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Matacos

Wichí (o también wichi) y en Bolivia weenhayek, son los nombres que reciben los integrantes
de una etnia indígena del Chaco Central y del Chaco Austral, en el centro de
Sudamérica.

Los quechuas les dieron el nombre peyorativo de matacos, nombre con el cual han sido
vulgarmente llamados hasta fines del siglo XX (mataco es el nombre de una especie de
armadillo, común en la región).

Distribución geográfica

Hacia el siglo XVI los wichí habitaban las zonas occidentales del Chaco Central y Austral,
principalmente la margen izquierda del Bermejo entre los 21ºS y los 22º 55' S. Tiempo
después, presionados por la invasión de los avá-guaraníes (o chiriguanos) y su propio
crecimiento demográfico se desplazaron hacia el norte del Bermejo y hacia el sureste de la
región chaqueña.

Su antigua proximidad con el límite de las etnias ándidas les aportó rasgos culturales
característicos, como la monogamia, la posesión de territorios por parte de familias (grupos
restringidos de parentesco) y una incipiente agricultura con acumulación de excedentes que
favoreció relativo sedentarismo.

Hacia inicios de 2006 los wichí habitan principalmente en el este del Departamento de Tarija,
en Bolivia y en el Chaco Salteño (en el noreste de la provincia argentina de Salta). Existen
además asentamientos en el oeste de las provincias argentinas de Formosa, Chaco y en el
extremo noroeste de Santiago del Estero y es posible que haya algunos en el extremo
sudoeste del Chaco Boreal en el Paraguay, pero no fueron registrados por los últimos
censos.

Origen

Muchos antropólogos les atribuyen origen patagónico (pámpido) aunque con indudables
influjos y aportes amazónidos y ándidos lo cual se ve reflejado en sus tallas: sus estaturas
son generalmente menores que las de otras etnias chaquenses de la familia pámpida.

Idioma

Su lengua está incluida en el conjunto llamado mataco-mataguayo. Este grupo incluye a


otras etnias: chorote, maká, chulupí, mataguayo y vejoce. En cuanto a éstos últimos su
filiación con los wichí actuales (hacia 2006) es tan estrecha que se le considera simplemente
como una parcialidad étnica.

Sociedad

Ya en el siglo XVI habían adoptado un sedentarismo casi completo, poseyendo paraderos y


asentamientos en las orillas de los ríos. Formaban comunidades relacionadas por
parentesco; cada una de éstas estaba administrada por un jefe anciano y un consejo
comunitario de varones que gobernaba cada aldea (huef o huet). Varias comunidades o
grupos parentales formaban parcialidades. Sus viviendas eran chozas (huep) construidas
con ramas, teniendo forma de cúpula de 2 a 3 m de diámetro en cada una de las cuales
convivían los integrantes de una familia.

Alimentación

Su agricultura antes del siglo XX apenas superaba el estadío de la horticultura, ya que pese
al influjo ándido indicado mantenían (y aún hoy practican) el modo de producción cazador-
recolector. Su sustento principal era la caza, la pesca y la recolección. Es así que mientras
las mujeres se dedicaban al cultivo de pequeños zapallos, todos en cuanto les fuera posible
se dedicaban a la recolección estacional de cocos de palmera (pindó, yatay y caranday),
algarroba, porotos cimarrones, tuna, tasi y miel.

Los ciclos de obtención de recursos alimentarios significaron que organizaran su calendario


de un modo circular: el inicio de año (okä nek' chum) se celebraba ritualmente en el tiempo
que corresponde al mes de agosto, desde ese inicio de año sucedía la estación llamada
nawup ("luna de las flores"), luego le seguía desde noviembre la yachup ("luna de las
algarrobas"), tras ésta a fines del verano austral venía la estación lup ("luna de las
cosechas"), siguiéndole la fwiyeti(up) ("luna de las heladas").

Como entre muchos otros pueblos cuyo modo de producción ha sido hasta hace poco
principalmente el cazador-recolector la situación ecológica de interdependencia con los
animales es tal que los wichí suelen darle el calificativo de "hermanos" a los animales.

Sus utensilios y artefactos eran principalmente de madera (por ejemplo los "palos de
labranza" que mantenían alguna semejanza con las llakta de los pueblos ándidos), aunque
realizaban obras de cestería, cerámica, piedra pulida y textiles como las yika o bolsas de
caraguatá (Bromelia hieronymi) también conocida como chaguar) muy usado para
confeccionar sus elegantes morrales y bolsos llamados yiska.

Religión

Su sistema de creencias ha sido incluido por los antropólogos en el animismo y el


chamanismo, rendían culto a los seres de la naturaleza y poseían la noción de un ser
superior (Tokuah o Tokuaj) que regía al mundo.

Historia

Desde fines de la década de 1870 comenzaron a ser reducidos por el hombre blanco, siendo
forzados a trabajar en la recolección de algodón, la zafra de la caña de azúcar o a
desempeñarse en obrajes forestales como hacheros. En 1914 llegaron misioneros ingleses
que los convirtieron al anglicanismo: tales pastores se retiraron en 1982 durante la Guerra
del Atlántico Sur, lo que permitió a los wichí recuperar varios de sus rasgos culturales previos
y organizarse como comunidad, de modo que en 1986 oficialmente se admitió el bilingüismo
en las escuelas de la región que habitan. Durante el siglo XX sus condiciones de vida han
sido casi las de la indigencia, subsistiendo con el cultivo de pequeñas parcelas, la
recolección, caza y pesca de los degradados recursos chaqueños, o la venta de artesanías
de gran valor artístico y técnico (los varones realizan tallas en madera de guayacán, las
mujeres producen tejidos de caraguatá y pequeñas cerámicas). Como los integrantes de
otras etnias aborígenes argentinas, los wichí se han acriollado en gran medida y muchos de
sus integrantes han migrado a zonas urbanas en donde suelen estar ubicados en las
barriadas humildes. Muchos de los wichí han sido convertidos al protestantismo de los
grupos llamados evangelistas y pentecostales.

Situación actual

A inicios de 2006 son la segunda comunidad indígena del Chaco Salteño y cuentan con
escuelas bilingües para no perder sus tradiciones. Censos realizados en el período 2003-
2004 indican que unos 36.500 argentinos se reconocen como pertenecientes a la etnia wichí.
Un 47% habla casi exclusivamente su idioma (de éste 47% el 80% son mujeres).

Chulupí

Los chulupís (nombre guaraní) son un pueblo indígena del Gran Chaco. En su idioma se
autodenominan nivaclés, que significa hombre. Sus vecinos chorotes los llaman ashuslay o
alhulhai. Otras variantes del nombre que se puede encontrar en diversas fuentes son:
churupí, chulupie, chulupe, ashlushlay y axluslay. En algunas fuentes antiguas se los llamó
también chorpil o chunupí, pero no debe confundírselos con la parcialidad vilela de este
último nombre.

Existen algo más de 20 comunidades chulupís. En la Argentina viven en la provincia de


Salta, sobre el río Pilcomayo donde hay dos comunidades principales: Misión La Paz y La
Bolsa. Al sur de la ciudad de Tartagal se encuentra otra. En Paraguay serían unos 18.000,
que viven en los departamentos Presidente Hayes y Boquerón.[1]

Históricamente han sido cazadores-recolectores.

Su lengua forma parte de la familia lingüística mataco-guaycurú, subfamilia Mataco-


Mataguayo.

La lengua chulupí o nivaclé es hablada por aproximadamente unas 15.000 personas, que la
prefieren al castellano. De los cuales sólo unos 200 se encontrarían en la Argentina. Existen
dos dialectos principales, el de los chulupí del interior o del monte y el de los chulupí de los
ríos.

La Encuesta Complementaria de Pueblos Indígenas (ECPI) 2004-2005, complementaria del


Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2001, dio como resultado que se
reconocen y/o descienden en primera generación del pueblo chulupí 440 personas en las
provincias de Salta y Formosa. De los cuales 392 residen en comunidades. En todo el país
se autorreconocieron 553 chulupíes, 392 viviendo en comunidades.

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