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Textos.’Sobre el Estado
Ruedo
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unlibrosobre
elpoder
Jacques Attali
ruidos
Ensayo sobre la economía política
MEI hombre, habiendo nacido libre, en to- prehistórica csc estado natural, sino una
das partes so encuentra cncadcnado.» Esta hipótesis para comprender al hombre his-
CS la ctilebrc primera frase del escrito más tórico. Cantar las alabanzas del hora sa~r-
famoso de toda la historia dc las ideas ~wge era uno dc los temas favoritos dc la
políticas dc los dos últimos siglos: Ef COH- literatura de fines del siglo S\‘II y princi-
~IYI~O.social dc Jean-Jacqucs Rousscau, pu- pios del x111. No ticncn cuento las uto-
blicado en 1762. En cierto modo cra este pías, los libros de viajes imaginarios, de
libro una continuacitin del tratado publi- odiseas filosóficas protagonizados por ese
cado ya siete años antes bajo el título: buen salvaje idealizado, armado de todas
Discrlrso sobre el osigel de la desigmldad las buenas cualidades imaginables para
erltre los 11or~~hre.s,cn cl que Rousscau in- hacerlo funcionar como fuente y modelo
tentó investigar cómo pudo nacer la desi- de crítica contra la situación social y po-
gualdad de los hombres cn sociedad, o lítica durante los reinados absolutistas de
mejor aún: cómo perdió el ser humano su Luis XIV y Luis XV y contra la Iglesia en
libertad c‘ igualdad originales que había alianza con estos sobe!-anos absolutos.
conservado en estado natural. Para Rous- Aunque los horas .src~~~~ugcs dc Rousseau no
seau, el pecado original cs la propiedad podían evidentemente ser los mismos que
privada. El primer hombre que cercó un los de los antropólogos dc despuks, nada
trozo de tierra y dijo: «Esto es mío», sien- menos que todo un LPvy-Strauss le ha
de los demás tan ingenuos como para dado a Rousseau cl título dc fundador dc
creérselo, ése fue el verdadero fundador -la etnología CII particular y de las ciencias
de la desigualdad y, pur ende, de la socie- sociales cn general.
dad moderna. Cuando Voltairc acusó recibo del arriba
Ahora bien, es posible que -como Rous- citado Discoruso dc Rousseau, le escribió
seau mismo ya advierte- ese supuesto es- a tiste que con la lectura dc su libro le
tado natural no haya esistido: no repre- habían entrado ganas dc ponerse a anda1
senta, pues, ninguna tipoca histórica 0 a cuatro patas; pero Voltairc llevaba ya a
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Textos: Sobre el Estado
igualdad, o también: en qué medida puede la libertad». Este resultado sin redondear
existir igualdad sin libertad. iSon dos con- no dejaba de ser bastante magro y suma-
ceptos irreconciliables o dos correlatos mente esquemático, como no podía ser de
precisamente? En la manera de contestar otra manera, dado que los criterios y
a estas preguntas desempeñan un gran pa- creencias de base que constituyen preci-
pel los juicios de valor morales; y según samente en parte, con su diversidad, dicha
éstos puede ponerse, por ejemplo, a la li- confusión, no pueden reducirse a un co-
bertad a mayor altura, o al revés. También mún denominador.
cabe hacerse la pregunta de si los hómbres En vez de filosofar sobre la libertad in
quieren ser libres, o de si ignoran sus ca- abstracto y de tratar de definirla, me pa-
denas porque, para usar de la bella ima- rece mucho más fructífero limitarme a
gen retórica de Rousseau, prefieren cu- tratar de algunos aspectos de la historia
brírselas con flores. de la libertad y primordialmente de cómo
El problema que se resume en el clásico se ha concretizado la libertad en la histo-
lema Liberté, égalité, fraternité, abarca si ria. ‘El gran lema Liberté, égalité, frater-
bien se mira todo el terreno de la cultura ; nité -Bakunin hablaría de «la noble li-
pero no se me tome a mal si aquí hago bertad, la saludable igualdad, la santa fra-
abstracción del tercer elemento, la «fra- ternidad»- era la síntesis nuclear de los
ternidad», aun a pesar de haber procla- principios de la Revolución francesa con
mado hace poco nuestro ministro de Jus- los que se iniciaba una nueva era en Euro-
ticia,? el cristianodemócrata Van Agt: «En pa, pero al mismo tiempo expresión del
el establecimiento de nuestra sociedad no hecho de que esta revolución no sólo tu-
debe presidir como supremo fin el de la viese un carácter francés, sino supranacio-
libertad y ni siquiera el de la igualdad, nal y cosmopolita, por no decir universal.
sino el de la fraternidad». Es la revolución que igual ha inspirado a
La envergadura del tema se me ha vuelto las clases que a las naciones, y a los mo-
a aparecer con toda claridad al caer en mis vimientos nacionales que a los sociales
manos por casualidad un folleto con el hasta nuestros días. Pero la pregunta que
título La libertad. Se trata de un informe se impone, lógica, de rigor, es ésta: ide
de la comisión constituida hace unos 20 qué igualdad y de qué libertad se trataba
años por el Centro Coloquial Holandés entonces y desde entonces?
para hacer alguna luz sobre el concepto La Revolución francesa del 14 de julio y
«libertad» que, a juicio del Centro, era ob- del 4 de agosto de 1789 tradujo su precipi-
jeto de una gran confusión de lenguas. La tado ideológico en la Declaración de los
comisión -también presidida por el im- Derechos del Hombre y del Ciudadano.
prescindible profesor Donner y compues- «Los seres humanos nacen libres, y siguen
ta de representantes de las distintas co- siendo libres e iguales en derechos». El fin
rrientes religiosofilosóficas que circulan de toda asociación política es «el mante-
por la sociedad holandesa: la católica, la nimiento de los derechos naturales e ina-
protestante y la humanista- se declaró lienables del hombre. Estos derechos son:
impotente en su informe final de procurar la libertad, la propiedad, la seguridad y
un resultado neto y cabal de la cuestión, el derecho a oponerse a toda opresióna.
dado el hecho de que «el tema no cesa de Y qué es lo que se entiende por libertad
caer siempre en nuevas honduras a las viene formulado así en uno de los artícu-
que no se puede descender sin estudiar a los de la Declaración: <(La libertad con-
fondo todos los aspectos del problema de siste en poder hacer todo lo que no per-
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Textos: Sobre el Estado
su correspondiente Declaración de los De- nómicas que habían ejercido hasta enton-
rechos del Hombre y del Ciudadano. En ces los ministerios nacionales. Esta Co-
esta Declaración venía definido el fin de la muna tuvo en sus manos el poder efectivo
sociedad como le bonheur commun, y con en la capital francesa e insufló el aliento
arreglo a esta común felicidad el gobierno revolucionario que tanto influyera en las
se daba por cometido garantizar el disfrute resoluciones de la Convención. A ejemplo
de todo hombre de sus inalienables dere- de la Comuna de París, lo que entonces
chos naturales, a saber: los derechos de se intentaba era asociarse con otras co-
igualdad, libertad, seguridad y propiedad. munas parecidas por el resto del país
Los seres humanos son iguales por natu- hasta estructurar federalmente a toda la
raleza y ante la ley. Esta Constitución fue nación. Pero medio año antes de su caída,
la más liberal que Francia se haya dado Robespierre liquidó la Comuna revolucio-
jamás, pero fue suspendida una vez pro- naria y a sus dirigentes preparando así su
clamada, «hasta hacerse la paz», y nunca propio Thermidor.
más fue puesta en vigor. Más adelante, sólo la Comuna de París
De Voltaire había tomado Rousseau aque- de 1871, los soviets de la Revolución
llo de que si Dios no existía había que rusa de 1917 y las colectividades de los
inventarlo, y Rousseau inventó algo pa- primeros meses de la guerra civil espa-
recido: el Ser Supremo, un sucedáneo ñola en el campo republicano han sido
abstracto y exangüe de la noción de Dios ejemplos similares de democracia directa
del que Robespierre se hizo el sumo sacer- funcional. Todos estos movimientos han
dote. Robespierre también era del parecer tenido en común el haber brotado espon-
de Rousseau de que el poder político te- táneamente, el haber significado la nega-
nía que sustentarse en alguna forma de re- tiva al centralismo político y el haber ins-
ligión, parecer que ha tenido partidarios tituido no organismos representativos si-
hasta hoy mismo. Para Robespierre el être no por delegación, fundados en la auto-
suprêvrte era también un arma política nomía de los organismos de base, y el
en su lucha contra el clero y la Iglesia haber promovido una estructura federa-
con que le brindaba al pueblo una reli- lista de la vida económica, social y po-
gión civil, una especie de religión estatal. lítica.
Pero al mismo tiempo empuñaba esta mis- Además de la democracia representativa
ma arma contra el ala izquierda y atea de de 1789 y de la democracia directa de la
la revolución, contra los déchristinnisa- Comuna, la Revolución francesa aún ha-
teurs, que desempeñaron un importante bía de inaugurar una tercera forma de
papel en la democratización de la Revolu- democracia que podría llamarse democra-
ción francesa y no lograron plena ex$re- cia igualitaria y que estaba destinada a
sión hasta la Comuna de Peris de 1792. ejercer una gran influencia en las ideas
En agosto de este año, en efecto, los de- y en la realización de un comunismo es-
legados de los 60 distritos parisienses en tatista dictatorial. Dos años después de
que se habían celebrado asambleas elec- la caída de Robespierre tuvo lugar un in-
torales permanentes, se constituyeron en tento de restaurar la Constitución robes-
una nueva forma de consejo municipal pierriana, pero esta vez en el marco de
que se denominó la Commune, cuyos «con- un Estado comunista. El desarrollo his-
cejales» seguían en contacto directo con tórico de la revolución había enseñado
los distritos y se habían apropiado de to- que los derechos civiles y políticos no
das las funciones administrativas y eco- bastaban para instaurar una sociedad en
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Textos: Sobre el Estado
la igualdad y la libertad que hiciera en por sí mismo el extraño caso de que, ha-
definitiva la felicidad de todos y cada uno biendo pasado sin razón muy a menudo
de los ciudadanos. Ni aun después de la por ser el precursor del anarquismo, Rous-
revuelta contra el Directorio, a la que seau hubiera sido tan vehementemente
llevó la llamada conspiración de Babeuf combatido nada menos que por Bakunin.
de 1796, podían ponerse inmediatamente Hay que decir, sin embargo, que Bakunin
en vigor los derechos democráticos, según sentía una gran admiración por la pléya-
los conspiradores, por estar éstos conven- de de los filósofos ilustrados del si-
cidos de que la gran mayoría del pueblo glo XVIII, hasta el punto de que no p01
había sido en extremo corrompida por el nada le calificó en cierta ocasión su gral,
antiguo régimen despótico hasta el punto amigo y compatriota Alexandre Herzen de
de no comprender sus propios intereses. «Voltaire ruso»; en cambio, a Rousseau
Y para llegar a la deseada douce commu- le había tratado de «el escritor más no-
nauté creían necesario un gobierno revo- civo de su tiempo, sólo en apariencia de-
lucionario formado por snges (según la mocrático», cuyas ideas habían abortado
terminología dieciochesca), por hombres en la maléfica, absurda e inhumana teoría
sabios, porque una empresa de impor- del derecho abstracto del Estado. No sin
tancia semejante no podía tener éxito razón le llamó también a Rousseau «el
más que con el auxilio de una autoridad. inspirador del doctrinario Estado de Ro-
Sólo echando mano de la violencia podía bespierre» y de la dictadura jacobina.
«arrastrarse a los vacilantes y atar corto Del mismo modo que Bakunin creía in-
a los rebeldes». compatible la democracia de Rousseau con
Mas ya entonces el gran problema era el un socialismo libre, había también decla-
de decidir quién debería ejercer la dicta- rado incompatible unas décadas antes Ben-
dura. En este caso la respuesta era: que jamin Constant la democracia rousseau-
la ejerzan los que han preparado la rebe- niana con la libertad individual, haciendo
lión, es decir, los hombres que estaban notar éste de paso que no se pierde me-
dispuestos a la igualdad, des hommes ver- nos la libertad renunciando a ella volun-
tueux. Más de un siglo después abrigaría tariamente que escamoteándola con ese
la pretensión de ejercer la dictadura una misterioso deus ex machina de la volun-
élite revolucionaria de la llamada vanguar- tad general. Los liberales como Constant
dia política. eran de’ la opinión de Jefferson de que
Babeuf se llamaba a sí mismo un demó- el Estado debe abstenerse de intervenir
crata por excelencia. Y Buonarroti, uno en la zona de la vida personal privada.
de los dirigentes de la conspiración, for- Jefferson había dicho incluso que la so-
mularía su doctrina en estos términos: «La ciedad ideal era la de los indios sin Es-
libertad es una parte de la justicia, la tado. Y al referirse a los indios no aludía
justicia entera está en la igualdad, la li- a los buenos salvajes imaginarios de Rous-
bertad social no puede existir sin la igual- seau, sino a los pobladores originarios de
dad». Ante el tribunal que le juzgaba de- América de antes de Colón que vivían li-
claró: «Rousseau ha sido mi maestro». bres en las estepas y en los bosques ame-
Los efectos de la teoría de Rousseau, en ricanos y que habían sido bárbaramente
la medida en que ésta se manifestó en la exterminados. De Jefferson es la bella fór-
Revolución francesa, fueron en todas sus mula de que el mejor gobierno es el que
derivaciones los mismos: tenían de común gobierna menos. Siendo esto verdad, no
su carácter estatista. Este hecho explica hay en nuestro mundo nipgún gobierno
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Textós: Sobre el Estado
óptimo. Por eso Henry David Thoreau cir, que debe existir una igualdad de la
llegó a la conclusión de que el mejor go- libertad. Y si según los derechos huma-
bierno es el que no gobierna en absoluto. nos, todo el mundo debe ser libre, lo *que
En el mismo espíritu escribieron Wilhelm importa es, pues, poder hacer uso de la
von Humboldt, John Stuart Mill y Her- libertad.
bert Spencer, partidarios los tres de «un En este orden de ideas se exigía iguales
mínimo de Estado». «Nada fomenta me- libertades en favor de una mayor igualdad
jor la madurez para la libertad que la li- que por sí misma podría constituir un
bertad misma», nos ha dejado escrito von aspecto esencial de la libertad, o sea, la
Humboldt. A Humboldt le parecían siem- libertad de elegir. A partir de ese momen-
pre mejores los crímenes cometidos en to la lucha por la libertad se llevó de
libertad que los impedidos por la fuerza: frente bajo el lema de los derechos hu-
por muy aberrante que sea la conducta manos democráticos, dado que el camino
de un individuo, el Estado no tiene nunca indicado para lograr una mayor igualdad
por que estremeterse. Von Humboldt es- parecía ganar influencia sobre el parla-
tablecía asimismo una neta distinción en- mento y conquistar poder político. Pero
tre Estado y sociedad y afirmaba que hay la democracia política no tiene, en princi-
otras formas posibles de unidad que esa pio, nada que ver con la libertad. La de-
unidad hecha de la coacción del Estado: mocracia política es el régimen institu-
una unidad entre grupos sociales relati- cional apto para llegar a decisiones polí-
vamente independientes y que deben abar- ticas en virtud de que unos individuos se
car a toda la sociedad como una red. En arrogan el poder de decisión según su
otros términos, von Humboldt le daba al éxito en una lucha competitiva por ganar
problema del Estado una solución fede- el mayor número de votos del censo elec-
ralista. toral.
Los acontecimientos y adelantos económi- Si democracia significa que el pueblo par-
cosociales del siglo XIX habían de dar por ticipe en la toma de decisiones sobre cues-
resultado que la lucha por la igualdad aca- tiones que tratan de su vivir en sociedad,
bara por eclipsar la lucha por una mayor y que quienes están encargados de la fun-
libertad. La filosofía liberal se aleó con ción ejecutiva pueden ser llamados a res-
la teoría política del gobierno represen- ponder de esta función por quienes los
tativo y con el principio económico de la han nombrado o mandatado y con quienes
libertad sin tasa del empresario en la sin- han decidido juntos, entonces es evidente
cresis del llamado liberalismo manches- que la democracia política que ahora co-
teriano. El desenvolvimiento del capitalis- nocemos no responde en absoluto a esa
mo industrial con su subsiguiente expan- idea de una democracia verdadera. Y aun
sión y el advenimiento de la clase traba- cuando superficialmente parezca que se
jadora a la escena social con su movimien- haya ido extendiendo la democracia en
to obrerista llevaron al primer plano au- la vida política y social, de hecho lo que
tomáticamente las reivindicaciones de una se ha venido produciendo es un proceso
mayor igualdad. La demanda de libertad de desdemocratización. Porque si bien se
se convierte en demanda de organización han suprimido grandes desigualdades so-
de la sociedad en que los hombres viven ciales indemocráticas por un lado, por otro
teniendo sus libertades o teniendo que se ha creado una nueva jerarquía con mar-
conquistarlas. Si la libertad es el bien cado carácter autoritario: el Estado de-
supremo lo ha de ser para todos, es de- mocrático de la prosperidad acusa cada
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Textos: Sobre el Estado
vez más rasgos totalitarios. El Estado se pueda sería la de una liberación econó-
hace cada día más y más burocrático, tec- mica con su material prosperidad unida
nocrático y autocrático. Todas las decisio- a una concentración de todo el poder po-
nes las toma una élite gobernante o una lítico en el Estado. Toda la obra de Pierre-
coalición de élites formada por capitanes Joseph Proudhon fue escrita contra esta
de industria -los ingenieros de la socie- tendencia rousseauniana y jacobina pre-
dad como si dijéramos-, militares, tec- sente en el movimiento socialista. El so-
nócratas y burócratas, más los políticos cialismo -escribió’un contemporáneo de
de oficio, claro. Y en la marcha de las co- Proudhon- nació de una apelación a la
sas públicas, en realidad, el pueblo sobe- libertad, y el ejercicio del poder lo mata-
rano no pincha ni corta con su periódico rá. Y el mismo autor de este sentencia,
voto por todo instrumento. Anselme Bellegarrigue, tras el fracaso de
Marx pronosticó que el desarrollo econó- la revolución de 1848, se pronunció en
mico acabaría por «abolir» y hacer desa- estos términos terminantes: ~cZZfaut chas-
parecer al Estado que hubiera socializado ser les gouvernements et rappeler la li-
los medios de producción. Pero lo que ha berté».
ocurrido ha sido todo lo contrario. No ha
sido el Estado el que ha sido suprimido En todas las teorías y sistemas socialistas
por la sociedad, sino ésta la que cada vez se reclama la libertad y se la presupone
va quedando más «suprimida» por el Es- dentro de la igualdad. Pues bien, si en el
tado. terreno de la libertad reina gran confu-
El historiador liberal Alexis de Tocque- sión, no es menor la que reina en torno
ville supo distinguir muy bien, ya antes a la igualdad. Esclavos bien alimentados
de mediado el pasado siglo, esa relación y moradores de cárceles y cuarteles pue-
entre libertad y democracia política. Se- den ser iguales entre sí, pero cuando se
gún él, la democratización del poder po- habla en términos socialistas de igualdad
lítico acarrearía una mayor igualdad pero no se alude a igualdad semejante. Tocque-
en detrimento de la libertad personal que ville aventuró el pronóstico de que la SO-
sería menor. Tocqueville veía el desarrollo beranía popular con sus formas externas
democrático en el futuro, no como un de libertad desembocaría en una dictadura
factor en progreso dentro de la historia en que el gobierno trataría al pueblo con
de la libertad, sin como un factor crecien- la benevolencia paternalista con que los
te de centralización del Estado continuan- pastores tratan a sus ganados. Lo que no
do un proceso que se inició en la baja podía prever, sin embargo, era que en
Edad Media y que la Revolución francesa 1920, uno de los más prominentes teóricos
no sólo prosiguió sino que aceleró enor- comunistas fuese capaz de escribir esto:
memente. «La coerción del proletariado en todas sus
Una corriente libertaria en el campo del formas, desde la ejecución pura y simple
socialismo estaba de acuerdo con las con- hasta los trabajos forzados, es- por pa-
clusiones de Tocqueville y creía que la radójico que parezca- un método para
marcha hacia un creciente despotismo es- heñir una sociedad comunista de la masa
tatal no conduciría jamás al socialismo, humana salida de la era capitalista». No
más aún: que el socialismo no podía llegar ha de sorprendernos demasiado, pues, que
a realidad con el Estado. Los socialistas el autor de estas líneas, Nicolai Bujarin,
libertarios creían que la más funesta com- en razón a su propia teoría, fuese más
binación para el futuro que concebirse tarde liquidado con casi todos los demás
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Textos: Sobre el Estado
una ciencia secreta al servicio de los Es- por dominar al hombre. Será superior a
tados que se preparan para la guerra y que sus fuerzas controlar todo el mecanismo
les procuran a los iniciados en esa ciencia que haya ido inventando. Llegará un día
secreta posibilidades ilimitadas, nunca so- en que la ciencia se habrá apoderado de
riadas, para proseguir sus investigaciones, la humanidad toda y el género humano se
si bien les limitan al mismo tiempo su li- suicidará haciendo volar a todo el pla-
bertad de movimientos. La unión de cien- neta». Y aun veinte años antes de la pri-
cia y armamento significa el fin de la liber- mera guerra mundial, convencido de que
tad de la ciencia conquistada en una lucha el desarrollo del capitalismo, del Estado
secular. El warfare-state (Estado guerre- y de la ciencia abocaría a una catástrofe
ro) en que vivimos en asimismo un Estado de la humanidad, escribió esta terrible
atómico. Estos scientific weaponeers (ar- frase: «La humanidad ha puesto ya la ca-
mamentistas científicos), constituyen para beza en el tajo y ya no pide más que el
sus patronos incluso ya en tiempo de hacha que se la corte».
guerra «un peligro a la seguridad» -con
todas las consecuencias del caso-, porque El aviso de Thomas Jefferson de que
quien vende su conciencia una vez, <por el precio de la libertad es una eterna1 vigi-
qué no la habría de vender dos veces? En lance vale la pena de escucharlo hoy más
su megalómana ebriedad aseguran que tie- que nunca. Pero una vigilancia contem-
nen en las manos las llaves del universo, plativa no basta. «Para mantener la cul-
pero en la práctica son unos 400 000 hom- tura -decía Huizinga- hay que crear cul-
bres de ciencia que disponen de más de tura». Y para mantener la libertad -di-
25 000 millones de dólares ocupados en ríamos nosotros- hay que conquistarla
mejorar hasta la perfección unas armas constantemente. La libertad no se da por
que pueden destruir todo rastro de vida nada. En esencia y en definitiva la libertad
de la tierra. Estamos en presencia de una significa: valor de resistencia. «Die ganze
ciencia que no tiene ninguna responsabi- Wakrkeit ist in die Tat», toda la verdad
lidad social, una ciencia sin conciencia. está en el acto, ha dicho Johann Gottfried
El historiador estadounidense Henry Herder. Y por estar esta noche en Leiden
Adams previó estos efectos nihilistas de me permito evocar el 26 de noviembre de
las ciencias naturales o físicas cuando en 1940, el día de Cleveringa, el día en que
1862 escribía: «El hombre se ha montado este intelectual encarnó esa esencia de la
al caballo de la ciencia y se le ha desbo- libertad e hizo verdad con el holocausto
cado. Estoy más que seguro de que no pa- de su vida la divisa de esa Universidad:
sará ni un siglo sin que la ciencia acabe Praesidium Iibertatis.