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¡Con Pedrito Suárez-Vertiz no, por favor!

Javier Iván Arenas

De lo que hoy se trata no es de política sino de guerra de religiones, de excomulgación, de


cruzada. Esta dura batalla entre antifujimorismo-fujimorismo cada vez más se convierte en una
tormenta inmensa y perfecta que puede llevarse todo. No hay lugar para la tolerancia, para el
punto medio, para la calma.

En las redes sociales, Pedro Suárez-Vertiz es víctima de una campaña de lapidación. Otro
capítulo más de las campañas de “character assassination” (asesinato de la reputación) en ese
espacio virtual que se ha convertido en una arena romana.

En un mensaje algo extenso, el cantante Pedro Suárez Vertiz se ha atrevido a llamar a la calma,
dejar el fanatismo inútil. Pedrito, nos cuenta cómo era el mundo antes de las redes sociales,
ese espacio donde se arroja lodo con ventilador y donde cualquier bruto se vuelve un
“influencer” palomilla con un tuit.

En los ochenta el Perú estaba hecho hilachas, al punto de que los yanquis decían que el Perú
era un país casi inviable. Durante aquella época de apagones, de Sendero y el MRTA, de
inflación, de colas inmensas para comprar un pan; se formó toda una legión de rockeros,
como nunca en la historia última. ¿Digan si hay otra mejor generación que esa?

Todo ello nos ha recordado Pedrito en un puñado de palabras que han sacudido las redes
sociales y estas han respondido con el clavo y el martillo para señalar al cantante de su amistad
silenciosa en el fujimorismo. Para ello, utilizan una foto casual con Keiko Fujimori. Es que si tú
no eres antifujimorista entonces tu talento no es tal sino una invención absurda y que tu arte
vale dos pesos. Un artista bueno debe ser antifujimorista y comprometido con los valores
relativos de aquella facción. Menuda treta

¿Quiénes jodieron los ochentas, la década perdida? Fueron los políticos. ¿Acaso no es cierto?
¿Con qué aliciente un rokero, que va siempre contra el establishment, podría militar
orgánicamente en algún partido político si fueron aquellos quienes jodían el Perú?
Curiosamente el grueso de quienes critican y estrangulan a Pedrito, piden “compromiso
político”, demandan no voltearse frente a la realidad, exigen de todo pero son los primero en
apartarse de la política porque “apesta”. Hacen leña a la política y no se atreven a dar el
primer paso y comprometerse militantemente y tragarse los activos y pasivos de un militante
cualquiera.

El arte “comprometido” fue el impulso de la propaganda soviética que sirvió, entre otras, para
“alinear” a los artistas con los mandatos del Buró. Si no había “compromiso”, el artista estaba
condenado al olvido y a la caverna y ¡que no se atreva a salir de allí! porque el premio era el
gulag. En todo caso un artista puede dedicarse a cantar loas a cambiar lo mal de la sociedad y
otros tienen todo el derecho abstraerse de esta y por ello no dejan de ser artista.

Habíamos dicho que la polarización religiosa amenaza con llevarse todo a su paso. Los
fanáticos inundaron las caóticas calles revolucionarias de Francia pero no imaginaron nunca
que el orden napoléonico llegaría tarde o temprano. Igual sucede en las redes sociales donde
todo mundo, de ambos bandos se convierten en apasionados críticos y olvidan que la razón
exige no dejarse pervertir por las pasiones. Un poquito de orden y tino, por favor. Grande,
Pedro.

Pero el tirapiedra mira fantasmas en todos lados. Esta vez Pedrito

Saben porque sigo vigente? Porque mis canciones siguen sonando? Y las de Río, Milki, Arena Hash, Daniel F,
Gianmarco, Frágil también? Porque nos gestamos en los 80. En la época de esa foto. Esa era la radio más
escuchada, y ese era el apoteósico recibimiento a la banda más importante de Hispanoamérica, Soda Stereo.
Así estábamos.
Nosotros éramos simples púberes en un país con apagones y bombas explotando todo el día. Nadie tenia plata.
Cada pan costaba un millón de soles. Por la tarde 2 millones y al día siguiente 3 millones. Así era la inflación.
No habían redes sociales donde lloriquear ni rajar todo el día. Solo teníamos nuestros destinos.
Y nos hicimos indestructibles. Compusimos canciones indestructibles. Viajábamos por carreteras destruidas
llenas de desconocidos con rifles parándonos cada 500 mts. Por eso crecimos apolíticos. Porque la política era
paupérrima. Y triunfamos. Hasta hoy.
No caigan en fanatismos inútiles. El mundo fue, es, y será una porqueria, reza el dicho. Pero quedas tú y
ninguna podredumbre política debe frenarte.
Hay cosas que cambiar? Por supuesto que sí. Pero no te quedes mirando y rajando como los curiosos cuando
atropellan a alguien en la calle. Lucha por ti mismo y sal adelante. La mala situación nunca será una excusa.
Vamos peruano !

Lapidación

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