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Escuela Universitaria de Enfermería Gimbernat

Trabajo final de Grado

Curso académico 2016-2017

Análisis del impacto emocional del uso de la


contención mecánica en profesionales de
Enfermería: revisión bibliográfica

Autora: Houda Hajoui Ratali

Tutor: Javier Montes Hidalgo

Sant Cugat del Vallès, data 19/05/2017


Análisis del impacto emocional del uso de la contención mecánica en profesionales de
Enfermería: revisión bibliográfica

ESCOLES UNIVERSITÀRIES GIMBERNAT


GRAU D´INFERMERIA

PRESENTACIÓ TREBALL FINAL DE GRAU

Nom i Cognoms autor/a: Houda Hajoui

Títol treball: Análisis del impacto emocional del uso de la contención mecànica en
profesionales de enfermería: revisión bibliográfica

Nom i cognoms tutor/a: Fco Javier Montes Hidalgo


Autoritzo a que aquest sigui presentat el proper mes de : Juny

(signatura)

Sant Cugat del Vallès, 22 de maig del 2017

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Análisis del impacto emocional del uso de la contención mecánica en profesionales de
Enfermería: revisión bibliográfica

ABREVIATURAS

OMS: Organización Mundial de la Salud

DSM: Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders

APA: American Psychiatric Association

SM: Salud Mental

CM: Contención Mecánica

CE: Constitución Española

SNC: Sistema Nervioso Central

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Análisis del impacto emocional del uso de la contención mecánica en profesionales de
Enfermería: revisión bibliográfica

ÍNDICE

ABSTRACT ..................................................................................................................... 7

1. INTRODUCCIÓN .................................................................................................... 8

1.1.Clasificación de los Trastornos Mentales: ........................................................... 8

1.1.1.Prevalencias de Enfermedades Mentales:.................................................. 10

1.2. Marco Histórico: ............................................................................................... 11

1.3. El uso de la contención mecánica: .................................................................... 13

1.4. Marco Legal:.................................................................................................... 16

1.5. Medidas Restrictivas: ........................................................................................ 19

1.5.1. Contención Mecánica: ................................................................................ 19

1.5.1.1. Indicaciones de la CM: .......................................................................... 20

1.5.1.2. Pacientes susceptibles a la CM: ............................................................ 21

1.5.1.3.Proceso de Contención: ........................................................................ 23

1.5.1.4. Precauciones y Complicaciones de la Sujeción Mecánica: ................... 27

1.5.1.5. Ingreso Voluntario e Involuntario: ....................................................... 30

1.5.1.6. Abordajes alternativos a la CM: ............................................................... 32

1.5.2. Aislamiento terapéutico: .............................................................................. 34

1.5.3. Observación/permanencia en sala de hospitalización: ................................ 35

1.5.4. Tratamiento médico forzoso: ....................................................................... 35

1.5.5. Restricción de la comunicación con el exterior: ........................................... 36

1.6. Justificación: ........................................................................................................ 37

2. Metodología:............................................................................................................. 38

3. Desarrollo: ................................................................................................................ 39

4. Conclusión: ............................................................................................................... 53

6.1. Limitaciones: ....................................................................................................... 54

6.2. Implicaciones para la práctica: ............................................................................ 55

5. BIBLIOGRAFÍA: ..................................................................................................... 57

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Análisis del impacto emocional del uso de la contención mecánica en profesionales de
Enfermería: revisión bibliográfica

6. ANEXOS: ................................................................................................................. 60

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Análisis del impacto emocional del uso de la contención mecánica en profesionales de
Enfermería: revisión bibliográfica

RESUMEN

Actualmente, existen determinados momentos en los trastornos mentales graves y no


tan graves, así como en situaciones de riesgo de caídas, lesiones, etc. que generan una
obligación ético-legal, sobre el profesional sanitario, de hacer uso de todos aquellos
medios terapéuticos que se encuentran disponibles, incluso llevar a cabo intervenciones
que restringen la autonomía y la libertad del paciente mental, como es la contención
mecánica. El uso de esta medida por parte del personal de enfermería, provoca un
impacto no únicamente a nivel físico, sino también emocional.

Por ello, el objetivo de investigación de este estudio es conocer cómo afecta el uso de la
contención mecánica a nivel emocional sobre el profesional de Enfermería. Por otro
lado, se analiza el conocimiento que posee el personal acerca del uso de la medida, ya
que puede suponer un factor causante o agravante de las sensaciones negativas que
genera el manejo de la restricción física. La metodología utilizada fue de revisión
bibliográfica.

El uso de la contención mecánica genera un impacto negativo a nivel emocional, sobre


los enfermeros/as de las unidades de salud mental y de geriatría. Los profesionales
sienten miedo, pena, compasión, culpa, angustia y miedo de abusar de los derechos de
los pacientes. Llevar a cabo una contención puede ser angustioso y puede causar
ansiedad en el personal, así como también, ira tristeza, preocupación, frustración, shock,
etc. La contención mecánica es una medida en la cual los enfermeros/as se sienten
incómodos y, además, la perciben como una necesidad para la que no hay alternativa.

Por otro lado, se han encontrado que muchas de las contenciones se han llevado a cabo
incorrectamente y varios de los profesionales, tanto enfermeros/as como auxiliares,
desconocían las indicaciones y la técnica. Este desconocimiento puede generar una
experiencia traumática y lesiva, tanto para el profesional como para el paciente. Por lo
tanto, el conocimiento es un factor fundamental en una contención mecánica, ya que
una mala praxis genera mayor angustia en el personal enfermero.

Palabras claves: contención mecánica/restricción física, emociones, actitud,


enfermería.

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ABSTRACT

Currently there are certain times in serious and not so serious mental disorders, as well
as situations of risk of falls, injuries, etc. That generate an ethical-legal obligation, on
the health professional, to make use of all those therapeutic means that are available,
even to carry out interventions that restrict the autonomy and freedom of the mental
patient, such as mechanical containment. The use of this measure by the nursing staff,
has an impact not only on a physical level, but also an emotional one.

Therefore, the research objective of this study is to know how affects the use of
mechanical containment at emotional level on the nursing professional. On the other
hand, it analyzes the knowledge that the personnel has about the use of the measure,
since it can be a cause or aggravating factor of the negative sensations generated by the
management of physical restraint. The methodology used was a bibliographical review.

The use of mechanical containment generates a negative emotional impact, on the


nurses of the units of mental health and of geriatrics. Professionals feel fear, grief,
compassion, guilt, anguish and fear of abusing the rights of patients. Carrying out a
restraint can be distressing and can cause anxiety in the staff, as well as anger, sadness,
worry, frustration, shock, etc. Mechanical containment is a measure in which nurses feel
uncomfortable and also perceive it as a necessity for which there is no alternative.

On the other hand, it has been found that many of the containments have been carried
out incorrectly and several of the professionals, both nurses and auxiliaries, were
unaware of the indications and technique. This ignorance can generate a traumatic and
harmful experience for both the professional and the patient. Therefore, knowledge is a
fundamental factor in a mechanical containment, since a bad praxis generates greater
anguish in the nursing staff.

Keywords: mechanical restraint / physical restraint, emotions, attitude, nursing.

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1. INTRODUCCIÓN

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), “la salud mental se define
como un estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias
capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar de forma
productiva y fructífera y es capaz de hacer una contribución a su comunidad”(1).
Siguiendo en el desarrollo de la definición, cabe destacar, que la salud mental engloba
diversas actividades vinculadas a la promoción del bienestar, la prevención de trastornos
mentales y el tratamiento y rehabilitación de las personas afectadas por estos trastornos
(1).

La salud mental (SM) es la base para lograr el bienestar y el funcionamiento efectivo de


una persona o comunidad. Ésta no se trata únicamente de la ausencia de enfermedad,
puesto que las condiciones y capacidades mencionadas anteriormente en la definición,
muestran un valor por sí mismas. La SM y las enfermedades mentales están
determinados por la interacción de diversos factores sociales, psicológicos y biológicos.
El riesgo de las enfermedades mentales en el mundo desarrollado y en vías de
desarrollo, están asociadas con indicadores de pobreza, bajo nivel de educación, malas
condiciones habitacionales y bajos ingresos (2).

Dentro del campo de la SM, podemos destacar el término de Trastorno Mental del cual
no tenemos una definición concreta que especifique correctamente los límites del
concepto. Es decir, no se encuentra una explicación sólida que abarque todas las
posibilidades. Al igual que sucede con otros conceptos en medicina y en la ciencia. A
pesar de la carencia que se refleja en el término de trastorno mental, este viene definido
por diversos conceptos, tales como malestar, descontrol, limitación, incapacidad,
inflexibilidad, irracionalidad, etc. que han resultado apropiados como indicadores en un
tipo de trastorno mental, pero ninguno engloba de forma general al concepto de
trastorno mental (3).

1.1.Clasificación de los Trastornos Mentales:

Según la quinta edición del Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders
(DSM-5) (4), el concepto de trastorno mental abarca 19 clases distintas como son los
trastornos de personalidad, los trastornos de ánimo, los trastornos neuróticos, los
trastornos psicóticos, los trastornos por consumo de sustancias tóxicas, entre otros.

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El DSM es un manual que determina unos criterios de diagnósticos concretos y


explícitos con el fin de facilitar la evaluación de la sintomatología de manera objetiva,
potenciando así la fiabilidad de estos. Esta quinta edición proporciona un sistema de
diagnóstico que permite llegar a diversos ámbitos como la psiquiatría, psicología,
enfermería, contextos forenses, trabajo social, etc. El alcance que permite dicho sistema
puede darse independientemente de la orientación teórica de estos. Otro elemento a
destacar del manual es la incorporación de información reciente junto con los criterios
de diagnóstico, siendo de gran utilidad para los investigadores (por ejemplo:
características clínicas del trastorno, datos epidemiológicos, factores de vulnerabilidad,
sintomatología asociada a la edad, etc.) (4).

A lo largo de los años, el DSM se ha sometido a diversas revisiones en las cuales se han
ido produciendo cambios importantes en cuanto a la clasificación y a los conceptos. En
el 1952 la American Psychiatric Association (APA) publicó la primera edición del
manual DSM-I. La peculiaridad de esta primera edición residía, por un lado, en la
definición que se le otorgaba a los trastornos mentales, entendiendo a tales como
reacciones de la propia personalidad frente a los factores psicosociales y su influencia
por las teorías psicoanalíticas y las teorías de Adolf Meyer. Por otro lado, el DSM-I
incluía únicamente tres grandes grupos de trastornos: la psicosis orgánica como son las
“reacciones esquizofrénicas”, las neurosis psicógenas como la ansiedad y la depresión y
los trastornos de carácter, como los trastornos de personalidad y las adicciones (4).

En cuanto al DSM-II que publicó APA en el 1968, mostraba un aumento en el número


de trastornos mentales respecto a la primera edición. Así pues, tanto el DSM-I como el
DSM-II no proporcionaban fiabilidad de cara a los diagnósticos, ya que se apoyaban en
las descripciones y en las causas de los trastornos, omitiendo la necesidad de establecer
criterios que indicaran los límites de cada trastorno a la hora de diagnosticar. A pesar de
ello, este hecho no suponía una preocupación para los psiquiatras partidarios del
psicoanálisis, puesto que se enfocaban en un modelo dimensional de la psicopatología,
donde la sintomatología carecía de relevancia a la hora de establecer un diagnóstico y la
falta de adaptación de la persona a los problemas vitales era el mayor papel que se le
otorgaba (4).

Seguidamente se publicó el DSM-III en el 1980, éste supuso un gran giro en cuanto a la


clasificación de los trastornos. Esta edición establece un nuevo enfoque, el de

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Kraepelin, el cual mencionaba la importancia de especificar rigurosamente y de definir


bien los criterios para el diagnóstico de cada trastorno mental. Una característica
fundamental del DSM-III es su imparcialidad respecto a las posibles causas o teorías
etiológicas acerca de los trastornos mentales. De este modo se facilito su uso por parte
de clínicos de cualquier orientación (por ejemplo: psicológica o médica). A diferencia
de las anteriores ediciones, este mismo, se fundamenta en un modelo biomédico donde
la clasificación de los trastornos se basa en la sintomatología, dejando de lado el
paradigma psicosocial (4).

Los cambios para mejorar el manual continuaron y en el 1994 APA volvió a publicar
una nueva edición del manual, el DSM-IV. En el DSM-IV aumenta el número de
trastornos mentales mejorando así los criterios y las descripciones de las distintas clases
de diagnósticos, siendo más claras y concretas respecto al DSM-III. Así mismo se
permitía incluir información adicional, al igual que la anterior edición, pero en este caso
esta, resulta más amplia, detallada y consistente. En cuanto a la clasificación de dichos
trastornos, en este, se mantiene el mismo modelo que el DSM-III. A pesar de esta
progresión, el manual carecía de limitaciones en las distintas categorías. Así pues, se
aceptó la necesidad de establecer un sistema dimensional en la clasificación de los
trastornos mentales. Dicho sistema permite clasificar las manifestaciones clínicas
basándose en la clasificación de rasgos en vez de establecer distintas categorías (4).

Teniendo en cuenta las ediciones que se han ido publicando y mejorando hasta el actual
DSM-V publicado en el 2013, cabe destacar que independientemente del modelo que se
utilize en la clasificación de las distintas categorías de trastornos mentales, no existen
límites exactos entre diversos trastornos. Otra debilidad que se observa en el sistema
categorial, es el incremento de trastornos diagnosticados a partir del DSM-V como
“trastorno no específico”. Otro conflicto que se observa al margen del modelo de
clasificación utilizado, es la ausencia de límites dentro de cada trastorno. Por ejemplo,
una persona no puede ser diagnosticada simplemente como “ansioso/a” o “no ansioso/a”
puesto que, existen distintos grados de ansiedad. Por ello, el DSM ha aumentado el
número de trastornos, utilizando los subtipos y los especificadores. De este modo se
pretende disminuir los problemas vinculados con los límites (4).

1.1.1. Prevalencias de Enfermedades Mentales:

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Actualmente, según la OMS se estima que a nivel mundial 450 millones de individuos
sufren un trastorno mental causándoles así, sufrimiento e incapacidad. Así pues,
alrededor de 121 a 150 millones de ellos padecen depresión; entre 70 y 90 millones
sufren trastornos ocasionados por el abuso de alcohol y/o distintas drogas; de 24 a 25
millones sufren de esquizofrenia y 37 millones tienen demencia. Sin perder de vista, que
un millón de ellas se suicidan cada año y entre 10 y 20 millones lo intentan. Otro
aspecto a destacar según las estadísticas publicadas en el año 2001 por la propia OMS,
es que uno, de cada 4 personas se verá afectada por algún tipo de trastorno mental en su
vida (5).

Respecto a Cataluña, la prevalencia de riesgo de padecer un trastorno mental en adultos


mayores de 14 años en el año 2014 es del 8.5%, del cual 6.5% en hombres y el 10.5%
en mujeres (6).

1.2.Marco Histórico:

Como bien se puede evidenciar en los antiguos escritos griegos y egipcios, las
enfermedades mentales siempre han estado presentes, manifestadas por sintomatología
que a día de hoy son consideradas como enfermedades mentales. Pero esta concepción
no se visualizaba de tal modo, ya que en aquella época el origen tanto de las
enfermedades mentales como las físicas eran atribuidas a espíritus demoniacos o a otras
génesis de carácter mágico-religioso (7).

Durante la Edad Media la explicación al origen de una enfermedad mental residía, como
bien se ha mencionado anteriormente, en ideas teológicas y en explicaciones mágico-
religiosas que se establecían. Esta perspectiva que predominaba en aquella época
conllevaba al encierro, e incluso en algunos casos, a la hoguera. No fue hasta el siglo
XVII que se empezó a inclinar la balanza hacia aquellos que padecían una enfermedad
mental, desarrollando así, la tendencia a protegerlos y ampararlos bajo asilos u
hospitales (7).

Previamente, estos enfermos considerados como “locos” podían por un lado, ser
atendidos, alimentados y cuidados por sus parientes sin aspirar a una mejoría y/o
llevados en peregrinación en busca de un milagro. Por otro lado, eran dejados en los
establos junto a los animales, encerrados en áticos donde se les echaba únicamente
comida, recluidos también en celdas de agitación de los centros de hospitalización,

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lanzados en los calabozos injustamente, entregados a los marineros para que estos los
llevarán lo más lejos posible, hacia un destino inseguro o sino, podían acabar
vagabundeando en las calles. Por estos destinos a los cuales estaban condenados estas
personas, se percibió como signo de una civilización ilustrada y progresista la aparición
de los manicomios, puesto que se había dejado de ignorar a estos ciudadanos enfermos.
Pues bien, la fundación de los primeros hospitales estaba sustentada en los valores
cristianos de la caridad y la misericordia, así como también por la creencia de que
amparando a estas personas pobres y desvalidas, los ricos podían salvar su alma, idea
que era animada por los mismos que sustentaban los valores de dicha fundación (8).

En cuanto al perfil de pacientes que eran admitidos en estos centros, podían ser por un
lado, procedentes de otros hospitales por razones de salud mental o no, por otro lado,
pertenecían a grupos de conducta desviada que eran enviados por la Inquisición. En
otros casos eran enviados desde las cárceles por haber delinquido y otros eran
individuos que vagaban por las calles causando destrozos, atentando contra el resto de
individuos, generaban escándalos o trasgredían el orden moral (8).

Junto a esta visión que predominaba en aquella época, es normal esperar que la
terapéutica de la “locura” a la cual recurría la Iglesia fuera la de los exorcismos para
alejar a los demonios, a la medicina empírica de curanderos y hechiceros recurriendo a
las hierbas medicinales, así como también, a los encantamientos y las prácticas
supersticiosas. Por parte de los médicos, estos recurrían a las dietas estrictas, a las
duchas de agua fría en la cabeza y a las temidas sanguijuelas (8).

Bajo este abanico de intervenciones, entre finales del siglo XVIII y principios del siglo
XIX aparecieron en Francia, Inglaterra e Italia los denominados alienistas, quienes
creían en la esperanza de que a partir de un aislamiento pudieran reintegrar en la
sociedad a los enfermos mentales. Así pues, concibieron como indicación el
Tratamiento Moral basado en una relación médico-paciente, en la cual se establecía un
dialogo con el resto de la razón que no estuviese perturbada y reconducir su voluntad
mediante algunas rutinas diarias, creyendo innecesario el uso de la fuerza y asentar un
régimen de aislamiento al que se creía capaz de cura por sí mismo. El Tratamiento
Moral sirvió para legalizar la naciente psiquiatría y descalificar las prácticas médicas y
no médicas que habían estado destinadas al tratamiento de la locura durante siglos (8).

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Por lo tanto, se desencadena una reacción frente al enfoque que se le daba a las
enfermedades mentales, generando un cambio en el pensamiento respecto a las causas
que determinaban estas. Si antes se pensaba que la aparición de las enfermedades
mentales era por causas divinas y que las personas que la padecían eran consideradas
endemoniadas, pecadoras y criminales, aislándolas de la sociedad por esta misma razón,
con el Tratamiento Moral se comienza a visualizar otras posibles causas alejadas de
razones teológicas, produciéndose así un cambio de enfoque en la manera en que se
miraba a esos enfermos.

Con este avance se dio paso a la aparición del manicomio, rompiendo con la tradición
del asilo y la custodia donde se mezclaban razones caritativas, médicas y de defensa
social y hacer de esta, una institución terapéutica dirigida por médicos siendo clave la
reclusión o el aislamiento del enfermo del exterior, quedando alejado de las personas,
hechos o pasiones que pudieran haber originado su locura (8).

1.3.El uso de la contención mecánica:

El uso de la restricción de movimientos ha estado siempre presente en los cuidados a la


personas con problemas. En la SM se ha utilizado esta medida con distintos fines como:
la tortura de delincuentes, criminales, suicidas, presos de guerra, así como también, en
personas psicóticas, etc. Como se ha venido diciendo, se creía que estos sujetos estaban
embrujados o poseídos. Por ello, eran condenados a la hoguera o en el mejor de los
casos, encadenados con grilletes en el cuello o en los tobillos y cadenas en las manos,
sentenciados a pasar el resto de su vida de forma miserable. Los agitados o violentos
eran desnudados y encerrados en pequeñas cámaras como “sarcófagos” o inmovilizados
del cuello y de los brazos a partir de dos bigas que quedaban aseguradas con un
candado. También, se diseñó una silla que pretendía tranquilizar al paciente a partir de
la inmovilización prácticamente de todas las partes del cuerpo, incluso la cabeza. En
este caso, se creía que cuanto más fuerte era la sujeción mejor resultado obtenían (9).

Ante esta tendencia en el 1800 aparecen dos figuras importantes en la historia de la


psiquiatría, como son Philippe Pinel en Francia y Benjamin Rush en EE.UU. Estos dos
personajes demostraron que el encierro forzoso y las ataduras con cadenas y grilletes en
los manicomios, donde las condiciones eran nefastas al igual que en el resto de
manicomios de toda Europa, no hacían más que empeorar la enfermedad mental. No
fue hasta el siglo pasado que se comenzó a contener de forma temporal mediante

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camisas de fuerza y bozales o aislados en habitaciones acolchadas, gracias a la


introducción de los antipsicóticos y sedantes (9).

Philippe Pinel (médico Psiquiatra) fue Director del Hospital de la Salpetrière, en Paris,
donde llevo a cabo reformas importantes en el trato de los enfermos mentales,
convencido de que el manejo de estos sujetos resultaría más fácil si el trato fuera
amable. Además, introdujo los principios liberales en la administración y organización
de los hospitales y por primera vez, la institución se convirtió en un espacio terapéutico
donde ayudar a estos enfermos (9).

En cuanto a Benjamin Rush, en EE.UU, introdujo el Tratamiento Moral percibiendo la


importancia en la relación médico-paciente para producir ciertas curas. Además incitó a
los profesionales médicos para que se dieran cuenta de su posición social de autoridad.
Así como también, percibió que los problemas psicológicos y sociales eran la causa de
algunas enfermedades emocionales. Con este último aspecto vemos como se da un paso
adelante en cuanto a la etiología de las enfermedades mentales. Benjamin Rush al igual
que Philippe Pinel, aconsejaba un trato amable con los sujetos, en especial con los
deprimidos. Así como también, firmeza con los maniacos, acciones para llamar la
atención a los inhibidos y amenazas con autoridad en ciertos casos, para generar miedo
y modificar conductas como la hostilidad, la agresividad, la violencia, la conducta
antisocial, etc (9).

Siguiendo en la misma línea histórica, a finales del siglo XIX y comienzos del XX se
establece la necesidad de crear hospitales mentales y/o psiquiátricos, dando lugar a la
aparición de la Enfermería Psiquiátrica. Una especialidad de las ciencias de la salud y
antropológicas, capaz de estudiar y analizar tanto las causas biológicas de la enfermedad
mental, en sus diversas formas, como las motivaciones psicológicas, psicodinámicas y
socioculturales de la enfermedad, mediante los cuidados y la atención necesaria (7).

Referente a la evolución de las instituciones psiquiátricas, no fue hasta principios del


año 1800 que los enfermos mentales comenzaron a abandonar aquellos lugares
erróneos, como prisiones para criminales y delincuentes y pasan a los Manicomios.
Posteriormente a la inserción de ciertos neurolépticos como la Clorpromazina (1952) y
el Haloperidol (1961), los grandes Manicomios en los cuales se residía de por vida,
comienzan a desaparecer y a ser remplazados por Hospitales Psiquiátricos de Estancias
Cortas para pacientes agudos y las CM empiezan a reducirse debido a la eficacia de los

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antipsicóticos, en corto tiempo, para calmar la agitación o violencia del paciente. Con
la introducción de los Psicofármacos, a lo largo de la historia, estos han resultado
exitosos respecto a la modificación de una conducta psicótica, psicopatológica y
desadaptativa de los enfermos mentales, siendo estos responsables también de un
cambio en el uso de las técnicas de contención. Es decir, estas contenciones que al
inicio eran dolorosas e hirientes representando así una tortura, fueron desapareciéndose
y sustituidas por CM transitorias y terapéuticas, mientras que las medidas medico-
psiquiátricas con sedantes y antipsicóticos surtían su efecto (9).

Actualmente, las unidades de SM de los hospitales son dispositivos especializados en la


atención a las necesidades de hospitalización en salud mental. En estos se desarrollan
programas basados fundamentalmente en el control de situaciones de crisis que hacen
imposible la permanencia de estos sujetos en la comunidad. Lo que implica la
implantación de criterios restrictivos del número y duración de la hospitalización,
puesto que se trata de prestar atención a cualquier tipo de paciente, independientemente
de que sea agudo o crónico (este último sería atendido por otros dispositivos) que se
encuentre en situación de crisis.

Estas Instituciones cuentan con un equipo de Psiquiatras, Psicólogos, Enfermeros/as,


Auxiliares de Enfermería y Celadores y con un espacio que facilita el ambiente
terapéutico en caso de situaciones de crisis, con un número de camas limitadas entre 15
y 30. Las unidades de hospitalización presentan una serie de características así como
también, ciertas funciones como son (10):

 Atender, en régimen de hospitalización, la demanda derivada de los Equipos de


SMde los Distritos correspondientes y/o de los Servicios de Urgencias del
Hospital.
 Atender en régimen de inter-consulta la demanda procedente de otros servicios.
 Participar en el diseño y colaborar en el desarrollo de programas de atención en
la comunidad y el Hospital de pacientes con alto riesgo de hospitalización
psiquiátrica.
 Desarrollar actividades de manera continuada e investigación en Salud Mental.

En cuanto a las características que deben presentar las unidades, hablamos de las
siguientes:
 Unidades de corta estancia (inferior a 30 días).

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 Dedicarse a enfermos que se encuentran en situación aguda y no pueden ser


atendidos en el ambulatorio sino en un hospital que aporte beneficios
terapéuticos mayores.
 Deben de estar coordinadas con el resto de recursos de SM y asistencia
psiquiátrica.
 Personal multidisciplinario formado por Psiquiatras, Psicólogos, Enfermeros/as,
Auxiliare de Enfermería, Celadores, Terapeutas ocupacionales, Monitores, etc.
 Estar sometidos al resto de normativas de aspecto general del hospital es decir,
diferentes servicios generales) (10).
1.4. Marco Legal:
A finales del siglo XX observamos como el concepto de libertad adquiere el carácter de
un derecho fundamental, que empieza a plasmarse en los textos constitucionales de
todos los países entre los cuales se haya España, donde a través de la CE atribuye un
valor superior y una protección a la libertad física de la persona. El precedente de la
libertad individual se haya por primera vez en la ley General de Sanidad de 1986. En la
citada ley la libertad del individuo radica en el previo consentimiento frente a las
posibilidades terapéuticas, excepto cuando el individuo no se halle capacitado a la hora
de tomar decisiones y/o en caso de urgencia (11).

“la libre elección del enfermo entre distintas opciones terapéuticas previo
consentimiento informado, salvo en casos en que la persona no se encuentre capacitada
para tomar decisiones o por razones de urgencia” (11).

Actualmente, los derechos de información relativos a la salud, la autonomía del paciente


en la toma de decisiones que le conciernen, así como la documentación clínica, quedan
recogidos tanto en la Ley Catalana 21/2000 del 29 de Diciembre como en la Ley
41/2002 básica estatal de 14 de Noviembre. En ambas normativas manifiestan la
relevancia que tienen los derechos de los pacientes como sustento básico de la relación
clínico-asistencial. En los preceptos mencionados destacan los siguientes derechos que
tienen los pacientes (11):

 El derecho a la dignidad, a la intimidad y al respeto a la autonomía de su


voluntad, tres derechos básicos que refuerzan el vínculo con el sistema sanitario
y sus profesionales.

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 Como ya se ha señalado previamente, un derecho de gran relevancia es el previo


consentimiento del usuario.
 El derecho del usuario a decidir libremente, sin ser obligado o influenciado.
 El derecho a rechazar el tratamiento, excepto en los casos que determina la ley.
 La obligación del profesional en llevar a cabo una correcta práctica en las
técnicas correspondientes, en el cumplimento de sus deberes en cuanto a la
información y el respeto a cualquier decisión tomada libremente por el paciente.
 Toda persona con acceso a información y/o documentación clínica, deben
guardar el debido sigilo profesional (11).

Ahora bien, habiendo observado cómo y de qué manera quedan recogidos los derechos
de los pacientes en los textos legales, esa libertad que predomina en toda actuación
clínico-asistencial y que parece ser todo eje fundamental del individuo, resulta
contradictorio, pues en pleno siglo XXI hablar de medidas restrictivas en el ámbito de la
atención sanitaria, concretamente en la psiquiatría, nos hace plantearnos ¿Qué es lo que
nos hace diferentes para que se empleen medidas restrictivas dentro del ámbito
asistencial, dejando de lado la libertad como Derecho Fundamental?

En primer lugar, hay que mencionar que la ley no hace diferenciación ninguna entre las
distintas especialidades dentro de la atención sanitaria, lo que implica que todos los
derechos mencionados anteriormente (respeto a la autonomía, el derecho a decidir
libremente, el respeto a la dignidad e intimidad, etc.) son de obligado cumplimiento en
toda atención sanitaria. Estos principios éticos son respetados en la atención sanitaria
general. Sin embargo, en la atención psiquiátrica se pone en entre dicho esa autonomía
del paciente. Esta diferencia se debe claramente a la unión entre dos conceptos como lo
son la autonomía y la capacidad, denominados también como “binomio inseparable”. Es
decir, la libre elección, queda suprimida en situaciones de urgencia y en el momento en
que el individuo no se encuentra capacitado para la toma de decisiones (11).

En segundo lugar, cuando decimos que se pierde la autonomía porque la persona no se


encuentra capacitada en ese momento para tomar decisiones, debemos analizar
previamente que se entiende por capacidad o competencia mental. La competencia
mental es esa aptitud de entender, valorar y razonar del paciente, a la hora de
comunicarle información acerca de su situación clínica y que este mismo, con

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constancia de las posibles consecuencias tanto positivas como negativas, toma una
determinada decisión (11).

En el momento en que nos encontramos ante la situación de una persona con un


trastorno mental grave o no tan grave, que le impida ejercer esa autonomía reconocida
jurídicamente, entonces quedará justificado en la atención psiquiátrica el uso de la
primera medida restrictiva, la hospitalización psiquiátrica involuntaria, siempre y
cuando se haya agotado medidas terapéuticas menos restrictivas. Dicha medida queda
recogida en el artículo 763 de la Ley de Enjuiciamiento Civil y en el artículo 255 del
Código de Familia de Cataluña, con el propósito de proteger un derecho constitucional
como es el derecho a la salud y garantizar los cuidados para aquellas personas que
niegan su enfermedad y la necesidad de un tratamiento. De no ser así, estas personas
podrían quedarse desamparadas, ocasionando un riesgo para sí mismo y/o para la gente
que los rodea. Esta medida adopta un carácter restrictivo porque supone la privación de
libertad de movimientos de un individuo, ya que este es ingresado en un recinto
hospitalario limitado (11).

Así pues, ante la situación de un ingreso involuntario, concepto que se expondrá más
adelante, el paciente niega su enfermedad mental y, por lo tanto, la necesidad de recibir
un tratamiento, así como también, no cree en la necesidad de una hospitalización y al
mismo tiempo, se niega a aceptar otras medidas terapéuticas (tratamientos
farmacológicos, observación-aislamiento, restricción de visitas y contacto con el
exterior, etc.) se crea un riesgo de auto o heteroagresividad y/o el riesgo de fuga, lo cual
conlleva a adoptar otras medidas restrictivas que se unen a la de la propia
hospitalización involuntaria y para las que no existe ninguna regulación legal (11).

Dichas medidas que se mencionarán posteriormente, generan tanto desde el punto de


vista ético como para el propio paciente y para los profesionales, dudas e inseguridad en
cuanto a las consecuencias que podrían derivarse de estas mismas. No obstante, desde el
año 2002 Cataluña dispone de una guía de recomendaciones acerca del uso terapéutico
de estas medidas restrictivas en pacientes psiquiátricos, creada por el Comitè Consultiu
de Bioètica de Catalunya (órgano dependiente del Departamento de Salud) y validado
por el Comité de Ética Asistencial. Esta guía se utiliza como referencia para la
elaboración de protocolos que regulen el uso de estas medidas, dentro del ámbito de
hospitalización (11).

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Análisis del impacto emocional del uso de la contención mecánica en profesionales de
Enfermería: revisión bibliográfica

1.5. Medidas Restrictivas:

Entendemos que todas aquellas actuaciones terapéuticas, aplicadas de forma temporal y


que restringen tanto la autonomía como la libertad del paciente mental, son medidas
restrictivas. Las más utilizadas dentro de la institución psiquiátrica involuntaria son las
siguientes:

1.5.1. Contención Mecánica:


Procedimiento físico o mecánico dirigido a limitar los movimientos de parte o de todo
el cuerpo de un paciente, a fin de controlar sus actividades físicas y protegerlo de las
lesiones que pudiera infringirse a sí mismo o a otros (12).

La CM también se puede definir como una intervención para el control de las


autolesiones. Para la definición de su proceso, resulta esencial y exigible el
consentimiento informado, el cual debe ser entregado por la enfermera correspondiente.
Cabe destacar también que la definición de CM puede variar dependiendo de la
finalidad y del modo de su empleo. Por ejemplo, en atención hospitalaria con personas
mayores y en residencias, para evitar la heteroagresividad y las caídas (13).

Uno de los principales conflictos con el que nos encaramos, es la falta de unanimidad en
cuanto al concepto de sujeciones al cual se le atribuye distintas denominaciones, tales
como Restricción, Sujeción y Contención como ya hemos visto anteriormente. Estos
conceptos son utilizados de forma similar a la hora de denominar un mismo concepto o
acción. Por ello resulta primordial definir dichos términos (14):

 Restricción Mecánica:
Cualquier acción mecánica o física, utilizada con la intención de limitar la libre
circulación o capacidad de tomar decisiones de uno mismo o de una tercera
persona.
 Sujeción Mecánica:
Procedimiento o método que mediante un dispositivo material, equipo mecánico
o físico, unido o atado al cuerpo del paciente, resulta incapaz de mover o
retirarse con facilidad y que deliberadamente limita la libertad de movimientos
de todo o una parte del cuerpo el acceso normal al propio cuerpo.
Las sujeciones, en este caso, se pueden clasificar según su método de aplicación
es decir, en sujeciones físicas o mecánicas y en sujeciones químicas o

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Análisis del impacto emocional del uso de la contención mecánica en profesionales de
Enfermería: revisión bibliográfica

farmacológicas. Seguidamente, se clasifican según los distintos equipos a


utilizar, como podemos encontrar las muñequeras, las tobilleras, el cinturón
abdominal o pelviano, el peto torácico, el cinturón de cama, barandillas de la
cama, sabanas, etc. También se pueden dividir en función del tiempo con que se
le aplique, como puede ser de forma aguda es decir, aquellas que se utilizan de
manera puntual en determinados momentos, horas y días (generalmente menos
de 2-3 días) donde el individuo padece un episodio agudo de excitación y
agitación, y resulta imposible calmarle. La CM también se aplica de forma
permanente o crónica en un periodo de más de 2-3 días o incluso una semana.
Por último, las sujeciones se pueden clasificar también, según la aceptación de la
persona por lo tanto, en voluntarias o involuntarias (14).

La CM es la última medida a la que se suele recurrir cuando se nos presenta una


situación en la que resulta necesario controlar conductas violentas o de alto riesgo, para
la salud o la vida tanto del propio paciente como la del resto de usuarios ingresados, así
como también para el personal sanitario, después de haber agotado otros medios.
Además, se trata de un recurso que se aplica con frecuencia en diferentes ámbitos de la
atención sanitaria. Así pues, se utiliza en un 6% de los pacientes psiquiátricos
internados, entre el 31 y 59% en las residencias de ancianos, en el 23% de los casos de
hospitalizaciones psiquiátricas infantiles y la prevalencia en cuanto a pacientes
psiquiátricos atendidos en un servicio de urgencias es del, 30% (12).

1.5.1.1.Indicaciones de la CM:

Por lo que refiere el uso de dicha medida restrictiva, es necesario tener presente las
indicaciones por las cuales se debe de establecer la CM. En este caso se nos presenta lo
siguiente (12):

 En caso de agitación psicomotriz es decir, cuando un paciente se muestra


agitado o manifiesta una conducta o presenta signos reconocibles de que la
violencia es inmediata y habiendo agotado otras medidas de contención (verbal,
la distracción con actividades lúdicas, etc.) o si se tiene la seguridad de que la
aplicación de dichas medidas previas a la CM, resultarán ineficaz, quedará
justificado el uso de la restricción de movimientos (12).

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Enfermería: revisión bibliográfica

Teniendo en cuenta esta primera indicación, para llegar a su correcto uso y


entendimiento, hay que tener constancia de lo que engloba el término de agitación
psicomotriz. Así pues hablamos de un estado de fuerte tensión en la región motora,
debido a una elevada actividad física (inquietud, deambulación, etc.) sin finalidad
ninguna, manifestada también en la esfera psíquica por una ansiedad y otros estados
emocionales intensos que llevan a un desordenamiento general y grave de la persona.
En ocasiones puede ir acompañado o no de violencia por ello, supone un riego tanto
para el paciente (autoagresión) como para otros (heteroagresión) (12).

 Cuando la conducta del usuario genere un deterioro en el régimen terapéutico de


este mismo o de aquellos que se encuentren ingresados en el mismo servicio
(arranques de vías, sondas, sistemas de soporte vital, etc.).
 Cuando se producen alteraciones del entorno físico del centro, debido a la
agitación o violencia del paciente mental (destrucción de mobiliario, equipos de
diagnósticos y/o terapéuticos, etc.).
 Como refuerzo negativo en tratamientos conductuales. Con esta indicación lo
que se pretende es disminuir una conducta o un hábito determinado del usuario,
que no necesariamente ha de estar agitado y eliminarlo totalmente o
parcialmente. No obstante para llevarla a cabo, se deberá constar por escrito en
el libro de Enfermería, dicha indicación como medida terapéutica. Así como
también, se deberá de reflejar en la historia clínica, el razonamiento y los
objetivos a los cuales se pretende alcanzar con este refuerzo negativo. De este
modo, será el personal médico el responsable de que tales planes terapéuticos y
sus razonamientos, queden claramente indicados por escrito en el libro de
tratamientos y en la historia clínica (12).

1.5.1.2. Pacientes susceptibles a la CM:

Una vez mencionadas las indicaciones para el uso de la CM, cabe destacar también, la
existencia de un tipo de perfil de pacientes susceptibles a ella. Estos se pueden agrupar
en tres tipos (12):

 Orgánicos
En muchas ocasiones, el paciente se encuentra agitado dentro de un
contexto de confusión, siendo la causa de ello el delirium. El delirium es

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Enfermería: revisión bibliográfica

un síndrome inespecífico de inicio brusco con empeoramiento nocturno,


suele darse de forma transitoria y responde a diversas causas orgánicas
(fiebre, alteraciones cardíacas y/o vasculares, trastornos neurológicos
cerebrales (tumores, encefalopatías, crisis parciales complejas, accidente
cerebral vascular, demencias) infecciones del SNC, alteraciones
metabólica, etc. En este caso, el paciente suele presentar un estado de
conciencia empañada es decir, muestra dificultad para reconocer el
entorno en el que se encuentra y su propia situación. Su capacidad de
atención disminuye y muestra desorientación en el tiempo, desconoce la
fecha del día, en el espacio, no sabe dónde está y en la persona, reconoce
erróneamente a las personas que lo rodean. El delirium se puede
caracterizar por la presencia de ilusiones y alucinaciones de tipo visuales.
Por lo que hace la actividad motora, esta puede verse alterada también,
de forma inhibida, agitada o ambas.
 Psicóticos
En este grupo se incluyen a usuarios esquizofrénicos, maníacos y en
menor grado, a las depresiones agitadas. Existen también alteraciones
psiquiátricas que pueden ser el motivo de una agitación como respuesta a
estímulos ambientales.
 No orgánicos/ no psicóticos
En primer lugar, cualquier paciente internado puede verse dentro de este
tipo. En segundo lugar, tanto la patología como el propio internamiento
generan importantes estímulos que provocan estrés emocional. Existe
una serie de factores que favorecen la irritabilidad y la susceptibilidad,
llegando a un estado de agitación o de violencia debido a alguna acción u
omisión por parte tanto del personal sanitario, como de la familia que lo
visita. Es importante resaltar que se trata de enfermos mental que no
siempre comprenden lo que les sucede, porque no se les ha explicado de
forma conveniente o porque habiéndolo hecho, no lo han entendido. Así
pues, son usuarios internados en un recinto el cual les resulta extraño,
donde dependen de decisiones de otros. Por ello, estos factores pueden
dar lugar a situaciones de agitación o conductas violentas que requieran
la indicación de una CM (12).

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Análisis del impacto emocional del uso de la contención mecánica en profesionales de
Enfermería: revisión bibliográfica

1.5.1.3. Proceso de Contención:

Teniendo presente la definición que se ha mencionado anteriormente acerca de la CM,


resulta imprescindible explicar el procedimiento de ello, para comprender la
terminología desde diversos aspectos tales como, sus complicaciones, su uso
inapropiado, etc.

Para iniciar el procedimiento de la CM, ha de haber previamente una toma de


decisiones. Es decir, en este caso la primera indicación para la contención la hará el
personal de enfermería, ya que es el que se encuentra más en contacto con el paciente
y conoce el caso. Así pues, esté se pondrá en contacto con el médico para consensuar de
forma conjunta el inicio de la medida. El médico responsable del caso, deberá mostrar
su aprobación para el inicio del proceso, si el contacto se realiza por vía telefónica,
destacando la aprobación del médico, enfermería deberá de iniciar la contención, pero
previamente habrá de dejar constancia en el registro de Enfermería, que el contacto
telefónico se ha producido. Por parte del médico responsable, este deberá de reflejar por
escrito la indicación en un plazo máximo de 3 horas. El personal de enfermería está
autorizado para iniciar el proceso de contención por su cuenta, siempre y cuando no se
pueda establecer contacto con el profesional médico (12).

Una vez se decide establecer el proceso de contención, la indicación de ello debe verse
reflejada en la historia clínica del enfermo donde además constará, el motivo de la
contención, el tipo de sujeción, la situación clínica del usuario, las medidas empleadas
previamente a la petición realizada, así como también, la pauta del tratamiento prescrito,
competencia exclusivamente del personal médico. En la contención mecánica, se ha de
tener en cuenta tres aspectos fundamentales para evitar los abusos (12).

 Tanto el personal de enfermería como el médico, deberán de identificarse


mediante sus respectivas firmas, en el formulario de indicación, haciéndose así
responsables de la decisión. En caso contrario, no existirá indicación ninguna.
 Las sujeciones mecánicas pueden durar hasta 8h como máximo (por turno).
Existen casos en el que el tiempo de sujeción se puede ver reducido,
dependiendo de la situación clínica del usuario, y otras veces se requiere su
prolongación. En el supuesto hecho de que fuera necesario prolongar el tiempo,
la petición será autorizada mediante la firma, en cada turno, por parte de

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Análisis del impacto emocional del uso de la contención mecánica en profesionales de
Enfermería: revisión bibliográfica

enfermería y personal médico. Cabe resaltar que la ausencia de una de las dos
firmas será motivo suficiente para retirar la CM al paciente.
 El tiempo máximo que puede darse en caso de prolongarse la contención, es de
72 horas. Si se supera dicho margen, el paciente será descontenido y cualquier
otra indicación de sujeción, deberá ser valorada nuevamente, poniendo en
marcha el procedimiento, desde el inicio (12).

Para sujetar de forma correcta a un enfermo, es necesario utilizar como mínimo cuatro
personas, no obstante se recomienda que sean 5, una para sujetar cada miembro del
paciente y la otra para sujetar la cabeza. Es de obligado cumplimento que todo personal
sanitario que se encuentre presente, colabore en el procedimiento, excepto que se
requiera su presencia en otras situaciones de vital importancia. En caso, de no disponer
de suficiente personal o de verse superados por las circunstancias, se podrá contar con el
personal de seguridad. En cuanto a cómo sujetar a un paciente, no existen unas normas
concretas que lo especifiquen, cada centro se basa en aquellas que se hayan empleado
frecuentemente y que se demuestre su eficacia, por ello deberán estar especificadas por
escrito y autorizadas por el Director del centro. Sin embargo, las siguientes figuras
pueden aportar una idea de cómo se lleva a cabo una sujeción física (12).

El acompañamiento de un paciente cuyo estado se lo permite y desea ir de pie, será


necesario únicamente dos personas las cuales sujetaran al usuario por las axilas con una
mano, impulsando hacia arriba y con la otra mano lo sujetaran por las muñecas,
empujando hacia abajo. En este caso, se requiere firmeza sin extremarla para no
lesionar al paciente (12).

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Figura 1: Acompañamiento.

Cuando se reduce al paciente en el suelo, este debe estar estirado de espaldas sobre sí
mismo, protegiéndole la cabeza para evitar que se golpee o que golpee a algún
miembro del personal. Por ello, cada persona sujetará cada miembro del usuario, de
manera que las extremidades superiores quedarán sujetadas por los hombros y los
antebrazos y en las extremidades inferiores, se presionará directamente sobre las
rodillas y los tobillos (12).

Figura2: Reducción

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Análisis del impacto emocional del uso de la contención mecánica en profesionales de
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Cuando se trata de trasladar a un paciente a su habitación y este se encuentra agitado y/o


violento, el personal debe de sujetarlo por las piernas (a nivel de las rodillas) y por los
brazos, rodeando los codos con apoyo bajo los hombros. Respecto a la cabeza, es
importante que un miembro del grupo este preparado para sujetarla, si el paciente se
agita excesivamente (12).

Figura 3: Traslado a la habitación

Es importante que una vez tomada la decisión de contener, haya una persona encargada
de dirigir el procedimiento, para evitar que el resto del personal que participa, se
distraiga y de este modo, proporcionar coherencia a la labor que se está llevando a cabo.
Cuando el paciente se encuentra colocado en la cama, este será sujetado a ella. Se
contendrá como mínimo dos miembros alternos es decir, un brazo derecho y una pierna
izquierda y un máximo de cuatro miembros y la cadera. En cada caso, la actuación ira
en función de la intensidad de la agitación o de la violencia. En cuanto a la posición del
enfermo durante la contención, algunos autores aconsejan sujetarlos decúbito prono
para evitar posibles aspiraciones y autolesiones por cabeceos. No obstante, se
recomienda que se les sujete en decúbito supino debido a la facilidad que supone a la
hora de administrar medicación, de colocar una vía intravenosa y de ventilar. En caso de
que se produzca una aspiración estando el paciente en decúbito supino, esta puede ser
detectada a tiempo dada la vigilancia constante a la que está sometido este mismo (12).

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Análisis del impacto emocional del uso de la contención mecánica en profesionales de
Enfermería: revisión bibliográfica

Una vez contenido el paciente, la retirada del personal se hará de forma paulatina siendo
la persona encargada de encaminar la contención, la última en abandonar la habitación.
Además, deberán de asegurarse antes de su retirada de los siguientes aspectos (12):

 Las fijaciones deben de estar bien aseguradas.


 Los puntos de contacto entre las sujeciones y la piel, deben de estar bien
acolchadas con gasas, algodón u cualquier otro material suave.
 Retirar cinturones, anillos, collares, relojes, cadenas, objetos punzantes,
cortantes, incendiarios y cualquier otro material peligroso que pueda lesionar o
estrangular al usuario en un posible forcejeo.
 Si es posible aislar al paciente en una habitación destinada para estos casos para
hacer más efectivo tanto el procedimiento como cualquier efecto sedante de la
medicación administrada. En caso de no ser posible disponer de una habitación
aislada y el usuario comparte la suya con otros compañeros, se les pedirá a estos
mismos que abandonen la habitación de forma temporal y que eviten atender las
demandas del individuo contenido.
 La habitación en la que se encuentra contenido el usuario debe estar bien
ventilada con una temperatura fresca sobre todo si habido neuroleptización
rápida, ya que los neurolépticos interfieren en la regulación térmica del
organismo. La neuroleptización rápida, consiste en la aplicación farmacológica
de neurolépticos para conseguir reducir rápidamente, la intensidad de los
cuadros de agitación de aquellos a los que se le indica la contención.
 El cuerpo del usuario debe estar dispuesto para facilitar la aplicación de
cualquier procedimiento diagnóstico o terapéutico necesarios (vías, sondas, etc.)
(12).
1.5.1.4. Precauciones y Complicaciones de la Sujeción Mecánica:

Como personal sanitario que interviene en un procedimiento de restricción de


movimientos, es necesario que se tengan presentes algunas precauciones para protegerse
a sí mismo. Lo primero es que todo profesional que entre en contacto físico con el
usuario, deberá proteger sus manos con guantes, conociendo o no la historia clínica de
este mismo. Esta es una medida preventiva fundamental que se realiza ante cualquier
actuación, en un centro sanitario. El personal sanitario debe de evitar llevar accesorios
como los pendientes que no sean de clip, ya que podría sufrir desgarros importantes

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Enfermería: revisión bibliográfica

durante la sujeción, al engancharse en algún lugar o porque el paciente haya tirado de


ellos. Lo mismo sucede con las lentes de contacto, estas deberían de retirarse antes de la
contención. El personal de ambos sexos, deberá proteger cualquier parte de su cuerpo
que pueda ser golpeada de forma intencionada o accidental (12).

En cuanto a la seguridad del paciente, durante la inmovilización, es importante no


insistir en el diálogo, ya que puede generar situaciones más complicadas e incluso
violentas que provoquen efectos inesperados tanto para el paciente como para el
profesional. Sin perder de vista que estamos ante un hecho que ha sido determinado
previamente con frialdad y profesionalidad. Por ello, es fundamental no mostrarse
agresivos ni responder a los insultos, agresiones y/o provocaciones. Así como también,
no se golpeará al paciente, ni se forzará sus articulaciones más allá de lo permitido
fisiológicamente. No se colocará las rodillas sobre sus miembros, sobre el tórax o
cualquier otra parte del cuerpo. Durante la inmovilización y el traslado del paciente, es
importante evitar por un lado, que la cabeza del sujeto se aproxime a las esquinas u
ángulos de muebles, para no golpearse. Por otro lado, no se ha de poner al alcance del
usuario, objetos que puedan ser utilizados por este mismo, como armas (12).

Cuando hablamos de la seguridad del paciente no nos referimos únicamente a las


medidas mencionadas anteriormente, sino también aquellas que hacen referencia a su
estado orgánico. Para ello, existen protocolos que se establecen para controlar los signos
de las lesiones que puedan darse en la contención, tales como los signos vitales,
hidratación, la higiene y la movilidad de las extremidades. En algunos estándares se
recomienda que se realice dicho control cada quince minutos, no obstante, el tiempo
puede variar en función de las necesidades y del tiempo de contención, ya que en
ocasiones puede empeorar la situación de agitación y/o dificultar el descanso del
paciente (13).

Otra de las complicaciones que pueden aparecer durante la contención, debido a los
dispositivos de sujeción (cinturones, muñequeras, tobilleras, etc.) son la aparición de
erosiones, laceraciones, desgarros musculares, estrangulamientos, asfixia, isquemia de
los miembros, etc. al mismo tiempo, existe un elevado riego en los pacientes que se les
aplica la sujeción, de desarrollar atrofia muscular, rigidez o anquilosis, incontinencia
urinaria y fecal, síndrome de inmovilidad, infecciones, estreñimiento e incluso el riesgo
de muerte súbita. La contenciones no solo pueden suponer complicaciones físicas, sino

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también psíquicas, tales como aislamiento social y del entorno, pérdida de autoestima,
trastornos afectivos (ansiedad/depresión), estrés, inquietud, agitación y agresividad.
Según el Documento de Consenso sobre Sujeciones Mecánicas y Farmacológicas,
existen estudios que demuestran que las personas sometidas contenciones mecánicas,
tiene ingresos en los cuales la estancia media hospitalaria aumenta (14).

Un paciente en contención genera un aumento en la labor de los profesionales ya que


requiere de una mayor atención, para evitar tanto las complicaciones mencionadas
anteriormente, como para encargarse de aquellas necesidades provocadas por la
situación clínica del enfermo. Por este motivo resulta necesario ajustar las
observaciones durante la sujeción. Todo usuario contenido debe de ser atendido en una
primera observación por el personal médico, el cual realizará una valoración dirigida a
conocer la situación clínica del enfermo y a determinar el origen de esa conducta. Esta
primera observación deberá de llevarse a cabo siempre antes de las 3 horas posteriores a
la contención.

El personal médico encargado del caso, deberá de realizar al menos una visita en cada
turno, para mantenerse al tanto del transcurso de la sujeción, así como también de la
situación clínica del sujeto. En caso de producirse cualquier incidente, este deberá de
constar por escrito. Si se trata de un paciente conocido con contenciones previas, el
médico/a responsable, puede abstenerse de esa primera visita. No obstante, no quedara
exentó de realizar el resto de las visitas en cada turno y de firmar junto con el personal
de enfermería, la renovación de la indicación de contención. Cualquier miembro del
personal que forma parte del caso, podrá realizar la visita a los usuarios contenidos
cada 15 minutos, donde se valorará el estado del paciente, el de las sujeciones y las
necesidades que puedan aparecer, dejando constancia de las incidencias o la ausencia de
ellas, en la hoja de observaciones. Si el paciente ha sido contenido por los cuatro
miembros y su estado de agitación y/o violencia lo permite, se podrá desatar un
miembro de forma alterna. El personal de enfermería deberá de realizar una visita de 2
horas para explorar al paciente y resolver cualquier dificultad que pudiera aparecer. En
esta visita, el personal tendrá que intensificar la valoración en cuanto al estado de las
ataduras, a la mejora o no de la situación que desencadeno el inicio de dicha medida, al
estado de nutrición e hidratación del paciente, a la temperatura de la habitación en la
cual se encuentra, a la higiene personal, etc. (12).

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1.5.1.5. Ingreso Voluntario e Involuntario:

Como bien se ha mencionado anteriormente, la restricción de movimientos resulta una


medida preventiva que marca como principal objetivo evitar que el paciente enfermo, el
cual se encuentra sumergido en un estado de agitación, se lesione a sí mismo o a otras
personas. Por ello, el personal sanitario se ve obligado a actuar en contra de la voluntad
del sujeto, dentro de un contexto de urgencias donde el usuario se ve expuesto a dos
situaciones: la aplicación de un plan terapéutico específico y la privación de libertad de
forma temporal. Frente a este caso cabe destacar el papel de la legislación española, la
cual refleja estas situaciones en el artículo 763 de la Ley de Enjuiciamiento Civil
(internamientos involuntarios) así como también, en el artículo 10 de la Ley General de
Sanidad (consentimiento informado) (12).

“El internamiento, por razón de trastorno psíquico, de una persona que no esté en
condiciones de decidirlo por sí, aunque esté sometida a la patria potestad o a tutela,
requerirá autorización judicial, que será recabada del tribunal del lugar donde resida
la persona afectada por el internamiento. La autorización será previa a dicho
internamiento, salvo que razones de urgencia hicieren necesaria la inmediata adopción
de la medida” (15)

En cuanto a la privación de libertad, esta ha de verse cumplida bajo la orden


constitucional que refleja la legislación española, la cual deja ver que dicha medida debe
estar sometida a la tutela judicial. Así pues, una vez comprendida la opinión del
facultativo, la indicación deberá de ser autorizada por el juez. Cuando el personal se ve
obligado a recurrir a la contención, el régimen de internamiento del usuario cambia. Es
decir, pasa de voluntario a involuntario ya que le contiene en contra de su voluntad,
hecho que no se contempla en el acuerdo previo entre el centro y el sujeto. En tales
circunstancias, el artículo 211 del Código Civil indica que antes de la actuación debe de
haber una autorización judicial (12).

El internamiento por trastorno psicótico, de una persona que no está en condiciones de


decirlo por sí mismo, aunque esté sometida a la patria potestad, requerirá de
autorización judicial. Está será previa a internamiento, salvo que razones de urgencias
la inmediata adopción de la medida, de la que se dará cuenta cuanto antes al juez y, en
todo caso, dentro del plazo de 24 horas.

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El juez tras examinar a la persona y oír el dictamen de un facultativo por él designado,


concederá o denegará la autorización y pondrá los hechos en conocimiento del
ministerio fiscal, a los efectos prevenidos en artículo 203 (12).

Pues bien, queda en constancia que una vez que el facultativo comunica al juez los
motivos por los que cree necesario la restricción, este procederá a la autorización o a la
denegación de esta misma. No obstante, existen situaciones tales como de urgencias en
las que resulta difícil obtener una autorización previa, ya que existe una necesidad
urgente de actuación. En estos casos, la Ley (artículo 211 del Código Civil) permite al
facultativo actuar de la manera que crea conveniente para el usuario, en ese momento.
Pero el profesional, deberá de comunicar al juez en un plazo de 24 horas, la situación a
la cual se ha visto forzado a actuar. Seguidamente, el juez dispondrá de toda aquella
información necesaria para prolongar la autorización o revocarla (12).

“…salvo que razones de urgencia hiciesen necesaria la inmediata adopción de la


medida, de la que se dará cuenta cuanto antes al juez y, en todo caso, dentro del plazo
de veinticuatro horas”(12).

En caso de haber contenido al paciente y su situación de agitación haya cedido antes de


que el juez haya recopilado toda la información acerca del estado previo a la cesión del
enfermo, será el personal sanitario encargado de dicho paciente, de informar al juez de
la nueva situación del paciente (12).

Cuando se cambia temporalmente el régimen de internamiento del paciente (de


voluntario a involuntario) existe otra cuestión que debe quedar resuelta bajo el mandato
de la Ley. En este caso, aun cuando el juez haya autorizado la contención podemos
encontrarnos con que el enfermo se niega a recibir un tratamiento, al verse condicionado
por dicha medida restrictiva. Y como bien indica el artículo 10 de la Ley General de
Sanidad, cualquier acción terapéutica requiere previamente un consentimiento escrito
del usuario, excepto en los siguientes casos (12):

a. Cuando la no intervención pueda suponer un riesgo para la salud pública.


b. Cuando no esté capacitado para tomar decisiones, en cuyo caso el derecho
corresponderá a sus familiares o personas allegadas a él.
c. Cuando la urgencia no permita tardanzas por poder provocar lesiones
irreversibles o que exista peligro de muerte (12).

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En los casos de contención lo más habitual es que las condiciones a y b se den a la vez.
Por ello, excepto que se pueda conseguir el consentimiento informado de un familiar, el
personal sanitario podrá intervenir sin sucumbir a una responsabilidad penal, puesto que
respondería al estado de necesidad que bien expone el precepto 20.5 del nuevo Código
Penal. Pues la Ley, ampara esta actuación por parte del personal porque de no aplicarlo
nos enfrentaríamos a un mal mayor que la no aplicación (12).

En ocasiones también nos podemos encontrar con que la sujeción es voluntaria,


solicitada por el propio paciente o forma parte de una terapia de conducta previamente
acordada. En estos casos se requerirá también la firma del Formulario de comunicación
por cuadruplicado es decir, una copia para la historia clínica, otra para el servicio, otra
para los servicios centrales del hospital y otra para el juez. Esta última continua
resultando fundamental pues se trata de privación de libertad, así pues, se debe de enviar
el Formulario del consentimiento al juez (12).

Cuando la situación clínica de agitación y/o violencia haya cedido y el paciente o


familiar de este solicite su descontención, se procederá a ello. Sin perder de vista la
comunicación de dicha petición al juez a partir del Formulario de comunicación. En
caso de haber contenido a un paciente sin el consentimiento del familiar debido a su
ausencia y este acude al centro y se opone a que el enfermo permanezca contenido,
dicho familiar deberá de firmar el Formulario de comunicación donde quedará reflejado
que ha solicitado y obtenido la liberación del paciente, haciéndose responsable de las
consecuencias de esta decisión (12).

1.5.1.6. Abordajes alternativos a la CM:

Antes de proceder a la práctica de la sujeción mecánica de un paciente debe de haberse


agotado previamente otras alternativas que pueden resultar útiles, como son las
siguientes:

I. Abordaje verbal:

Para llevar a cabo este tipo de medida, se recomienda previamente conocer bien al
paciente a partir de informes del personal, de la historia clínica y de sus familiares, ya
que no siempre es posible realizar este tipo de abordaje. Sin perder de vista sus
antecedentes y su situación clínica actual. De este modo se permitirá hacerse una idea
aproximada de las posibilidades que la situación tiene para poder ser tratada

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verbalmente. Cuando se trata de pacientes orgánicos o psicóticos (con ideas de perjuicio


y/o sufren de alucinaciones auditivas que le ordenan violencias) y muestran una escasa
respuesta a la acción verbal, se recurre directamente a la contención y/o al aislamiento,
saltándose otras opciones las cuales resultan imposible de implementar. En el resto de
los casos, se puede intentar el abordaje verbal, salvo que las circunstancias recomienden
lo contrario. También existen situaciones en las que el paciente no se encuentra agitado
sino violento, en las que se puede observar señales de que la violencia es inmediata. En
estos casos, el abordaje verbal no podrá ejercer esa acción tranquilizadora y placida que
se desearía; sin embargo hay que intentarlo. Y si fuera necesario, se mostrará al paciente
las alternativas con las que el personal sanitario puede responder ante sus amenazas,
aplicando aquella que más se ajuste a la situación (12).

A la hora de establecer un abordaje verbal, es fundamental tener prudencia en ciertos


aspectos como puede ser mirar fijamente a los ojos. Es importante no fijar la mirada en
el usuario, ya que este puede interpretarla como una posible agresión, pero también hay
que evitar lo contrario, no mirar a los ojos, ya que se puede entender como señal de
debilidad. Así pues lo ideal sería adoptar una actitud intermedia, mirando a los ojos del
usuario como se suele hacer en cualquier otra conversación. Otro aspecto sería la acción
de escuchar; está no se trata de una medida únicamente estratégica sino también muy
útil para comprender el origen de la agitación u violencia. Por ello, se debe de escuchar
al enfermo y no adoptar una imagen de figura autoritaria, la cual puede percibir el
usuario como una sensación de que está recibiendo una advertencia. Por lo tanto, lo más
apropiado es dirigirse al paciente con un tono suave, relajado y seguro sin mostrar un
carácter intimidatorio o provocativo, pues eso puede alimentar la agresividad del
usuario (12).

En ocasiones se busca la confrontación de ideas o se intenta aplicar razonamientos para


que el usuario deponga su actitud, hecho que resulta erróneo y una pérdida de tiempo,
pues se trata de que éste mismo reconozca el carácter transitorio de su crisis, teniendo
en cuenta las necesidades que pueda manifestar y orientando la conversación con pactos
sencillos de cumplir, que puedan calmarle y reforzar su sentido de la realidad. Se ha de
ser flexible en el diálogo, pero al mismo tiempo han de quedar bien claros los límites
que la Institución y el personal que trabaja en ella, no quieren ver rebasados. Explicar
claramente los límites que deben respetarse, en ocasiones, es suficiente para que cese la

33
Análisis del impacto emocional del uso de la contención mecánica en profesionales de
Enfermería: revisión bibliográfica

situación, así como también mostrar al paciente las alternativas que posee el centro para
controlar su violencia (12).

II. Distracciones lúdicas:

Otra de las opciones que pueden contribuir a minimizar la situación de agitación y/o
violencia, además del abordaje verbal, sería la integración del paciente en algunas de las
actividades lúdicas que proporcione el centro. De este modo el usuario se distrae,
contribuye en su tranquilidad y se incorpora a las tareas del servicio (12).

III. Conversación familiar:

Si es posible y no está contraindicado, conversar con algún familiar puede contribuir en


la mejora de la situación del usuario (12).

IV. Medicación oral y/o parenteral:

Existe la posibilidad de ofrecer medicación dentro de un contexto verbal o fuera de él,


para ayudar al paciente a relajarse y a mantenerse en condiciones de percibir las cosas
con la mayor objetividad posible. Cuando se plantea la opción de proporcionar
medicación, no se debe de indicar como objetivo tranquilizar al paciente, puesto que
este puede mostrarse hostil ante tal indicación (“estoy tranquilo”). Así que se lo podría
explicar que se trata de ver las cosas más relajadamente y no es más que una ayuda que
se le proporciona para que no tenga que soportar duramente la crisis que está
atravesando (12).

1.5.2. Aislamiento terapéutico:

Otras de las medidas restrictivas más utilizadas durante la hospitalización psiquiátrica es


el aislamiento terapéutico, entendido como la ubicación del paciente en una habitación
cerrada, destinada a la separación de su entorno. Cabe destacar que se trata de una
medida menos restrictiva que la sujeción y esta debe de llevarse a cabo previamente,
siempre que el estado del usuario lo permita. El aislamiento terapéutico requiere de una
serie de aspectos a tener en cuenta como medida restrictiva, como son (11):

 Indicación y revisión médica continúa.


 Duración del tiempo mínimo estrictamente necesario.
 Espacio físico (habitación que reúna las condiciones adecuadas para
garantizar la seguridad y al mismo tiempo el confort de la persona.

34
Análisis del impacto emocional del uso de la contención mecánica en profesionales de
Enfermería: revisión bibliográfica

 Medidas de acompañamiento y control del personal de enfermería (11).

Dicha medida terapéutica está indicada en caso de cuadros de desorganización


conductual, en los cuales es necesario reducir los estímulos externos temporalmente
(11).

Existe otro modo de indicación de aislamiento terapéutico donde el propio usuario


solicita de forma voluntaria dicha medida. Actualmente, el Sistema Sanitario Público de
España no puede permitirse ofrecer tal indicación dado que no se dispone de suficientes
infraestructuras es decir, no hay tantas habitaciones individuales en este ámbito, como
para cubrir esa demanda y resulta dudoso que esta pueda permitirse en el sector privado.
Además, existe elevadas posibilidades de hacer un uso indebido de esta solicitud por
parte de los pacientes, haciendo un intento de conseguir habitaciones individuales en las
que puede transcurrir su estancia hospitalaria. Por estos motivos la solicitud de
aislamiento terapéutico se mantiene como indicación y como criterio del personal
sanitario es decir, en caso de que estos lo consideren pertinente por la situación clínica
del paciente o por el desarrollo del programa terapéutico que se le tenga pautado (12).

1.5.3. Observación/permanencia en sala de hospitalización:

Esta medida se entiende como la estancia del paciente en espacios de la unidad de


hospitalización de forma permanente, sin salir de esta misma pero sin restringir el
contacto con otros individuos de la unidad. Habitualmente la observación/permanencia
en sala resulta de gran provecho durante los primero días de ingreso, por un lado es útil
para ofrecer unos límites seguros al usuario pero no tan restringidos y por otro lado, es
útil en cuanto al control de conductas perturbadoras o de posible riesgo autoagresivo
(11).

1.5.4. Tratamiento médico forzoso:

Comprendido como la aplicación de terapias generalmente farmacológicas, sin tener


presente la aceptación y voluntad del usuario. Esta es una medida que se da al mismo
tiempo que alguna de las citadas anteriormente y su correcto cumplimento puede, en
determinadas situaciones, reducir la duración temporal de aquellas medidas restrictivas
de carácter físico-mecánico (11).

En estos casos, el médico responsable de la situación debe valorar de forma exhaustiva


tanto la indicación como la dosis de los tratamientos farmacológicos forzosos. Así como
35
Análisis del impacto emocional del uso de la contención mecánica en profesionales de
Enfermería: revisión bibliográfica

también, se deberá de incluir la indicación farmacológica en el tratamiento global del


paciente, a partir de una negociación con este mismo siempre y cuando su estado lo
permita. Teniendo en cuenta la importancia de mantener unos criterios clínicos claros
con flexibilidad y tolerancia, a la hora de incluir una indicación farmacológica a un
1tratamiento global que posee ya el usuario (11).

1.5.5. Restricción de la comunicación con el exterior:

En el momento en que ingresa un paciente en la unidad de hospitalización, es


fundamental informar tanto al usuario como a la familia o su núcleo de convivencia
habitual, de las normas generales que integran la unidad. Entre estas normas se
encuentra la comunicación con el exterior y en este caso, el paciente y la familia
deberán de respetarlas. El ingreso en centros psiquiátricos no implica una restricción de
comunicación con el exterior es decir, visitas, llamadas telefónicas, recepciones de
correo, etc. No obstante, en ocasiones suceden situaciones en las que se aconseja, bajo
indicación terapéutica, limitar el contacto con el exterior del paciente, restringiéndole
de forma temporal las visitas y las comunicaciones telefónicas, ya que estas mismas
pueden tener repercusiones adversas en el estado y evolución del usuario, o
simplemente porque resulta conveniente disminuir estímulos. En cuanto al correo, este
también podrá limitarse en caso de que se sospeche la introducción de objetos
peligrosos, sustancias tóxicas o el envió de documentos que puedan perjudicar
directamente al paciente. La restricción de la comunicación con el exterior representa
una medida menos restrictiva que las mencionadas anteriormente pero no por ello
menos importante, por lo tanto debe de ser evaluada periódicamente con la duración
mínima imprescindible (11).

36
Análisis del impacto emocional del uso de la contención mecánica en profesionales de
Enfermería: revisión bibliográfica

1.6. Justificación:

Actualmente, en la literatura encontramos estudios que hablan del impacto a nivel físico
y emocional de la CM sobre el paciente, pero no se ha estudiado tanto el impacto a nivel
emocional sobre los profesionales de enfermería que llevan a cabo dicha medida. Por
ello, este trabajo analiza a través de una revisión de la literatura, cómo afecta el uso de
la CM en el personal de enfermería.

Es escasa la literatura existente pero algunos de los estudios hallados revelan y


confirman que los enfermeros/as sienten que están coartando la libertad del paciente y la
mayoría de las sensaciones son negativas. Además afirman sentirse incómodos ante su
uso y sienten pena, angustia y miedo de abusar de los derechos de los pacientes.
También, encontramos reacciones que reflejan un trauma asociado al uso de la
restricción en la persona que la lleva a cabo, de modo que se ha llegado afirmar frases
como “me hice pis encima de lo asustada que estaba”. Como posible causa de una
experiencia traumática y lesiva para el profesional, puede ser el desconocimiento ante el
uso de la CM (16).

Por lo tanto, el objetivo general que se plantea en este trabajo es conocer cómo afecta el
uso de la CM, a nivel emocional, sobre el personal de enfermería, planteando como
objetivos específicos:

1. Conocer si el personal de enfermería sufre ansiedad ante el uso de la CM.


2. Conocer si las sensaciones de utilizar la CM en unidades psiquiátricas son
similares que en unidades geriátricas.
3. Determinar si el profesional de enfermería está formado en esta técnica, desde
el punto de vista teórico, práctico y ético.

37
Análisis del impacto emocional del uso de la contención mecánica en profesionales de
Enfermería: revisión bibliográfica

2. Metodología:

Para llevar a cabo este trabajo se ha realizado una búsqueda bibliográfica, con el fin de
identificar los efectos de la CM sobre el personal de enfermería de las instituciones
psiquiátricas. El presente trabajo, se basa en una revisión de la literatura y para ello se
ha utilizado el Google Scholar y bases de datos como Pubmed y Scielo. Además, las
palabras claves fueron: “contención mecánica”, “medidas restrictivas” “psiquiatría”,
“enfermería” y “emociones/actitud”.
Inicialmente se buscaron únicamente artículos en español, seguidamente se realizó una
segunda búsqueda en inglés donde las palabras claves fueron: “feelings”, “nursing” and
“physical restrain”. Durante la exploración, se ha limitado la búsqueda a los últimos
cinco años.

Tras la revisión bibliográfica hemos encontrado diez artículos de carácter cualitativo, de


los cuales dos son de publicación nacional y ocho internacionales. Entre los diez
artículos hallados tres hacen referencia al conocimiento del personal de enfermería
acerca del uso de la CM y el resto tratan de estudios que analizan el impacto de dicha
medida.

38
Análisis del impacto emocional del uso de la contención mecánica en profesionales de
Enfermería: revisión bibliográfica

3. Desarrollo:

De acuerdo con los estudios analizados durante la revisión bibliográfica, las enfermeras
de las unidades psiquiátricas experimentan miedo, ansiedad, desamparo y desesperanza
frente al uso de las restricciones, sobretodo en pacientes potencialmente violentos. Así
lo revela un estudio cualitativo publicado en Canadá, cuyo objetivo era conocer los
pensamientos y sentimientos de las enfermeras de SM acerca de la decisión de restringir
los movimientos (17).

Dicho estudio utilizó un diseño etnográfico para conocer diversas realidades/opiniones,


a través de la recopilación de datos sobre personas que se encuentran en una situación
específica. Así pues, se realizaron entrevistas etnográficas a seis enfermeras del hospital
psiquiátrico de Toronto, Canadá, que habían participado en una situación de restricción
física de un paciente. Las seis enfermeras que participaron en el estudio tenían entre 10
y 15 años de experiencia laboral en psiquiatría, además, eran todas mujeres de entre 42
a 56 años de edad. Todas las enfermeras habían asistido a programas educativos para la
gestión del comportamiento agresivo. En el estudio las enfermeras debatían sobre los
diferentes episodios de restricción, que sucedieron todos en el turno de noche excepto
uno, que tuvo lugar en el turno de día. Respecto a las características descritas de los
pacientes así como, las situaciones de restricción, se basaron en las descripciones de las
enfermeras. Los pacientes tenían entre 18 y 50 años de edad, tres eran mujeres y dos
hombres con un diagnóstico de trastorno de la personalidad o esquizofrenia. Además
todos presentaban antecedentes de restricciones en ingresos previos.

En este estudio (17) la principal herramienta utilizada fue la entrevista que se estructuró
en función de los tres elementos básicos de una entrevista etnográfica: propósito
explicito, es decir explicaciones repetidas del estudio, explicación etnográfica, por
ejemplo, informar al participante la importancia de proporcionar una descripción
detallada de la situación de contención, y preguntas etnográficas. Se trata de entrevistas
de preguntas descriptiva, estructuradas y contrastadas. Las preguntas descriptivas,
proporcionan una recogida de una muestra del idioma del informante así como también,
conocer los conocimientos que poseen. Por otro lado, las preguntas de contraste
permiten descubrir los términos usados por los participantes a través del contraste del
lenguaje. Las preguntas de investigación del estudio fueron:

39
Análisis del impacto emocional del uso de la contención mecánica en profesionales de
Enfermería: revisión bibliográfica

1 ¿Como describen las enfermera las situaciones que involucran la aplicación de la


restricción física a un paciente internado en una unidad psiquiátrica?

2 ¿Que pensamientos y sentimientos explican las enfermeras al participar en la


decisión de restringir físicamente a un paciente?

3 ¿Cómo influyen estos pensamientos y sentimientos en las decisiones de las enfermeras


sobre el uso de la restricción física? (17)

En el análisis de los pensamientos y sentimientos de las enfermeras se reveló que la


situación suponía un dilema para ellas decidir entre, el riesgo de dañar al paciente o a
otros que se encuentren internos, además del personal, o restringir físicamente al
paciente. Ambas opciones eran indeseables para ellas pues la experiencia era
desagradable. Los resultados indicaron que el uso de las restricciones es más complejo
de lo que realmente se informa en la literatura donde factores normativo-afectivos, es
decir lo que por norma se establece en cuanto a la contención y los sentimientos y
emociones que surgen en los profesionales a la hora de llevar a cabo dicha medida,
influyen en la decisión de las enfermeras en la restricción.

En este sentido, se han planteado serias preocupaciones acerca del uso de la CM En las
unidades de salud mental, y es que no hay que perder de vista las lesiones graves
provocadas por el uso de dicha medida, tanto para el paciente como para el profesional.

En cuanto al impacto emocional que genera el uso de la restricción tanto para el


paciente como profesional, existe escasa bibliografía acerca de ello; concretamente
hemos encontrado cinco estudios, todos con metodología cualitativa. Sin embargo, la
poca literatura existente afirma que realizar una contención puede ser angustioso y
causar ansiedad al personal de enfermería. Además, de generar emociones negativas
tales como miedo, ira, tristeza, preocupación, shock, frustración y sobre todo duda sobre
uno mismo. Por otro lado, el personal ve e interpreta el uso de la CM como una
necesidad para la que no tiene alternativa. Ante esta visión resulta difícil plantearse
aplicar otras alternativas lejanas a la CM por parte del personal ya que, perciben la
medida como una solución rápida (16).

Otros autores analizan incluso sensaciones que experimenta el personal antes de realizar
una CM. Previa a la intervención, el personal siente frustración, temor, angustia e

40
Análisis del impacto emocional del uso de la contención mecánica en profesionales de
Enfermería: revisión bibliográfica

incluso una sensación de aumento de adrenalina. Así como también al finalizar la


técnica se muestran agotados y con secuelas físicas y emocionales (16).

En un estudio cualitativo realizado con enfermeras, se exploró el impacto de recibir e


implementar las restricciones físicas. Para ello se analizó el perfil del usuario y del
personal enfermero. En el caso del profesional, se entrevistaron a ocho miembros de los
cuales cinco eran hombres y tres mujeres, de edad entre 26 y 53 y que habían estado
trabajando en el campo de la discapacidad intelectual en una media de 6 años y 6 meses
y tenían experiencia en tratar con personas con un comportamiento desafiante en una
media de 4 años y 3 meses (18).

En este estudio se hace referencia a las emociones negativas tales como la impotencia,
por parte del personal, ante la imprevisibilidad de los acontecimientos y el bajo nivel de
control de la situación. Por otro lado el personal experimenta una sensación incomoda a
la hora de intervenir físicamente, debido a la aplicación de fuerza contra la resistencia
del usuario. Ante esta resistencia tanto el personal como el usuario puede experimentar
lesiones físicas y emociones negativas (18).

En este artículo (18) la mayoría del personal habló de un sentimiento de temor asociado
con pensamientos acerca de lo que está por venir, antes de la intervención física. Otros
miembros del personal informan que el inicio del temor viene dado por la inseguridad a
enfrentarse a una situación que resulta larga y dura de tratar. El temor junto con otras de
las sensaciones negativas tales como ira, tristeza, preocupación, shock, angustia y
frustración son emociones fuertes que el personal vive y que, además, están
directamente relacionados con la intensidad del comportamiento desafiador del usuario.
De la misma manera, se hace referencia también a la afectación por el uso de la
restricción a nivel fisiológico, como es el aumento de los niveles de adrenalina, factor
que puede impactar en la decisión de intervenir y que exacerba reacciones emocionales
negativas. El aumento de la adrenalina viene dado por el temor que experimenta el
personal y parece tener un impacto en el comportamiento del personal. Además, genera
un agotamiento físico en el personal, ya que se requiere un esfuerzo muscular durante la
intervención.

Por lo tanto, el mayor impacto que genera el uso de la CM sobre el personal es a nivel
emocional, creando reacciones emocionales que varían según la intensidad del
comportamiento del usuario. Por otro lado, el personal de enfermería informa de la

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Análisis del impacto emocional del uso de la contención mecánica en profesionales de
Enfermería: revisión bibliográfica

vivencia de sentimientos como la esperanza de que el usuario se vaya a calmar y la


frustración por el comportamiento desafiante del usuario. Ante la previsibilidad del
comportamiento del paciente, los participantes comentaban incluso “estar en una
montaña rusa emocional” donde se viaja con el paciente a través de periodos más
calmados y otros más agitados (18).

La CM es una medida restrictiva que no se lleva a cabo únicamente dentro de los


centros psiquiátricos sino también en residencias geriátricas. Algunos de los estudios
contemplados demuestran que el uso de la CM es muy frecuente en las residencias
geriátricas españolas. En 1997 se llevó a cabo un estudio comparativo (19) entre ocho
países, donde España presentaba una prevalencia que iba desde el 2,2% al 39,6% frente
a otros países como Italia, cuya media de uso era del 16,6%. Posteriormente, se realizó
un estudio en el 2008 en varias residencias de Madrid donde la prevalencia oscilaba
entre 8,4% y el 20,8%. Así pues, la prevalencia había disminuido en la última década.
Sin embargo, siguen siendo cifras muy elevadas en España. Por otro lado, encontramos
otro estudio publicado por la Confederación Española de Organizaciones de Mayores,
donde afirma que el 25% de los ancianos institucionalizados en España son contenidos
mecánicamente. A diferencia de otros países como Francia con un 17,1%, Italia un
16,6%, Suecia un 15,2%, Reino Unido un 4% o Dinamarca con un 2,2% (20).

Existen algunos estudios que explican que las actitudes de las enfermeras de los centros
geriátricos se caracterizan por tener sentimientos negativos frente al uso de restricciones
físicas, del mismo modo que las enfermeras psiquiátricas. En este caso hablamos de una
revisión sistemática publicada en el 2015, donde se llevó a cabo una búsqueda de la
literatura publicada desde el 1990 al 2013. El objetivo del estudio fue examinar las
actitudes de las enfermeras/os ante el uso de la CM y para ello, se analizaron 31
publicaciones de las cuales 20 eran estudios cuantitativos, 10 cualitativos y 1 mixto. En
este estudio se percibieron sentimientos negativos ante el uso de las restricciones físicas,
pero al mismo tiempo, las enfermeras perciben la necesidad de hacer uso de ellas en
cuanto a la prevención de caídas o lesiones. Por lo tanto, se encuentran en un conflicto
en el cual las enfermeras tenían dudas sobre el uso de estas medidas. A pesar de ello, las
enfermeras/os optan por el uso de la restricción por cuestiones de seguridad, pero cabe
destacar algún estudio como el de Evans, et al (2003), Kopke et al (2012), Mohler et al
(2012) los cuales afirman que no hay evidencia de que el uso de la CM disminuye las
caídas o lesiones. Por otro lado, en algunos de los estudios publicados en los últimos
42
Análisis del impacto emocional del uso de la contención mecánica en profesionales de
Enfermería: revisión bibliográfica

diez años, las enfermeras utilizan las contenciones como primera opción sin haber
considerado previamente otras opciones. Además, en esta revisión se incluyó estudios
que indican que la razón de no utilizar otras alternativas era por conocimiento deficiente
acerca de ellas, así como por la escasa utilización de ellas en sus prácticas (21). Por lo
tanto, el conocimiento en el uso de la CM es un factor que influye en las emociones que
experimenta el personal y por ello se analizará más adelante.

El papel del profesional enfermero resulta muy importante a la hora de decidir el uso de
las restricciones en pacientes mayores, a pesar de reconocer que restringir físicamente al
usuario puede tener consecuencias negativas como, la incontinencia, inmovilidad, UPP,
incluso la predisposición de los pacientes a infecciones. Además de estas consecuencias,
se han descrito en otros estudios otras como la muerte por asfixia al quedarse atrapados
en la contención y la muerte súbita en pacientes con patología cardiovascular (22). De
hecho se ha visto en un estudio realizado por Mile en el 2012, de la existencia de un 1%
de pacientes que fallecen en residencias geriátricas debido al uso de dispositivos de
contención, además la Food Drugs Administration (FDA) establece que en EEUU se
producen alrededor de 200 muertes al año relacionadas con los cinturones de contención
(23).
A pesar de las consecuencias que genera el uso de la restricción física en las personas
mayores, se hace uso de la técnica para mejorar la seguridad del paciente, evitar que el
paciente incordie a otros usuarios o enfermeras, y para llevar a cabo alguna
intervención. El uso de restricciones hace que el personal de enfermería se sienta
culpable, incómodo, triste y sientan lástima del paciente. Pero por otro lado hace que las
enfermeras sientan mayor control en la seguridad del paciente. Así pues, el personal de
enfermería se encuentra en una posición delicada al decidir sobre el uso de restricciones
físicas. Por lo tanto, se necesitan nuevos datos acerca de la percepción de las enfermeras
sobre el uso de dicha técnica.
La restricción física de las personas mayores es una técnica institucional llevada a cabo
en muchos países incluida Finlandia, en la cual se llevó a cabo un estudio cualitativo en
el 2010 donde el objetivo era describir las percepciones del personal de enfermería
sobre el uso de la restricción física. La muestra estaba compuesta por enfermeras que
trabajaban en diferentes instituciones geriátricas y se le realizaron entrevistas divididas
4 grupos según la categoría profesional: (n = 6) enfermeras, (n =6) enfermeras en

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Análisis del impacto emocional del uso de la contención mecánica en profesionales de
Enfermería: revisión bibliográfica

prácticas, (n = 4) asistentes institucionales y (n = 5) supervisoras del cuidado que


incluye enfermeras jefe. Todas los participantes eran mujeres y la información se
recopiló mediante entrevistas, donde los temas fueron: el uso de la restricción física
como un fenómeno, los antecedentes históricos del uso de la restricción, los objetivos
del uso de la restricción y el trabajo de la enfermera y de la comunidad en situaciones
que involucren el uso de la restricción. En este estudio se encontró nueve categorías que
describen el uso de la restricción en personas mayores, de las cuales una de ellas son las
emociones relacionadas con el uso de la restricción física (24) .
El personal de enfermería consideró que el paciente mayor tenía miedo y se sentía
encarcelado pero también consideraban que era una medida que aumentaba la sensación
de seguridad. Las restricciones causaron muchas emociones negativas como piedad y
culpa, en el personal de enfermería. Además, sentían que el uso de la restricción es un
acto cruel e incómodo y les genera conflictos emocionales; afirman no haber tenido
elección en mucha de las ocasiones y eso les crea un sentimiento de malestar al pensar
que quizás exista alguna manera de lidiar con la situación pero no la están llevando a
cabo.
Otro de los aspectos que menciona el artículo (24) es el marco legal que regula la
sujeción física. En este sentido hace referencia a la necesidad de una legislación
nacional para garantizar que las personas mayores puedan moverse libremente y, por
otra parte, para definir las situaciones en las que se debe de hacer uso de la restricción
física en Finlandia. También es necesario definir a través de la legislación como
manejar la documentación, la toma de decisiones y la evaluación de la utilización de las
contenciones.
Cabe destacar que en el estudio que se llevó a cabo en Cantabria en el 2012, también se
concluyó que se necesitaba desarrollar una legislación así como una formación más
completa y específica del personal de enfermería, ya que las evidencias científicas
mostraban como una buena formación del personal podía reducir el 56% de las
sujeciones sin la necesidad de aumentar el personal, siendo esta una de las razones por
las que también se recurre a esta técnica, sin aumentar el número de caídas incluso, el
uso de farmacología (22).
En cuanto al conocimiento sobre la técnica, éste es un factor fundamental a la hora de
conocer los sentimientos que generan las restricciones sobre el personal, ya que una
mala praxis genera mayor angustia en el personal de enfermería. A día de hoy no se han

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Análisis del impacto emocional del uso de la contención mecánica en profesionales de
Enfermería: revisión bibliográfica

encontrado alusiones acerca de la enseñanza de este tipo de técnicas desde un punto de


vista teórico, práctico ni ético en los planes de estudios de distintas universidades
nacionales. Además, se han encontrado que muchas de las restricciones se han llevado a
cabo incorrectamente y varios de los profesionales, tanto enfermeras/os como auxiliares,
desconocían las indicaciones y la técnica. Este desconocimiento puede generar una
experiencia traumática y lesiva tanto para el paciente como para los profesionales (25).
En esta línea, en el 2013 se publicó un estudio en España, que reflejaba el
desconocimiento que reside en el personal sanitario, referente a la CM. Se trataba de un
estudio multicéntrico observacional y correlacional transversal con la participación de
nueve centros y contaba con la participación de 94 enfermeras y 284 auxiliares de
enfermería, la mayoría de las cuales eran partidarias de hacer uso de la restricción física.
No obstante, argumentan a favor de su uso para prevenir caídas. Referente a este estudio
se extrajo que el 32% del personal sanitario conocían de la existencia de otras
alternativas respecto a la sujeción. El 61% desconocían que estas técnicas podrían
causar la muerte. Además, el 69,8% reconocían que la formación que tenían en este
campo era escasa o nula. Los datos sobre el uso de restricciones se recogieron mediante
observación directa y se recogían información sobre la edad, el sexo, la duración de la
estancia, las caídas, la movilidad, la cognición y estado funcional de los residentes (26)

Las actitudes que han ido revelando los estudios con enfermeras sobre la sujeción
mecánica, se pueden ver reflejados del mismo modo e, incluso un tanto más, agravados
en enfermeras de unidades psiquiátricas juveniles, las cuales informan sentir un gran
malestar a la hora de contener a un menor. Además, les genera sensaciones negativas
similares a agredir físicamente. El remordimiento es otro de los sentimientos que
mencionan, debido a la sensación de culpa y enfado consigo mismas ya que piensan que
quizás pueden controlar la situación de otro modo. Tratar de abordar situaciones en las
cuales el menor siente una gran frustración y genera episodios de agitación psicomotriz
y ataques de ira al darse cuenta de que pasará algunos días internado resulta un trabajo
muy complejo; además, de que algunos de ellos acuden engañados por la familia. Por lo
tanto, acudir a la CM es una alternativa dolorosa y en ocasiones forzosa para mantener
un entorno seguro tanto para el resto de usuarios como para el equipo. Así lo revelan
seis enfermeras y seis auxiliares de enfermería cuyas edades eran similares, cerca de los

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Análisis del impacto emocional del uso de la contención mecánica en profesionales de
Enfermería: revisión bibliográfica

45 años y con más de quince años de experiencia, en un estudio descriptivo cualitativo


realizado en el Hospital de Basurto (Bilbao) (27).

Tras conocer cómo afecta el uso de la CM a nivel emocional sobre el profesional de


enfermería, cabe destacar que existen factores que influyen en el personal a la hora de
realizar la CM. Sin ir más lejos, en el 2016 se realizó una revisión integrativa de la
literatura (28) donde se identificaron seis cuestiones (tabla 1) en relación a los factores
que influyen en la decisión de las enfermeras de SM a la hora de contener a un paciente.
En este estudio se utilizó el marco de Cooper, método que permite incluir diversas
metodologías para conseguir mayor profundidad y amplitud en el tema de investigación
y que incluye cinco etapas: (1) identificación del problema, (2) búsqueda de literatura,
(3) evaluación de los datos, (4) análisis de los datos y (5) presentación.

Así pues, se incluyeron 16 artículos de los cuales ocho son artículos de investigación
cualitativa, siete son de investigación cuantitativa y uno artículo de investigación de
método mixto. Las principales áreas de enfoque de los artículos analizados fueron: la
toma de decisiones por parte de las enfermeras de la restricción, la experiencia que
perciben en la restricción y las actitudes de las enfermeras hacia la restricción.

Por lo tanto, las seis cuestiones como factores influyentes en la decisión son los
siguientes:

Factores Influyentes
Seguridad
La moderación como intervención
La moderación como recurso
Conflicto de funciones
Control del mantenimiento
Composición del personal
Tabla: 1

El concepto de seguridad fue un tema destacado en la literatura hallada por este artículo.
Por un lado se analizó el artículo de Bigwood y Crower donde (29) se exploraron las
actitudes y opiniones del personal y se extrajo que el 40 % de los encuestados
consideraron que la restricción era efectiva para ayudar a calmar al paciente. La razón

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Análisis del impacto emocional del uso de la contención mecánica en profesionales de
Enfermería: revisión bibliográfica

de elección de estos profesionales por la restricción era que reducía la lesión física a
todas los involucrados. Además, este estudió informo que otras de las razones era la
seguridad que suponía tanto para el personal como para otros pacientes.

El siguiente factor influyente en la elección, es la restricción como moderación en la


intervención, que está muy relacionada con el tema de la seguridad, el cual destacaron
las enfermeras. Es decir, varios estudios consideraban que la restricción estaba
vinculada a la responsabilidad profesional de las enfermeras para proporcionar un
entorno seguro para todos. Del mismo modo, Bigwood y Crowe afirmaban que la
restricción es parte del trabajo a la hora de prevenir daños o lesiones a pacientes u otras
personas; por ello, resulta inevitable en la práctica enfermera de SM: “an integral,
essential, and unavoidable part of acute mental health nursing practice” (28, 29).

El siguiente factor es el uso de la restricción como último recurso. Este artículo analizó
el estudio de Holzworth y Wills (30), donde las enfermeras se comprometían
firmemente a utilizar la restricción como último recurso, de modo que se utilizaban
otras alternativas menos restrictivas tales como crear un ambiente más tranquilo y
terapéutico, la comunicación con el paciente y la administración de medicación, previa a
la medida. Según el artículo (28) varios estudios reflejaban cómo las enfermeras
experimentaban un conflicto en su papel, entre preservar la seguridad y sentir la
necesidad de participar en una intervención que les disgusta, siendo la restricción el
último recurso. Bigwood y Crowe sostienen que tanto los valores éticos como la
seguridad, deben estar equilibrados (29). Por el contrario, también se tuvo en cuenta el
estudio de Moylan y Cullinan (31) donde explicaban la creencia de las enfermeras de
que las conductas agresivas de los pacientes es una parte esperada por las enfermeras de
SM. Sin embargo, estas enfermeras sentían la presión para evitar el uso de restricciones.

Así pues, con esto hablamos de un conflicto de roles como factor influyente. Otro de los
factores que influye en la decisión de contener en las enfermeras de SM es mantener el
control. Respecto a este factor, el artículo analizó varios estudios como el de Lee
(32)donde exploró las opiniones de las enfermeras acerca de su última experiencia en el
uso de la restricción y se concluyo que el 96,8% de los entrevistadoras tenían una
percepción positiva del incidente ya que este fue controlado. En otro estudio que analizó
este artículo, se encontró que la razón más argumentada por las enfermeras para el uso
de la restricción fue que esta intervención proporcionaba un control inmediato del

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Análisis del impacto emocional del uso de la contención mecánica en profesionales de
Enfermería: revisión bibliográfica

comportamiento violento del usuario. Del mismo modo, el control del comportamiento
fue la segunda razón más alta (23,2%) por las enfermeras, en el estudio de Lemonidou
et al (33). Por el contrario Bigwood y Crowe concluyeron que las enfermeras mantenían
la expectativa de que mantener el control era parte del trabajo e incluso alguno
consideran que esta es una práctica terapéutica (29). Como último tema influyente
encontramos la composición del personal. En el estudio de Terpstra et al. se observó
que el 51% (n = 33) de los participantes enfermeros especificaron que la toma de
decisión relacionada con la restricción del paciente, se veía influenciada por la mezcla
del personal; es decir, la mezcla de varias categorías de personal sanitario que
proporcionan atención directa al usuario pueden influenciar en la decisión de contener,
ya que cada profesional puede ver la situación de un paciente desde otra perspectiva. En
otro de los estudios que se analizó, se observó que los turnos de noche aumentaban el
uso de las restricciones en un 51% (34).

Por otro lado, según el artículo (28) existe un desconocimiento dentro de la literatura
acerca del impacto de la experiencia profesional así como también, de la decisión de
restringir en las enfermeras de SM. En este mismo artículo analizó el estudio de Lindsey
(35), donde informaron que las enfermeras con mayor experiencia en enfermería y/o en
enfermería psiquiátrica recurrían más a la restricción como primera intervención. Del
mismo modo, en otro estudio se informó de una correlación positiva entre la experiencia
de las enfermeras trabajando en una unidad psiquiátrica y el número medio de
episodios de restricción en que estuvieron involucradas (34). No obstante, este estudio
no hace referencia al motivo por el cual existe esa correlación entre la experiencia y el
número de contenciones realizadas (28).

Como se ha ido analizando hasta ahora en la literatura, a nivel internacional la


restricción física es una técnica que afecta emocionalmente al personal de enfermería,
tanto del ámbito psiquiátrico como geriátrico. Incluso Australia ha dado un paso más y
contempló la posibilidad de reducir y, si es posible, eliminar el uso de la restricción;
para ello tiene en cuenta las actitudes y creencias, no únicamente del profesional
enfermero, sino también del consumidor de los servicios de SM y de los cuidadores,
como participantes. Cabe resaltar que la mayoría de la literatura hallada se centra en la
reducción en lugar de la eliminación de la restricción física.
En este sentido podemos ver un claro ejemplo como son los Países Bajos, donde
durante mucho tiempo la CM ha sido considerada como una intervención preferente,
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Análisis del impacto emocional del uso de la contención mecánica en profesionales de
Enfermería: revisión bibliográfica

mientras que el uso de la medicación por la fuerza no era aprobada por resultar
innecesariamente invasiva. Sin embargo, con el tiempo se demostró científicamente que
el número y la duración de una restricción, así como también, el número de
acontecimientos violentos, eran más elevados respecto a otros países europeos. Por ello,
en los últimos años las actitudes frente al uso de dicha medida han cambiado en los
Países Bajos (36).
A día de hoy, en Holanda, el aislamiento es la primera medida de elección entre otras,
mientras que la CM rara vez se utiliza en instituciones psiquiátricas. No obstante, sí se
utiliza como medida principal en instituciones geriátricas, concretamente en personas
con demencia. Además, Holanda lanzó un programa nacional para reducir el uso de la
CM, suponiendo un gasto económico para el país de 15 millones de euros. En este caso
el artículo no hace referencia al motivo que justifica el gasto que produce el programa.
(36).

Por otro lado, en 2010 los psiquiatras del Real Colegio de Australia y Nueva Zelanda
(21) revelaron estar comprometidos con el objetivo de reducir y, en la medida de lo
posible, eliminar el uso de la CM, apoyando así la buena práctica y proporcionando una
mejora en la atención. En 2005, la Asociación de Directores de Programas Estatales de
Salud Mental de EEUU, publicó un documento con el nombre de “Seis
recomendaciones básicas para reducir el uso del aislamiento y la retención” el cual
influyó positivamente en la práctica, ya que se redujo la restricción y el aislamiento en
70 instituciones psiquiátricas que hicieron uso de estas estrategias. Sin perder de vista
Finlandia que llevó a cabo un ensayo clínico aleatorizado, donde se evaluaron las seis
estrategias, las cuales condujeron a la reducción de la incidencia del uso de la CM de
30 al 15% (21).

En este estudio (21) se analizó a través de una encuesta de diseño mixto, las distintas
perspectivas de los grupos. En este caso, se observa independientemente de que se
quiera eliminar la restricción, que existe un fuerte acuerdo entre los grupos
participantes. Entre el 80 y 90% de ellos afirmaban que el uso de la restricción es
perjudicial, viola los derechos humanos y compromete la relación terapéutica y la
confianza entre profesional y usuarios. Sin embargo, también se identificaron beneficios
por parte del profesional, como es la seguridad del usuario y del profesional y el
establecimiento de límite de comportamiento. Para determinar las diversas creencias

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Análisis del impacto emocional del uso de la contención mecánica en profesionales de
Enfermería: revisión bibliográfica

que existía entre los participantes en cuanto a si se elimina la contención o no, se han
tenido en cuenta el concepto deseable y factible. En este caso la gran mayoría de los
participantes creyeron que era deseable y factible eliminar la práctica de la CM y el
14% creyó que era factible. En comparación con los profesionales, los cuidadores y los
usuarios eran más propensos a creer que la eliminación del uso de dicha técnica era
deseable y factible respecto a los profesionales (21).

Por otro lado, encontramos que Dinamarca y Noruega enfocan la disminución del uso
de la CM desde otra perspectiva. Dado que el uso de la contención es dos veces más
frecuente en Dinamarca que en Noruega, estos se plantearon identificar numerosos
factores de prevención de CM basados en la literatura científica, que explicaran la
diferencia en la frecuencia del uso de la técnica entre los dos países. Así pues, el estudio
que llevaron a cabo era una encuesta transversal en unidades psiquiátricas, de las cuales
obtuvieron seis factores de prevención de la CM. En este caso hablamos de la
identificación de los desencadenantes de la crisis del usuario, la relación paciente-
personal, la educación del personal, el personal sustituto y la separación de los pacientes
con trastornos agudos, como factores preventivos (37).

Identificar los signos de alerta es un factor que explica la diferencia en el uso de la CM


entre los dos países. Identificar los factores que desencadenan la crisis en el usuario es
una tarea que deben trabajar en común tanto el profesional como el paciente. La
importancia de este factor reside en que juntos reconozcan y desarrollen acciones para
evitar crisis próximas y evitar episodios de contención. Este factor preventivo que
identifica el estudio de Dinamarca y Noruega, fue apoyado por varias investigaciones
como es el caso de un estudio publicado en el 2004 y realizado en un hospital
universitario de Chicago, titulado “Un programa para reducir el uso de la restricción
física en los hospitales psiquiátricos” donde observaron una disminución de entre 49 y
99% de los episodios de restricción física, después de haber entrevistado a los pacientes
para determinar sus desencadenantes de crisis (37, 38).

En cuanto al factor personal-paciente, este hace referencia a la misma proporción entre


paciente y profesional, donde este último puede observar e interactuar más con los
usuarios. Con este factor se podría lograr también reducir el número de personal

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Análisis del impacto emocional del uso de la contención mecánica en profesionales de
Enfermería: revisión bibliográfica

estresado y se dispondría de más recursos personales para el refuerzo positivo y para el


apoyo y la comunicación, creando un ambiente más potenciador y orientador a la
recuperación de los pacientes. Existen investigaciones como la de Janssen et al. (39) que
observaron que el uso de la CM era mayor cuando el número de pacientes por personal
era elevado.
La educación del personal en el uso de medidas restrictivas es un tema que se vuelve a
reiterar como factor fundamental en la práctica, ya que una buena formación entre el
personal, proporciona a este mayores competencias en el análisis de las situaciones de
crisis así como también en el manejo de estas, reduciendo el número de restricciones.
Este factor preventivo que establece el estudio realizado en Dinamarca y Noruega
vuelve a contar con el apoyo de investigaciones científica, como es la observación de
Flaynner, et al. (40) los cuales descubrieron que el personal que era víctima de las
agresiones de los pacientes psiquiátricos estaba menos formados y entrenados frente a
situaciones de crisis (37).

Las situaciones de crisis a las que suelen estar expuestos el personal de enfermería
debido al uso de medidas restrictivas, pueden prevenirse generando un ambiente de
trabajo tranquilo, ya que el bienestar del personal puede afectar al de los pacientes,
porque cuando el profesional experimenta un ambiente de trabajo más positivo el
paciente puede experimentar un entorno positivo. En general, la investigación apoya la
asociación entre el uso de la CM y el entorno de trabajo; en este sentido vemos que este
artículo (37) menciona el estudio de De Benedictis, et al. (41) los cuales informan que el
clima de los equipos, la percepción sobre la agresión y la interacción de los miembros
del equipo pueden asociarse a un mayor uso de la restricción.

Otro de los factores que previenen el uso de la CM es el personal suplente. El personal


que sustituye al enfermero/a habitual de la planta, carece de conocimientos acerca de la
estructura de la unidad, de los procesos y sobre todo desconoce a los pacientes. Este
hecho genera inseguridad y alteraciones en el día a día de la unidad así como, en los
pacientes más vulnerables. Además este factor podría ser estresante para los usuarios y
crear un comportamiento más agresivo o violento lo que supone mayor uso de medidas
restrictivas. Por último, se observó que la separación de pacientes con trastornos agudos
del resto de usuarios, era uno de los seis factores que pueden prevenir el uso de CM.

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Análisis del impacto emocional del uso de la contención mecánica en profesionales de
Enfermería: revisión bibliográfica

Cabe resaltar que este factor no fue apoyado por otros estudios, ya que se necesita
explorar aquellos mecanismos involucrados en la colocación de pacientes en una parte
aislada de la unidad (37).

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Análisis del impacto emocional del uso de la contención mecánica en profesionales de
Enfermería: revisión bibliográfica

4. Conclusión:

Tras la revisión realizada, hayamos diez estudios de carácter cualitativo, de los cuales
dos son literatura española y ocho de publicación internacional como Australia,
Finlandia, etc. Dichos estudios dan respuesta a los objetivos planteados al inicio de
esta investigación y con ellos se concluye que el uso de la CM, genera un impacto
negativo, a nivel físico y emocional, sobre el profesional sanitario, en este caso sobre
los enfermeros/as de las unidades de SM.
Entre los profesionales la mayoría de las sensaciones son negativas, se sienten
“emocionalmente incómodos con dicha medida”, sienten “pena, miedo, angustia y
miedo de abusar de los derechos de los pacientes”. Realizar una restricción física puede
ser angustioso y puede causar ansiedad en el personal que lo lleva a cabo, así como
también ira, tristeza, preocupación, shock, frustración y dudas. Otras de las emociones
negativas que experimenta el personal de enfermería es la compasión y la culpa, “el uso
de la restricción puede ser cruel, malo e incómodo”. Algunos de los sentimientos
encontrados en algunos de los estudios analizados es, “el personal ve el uso de las
restricciones físicas como una necesidad para la que no tiene alternativa”, “angustia,
ansiedad e ira” (16).
En mucha menor medida, los profesionales también han descrito algunas sensaciones
positivas que implica el uso de la restricción física, así como “esperanza porque el
paciente recupere la calma” y sensación “de estar aportando control y previniendo daños
o peligros”. Algunos autores han analizado incluso sensaciones previas a la contención
como, “frustración, miedo, ira, angustia y terror”, así como “la sensación física de
incremento de adrenalina” factor que puede impactar en la decisión de intervenir y
además, exacerba las reacciones emocionales negativas (18).
Durante la revisión se han analizado algunos estudios que confirman que las
sensaciones que experimentan las enfermeras psiquiátricas frente al uso de la
contención mecánica, son similares a las de las enfermeras de los centros geriátricos. En
este caso, se percibieron sentimientos negativos, pero al mismo tiempo, las enfermeras
de las unidades geriátricas perciben la necesidad de hacer uso de ella para prevenir
caídas y lesiones. Por ello, el personal se ve en un conflicto en el cual estas tienen dudas
sobre el uso de dicha medida, optando por el uso de la contención por cuestión de

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Análisis del impacto emocional del uso de la contención mecánica en profesionales de
Enfermería: revisión bibliográfica

seguridad, a pesar de la inexistencia científica que confirme que el uso de la CM


disminuye las caídas o lesiones relacionadas con la caída.
Las restricciones causaron muchas emociones negativas como piedad y culpa en el
personal enfermero de las unidades geriátricas. Además, sienten que el uso de dicha
medida es un acto cruel e incomodo y les genera conflictos emocionales. Algunos de los
participantes que formaban parte de los estudios analizados durante la revisión, afirman
no haber tenido elección en muchas de las ocasiones y eso les crea un sentimiento de
malestar al pensar que quizás exista alguna manera de abordar la situación pero no la
están realizando.
Como se ha ido analizando hasta ahora en la literatura, la restricción física es una
técnica que afecta emocionalmente al personal de enfermería, tanto del ámbito
psiquiátrico como geriátrico.
En la mayoría de los artículos o revisiones consultadas, encontramos que una de las
principales medidas a tomar es la formación del personal sanitario que trabaja en ambas
unidades, mencionadas anteriormente, ya que una mala praxis genera mayor angustia
sobre el personal. Once de los estudios hallados durante la revisión bibliográfica, tres de
ellos de publicación española, hacían referencia a la formación que posee el personal en
cuanto al uso de la restricción mecánica. Así pues dando respuesta al objetivo especifico
planteado al inicio, cabe destacar que no se han encontrado alusiones sobre la enseñanza
de este tipo de técnicas a nivel teórico ni práctico.
No obstante se han encontrado que muchas de las contenciones se han llevado a cabo
incorrectamente y varios de los profesionales enfermeros e incluso auxiliares,
desconocían de las indicaciones y la técnica. Este hecho puede suponer una experiencia
traumática y lesiva, tanto para el profesional como para el paciente. En uno de los
estudios analizados de carácter multicéntrico observacional y correlacional se extrajo
que el 69,8% del personal reconocían que la formación que tenían en este campo era
escasa o nula (24).

6.1. Limitaciones:

Una de las mayores dificultades con las que nos encontramos es la escasa literatura
acerca del impacto de la CM a nivel emocional sobre el profesional enfermero. Sin
embargo, encontramos diversos estudios que analizan las consecuencias del uso de
dicha medida a nivel físico y emocional pero sobre los pacientes. Por otro lado, a nivel

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Análisis del impacto emocional del uso de la contención mecánica en profesionales de
Enfermería: revisión bibliográfica

español tampoco encontramos literatura científica que determine el impacto emocional


que provoca el uso de la CM.

6.2.Implicaciones para la práctica:

Teniendo en cuenta las diferentes revisiones bibliográficas halladas, resulta necesario


realizar más estudios a nivel nacional, respecto a las sensaciones experimentadas por el
profesional enfermero, a la hora de llevar a cabo una CM, puesto que la existente es
escasa o nula.

De acuerdo con los artículos consultados, se concluye que existe la necesidad de tomar
como medida principal la formación del personal sanitario que trabaje en cualquier
unidad de SM. Desarrollar una formación más completa y específica del personal de
enfermería, puede ser una medida que evite emociones negativas previas, durante y post
la intervención física. Además, existen evidencias científicas que muestran como una
buena formación del personal puede reducir el 56% de las sujeciones sin la necesidad de
aumentar el número de personal ni el uso de farmacología (22).

Por otro lado, se podría actuar también fomentando la investigación tanto a nivel interno
de cada centro, como de cada región o país, para dar respuesta a los profesionales en
caso de dudas o aportaciones, de modo que mejoraríamos las actuaciones del personal y
la atención al paciente.

Otro punto sobre el que se puede actuar es el de impulsar el uso de medidas alternativas
para evitar el uso de la CM. Es importante que el profesional conozca el manejo de un
321paciente que comienza agitarse o con riesgo de caídas, lesiones, etc. para llevar a
cabo intervenciones previas reduciendo así, el uso de la CM. Antes de la CM hay que
intentar controlar al usuario con actuaciones alternativas como, la contención verbal o
psicológica, control del ambiente, las medidas conductuales, la contención
farmacológica, etc.

Para lograr un uso limitado y justificado de las sujeciones físicas, es necesario tener
procedimientos y normativas claras además, de profesionales bien formados. Por ello,
es necesario elaborar una legislación común donde se recoja las actuaciones respecto al
uso de la CM, alternativas preventivas a la contención, etc. Según el Comité de Bioética
de España, resulta difícil encontrar una normativa o legislación acerca del uso de
contenciones. Si viene es cierto que podemos encontrar referencias acerca de los

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Análisis del impacto emocional del uso de la contención mecánica en profesionales de
Enfermería: revisión bibliográfica

derechos, principios y valores que se ven comprometido, así como también, podemos
encontrar normativas que hacen referencia a la manera que deben de actuar los
profesionales sanitarios que estén a cargo de una sujeción, pero no existe legislación
específica a nivel estatal, que regule el uso de las contenciones (42).

Otra alternativa interesante sería la de aumentar el ratio de profesionales por paciente, es


decir contratar a más profesionales para permanecer con el usuario mientras existan
signos de agitación o bien cuando se encuentre agitado. De este modo el profesional
permanecerá con el paciente, evitando conductas autoagresivas o heteroagresivas. Dicha
medida conlleva muchos beneficios para el paciente y el profesional. Sin embargo
implica un gasto económico, motivo por el cual escasas instituciones apuestan por ella.
No obstante, como ya se ha visto en la literatura existente esta es una alternativa que
podría reducir el número de CM, ya que se podría observar e interactuar más con el
paciente, promover el refuerzo positivo, el apoyo y la comunicación, creando un
ambiente orientado a la recuperación de los usuarios (37).

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Análisis del impacto emocional del uso de la contención mecánica en profesionales de
Enfermería: revisión bibliográfica

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6. ANEXOS:

ECUACIONES DE BÚSQUEDA:

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ARTÍCULOS RELEVANTES:

REFERENCIA ESTUDIO METODOLOGÍA CONCLUSIONES

Objetivo: Estudio cualitativo de diseño El estudio reveló que la situación de restricción


Conocer los etnográfico llevado a cabo a partir representaba para las enfermeras psiquiátricas un
pensamientos y de una entrevista etnográfica. Seis dilema a la hora de decidir entre el riesgo del paciente,
sentimientos de las de las enfermeras del hospital su entorno o del personal y la de contener. Ambas
Wells, et al. 200017 enfermeras de SM acerca psiquiátrico de Toronto, Canadá, opciones eran indeseables para ellas, pues la
de la decisión de fueron las participantes de la experiencia era desagradable y sentían miedo,
restringir los entrevista. Todas ellas mujeres de ansiedad, desamparo y desesperanza frente al uso de
movimientos. entre 42 a 56 años de edad. la CM.

Objetivo: El uso de la CM genera un gran impacto a nivel


Explorar el impacto de emocional, sobre el personal enfermero, creando
Se entrevistaron a ocho
recibir e implementar la sentimientos como esperanza de que el paciente se
Hawkins, et al. enfermeros, de los cuales 5 eran
CM tanto en el personal calme y frustración por el comportamiento desafiante
200518 hombres y 3 mujeres de edad
como en el paciente. de este. La impotencia por parte del personal ante la
entre 26 y 53 años.
imprevisibilidad de los acontecimientos y el bajo nivel
Metodología: de control de la situación.

Estudio cualitativo
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Las restricciones es un acto cruel e incómodo que


Objetivo: Estudio cualitativo donde los datos genera conflictos emocionales. El uso de la CM en
Describir las obtenidos se recogieron a través de instituciones geriátricas causó sentimientos de culpa y
percepciones del personal entrevistas divididas en 4 grupos, piedad entre el personal de enfermería no obstante,
de enfermería sobre el según la categoría profesional: fue visto como una manera de garantizar la seguridad
Reeta, et al. 200924
uso de la CM en el enfermeras, enfermeras en del paciente anciano.
cuidado de pacientes prácticas, asistentes institucionales Se necesita una legislación nacional para garantizar
geriátricos. y supervisores. que las personas mayores puedan moverse libremente
. y para definir situaciones en las que se debe de hacer
uso de la CM.
Objetivo:
Explorar aquellos Se ha llevado a cabo una revisión Se han identificado ocho temas tales como: seguridad
factores que influyen en integradora utilizando el marco de para todos, moderación como intervención necesaria,
Riahi, et al. 201628 las enfermeras de SM a la Cooper. restricción como último recurso, conflicto de
hora de tomar la decisión funciones, control del mantenimiento y composición
de contener. del personal.

64
A partir de este estudio se obtuvo seis factores
preventivos de la CM, como son: la educación del
Objetivo:
personal, personal sustito, ambiente de trabajo
Examinar cómo factores Estudio llevado a cabo a partir de
aceptable, separación de los pacientes agudos y la
de prevención de la CM, una encuesta transversal en
identificación de los desencadenantes de la crisis del
Bak, et al. 201537 explican el número unidades psiquiátricas.
paciente. Estos seis factores de la CM explican la
diferente de episodio de
diferencia de números de episodios de CM entre
CM entre Dinamarca y
Dinamarca y Noruega, ya que el uso de. la CM es
Noruega.
dos veces más frecuente en Dinamarca que en
Noruega

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