145 bis y 145 ter del Código Penal, se
suspende la prescripción mientras la víctima sea menor de edad y hasta que habiendo
cumplido la mayoría de edad formule por sí la denuncia o ratifique la formulada por sus
representantes legales durante su minoría de edad.
Si como consecuencia de cualquiera de los delitos indicados hubiera ocurrido la
muerte del menor de edad, comenzará a correr desde la medianoche del día en que aquél
hubiera alcanzado la mayoría de edad.
Cuando se hubiese concedido la suspensión del proceso, de conformidad con el art.
76, durante el período de prueba.
Cuando se decida la aplicación de mediación o conciliación o se inicien tratativas para
un juicio abreviado, hasta el cumplimiento de los acuerdos o el dictado de la respectiva
sentencia.
Cuando la presentación del requerimiento de extradición, cuando el imputado se
encuentre en el extranjero, hasta su entrega o abandono de otro modo del territorio del
Estado requerido, o hasta el rechazo del pedido o su retiro.
Con el dictado de la sentencia condenatoria de primera instancia.

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270 Disidencia de Pablo López Viñals

Terminada la causa de suspensión, la prescripción sigue su curso.


En cuanto al punto II, relativo a la interrupción de la prescripción, considero alta-
mente inconveniente que se prolongue la actual situación jurisprudencial de la Argentina
que frente a los casos de prolongación excesiva del proceso, desemboca en sentencias que
declaren la insubsistencia de la acción penal por violación del derecho a ser juzgado en
plazo razonable. Por tal motivo, considero que junto a una actualización y ampliación de
los supuestos de actos interruptivos, debe introducirse un plazo de prescripción absoluto,
siguiendo el modelo de la legislación alemana (parágrafo 78, C, 3), que impide que las
causales sean combinadas para dar vigencia a la acción más allá del doble del tiempo pre-
visto como plazo de prescripción para el respectivo delito. Para guardar correspondencia
con la descripción del efecto de la suspensión, sería conveniente referir también lo que
ocurre con la interrupción de la prescripción, para lo que he usado la fórmula prevista en
el código alemán.
La prescripción se interrumpe por:
La comisión de otro delito, aunque la sentencia condenatoria que lo declare hubiera
recaído luego de transcurridos los plazos establecidos en el art. 62, salvo que hubiesen
pasado más de cinco años desde esa fecha.
El primer llamado efectuado al imputado para recibirle declaración.
La resolución que disponga la producción de prueba pericial.
Las resoluciones por las que se ordene el allanamiento o secuestro de bienes.
El requerimiento acusatorio de apertura o elevación a juicio, efectuado en la forma
que lo establezca la legislación procesal correspondiente.
El auto de citación a juicio o acto procesal equivalente.
La declaración de rebeldía.
Tras cada interrupción comienza de nuevo la prescripción, pero la acción prescribirá
si desde el momento indicado en el artículo 63, hubiera transcurrido el doble del plazo
de prescripción previsto para el delito de que se trate sin que se hubiere dictado sentencia
condenatoria de primera instancia.

Disidencias sobre introducción de nuevos casos de homicidio


agravado

El derecho continental europeo ofrece dos modelos de regulación de los homicidios


calificados o asesinatos. El primero, el del derecho alemán, plantea una fórmula con un
número sumamente limitado de especies de agravantes, que puede ser integrado por vía
de decisiones jurisdiccionales mediante otros supuestos cuando la gravedad del caso lo
amerite (El parágrafo 212 del StGB sanciona a quien sin ser asesino mate a otro con una
pena privativa de libertad no menor a cinco años, pero en su punto segundo dispone que
en casos especialmente graves puede imponerse una pena privativa de libertad perpetua,
es decir castigarse como el asesinato, con lo que se genera una apertura del limitado elen-
co contemplado en el parágrafo 211). El segundo, que prevalece en el derecho español,
francés e italiano, y que guarda relación con nuestra tradición legislativa y con el principio

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Anteproyecto Código Penal de la Nación Argentina 2018 271

de legalidad, se constata una enunciación taxativa de los factores de agravamiento. La


comparación de estos últimos ordenes normativos permite advertir que el artículo 80
del Código Penal Argentino no sería una norma completa, pese a los agregados que le
fueron efectuados en los últimos años. Tomando en cuenta esos modelos del derecho
extranjero y las propuestas que se han hecho en otros proyectos de reforma de nuestro
país, considero que debieran introducirse las siguientes modificaciones al régimen de
agravamiento de homicidio.

Protección de personas especialmente vulnerables: Menor edad


de la víctima

Si bien la vulnerabilidad de la victima puede resultar un componente a valorar en


el uso de la agravante de alevosía, se ha considerado, a mi entender con justicia, que la
situación de ciertos grupos de personas debe ser objeto de una previsión específica que
derive en una protección especial. Esto implica, en otras legislaciones, que cuando el ho-
micidio se comete en contra de dichas personas no sea ya necesario evaluar si concurren
todos los aspectos definitorios de la alevosía sino que el hecho sea agravado por medio
de una presunción legal relativa a que la víctima no pudo defenderse. La introducción de
este tipo de agravantes especiales permite solventar la tradicional disputa interpretativa
relativa a la coincidencia o diferencia de la alevosía con el desvalimiento. En este aspecto
no siempre se ha aceptado que concurra la alevosía en todos aquellos casos en que en los
que la víctima se encuentre en estado de total y absolutamente indefensión por razón
de su corta o avanzada edad; contrariamente a ello se ha entendido que en estos casos
no existe alevosía sino lo que en el ámbito doctrinario se ha dado en llamar abuso de
superioridad, en tanto y en cuanto la inexistencia de defensas por parte de la víctima no
es fruto de las actuaciones del sujeto activo, sino que esta desprotección es inherente a la
naturaleza de la víctima.
En este aspecto considero adecuado que se introduzca como agravante la minoría de
edad de la víctima que tanto en el derecho español como en el derecho francés es por sí
sola un factor de calificación del homicidio (nota, Código Penal Español, Artículo 140. 1°.
Que la víctima sea menor de dieciséis años de edad, Código Penal Francés art. 221 – 4,
1° Sobre un menor de quince años).

Mujeres embarazadas

Cuando el delito es cometido en perjuicio de una mujer embarazada, cuyo estado es


evidente o le consta a quien lo comete, no se darían solo razones para un agravamiento
en función de una situación de indefensión, que podría derivar de situaciones en las que
dicho estado es sumamente avanzado; aquí la razón del agravamiento tiene que ver más
bien con el desprecio por la vida que pone de manifiesto quien ejecuta el delito sabiendo
que elimina no solo la vida de la madre sino que también afecta a la expectativa de vida

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272 Disidencia de Pablo López Viñals

del niño por nacer. Por ese motivo la legislación francesa y española prevén este aspecto
como un factor de agravamiento del delito de homicidio, al igual que lo hiciera el proyecto
presentado por el Diputado Sergio Massa aludiendo al caso de los hechos que afecten a
una mujer embarazada, cuando el estado de embarazo fuere notorio o le constare.

Protección de personas especialmente expuestas por su función:


jueces, fiscales

El actual inciso 8 del art. 80 califica el homicidio cuando se comete en perjuicio


de un miembro de las fuerzas de seguridad pública, policiales o penitenciarias, por su
función, cargo o condición. Sin embargo, las personas que en razón de sus funciones se
encuentran particularmente expuestas a la actividad delictiva por dedicarse precisamente
a confrontarla no son solo los policías o quienes custodian a quienes delinquen; también
son mayormente vulnerables y merecedores de más protección quienes tienen el deber
legal de acusar y condenar a quienes incurren en actividades delictivas, o quienes ejercen
la actividad jurisdiccional en el ámbito extrapenal pero tomando permanentemente
decisiones que afectan intereses de terceros. Por tal motivo en la legislación comparada
se encuentran diversos ejemplos de calificación del homicidio cuando se comete contra
jueces y fiscales.
En nuestro entorno regional se observa que existen este tipo de previsiones en el Código
Penal de Perú, cuyo artículo 108°-A.- considera incurso en homicidio calificado por la Condición
de la víctima a quien mata a un Magistrado del Poder Judicial o del Ministerio Publico.
En el ámbito europeo el Código Penal Francés considera homicidio agravado el que se
comete sobre un magistrado.

Homicidios cometidos por miembros de bandas criminales

La pertenencia a bandas criminales es un factor de agravamiento que se encuentra


en diversas legislaciones del derecho comparado (art. 140 del C.P. Español 221, 4 del
Código Penal Francés); esta circunstancia debe ser circunscripta a los casos en que el ho-
micidio es cometido por quien pertenezca a organización o grupo criminal “siempre que
el mismo sea de aquellos que guardan relación con la finalidad u objetivos de la referida
organización o grupo criminal. En consecuencia el agravamiento debe vincularse solo con
la pertenencia a bandas que se dediquen a la comisión de delitos particularmente graves
y violentos y no con cualquier organización criminal.

Reformulación del homicidio vinculado

La actual fórmula de agravamiento contenida en el inciso 12 del art. 80 resulta in-


adecuadamente limitada; en esa norma se enfoca la situación de quien es capaz de matar

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Anteproyecto Código Penal de la Nación Argentina 2018 273

para hacer sufrir a otro, pero sólo cuando ese otro es una persona con la que el homicida
mantiene o ha mantenido una relación en los términos del inciso 1, a su ascendiente,
descendiente, cónyuge, ex cónyuge o a la persona con la que mantiene o ha mantenido
una relación de pareja, mediare o no convivencia. Tal como se ha puesto de manifiesto
en anteriores evaluaciones no existiría razón para excluir otras situaciones en las que el
móvil es afectar a un tercero y en las que no media una relación de orden familiar como
las que actualmente aparecen condicionando la aplicación de la agravante. La fórmula del
homicidio vinculado que contiene el derecho penal argentino en la actualidad no permite
agravar, por ejemplo, los homicidios cometidos en el ámbito del crimen organizado, donde
suele matarse para perjudicar a alguien distinto de la víctima. Entiendo que lo realmente
gravitante para agravar el hecho no es la relación entre el homicida y el tercero a quien
quiere hacer sufrir, sino la decisión de aquel de instrumentalizar la vida de alguien para
provocar un padecimiento. Por ello entiendo que el denominado homicidio vinculado
debe reformularse adoptando el criterio que fuera ya expresado en el ante proyecto de
2014 y en el ante proyecto del Diputado Sergio Massa, donde se simplificó la agravante
refiriendo al homicidio cometido para causar dolor a un tercero, mediante la muerte de
un pariente o persona afectivamente vinculada a éste.

Imprescriptibilidad de la acción penal correspondiente a los delitos


de homicidio dolosos

El régimen de prescripción de la acción penal está basado en razones de diversa índole;


se reconocen entre ellas algunas que obedecen a una fundamentación asociada al derecho
material y otras que se vinculan más concretamente con aspectos de carácter procesal o
que podríamos denominar de orden práctico. En cuanto al primero de los aspectos, se
traen a colación un discurso concerniente a que el transcurso del tiempo morigeraría la
necesidad de expiación de los miembros de una comunidad jurídica hasta extinguirla
(Reinhart Maurach, Karl Heinz Gössel, Heinz Zipf, T. 2, Ed. Astrea, pág. 968); se con-
sidera que la persecución tardía estaría plena de injusticia y que la sociedad habría dejado
con el tiempo de tener interés en el castigo de los hechos delictivos; en otras palabras, la
alarma social que en al momento de ocurrir el hecho se habría producido, desaparecería
con el tiempo y la sociedad olvidaría el hecho, dándose por satisfecha con que el autor
del hecho, si bien impune hubiera tenido que vivir pendiente durante largo tiempo con
la amenaza de ser llevado a juicio y condenado, lo cual habría sido suficiente castigo. Por
su parte las razones de orden procesal que se añaden aluden a la imposibilidad de llevar
adelante un juicio justo, o sustentado en bases de certeza aceptables habiendo transcurrido
un tiempo demasiado prolongado desde la ocurrencia del hecho, ya que esta circunstancia
haría inviable la recolección de evidencia consistente o suficiente para arribar a un estado
de certeza sobre lo ocurrido; en torno a esta cuestión, se profundiza la fundamentación
señalando que la contraindicación excesivamente tardía derivaría de que se llevarían a
cabo empleando medios probatorios inidóneos, lo que provocaría intranquilidad social
y no contribuiría en nada a la estabilidad de la paz jurídica que el derecho penal intenta

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restaurar, lo que haría que ambos aspectos queden estrechamente relacionados (Roxín,
Claus, Derecho Penal Parte General Tomo I, Thompson Civitas, pág. 991).
Entiendo que toda la fundamentación precedentemente expuesta merece ser puesta
en revisión respecto de los delitos de homicidio, ya que en relación a ellos se verifican
situaciones que los tornan completamente diferentes como lo pondré de manifiesto a
continuación. En primer lugar, aludiendo a los fundamentos expresados de orden material,
considero que es absolutamente erróneo predicar respecto de los homicidios la razón de
olvido social; muy por el contrario, en mi condición de miembro del Ministerio Público
y como integrante de la sociedad, he podido constatar que en razón de estos crímenes el
transcurso del tiempo sin el esclarecimiento y castigo de estos casos no hace sino mag-
nificar el sentimiento generalizado de impunidad e incrementar el reclamo de justicia,
aspecto en el que con toda justicia los familiares de las víctimas se expresan organizada
y constante. De tal modo, considero una ficción inaceptable que la sociedad en general y
los familiares de las víctimas en particular hayan olvidado los hechos y que la paz social se
haya reestablecido; más irritante aún, me parece el argumento relativo a que quien evadió
el castigo podría haber sufrido suficiente manteniéndose durante un largo tiempo fuera
del alcance de la justicia; en este aspecto, creo necesario que quienes cometen esta clase
de crímenes vivan toda su vida sabiendo que el Estado aún se encuentra comprometido
en su persecución penal.
Respecto a la pretendida dificultad de esclarecimiento de los hechos con el transcurso
del tiempo, entiendo que también aquí se ha caído en una simplificación que desconoce
la alteración que esta idea, tan arraigada en el pensamiento criminalístico, ha tenido al
influjo de la vertiginosa evolución de la ciencia y de los procesos de gestión judiciales. El
conocido aforismo de Edmond Locard según el cual en el esclarecimiento de los hechos
delictivos el tiempo que pasa es la verdad que huye hoy puede ser válidamente sustituido
por otro que relativiza fuertemente el paso del tiempo como factor de dificultad de la
investigación criminal; en ese orden podríamos decir hoy que la evolución de la ciencia,
aplicada a la averiguación de lo ocurrido con crímenes sin resolver arroja en no pocos
casos la posibilidad de avanzar de un modo en que no era posible al momento en que se
cometieron los hechos; esto es una verdad incuestionable en relación a la aplicación de las
técnicas de identificación por estudios de ADN y de las nuevas tecnologías aplicadas a la
dactiloscopia, por citar solo algunos ejemplos (Sobre este punto, señala Steven Baack, oficial
a cargo de la Unidad de Investigación Especial de homicidios sin resolver de Hamburgo
–LKA Coud Case Unit, Polizei Hamburg- que el Tiempo no solo cubre, sino que
también descubre las huellas del delito, lo que se verifica por ejemplo en relación a testigos
que durante años por diversas razones callan y que con el transcurso del tiempo llegan
a estar dispuestos a colaborar con la justicia). En ese contexto, el derecho penal no debe
mantener normas que inviten al sistema a pasar la página respecto de la persecución penal
de los homicidios, sino adaptarse a las nuevas realidades y promover las condiciones para
que la justicia adopte criterios organizativos tendientes a hacerse cargo mediante técnicas
especiales del esclarecimiento de los denominados casos fríos.
En ámbitos donde la investigación de los homicidios ha sido mayormente desarro-
llada ha podido establecerse que los casos sin resolver, demandan el empleo de criterios

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Anteproyecto Código Penal de la Nación Argentina 2018 275

y el recorrido de vías de investigación diferenciadas, que puedan detectar falencias en


la actuación inicial o que impliquen el empleo de bases de información o de recursos
tecnológicos aún no aplicados al caso.
Lo expuesto ha llevado en Estados Unidos y Europa a la creación de unidades donde
se desarrollan metodologías de investigación especialmente adaptadas a este tipo de hechos
delictivos para afrontar más adecuadamente su particular dificultad de descubrimiento
de la verdad, experiencia que ya se ha replicado en nuestro país con el objeto de eliminar
la impunidad de los hechos que generan la más alta conmoción social.
Por esto la acción penal relativa a los delitos de homicidio no debe prescribir y con-
sidero que el código debiera tener una previsión como la contenida en el parágrafo 78
del Código Alemán.

Ampliación de la fórmula del abuso sexual del art. 119

Los Procuradores y Fiscales Generales de todo el país se han dirigido al Ministro de


Justicia y Derechos Humanos en el mes de diciembre de 2016, planteando la necesidad de
una actualización integral de la legislación penal en todos los aspectos concernientes a la
violencia de género. En ese marco estimaron conveniente el mejoramiento de la protec-
ción de la integridad sexual mediante un tipo de abuso sexual más amplio. La propuesta
considera que las modalidades de comisión del abuso sexual actualmente contempladas
en el art.
119 del Código Penal, demandan que la víctima que puede poner válidamente en juego
su voluntad de oposición resulte afectada por acciones violentas o coactivas. Sobre esta
particular cuestión se pone de manifiesto que durante ese año, en el derecho continental
europeo se expandieron los contornos del abuso sexual, considerándolo tipificado también
en aquellos casos en que, aún sin emplearse aquellos medios, la víctima haya expresado
perceptiblemente su negativa a mantener un contacto con el agresor. El precepto ‘no
significa no’, ha guiado a los cuerpos legislativos en aquel ámbito a modificar las normas
penales impidiendo que puedan seguir poniéndose en juego criterios jurisprudenciales
según los cuales es necesaria una resistencia a conductas violentas o coactivas, cuando la
voluntad contraria de la víctima ha quedado expresada de modo reconocible.
Quien contra la reconocible voluntad de otra persona realice sobre ella acciones se-
xuales (Wer gegen den erkennbaren Willen einer anderen Person sexuelle Handlungen
an dieser Person vornimmt). Esta fórmula es la que ha constituido el eje de la discusión
que se zanjó con la reforma unánimemente votada por el Parlamento Alemán, mediante
la que se adoptó un criterio más amplio para definir al abuso sexual en el parágrafo 177
del StGB, que considero debe ser tenida en cuenta para avanzar en una complementa-
ción del art. 119, con el objeto de evitar que ciertas conductas puedan ser excluidas de la
correspondiente sanción por vía interpretativa.
La regulación actual del Código Argentino permite distinguir hasta el presente las
siguientes modalidades de abuso sexual. Se ha previsto el abuso ejecutado frente a una
víctima que no puede expresar su voluntad o que no tienen una voluntad relevante para

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el derecho. Aquí se inscriben los hechos que afectan a menores de trece años y los que
atañen a las personas que por cualquier circunstancia no han podido consentir libre-
mente la acción. Por otro lado la ley prevé las conductas que implican el uso de medios
orientados a vencer la voluntad de la víctima. Aquí se encontrarían el empleo de medios
coactivos en distintos ámbitos y los que se cometen usando violencia. El problema de la
normativa actual es que no sería suficientemente clara a la hora de establecer la tipicidad
de la conducta de quien avanza ejecutando acciones de orden sexual sobre una persona
que se limita a expresar su disconformidad con tal conducta, cuando ésta no se lleva a
cabo por medios violentos o coactivos.
Por ese motivo, propongo, en consonancia con la posición de los Procuradores y
Fiscales Generales del todo el país que se agregue en la parte final del párrafo primero
del art. 119, las fórmula siguiente, que no deje duda de que hay protección penal sin más
exigencia que la expresión de voluntad contraria cuando esta puede ponerse en juego
válidamente: “o cuando sin mediar ninguna de las situaciones precedentemente descriptas
el hecho se realice en contra de la voluntad reconocible expresada por la víctima”.

Disidencia relativa a la necesidad de incluir el stalking y sexting

Stalking o acecho:

Bajo la denominación stalking de origen anglosajón se conoce un conjunto de con-


ductas constitutivas de acoso, acecho u hostigamiento que hasta el presente no cuentan
con una incriminación específica en el Código Penal Argentino. Tales conductas que se
materializan en llamadas telefónicas, envío de cartas o mensajes, paquetes, merodeos o
seguimientos, entre otras, no pueden ser perseguidas con fundamento en tipos penales
existentes, como la amenaza o coacción, y plantean la necesidad de contar con una regu-
lación concreta. El stalking supone una intromisión indeseada, obsesiva y persistente de
una persona en la vida de otra, la víctima, que rechaza la relación con el sujeto que lleva a
cabo los contactos, el acosador o stalker; este último a través de todo tipo de medios intenta
vincularse a la víctima mediante comunicaciones, envíos de materiales, acercamientos a
su casa, lugar de trabajo o frecuentando lugares a los que ésta acude en su tiempo libre,
espiándola o persiguiéndola. El acosador o stalker puede ser conocido de la víctima (la
pareja o ex pareja de ésta, un familiar o un conocido) o desconocido, y persigue múltiples
objetivos: deseo de mantener una relación, fantasear con que está enamorado o sentir y
demostrar control, poder o posesión, celos o resentimiento, perturbando gravemente el
desarrollo de su vida cotidiana, y suele ejecutar este tipo de conductas por un tiempo que a
veces se extiende durante años. Cuando se consideran por separado, los comportamientos
del stalker pueden parecer inofensivos y no ser amenazantes, pero cuando se repiten en
el tiempo, estas acciones juntas devienen en situaciones que afectan seriamente a quien
las padece, justificando la existencia de una protección penal específica.
Aunque la incriminación del stalking se relaciona mayoritariamente con la violencia
de género por parte de la pareja o ex pareja o por alguien que elige unilateralmente a otra

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Anteproyecto Código Penal de la Nación Argentina 2018 277

persona como pareja, puede haber otros ámbitos en los que se produzca el acoso y deben
ser alcanzados por la previsión penal.
La necesidad de avanzar en nuestro medio en la incriminación de estas conductas
se relaciona con el hecho de que en los últimos años han aumentado y se han vuelto más
potencialmente dañosas por la mayor difusión en la vida cotidiana de nuevas tecnologías
que incrementan la interacción entre las personas. Los modernos medios tecnológicos han
invadido múltiples áreas de nuestras vidas hasta convertirse en un recurso indispensable
en las comunicaciones, pero también suponen una nueva vía para llevar a cabo ataques
de género, y puede afectar especialmente a los más jóvenes, quienes las utilizan con más
frecuencia.
Se proponen, en consecuencia, siguiendo aquí también el documento de los Pro-
curadores y Fiscales Generales remitido al Ministerio de Justicia y Derechos Humanos
diversos ejemplos de la legislación comparada, introducir entre los delitos contra la li-
bertad, un nuevo tipo penal para ofrecer respuesta a conductas consideradas graves, que
no tienen hasta hoy un claro encaje en otras figuras criminales; se confrontarían de ese
modo situaciones aparentemente inofensivas por no suponer el empleo de violencia, que,
sin embargo, por su carácter reiterado menoscaban gravemente la libertad y sentimiento
de seguridad de la víctima, que se siente sometida a persecuciones, vigilancias, llamadas
u otros actos continuos de invasión de su vida que constituyen en conjunto un verdadero
hostigamiento. Al igual que ocurre en otros ordenes normativos como los de Estados
Unidos y diversos países de Europa, se llenaría así el vacío punitivo relativo a conductas
atentatorias contra la libertad de obrar, cumpliendo de este modo las obligaciones interna-
cionales de incriminación asumidas por nuestro Estado relativas a la violencia de género,
como por ejemplo las que derivan de la Convención de Belem do Pará, que pretende
adoptar un enfoque amplio en la lucha contra la violencia sobre la mujer.
La sola tipificación del delito mejorará la situación de las víctimas, porque dejará
cerrados resquicios legales y permitirá actuar preventivamente. Y ese es el punto clave
en estos casos, ya que no será necesario que se produzca la consumación de una agresión
para que los hostigadores sean sancionados.
La propuesta que se formula toma como modelo la norma vigente en España, pero
difiere sustancialmente de esta en tanto se hace eco de la iniciativa oportunamente
presentada por el Ministerio de Justicia de Alemania, orientada a eliminar en ese país
como requisito de tipificación la efectiva alteración de la vida de la víctima que figura en
el encabezamiento del art. 172 ter del Código Español, y que también se encuentra en
el actual parágrafo 238 del Código Penal. En este último aspecto, parece razonable que
quien acude a la justicia buscando que el acosador encuentre un límite en su accionar, no
se vea compelido a cambiar efectivamente su modo de vida o a ser revictimizado en un
proceso demostrando que ha experimentado en razón del acoso alteraciones sustanciales
de sus costumbres.
En consecuencia la propuesta de previsión legal sería la siguiente:
Será reprimido con prisión de seis meses a cuatro años quien acose a otro ejecutando
actos de intromisión en su vida de forma no autorizada y persistente.
Se considerarán casos especiales de acoso:

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278 Disidencia de Pablo López Viñals

Vigilar, perseguir o buscar la cercanía física de otro.


Establecer o intentar establecer contacto con otro a través de cualquier medio de
comunicación, o por medio de terceras personas.
Adquirir productos o mercancías mediante el uso indebido de datos personales de
otro, o contratar servicios, o hacer que terceras personas se pongan en contacto con otro.

Disidencia relativa a la necesidad de incluir la figura de acoso


sexual

La fundamentación de la introducción de esta figura es amplia. La Organización


Internacional del Trabajo (OIT), ha señalado que el acoso sexual es “un comportamiento
de carácter sexual no deseado por la persona afectada y que incide negativamente en su
situación laboral provocándole un perjuicio”.
Por su parte el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la Orga-
nización de Naciones Unidas (O.N.U.), se expidió en el mes de Diciembre del año 2011,
al evaluar en nuestro país en orden a la aplicación del Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales, expresando su preocupación porque “el acoso sexual
en el lugar de trabajo no está prohibido expresamente en la legislación penal ni en la
legislación laboral del Estado parte y porque no ha sido tipificado como delito”. Es por
este motivo que en el informe de referencia se exhortó expresamente al Estado Argentino
a que “apruebe y aplique medidas legislativas que prohíban expresamente el acoso sexual
en el lugar de trabajo, y a que tipifique esa conducta en la legislación penal y laboral”.
Por otro lado, la Convención de Belem do Pará, contiene un mandato de criminali-
zación del acoso sexual en el trabajo.
Existen antecedentes en el derecho argentino como la propuesta que en el año 2005
efectuaran Gil Lavedra – Bossert para que se introdujese una norma que reprimiese con
prisión de seis meses a cinco años al que prevaliéndose de una situación de superioridad
jerárquica, laboral, docente o de otra índole, efectuare un requerimiento de carácter sexual,
para sí o para un tercero.
Por ello estimo que debiera introducirse la figura del acoso sexual en el ámbito laboral
y otros similares incluyendo en el Título III del Libro II, siguiendo el modelo del art.
184 del Código Español, para sancionar al que “solicitare favores de naturaleza sexual,
en el ámbito de una relación laboral, docente o de prestación de servicios, continuada o
habitual”. La referida figura debiera agravarse “si el hecho se comete prevaliéndose de
una situación de superioridad laboral, docente o jerárquica, o con el anuncio expreso o
tácito de causar a la víctima un mal relacionado con las legítimas expectativas que aquélla
pueda tener en el ámbito de la indicada relación”.
De incluirse esta figura, debería ser prevista como un delito de acción pública de-
pendiente de instancia privada.

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Anteproyecto Código Penal de la Nación Argentina 2018 279

Delitos de manipulación genética y de tratamiento indebido


de embriones humanos

La legislación penal argentina presenta un vacío en relación a la sanción de conductas


que pueden cometerse, dado el avance de la ciencia, en la aplicación de modernos métodos
desarrollados en el campo de la genética humana y del tratamiento de embriones humanos.
En relación a ambas cuestiones el derecho comparado ya ofrece modelos de previsión de
conductas típicas que considero deben ser adaptadas al derecho local.
El primero de los aspectos en que nuestra ley debiera ser completada, siguiendo
el criterio empleado en el proyecto del Diputado Sergio Massa y en el Código Penal
Español, es el relativo a la manipulación genética propiamente dicha; a tal fin debiera
introducirse un tipo penal que contemple a quienes sin autorización o en violación de las
normas o reglamentos vigentes, y con la finalidad distinta de la de eliminar o disminuir
enfermedades graves, realicen manipulaciones genéticas alterando el genotipo.
Por otro lado, resulta conveniente, siguiendo los dos modelos antes indicados y la
legislación de Colombia, sancionar la experimentación con fecundación de óvulos huma-
nos con cualquier fin distinto a la procreación humana y el tráfico con gametos, cigotos
o embriones humanos, obtenidos de cualquier manera o a cualquier título.
Respecto a la Clonación, entiendo que convendría adoptar el modelo establecido en
el Código Penal Francés, sancionando al que cree una persona genéticamente idéntica a
otra viva o muerta y a quienes incurran en prácticas eugenésicas orientadas a la organi-
zación de la selección de personas.
Por otro lado, el derecho alemán presenta una importante regulación que debiera
ser adaptada a nuestro ámbito, donde también debieran ser sancionadas las conductas
orientadas a la creación de híbridos; sobre este particular debiera preverse una pena para
quien intente fusionar embriones portadores de informaciones genéticas diferentes, uti-
lizando para ello al menos un embrión humano, para quien reúna un embrión humano y
una célula que contenga informaciones genéticas distintas de las contenidas en las células
embrionarias y sea susceptible de continuar diferenciándose junto con el embrión, para
quien produzca un embrión susceptible de diferenciarse, por fecundación de un óvulo
humano con esperma de un animal o fecundación de un óvulo animal con esperma de
un hombre, para quien transfiera: a) a una mujer o b) a un animal, un embrión formado
como consecuencia de una de las manipulaciones definidas en el parágrafo y para quien
transfiera un embrión humano a un animal.

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Disidencias de Guillermo Soares Gache

Buenos Aires, 22 de mayo de 2018

Al Señor Presidente de la Comisión para la


Reforma del Código Penal de la Nación
Dr. Mariano Hernán Borinsky

Tengo el agrado de dirigirme a UD. como miembro de la Comisión en representa-


ción del Ministerio de Seguridad de la Nación, a fin de adjuntar al presente las distintas
disidencias que he ido planteando a lo largo de las reuniones y respecto de las cuestiones
en las que he votado en contra de la mayoría.
Quiero dejar en claro que he adherido mayormente a lo que ha decidido la Comi-
sión en la casi totalidad de las cuestiones que han sido debatidas pero no puedo dejar de
presentar mi disidencia en aquellas que no comparto.
A continuación se detallan las disidencias para después pasar a su tratamiento en particular.
Artículo 26. Condena de ejecución condicional.
Artículo 34. 6° c) último párrafo. Legítima defensa.
Artículo 42. Tipificación de actos preparatorios (conspiración) en determinados delitos
(homicidio, privación coactiva de la libertad, trata de personas, sustracción de menores,
robo con armas, robo en poblado y en banda y con efracción, y secuestro extorsivo.
Artículo 74. Suspensión de juicio a prueba.
Artículo 86. Aborto.
Artículo 167. Robro agravado (por la conducción de un moto vehículo).
Artículos 449 y 458. Delitos ambientales.
Artículo 459. Patrimonio genético Nacional.
Título XXV, Capítulos I y IV. Violencia en espectáculos deportivos y delitos en es-
pectáculos futbolísticos.

Disidencia Condena de ejecución condicional.

La redacción propuesta para el tercer párrafo del Art. 26 del Código Penal con motivo
del siguiente fundamento, a saber:

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282 Disidencia de Guillermo Soares Gache

Se propone la sustitución del párrafo tercero del proyecto presentado por el siguiente:
“La existencia de una condena anterior será obstáculo para acordar la suspensión aun
cuando la segunda condena lo sea por un delito anterior a la primer sentencia. En estos
casos cuando exista una segunda condena firme deberá revocarse la condicionalidad
impuesta en cualquiera de las sentencias.”
Esta propuesta se funda en el efectivo cumplimiento de las condenas y la inconvenien-
cia de conceder el beneficio de la condicionalidad de la pena en más de una oportunidad,
toda vez que, de prosperar el texto arrimado por la comisión, se estaría permitiendo a
quien ya cometió un delito y comete nuevamente otro hecho criminal que goce de un
segundo beneficio que se considera injustificado.
Debe precisarse que una segunda condena debería ser obligatoriamente de cum-
plimiento efectivo y que la solución propuesta en nada afecta las reglas del concurso
de delitos o la unificación de penas, sino que solamente se orienta a dejar sin efecto la
condicionalidad ante la existencia de una segunda condena firme.
La fórmula propuesta por la comisión relativa a que: “La existencia de una condena
anterior, incluso de cumplimiento efectivo, no será obstáculo para acordar la suspensión
cuando la segunda condena lo sea por un delito anterior a la primera sentencia y las
reglas del concurso permitan una pena no superior a los tres años de prisión” instituye la
posibilidad de conceder un segundo beneficio de pena de carácter condicional a quien ya
posee una “condena anterior”, lo cual concede múltiples e injustificadas oportunidades de
eludir el cumplimiento de pena a quien ya previamente lesionó un bien jurídico tutelado
por el derecho penal.
Que, de prosperar el texto propuesto por la comisión, se estaría concediendo una
nueva situación de impunidad (la condicionalidad en un segundo delito es asimilable a
la impunidad) a quien previamente delinquió, consagrando una renuncia inaceptable del
Estado a sancionar a quienes fueron no una, sino dos veces declarados culpables en el
marco de un proceso.

Disidencia legítima defensa.

Señala el artículo 34, punto 6° c) “igualmente respecto de aquel que encontrare a un


extraño dentro de su hogar, siempre que haya resistencia.”
Se propuso la supresión de esto último, “siempre que haya resistencia”, lo que no fue
aceptado, razón por la cual se presenta esta disidencia.
Entendemos que es una exigencia excesiva imponer que una persona que encuentre
a un extraño en su casa, para poder actuar en defensa propia además deba esperar que
haya resistencia por parte del agresor. Se coloca a la víctima en un grado de vulnerabilidad
injustificado lo que puede acarrear un grave peligro para su integridad física al limitar su
actuación defensiva.
Por otro lado nótese que en el párrafo anterior cuando se habla de escalamiento o
fractura no se requiere esta condición de que previamente haya resistencia por parte del
agresor.

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Anteproyecto Código Penal de la Nación Argentina 2018 283

Disidencia tipificación de actos preparatorios (conspiración).

Uno de los pilares de la política criminal actual es el de la búsqueda de herramien-


tas para lograr una mayor eficacia en la prevención y sanción del crimen organizado,
así como también de los delitos de especial gravedad y afectación de bienes jurídicos
fundamentales que aquejan a la sociedad. En este sentido es razonable que la figura de
la conspiración que ya existe en nuestro sistema penal regulada en el art. 29 bis de la
ley 23.737, desde el año 1995 (Ley 24.424), para delitos vinculados a estupefacientes,
se extienda a otros tipos penales en los que existe un especial interés preventivo por el
riesgo que representan.
Se ha podido advertir que la conspiración es una figura prevista en numerosos sistemas
penales del Derecho comparado, citando el caso de España (arts. 17, 141, 151, 168, entre
otros); Chile (arts. 8, 106 y 111); Uruguay (art. 7); Colombia (art. 471), entre otros; y que
se encuentra ampliamente desarrollada en el sistema anglosajón, bajo la denominación
de “conspiracy” (véase en particular el capítulo 19 del U.S. Code, Título 18-I).
También ha merecido nuestra atención que la figura se encontró presente en algún
antecedente nacional, como es el caso del Proyecto Villegas, Ugarriza y García de 1881,
en su artículo 18.
El presente Anteproyecto ha resuelto mantener la conspiración para delitos vincula-
dos al narcotráfico y al contrabando de estupefacientes, incluyéndola en su artículo 330.
Asimismo se han tipificado actos preparatorios (delitos de peligro) en delitos menores.
Sin embargo no se ha votado favorablemente la propuesta del Ministerio de Seguridad
relacionada a los delitos más graves.
En la propuesta hemos seguido el modelo de regulación española, introduciendo la
conspiración en la parte general -a continuación del desistimiento (art. 43)- y luego en
cada uno de los delitos en los que la propusimos, a saber, los delitos de homicidio simple
y agravado (art. 80.II); privación ilegítima de la libertad coactiva (art. 142.II); trata de
personas (art. 145); sustracción de menores (art. 146); robo agravado por el uso de armas
o por su comisión en lugares despoblados y en banda (art. 166 inc. 2º), por su comisión
en en lugares poblados y en banda (art. 166 inc. 2º y 167 inc. 2º), o por efracción (art. 167
inc. 3º); y secuestro extorsivo (art. 170).
Se ha mantenido la exigencia, prevista en el art. 29 ter de la ley 23.737 (actual art.
330), de parte de los conspiradores de realización de actos manifiestamente reveladores de
su decisión de ejecutar estos graves delitos. Del mismo modo se ha favorecido a quienes
desistieren de comenzar la ejecución de los hechos o bien a quienes hubiesen directamente
impedido la realización del plan.
En virtud de ello, proponemos la siguiente regulación de la conspiración:
Artículo 42.II: El que aún sin haber dado comienzo de ejecución llevare a cabo actos
manifiestamente reveladores de la decisión común de ejecutar un delito determinado, en
acuerdo con una o más personas, será sancionado solamente en los casos específicamente
previstos en la ley.
Artículo 42.III: En el caso del párrafo anterior quedará exento de pena el que pu-
siere en conocimiento de las autoridades la decisión de ejecutar el delito, así como el que

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284 Disidencia de Guillermo Soares Gache

espontáneamente impidiere la realización del plan o el que llevare a cabo cualquier otro
acto manifiestamente revelador de su intención de desistir voluntariamente del delito.

Homicidio simple y agravado:

Artículo 80.II: El que sin haber dado comienzo a la ejecución del delito lleve a
cabo actos manifiestamente reveladores de la decisión común de cometer las conductas
previstas en los artículos 79° y 80.I°, en acuerdo con una o más personas, será reprimido
con la pena prevista para cada supuesto reducida en la mitad del máximo y dos tercios
del mínimo.

Privacion ilegitima de la libertad coactiva:

Artículo 142.II, segundo párrafo: El que sin haber dado comienzo a la ejecución del
delito lleve a cabo actos manifiestamente reveladores de la decisión común de cometer
alguna de las conductas previstas en el presente artículo, en acuerdo con una o más per-
sonas, será reprimido con la pena prevista reducida en la mitad del máximo y dos tercios
del mínimo.

Trata de personas:

Artículo 145.II: El que sin haber dado comienzo a la ejecución del delito lleve a
cabo actos manifiestamente reveladores de la decisión común de cometer alguna de las
conductas previstas en el presente artículo, en acuerdo con una o más personas, será re-
primido con la pena prevista para cada supuesto reducida en la mitad del máximo y dos
tercios del mínimo.

Sustraccion de menores:

Artículo 146.II: El que sin haber dado comienzo a la ejecución del delito lleve a cabo
actos manifiestamente reveladores de la decisión común de cometer la conducta prevista
en el presente artículo, en acuerdo con una o más personas, será reprimido con la pena
reducida en la mitad del máximo y dos tercios del mínimo.

Robo con armas, o en despoblado y en banda:

Artículo 166.II: El que sin haber dado comienzo a la ejecución del delito lleve a cabo
actos manifiestamente reveladores de la decisión común de cometer la conducta prevista
en el artículo 166.I, inciso 2°, en acuerdo con una o más personas, será reprimido con la
pena reducida en la mitad del máximo y dos tercios del mínimo.

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Anteproyecto Código Penal de la Nación Argentina 2018 285

Robo en lugares poblados y en banda y robo con efracción:

Artículo 167: El que sin haber dado comienzo a la ejecución del delito lleve a cabo
actos manifiestamente reveladores de la decisión común de cometer alguna de las con-
ductas previstas en el artículo 167.I, incisos 2° y/o 3°, en acuerdo con una o más personas,
será reprimido con la pena reducida en la mitad del máximo y dos tercios del mínimo.

Secuestro extorsivo:

Artículo 170.II: El que sin haber dado comienzo a la ejecución del delito lleve a cabo
actos manifiestamente reveladores de la decisión común de cometer la conducta prevista
en el presente artículo, en acuerdo con una o más personas, será reprimido con la pena
reducida en la mitad del máximo y dos tercios del mínimo.

Disidencia suspensión de juicio a prueba.

El artículo 74 del Anteproyecto establece, para el imputado, como una de los deberes
del acuerdo de suspensión (inc. 4ºb): La reparación de los daños y perjuicios, en la mayor
medida que le fuera posible.
De este modo se respeta el espíritu de la redacción actual de la norma que establece
como condición para el otorgamiento del beneficio que: “el imputado deberá ofrecer ha-
cerse cargo de la reparación del daño en la medida de lo posible” (art. 76 bis del Código
Penal).
Sin embargo debe en este punto formularse una disidencia con la citada previsión
del Anteproyecto, que guarda relación con el modo en que muchos de los tribunales han
venido aplicando este instituto, tergiversando el espíritu inicial del mismo y en contra de
la política criminal vigente, inclinada a la protección de la víctima y sus derechos (cfr. en
especial Ley 27.372).
El instituto de la suspensión de juicio a prueba nace en el año 1994 con la sanción
de la ley 24.316, como una excepción al principio de legalidad procesal que obligaba al
Estado a impulsar la acción penal frente a la comisión de cualquier delito. Esta concep-
ción del proceso era vista como una aplicación irracional del Derecho Penal, por lo que
la suspensión del juicio a prueba apareció como un razonable criterio de oportunidad
procesal, posibilitando así brindarle mayores recursos a la investigación de los delitos
más graves, evitar el cumplimiento de penas cortas de prisión y otorgar mayor protección
a la víctima (cfr. por todos, Vitale, Gustavo, “De la suspensión del juicio a prueba”, en
Baigún/Zaffaroni (Dirs.), Código Penal y normas complementarias. Análisis doctrinal y
jurisprudencial, vol. 2, Hammurabi 2002, pp. 810/815).
Sin embargo, la suspensión del proceso a prueba ha tenido una aplicación cuestio-
nable en aquellos delitos en los que se ha producido un daño patrimonial a la víctima,
ya que la fórmula del art. 76 bis del Código Penal vigente -el imputado deberá ofrecer
la reparación de los daños en la medida de sus posibilidades- ha permitido que personas

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286 Disidencia de Guillermo Soares Gache

acusadas por defraudaciones, sean beneficiadas por la suspensión de juicio a prueba, a


pesar de haber ofrecido reparaciones patrimoniales sumamente desproporcionadas y
alejadas del perjuicio causado. Para peor, en muchos caso sin siquiera analizar realmente
las posibilidades del imputado y probar su situación patrimonial o el destino dato al
dinero defraudado.
El argumento utilizado por los Tribunales Orales o el Ministerio Público para
promover o validar la suspensión en estos casos ha sido que el instituto no persigue la
reparación civil de los daños y que la víctima debiera procurar su indemnización por medio
de la acción civil. Sin embargo, esta incorrecta aplicación del beneficio ocasiona severos
perjuicios a la víctima. En efecto, la dinámica y selectividad del proceso penal ocasiona
que la víctima se vea obligada a presentarse como parte querellante e impulsar el proceso
penal durante un tiempo importante -muchas veces a su costa, si bien ahora si se prevé la
imposición de costas lo que significa un avance importante- para lograr que la investiga-
ción avance hacia la etapa de juicio. Y, a pesar de ello, la aplicación flexible y generalizada
de la suspensión del juicio a prueba coloca a la víctima en la disyuntiva de aceptar un
ofrecimiento desproporcionadamente inferior al daño sufrido o bien rechazarlo, para
quedarle expedita la acción civil, que deberá iniciar en otro fuero, impulsando el proceso
nuevamente por un tiempo prolongado para lograr una sentencia favorable. De aquí que
su tutela judicial en muchos casos se torne ilusoria. Sobre todo ante la imposibilidad del
fuero civil de lograr un auténtico resarcimiento en estos casos, por la inexistencia de un
patrimonio suficiente o plausible de ser embargado o inhibido. De aquí que la alternativa
de la acción civil sea, en la mayoría de los casos una ficción por medio de la cual la juris-
dicción penal delega en otro fuero un problema de imposible resolución. El perjudicado,
nuevamente, resulta ser la víctima.
Es de destacar que un sector de la jurisprudencia ha sabido precisar que el ofreci-
miento de reparación patrimonial deba revelar una auténtica vocación de superación del
conflicto, significando con ello que el imputado, para hacerse merecedor de este criterio de
oportunidad procesal, deba demostrar una auténtica voluntad de reparar el daño causado
a la víctima y no un mero ofrecimiento por aproximación (cfr. por todos Cámara Nacional
de Casación en lo Criminal y Correccional, Sala III, de 24/10/2017, “S., C. y otros s/
estafa”). Sin embargo, ello sólo es exigido por un sector minoritario de la jurisprudencia,
en tanto que la mayoría no suele analizar con esta profundidad el ofrecimiento de repa-
ración patrimonial, optando por la aplicación favorable y flexible del instituto con tal de
evitar la realización del juicio oral y público.
A todo ello se le agrega que, en el año 2015 (Ley 27.147) se incorporó al Código Penal
la posibilidad de extinción de la acción por “reparación integral del perjuicio” (art. 59 inc.
6º). Sin embargo se advierte que, existiendo la posibilidad de una “reparación no integral
del perjuicio”, merced a la flexibilidad con que se concede actualmente la suspensión del
proceso penal, esta causal de extinción de la acción penal será fácilmente sorteada por los
imputados, vulnerando los derechos de la víctima mediante ofrecimientos de reparación
patrimonial sensiblemente inferiores al daño causado.
En virtud de ello, proponemos una regulación que respete de un mejor modo los
derechos de la víctima en el proceso penal y atienda a la reparación del perjuicio efectivo

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Anteproyecto Código Penal de la Nación Argentina 2018 287

sufrido en el patrimonio de la víctima, que en Derecho Civil es conocido como “daño


emergente”. Para ello sugerimos que la fórmula del art. 74 indique:
(inciso 4ºb) “El ofrecimiento de reparación de los daños emergentes sufridos por la
víctima”.
Otra opción: (inciso 4ºb) “La reparación de los daños emergentes sufridos por la
víctima. En todos los casos, el ofrecimiento deberá revelar una voluntad superadora del
conflicto ocasionado con su conducta”.
Cabe destacar que si bien se establece en el inciso c) la devolución del objeto ma-
terial del delito no queda claro el alcance de dicha previsión, lo que generará diversas
interpretaciones.
Asimismo proponemos -en línea con la disidencia que había formulado el Dr. Federico
Pinedo al Anteproyecto de reforma del Código Penal del año 2013, que la víctima no
pierda la posibilidad de continuar su reclamo por vía civil, aún en el caso de que acepte la
reparación no integral del perjuicio, ofrecida por el imputado. En tal sentido, sugerimos
la modificación del art. 75 inciso 4º del proyecto para que refiera lo siguiente:
(Art. 75 inc. 4º) “La víctima podrá aceptar o no la reparación ofrecida. Sin perjuicio
del cobro de la reparación ofrecida, la víctima tendrá habilitada la acción civil por lo que
restare de la reparación plena del daño emergente, sin resultar aplicables las reglas de
prejudicialidad del Código Civil”.

Disidencia aborto.

En el artículo 86 se prevé que “El aborto practicado por un médico diplomado con
el consentimiento de la mujer embarazada no es punible:
1. Si se ha hecho con el fin de evitar un peligro para la vida o la salud física o mental
de la madre y si este peligro no puede ser evitado por otros medios;
2. Si el embarazo proviene de un abuso sexual.”
Teniendo en cuenta las distintas posturas existentes en la Comisión sobre este tema,
la que se transcribe fue la que obtuvo consenso por mayor cantidad de votos.
Sin perjuicio de lo señalado, en su momento dejé sentada mi disidencia respecto del
contenido del inciso 1° cuando se hace alusión a la salud física o mental, más precisa-
mente respecto de esto último, esto es la salud mental. Consideré que la no punibilidad
debía referirse sólo a la salud física, excluyéndose de este modo, la mental. Ampliar la no
punibilidad a una problemática mental prácticamente determinaría la no punibilidad del
aborto. Estando en juego el valor vida (de la persona por nacer) considero que sólo debería
no ser punible cuando está en juego la vida de la madre o un grave daño en su salud física.
Excepcionalmente podría preverse algún grave daño a la salud mental pero debería
estar determinado con mucha mayor precisión y de manera restrictiva.
Más allá de dejar sentada mi postura personal en este tema lo cierto es que la cuestión
está siendo actualmente debatida en el Congreso con la participación de distintos sectores
que poseen posturas divergentes en la materia. Serán en definitiva los legisladores quienes
decidan sobre el alcance de la figura en cuestión.

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288 Disidencia de Guillermo Soares Gache

Disidencia en agravante del robo. Moto vehículos.

En los últimos años, ha cobrado notoriedad la cantidad de casos de hechos violentos


en los que actúan delincuentes a bordo de moto vehículos, y asaltan transeúntes en la
vía pública o bien a personas que circulan en automóviles mientras están detenidos en
semáforos o esquinas, desapoderándolos de sus pertenencias mediante el uso de armas.
La modalidad empleada, permite atacar por sorpresa a las víctimas -generalmente al
azar- y huir en gran velocidad sin ser detenidos ni tampoco identificados. Los autores
de estos delitos son denominados “motochorros” por los medios de comunicación y por
el público en general.
Esta modalidad de robo violento ha ocasionado hechos lamentables, como por ejemplo
el asesinato de Brian Aguinaco, un joven de 14 años que fue baleado por “motochorros”
en ocasión del robo de una mochila a una transeúnte en Flores, Ciudad de Buenos Aires,
el 24 de diciembre de 2016; o, más atrás en el tiempo, el trágico robo a Carolina Píparo
en 2010, ocurrido en La Plata, cuando le dispararon al salir del Banco, asesinando a su
hijo por nacer.
Se trata ésta de una modalidad violenta y frecuente de robo que ocurre no sólo en
la Ciudad de Buenos Aires sino también en muchas localidades a lo largo de todo el
país, motivo por el cual es parte de la discusión político-criminal actual. De hecho, el
Gobierno Nacional ha abordado la necesidad de adoptar medidas de control urgentes
respecto de esta modalidad delictiva, en el marco de la declaración de “Emergencia de
Seguridad Pública” , dictando un régimen específico de identificación de moto vehículos
, motivado, específicamente en la necesidad de facilitar tanto a los afectados, como a los
testigos, a las fuerzas de seguridad y a los operadores de las cámaras de video vigilancia,
poder identificar a los autores de este tipo de delitos.
Valga traer a colación lo afirmado por el Presidente de la Nación en los consideran-
dos del citado Decreto 171/2017, manifestando, lo siguiente: “Que la masividad del uso
de moto vehículos a lo largo del territorio de la Nación, y más allá de la comodidad que
proporciona este medio de locomoción, su accesible adquisición y su economicidad, ha
facilitado de modo paralelo la concreción de hechos delictivos en la vía pública, altamente
reprochables por la sociedad.
Que la modalidad implementada para cometer hechos delictivos perpetrados desde
motocicletas consiste en llevar un acompañante que se encarga de la sustracción de deter-
minado bien o valor a una persona, y un conductor quien emprende luego una acelerada
carrera en cuestión de segundos, permitiendo abrirse paso entre vehículos o en dirección
contraria, o por las aceras.
Que corresponde resaltar que la extrema maniobrabilidad que permite la motocicleta
aún en zonas de densidad de tráfico vehicular, sumada a la alta velocidad, posibilita un
desplazamiento rápido y ágil para huir de la escena de los hechos.
Que si bien estos delitos cometidos a bordo de motocicletas fueron reportados
principalmente a raíz de las denominadas “salideras bancarias” -en donde la víctima es
aquella persona que sale de hacer una operación de retiro de dinero del banco-, se fueron
extendiendo a todas las zonas urbanas utilizando el moto vehículo para otros tipos de

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Anteproyecto Código Penal de la Nación Argentina 2018 289

arrebatos callejeros, sustrayendo bienes portados por las personas en la vía pública, tales
como teléfonos móviles, carteras, bolsos y maletines, entre otros objetos.
Que en numerosos casos los delitos cometidos con el auxilio de un moto vehículo
además de la lesión al patrimonio de las víctimas, ocasionan serias lesiones físicas para
los afectados, llegando asimismo en muchas oportunidades a provocar la muerte de la
víctima o de terceras personas.
Que resulta sumamente importante destacar que en la mayoría de los casos se produce
la impunidad del delito, debido a la dificultad que se suscita para identificar y aprehender a
los delincuentes al momento del atraco ya que, muchas veces, no pueden ser identificados
por sus víctimas porque el casco, de uso obligatorio, oculta el rostro del agresor.
Que los delincuentes que utilizan moto vehículos atacan a sus víctimas sorpresiva-
mente, y generalmente desde atrás en forma alevosa, aprovechando la indefensión de las
mismas producida por el ataque sorpresivo”.
Lo propio ha realizado algunas legislaturas provinciales, tomando iniciativas locales para
prevenir la reiteración de esta modalidad frecuente de robo violento en la vía pública. En tal
sentido, se trae el ejemplo de la Provincia de Tucumán que modificó su Código Procesal para
introducir como una de las circunstancias para justificar el dictado de la prisión preventiva
cuando los desapoderamientos fuesen cometidos en la vía pública, mediante la utilización de
motocicletas, o cualquier tipo de transporte o vehículos en general (art. 284 inc. 7º) .También se
destaca el proyecto propuesto por el Ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires.
En virtud de ello, se propone la introducción de una circunstancia agravante.

Disidencia delitos ambientales.

Dejo sentada mi disidencia en la redacción de los artículos 449 y 458 que están
previstos como delitos de peligro concreto. Considero, de acuerdo a lo que vote en su
momento, que deberían ser delitos de daño.

Disidencia patrimonio genético nacional.

Dejo sentada mi disidencia por la inclusión del artículo 459 postulando su supresión.
Considero que se requiere de un estudio más profundo de la cuestión para establecer la
conveniencia de tipificar esta conducta.

Disidencia delitos en espectáculos deportivos y en el futbol

Los delitos en el futbol se incorporaron al proyecto de reforma del Código Penal a


partir de una propuesta del Ministerio de Seguridad.
Básicamente se incorporaron las partes pertinentes del proyecto de ley presentado
en el Senado por este Ministerio.

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290 Disidencia de Guillermo Soares Gache

La realidad es que dicha ley, en lo que respecta a los tipos penales, tiene una estruc-
tura y una finalidad dirigida al principal objetivo que se ataca que son “las barras bravas”.
Sostenida la ley en lo que sería la asociación ilícita de “la barra brava” se nutre a esta
figura con distintos delitos, algunos nuevos y otros que son contravenciones convertidas
en delito a partir de la trascendencia que tienen por su ámbito de aplicación y la finalidad
de financiamiento de estos grupos.
Es importante destacar que el principal objetivo de esta ley fue la lucha contra “la
barra brava” ya que la problemática de la violencia en el futbol en nuestro país no es simi-
lar a la de otros estados. Dicho de otro modo la violencia no es un objetivo en sí mismo
sino los grupos criminales que escudados bajo estas organizaciones criminales manejan
negocios ilícitos como medio de financiamiento y utilizan la violencia como un medio
para desarrollar sus objetivos.
Por ello que se haya suprimido el tipo penal de los grupos, que es el que apuntaba
a esta asociación ilícita de “barras bravas”, rompe la lógica de la ley y del objetivo plan-
teado. Resulta irrelevante la existencia de la ya tradicional asociación ilícita que prevé el
Código Penal ya que, tipificarla en concreto para estos casos, se trata de una decisión de
política criminal con un claro mensaje de lo que se persigue. Por otro lado entiendo que
no va a ser fácil que los jueces apliquen el actual artículo 210 en los casos en que estos
grupos cometan delitos menores que sirven para el financiamiento de estas organizacio-
nes criminales, máxime cuando también se han suprimido figuras claves como la de los
“trapitos”, de especial relevancia en estos casos al ser una de las principales fuentes de
financiamiento de estos grupos criminales.
Finalmente cabe destacar que no se han tomados en cuenta disposiciones de la parte
general del Código Penal que preveía la ley vinculadas al arrepentido y a la suspensión
de juicio a prueba.
Por todo lo expuesto dejo sentada mi disidencia en este punto.
Saludo al Sr. Presidente muy atentamente.

Guillermo Soares Gache

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Disidencias de Yael Bendel

Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 22 de mayo de 2018

Señor Presidente de la Comisión para la


Reforma del Código Penal de la Nación
Dr. Mariano Hernán Borinsky

Tengo el agrado de dirigirme a Ud. en mi carácter de integrante de la Comisión que


preside, a fin de exponer mi disidencia parcial con el texto del Anterproyecto de Código
Penal que se ha decidido suscribir por mayoría.
Sin obviar que comparto el concepto general de la propuesta presentada por la
Comisión resulta necesario fomular una disidencia parcial respecto del texto definitivo
del proyecto de Código Penal, puntualmente del artículo 72 último párrafo, toda vez que
entiendo que debe darle la misma potestad a los organismos estatales de proteccion de
Niñas, Niños y Adolescentes de poder actuar de oficio ante los delitos establecidos en dicho
articulo; del articulo 80, entendiendo que el mismo no prevee un agravante en los casos
en que el tipo penal sea cometido contra menores de 18 años; y del párrafo 3° del artículo
136, debido a que en la propuesta elevada a la comision por quien suscribe, proponia la
eximición de pena de la progenitora, por las razones que pasare a exponer:
El artículo 72 último párrafo del proyecto del Código Penal dice: Si existieren in-
tereses gravemente contrapuestos entre alguna de las personas que tengan asignada la potestad
de instar la acción según lo dispuesto en este artículo y la persona menor de edad, el ministerio
público fiscal deberá actuar de oficio si ello resultara más conveniente para el interés superior de
la persona menor de edad.
En efecto, la fundamentación que abonó la inclusión del tipo en el anteproyecto se
presentó en el marco de la necesidad de adaptar nuestra legislación a los compromisos
internacionales que la República Argentina ha asumido en materia de fortalecimiento
de los derechos humanos de la infancia y adolescencia, en especial la Convención sobre
los Derechos del Niño, ratificada por Ley Nº 23.849.
Sin lugar a dudas, que este plexo normativo está reconociendo la autodeterminación
familiar como un derecho fundamental. Empero, la misma Convención sobre los Derechos
del Niño autoriza la intervención estatal en el grupo familiar, cuando desde ese ámbito se
vulneran los derechos fundamentales del niño o adolescente, imponiéndole al ente político

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292 Disidencia de Yael Bendel

atribuciones para legislar, trazando lineamientos a partir de los cuales la primacía de los
padres, tutores o encargados cede a favor del menor de edad y da paso a la actuación de
los órganos estatales de protección.
Es así que el art. 19 estipula que los Estados partes adoptarán todas la medidas
legislativas, administrativas, sociales y educativas apropiadas para proteger al niño
contra toda forma de perjuicio o abuso físico o mental, descuido o trato negligente,
malos tratos o explotación, incluido el abuso sexual, o mientras el niño se encuentre
bajo custodia de los padres, de un representante legal o de cualquier otra persona que
lo tenga a su cargo. Este dispositivo se complementa con el art. 39, que ordena a los
Estados partes adoptar medidas para promover la recuperación física y psicológica
y la reintegración social de todo niño víctima de cualquier forma de abandono, ex-
plotación, abuso, etc., como también prescribe que esa “recuperación y reintegración
se llevarán a cabo en un ambiente que fomente la salud, el respeto de sí mismo y la
dignidad del niño”. Por tanto, la misma Convención habilita la injerencia estatal en
lo privado con el propósito de evitar que el agravio al niño se acentúe, o que devenga
un daño que resulte irreparable.
Ello así, desde que la principal directiva de la Convención, es sin dudas, el “interés
superior del niño” que constituye un principio constitucional o pauta básica de interpre-
tación del sistema jurídico de la niñez y adolescencia. Ahora bien, la expresión “interés
superior del niño”, es flexible, toda vez que permite y exige a su vez, en cada caso puntual,
calificarlo y redefinirlo, atendiendo a las particularidades de la situación. Ello obliga
a los órganos de aplicación de la Convención (en nuestro caso, el Poder Judicial) a la
importantísima tarea de descubrir qué curso de acción llevará a la defensa del interés
superior del niño en cada caso particular. Sin embargo, a fin de aminorar todo margen
de discrecionalidad en cuanto a la extensión de dicho precepto, resulta válido acudir en
una interpretación sistemática, al art. 3 como a tanto a nivel nacional (ley 26.061) –que
en definitiva reglamenta a nivel interno algunos aspectos la Convención–, que lo define,
como “la máxima satisfacción, integral y simultánea de los derechos y garantías reconocidos
en esta ley”, como también contempla en su último párrafo que “cuando exista conflicto
entre los derechos e intereses de las niñas, niños y adolescentes frente a otros derechos e
intereses igualmente legítimos, prevalecerán los primeros”.
Entendiendo que los organismos estatales de protección de Niñas, Niños y Ado-
lescentes, se encuentran más que capacitados a la hora del abordaje interdisciplinario de
personas menores de edad a las que se les han vulnerado sus derechos.
Más aun, estos organismos tienen como función primordial, proteger, promover y
garantizar los derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, por consiguiente, veo apropiado
que estos órganos estatales sean incorporados a los fines de brindarles una mayor posibi-
lidad de ejercer sus derechos a aquellas personas menores de 18 años que han sido víctima
de los delitos descriptos en el tipo penal del art. 72. Es una forma de fortalecimiento de
los derechos humanos de la infancia y adolescencia.
Al ampliar en el del tipo penal la potestad de los organismos de protección de Niñas,
Niños y Adolescentes se estaría garantizando el derecho a ser oído y la autonomía de
las personas menores de 18 años. El derecho no puede permitir que se atente contra la

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Anteproyecto Código Penal de la Nación Argentina 2018 293

autonomía de estos, muchos menos de quienes se encuentran en una situación de nece-


sidad o vulneración como ´puede ser en este caso en concreto.
A modo de síntesis, esta disidencia, tiene su sustento, que, en el caso de Niñas, Niños
y Adolescentes el Estado debe brindarle por medio del derecho, en este caso concreto
por medio del derecho penal más posibilidades de hacer valer su autonomía y su derecho
a ser oído.
Por ende, a criterio de la suscripta deberían incluirse los órganos de protección estatal,
en tal sentido dejo expresada mi disidencia parcial al texto en cuestión.
Ahora bien, en relación al art. 80 del proyecto del Código Penal el mismo dice: Se
impondrá prisión perpetua al que matare:
1º A su cónyuge o a su conviviente, o a quienes lo hayan sido, a su ascendiente o su descen-
diente.
2º Con ensañamiento, alevosía, veneno u otro procedimiento insidioso.
3º Por precio o promesa remuneratoria.
4º Por placer, codicia, odio racial, religioso, de género, a la orientación sexual, identidad de
género o su expresión.
5º Por un medio idóneo para crear un peligro común.
6º Con el concurso premeditado de dos o más personas.
7º Para preparar, facilitar, consumar u ocultar otro delito o para asegurar sus resultados o
procurar la impunidad para sí o para otro o por no haber logrado el fin propuesto al intentar
otro delito.
8° A un miembro de las fuerzas de seguridad pública, policiales o penitenciarias, por su
función, cargo o condición.
9° Abusando de su función o cargo, cuando fuere miembro integrante de las fuerzas de
seguridad, policiales o del servicio penitenciario.
10° A una mujer cuando el hecho sea perpetrado por un varón y mediare violencia de género.
11° Con el propósito de causar sufrimiento a su cónyuge o conviviente o a quienes lo hayan sido.
Cuando en el caso del inciso 1° de este artículo, mediaren circunstancias extraordinarias
de atenuación, el juez podrá aplicar prisión de ocho (8) a veinticinco (25) años. Esto no será
aplicable a quien anteriormente hubiera realizado actos de violencia contra la mujer víctima.

De esta manera como fue propuesto en su momento por la suscripta ante la comisión
lo que fuera sometiera a votación, entiendo que en los casos de Niñas, Niños y Adoles-
centes corresponde agregar un agravante toda vez que los mismos se encuentran en una
situación de vulnerabilidad frente a personas mayores de edad.
El homicidio de una persona menor de 18 años bajo estas condiciones aparece como
el epilogo fatal de una relación atravesada por el sometimiento y la humillación expresada
hacia una población más débil en sentido físico y psíquico.
Si nos basamos en política criminal, un agravante que contemple el homicidio de
personas menores de 18 años, y siguiendo con la línea de penas que propone este proyecto
de código penal, generaría mayores costos por sobre los beneficios que tendría el delito.
Asimismo, el proyecto del Código Penal debe mantener cierta coherencia, toda vez
que los distintos tipos penales en los que el sujeto pasivo se trate de un menor de 18

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294 Disidencia de Yael Bendel

años el código prevé agravantes al sujeto activo. Por consiguiente, siguiendo esa misma
línea entiendo que también debería incluirse en el tipo penal del artículo 80 el homicidio
cometido contra una persona menor de edad.
En relación al bien jurídico protegido, lo que se estaría diciendo es que el Estado
entiendo que el valor vida de una persona menor de edad posee una protección superior
por la situación de vulnerabilidad que detenta en relación a las personas mayores de edad.
Por consiguiente, el propósito de agravar la pena cuando el sujeto pasivo se trate
de personas menores de 18 años que hubiese sido víctima de homicidio por parte de un
hombre o mujer mayor de edad. Tiene que su fundamento en el cuidado del bien vida,
toda vez que las Niñas, Niños y Adolescentes deben recibir un trato especial en su cuidado
por su edad madurativa tanto mental como física.
En relación al párrafo 3° del artículo 136 del proyecto de Código Penal, sin obviar
que comparto el concepto general de la propuesta presentada por la Comisión resulta
necesario formular una disidencia parcial respecto del texto definitivo.
El artículo 136 párrafo 3° dice: Se impondrá prisión de tres (3) meses a un (1) año al que
entregare una persona menor de edad a otro, eludiendo los procedimientos legales para la adopción
o la guarda. La pena será de dos (2) a cuatro (4) años de prisión para quien recibiere al niño.
Esta disidencia, tiene sustento en que la propuesta presentada oportunamente ante
la Comisión, con la finalidad de tipificar las adopciones que no sigan el procedimiento
legal, proponía la eximición de pena de la progenitora.
En efecto, la fundamentación que abonó la inclusión del tipo en el anteproyecto se
presentó en el marco de la necesidad de adaptar nuestra legislación a los compromisos
internacionales que la República Argentina ha asumido en materia de fortalecimiento de
los derechos humanos de la infancia y adolescencia, en especial la Convención sobre los
Derechos del Niño, ratificada por Ley Nº 23.849 y el Protocolo Facultativo a la “Venta
de Niños, la Prostitución Infantil y la Utilización de los Niños en la Pornografía”, que
complementa la citada Convención, ratificado por Ley Nº 25.763. Necesario es recordar
que el tráfico de niñas y niños orientado a múltiples finalidades, entre ellas las de adop-
ción irregular, es un fenómeno que ha ido creciendo en los últimos años en la República
Argentina y en toda la región, constituyéndose en un negocio que favorece a quienes,
abusando del estado de necesidad y vulnerabilidad de familias de bajos recursos, son
arrastradas por intermediarios a desprenderse de sus hijos.
Ahora bien, excluir expresamente la persecución penal de la madre de la persona menor
de edad, se encaminaba al intento de resguardarla de la situaciones que, habitualmente,
sufren aquellas en cuanto a la vulnerabilidad que las lleva a realizar estas conductas que
resultan reprochables.
Así las cosas, la posibilidad de que la progenitora efectúe la denuncia sin temor a la
propia incriminación derivará en una herramienta útil para la persecución de los hechos
de adopción irregulares. El sistema contrario, lejos de disuadir y evitar la comisión de los
delitos por partes de estos parientes, provocaría el ocultamiento para el Estado de este
tipo de delitos.
En tal sentido, debemos tener presente que esta idea fue la manifestada por el Dr.
Atilio Álvarez en oportunidad de exponer ante la “comisión” como experto en el tema,

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Anteproyecto Código Penal de la Nación Argentina 2018 295

destacando la necesidad de incluir este tipo penal en el anteproyecto de código y la con-


veniencia a los fines de política criminal de excluir de pena a la progenitora.
El Dr. Álvarez destacó que la necesidad de excluir de pena a la madre encuentra su
razón en una idea de política criminal, toda vez que es aquélla la que permitiría con su
arrepentimiento del hecho contrario al derecho que el delito fuera conocido.
Esto nos lleva a pensar que la madre tendría más probabilidades de arrepentirse del
hecho ilícito, toda vez que como ya se mencionó posee una condición superadora para
con su hijo.
Por consiguiente, es importante siguiendo un lineamiento político criminal que la
norma le brinde a la madre esta posibilidad de arrepentimiento de su negación al derecho
quedando exenta de sanción penal.
Asimismo, esta posibilidad de arrepentimiento sin riesgo de incriminación, vuelve
inestable al delito, ya que quienes intervengan en la transacción de personas menor de
edad sabrán que en todo momento podría presentarse la madre biológica ante las auto-
ridades judiciales.
Así las cosas, esta idea de eximir de pena a la madre arrepentida, generarían mayores
costos que beneficios en el delito, devolviéndole a la progenitora su autonomía de la vo-
luntad, toda vez que pasa a ser un fin en sí misma y no un fin para terceros.
Este concepto de autonomía de la madre deviene importante, a efectos de desmo-
tivar a quienes intenten aprovecharse de la necesidad socio-económica de la misma. El
aprovechamiento de dicha necesidad lo que hace es cosificarla. La cosificación de una
persona implica atentar contra su autonomía y esto conlleva que pasa a ser un fin para
otros. Y el derecho no puede permitir que se atente contra la autonomía de los sujetos,
muchos menos de quienes se encuentran en una situación de necesidad.
Por otra parte, como ya fuera destacado, la tipificación propuesta obedece a cumplir
con los compromisos internacionales asumidos por el Estado argentino en cuanto a adecuar
la legislación interna a lo establecido en el Protocolo Facultativo a la “Venta de Niños, la
Prostitución Infantil y la Utilización de los Niños en la Pornografía”.
El Protocolo define, conforme su art. 2, tres ámbitos de prohibición: a) la venta,
como todo acto o transacción en virtud del cual un niño es transferido por una persona o
grupo de personas a otra a cambio de remuneración o de cualquier otra retribución (art.
2.a); b) la prostitución, como utilización de un niño en actividades sexuales a cambio
de remuneración o de cualquier otra retribución (art. 2.b); c) la pornografía, como toda
representación, por cualquier medio, de un niño dedicado a actividades sexuales explíci-
tas, reales o simuladas, o toda representación de las partes genitales de un niño con fines
primordialmente sexuales (art. 2.c).
Respecto de cada uno de estos ámbitos establece cuáles deben ser consideradas como
acciones delictivas; a saber: a) para la venta dos supuestos: a.1) ofrecer, entregar o aceptar,
por cualquier medio, un niño con fines de explotación sexual, transferencia con fines de
lucro de órganos del niño, trabajo forzoso del niño –art. 3.1.a.i–; a.2) inducir indebi-
damente, en calidad de intermediario, a alguien a que preste su consentimiento para la
adopción de un niño en violación de los instrumentos jurídicos internacionales aplicables
en materia de adopción (única modalidad que no requiere propósito o tendencia interna

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296 Disidencia de Yael Bendel

trascendente) –art. 3.1.a.ii–; b) para la prostitución: oferta, posesión, adquisición o entre-


ga de un niño con fines de prostitución –art. 3.1.b–; c) para la pornografía: producción,
distribución, divulgación, importación, exportación, oferta, venta o posesión, con los fines
antes señalados, de pornografía infantil –art. 3.1.c.
Conforme lo expuesto el artículo proyectado se encamina a tipificar la conducta
delictiva consistente en “inducir indebidamente, en calidad de intermediario, a alguien a
que preste su consentimiento para la adopción de un niño en violación de los instrumen-
tos jurídicos internacionales aplicables en materia de adopción.” En tal sentido, resulta
necesario destacar que la descripción de las conductas en el instrumento internacional
se circunscribe a la persecución de aquellos que, indebidamente, alteren la autonomía de
quien debe prestar su consentimiento para la adopción.
Por ende, a criterio de la suscripta debería excluirse a la progenitora de la consecuen-
cia penal prevista en la norma proyectada y en tal sentido dejo expresada mi disidencia
parcial al texto en cuestión.
Por último, es necesario destacar que la disidencia que formulo resulta atinente en el
marco del enriquecedor y amplio debate que ha caracterizado la actuación de la Comisión
por Ud. presidida.
Sin otro particular lo saludo muy atentamente.

Yael Bendel

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