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El Hijo de Dios bajará en una nube no tardando


mucho y mandará a sus ángeles que sieguen la mies
seca de la tierra que no da fruto; que sus escogidos
estén preparados;

Nace en la provincia de Albacete el 13 - 3 - 31. Casada.


Siete hijos. Reside en San Lorenzo de El Escorial.
Apenas sabe leer y escribir. Gravemente enferma de
corazón, sanó en una peregrinación a Lourdes. Su
marido, de poca salud, cultiva un huerto y es portero
suplente en la casa donde Amparo trabaja de
asistenta.
Criada en suma pobreza, sacrificio y duro trabajo,
desde niña, sin saber rezar, ha invocado filialmente a
la Stma. Virgen. Siempre ha sentido tierno amor
compasivo hacia el prójimo necesitado. Afirma ella
que, aunque suponía ha de haber un Ser Supremo,
vivía despreocupada de sus deberes religiosos que no
practicaba. Pero, a mediados de noviembre de 1.980,
oye una voz que le dice: "reza por la paz del mundo y
por la conversión de los pecadores. Amaos los unos a
los otros. Vas a recibir pruebas de dolor".
Efectivamente, comienza a sangrar por la frente y las
manos sintiendo agudos dolores y clama: "Pero ¿qué
es esto?". Se le muestra el Señor clavado en la cruz y le
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dice: "Hija mía, esto es la Pasión de Cristo. La tienes que
pasar entera". Dice Amparo: "Yo no lo resisto". Le
arguye Él: "Si tú en unos segundos no lo resistes,
¿cuánto pasaría Yo, horas enteras en una cruz,
muriendo por los mismos que me estaban
crucificando? Puedes salvar muchas almas con tus
dolores". Le pregunta Jesús si acepta, y ella responde:
"Con vuestra ayuda, Señor, lo soportaré".
Desde este momento Amparo es otra: al mismo tiempo
que intensifica ejemplarmente su vida espiritual, se
multiplican en ella tan raros como extraordinarios
fenómenos: sangraciones por la frente, ojos, boca, un
hombro, espalda, costado, manos, rodillas, pies; unas
veces con llagas visibles, otras con sangre sin llagas y
otras sin llagas y sin sangre, pero con el
correspondiente agudo dolor, según la escena de la
pasión que contempla. Se le ha visto en relieve un
corazón en el centro del pecho, sangrante atravesado
por una espada en figura.
- Apariciones del Señor, de la Virgen y de ángeles.
- Intenso aroma como de rosas percibido de lejos y
como a oleadas.
- Idioma desconocido.
- Bilocación.
- Repetidos mensajes.
- Profecías.
- Multiplicación de alimentos.
- Signos en el cielo.
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- Numerosas conversiones.
- Levitación.
- Comunión mística.
- Inexplicable grabación de cintas magnetofónicas.
- Curación de ajenas dolencias tomándolas en sí
misma, etc.
Varios de estos fenómenos son muy recientes.
Parece que el Señor permite al "Poder de las tinieblas"
actuar contra ella, ya por el mismo diablo, ya por
quienes la insultan, se burlan de ella y de estas cosas,
y la calumnian con palabras por ella oídas o por
escritos. Pero también parece que el Señor le tiene
anunciado todo esto y le da paciencia para soportarlo.

CONTENIDO DE LOS MENSAJES RECIBIDOS


POR AMPARO:
Desde su conversión, Amparo considera su ideal
preferente ayudar a Jesús a salvar almas. Es lo que
entiende que le pide el Señor con tan variados
carismas. Así lo expresa sus mensajes recibidos en
éxtasis frecuentemente muy dolorosos. Veamos el
principal contenido de tales mensajes.
El Señor y la Virgen instan a los hombres a convertirse;
de no hacerlo, vendrá un gran castigo.
- Se quejan de los pecados de blasfemia, impureza,
incredulidad, hipocresía, ingratitud, difusión de
doctrinas falsas, incumplimiento de votos religiosos,
desamor al prójimo.
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- En algunos sacerdotes: vida impura, abandono de la
oración y del vestido distintivo.
- Recepción sacrílega de la sagrada Eucaristía; no se
cree en la presencia real; olvido del Sagrario.
- No hay agradecimiento ni compasión para el
Corazón de Jesús al que se rechaza.
- Ofensas a la Stma. Virgen.
- Se inculcan la Confesión sacramental y la dirección
espiritual.
- Se pondera el poder impetratorio del santo Rosario
cuya devota recitación diaria se recomienda.
- La Virgen promete asistir en la muerte a quienes lo
rezan diariamente y comulgan los primeros sábados.
- Aconseja algo de meditación sobre cada misterio.
- Se piden sacrificios para que se salve el mayor
número posible de almas.
- El dolor es camino ordinario para el cielo.
- Comunión los primeros viernes y sábados y también
diaria.
- Se inculcan repetidamente la humildad y la
obediencia.
Se insiste en la necesidad y el poder de la oración.
- Orar por los que no oran y hacer penitencia por los
que no la hacen.
- Pedir mucho por España, especialmente por el País
Vasco y por todo el mundo.
- Acudir al Padre Eterno. La Virgen nos protegerá
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siempre.
- Pedir por la conversión de Rusia y por el Papa que
va a sufrir mucho.
- Oración especial por los sacerdotes.
- Rezar por los pecadores y los incrédulos.
- Ha tenido visiones del cielo y del infierno.
- Vida eterna feliz sobre los astros.
- La Virgen Dolorosa está siempre pidiendo
misericordia por nosotros. Dice la Virgen que se ha
manifestado en varios lugares de España, pero que
no creen en Ella. Con sus lágrimas está deteniendo el
castigo que provocan nuestros pecados.
- No hacemos caso de sus avisos.
- El Señor y la Virgen dan sus mensajes valiéndose de
los más incultos y humildes para que se vea que no
son falsos, que son de Dios.
- A mediados de junio de 1.981 la Virgen Dolorosa,
sobre la copa de un fresno, junto a la fuente, en Prado
Nuevo, le ha dicho:
"Soy la Virgen Dolorosa. Quiero que se construya en
este lugar una capilla en honor de mi nombre. Que se
venga a meditar la pasión de mi Hijo que está
completamente olvidada. Si se hace lo que Yo digo,
habrá curaciones: este agua curará... Haced
penitencia, haced oración."
"El castigo está muy próximo. Será el juicio de las
naciones, el día del Creador. Si no hacemos caso de la
Virgen, no habrá trabajo, habrá muchas miserias,
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sobre todo en España. Los que están en gracia de Dios,
que no teman no les afectará en nada el castigo que
enviará el Señor".
- "Di a todos que procuren hacer apostolado en
cualquier parte del mundo; que necesitan muchas
almas el mensaje de su Madre celestial".
- "Haced, hijos míos, haced muchos sacrificios por los
pecadores. Muchos están en el infierno porque no
han tenido quien rece por ellos".
- "Haced caso. Mandad mis mensajes por todo el
mundo".
- "Sé humilde. Sin humildad no se ganan almas".
- "Muchos creen que esto tuyo es obra de Satanás. No
lo creas, hija mía, Satanás destruye, no construye".
- "Para darles las moradas celestiales a las almas su
Padre misericordioso está esperando que se
conviertan".
- "Me están crucificando diariamente por su falta de
amor a los demás. Por su impiedad, Dios va a castigar
sin piedad".
- "Llamo a los que han sido humillados, calumniados
por mi causa. Hijos míos, estoy en vosotros ¿a quién
podéis tener miedo?".
-"Tenéis que ser fuertes. Date cuenta, hija mía, de que
Yo estoy con todos los que tienen buena voluntad. Y,
estando Yo, nada temáis".
- "Reparemos ¡pobres almas, qué pena me dan!".
- "Estoy día y noche en el Sagrario por todos. Me
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encuentro allí presente como el mejor de los padres,
como el amigo más fiel, con un amor inmenso ¡Pobres
pecadores! No merecen estos sacrificios tuyos, míos y
los de tantas almas escogidas para su salvación. Tú,
hija mía, no te alejes de Mí. Te espero día y noche,
Dame consuelo. Abandónate en Mí y diles a todos que
los espero, que quiero salvarlos a todos con mi
Corazón. Que visiten a su Prisionero".
- "Sé humilde. No te abandones. Haz penitencia por
los pobres pecadores. Adiós, hija mía, te doy mi santa
Bendición."

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MENSAJES 1992
MENSAJE DEL DÍA 4 DE ENERO DE 1992,
PRIMER SÁBADO DE MES
EN PRADO NUEVO DE EL ESCORIAL (MADRID)
LA VIRGEN: Hija mía, sigo viniendo con mi manto de
misericordia y de amor; ya ves, hija mía, este manto es
tan grande como todo el universo. Mis palabras son de
amor, pero dentro de poco pueden ser, hija mía, de
pena, de lágrimas y de dolor. El mensaje se acabará,
pero mis bendiciones seguirán. Quiero en estos
tiempos bendecir a los hombres. Mi Hijo me ha
mandado para dejaros en el camino, en el camino del
Evangelio. Dios os ha creado, os ha redimido y os ha
santificado; vuestros corazones están hechos para la
eternidad. Por eso, Dios mi Creador, me ha puesto
como puerta del cielo. (Pausa, palabras ininteligibles)
Venid a Mí, que Yo soy Madre de amor y misericordia.
Y Yo intercederé a mi Hijo y mi Hijo llevará al Padre.
Cumplid con las leyes, hijos míos, y que nadie añada ni
quite una palabra del Evangelio; mientras el cielo y la
tierra existan nada se quitará de las leyes que están
escritas.
Hija mía, mira dónde están todos a mi derecha. Por
eso, sigue repitiendo, hija mía, una y otra vez las
palabras que te comunico.
Pero, ¡pobres de los que están a la izquierda, hijos míos!
¡Hombres de poca fe!, ¿por qué dudáis de la palabra del
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Evangelio? porque habéis dudado y no habéis querido
seguir el camino del Evangelio os encontráis en este
lugar. ¡Ay de aquéllos que no cumplan la Ley! Mi
Corazón está traspasado de dolor viendo que los
hombres cada día se endurecen más y su mente y su
corazón están en la tierra.
AMPARO: ¡Madre mía, ayúdame; ayúdame que yo no
puedo, no puedo más! ¡Ayúdame, Madre mía! Yo quiero
ser fiel, pero no tengo fuerzas. (Llanto de Amparo)
LA VIRGEN: Hija mía, en tu debilidad tiene que estar tu
fortaleza. Tú dijiste sí, y el cheque lo tienes en blanco,
hija mía.
AMPARO: Con tu ayuda, Madre mía, podré seguir
adelante. (Amparo no deja de gemir)
LA VIRGEN: ¡Ay de aquéllos que sois infieles a las
gracias y aquéllos que no os dejáis guiar por el
Evangelio!, más os valiera haber muerto, hijos míos,
antes de que llegue la hora suprema de Dios. Todavía
os ofrece mi Corazón amor; venid, que Yo tengo un
Corazón grande de Madre y os puedo impregnar de mi
amor. Y cuando se acaben los mensajes en este lugar,
no hagáis caso cuando os digan que aquí o allí, cerca
de estos lugares se siguen repitiendo los mensajes. Mi
mensaje ha sido universal, hijos míos, y ya os lo he
dicho todo. Cumplid con las leyes y os salvaréis; pero
no juguéis con mi Nombre. No os dejéis arrastrar por
esos falsos videntes, por esos falsos profetas, hijos
míos, que se adoran ellos mismos sin adorar a Dios, su
Creador.
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Os he dicho, hijos míos, que mis mensajes se acabarán,
pero mi bendición y mi palabra de amor seguirán en
este lugar. Sed fieles, hijos míos, fieles testigos del
Evangelio; id por todo el mundo a predicar estas
palabras de verdad y de vida.
Besa el suelo, hija mía, en reparación de tantas y
tantas ofensas como se cometen en el mundo.
Acudid a Mí, hijos míos, que Yo seguiré derramando
gracias muy especiales para la salvación de vuestras
almas. A todo el que acuda a este lugar, derramaré
gracias especiales sobre él.
Levantad todos los objetos, hijos míos, todos serán
bendecidos con bendiciones especiales para la
salvación de los moribundos.
Todos han sido bendecidos para la salvación de las
almas. Aplicad estos objetos sobre los moribundos.
Y tú, hija mía, sé fuerte; la fortaleza está en Nosotros;
refúgiate en nuestros Corazones, y si te dan en una
mejilla pon la otra. Ya te he dicho muchas veces que el
discípulo no es más que el Maestro, y ya sabes lo que
hicieron con el Maestro, hija mía.
Os bendigo, hijos míos, como el Padre os bendice, por
medio del Hijo y con el Espíritu Santo.

MENSAJE DEL DÍA 4 DE FEBRERO DE 1992,


PRIMER SÁBADO DE MES
EN PRADO NUEVO DE EL ESCORIAL (MADRID)

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LA VIRGEN: Hijos míos, mi Corazón viene lleno de
gracias para derramarlas sobre todos vosotros. Os voy
a decir, hijos míos, que quiero que mi Obra se
multiplique como las estrellas que hay en el cielo.
EL SEÑOR:
Sí, hijos míos, todo el que pertenezca a esta Obra y dé
testimonio de fe y de caridad derramaré sobre ellos
todo género de gracias; y especialmente para todos
aquellos que vivan según el espíritu, no según la carne.
Dad testimonio de fe y de caridad, hijos míos. Todos
aquellos que ayudéis mi Obra seréis recompensados y
estaréis muy cerca de la morada de mi Padre; y os
recordaré las palabras del Evangelio donde dice: "Tuve
hambre y me diste de comer, sed y me diste de beber,
desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis"; os
recordaré aquellas palabras, hijos míos.
Para todos aquellos que ayudéis a los mayores en su
ancianidad, os prometo una recompensa eterna.
Besa el suelo, hija mía, en reparación de tantos
pecados como se cometen en el mundo.
LA VIRGEN: Mis palabras han sido cortas pero muy
exquisitas, hijos míos. Todo el que practique el
Mandamiento del amor será recompensado.
Mi mensaje se acaba, pero mi amor, hijos míos, seguiré
derramándolo sobre vosotros.
Os bendigo, hijos míos, como el Padre os bendice, por
medio del Hijo y con el Espíritu Santo.

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MENSAJE DEL DÍA 7 DE MARZO DE 1992,
PRIMER SÁBADO DE MES
EN PRADO NUEVO DE EL ESCORIAL (MADRID)
LA VIRGEN: Hijos míos, sólo unas palabras, pero
exquisitas palabras: guardad vuestra alma, y vuestras
acciones y obras encaminadlas hacia el espíritu; y Yo
protegeré vuestras almas, hijos míos.
Acudid a este lugar, que todo el que acuda a este lugar
recibirá gracias especiales en vida y en muerte.
No os hagáis caso, hijos míos, si os dicen que cerca de
estos lugares me manifiesto, pues todo os lo he dicho,
hijos míos. Cumplid la doctrina.
Besa el suelo, hija mía, en reparación de tantos
pecados como se cometen en el mundo.
Levantad todos los objetos, todos serán bendecidos
con bendiciones especiales para moribundos y para el
día de las tinieblas.
Os bendigo, hijos míos, como el Padre os bendice, por
medio del Hijo y con el Espíritu Santo.

MENSAJE DEL DÍA 4 DE ABRIL DE 1992,


PRIMER SÁBADO DE MES
EN PRADO NUEVO DE EL ESCORIAL (MADRID)
EL SEÑOR:
Hija mía, sólo vengo a pedirte que me ames, y me
glorifiques y me hagas amar por las almas; salva
almas, hija mía. Los hombres no paran de ofender a
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Dios, y Satanás hace tiempo que ha desencadenado su
mal y lo ha extendido por todo el mundo. Por eso pido
a los hombres que todo el que pueda se retire del
mundo y viva en comunidad, pues no es fácil salvarse
en el mundo, porque el que está en el mundo vive del
mundo. Retiraos todos los que podáis con vuestra
familia y vivid en comunidad, hijos míos. Yo sellaré con
un sello especial vuestros nombres, si os entregáis a la
gloria de Dios, hijos míos.
Los hombres viven en la tiniebla. Buscad la luz, hijos
míos, y amad a Dios y glorificadle.
El Santo Padre sufre mucho, hija mía, porque muchos
de sus pastores y muchos fieles de la Iglesia se desvían
del camino del Evangelio; y ese sufrimiento lo va
agotando y acortando sus días en la tierra; porque
muchos de los sacerdotes no hacen caso al Pastor que
hay en la Cátedra de Pedro. Obedeced al
Representante de Cristo, hijos míos, que muchos de
vosotros os habéis desviado. Amad a la Iglesia;
pertenecéis a ese cuerpo místico y no os alimentáis de
su savia. Pido a todos los seglares que quieran seguir
el camino del Evangelio, que vivan en comunidades
como los primeros cristianos, que Yo, como Hijo de
Dios vivo, tengo poder para sujetar el relámpago en
mis manos y hacer que mis carros de fuego cojan a
todos mis escogidos y los transporten a este lugar, hija
mía. Mira mis carros, hija mía, y cuenta cómo son.
AMPARO: Veo grandes carros, con grandes ruedas;
van dentro de ellos hombres vestidos de león y de
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águila con grandes alas, mirando siempre hacia
adelante; se juntan unas alas con otras; bajan. Hay
millones y millones de ojos alrededor de ellos. Salen
brazos de hombres para coger a las criaturas; se
posan en la tierra con pezuña de león, llevan sobre sus
cabezas escafandras de zafiro y sobre su cuerpo
piedras de jaspe; esas ruedas se dirigen hacia los
cuatro puntos cardinales. Vienen envueltos en una
nube de luz, millones y millones se posan en la tierra,
abren sus ojos y salen sus brazos y escogen a todas
esas criaturas. (Amparo expresa gozo incontenible).
¡Ay, Dios mío, ay...! Todos están dentro, cierran sus ojos
y meten sus pezuñas, y sus ruedas se dirigen hacia el
mismo lugar. (Amparo no deja de expresar su gozo) .
Van juntos unos contra otros -sólo se ven las alas- que
viven hasta otro mundo, otro mundo distinto; hay
resplandor y belleza... ¡Ay, ay,... Se paran todos, se
vuelven a abrir los ojos, empiezan a salir todos. ¡Uy,
cuántos, y cuántos y cuántos...! ¡Ay qué belleza hay en
ese lugar! Ahí estarán hasta el día del juicio final. Hay
un gran altar; ese gran altar es muy grande, alto, muy
alto. Todos llevan libros en la mano. En medio del altar
hay un hombre con cuerpo de león y cabeza de águila.
Coge un gran libro, lo abre y explica el Evangelio tal y
como está escrito. ¡Ay, qué belleza!, ¡ay, qué belleza!
¡Ay...! Todos son transportados, todos estos carros. Se
oirán sonidos como de truenos y trompetas de gloria.
¡Ay, qué grandeza, ay, qué grandeza!
EL SEÑOR:

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Por eso os pido, hijos míos, vivid el Evangelio, que la
mayoría de la humanidad no vive el Evangelio; y no
podrán ser transportados a la tierra del Edén. ¡Y
cuántos...! Unos serán tomados y otros serán dejados;
entre padres e hijos, unos quedarán y otros serán
arrebatados.
Por eso os pido, hijos míos, que dejéis el mundo y os
dediquéis a vuestro espíritu y a vuestra alma. Cumplid
el Primer Mandamiento de la Ley de Dios que es el
Amor. Si los hombres no se aman no podrán llegar a la
tierra del Edén. Aquí sólo hay amor, sólo paz y unión.
Todos seréis marcados los que acudáis a este lugar, y
protegidos de las asechanzas del enemigo.
LA VIRGEN: Os bendigo, hijos míos, como el Padre os
bendice, por medio del Hijo y con el Espíritu Santo.
Levantad todos los objetos, todos serán bendecidos
con bendiciones especiales, para el día de las tinieblas.

MENSAJE DEL DÍA 2 DE MAYO DE 1992,


PRIMER SÁBADO DE MES
EN PRADO NUEVO DE EL ESCORIAL (MADRID)
EL SEÑOR:
Hijos míos, hago un llamamiento para toda la
Humanidad; todos aquéllos que podáis vivir en
comunidad, hijos míos, hacedlo. Reuníos en una sola
familia y vivid según mi espíritu. Yo hago un pacto con
todos vosotros de fidelidad y de amor, para todos
aquéllos que queráis vivir según el Evangelio en una
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gran familia. Os pido, hijos míos, que seáis unos
mismos y viváis como hermanos; todos seáis unos,
hijos míos, como el Padre y Yo somos Uno; así os pido,
hijos míos, que viváis todos unidos.
Es difícil, hijos míos, os repito, que podáis salvaros en el
mundo porque en el mundo vivís según vuestros
gustos y para vosotros mismos. Sin olvidar, hijos míos,
que habéis sido creados con un solo fin, cumplid el
primer mandamiento: amarás al Señor tu Dios y al
prójimo como a ti mismo. Y, para vosotros, hijos míos,
el prójimo no existe; sois vosotros mismos los que
pensáis en sí mismos.
Quiero que viváis una vida litúrgica, y para vivir esta
vida litúrgica, hijos míos, sólo tenéis que hacer una
cosa: RETIRAROS DEL MUNDO Y VIVIR COMO
AQUELLOS PRIMEROS CRISTIANOS AMANDOOS
UNOS A OTROS, SIN PENSAR EN VOSOTROS MISMOS.
Es hora, hijos míos (de) que abráis vuestros oídos; no
queráis escuchar el día de vuestro juicio: "id, malditos,
al fuego eterno que está preparado para Satanás y sus
ángeles... porque tuve hambre y no me disteis de
comer, sediento y no me disteis de beber, desnudo y
no me vestisteis, enfermo y no me visitasteis". En ese
momento, hijos míos, no escucharé los llantos, ni el
rechinar de dientes. Vivid según el Evangelio para que
oigáis las palabras de "venid, benditos de mi Padre a
gozar todos de lo que mi Padre tiene preparado para
todos aquellos que han hecho su voluntad. Hijos míos,
ya es hora (de) que viváis el Evangelio según está
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escrito; no que cojáis la parte del Evangelio según os
conviene a vosotros, hijos míos. Yo os amo y por eso os
aviso.
Derramaré muchas gracias sobre vosotros, hijos míos.
Todos aquéllos que acudáis a este lugar, seréis
bendecidos con bendiciones especiales.
Levantad todos los objetos; todos serán bendecidos,
hijos míos.
Estos objetos, hijos míos, han sido bendecidos con
bendiciones especiales para el día de las tinieblas.
Repito, hijos míos, que TODOS LOS QUE PODÁIS,
VIVÁIS EN GRANDES COMUNIDADES Y VIVÁIS
LITÚRGICAMENTE.
La paz sea con vosotros, hijos míos.

MENSAJE DEL DíA 6 DE JUNIO DE 1992,


PRIMER SÁBADO DE MES
EN PRADO NUEVO DE EL ESCORIAL (MADRID)
LA VIRGEN: Hija mía, hoy vengo con el manto lleno de
gloria. Derramaré muchas gracias sobre todos los que
han sido fieles y han acudido a este lugar. Muchos, hija
mía, empezaron bien y terminaron mal; pero mira todo
lo que tengo preparado para los que han sido fieles a
este lugar donde mis plantas se han posado, hija mía.
Te digo muchas veces que no es bueno empezar bien
y terminar mal; sino empezar, hija mía, y ser fiel hasta
el final. Yo dije que todos los que acudiesen a este lugar
serían bendecidos y marcados con una cruz en la
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frente, pero para todos aquellos que han sido fieles y
constantes, hija mía. Dije que la capilla orante saldría si
ellos eran fieles, pero buscan la mala oración sin
querer hacer la acción. Quiero capillas vivas, capillas
obrantes para llegar a las orantes. Eso te lo he repetido
muchas veces, hija mía, ¿qué es la palabra sin obras?
Hoy derramaré todas estas gracias sobre todos los
que acudan a este lugar; sobre sus almas, hija mía. Y,
sobre todo, derramaré torrentes de gracias para todos
aquéllos que son fieles a mi obra de amor y de unidad.
EL SEÑOR:
Sí, hija mía, todos los que acudan a este lugar recibirán
gracias especiales; los amamantaré como una madre
amamanta a sus hijos; los sentaré sobre mis rodillas y
bendecirán mi nombre; les enseñaré la sabiduría y
nunca jamás se les olvidará, para todos los que sean
fieles y vivan según el Evangelio, que muchos dicen
vivir el Evangelio y lo viven a medias, hija mía. Para vivir
el Evangelio tienen que seguir mis huellas y mis huellas
son de desprendimiento, de humildad, de obediencia,
de caridad. Dije que el primer mandamiento y
segundo, en él están todas las leyes, hija mía, el que
cumple esos dos primeros, cumple los ocho siguientes
(*)1
Desprendeos del mundo y de los apegos del mundo
para que vuestros corazones puedan sentir paz, hijos
míos. Os pido que, todos los que podáis viváis en

1
(*) La idea que late en este punto no es otra que la evangélica expresada por Jesús
en el Evangelio de San Mateo, capitulo 22, versículos 38 y siguientes.
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comunidad; desprendeos de vuestra herencia y
ponerla como los primeros cristianos, hijos míos; pero
no hagáis lo que Ananías y Safira. Servid a un solo
Señor de Señores. Quiero que vuestros corazones
reverdezcan como la hierba y vuestros frutos sean
dignos, hijos míos; y para esto tenéis que dejar los
apegos mundanos. Muchos dicen cumplir la doctrina
de Cristo y sólo viven para sus intereses propios. Por
eso, un día no muy lejano, muchos serán los llamados
y pocos los escogidos, porque pocos viven según el
Evangelio. Vivid como los primeros cristianos, hijos
míos; y para no tener apegos mundanos, tenéis que
retiraros del mundo y que lo de todos sea de uno y lo
de uno sea de todos.
Alabad y glorificad a Dios, hijos míos. No os glorifiquéis
a vosotros mismos. Alabad mi Nombre.
AMPARO: (Amparo extiende los brazos como lo hace
un sacerdote en las oraciones de la misa) ¡Santo, santo,
Dios de los ejércitos, lleno está el Cielo y la tierra de tu
gloria. Hosanna en el Cielo, bendito el que viene en el
nombre del Señor! Santo es el nombre de Dios... Santo
es el nombre de Dios. (Aquí Amparo se inclina hacia
adelante en actitud orante y de sumisión y deja la cara
a ras del suelo sin tocarlo... Se incorpora). Bendito,
bendito, bendito sea Dios, los ángeles cantan y alaban
a Dios.
EL SEÑOR:
¡Cuánto le gusta a mi Padre esta alabanza, hijos míos!
Alabadlo y glorificadlo. Trabajad con alegría y dad con
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alegría para que Yo pueda amaros, hijos míos. Todo
este mes derramaré gracias muy especiales para la
salvación de las almas y la protección de las familias.
LA VIRGEN: Humildad pido, y que vuestra obra sea el
nombre de unión, amor y paz. Y quiero que se extienda
por todas las partes del mundo. La paz, el amor entre
los hombres y la unidad es muy importante, hija mía.
Levantad todos los objetos; todos serán bendecidos
con unas bendiciones muy especiales para los
moribundos.
Os bendigo, hijos míos, como el Padre os bendice, por
medio del Hijo y con el Espíritu Santo. La paz sea con
vosotros, hijos míos.

MENSAJE DEL DÍA 4 DE JULIO DE 1992,


PRIMER SÁBADO DE MES
EN PRADO NUEVO DE EL ESCORIAL (MADRID)
LA VIRGEN: Hijos míos, hoy vengo con mi manto de
amor, mi manto de misericordia, para enseñaros a
refugiar a todos los necesitados dentro de vuestros
corazones. Mira, hija mía, como están dentro de él
protegidos. (Amparo está viendo muchas personas
bajo el manto de la Virgen).
Os quiero enseñar el amor, ese Mandamiento tan
importante en estos tiempos tan graves.
EL SEÑOR:
Hijos míos, os tengo a todos en mis manos para que

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estéis seguros y os tengo atados con la cadena del
amor, para que no podáis separaros de Mí, hijos míos;
por eso pido que rompáis con todos los obstáculos que
hay en la tierra, que os desprendáis de la materia para
que podáis estar junto a Mí, hijos míos. Perfeccionad
vuestras vidas para vuestro provecho, hijos míos. Os
pido que seáis fieles testigos del Evangelio, para
vuestra salvación, hijos míos. No os pido nada para Mí,
Yo no necesito nada del hombre, lo tengo todo por Mí
mismo y me valgo por Mí mismo; pero amo tanto al
hombre, porque lo hice a imagen y semejanza de Dios,
y quiero que el hombre ame con esa semejanza.
Amaos los unos a los otros, hijos míos, como Yo os he
amado. Haced buenas obras, hijos míos, para que
podáis ir a la región de los vivos. Todos aquellos que os
dediquéis a consolar a los afligidos, a dar de comer al
hambriento, de beber al sediento, de vestir al desnudo,
a todos, hijos míos, aquellos, os sacaré de esta tierra
estéril y seca y os conduciré a la nueva tierra donde
seréis regados con fuentes vivas y os conservaréis
lozanos y frescos, hijos míos. Por eso os pido, hijos
míos, que sigáis el Evangelio, para que podáis ir a la
nueva tierra donde mana leche y miel, donde está la
hermosura y la belleza. Pero si no practicáis el
Mandamiento del Amor, hijos míos, en estos tiempos
tan graves, no podré conduciros a la tierra prometida.
Y tú, hija mía, instrumento cogido por mis manos, sigue
adelante con mi obra, que nada ni nadie te angustie,
pues Yo pondré ángeles en la tierra, hija mía, para que
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traigan alimento a tus necesitados. Yo iré tocando los
corazones, uno por uno, hija mía, pero que nada ni
nadie te angustie. sé fiel instrumento a mi Obra, hija
mía. Quiero que se multiplique como las estrellas que
hay en el cielo. También hay ángeles buenos en la
tierra, que Yo los conduciré para que crezca mi Obra,
hija mía. Tocaré a sus corazones como sediento, como
hambriento, como desnudo, como enfermo, y los
ablandaré para curar mis heridas como bálsamo
suave, hija mía, porque todos aquéllos que hagan una
pequeña obra con alguno de estos hijos de la tierra, lo
harán por Mí. Por eso os pido, hijos míos, amaos los
unos a los otros y practicad el Mandamiento del Amor.
Si me amáis, hijos míos, ¿cómo Yo voy a olvidar vuestra
Obra y mía?
Pero sólo se consigue llegar aquí desprendidos de la
materia, hijos míos, y la mayor parte de los seres
humanos, su corazón lo tienen apegado al mundo y a
las cosas del mundo. Amaos, hijos míos; ése es el
Mandamiento más importante, el Mandamiento del
Amor. Amad a Dios vuestro Creador y al prójimo como
a vosotros mismos, hijos míos.
Sé firme y fuerte, hija mía, hay muchas almas
necesitadas y sólo con fortaleza y con amor se puede
llegar a ellas, hija mía. Preocúpate de mis cosas, que Yo
me ocuparé de las tuyas, hija mía.
LA VIRGEN: Levantad todos los objetos, todos serán
bendecidos con bendiciones especiales para las almas
de los moribundos, hijos míos.
23
Todos han sido bendecidos con bendiciones especiales
para la salvación de las almas.
Yo os bendigo, hijos míos, como el Padre os bendice,
por medio del Hijo y con el Espíritu Santo.
La paz os dejo, hijos míos.

MENSAJE DEL DÍA 1 DE AGOSTO DE 1992,


PRIMER SÁBADO DE MES,
EN PRADO NUEVO DE EL ESCORIAL (MADRID)
LA VIRGEN: Hija mía, aquí está vuestra Madre. Mira lo
que traigo en la mano, hija mía:
las tablas de la salvación; sin estas tablas, el hombre no
se salvará, hija mía. Mis palabras van a ser cortas, hija
mía. Yo tengo las tablas en mis manos. Mi Hijo me ha
dejado como puerta de salvación, con estas tablas, las
tablas de la ley. Sí, hijos míos, esas tablas son las tablas
del amor; ésa es la ley de Dios; sin esa ley, el hombre
no se salvará.
EL SEÑOR:
Quiero que se me reconozca como al Creador del
género humano. El hombre no me reconoce; soy un
desconocido para ellos. ¿No os da pena, hijos míos, que
las bestias irracionales reconozcan a sus dueños y
vosotros, creaturas racionales, creadas a imagen y
semejanza de Dios, no reconozcáis a vuestro dueño
absoluto? El hombre fue creado con el único fin del
amor. El hombre se desconectó de Dios por el pecado
y quedó muerto a la gracia; y la Deidad de todo un Dios
24
se juntó a la humanidad del hombre y lo injertó con su
amor, lo mismo que cuando lo había creado; pero ni
eso le afectó al hombre. Tuvo que venir el Verbo y
hacerse hombre y derramar su sangre para injertar al
hombre del amor (pausa larga) y para que hubiera
vuelto el hombre.
AMPARO: ¡Ay...!
EL SEÑOR:
Mira, hija mía, cómo todos son caídos por el pecado, y
cómo la mayoría de los hombres son levantados con la
sangre del Dios hecho hombre. Pero muchos de ellos,
ni con la sangre del Hijo de Dios hecho hombre, quieren
salvarse, hija mía... ¿Qué más puede dar todo un Dios
que, después de ser ofendido y ultrajado, dio a su
propio Hijo para salvar a la Humanidad?... Dios ama al
hombre; es el hombre el que se desconecta de Dios por
su pecado. El pecado es muerte y Dios es Dios de vivos.
El que está muerto a la gracia está desconectado de
Dios; por eso os pido, hijos míos: APLICAD BIEN LA LEY
DEL AMOR, que es la ley de la salvación, es mi única
ley.
No seáis corazones estériles. A Dios no le gusta que el
hombre viva de la palabra, sino de la obra. Amarás al
Señor tu Dios con todas tus fuerzas, con todo tu
corazón, con todo tu entendimiento, y al prójimo como
a ti mismo. Ahí está la LEY.
El hombre, cada día, se endurece más, y es peor que
las fieras; porque las fieras protegen a sus cachorros y
el hombre destruye a sus propios hijos. Cumplid con los
25
mandamientos, hijos míos; no os quedéis sólo en el
movimiento de labios. Son tiempos graves y sin amor
el hombre no se salvará. ¿Qué más quiere el hombre
que le diga? Acudid a este lugar y seréis bendecidos y
protegidos. He puesto a mi Madre como puerta de
salvación. No os dejéis engañar por falsos profetas,
hijos míos. Muchos de vosotros os dejáis arrastrar por
el fanatismo.
Amad a la Iglesia, amad al Vicario de Cristo. Mira hija
mía...
AMPARO: ¡Uy...!
EL SEÑOR:
...todos los ángeles que rodean este lugar. Dejaos, hijos
míos, sellar vuestras frentes por vuestros ángeles
custodios. Todos los que acudan a este lugar serán
sellados y bendecidos; pero apartaos de aquellos
lugares que no os enseñan a amar a la Iglesia y a
cumplir con la doctrina de Cristo.
Los tiempos son graves, hija mía, y el hombre sigue
obstinado en no reconocer a su único dueño y señor.
Dejaos injertar de mi amor, hijos míos, Yo soy el
Camino, la Verdad y la Vida. Comed mi cuerpo y bebed
mi sangre; pero comedlo y bebedlo en gracia para que
podáis tener vida eterna y gozo infinito. Pero, ¡ay de
aquéllos que comen mi cuerpo y mi sangre y están
muertos por el pecado!; ellos mismos siembran su
condenación.
LA VIRGEN: Levantad todos los objetos, todos serán

26
bendecidos con bendiciones especiales para los
moribundos.
La paz sea con vosotros, hijos míos. Os bendigo como
el Padre os bendice por medio del Hijo y con el Espíritu
Santo.

MENSAJE DEL DÍA 5 DE SEPTIEMBRE DE 1992,


PRIMER SÁBADO DE MES
EN PRADO NUEVO DE EL ESCORIAL (MADRID)
LA VIRGEN: Hijos míos, aquí está vuestra Madre,
Madre del amor. Mis mensajes son de amor porque los
tiempos son graves, hijos míos, y es necesario que el
hombre se ame para poderse salvar. Quiero poneros
un sello en vuestro corazón, de amor; por eso vengo
llena de amor y de misericordia, para derramarla
sobre todas las almas, hijos míos.
El que ama, hija mía, está en la vida; el que no ama está
muerto. Por eso pido que se formen comunidades y
que vivan todos como hermanos, porque la mayoría de
los mortales viven sin practicar la doctrina de Cristo.
Cada uno, hija mía, vive para sí mismo y se preocupa
de su hacienda, y cuando ve a su hermano que tiene
hambre o está desnudo le dice: "¡Dios te ampare,
hermano!" Viven de palabra, hija mía, pero no viven de
obra, y el que vive de palabra no puede tener a Dios.
Aquél que abre sus entrañas a los pobres y les tiende
su mano y aquel vive de Dios. Pero; ¡ah, hijos míos,
cuántos llegaréis a la puerta del cielo y seréis

27
rechazados porque en vuestro corazón no ha habido
nada más que intereses propios! Quiero que se formen
comunidades y que la raíz sea ésta, y las ramas se
extiendan por todas las partes del mundo de este árbol
de la caridad.
Quiero, hijos míos, que deis vuestras vidas y vuestra
hacienda y viváis en pobreza, entregándosela a los
pobres. ¡Qué pocos quieren vivir en pobreza, hijos
míos!, por eso muchos serán los llamados y pocos los
escogidos. Cuando lleguéis aquí, hijos míos, os
responderán: "Ya tuvisteis quien os lo dijera, hijos míos,
ahí estaba el Evangelio, ahí os lo dejó escrito Cristo".
Cuando renunciéis a todo y viváis como aquellos
primeros cristianos, viviréis en la verdad, hijos míos.
Entonces si que os podrán decir que sois imitadores de
Cristo y que vivís según el Evangelio. Pero, ay de
aquéllos que no abren las entrañas a sus hermanos y
viven como el rico avariento en la abundancia,
mientras su hermano le pide ayuda y sólo le contestan
de palabra: "¡Dios te bendiga!" La palabra está muerta
sin la obra.
Son tiempos de amor. Practicad este primer
mandamiento, hijos míos, os lo estoy repitiendo
constantemente como Madre de amor y de
misericordia. Os aviso como aquella madre buena que
avisa al hijo, porque quiere lo mejor para él, así, hijos
míos, es vuestra Madre del cielo: quiere vuestra
salvación. Vivid según el Evangelio, que muchos os dais
muchos golpes de pecho, hijos míos, pero os olvidáis de
28
las obras de misericordia.
Quiero que en este lugar se construya una obra
benéfica de pobres, hijos míos. Esta es mi respuesta a
tu pregunta, hija mía. Quiero que se haga la capilla y
quiero que se funde una casa de amor y misericordia.
Quiero que los pobres estén cerca de donde vuestra
Madre del Cielo ha puesto sus plantas virginales. Esta
es la mejor obra, ayudar al desvalido, hija mía, ayudar
al necesitado; pues los hombres tienen el corazón
puesto donde está el tesoro de la tierra que para ellos
es el dinero, el oro y las riquezas.
Vosotras, hijas mías, y todo aquel que pertenezca a
esta obra, poned el corazón en el mayor tesoro, que es
la Iglesia; allí está Cristo; amadla con todo vuestro
corazón y haced que los hombres la amen.
Dad ejemplo, hijos míos, de humildad y fortaleza, no os
acobardéis por nada.
Besa el suelo, hija mía, en reparación de tantas y
tantas ofensas como se cometen en la Sagrada
Eucaristía, hija mía.
Quiero, hija mía, que enseñes a amar a mi Hijo, y que
mi Hijo sea adorado día y noche en este lugar, cuando
se construya la capilla.
Yo hoy sellaré todos los corazones con el sello del
amor, para que los hombres se amen unos a otros y en
el mundo haya paz.
Levantad todos los objetos, todos serán bendecidos
con bendiciones especiales.
29
Todos han sido bendecidos con bendiciones especiales
para la conversión de los pobres pecadores.
Os bendigo, hijos míos, como el Padre os bendice, por
medio del Hijo y con el Espíritu Santo.

MENSAJE DEL DÍA 3 DE OCTUBRE DE 1992,


PRIMER SÁBADO DE MES
EN PRADO NUEVO DE EL ESCORIAL (MADRID)
LA VIRGEN: Hija mía, mi Corazón viene lleno de dolor
porque los hombres quieren explotar este lugar
sagrado, hija mía. Los dones que reciben de Dios,
cuando Dios se los pide, hija mía, se los rechazan y sólo
buscan intereses. ¡Ay, de estos que se llaman católicos;
qué manera de practicar la doctrina, hija mía! Lloro,
hija mía, porque los hombres son tan crueles que no
son capaces de aceptar las gracias que Dios derrama
sobre ellos. Este lugar, hija mía, es sagrado porque mis
plantas virginales han posado sus pies.
No permitáis, hijos míos, [de] que este lugar sea
explotado. Os dije, hijos míos, que querían hacer
desaparecer mi Nombre de este lugar. Ahora es el
momento de trabajar. También os dije, hijos míos, que
vosotros seréis los que tendríais que sacar esta Obra
adelante. ¡Adelante, hijos míos!, luchad para que se
haga lo que Yo digo. Quiero obras de amor y
misericordia en este lugar y una capilla en honor a mi
Nombre; que se venga de todos los puntos del mundo
a rezar y a recibir gracias. ¡Sed valientes, hijos míos!, y

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no permitáis que desaparezca mi Nombre de este
lugar.
Y vosotros, pastores de la Iglesia, haced crecer mi
Iglesia. Aquí hay gracias y semilla para que la dejéis
crecer y desarrollarse. Aprovechad estos frutos, hijos
míos, son tesoros que os pongo para beneficio de mi
Iglesia. No os engañéis vosotros mismos, hijos míos, no
rechacéis a vuestros hermanos, aceptadlos y gozad
todos del don de Dios. Aquí hay gracias, hijos míos, de
toda esta semilla que podéis recoger para
engrandecer mi Iglesia y hacerla majestuosa. Aquí
tenéis verdaderos seguidores del Evangelio. Yo planté
un árbol en este lugar; mirad los frutos, hijos míos. No
los desaprovechéis ︺acen tanto bien a mi Iglesia! No
seáis ciegos, hijos míos. Los hombres quieren hacer
desaparecer el Nombre de Cristo, y Cristo os pone en
vuestras manos tesoros de gracias y los rechazáis...
Pastores santos, reunid todo este rebaño y
encaminadlo y dirigidlo a la Iglesia. Cristo no quiere
que desaparezca el diseño de su Iglesia que dejó
imprimido en Ella; y por eso dentro de la Iglesia, hijos
míos, hay un árbitro santo que dirige con santidad y
justicia; es el representante de Cristo, hijos míos;
obedecedle. Y vosotros, pastores de mi Iglesia,
renovad vuestro espíritu y llenadlo de el Espíritu Santo
para saber discernir los frutos buenos de los malos. El
fruto de la caridad, hijos míos, es el primero que Dios
vertió sobre los hombres y que quiere que todos los
hombres viertan ese fruto sobre sus hermanos. Sabed

31
distinguir los signos de Dios. Otro signo de Dios, hijos
míos, es el signo de la obediencia; ¿estáis ciegos, hijos
míos? no [os] dejéis desaprovechar tantos y tantos
frutos aquí acumulados. Despertad los que estáis
dormidos.
Y vosotros, todos los que acudís a este lugar, os toca un
duro trabajo, hijos míos; pero he derramado gracias
suficientes para que correspondáis a ellas, hijos míos.
Ahora es vuestra hora.
EL SEÑOR:
Mira, hija mía, todos aquéllos que sólo han pensado en
intereses sin ocuparse de Dios. Los hombres se creen
que son eternos y luchan por los intereses olvidándose
de Dios.
Repito, como Hijo de Dios vivo, las palabras de mi
Madre: Quiero que este lugar sea sitio de oración y
refugio de necesitados. Tú, hija mía, ora y sufre. Con la
oración todo se puede, hijos míos.
No os dejéis engañar, hijos míos, con palabras astutas.
Quieren hacer desaparecer mi Nombre de este lugar.
AMPARO: (llorando)
¡Madre mía, Tú que lo puedes todo, Madre mía, no
permitas que este lugar sea de recreo y de pecado! Los
hombres son capaces de todo, Madre mía.
LA VIRGEN: Vosotros tenéis que trabajar, hijos míos.
Dios no quiere tantos males en la humanidad, y los
hombres los provocan, hija mía. No piensan en los
bienes celestiales; sólo están apegados a los bienes
32
materiales, hija mía.
Haced oración y sacrificios, hijos míos. Yo seguiré
derramando gracias sobre este lugar; a ver si los
hombres son capaces de derretir su corazón helado,
hija mía.
Besa el suelo, en reparación de tantos y tantos
pecados como se cometen en el mundo, hija mía. Pide
por los pastores de mi Iglesia, para que sean fuertes,
para que sean otros cristus en la tierra. Levántate, hija
mía, sella la frente.
(Amparo en éxtasis se levanta y se dirige a cuatro de
las personas presentes)
Hija mía, sé fuerte y acepta las gracias que Dios
derrama sobre ti.
Y tú, hijo mío, desde muy niño derramé gracias sobre
ti, sé fuerte. San Agustín también fue un gran pecador
y es un gran santo, hijo mío. Acepta con alegría, hijo
mío, las cruces que Cristo te pone en el camino; ése es
el cambio de tu caridad, la cruz, hijo mío.
Y tú, sé fiel, y que tu corazón no lo invadan los vicios del
mundo. Trabaja para esta Obra, hijo mío, y recibirás tu
recompensa. (Amparo vuelve al sitio que ocupaba).
He sellado vuestras frentes, hijos míos, sed fieles
testigos de Cristo.
Hoy derramaré muchas gracias sobre este lugar a
todos los que acudan. Recibirán fortaleza, pues el
hombre es débil y pobre en las cosas de Dios. Amaos
unos a otros, hijos míos, ése es el signo del cristiano.
33
Levantad todos los objetos, todos serán bendecidos
con bendiciones especiales.
Os bendigo, hijos míos, como el Padre os bendice, por
medio del Hijo y con el Espíritu Santo.
La paz os dejo.

MENSAJE DEL DÍA 7 DE NOVIEMBRE DE 1992,


PRIMER SÁBADO DE MES
EN PRADO NUEVO DE EL ESCORIAL (MADRID)
(Amparo se lleva las manos al corazón y se queja
dolorosamente)
EL SEÑOR:
El fuego de mi amor, hija mía, ha traspasado tu
corazón.
LA VIRGEN: Aquí estoy, hijos míos, como Madre de
Dolor, pero también vengo llena de amor. Gracias, hijos
míos, a todos los que habéis correspondido a esta gran
Obra. Os dije hace tiempo, hijos míos, que querían
hacer desaparecer mi Nombre de este lugar. No lo
permitáis, hijos míos. Orad y luchad para sacar mi
Obra adelante.
EL SEÑOR:
Yo soy el Hijo de Dios vivo, hijos míos. Y vengo a repetir
a los hombres: ¿cómo se disputan un lugar sagrado?
Unos para beneficio, otros para hacer desaparecer mi
Nombre y el Nombre de mi santa y pura Madre. Yo me
manifesté en este lugar e hice manifestarse a mi

34
Madre. Como dueño y corredentora, porque donde
está el Hijo, está la Madre; Ella es Corredentora
conmigo y Yo soy el Redentor. Todo me pertenece
porque todo fue creado por mis manos. ¿Cómo sois
capaces, hijos míos, de negociar tantas veces con este
lugar sagrado? ¡Ay, aquellos que os llamáis católicos
practicantes y no sois capaces de dar un pequeño
trozo de vuestra hacienda para los fines que pido, hijos
míos! ¿No sabéis que soy dueño de vuestras vidas y de
vuestra hacienda? ¿Y que os puedo dejar sin vida y sin
hacienda? ¡Ay, qué poco correspondido soy a tantas
gracias como os he dado, hijos míos! No os falta de
nada, y vuestro corazón está pendiente de atesorar y
atesorar en la tierra.
Y vosotros apóstatas que habéis renegado a vuestra fe
y no habéis querido cumplir las leyes de Dios, ¿cómo
vais a ser capaces de cumplir bien las leyes de la
tierra?, con engaño y con mentira, hijos míos, también
a muchos de vosotros. Habéis recibido gracias
suficientes para seguir mi camino y habéis apostatado
de la fe de Cristo. No sentiré dolor por vuestros males
ni oiré vuestros gritos, hijos míos, he venido a vosotros
y vosotros no me habéis correspondido. ¡Ay pueblo
ingrato, cuando os presentáis ante Mí os gritaré: fuera
de aquí que no sois de mi estirpe! ¡No pensáis nada más
que en materiales corruptos, y habéis abandonado lo
incorrupto! ¡Ay pobres de vosotros cuando os
presentéis ante mi divina mirada! Seréis rechazados
porque os he dado mucho y ¡qué mal habéis

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correspondido a ese amor! Yo pedí el corazón de
algunos de vosotros y vosotros habéis convertido
vuestros corazones en bloques de hielo y en
destrucción. No habrá excusas cuando os presentéis
ante Mí, porque habéis tenido una buena enseñanza.
¡No os habéis dejado dirigir por Dios, vuestro Creador,
y os dejáis dirigir por criaturas ciegas! ¿Que dónde os
pueden guiar esas criaturas? si un ciego nunca puede
guiar a otro ciego a la luz porque los dos carecen de
esa luz.
¡Ay dictadores de vuestras propias familias, que ni
amáis a Dios ni dejáis que ellas lo amen! ¿No os da
pena, hijos míos, de enseñar a vuestros propios hijos a
renegar de Dios? Yo di una libertad al hombre, ¿por qué
vosotros se la quitáis? Vivid mi verdadera vida y seguid
mis pasos y escuchad mi dulce voz desde la cuna de
Belén que siendo el Hijo de Dios, Rey de reyes, nací
pobremente para enseñar a los hombres que las
riquezas no son buenas para el alma.
Muchos de vosotros decís que vuestro ideal es ayudar
al pobre. Hipócritas fariseos, vivís para vosotros
mismos y construís vuestras grandes casas sin pensar
en el necesitado ni en aquél que tiene hambre y os pide
ayuda. ¡Ay de vosotros engañadores!
Este lugar me pertenece a Mí, como toda la tierra, y Yo
escojo el lugar que quiero. ¿Quién sois vosotros para
decir si aquí o allí si Yo lo he creado todo? Sois como el
pueblo de Israel, hijos míos, y seréis castigados como
el pueblo de Israel. No me compadeceré de vosotros ni
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oiré vuestros lamentos si vosotros no sois capaces de
humillaros ante vuestro Creador. Todo el que dice vivir
mi vida y no practica los mandamientos vive una vida
falsa. Y vosotros, dueños de esta hacienda, teníais que
estar dando gracias de que el mismo Dios mandó a su
Madre a posarse en este lugar y que alguno de
vosotros podíais estar siendo pasto de gusanos y
habéis recibido gracias suficientes haciendo volver a la
vida. Y todavía vuestra soberbia y vuestra avaricia.. .
¿no lo entendéis, hijos míos?, si habéis recibido gracias
suficientes para dar gracias. No discutáis más y dad a
Dios vuestro Creador lo que os pide. Vivís en la
abundancia y no os acordáis del rico Epulón. Mira
dónde se encuentra el rico Epulón, hija mía, ¿de qué le
sirvieron tantas riquezas y tanta servidumbre si su
corazón estaba endurecido y no daba ni las migajas al
pobre Lázaro?; pero mira, hija mía, el pobre Lázaro hoy
es el rico Lázaro, y el rico Epulón hoy es el pobre
Epulón. No estéis tan afanosos y penséis tanto en el
dinero, hijos míos. Yo pido vuestro corazón para poner
en él fuego de amor y para que viváis el Evangelio
según está escrito, hijos míos. Recapacitad, hijos míos,
todavía estáis a tiempo.
Y vosotros, apóstatas, es grave apostatar de vuestra fe.
No seáis dictadores y dejad a vuestros hijos libremente
que sean bautizados y vivan el camino del Evangelio.
¿Cómo renegáis de Dios si sois criaturas del Creador?
Despertad, hijos míos, Yo he venido a vosotros y
vosotros no me habéis oído. No enseñéis a vuestros

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hijos el camino de la destrucción y del engaño.
Dejadlos vivir como buenos cristianos.
Y vosotros todos los que acudís a este lugar, hijos míos,
vivid el Evangelio, ayudad a vuestros hermanos, amad
a la Iglesia, que la Iglesia es de Cristo. No os fijéis tanto
en las faltas que los guías del pueblo cometen. Pedid
por ellos, hijos míos, y mirad vuestras propias faltas,
ayudad a la Iglesia de Cristo, amad mucho al vicario
de Cristo; no tiene fuerzas para seguir luchando y
caminando. Pedid por él, hijos míos. Haced sacrificios
y penitencias y amaos unos a otros como Yo os he
amado; éste es el mandamiento principal de la ley de
Dios. El que ama no hará daño a nadie ni querrá
intereses ajenos ni los suyos propios, repartirá con los
demás lo que ha recibido.
Tú, hija mía, grita y extiende el mensaje por todo este
pueblo y grita que es como el pueblo de Israel, y como
el pueblo de Israel será castigado, porque he
derramado gracias suficientes y han cerrado los oídos.
¿Hasta cuándo quiere el hombre que Dios Creador se
humille a la criatura?
Levantad todos los objetos, todos serán bendecidos
con bendiciones especiales para los pobres pecadores.
Todos han sido bendecidos, hijos míos. Y bendigo a
todos los que acuden a este lugar con bendiciones muy
especiales.
Humíllate ante Dios tu Creador, hija mía. (Amparo, de
pie, hace una inclinación profunda). La humildad es un
don muy especial para el alma. La paz os dejo.
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MENSAJE DEL DÍA 5 DE DICIEMBRE DE 1992,
PRIMER SÁBADO DE MES
EN PRADO NUEVO DE EL ESCORIAL (MADRID)
LA VIRGEN: Besa el suelo, en reparación de esas almas
infieles que no saben apreciar el sacrificio del dolor y
del sufrimiento por su salvación. (Pausa)
EL SEÑOR:
Y vosotros, pueblos y hombres de poca fe, que vivís
dando la espalda al Evangelio, ¡qué poco entendéis de
Evangelio, hijos míos! ¿Cómo podéis pensar que el
Creador no está pendiente de sus criaturas? todo el
que es padre, ¿no está pendiente de sus hijos? ¡Qué
poco entendéis el Evangelio, hijos míos! Si hasta los
cabellos de vuestra cabeza están contados!, ¿cómo
podéis pensar que Dios Creador no puede pensar en
cada uno de vosotros? Lo he dicho muchas veces, hijos
míos, amo a cada hombre como si fuera un sólo
hombre, como aquel padre que sólo tiene un solo hijo
y se vuelca todo su cariño sobre él; así amo Yo a las
criaturas, a una por una, individualmente, como si
fuese un solo hijo. Por eso os aviso, hijos míos, porque
os amo y quiero que entendáis el Evangelio. ¿Quién
sois las criaturas, para decir que un Dios no puede
estar pendiente de una criatura?
Y vosotros, gobernantes de los pueblos, que estáis
sembrando mala semilla, engañando a los hombres,
para que haga...
AMPARO: (interrumpiendo:) ¡Ay! ¡Ay, ay Dios mío! ¡Ay,
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ese pobre hombre...!, ¡ay, qué va a ser de ese pobre
hombre! ¡Ay, ay... Ay!
EL SEÑOR:
Te he dicho muchas veces que no estoy triste, hija mía,
por el que no me conoce, sino por aquél que me conoce
y me desprecia; por aquél que teniendo fe, renuncia a
su fe haciéndose apóstata.
AMPARO: Pero yo te pido por ellos, ¡perdónalos, Señor!
Mándame a mí el sufrimiento que quieras, pero
perdónalos.
EL SEÑOR:
¿Cómo podéis guiar a los hombres sin Dios, hijos míos,
si el hombre no es nada sin Dios? El hombre necesita a
Dios para gobernar y para vivir, ¿cómo podéis
gobernar un pueblo si estáis secos y en tinieblas? Una
planta para que crezca necesita luz y agua. ¿Qué
semilla vais a recoger vosotros en esa oscuridad que
vivís? ¡Y ay de vosotros que arrastráis a miles y miles
de almas con vuestras mentiras y engaños, hijos míos!
Sólo vosotros, aquellos que no tenéis fe, aquellos que
renunciáis de Cristo, podéis hablar palabras tan
crudas contra el mismo Cristo. Ya lo dije, hija mía, hace
tiempo, que hablarían contra Cristo cosas tan horribles
que hasta los mismos que se llaman creyentes
dudarían de la verdad. ¿Como se atreven los hombres
a ultrajar la Divinidad y la pureza de todo un Dios?; así
son los hombres de crueles, hija mía, a cambio de la
Sangre de Cristo, recibe ultrajes.

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Cambiad vuestra actitud, hijos míos, y gobernad con
Dios, y de ahí vuestro pueblo crecerá, se agrandará y
participará un día del Paraíso. Pero no engañéis con
mentiras, diciendo que vais a ayudar a los pobres y
necesitados. ¿Cómo podéis hablar de esta forma, hijos
míos, si en vuestros corazones existe la maldad no
puede existir la caridad y el amor? os amáis a vosotros
mismos y os lucráis vosotros mismos, pero no
beneficiáis a los necesitados, hijos míos. Todavía estáis
a tiempo; mirad a Dios, vuestro Creador, hijos míos.
Y vosotros, aquellos sacerdotes y almas consagradas
que pisoteáis las Leyes de Dios, venid a Mí, hijos míos,
que Yo os recibiré y os llenaré de gracias para que
podáis ejercer vuestro ministerio como pastores de
almas. Volved vuestra mirada a Dios, hijos míos.
Y todos los que os llamáis católicos, apostólicos,
practicantes, ayudaos unos a otros y defended
vuestra Iglesia, hijos míos. Los hombres que están
llenos de tinieblas quieren hacer desaparecer el
Nombre de Dios y todo lo que es religioso. Uníos todos,
hijos míos, y defended la Iglesia. Y defended a todos
los componentes de Ella, porque la fuerza.
AMPARO: Ay, Dios mío.
EL SEÑOR:
La fuerza está en Dios. Mira, hija mía, los que se
fortalecen con la gracia y los que viven en la tiniebla.
AMPARO: ¡Ay, ay, ay... ay...!
EL SEÑOR:
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¡Pobres almas! Yo hago una llamada a todos los
pueblos, como Dios de amor y misericordia, para que
se conviertan y vivan el Evangelio.
Vivid según el Evangelio, hijos míos. Fijaos en Cristo que
se despojó de su rango y se hizo pobre para ayudar al
pobre. Amad a los necesitados y favorecedlos, hijos
míos. Y que se extienda por todas las partes del mundo
vuestra mano para ayudar a todo aquel que os
necesite. Ese es el amor, ése es el fruto que sale del
costado de Cristo, la caridad. Muchos os llamáis
católicos practicantes, pero no sois capaces de
compartir con el pobre; ¡cómo despreciáis al pobre y al
desvalido! ¡Malos hijos de Dios sois, hijos míos! si no
extendéis la mano a aquel que os necesita, porque ya
lo digo en mi Evangelio: No todo el que dice, Señor,
Señor, entrará en el Reino de los Cielos. Y ¿qué es la
palabra sin la obra? Está muerta. Amaos unos a otros,
hijos míos, y luchad todos para que mi Obra salga
adelante. Y repito que quiero en este lugar una casa de
amor y misericordia y una capilla en honor al Nombre
de la Madre Dolorosa. Ella fue corredentora con Cristo
para salvar a la humanidad. Veneradla, hijos míos, no
la despreciéis; el que desprecia a la Madre desprecia al
Hijo.
Todos seréis bendecidos con bendiciones especiales,
para vuestra pobre alma. Y todo el que cumpla con la
Ley de mi Evangelio tendrá vida eterna.
LA VIRGEN: Levantad todos los objetos, todos serán
bendecidos con bendiciones muy especiales para el
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día de las tinieblas.
Todos han sido bendecidos, hijos míos.

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Mensajes tomados de
http://pradonuevo.tripod.com/

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