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Introducción
Las pruebas podríamos compararlas con un rompe cabezas. El rompe cabeza para que tenga
forma, hay que armar todas las piezas, lo mismo pasa con las pruebas en materia judicial. Es
necesario reunir todos los medios de pruebas para poder armar el hecho ocurrido.
El siguiente trabajo presenta en su desarrollo diversos sectores, conceptos y
definiciones derivadas de los medios de pruebas en materia procesal civil. Las pruebas son
las que comunican a la autoridad con el hecho ocurrido, ésta le van hablando hasta que el
investigador logra llegar al punto final.
Los elementos de prueba sólo pueden ser valorados si han sido obtenidos por un medio lícito
y conforme a las disposiciones del código procesal civil. No obstante existe un sin números
de casos, en los cuales se han presentados pruebas ilícitas, por ejemplo, la presentación ante
el tribunal de un testigo falso.
Es menester citar de manera improductiva, que en nuestro sistema judicial, los medios de
pruebas mas usados por su gran eficaz lo son: la confesión, la inspección judicial, el
Testimonio, el Peritaje, las presunciones, la prueba por informe y por último el Careo
2. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
Los tratos preliminares son los actos que se llevan a cabo con el fin de elaborar, discutir y
concretar el contrato, pueden consistir en conversaciones manifestaciones, borradores que
no constituyen actos jurídicos de manera inmediata, pero que son relevantes por su
trascendencia en el orden de la formación de la voluntad contractual.
La esencia y razón de las tratativas es la libertad de los tratantes para intercambiar ideas, así
de esta manera plasmar automáticamente su intención no hay acción jurídica que pueda de
manera coercitiva obligar a la parte que no lo hace o que se aparte de las tratativas
precontractuales se configura un deber jurídico de la actuación de las partes, el deber que
permite a las partes exigírselo recíprocamente
La regla de buena fe, tiene verdadera fuerza jurídica esto en crea deberes a los que están
sometidos los futuros contratantes.
3. OBJETIVOS
4. JUSTIFICACIÓN
Este proyecto se concibe en razón de la búsqueda de una mejor compresión del concepto
responsabilidad civil precontractual dentro del Negocio Jurídico, tanto dentro de la relación
obligatoria como por causas que son ajenas a esta, su descripción, motivos y fundamentos
sobre la existencia de esta figura jurídica en nuestro ordenamiento jurídico y en otros,
teniendo como base a la Doctrina Clásica y Moderna sobre las justificaciones que se plantean
para la consolidación de esta figura, atendiendo sus discusiones y críticas que sustentan
indistintamente los juristas por su tendencia
Se aborda desde una perspectiva legal y doctrinal, el alcance de los tratos preliminares es la
que se da a la buena fe en la etapa precontractual y a los deberes de conducta los daños
indemnizables la obligación de asumir sus consecuencias por su accionar.
5. MARCO TEORICO
Fue el jurista alemán Rudolf Von Ihering quien partiendo de fuentes romanas afirmó en el
siglo XIX que las consecuencias de los comportamientos observados por las partes en las
negociaciones preliminares anteriores al contrato podían originar un juicio de reproche para
una de ellas a través de una responsabilidad que denominó “culpa in contrahendo”, alusiva
al quebrantamiento culpable de la confianza que despierta su celebración y la consiguiente
generación del contrato, pudiendo en consecuencia, el que se siente perjudicado con esta
culpa, denominada también daño in contrahendo, demandar el resarcimiento de los
perjuicios por la vía contractual, atendido a que la “conclusión de un contrato, según dice
Ihering, no produce sólo la obligación de cumplimiento, sino que hace nacer también, cuando
la obligación de cumplimiento queda excluida, un deber de resarcimiento de daños”.
Eso es lo que algunos denominan interés positivo fundado en el cumplimiento e interés
negativo, fundado en la frustración del contrato.
El jurista argentino Brebbia destaca esta obligación y el deber de garantizar la confianza
asegurando la celebración del contrato.
Refiriéndose a esta diligencia afirma que “Esta culpa in contrahendo consiste en la
violación de la obligación de diligencia que las partes deben observar no sólo el
cumplimiento del contrato, sino también en el transcurso de las relaciones anteriores al
mismo, a fin de que cada contratante no quede liberado al peligro de constituirse en víctima
de la negligencia del otro”. Agrega que “No es necesario que esa obligación o garantía de
diligencia se estipule expresamente, pues la ley la presume”. Brebbia,Voz “Culpa in
contrahendo”, (1986) pág. 280
Debemos al jurista italiano Gabriel Fagella el aporte del término “responsabilidad
precontractual” introduciendo al campo de las tratativas y negociaciones preliminares
previas a la emisión de una oferta de celebración de contrato, el terreno de la responsabilidad
cuando hay retiro arbitrario del consentimiento.
Conforme lo ha sostenido el profesor Hugo Rosende, “Hay responsabilidad precontractual
cuando se causa daño a la persona o bienes del otro en el curso de la formación del
consentimiento”. Por su parte, Risueño destaca que durante el periodo de formación y en la
fase previa a la elaboración del contrato –que él denomina “negociaciones previas o tratos”–
puede existir responsabilidad precontractual de un contrato no concluido, sino como proyecto
eventual. En estos tratos negociales previos, denominados “ante actos” o “ante contratos”
se entiende que puede existir responsabilidad generada normalmente por culpa, de la que
surge el necesario resarcimiento del daño causado, en la medida en que la voluntad
manifestada en estas tratativas previas vaya dirigida a alcanzar un acuerdo y aceptación
sucesiva, cuya terminación o ruptura intempestiva genera responsabilidad por los
compromisos que anteceden a la conclusión del contrato y provoca el perjuicio derivado de
su no celebración.
Brebbia señala que la responsabilidad precontractual tiene lugar “cuando a raíz de la
comisión de un acto ilícito, por lo general culposo, sucedido en el curso de las tratativas
previas a un contrato, del que deriva un daño al otro precontratante, surge la obligación de
resarcir el daño causado”. Brebbia, Responsabilidad Precontractual, (1987) pág. 96.
Para Corral Talciani “la llamada responsabilidad precontractual, esto es, la que se genera por
el daño causado en las fases preparatorias que aún no se han concluido en la celebración de
un contrato”.
5.2.CONCEPTOS
5.2.1. Período
5.2.2. Precontractual
La definición de este término debe incluir tanto lo dicho por la Real Academia, como
el alcance legal del mismo. Atendiendo a lo anterior, se opta, entonces, por dividir
la palabra en sus partes, conocer el sentido individual de cada una y, luego, unirlas
a la luz del principio según el cual "el conjunto da razón de sus partes". Con la
separación de la palabra en sus componentes se tiene:
5.2.3. Pre
5.2.4. Contractual
Todo aquello estipulado por contrato y a través del documento que acredita éste.
Desde el punto de vista legal, el Código de Civil en su artículo 450 define el contrato
como "... Hay contrato cuando dos o más personas se ponen de acuerdo para
constituir, modificar o extinguir entre sí una relación jurídica.
A partir de los planteamientos precedentes, el término precontractual puede
definirse como lo previo al contrato, es decir, al acuerdo de voluntades entre dos o
más agentes por el cual se constituye, regula o extingue entre ellos una relación
jurídica patrimonial. Definición ésta que, junto con lo antes expuesto sobre período,
permite definir conceptualmente la expresión período precontractual: "espacio de
tiempo que cubre toda la duración anterior al acuerdo entre dos o más agentes para
constituir, regular o extinguir entre ellos una relación jurídica patrimonial". No
sobra destacar que en dicho espacio de tiempo tienen lugar todas las conversaciones
que anteceden al contrato mismo, a través de las cuales se busca el consentimiento
y la aceptación entre los sujetos que van a celebrar el respectivo negocio jurídico.
5.3. EL DAÑO
BELTRÁN nos señala que: "el daño, proviene del latín "demere" que significa "menguar",
que es entendido como "el detrimento" o menoscabo a un interés jurídicamente tutelado por
el ordenamiento jurídico (que en un primer momento corresponde al Interés Jurídico
General de "no verse dañado por la conducta de otro sujeto", tornándose luego en un interés
específico de la víctima. Al ser el daño un menoscabo a un interés jurídicamente tutelado la
indemnización debe perseguir "no una sanción" sino una "satisfacción" de dicho interés
conculcado. Este menoscabo a un interés jurídicamente tutelado se va a manifestar en una
afectación a la esfera personal y/o patrimonial de un sujeto en virtud de un hecho
antijurídico o no antijurídico (que también generan efectos indemnizatorios)".
5.3.1. Daño patrimonial
Aquel que recae sobre el patrimonio, entendido como todo bien susceptible de
valorarse económicamente, es decir, bienes que permiten su sustitución por otro bien
similar, por eso en este tipo de daños se sostiene que la reparación, en los cuales la
reparación tiene un carácter satisfactorio, al dañarse bienes insustituibles, que no
tiene valoración tiene un carácter compensatorio a diferencia de los daños
extrapatrimoniales pecuniaria.
El daño patrimonial presenta a su vez dos categorías:
5.3.2. El daño emergente: Es el daño propiamente dicho; consistente en la pérdida,
detrimento o menoscabo de un bien de naturaleza patrimonial del acreedor; es la
pérdida que sufre la víctima como consecuencia del evento dañoso.
5.3.3. El lucro cesante: Es la ganancia patrimonial dejada de percibir por el
acreedor, empobrecimiento del patrimonio del acreedor. Se establece mediante la
comparación entre el patrimonio realmente existente después del daño y el que
probablemente existiera si el daño no se hubiera producido; es expresado por la
diferencia negativa encontrada mediante esa operación.
5.3.4. Daño extra patrimonial
Es aquel daño que incide sobre el ser humano, y como tal incide sobre aspectos del
ser humano que no tienen una traducción dineraria, pues no están en el comercio de
los hombres, es decir incide sobre bienes insustituibles, de ahí la denominación de
daños extra patrimoniales.
5.3.5. Daño Moral: En principio, el daño moral es aquel que no tiene ningún
contenido patrimonial, se traduce como el sufrimiento, la profunda pena, la lesión a
los sentimientos y emociones del acreedor.
Para el ilustre Dr. Jorge Mosset Iturraspe profesor y jurista de la Universidad Nacional del
Litoral de Santa Fe Argentina, que en materia de Responsabilidad Civil, , quien al definir el
Daño Moral refiere lo siguiente:
"Se ha dicho que el daño moral constituye toda modificación desvaliosa del espíritu.
Alteración espiritual profunda no subsumible en el dolor, ya que puede consistir en
profundas preocupaciones, estados de aguda irritación, etc., que exceden lo que por dolor
se entiende, afectando el equilibrio anímico de la persona, sobre el cual los demás no pueden
avanzar. Así entonces decimos, que toda alteración desvaliosa del bienestar psicofísico de
una persona por una acción atribuible a otra, configura un DAÑO MORAL".
5.3.6. Daño a la Persona: CARLOS FERNÁNDEZ SESSAREGO, señala que, el daño
a la persona también se denomina daño subjetivo[11]y precisa que en las dos
últimas décadas ha surgido una profunda preocupación por lo que se suele
denominar daño subjetivo o daño a la persona. Para el mismo autor el daño a la
persona es aquel daño que no se puede valorizar económicamente en tanto el bien
afectado es el proyecto vital de la persona, su futuro, su destino, su vida de
relación, el libre trabaja en forma independiente, a quien se le causa un daño que
implica desenvolvimiento de su personalidad de acuerdo a su personal vocación.
Ejemplo: La situación de un orfebre o de un artesano ceramista, que pérdida de
uno o más dedos de la mano. Con ello no sólo se le ocasiona un daño emergente
y un lucro cesante de carácter patrimonial, sino también un daño extrapatrimonial
en cuanto a la pérdida de los dedos lo obligará a cambiar su proyecto vida, a
alejarse de su actividad vocacional, a dejar de realizarlo lo que sabe y otorga
sentido a su vida.
5.4. NOCIONES INTRODUCTORIAS Y RESPONSABILIDAD
PRECONTRACTUAL
Jorge Mosset Iturraspe afirma que “la responsabilidad civil no es otra cosa que el
deber de indemnizar los daños causados culposamente a otro”. Jacques Henriot,
citado por Mosset, nos brinda un concepto mucho más amplio indicando que la
responsabilidad “no es sino el deber de reparar un daño originado en la violación de
un derecho ajeno”. Geneieve Viney, también citado por Mosset expone que “la
expresión responsabilidad civil designa en el lenguaje jurídico actual, el conjunto de
reglas que obligan al autor de un daño causado a otro a reparar el perjuicio,
ofreciendo a la víctima una compensación”.
Cabe destacar la definición que nos ofrece la colombiana Visser del Pino, quien
sostiene que la responsabilidad civil es “la obligación que surge en cabeza de una
persona de reparar un daño a otro, como consecuencia de la comisión de un hecho
ilícito, doloso o culposo, o por el incumplimiento de una obligación”.
Hart, citado por Carlos Santiago Nino, distingue cuatro sentidos de responsabilidad:
Max Arias Schereiber Pezet hace referencia a 12 clasificaciones de contratos, de las cuales
sólo haremos referencia a la clasificación por la manera como se forman los contratos,
según la cual los contratos se dividen en: contratos con negociación previa y contratos por
adhesión, conforme se detalla a continuación.
Estos contratos tienen una fase preliminar, denominada negociación, tratativa o “pour
parler” (para hablar), en la que se intercambian puntos de vista. Esto ocurre en los
contratos de importancia económica o formal de cierta complejidad. No existe un
plazo legal para esta etapa preliminar.
Estos contratos surgen por las necesidades de la vida moderna y se les denomina
contratos en masa.
De estas dos clases de contratos sólo haremos referencia a los Contratos con
Negociación Previa, que son los únicos contratos en los cuales existe tratativas.
5.6.2.1. IMPUTABILIDAD
5.6.2.2. LA VOLUNTARIEDAD
5.6.2.3. CULPABILIDAD
Se manifiesta de dos maneras: la culpa “stricto sensu”, y el dolo (la mala fe).
5.6.3. EL DAÑO
En las tratativas puede ser incluso, la “pérdida de la chance”, y son resarcibles tanto
el daño material, como el daño moral.
La rotura de las tratativas es cuando uno de los tratantes recede sin justificación válida
tratativas que han sido conducidas de tal manera que han inducido al otro tratante a confiar
razonablemente en la celebración del contrato.
Para BIANCA el comportamiento doloso existe cuando el sujeto inicia o prosigue las
tratativas teniendo la intención oculta de no concluir el contrato.
El daño.
No basta la violación por uno de los tratantes de negociar de buena fe, se requiere además
haber acarreado daño al otro contratante, que es el segundo elemento de la responsabilidad.
Producidos estos dos elementos surgen los supuestos de hecho para poner en marcha el
aparato de responsabilidad.
5.9. MALA FE EN LAS TRATATIVAS PRELIMINARES
Para Guillermo Borda la mala fe puede presentarse en las tratativas de la siguiente manera:
En estos casos quien se considere perjudicado, puede según el caso iniciar una de
las siguientes acciones:
Diez Picazo agrupa cuatro hipótesis diferentes de responsabilidad precontractual, que son
los siguientes:
5.10.1. Un contrato nulo cuando una de las partes era conocedora del obstáculo
que se opone a su validez y lo ocultado a la otra parte, faltando al deber de prestar
información. O bien no conociera realmente el obstáculo, hubiera debido conocerlo
si hubiera desarrollado la diligencia exigible. En este caso, existe una
responsabilidad precontractual que se funda en la violación de un deber dimanante
de la buena fe.
5.10.2. Cuando una vez alcanzado formalmente un acuerdo verbal, una de las
partes desiste antes de la suscripción de un documento, que es necesario para la
existencia de un contrato, por tratarse de documentación ad solemnitatem. En este
caso, el desistimiento del contrato es lícito, pero deben ser resarcidos aquellos daños
que pueden haber sido originados sobre la base de la confianza suscitada por el
acuerdo verbal (daños a la confianza). Por ejemplo: los gastos de preparación del
documento o escritura o los gastos que el otro contratante hubiera realizado para
tener a punto la prestación.
5.10.4. Ruptura de las negociaciones que, comenzaron de buena fe. En este caso
la parte que separa de la negociación y decide no contratar, aunque sus motivos
puedan ser fútiles o puedan no ser razonables, no hace otra cosa que ejercer su
libertad y ni moral ni jurídicamente puede considerarse a obligado a contratar.
HIPÓTESIS
VARIABLES
DISEÑO METODOLÓGICO
MÉTODOS TÉCNICAS
Método analítico
Método interprtativo