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Fabulas

El Aguila Y El Escarabajo
A punto de ser atrapada por una enorme
águila, la liebre le pidió a un escarabajo que
por allí pasaba, que intentara hacer algo para
salvarle la vida. El voluntarioso escarabajo,
caminó de forma decidida hacia el pájaro y le
rogó que dejara en libertad a la pobre liebre. A
pesar de sus buenas palabras, el águila lo
ignoró por completo, dando cuenta de la liebre
frente a él.

Escandalizado por tan cruel


comportamiento, el escarabajo dedicó los
siguientes meses de su vida a observar al
águila para encontrar el mejor momento para
vengarse. Un día, mientras el águila se marchó para buscar algo de comer, el
escarabajo bajó hasta su nido y empujó los huevos de su enemiga al suelo. Así
fueron pasando los años hasta que el águila, harta de esta situación le pidió a
Zeus que le diera una solución para su problema.

El Dios decidió acoger los huevos del ave en su regazo, para que estuvieran
más seguros. A pesar de sus precauciones, el escarabajo le lanzó una bola de
barro a Zeus, el cual se levantó rápidamente para limpiarse, lanzando sin
querer los huevos al suelo. Desde entonces, las águilas jamás ponen sus
huevos cerca de los escarabajos.
MORALEJA
Nunca menosprecies aquello que parece poco importante

El hombre y la estatua
Un hombre muy pobre, se encontró tirada en
medio del campo una bellísima estatua de un
dios.
Estatua, que el hombre se apresuró a limpiar
para verla en todo su esplendor, llevándosela
a casa con la esperanza de que
el Dios representado recompensara su buena
acción.

Los días fueron pasando y el hombre


comenzaba a desesperarse. Harto de no
obtener respuesta a su buena acción, agarró
al dios por los pies y lo lanzó con todas sus fuerzas contra una pared. Al
golpear la cabeza de la estatua en la pared, esta se partió en mil pedazos,
dejando a la vista una enorme cantidad de monedas de oro. Sorprendido ante
tal hallazgo, el hombre corrió a recogerlas mientras decía:
- Me da la impresión de que no tienes muy claro cómo hacer tu labor
correctamente. Cuando te he estado cuidando y adorando sin descanso no me
has ayudado en lo más mínimo y ahora que te estoy maltratando, no solo no
me castigas, sino que encima me premias con una gran fortuna.

MORALEJA
Si quieres conseguir algo de alguien ingrato no le elogies, ya que con este tipo
de personas tan solo funcionan los castigos

El Gusano de seda y la Araña

Trabajando un Gusano su capullo,


la Araña que tejía a toda prisa,
de esta suerte le habló con falsa risa,
muy propia de su orgullo:

"¿Qué dice de mi tela el señor gusano?,


ésta mañana la empecé temprano,
y ya estará acabada a mediodía.
¡Mire qué sutil es, mire qué bella!..."
El Gusano, con disimulo respondía:
"¡Usted tiene razón; así sale ella!"
Moraleja
Se ha de considerar la calidad de la obra,
y no el tiempo que se ha tardado en hacerla.
El León enfermo y los Zorros

Hace mucho, el Rey León cayó enfermo y su médico, el


sabio Búho, le sugirió que descanse por un tiempo.

El León decidió que como iba a estar por mucho tiempo


inactivo, sólo y aburrido, vayan a visitarlos cada uno de
los animales de cada especie. Eso si, se hizo hincapié,
que habrá total inmunidad contra sus temibles garras y
que ninguno de sus invitados serían presa de él.
Los animales decidieron elegir a un Embajador y los
Zorros pensaban en quien será el elegido. De pronto, uno de ellos interrumpió
la charla y dijo:

"Acabo de regresar de los alrededores de la cueva del León, y he podido


comprobar que hay huellas de animales que fueron a visitarlo, pero todas se
dirigían hacia la entrada, pero ninguna regresa o sale. Gracias a esta
investigación, debemos tener cuidado, porque a pesar de la promesa de
inmunidad, es fácil entrar a la cueva del León, pero imposible saber cómo
poder salir."
Moraleja
No creas en promesas de hábiles malvados,
su condición no cambia, ni enfermos ni cansados.
El cerdo y los carneros
Hace muchos, muchísimos años, un cerdo se
escapó de una granja en el que era maltratado por
sus compañeros. Tras vagar muchos días por el
campo sin rumbo fijo, encontró un enorme rebaño
de carneros comiendo tranquilamente en un vasto
prado. Con mucho cuidado y sin hacer ningún
aspaviento, el cerdo se acercó hasta ellos, con la
esperanza de que no le hicieran daño.
No solo no le hicieron ningún tipo de daño, sino
que además se integró en el rebaño como si de un
miembro más se tratara. Así fueron pasando los
días, hasta que el pastor se percató de su
presencia y lo atrapó para llevárselo a casa.
Al verse agarrado por una de sus patas, el cerdo comenzó a intentar liberarse
de todas las manera posibles, liberando unos estridentes gruñidos. Ante tal
escándalo, los carneros le reñían de la siguiente manera:
- No formes tanto escándalo amigo. A nosotros también nos agarra el pastor y
no armamos tanto revuelo. - No es lo mismo –dijo el cerdo muy enfadado- . A
vosotros os agarra para quitaros la lana, pero lo que me quiere quitar a mí es la
carne.
MORALEJA
No llores por lo que puedes reponer, sino por aquello que nunca puedes volver
a tener
La pulga y el hombre
Mientras disfrutaba de un magnífico sueño, un
hombre comenzó a sentir picores por todo el
cuerpo. Indignado por esta situación, buscó y
rebuscó por toda su cama para ver quién le estaba
causando tan grave molestia. Tras minutos de
incesante búsqueda, encontró a una
minúscula pulga a la que le dirigió las siguientes
palabras:
- ¿Quién te has creído que eres insignificante
bichejo, para estar picándome por todo mi cuerpo y
no dejarme disfrutar tranquilamente de una
merecida siesta?. Contestó la pulga:
- Discúlpeme usted querido señor, no deseaba perturbarle de ninguna manera;
le pido que me deje seguir viviendo, ya que por mi pequeño tamaño no puedo
llegar a causarle a alguien tan grande como usted un gran perjuicio.
El hombre, riendo a mandíbula batida las ocurrencias de la pulga, le dijo:

- Lo siento pequeña, pero no puedo hacer otra cosa que acabar contigo para
siempre, ya que no deseo que no tengo ningún motivo para seguir aguantando
tus picaduras, por muy grande o pequeño que pueda ser el perjuicio que me
causes.
MORALEJA
Todo aquel que le hace daño a otra persona, debe estar dispuesto a afrontar
las consecuencias
Fabula el Astrónomo
En un país muy lejano, donde la ciencia es muy
importante para sus habitantes, había un anciano
astrónomo, le gustaba realizar el mismo recorrido
todas las noches para observar las estrellas.
Un día, uno de sus viejos colegas le dijo que
había aparecido un extraño astro en el cielo, el
anciano salió de la ciudad para poder verlo con
sus propios ojos. Muy emocionado estaba el
astrónomo mirando al cielo, no se dio cuenta que a pocos pasos de él había un
agujero. Cuando se cayó al agujero comenzó a gritar pidiendo ayuda.

Cerca del agujero pasaba un hombre, el cual se acercó hasta el agujero para
ver lo que sucedía; ya informado de lo que había ocurrido, le dijo al anciano:

"Te ayudaré a salir de ahí, pero ten mucho cuidado la próxima vez que salgas
por un lugar que desconoces, tienes que estar muy atento por donde caminas
ya que te puedes encontrar con cualquier cosa en el suelo."

Moraleja: Antes de lanzarse a la aventura, hay que conocer el lugar por el que
se transita.

Fabula la Pulga y el Hombre

Un hombre disfruta de un buen sueño, cuando comenzó a sentir picazón por


todo el cuerpo. Molesto por la situación, buscó
por toda su cama para ver qué era lo que les
estaba causando tanta molestia. Tras su
búsqueda encontró a una minúscula pulga y le
dijo las siguientes palabras:

- ¿Quién te crees que eres insignificante bicho,


para estar picándome por todo mi cuerpo y no
dejarme disfrutar de mi merecido descanso?

- Contestó la pulga: "Discúlpeme señor, no fue mi


intención molestarlo de ninguna manera; le pido
por favor que me deje seguir viviendo, ya que por
mi pequeño tamaño no creo que lo pueda molestar mucho." El hombre
riéndose de las ocurrencias de la pulga, le dijo:

- Lo siento pequeña pulga, pero no puedo hacer otra cosa que acabar con tu
vida para siempre, ya que no tengo ningún motivo para seguir aguantando tus
picaduras, no importa si es grande o pequeño que pueda ser el prejuicio que
me causes.

Moraleja: todo aquel que le hace daño a otra persona, debe estar dispuesto a
afrontar las consecuencias.
EL DESEO DEL PASTOR

Érase una vez un pastor que se encargaba de


cuidar una manada de bueyes. Un día se extravió
un ternero y él desesperado salió en su búsqueda
recorriendo los alrededores, pero nada, no pudo
hallarlo. Tanta era la angustia por la pérdida de
este ternerito que le prometió a Zeus que si le
decía quién era el responsable sacrificaría un
cabrito en su nombre.

El pastor continuó buscando y encontró a un león


comiéndose a su ternerito. Cuando vio quien era
el responsable de esto se asustó muchísimo y
levantó las manos exclamando:

– ¡Gran Zeus, sé que antes te he pedido que me muestres al ladrón a cambio


de un ternerito; pero ahora te pido que me ayudes a escapar de este león y te
prometo sacrificar un toro!

Moraleja: Los problemas tienen soluciones pero siempre ten presente que al
encontrarle, puedes estar encontrando el siguiente problema.

EL FRACASO DE LOS TRES BUEYES

Érase una vez tres bueyes que pastaban juntos y que siempre permanecían
muy juntos. Durante varios días un león se mantuvo observándolos con el
propósito de devorarlo pero siempre sentía un poco de miedo porque al nunca
separarse los tres bueyes, lo ponía en desventaja si llegaba a luchar en contra
de los tres.

Muy inteligente el león creo una estrategia basada en mentiras y patrañas con
el objetivo de lograr destruir esa unión entre los tres bueyes. Una vez que logró
su objetivo pudo separarlos y así comerse a cada uno de forma independiente.

Moraleja: Nunca permitas que nadie destruya la unidad que tengas con tus
amigos y familia porque solo de ese modo serás más fácil de hacer daño.
EL PERDÓN DE LA MUERTE

En una ocasión un pobre anciano, muy cansado


porque su día de trabajo había sido muy fuerte,
cargaba sobre su espalda leña que acababa de
cortar. Llevaba mucho tiempo caminando y aun el
camino que le quedaba era largo, así que decidió
llamar a la Muerte y de este modo el poder
descansar. Al escuchar su llamado la muerte se
presentó en el sitio donde estaba el anciano, y
mirándolo fijamente le preguntó que por qué la
había llamado. El pobre anciano, después de
haber descansado algunos minutos, y con pena
en el rostro le dijo:

– Quería preguntarle si usted era tan amable de


ayudarme a trasladar esta carga tan pesada. Era
solo eso.

Moraleja La muerte perdonó al anciano pues sus ganas de vivir eran tantas
que habían logrado hacer que él se olvidara del agotamiento y del dolor que
sentía.

LOS SUEÑOS DE UNA LECHERA

Había una vez una joven, hija de un granjero que iba al pueblo a vender leche,
y mientras trasladaba la vasija llena de leche, planificaba su futuro.

– Cuando termine de vender toda la leche, invertiré el dinero en trescientos


huevos. De estos una parte no va a nacer, pero de seguro que al menos 200
pollo tendré. Cada pollo podrá ser vendido a precios altos ya que para la época
para la que estén listos los precios en el mercado habrán subido. Si logro esto
tendré el dinero necesario para comprarme un vestido de fiesta muy bello con
el que podré asistir causando sensación. Al asistir a los bailes tan hermosa
lograré que todos los jóvenes me pretendan, pudiendo yo valorar a cada uno
de los presentes.

De repente tropezó con una piedra y cayó al suelo junto con el recipiente de
leche el cual se derramó completamente, destruyéndose también cada uno de
los planes que había hecho.

Moraleja: No debes desear tener una fortuna mayor


pues nada de lo que tengas te parecerá suficiente. No
pienses en el futuro sin antes haber asegurado tu
presente pues solo así tu futuro tendrá resultados.
LAS LÁGRIMAS DEL RICO

Cierta tarde de verano un grupo de "mujeres


lloronas",se les había pagado, para que llorar la
muerte de una de las hijas de un acaudalado
hombre. Una de las hijas muy sorprendida se acercó
a su madre y le pregunto:

- Madre ¿cómo nosotras que sufrimos la desgracia


en carne propia, apenas si lloramos? en cambio esas lloronas, que jamás la
conocieron, se deshacen en grandes lamentos.

La madre contestó:

- No te extrañes, hija mía: esas mujeres no lloran lágrimas, sino dinero. Nunca
olvides que las monedas son las lágrimas del rico.

MORALEJA
Con el dinero conviertes a sanos
en sufrientes

Cuento corto del adivino

Instalado en la plaza pública, un adivino se entregaba a su oficio. De repente


se le acercó un vecino, anunciándole que las puertas de su casa estaban
abiertas y que habían robado todo lo que había en su interior.

El adivino levantose de un salto y salió corriendo hacia su casa, desencajado y


suspirando, para ver lo que había sucedido.

Uno de los que allí se encontraban, viéndole correr le dijo:

-Oye, amigo, tú que te vanaglorias de prever lo que ocurrirá a los otros, ¿por
qué no has previsto lo que te sucedería a ti?

El adivino no supo qué responder.

Moraleja: no hay que fiarse de aquellos que


dicen que pueden adivinar el futuro de los
demás. Tan sólo pretenden estafarnos y
quitarnos nuestro dinero.
Fabula los 3 Pájaros en la Cerca
Habían tres pájaros montados en una cerca. De esos
tres, dos decidieron volar muy lejos, mientras que el otro
decidió quedarse en la cerca donde estaban. ¿Cuantos
pájaros quedaron?

Quedaron 3 pájaros.

Moraleja: Decidir algo no es suficiente. ¡Tienes que hacerlo!

Fabula el Buen Tiempo y la Lluvia


“Nunca llueve a gusto de todos” así dice el refrán, y la historia que sigue parece
darle la razón. Había una secuela muy hermosa en un pueblo apartado. A la
escuela iban tres perritos y tres ranitas. Ellos vivían muy cerca y eran buenos
amigos. A menudo iban juntos a clase, eran muy puntuales.
Muchas veces antes de llegar a la escuela peleaban. Si el día amanecía con
lluvias las ranitas se ponían felices, a diferencia de los perritos ya que se
ponían rabiosos.

"¡Wiii! Que feliz estoy, nos daremos un buen baño en las charcas que la lluvia
está formado." - Decía una de las ranitas.

"Que feo es cuando llueve, es un día perdido para mi, me deprime tanto la
lluvia." - Dijo uno de los perritos con una cara triste.

Cundo el día amanecía soleado un con radiante sol, sucedía todo lo contrario;
los perritos no se cambiaban por nadie, se sentían felices. En cambio las
ranitas estaban sin ánimos, ya que se imaginaban el calor y la sequedad que
iba a torturarlas. Sé que todos se estarán preguntando que día estarían
contentos los perritos y las ranitas. ¡Muy fácil! Los días que amanecían grises y
fríos pero sin lluvia, que pocos días amanecía así.

Moraleja: Debemos aceptar la vida tal cual como se presenta, de esta manera
nunca se sentirán infelices.
El bobo y la grulla

Mientras un lobo se comía un hueso, se le


atragantó en la garganta, y empezó a correr por
todas partes en busca de ayuda. En su camino se
encontró a una grulla y le pidió que le salvara de
aquella situación y que le pagaría por ello. La
grulla aceptó, introdujo su cabeza en la boca del
lobo y sacó el hueso atravesado de la garganta.
Entonces, le pidió su compensación al lobo, a lo
que este le respondió: – “Oye amiga, ¿no crees
que es suficiente paga el haber sacado tu cabeza
sana y salva de mi boca? Moraleja: Nunca hagas favores a malvados,
traficantes o corruptos, pues mucha paga tendrías si te dejan sano y salvo.

El caballo viejo

Un caballo que ya estaba muy mayor fue vendido por su


amo a un molinero que lo empleó para que diera vueltas a
la piedra de un viejo molino. El caballo no hacía otra cosa
desde la mañana hasta la noche que girar y girar alrededor
de aquella rueda, lo cual no solo le cansaba mucho sino
que lo ponía muy triste. Y es que el viejo caballo recordaba
lo veloz y famoso que había sido en sus años de juventud,
en los que había vivido infinidad de aventuras y también
cómo se burlaba de los otros caballos que eran más viejos
y lentos que él.

Ahora viéndose en esta situación en la que pasaba sus días


atado y dando vueltas a dicho molino, se arrepentía de
aquella actitud que había tenido cuando era poderoso:
“Después de las grandiosas vueltas que di en las carreras
durante mi juventud, mira las vueltas que tengo que dar ahora. Este es un justo
castigo por burlarme de aquellos a los que veía más débiles e inferiores”.
Moraleja: Mejor ser humilde cuando tienes poder, porque un día u otro lo has
de perder.

El lobo con piel de oveja

Un lobo pensó un día cambiar su apariencia para así


obtener comida de forma más fácil. Ni corto ni perezoso,
se metió dentro de una piel de oveja y se fue a pastar con
el rebaño, despistando totalmente al pastor. Al atardecer,
fue llevado junto con todo el rebaño al granjero, donde le
cerraron la puerta para que ningún lobo entrara a
comerse a las ovejas. Sin embargo, en la noche, el pastor entró buscando la
cena para el día siguiente, tomó al lobo y creyendo que era un cordero, lo
sacrificó al instante. Moraleja: Según hagamos el engaño, así recibiremos el
daño.

Las ranas pidiendo rey

Cansadas las ranas del propio desorden y anarquía en que vivían, mandaron
una delegación a Zeus para que les enviara un rey. Zeus, atendiendo su
petición, les envió un grueso leño a su charca. Espantadas las ranas por el
ruido que hizo el leño al caer, se escondieron donde mejor pudieron. Por fin,
viendo que el leño no se movía más, fueron saliendo a la superficie y dada la
quietud que predominaba, empezaron a sentir tan grande desprecio por el
nuevo rey, que brincaban sobre él y se le sentaban encima, burlándose sin
descanso. Y así, sintiéndose humilladas por tener de monarca a un simple
madero, volvieron donde Zeus, pidiéndole que les cambiara al rey, pues éste
era demasiado tranquilo. Indignado Zeus, les mandó una activa serpiente de
agua que, una a una, las atrapó y devoró a todas sin compasión. Moraleja: A la
hora de elegir los gobernantes, es mejor escoger a uno sencillo y honesto, en
vez de a uno muy emprendedor pero malvado o corrupto.

´
Cuentos
EL ARCO IRIS

Cuando llueve y sale el sol, la luz en las gotas de agua


dibuja en el cielo ese maravilloso fenómeno
semicircular llamdo arco iris, compuesto por una
familia de siete colores.
Son tres los padres primarios de todos los colores
existentes: rojo, amarillo y azul.
Al rojo fuego lo sigue el amarillo oro, y entre ellos
aparece el naranja, secundario producto de su cálida
unión.
El luminoso amarillo y el aéreo azul generan al
equilibrado verde, dueño de la primavera.
Tras el azul encontramos otro azul hermano, llamado
añil o índigo, profundo y único como tú, y al final el místico violeta, fusión del
azul y el rojo.
Y cuando todos giran en ronda, se produce el milagro absoluto del blanco. Es
el arco iris.

EL CUMPLEAÑOS DEL SR.LEÓN


Estaban conversando la jirafa y la elefanta, muy
animadas, y ¿sabes de qué hablaban?
Querían celebrar el cumpleaños del señor león e
invitar a todos los animales de la selva.
La paloma y don búho fueron los encargados de
avisar por toda la selva.
Al día siguiente, con un sol radiante, se pusieron
a trabajar.
Hicieron un gran pastel para que hubiera
suficente para todos.
Formaron una gran orquesta y lo dejaron todo
preparado.
El monito Tití fue el encargado de ir a buscar al león y su familia, que no sabían
nada.
Cuando llegó, el león se emocionó mucho y se puso muy feliz.
Le cantaron el cumpleaños feliz y comenzó la celebración, que duró toda una
semana.

EL CONEJO DE LAS OREJAS LARGAS


Amanecía en el bosque cuando el conejito de las orejas largas salió de casa
con su mameluco azul y una canasta, para comprar verduras y frutas.
Saltando entre pinos y zarzamoras, de donde comenzaron a salir zorzales,
perros y ratoncitos para ayudarlo con sus compras, llegó donde los feriantes.
Eligió zanahorias, lechugas y rabanitos, para fortalecer la vista y los dientes.
También manzanas con vitaminas para endulzar la
merienda, y todas las que ustedes quieran recomendarle
para llevar.
A su regreso, la mesa estaba servida y sus 15 hermanitos,
con las patitas lavadas, esperaban para almorzar.
Después de lavarse los dientes y dormir la siesta saldrían,
como premio, a jugar con sus amigos los animalitos, aves e
insectos del bosque.

AL AGUA PATITO
A un patito pequeñito, hermoso, inteligente y amarillo, le gustaba jugar, correr,
cantar, saltar y nadar.
Pero no le gustaba bañarse.
Su mamá preocupada, le creó una canción.
Tomando la esponja y el jabón, en el baño cantaba.
"Al agua patito nos vamos a bañar, con el jaboncito a refregar".
El patito escuchó la canción y se escondió debajo de
la cama, pero su mamá siguió cantándola.
El patito, curioso, quiso ver qué hacía su mamá en el
baño y...
- ¡Cuac! - gritó el patito.
Su mamá jugaba y cantaba entretenida con la
espuma.
¡Lo estaba pasando súper bien!
El patito corrió a sumergirse en el baño, para cantar
la canción y jugar junto a su mamá.

ALBOROTO EN LA COCINA
Cierto día en mi cocina se desarrolló el congreso
anual de los alimentos.
Se reunían para discutir cual de los alimentos era el
más saludable para hacer crecer sanos a los niños.
Primero el chocolate dijo: "¡Yo soy el mejor!, ya que
con mi sabor hago felices a los niños".
"¡Nooo!", dijeron en coro las patatas. "Nosotras,
fritas, somos las preferidas de los niños".
"¡Cállense!", dijo el tomate. "Yo soy el mejor porque
pertenezco a las finísimas verduras".
Le contestaron las frutas a gritos: "¡Nosotras somos
más importantes, porque entregamos vitaminas a los niños!"
Era tanto el alboroto que había, que llegaron los cereales a poner orden.
De pronto la sabia leche dice: "No sigan peleando, ya que todos somos
importantes para hacer crecer a los niños sanos".

EL JARDÍN DE LAS FLORES TRISTES


Las flores del jardín de la familia Rosales un día dejaron de brindar al hogar su
fragancia exquisita.
¿Por qué?
Dalia y Jazmín, hermanitas encargadas de regar las
plantas, lo hacían refunfuñando: "¡Queremos jugar y no
regar!", decían.
Las flores se entristecieron y por eso no olían a nada.
Cuando el padre decidió arrancar las plantas de flores
sin olor, intervino el hada del jardín.
Esa noche las niñas soñaron que una bella hada les
decía: "Las flores volverán a ser olorosas si ustedes las
riegan con alegría y amor".
Al día siguiente, el padre fue a eliminar las plantas,
pero notó con alegría que el jardín era otra vez
fragante.
Dalia y Jazmín lo regaban cantando.

EL GATO DORMILON

Había una vez un gato muy dormilón que se pasaba


los días y las tardes enteras echado en el sofá. Siempre
se preguntaban que es lo que hacía para quedar tan
exhausto, pero nadie lo veía haciendo otra cosa que no
fuera descansar.

Una noche su dueño tuvo la idea de ir a buscarlo y ver si también dormía toda
la noche, pero mientras bajaba la escalera pudo verlo… ahí estaba él, sentado
frente al acuario, viendo cómo dormía la tortuga. Sólo se quedó allí mirando en
silencio a su gato, despierto y sereno estaba cuidando el sueño de su amiga
tortuga.

Al día siguiente pudo verlo como de costumbre, durmiendo en el sofá y


entonces pudo comprender el porqué de su sueño durante el día, pero no notó
que la tortuga también lo cuidaba desde su sitio.

FIN

MUÑECO DE NIEVE
Había dejado de nevar y los niños, ansiosos
de libertad, salieron de casa y empezaron a
corretear por la blanca y mullida alfombra
recién formada. La hija del herrero, tomando
puñados de nieve con sus manitas hábiles, se entrego a la tarea de moldearla
Haré un muñeco como el hermanito que hubiera deseado tener se dijo. Le salio
un niñito precioso, redondo, con ojos de carbón y un botón rojo por boca. La
pequeña estaba entusiasmada con su obra y convirtió al muñeco en su
inseparable compañero durante los tristes días de aquel invierno. Le hablaba,
le mimaba...Pero pronto los días empezaron a ser mas largos y los rayos de sol
mas calidos... El muñeco se fundió sin dejar mas rastro de su existencia que un
charquito con dos carbones y un botón rojo. La niña lloro con desconsuelo. Un
viejecito, que buscaba en el sol tibieza para su invierno, le dijo dulcemente:
Seca tus lagrimas, bonita, por que acabas de recibir una gran lección: ahora ya
sabes que no debe ponerse el corazón en cosas perecederas.

TRES RATONES ENVIDIOSOS

Había una vez tres ratones muy envidiosos, querían


todo para ellos solos. Pero cuando llegaba a visitarlo un
vecino, ellos escondían todo el queso que tenían
guardado.

De pronto se acercó un gato muy peludo, asomó su


nariz en el agujero y los ratones envidiosos se
arrinconaron muy asustados. Cuando gritaron, el vecino
los escuchó y se acercó al gato lleno de valor y como
pudo lo alejó de la puerta. Quedó tan cansado el
pobre ratón que los envidiosos salieron a
agradecerle el favor y por fin lo invitaron a comer.

Todos felices disfrutaron de un estupendo platillo de


queso y entre risas recordaban al gato que corrió
muy enojado.

Daniel y las palabras mágicas

Daniel juega muy contento en su habitación, monta y


desmonta palabras sin cesar.

Hay veces que las letras se unen solas para formar palabras fantásticas,
imaginarias, y es que Daniel es mágico, es un mago de las palabras.

Lleva unos días preparando un regalo muy especial para aquellos que más
quiere.

Es muy divertido ver la cara de mamá cuando descubre por la mañana un


buenos días, preciosa debajo de la almohada; o cuando papá encuentra en su
coche un te quiero de color azul.
Sus palabras son amables y bonitas, cortas, largas, que suenan bien y hacen
sentir bien: gracias, te quiero, buenos días, por favor, lo siento, me gustas.

Daniel sabe que las palabras son poderosas y a él le gusta jugar con ellas y ver
la cara de felicidad de la gente cuando las oye.

Sabe bien que las palabras amables son mágicas, son como llaves que te
abren la puerta de los demás.

Porque si tú eres amable, todo es amable contigo. Y Daniel te pregunta:


¿quieres intentarlo tú y ser un mago de las palabras amables?

FIN
Sara y Lucía

Entonces Sara se sintió ofendida y se marchó llorando de la tienda, dejando allí


a su amiga.
Lucía se quedó muy triste y apenada por la reacción de su amiga.
No entendía su enfado ya que ella sólo le había dicho la verdad.
Al llegar a casa, Sara le contó a su madre lo sucedido y
su madre le hizo ver que su amiga sólo había sido sincera
con ella y no tenía que molestarse por ello.
Sara reflexionó y se dio cuenta de que su madre tenía
razón.
Al día siguiente fue corriendo a disculparse con Lucía, que
la perdonó de inmediato con una gran sonrisa.
Desde entonces, las dos amigas entendieron que la
verdadera amistad se basa en la sinceridad.
Y colorín colorado este cuento se ha acabado, y el que se
enfade se quedará sentado.
FIN

La gatita encantada

Erase un príncipe muy admirado en su reino. Todas las jóvenes casaderas


deseaban tenerle por esposo. Pero el no se fijaba en ninguna y pasaba su
tiempo jugando con Zapaquilda, una preciosa gatita, junto a las llamas del
hogar. Un día, dijo en voz alta: Eres tan cariñosa y adorable que, si fueras
mujer, me casaría contigo. En el mismo instante apareció en la estancia el
Hada de los Imposibles, que dijo: Príncipe tus deseos se han cumplido El
joven, deslumbrado, descubrió junto a el a Zapaquilda,
convertida en una bellísima muchacha. Al día siguiente se
celebraban las bodas y todos los nobles y pobres del reino
que acudieron al banquete se extasiaron ante la hermosa
y dulce novia. Pero, de pronto, vieron a la joven lanzarse
sobre un ratoncillo que zigzagueaba por el salón y
zampárselo en cuanto lo hubo atrapado. El príncipe empezó entonces a llamar
al Hada de los Imposibles para que convirtiera a su esposa en la gatita que
había sido. Pero el Hada no acudió, y nadie nos ha contado si tuvo que
pasarse la vida contemplando como su esposa daba cuenta de todos los
ratones de palacio.

Mariposita Caprichosa.

La Mariposita tenía un lindo color amarillo. Un día, mientras volaba entre las
flores vio una mariposa azul; regresó donde estaba su mamá y le dijo: Mami,
mami, he visto una mariposa azul. ¿Y qué? preguntó mamá mariposa. 'Que yo
quiero ser azul', dijo Mariposita.
La mamá pintó las alas de su hijita de un lindo color azul, que enseguida salió a
lucir al jardín. Ah! Pero entonces vio una mariposa color naranja, y la historia se
repitió. Mariposita quiso tener alas de color naranja; la mamá la complació de
nuevo, pintando sus alas de color naranja.
Al otro día temprano, mariposita voló y voló, luciendo nuevo color en sus alas.
Y de esta vez más allá del jardín. Y se encontró con un grupo de mariposas
blancas. De inmediato voló a casa. 'Mami, mami. Ya no quiero este color,
quiero ser blanca, como unas mariposas que he visto hoy', rogó la mariposita.
Y la mamá, de inmediato, lavó las alas de la pequeña y las pintó de un blanco
reluciente. Pero sucedió que mariposita estaba tan oronda con su nuevo color,
que no se dio cuenta de que llegaba una fuerte lluvia. Se refugió en un árbol,
porque las mariposas nunca dejan que la lluvia las moje.
Pero el viento era muy fuerte, y la pequeña mariposita no pudo evitar que le
cayeran unas cuantas gotas desprendidas de las hojas del árbol. ¿Saben lo
que pasó entonces? Que las alas de mariposita empezaron a desteñirse, a
tomar todos los colores que su mamá le había pintado, aunque no aparecía su
lindo color amarillo.
Cuando regresó a su casa, mariposita estaba muy fea. Su mamá casi no la
conoció. "Ves, hijita. Esto te ha pasado por caprichosa. Debiste estar feliz,
contenta con tu color y no andar queriendo parecerte a otras mariposas." La
pobre mariposita lloró un montón. Estaba arrepentida. Creyó que nunca
volvería a lucir el lindo color amarillo de sus alas.
La mamá la dejó llorar, hasta que fue a ayudarla, le limpió las alas hasta que se
vió aquel amarillo que parecía oro. Desde entonces, mariposita no volvió a
tener caprichos tan tontos, y aprendió a quererse a ella misma, fuera como
fuera.
La familia Perico

Don Perico buscó por muchos años una hermosa


periquita con quien pasar todos los años. Y la encontró,
Doña Perica era la lora más hermosa del bosque .El día
del casamiento todos sus amigos hicieron una gran
fiesta. “Felicidades Don Perico”, le decían algunos.
“Doña Perica tienes al mejor periquito del bosque y más allá”, le decían otras.
Pasaron muchos años felices hasta que una la tarde Don Perico salió en
búsqueda de frutas. “No tardes que ya está oscureciendo”, le dijo su esposa.
“Regresaré pronto”, le respondió mientras volaba tras el agonizante sol de
aquel día. La noche llegó y su compañero de toda la vida no regresaba. “Don
Conejo ¿ha visto a Don Lorenzo? Doña Águila ¿Sabe dónde está Don
Lorenzo? Preguntó y preguntó pero nadie no le dio buenas noticias “Doña
Perica”, dijo Doña Tortuga. “Los hombres tomaron por sorpresa a Don Perico y
se lo llevaron; no sé a dónde”. Aquel día Doña Perica lloró y lloró porque se
sintió amargamente sola. Sin embargo, pese a su llanto, decidió buscar a su
amado periquito. Desde ese entonces, cuando pasa una bandada de periquitos
sobre un pueblo, se puede ver que uno de ellos va de último. Es Doña Perica
que va mirando y preguntando a cuanto periquito enjaulado encuentre si ha
visto a su periquito robado. Doña Perica voló y esperó todos los atardeceres a
que por ese cielo anaranjado apareciera volando hacia su hogar el plumaje
verde de su compañero eterno.

EL OJITO
Ésta era la historia de una niña llamada Saulis.

Un día común, Saulis se despertó y salió corriendo.

– ¡Mami!, ¡mami!. – Dijo gritando Saulis.


– ¿Qué pasa nena?. – Contestó la mami de Saulis.
– Hay dos hombres vigilando la casa. – Dijo Saulis.
-¿Qué cosas dices Saulis?. – Respondió su mami.

La mamá salió a ver que pasaba fuera, mientras


Saulis estaba agitada e impresionada.

– ¡Oh no! ¡Saulis corre!!. – Gritó su mamá.

Saulis corriendo se escondió bajo su cama. La mamá pensó que Saulis mentía
pero en realidad Saulis había visto los abogados de su padre, los cuales venían
a buscar a la pequeña Saulis para que se fueran con ellos.

Finalmente todo quedó en un susto y todos siguieron viviendo felices.


UNA NIÑA QUE SE SENTIA SOLA
Cuento Corto para niños y niñas, escrito por: Duarte
Ivana

Había una vez una niña que se sentía sola, quería un


animalito para jugar y quererle.

Los padres de la niña le dieron una sorpresa y se levantaron temprano para


comprarle un perrito y sorprenderla, querían que fuera muy feliz. Llegaron con
el perrito y le pusieron en la cama de la niña sin que ella se diera cuenta,
después de unos minutos la niña se levantó.

La niña se puso a pensar:

– “¿Soñé con un perrito?”

Y nada más decir esto escuchó un ladrido y ahí estaba el perrito, bajo la
sabana. Ella se puso súper contenta y dijo que nunca más jugaría sola.

El árbol mágico
Hace mucho mucho tiempo, un niño paseaba por un
prado en cuyo centro encontró un árbol con un cartel
que decía: soy un árbol encantado, si dices las
palabras mágicas, lo verás. El niño trató de acertar el
hechizo, y probó
con abracadabra, supercalifragilisticoespialidoso, tan-
ta-ta-chán, y muchas otras, pero nada. Rendido, se tiró
suplicante, diciendo: "¡¡por favor, arbolito!!", y
entonces, se abrió una gran puerta en el árbol. Todo
estaba oscuro, menos un cartel que decía: "sigue
haciendo magia". Entonces el niño dijo "¡¡Gracias,
arbolito!!", y se encendió dentro del árbol una luz
que alumbraba un camino hacia una gran montaña
de juguetes y chocolate.
El niño pudo llevar a todos sus amigos a aquel árbol y tener la mejor fiesta del
mundo, y por eso se dice siempre que "por favor" y "gracias", son las palabras
mágicas.

La princesa de fuego
Hubo una vez una princesa increíblemente rica, bella y
sabia. Cansada de pretendientes falsos que se
acercaban a ella para conseguir sus riquezas, hizo
publicar que se casaría con quien le llevase el regalo
más valioso, tierno y sincero a la vez. El palacio se llenó
de flores y regalos de todos los tipos y colores, de cartas
de amor incomparables y de poetas enamorados. Y entre
todos aquellos regalos magníficos, descubrió una piedra;
una simple y sucia piedra. Intrigada, hizo llamar a quien se la había regalado.
A pesar de su curiosidad, mostró estar muy ofendida cuando apareció el joven,
y este se explicó diciendo: - Esa piedra representa lo más valioso que os puedo
regalar, princesa: es mi corazón. Y también es sincera, porque aún no es
vuestro y es duro como una piedra. Sólo cuando se llene de amor se
ablandará y será más tierno que ningún otro. El joven se marchó
tranquilamente, dejando a la princesa sorprendida y atrapada. Quedó tan
enamorada que llevaba consigo la piedra a todas partes, y durante meses llenó
al joven de regalos y atenciones, pero su corazón seguía siendo duro como
la piedra en sus manos. Desanimada, terminó por arrojar la piedra al fuego; al
momento vio cómo se deshacía la arena, y de aquella piedra tosca surgía
una bella figura de oro. Entonces comprendió que ella misma tendría que ser
como el fuego, y transformar cuanto tocaba separando lo inútil de lo importante.
Durante los meses siguientes, la princesa se propuso cambiar en el reino, y
como con la piedra, dedicó su vida, su sabiduría y sus riquezas a separar lo
inútil de lo importante. Acabó con el lujo, las joyas y los excesos, y las gentes
del país tuvieron comida y libros. Cuantos trataban con la princesa salían
encantados por su carácter y cercanía, y su sola prensencia transmitía tal
calor humano y pasión por cuanto hacía, que comenzaron a llamarla
cariñosamente "La princesa de fuego". Y como con la piedra, su fuego
deshizo la dura corteza del corazón del joven, que tal y como había
prometido, resultó ser tan tierno y justo que hizo feliz a la princesa hasta el fin
de sus días.

El cohete de papel
Había una vez un niño cuya mayor ilusión era tener un cohete y dispararlo
hacia la luna, pero tenía tan poco dinero que no podía comprar ninguno. Un
día, junto a la acera descubrió la caja de uno de sus cohetes favoritos,
pero al abrirla descubrió que sólo contenía un pequeño cohete de papel
averiado, resultado de un error en la fábrica.
El niño se apenó mucho, pero pensando que por fin tenía un cohete,
comenzó a preparar un escenario para lanzarlo. Durante muchos días recogió
papeles de todas las formas y colores, y se dedicó con toda su alma a dibujar,
recortar, pegar y colorear todas las estrellas y planetas para crear un
espacio de papel. Fue un trabajo dificilísimo, pero el resultado final fue tan
magnífico que la pared de su habitación parecía una ventana abierta al espacio
sideral.
Desde entonces el niño disfrutaba cada día jugando
con su cohete de papel, hasta que un compañero
visitó su habitación y al ver aquel espectacular
escenario, le propuso cambiárselo por un cohete
auténtico que tenía en casa. Aquello casi le volvió
loco de alegría, y aceptó el cambio encantado.
Desde entonces, cada día, al jugar con su cohete
nuevo, el niño echaba de menos su cohete de
papel, con su escenario y sus planetas, porque
realmente disfrutaba mucho más jugando con su
viejo cohete. Entonces se dio cuenta de que se
sentía mucho mejor cuando jugaba con aquellos
juguetes que él mismo había construido con esfuerzo e ilusión.
Y así, aquel niño empezó a construir él mismo todos sus juguetes, y
cuando creció, se convirtió en el mejor juguetero del mundo.

El elefante fotógrafo
Había una vez un elefante que quería ser fotógrafo. Sus amigos se reían cada
vez que le oían decir aquello: - Qué tontería - decían unos- ¡no hay cámaras de
fotos para elefantes! - Qué pérdida de tiempo -decían
los otros- si aquí no hay nada que fotografíar... Pero
el elefante seguía con su ilusión, y poco a poco fue
reuniendo trastos y aparatos con los que fabricar una
gran cámara de fotos. Tuvo que hacerlo prácticamente
todo: desde un botón que se pulsara con la
trompa, hasta un objetivo del tamaño del ojo de un
elefante, y finalmente un montón de hierros para poder
colgarse la cámara sobre la cabeza. Así que una vez
acabada, pudo hacer sus primeras fotos, pero su
cámara para elefantes era tan grandota y extraña que
paracecía una gran y ridícula máscara, y muchos se reían tanto al verle
aparecer, que el elefante comenzó a pensar en abandonar su sueño.. Para
más desgracia, parecían tener razón los que decían que no había nada que
fotografiar en aquel lugar... Pero no fue así. Resultó que la pinta del elefante
con su cámara era tan divertida, que nadie podía dejar de reir al verle, y
usando un montón de buen humor, el elefante consiguió divertidísimas e
increíbles fotos de todos los animales, siempre alegres y contentos, ¡incluso del
malhumorado rino!; de esta forma se convirtió en el fotógrafo oficial de la
sabana, y de todas partes acudían los animales para sacarse una sonriente
foto para el pasaporte al zoo.

Los juguetes ordenados


Érase una vez un niño que cambió de casa y al llegar a su nueva habitación vió
que estaba llena de juguetes, cuentos, libros, lápices... todos perfectamente
ordenados. Ese día jugó todo lo que quiso, pero se acostó sin haberlos
recogido.
Misteriosamente, a la mañana siguiente todos los juguetes aparecieron
ordenados y en sus sitios correspondientes. Estaba seguro de que nadie
había entrado en su habitación, aunque el niño no le dio importancia. Y
ocurrió lo mismo ese día y al otro, pero al cuarto día, cuando se disponía a
coger el primer juguete, éste saltó de su alcance y dijo "¡No quiero jugar
contigo!". El niño creía estar alucinado, pero pasó lo mismo con cada juguete
que intentó tocar, hasta que finalmente uno de los juguetes, un viejo osito de
peluche, dijo: "¿Por qué te sorprende que no queramos jugar contigo? Siempre
nos dejas muy lejos de nuestro sitio especial, que es donde estamos más
cómodos y más a gustito ¿sabes lo difícil que es para los libros subir a las
estanterías, o para los lápices saltar al bote? ¡Y no tienes ni idea de lo
incómodo y frío que es el suelo! No jugaremos contigo hasta que prometas
dejarnos en nuestras casitas antes de dormir"
El niño recordó lo a gustito que se estaba en su camita, y lo incómodo que
había estado una vez que se quedó dormido en una silla. Entonces se dio
cuenta de lo mal que había tratado a sus amigos los juguetes, así que les pidió
perdón y desde aquel día siempre acostó a sus juguetes en sus sitios favoritos
antes de dormir.
Leyendas
LA LEYENDA DE LAS SIRENAS

Según la mitología griega las sirenas eran criaturas fantásticas con la mitad del
cuerpo en forma de pájaro y la otra mitad de mujer. Eran compañeras de
Perséfone y al ser raptada ésta por Hades, no lograron salvarla por lo que en
venganza la madre de Perséfone, la diosa Deméter, las transformó en un
hibrido, mitad mujer y mitad pescado.

Vivían en la isla de Artemisa y tenían un canto melódico como el de los pájaros,


sumamente atractivo, seductor, que llamaba la atención de los marineros,
advirtiéndoles de los encantos ocultos del mundo submarino, engañándolos así
para hacerlos caer en su trampa y devorarlos. En la Odisea, el autor griego
Homero relata que cuando el barco de Ulises navegaba frente a la isla
Artemisa, él hizo que toda su tripulación tapara sus oídos con cera para no
escuchar el seductor canto de las sirenas y caer en sus encantos maléficos. En
tanto él no pudo tolerar su curiosidad y planificó una estrategia, se ató al mástil
del barco y ordenó que no lo dejaran soltarse por nada. Ante esta frustración
las sirenas se tiraron al mar ahogándose.

EL CADEJO

La leyenda del cadejo o cadejos está presente en casi todo centroamérica, se


trata de un perro enorme de color blanco y ojos rojos que protege a los
hombres cuando llegan a altas horas de la noche, sin embargo el cadejo tiene
un enemigo, el cadejo negro, un ser diabólico que ataca y mata a las personas
de dudosa moral, cuando ambos el espíritu protector y el diabólico se
encuentran comienza entre ambos una lucha a muerte que normalmente da
tiempo a la persona a huir.

El cadejo blanco como protector acompaña al hombre que trasnocha hasta


sucasa lo hace muchas veces desde las sombras y sin dejarse ver,
normalmente se siente como un presencia que no puedes localizar. Su
finalidad es defender al borracho o trasnochador del cadejo negro El cadejo
negro dependiendo de la cultura que enfoca la leyenda puede tener dos fines,
matar a las personas de dudosa moral a las que no puede defender el .cadejo
blanco siempre a altas horas de la noche, o simplemente golpearle y aplastarle,
en ambas creencias el cadejo nunca muerde (salvo en su lucha con el cadejo
blanco) y causa el daño golpeando y aplastando, debido a su gran tamaño deja
al hombre al que ataca como si hubiera recibido una paliza.

Según las leyendas en Guatemala, es un animal fantás magórico que aparece


en suelo guatemalteco. La versión más conocida de este animal es la de forma
de un perro de color negro y ojos rojos que pareciera tienen fuego. Se cree que
cuida a aquellos que se embriagan y deambulan por las noches ayudándoles a
encontrar el camino a casa o bien durmiendo cerca de ellos para evitar les
roben o dañen. Las otras versiones refieren que este ser tiene dualidad, el
negro y blanco, este último cuida de mujeres en el mismo estado físico, sin
embargo éstos son rivales y no pierden oportunidad de agredirse, aunque se
narra que se han unido para salvaguardar a sus protegidos de otro espectro
como La Llorona, Siguanaba o de algún maleante. También este personaje
tiene su resonancia precolombina maya en un espectro bienechor guardián de
los caminos.

EL SOMBRERON

Una de las leyendas más conocidas sobre este personaje de la cultura


guatemalteca y ademas también es muy conocida en Aguadas, Caldas dice
así: Una noche El Sombrerón caminaba en un barrio de La Antigua Guatemala
cuando vio a una muchacha muy bella con pelo largo y se enamoró de ella.
Buscó su casa y le llevó serenata una y otra noche, pero ella no le dijo nada a
sus padres sobre él. Un día empezó a dejar de comer hasta el punto de que
casi murió, y fue entonces cuando la madre se dio cuenta que era por El
Sombrerón. Llevó a su hija a un convento creyendo que ahí iba a estar mejor,
pero la niña siguió sin comer y un día despertó con una trenza en su pelo
hecha por el espectro y ese día murió. Luego en el velorio, apareció El
Sombrerón llorando y sus lágrimas eran como cristales. También se cuenta que
les hace trenzas a los caballos y mulas...Se cuenta también que este espanto
aparte de enamorar a muchachas jóvenes, gusta por cabalgar mulas y caballos
de los establos de las fincas en las noches agotándolos. Por ello, las bestias
durante el día no cumplen las tareas sumado a que se vuelven hostiles con las
personas, los campesinos y finqueros al ver este comportamiento buscan si el
Sombrerón no les ha hecho trenzas en la greñas. Si es así, el animal ya no
sirve para tareas... Una forma de saber si el Sombrerón está haciendo de las
suyas en fincas y casas, es colocar ya sea cerca de un balcón de casa o cerca
de los establos una silla y mesa de pino recién elaboradas, junto a aguardiente
y una guitarra en noche de luna y deben guardar silencio todas las personas,
sólo así se escuchará la guitarra y los cantos del Sombrerón.

Montado en su caballo blanco recorre la zona tocando su armónica; la música


tiene un efecto casi mágico en el ganado, que lo sigue tranquilamente y se deja
meter sin problemas en los corrales. Una vez que los animales están
guardados y las puertas debidamente cerradas, El Sombrerón se aleja a trote
ligero o haciendo cabriolas en su corcel. A la mañana siguiente, los rancheros
encuentran una fogata apagada, la colilla de un puro hecho con hojas de
guarumo y huellas de botines y herraduras, que son un testimonio indiscutible
de que El Sombrerón
estuvo en el sitio

Leyenda de la Siguanaba

Siguanaba era una hermosa mujer.

De la cual todos los indios y principalmente los caciques se habían enamorado.

Cuando Sihuahuet cumplió alrededor de dieciocho años, un emisario del


cacique de mayor jerarquía de la región, se dirigió a ella indicándole que había
sido elegida para ser esposa de su jefe. Sihuahuet rehusó aceptarlo porque su
corazón le pertenecía a otro hombre, además el cacique en cuestión era
cuarenta años mayor que ella.

Al saber aquel poderoso hombre la decisión de Sihuahuet, decidió vengarse y


envió a uno de sus guerreros a darle muerte al joven enamorado de Sihuahuet
y a ella la mantuvo cautiva en una cueva hasta que un shaman por medio de
un hechizo maligno la convirtió en una mujer fea y despreciable. Su cara fue
deformada, sus pechos crecieron hasta rozar sus pies y aquella piel tersa y
hermosa se había arrugado casi por completo. Desde ese entonces ella se
pasea angustiosa por la orilla de los ríos y las quebradas, intentando volver a
ver al joven que tanto amo y arrastrando sus pechos en las piedras.

Otra versión cuenta que fue su propia vanidad la que le convirtió de Sihuahuet
(mujer bella) a Siguanaba (mujer horrenda). Incluso existe una tercera versión
que hace alusión a las torturas y prisión que sufrió aquella desventurada joven
por parte del tirano que nunca pudo obtener su amor.

LA TATUANA

Apareció en mitad de la plaza del pueblo como quien planta un árbol y espera
que de fruto al instante. Erguida hasta la arrogancia, saludable y en ademán de
invitar a la cata del fruto prohibido. Dijeron que había llegado en barco sin que
pudiera afirmarse que lo vieron arribar en playa o puerto alguno.
Corrían los tiempos de la Inquisición y su temible brazo castigador conseguía
vadear las aguas del Atlántico sin perder nada de su lava destructora, cuando
la mujer más hermosa a la que accediera mirada humana se presentó bajo el
nombre de Tatuana.
Apenas transcurridos unos meses, y sin que tampoco nadie pudiera explicar de
dónde salieran los dineros, montó casa. Y era casa de postín y mucha juerga
por la que no hubo hombre maduro ni joven que no se dejara caer , cuando
menos, alguna nochecita.
El tiempo pasaba y los adoquines se embriagaban noche y día de chillones
atuendos coronados por generosos escotes.
Todos sabían y callaban, hasta que llegó el día en que la Tatuana celebraba
fiesta de aniversario de la feliz inauguración de su casa cuando con mandado
de la Inquisición vinieron a buscarla y a prenderla.
“Y de qué se me acusa” quiso saber. La respuesta sólo llegó tras varios días de
encierro al conducirla ante el Tribunal . Se le acusaba de bruja por haber
hechizado a todos los hombre s de la localidad, amén de muchos extranjeros
de paso.
No tuvo defensa ni tortura pues la condena fue inmediata: moriría quemada
viva.
La Tatuana, aún espléndidamente ataviada de fiesta en la víspera de su
ajusticiamiento, miró desde lo más profundo de sus negros ojos a los de su
carcelero y le rogó que le concediera un último deseo: un carbón para dibujar.
Por la mañana vinieron a buscarla para conducirla hasta la pira. En uno de los
muros, con trazo firme y algo infantil, se veía navegando y alejándose un velero
como el que decían que la había traído a las costas de América, el catre aún
caliente y la celda vacía.

LA NIÑA DE LAS ESCALERAS

Hace algunos años, en una linda casa en medio del campo vivía una familia de tres
hijos y su madre, la cual se unió al poco tiempo con un hombre, convirtiéndolo en
padrastro de los pequeños, pero; este tipo era muy violento, maltrataba a los niños
sin razón, les quitaba sus alimentos, les negaba el agua, hasta los golpeaba solo por
gusto.

Aunque trataba muy mal a los tres niños, parecía tener un odio mayor por la hija de 10
años, a quien golpeaba de forma más salvaje, llegó un día hasta el punto de arrojarla por
las escaleras… y la pequeña murió al momento.
Para no enfrentar el castigo por lo ocurrido, el resto de la familia huyó a alguna ciudad
que se desconoce.

La casa pasó a manos de otra familia, que duró poco tiempo en ella, pues escuchaban a
menudo la voz de la pequeña pidiendo ayuda.

Las siguientes personas que habitaron esa casa, se quedaron el tiempo suficiente para
escucharla llorar y gritar en medio de la noche, hablando cuando la gente estaba de
espaldas y al voltear no veían nada… también golpeaba en
ocasiones la puerta para pedir un poco de agua, pero; lo más
inquietante de su presencia, era cuando se paraba en la
escalera… pues no se sabe si estaba cuidando a los demás para
que no cayeran, o a propósito aparecía para tirarlos como lo
hicieron con ella y corrieran su misma suerte.

Siguen sin conocerse sus intenciones, pues hasta el momento el


hecho de verla, para muchas familias ha sido suficiente… y la
casa ahora permanece abandonada porque esa niña estará ahí por
siempre.

DE LA GEMELAS
Una feliz familia vivía en un rumbo muy cercano a una transitada carretera, debido a
esto la joven madre las acompañaba diariamente al colegio y caminaban las tres
tomadas de la mano, teniendo especial cuidado al toparse con la mencionada carretera,
las pequeñas hasta el momento no tenían permiso de cruzar solas.

Uno de tantos días la madre recibió en su celular una llamada urgente del trabajo la
cual tuvo que atender, le exigían su presencia de inmediato, por lo cual se vio en la
necesidad de dejar que las gemelas continuaran el camino solas.

Con mucho pesar despidió a las niñas, dando indicaciones para no se soltarse de la
mano y tener mucho cuidado al cruzar. Las dos pequeñas siguieron las instrucciones de
su madre, miraron a ambos lados de la carretera, y al ver que estaba libre cruzaron.

Apenas se giraba la madre para cambiar de rumbo, cuando se escuchó un golpe muy
fuerte a sus espaldas, volteó de inmediato para ver con terror que sus hijas estaban
debajo de un camión, fueron atropelladas perdiendo la vida en al instante.

El pesar duró mucho tiempo, pero transcurridos cuatros años, la madre dio a luz de
nuevo gemelas, estas era muy parecidas a sus fallecidas hermanas, lo cual le hacía tener
presente aquel fatal accidente. Esta vez tenía una terrible obsesión por su cuidado y no
les permitía estar cerca de ningún peligro, en especial aquella temida carretera.

Pero no podía estar detrás de ellas las 24 horas, y un día, se


vieron muy cercanas al peligroso lugar, decididas a cruzar
vieron hacia los dos lados, no había ningún auto, con un paso en
el asfalto, fueron tomadas del hombro bruscamente por su
madre, quien lloraba desconsoladamente, diciendo –No crucen-
a lo cual recibió una respuesta inesperada de las dos pequeñas: -
No pensábamos cruzar, ya nos atropellaron una vez, no volverá a suceder…-

Leyenda de la princesa y el pastor

Esta leyenda es la base de las leyenda de Qi xi y


Tanabata.
La princesa Orihime (también llamada la princesa
tejedora), tejía vestidos para su padre (tejía las
nubes del cielo) a orillas del río. Su padre era el
rey celestial. Orihime se enamoró de un pastor
llamado Hikoboshi. En un principio la relación se
desarrolló sin dificultades, pero luego ambos
comenzaron a descuidar sus tareas por estar tan
compenetrados en su amor.
Al ver que esta situación no se solucionaba, el rey celestial los castigó
separándolos y convirtiéndolos en estrellas. Sin embargo, los enamorados
pueden volver a verse una noche en el año, el séptimo día del séptimo mes.

Leyenda de la Mojana

Según la leyenda colombiana, la Mojana es una


mujer diminuta que rapta a los niños que se
acercan a sus dominios. Vive en una casa de
piedra, debajo del agua, es blanca y tiene
larguísimos cabellos dorados.

Para proteger a los niños de la Mojana es


necesario atarlos con un cordón.

medusa
Perseo es el principal protagonista del mito de Medusa, debido a que fue este el
héroe que pudo derrotarla, poniendo así fin al tormento del monstruo y el de
las personas que habían sido sus víctimas. Medusa era una Gorgona que
convertía a las personas que la miraban en piedra, tenía aspecto de mujer,
pero cabello de serpientes vivas, este aspecto le fue impuesto por una
maldición de la diosa Atena, quien luego ayudó al héroe
Perseo a eliminarla. Con la ayuda de su escudo, el héroe pudo
mirar a la Gorgona a través del reflejo del mismo y así pudo
finalmente decapitarla, posteriormente le entregó la cabeza a
la diosa Atena para que ella la colocara en su escudo como
arma, debido a que contenía los poderes petrificantes que
tanto daño habían hecho.
zeus
Cuando Zeus nació tenía un destino fatal, el cual
era ser tragado por su padre Cronos, pero gracias a
la intervención de su madre Rea, pudo escapar a
este cruel final, ya que ella fue a parirlo a la tierra y
le entrego a su esposo una roca envuelta en
pañales simulando que era el bebe. Al pequeño lo
escondieron en una cueva en la isla de Creta desde
que nació hasta que fue adulto. Ya en su adultez Zeus conoció la horrible
verdad, que su padre había tragado a sus cinco hermanos mayores, al conocer
esto se decidió a castigar a Cronos, con la ayuda de un veneno muy poderoso
logró hacer que su padre vomitara a sus hermanos, una vez reunidos los dioses
del Olimpo todos juntos, liberaron los monstruos que estaban en el tártaro para
que los ayuden, juntos libraron una batalla de más de 10 años de duración, la
cual culminó con la derrota de los titanes y la victoria de Zeus, junto a los
demás dioses y los monstruos. Zeus fue coronado rey del Olimpo y dios
supremo por sobre los demás, así al fin pudo tener un final feliz, cambiando
bruscamente su destino inicial.

planchada
Un mito más que interesante que transcurre en
hospitales es sin dudas el mito de la planchada, el
cual nos narra la triste historia de una enfermera
llamada Eulalia. Cuenta la historia que esta
enfermera era una mujer simpática, pulcra y
siempre llevaba su uniforme perfectamente
planchado, dicen que un doctor la engañó
prometiéndole casamiento pero luego se fue a
casar con otra, desde ese día nunca pudo volver a ser la misma, comenzó a
descuidar su trabajo y a los pacientes a los que dejaba fallecer por sus
descuidos. Un día la muerte se presentó en el hospital y condenó a la
enfermera a ayudar por toda la eternidad a los necesitados de los hospitales,
desde ese día muchos alegan haber visto a una enfermera en los hospitales, la
misma lleva un traje de enfermera antiguo perfectamente cuidado y planchado,
esta enfermera ayuda a los pacientes, les da sus medicinas y luego desaparece.

quintanaroo
La infidelidad de la diosa Ixchel. Estaba el dios Sol casado con
la diosa Ixchel que era también la diosa de la luna, ella se
paraba para bendecir los cultivos siempre y que los mismos
crezcan, pero era reconocida por sus infidelidades, en una
ocasión se fue con el rey buitre. El dios sabio mandó a una
mosca para decirle a un buitre que había un venado muerto
para comer en el bosque, cuando fue, entonces lo atrapó el
sol y hizo que lo lleve hacia el castillo del rey buitre, allí
encontró a su mujer, la obligó a seguirlo nuevamente y castigó al buitre.
El Minitauro
El Minotauro era un monstruo con cuerpo de hombre y cabeza
de toro que había nacido de la unión de la reina cretense
Pasifae y el fabuloso toro blanco que Poseidón había
entregado a su marido el rey Minos. Pese a la orden de
sacrificarlo en su honor, Minos desobedeció al dios y lo
mantuvo en su corte con desastrosas consecuencias. Minos
se avergonzó tanto de la existencia de esta criatura, cuyo
nombre significaba «toro de Minos», que lo encerró en un
complejo llamado Laberinto construido por Dédalo. Allí, la
criatura tenía siete jóvenes y siete doncellas atenienses para
devorar cada nueve años. Teseo, con la ayuda de la hija de
Minos, Ariadna, acabó con esta práctica cuando buscó a la
bestia en el Laberinto y acabó con ella, encontrando luego la
salida gracias al hilo que su amante le había dado al entrar en el complejo.

LA LLORONA
La Llorona, la mujer fantasma que recorre las calles de las ciudades en busca
de sus hijos.
Cuenta la leyenda que era una mujer de sociedad, joven y bella, que se casó
con un hombre mayor, bueno, responsable y cariñoso, que la consentía como
una niña, su único defecto... que no tenía fortuna.
Pero el sabiendo que su joven mujer le gustaba alternar en la sociedad y "
escalar alturas ", trabajaba sin descanso para poder satisfacer las necesidades
económicas de su esposa, la que sintiéndose consentida despilfarraba todo lo
que le daba su marido y exigiéndole cada día más, para poder estar a la altura
de sus amigas, las que dedicaba tiempo a fiestas y constantes paseos.
Marisa López de Figueroa, tuvo varios hijos estos eran educados por la
servidumbre mientras que la madre se dedicaba a cosas triviales. Así pasaron
varios años, el matrimonio.
Figueroa López, tuvo cuatro hijos y una vida difícil, por la señora de la casa,
que repulsaba el hogar y nunca se ocupo de los hijos. Pasaron los años y el
marido enfermó gravemente, al poco tiempo murió, llevándose " la llave de la
despensa ", la viuda se quedó sin un centavo, y al frente de sus hijos que le
pedían que comer. Por un tiempo la señora de Figueroa comenzó a vender sus
muebles. Sus alhajas con lo que la fue pasando.
Pocos eran los recursos que ya le quedaban, y al sentirse inútil para trabajar, y
sin un centavo para mantener a sus hijos, lo pensó mucho, pero un día los
reunió diciéndoles que los iba a llevar de paseo al río de los pirules. Los ishtos
saltaban de alegría, ya que era la primera
vez que su madre los levaba de paseo al
campo. Los subió al carruaje y salió de su
casa a las voladas, como si trajera gran
prisa por llegar. Llegó al río, que entonces
era caudaloso, los bajo del carro, que ella
misma guiaba y fue aventando uno a uno a
los pequeños, que con las manitas le
hacían señas de que se estaban ahogando.

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