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En atención al desarrollo teórico existente sobre los sistemas de constructos del ser, en donde no
se prescinde de los docentes y el rol profesional que ejercen, es preciso observar y valorar sus
potencialidades en la escuela no solo frente a los estudiantes, sino también respecto a la
interpretación y sistematización de nuevas experiencias desde la visión contemporánea de la
educación.
En tiempos actuales el docente no solo adquiere y comparte conocimiento (es decir, consume
conocimiento), su ejercicio insistente a través del pensamiento y su relación con el mundo exterior
o la realidad inmediata, lo convierte en Productor de Conocimiento, como lo expresa Giroux:
(1990, p. 172) “… Los profesores como intelectuales transformativos, que combinan la reflexión
con la práctica académica con el fin de educar a los estudiantes para que sean ciudadanos
activos…”
A través de las expresiones de Henry Giroux sobre el ejercicio docente, como una labor propia del
pensamiento por encima del tecnicismo de las actividades a planear, ejecutar y evaluar, se deduce
una tarea continua y secuencial a favor del crecimiento de la investigación, del avance en la labor
intelectual de conocer, aunada a la acción organizada y sistemática de transformar no solo la
práctica pedagógica, también el mundo que la historia se ha empeñado en desentrañar.
Es por ello que se examina la noción de Constructo que ha sido utilizada no solo por George Kelly
en áreas como la Psicología, otros autores como Mario Bunge se refieren a los constructos como
“conceptos no observacionales” muy contrarios en su forma de obtención a los conceptos
empíricos que siempre pueden ser medidos, observables o susceptibles a los sentidos del
investigador. Se establece en algunas oportunidades que un constructo es igual en su enunciación
a un concepto, sin embargo, se acepta, con investigadores de las ciencias sociales, que los
constructos son: “propiedades o variables subyacentes… son atributos teóricos dados en grados y
modalidades distintas” (Briones, 1996). Son relaciones lógicas que pueden hallarse entre los
conceptos que se ponen en juego para estructurar un saber en el pensamiento, por tanto toman
distancia de la existencia concreta. Alcanzan a entenderse también como las formas teóricas en las
que un individuo se aproxima a resolver un problema de su contexto, ya sea escolar, familiar o
social. Otros autores dentro de la Psicología como Fred Kerlinger (1998), determinan que los
constructos son inobservables, contrario a lo que puede hacerse en las variables que determinan
el estudio del comportamiento humano; a pesar de ello, son construcciones hipotéticas que son
útiles científicamente por su carácter constitutivo (Torgerson, 1958) más allá del sentido
operacional de las variables empíricas de una investigación cuantitativa. A la hora de obtener
constructos las variables son denominadas latentes, pues se han construido sobre la base de lo
analizado por el investigador.
Dadas estas aproximaciones conceptuales a los constructos como una forma de preparar la
investigación de los docentes en el aula, se indica un punto de partida, para que el
profesorado articule la reflexión juiciosa, rigurosa y amplia con el campo de conocimiento
de la educación: la Pedagogía. Son de amplia comprensión y aceptación entre los
profesionales de la educación, las estrategias que se emprenden desde la pedagogía o la
didáctica para estudiar el ejercicio de enseñar y aprender, pero la praxis educativa en su
historia muestra que los avances no han sido ni serán suficientes, dada la complejidad de
la pedagogía como objeto de estudio.
Es, también, una estrategia para romper el hielo que separa lo que el docente piensa, de
lo que un investigador afirma respecto a un mismo fenómeno; ello implica que el docente,
como constructor de elementos constitutivos en Pedagogía para desarrollar conocimiento
o ser productor de conocimiento, requiere más formación.
Se describe así una alternativa práctica y reflexiva, originada en la acción misma del aula y
el rol profesional, que le permita al docente-investigador organizar, sistematizar y exponer
las experiencias de enseñanza-aprendizaje, para enriquecer la pedagogía
contemporánea, para estimar dentro la educación el proceso de “inculcación y asimilación”
de los profesores como una “propiedad hecha cuerpo, devenida, parte integrada de la
persona, un habitus[2]… Ese capital personal que no puede ser trasmitido
instantáneamente” (Bourdieu, 2003, p. 2).
Referencias
Bourdieu, P. (2003). Campo del poder y reproducción social, los tres estados del capital
cultural.Buenos Aires.
Briones, G. (1996). “Módulos de Investigación Social”. En: G. Briones, Metodología de
Investigación, constructos, variables e hipótesis. Bogotá: UNIMINUTO - ICFES.
Notas
[1] Se refiere a la definición de campo aportada por Ávila Penagos, en su artículo: Las
relaciones entre la educación y la cultura en Pierre Bourdieu (2002, p. 18): “es un universo
en el cual las características de los productores están definidas por su posición en las
relaciones de producción, por el lugar que ocupan en un espacio determinado de
relaciones objetivas”.