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https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?pid=S0718-40262017000100020&script=sci_arttext
http://mingaonline.uach.cl/scielo.php?pid=S0718-
28642003000100014&script=sci_arttext&tlng=es
https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?pid=S0716-10182016000400006&script=sci_arttext&tlng=pt
http://www.ispch.cl/sites/default/files/Bolet%C3%ADn%20Hidatidosis%2030-03-2015.pdf
http://www.msal.gob.ar/images/stories/bes/graficos/0000000797cnt-2012-03-29_hidatidosis-
guia-medica.pdf
https://www.ssmaule.cl/minsal/?p=10161
https://scielo.conicyt.cl/pdf/rci/v31n1/art01.pdf
INTRODUCCION
En el hombre, los quistes de E. granulosus pueden demorar varios años en producir síntomas
clínicos. Muchos quistes son asintomáticos durante toda la vida del individuo infectado y
constituyen, a veces, un hallazgo de autopsia, de una intervención quirúrgica o de radiografías
realizadas por otras causas. El rango de crecimiento de los quistes es variable, desde 1 a 5 cm de
diámetro por año e incluso, aunque la infección puede ser adquirida en la infancia, la mayoría de
casos de hidatidosis en hígado y pulmón llegan a ser sintomáticos y diagnosticados recién en
pacientes adultos.
Esta parasitosis es factible de controlar, como lo han demostrado muchos países en el mundo y
algunas áreas del país, a través de programas cuyos componentes centrales son la interrupción del
ciclo de la enfermedad evitando la alimentación de los perros con vísceras crudas, la educación de
la comunidad y la desparasitación de perros. Entre 1990 y 2005, las tasas de incidencia (por cien
mil hbtes.) de Hidatidosis, se mantuvieron estables, con cifras cercanas a 2 por cien mil hbtes. A
contar de 2006 y hasta 2012, se observa una tendencia al descenso, con una tasa mínima de 1.40
por cien mil hbtes. el año 2010. La mayoría de los casos procede de las regiones de La Araucanía,
Los Lagos y Aysén, sin embargo, existe una subnotificación, como ha sido demostrado en estudios
serológicos poblacionales y en autopsias.
El ciclo de vida del parásito incluye dos clases de hospederos: definitivo o carnívoro
(especialmente el perro), donde los parásitos desarrollan en el intestino la fase adulta o estrobilar,
y el intermediario herbívoro u omnívoro (ovino, caprino, bovino o porcino) donde se desarrollan
las formas larvarias o metacéstode, en los tejidos en forma de quiste (“quiste hidatídico”)
especialmente en el hígado y pulmón. El hombre se sitúa como hospedero accidental en el grupo
de hospederos intermediarios.
Los perros eliminan huevos del parásito en sus excrementos, los que se diseminan sobre su pelaje
y contaminan el medioambiente. Los humanos ingieren estos huevos al acariciar sus perros y
llevarse las manos a la boca o al trabajar en jardines y campos o por la ingestión de verduras o
aguas contaminadas con materia fecal canina.
En el intestino delgado del ser humano se liberan las larvas, penetran la pared, llegando
mayoritariamente al hígado, donde forman quistes. También pueden formarse quistes en otros
sitios como pulmones, huesos, cerebro, riñón, bazo y otros tejidos. Los quistes presionan los
órganos donde se desarrollan y al expandirse provocan atrofia y posteriormente necrosis por
presión en los tejidos circundantes. Por otra parte, una de las complicaciones más frecuentes es la
rotura del quiste, lo que puede desencadenar una reacción anafiláctica y conduce a la siembra
secundaria y formación de nuevos quistes
CLINICA Y DIAGNOSTICO
La hidatidosis se presenta en el 90% de los casos en el hígado o pulmón, en una relación 2/1 a 3/1,
en pacientes con síntomas clínicos. Los estudios en autopsias muestran una relación entre estas 2
localizaciones de 4/1. Esta cifra muestra que un porcentaje importante de los quistes hepáticos no
alcanzan a producir la enfermedad y mantienen un estado de equilibrio agente/hospedero
durante toda la vida.
- Síndrome tumoral: aumento de volumen del órgano afectado, compresión de órganos vecinos,
masa palpable.
Los quistes pulmonares suelen presentar tos, vómica, que puede asociarse a hemoptisis, ya que
hasta un 50% de las lesiones pulmonares se encuentran complicadas al momento del diagnóstico..
El shock anafiláctico y la siembra peritoneal o pleural suelen observarse en el caso de roturas
espontáneas o durante el tratamiento quirúrgico; la desnutrición es reflejo de una enfermedad
avanzada o por afectación hepática extensa.
En todos los casos, la negatividad de una prueba serológica no descarta la presencia de un quiste
hidatídico, tanto en portadores asintomáticos como en pacientes sintomáticos.
Para el control del tratamiento, la detección de IgE por ELISA de captura permite hacer el
seguimiento en los controles postoperatorios a los 10 y 30 días y a los 3 y 6 meses. Este examen
normalmente se negativiza a los 30 días poscirugía. En el caso de pacientes bajo tratamiento
médico, se propone realizar determinaciones cada 3-6 meses o hasta que la IgE sea negativa.
TRATAMIENTO
1. Localización hepática
Deben evaluarse correctamente los síntomas referidos por el paciente para determinar si
realmente son causados por el quiste hidatídico o si son originados por otra patología asociada.
A todos los pacientes se les debe realizar, además de la ecografía, unas radiologías de tórax frontal
y lateral, antes de decidir la conducta a seguir.
En el caso de los portadores asintomáticos, la conducta a seguir luego de la confirmación del caso
se decidirá teniendo en cuenta el tipo de quiste (clasificación OMS) y su tamaño
El tratamiento con albendazol se realiza con una dosis de 10 mg/kg de peso/día, en 2 tomas diarias
luego del almuerzo y la cena (rico en grasas), por 3 ciclos de 30 días cada uno sin interrupciones.
Previo al tratamiento farmacológico y cada 30 días después de iniciar cada ciclo se realizará
evaluación con exámenes a cada paciente, los que incluirán hemograma completo, perfil hepático
y creatinina.
Los ciclos son continuados sin interrupción, excepto si se da intolerancia y/o alteración de los
exámenes de laboratorio. En estos casos se interrumpe el tratamiento por 15 días y se repiten los
análisis. Si se normalizan los valores alterados, se reinicia el tratamiento. Si persisten los efectos
adversos, se suspende el uso de albendazol.
SEGUIMIENTO
Aquellos pacientes asintomáticos que por las características del quiste deberían entrar en el
protocolo de tratamiento con albendazol, pero se niegan a tomar la medicación, presentan
intolerancia clínica o presentan alguna contraindicación, entrarán en protocolo de control y
vigilancia ecográfica, mientras persistan asintomáticos y con quistes hidatídicos menores de 5 cm
de diámetro.
Por otra parte, en el caso de los pacientes que se vuelven sintomáticos o que presentan quistes
asintomáticos que crecen en forma significativa (más del 25% anual), se indicará el tratamiento
quirúrgico.
2. Localización pulmonar
La cirugía convencional por toracotomía es la vía de abordaje de elección, en especial cuando los
quistes están complicados. Se puede efectuar tratamiento con albendazol, a similar dosis que en el
hígado, en el caso de quistes pulmonares de hasta 5 cm de diámetro.