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Conduciendo nuestras vidas.

“Lee y conducirás, no leas y serás conducido". Santa Teresa de Jesús.

Cuando una persona lee un libro lo interpreta según su forma de pensar y de


actuar, cada persona ve y hace lo que ellos consideran correcto según su
perspectiva y su filosofía de vida se basan en sus experiencias vividas y las
relacionan con experiencias que narra un escritor sobre su vida y esto crea un apego
o una relación más fuerte con las letras que están escritas con tinta sobre las
páginas de un libro.

El problema de las personas que no acostumbran leer libros se refleja en


dejarse llevar por lo que otras personas dicen o hacen al tratar de imitarlos o
defender la postura de otra persona sin conocer antecedentes, argumentos válidos
y sobre todo lógica, cuando no se lee; la capacidad de tener pensamientos críticos
hacia lo que rodea nuestro entorno se vuelve nula.

El vivir basándose en los pensamientos y acciones de otras personas nos


vuelve esclavos de la mente de otros, antes de tomar decisiones debemos evaluar
si estamos decidiendo nosotros en base a nuestro pensamiento analítico o nos
estamos dejando llevar implícitamente por lo que harían otras personas.

Algunas personas que si tienen el hábito de lectura se apegan tanto a lo que


dice al escritor que tratan de imitar su filosofía de vida, lo importante de leer es
entender el mensaje del escritor, determinar si lo que nos trata de decir nos sirve en
nuestra vida y solo deberíamos tomar esos aspectos que creamos que nos hacen
falta poner en práctica en lo que hacemos.

Debemos crear nuestra propia filosofía de vida y no imitar la de los demás,


debemos decidir por nosotros mismos sin influenciarnos por otros, pero lo más
importante debemos conducir nuestra vida hacia el éxito y no dejar que nos
conduzca nadie, ese es el reto de vivir en este mundo. Leer nos brinda
conocimiento, la pregunta es qué hacemos con ese conocimiento para conducir
nuestras vidas.

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