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Textos.’Sobre el Estado
Ruedo
Ibérica de Ediciones
ibérico
y Publicaciones

unlibrosobre
elpoder
Jacques Attali

ruidos
Ensayo sobre la economía política

Best seller en Francia en 1977-1978. Ruidos


de la música

marca un hito en la sociología


y en la economía de la música. Pero también en la política. Jacques Attali
-economista brillante. consejero del Partido Socialista Francés- demues-
tra en Ruidos cómo en su producción, en su reproducción y en su ejecu-
ción, la música precede, anuncia la evolución de la sociedad en su conjun-
to: la música ha sido feuda/, aristocrática, burguesa, democrática, totali-
taria, es sociaiista autogestionaria, antes de que las instituciones y las
relaciones sociales hayan alcanzado esos estadios. La música es el pivote
central de la actividad comunitaria. Ruidos es un análisis de las relaciones
entre el dominio y la creación, entre el poder ly la música. Ruidos es un
libro sobre el poder político.

288 páginas 400 pesetas

© faximil edicions digitals, 2002


Arthur Lehning Sobre igualdad y libertad

MEI hombre, habiendo nacido libre, en to- prehistórica csc estado natural, sino una
das partes so encuentra cncadcnado.» Esta hipótesis para comprender al hombre his-
CS la ctilebrc primera frase del escrito más tórico. Cantar las alabanzas del hora sa~r-
famoso de toda la historia dc las ideas ~wge era uno dc los temas favoritos dc la
políticas dc los dos últimos siglos: Ef COH- literatura de fines del siglo S\‘II y princi-
~IYI~O.social dc Jean-Jacqucs Rousscau, pu- pios del x111. No ticncn cuento las uto-
blicado en 1762. En cierto modo cra este pías, los libros de viajes imaginarios, de
libro una continuacitin del tratado publi- odiseas filosóficas protagonizados por ese
cado ya siete años antes bajo el título: buen salvaje idealizado, armado de todas
Discrlrso sobre el osigel de la desigmldad las buenas cualidades imaginables para
erltre los 11or~~hre.s,cn cl que Rousscau in- hacerlo funcionar como fuente y modelo
tentó investigar cómo pudo nacer la desi- de crítica contra la situación social y po-
gualdad de los hombres cn sociedad, o lítica durante los reinados absolutistas de
mejor aún: cómo perdió el ser humano su Luis XIV y Luis XV y contra la Iglesia en
libertad c‘ igualdad originales que había alianza con estos sobe!-anos absolutos.
conservado en estado natural. Para Rous- Aunque los horas .src~~~~ugcs dc Rousseau no
seau, el pecado original cs la propiedad podían evidentemente ser los mismos que
privada. El primer hombre que cercó un los de los antropólogos dc despuks, nada
trozo de tierra y dijo: «Esto es mío», sien- menos que todo un LPvy-Strauss le ha
de los demás tan ingenuos como para dado a Rousseau cl título dc fundador dc
creérselo, ése fue el verdadero fundador -la etnología CII particular y de las ciencias
de la desigualdad y, pur ende, de la socie- sociales cn general.
dad moderna. Cuando Voltairc acusó recibo del arriba
Ahora bien, es posible que -como Rous- citado Discoruso dc Rousseau, le escribió
seau mismo ya advierte- ese supuesto es- a tiste que con la lectura dc su libro le
tado natural no haya esistido: no repre- habían entrado ganas dc ponerse a anda1
senta, pues, ninguna tipoca histórica 0 a cuatro patas; pero Voltairc llevaba ya a
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Textos: Sobre el Estado

la sazón sesenta ‘años formándose y no miento de dicho contrato. Tendrá, pues,


estaba ya en condiciones de reformar su que obligársele a ser libre.
filosofía de la noche a la mañana. Tampoco Rousseau no fue el primero en inventarse
podía ir en busca del buen salvaje, siendo un pacto misterioso de este tipo. También
que los males a que estaba condenado pe- el filósofo inglés Thomas Hobbes, en su
dían a gritos a un médico europeo. Por si Leviathan de 1651, partía del supuesto de
fuera poco, en aquellos territorios exóti- que los hombres habían concertado un
cos estaba haciendo estragos la guerra y contrato social primigenio. Pero contra-
«nuestro ejemplo había hecho ya casi tan riamente a Rousseau, que creía que los
malo al salvaje como lo somos nosotros hombres en estado natural eran buenos
mismos». Ni el mismo Rousseau empren- y pacíficos, Hobbes partía del supuesto de
dió viaje hacia los dominios del salvaje, que el hombre, en ese estado, era un lobo
sino que de París se volvió a su ciudad na- para su prójimo (horno homini lupus) y
tal, a la República de Ginebra, la ciudad que, por lo tanto, el hombre, a fin de no
de Calvino, en la que su Contrato social fue entregarse a la matanza de todos contra
prohibido y condenado a la hoguera por todos, tenía que transferir sus naturales
cierto, y hasta él mismo tuvo que escapar derechos de libertad e igualdad a un sobe-
de la quema huyendo de sus persegui- rano revistiendo el carácter de un Estado
dores. absoluto.
Me he parado un momento a hablar sobre
Rousseau se planteó en su Contrato la Rousseau porque su Contrato social, no
cuestión de cómo habría que instituir el or- sólo es uno de los tratados más famosos
den social para garantizar la libertad de de la historia de las ideas políticas, sino
los hombres ; o dicho más concretamente: que además, y sobre todo, ha ejercido una
de cómo podría un hombre conservar su influencia enorme en la historia misma y,
libertad aun uniéndose con los demás en para empezar, en la Revolución francesa,
sociedad. Y este hombre extraordinario la cual a su vez ha elaborado esas ideas
que predicaba asimismo la vuelta a la na- y las ha hecho influir propagándolas como
turaleza y no podía sentirse adicto a la la afilosofía de la Revolución francesa».
razón de los filósofos de su tiempo, los Ila-. Mas, por añadidura, esta teoría es de gran
mados enciclopedistas ilustrados, creyó interés porque sobre su significación e in-
haber encontrado la respuesta a su pre- terpretación se han multiplicado los equí-
gunta en una teoría política que él llamó vocos -equívocos que tienen mucho que
del «contrato social». Según esta teoría, ver con mi tema sobre <<Igualdad y li-
el individuo hace dejación de sus dere- bertad)).
chos naturales en favor de lo que Rous- A todo lo largo de los siglos no han cesado
seau denomina el «soberano», el represen- los filósofos de alabar la libertad y los
tante de la volonté générale. El gobierno, poetas de cantarla en todos los tonos, tan-
elegido por el pueblo, con poderes para to que se está tentado de decir que la li-
hacer ejecutar las leyes, saca su legitimi- bertad es algo innato en todos y en cada
dad de ese soberano del que es, como si uno como el amor a la tierra natal. Por
dijéramos, el apoderado. Quien se niega otra parte, la libertad siempre ha sido
a obedecer a la voluntad general, debe ser puesta en relación con la igualdad, siquie-
obligado a hacerlo a la fuerza, porque el ra sea de muy cambiante forma, y sobre
contrato social presupone que ese tal se esa relación suele hacerse la pregunta de
ha sometido voluntariamente al cumpli- en qué medida es posible la libertad sin la
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igualdad, o también: en qué medida puede la libertad». Este resultado sin redondear
existir igualdad sin libertad. iSon dos con- no dejaba de ser bastante magro y suma-
ceptos irreconciliables o dos correlatos mente esquemático, como no podía ser de
precisamente? En la manera de contestar otra manera, dado que los criterios y
a estas preguntas desempeñan un gran pa- creencias de base que constituyen preci-
pel los juicios de valor morales; y según samente en parte, con su diversidad, dicha
éstos puede ponerse, por ejemplo, a la li- confusión, no pueden reducirse a un co-
bertad a mayor altura, o al revés. También mún denominador.
cabe hacerse la pregunta de si los hómbres En vez de filosofar sobre la libertad in
quieren ser libres, o de si ignoran sus ca- abstracto y de tratar de definirla, me pa-
denas porque, para usar de la bella ima- rece mucho más fructífero limitarme a
gen retórica de Rousseau, prefieren cu- tratar de algunos aspectos de la historia
brírselas con flores. de la libertad y primordialmente de cómo
El problema que se resume en el clásico se ha concretizado la libertad en la histo-
lema Liberté, égalité, fraternité, abarca si ria. ‘El gran lema Liberté, égalité, frater-
bien se mira todo el terreno de la cultura ; nité -Bakunin hablaría de «la noble li-
pero no se me tome a mal si aquí hago bertad, la saludable igualdad, la santa fra-
abstracción del tercer elemento, la «fra- ternidad»- era la síntesis nuclear de los
ternidad», aun a pesar de haber procla- principios de la Revolución francesa con
mado hace poco nuestro ministro de Jus- los que se iniciaba una nueva era en Euro-
ticia,? el cristianodemócrata Van Agt: «En pa, pero al mismo tiempo expresión del
el establecimiento de nuestra sociedad no hecho de que esta revolución no sólo tu-
debe presidir como supremo fin el de la viese un carácter francés, sino supranacio-
libertad y ni siquiera el de la igualdad, nal y cosmopolita, por no decir universal.
sino el de la fraternidad». Es la revolución que igual ha inspirado a
La envergadura del tema se me ha vuelto las clases que a las naciones, y a los mo-
a aparecer con toda claridad al caer en mis vimientos nacionales que a los sociales
manos por casualidad un folleto con el hasta nuestros días. Pero la pregunta que
título La libertad. Se trata de un informe se impone, lógica, de rigor, es ésta: ide
de la comisión constituida hace unos 20 qué igualdad y de qué libertad se trataba
años por el Centro Coloquial Holandés entonces y desde entonces?
para hacer alguna luz sobre el concepto La Revolución francesa del 14 de julio y
«libertad» que, a juicio del Centro, era ob- del 4 de agosto de 1789 tradujo su precipi-
jeto de una gran confusión de lenguas. La tado ideológico en la Declaración de los
comisión -también presidida por el im- Derechos del Hombre y del Ciudadano.
prescindible profesor Donner y compues- «Los seres humanos nacen libres, y siguen
ta de representantes de las distintas co- siendo libres e iguales en derechos». El fin
rrientes religiosofilosóficas que circulan de toda asociación política es «el mante-
por la sociedad holandesa: la católica, la nimiento de los derechos naturales e ina-
protestante y la humanista- se declaró lienables del hombre. Estos derechos son:
impotente en su informe final de procurar la libertad, la propiedad, la seguridad y
un resultado neto y cabal de la cuestión, el derecho a oponerse a toda opresióna.
dado el hecho de que «el tema no cesa de Y qué es lo que se entiende por libertad
caer siempre en nuevas honduras a las viene formulado así en uno de los artícu-
que no se puede descender sin estudiar a los de la Declaración: <(La libertad con-
fondo todos los aspectos del problema de siste en poder hacer todo lo que no per-
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judique a un tercero; de modo que la clamar la revolución, del mismo modo


existencia de los derechos naturales de que se dice tambitin en la Declaración de
cada hombre o mujer no tiene más límites los Derechos del Hombre francesa.
que aquellos por los que se asegura el Tampoco estas dcclaracioncs hay que to-
disfrute de esos mismos derechos a los marlas siempre al pie de la letra. El prin-
demás miembros de la sociedad. Y estos cipio de igualdad de los hombres, por
límites sólo los puede fijar la ley». Defini- ejemplo, lo han combatido sin cesar aque-
ción ésta que a las primeras de cambio y llos mismos que se resisten contra mayor
en líneas generales siempre ha sido acep- nivelación social, y así, un Thomas Jef-
tada. Pero la cuestión está ahora en saber ferson (cl gobernador de Virginia v más
cuáles son las limitaciones que impone tarde presidente de los Estados Unidos),
la ley, porque la historia de la libertad aun siendo un amante de la libertad y uno
no es en gran parte más que la historia de los estadistas de su tiempo más de-
de esos límites, de su carácter, dc quiCn mócratas, no dejaba de saber que en Es-
y con qué fin se trazan y se lijan en deter- tados Unidos nacían niños negros y blan-
minadas leyes, leyes que presentan funda- cos, que muchos de sus correligionarios
mentales conexiones o están basadas so- eran esclavistas y que muchísimos dc los
bre la estructura económica y política de descendientes de los Pilgrim Fathers com-
la sociedad, la cual determina asimismo partían la creencia de que los hombres,
quién mueve los resortes del Estado y con al nacer, ya SC reparten en elegidos y ré-
qué intereses. probos. Y eso a pesar de que ya Rousseau
La ley es la expresión de la voluntad ge- había advertido que era lo más natural
neral, venía formulado en la Declaración del mundo distinguir entre la desigu’aldad
francesa según una terminología rousso- de los hombres por constitución y la de-
niana inconfundible. Todo el mundo cs sigualdad que proviene única y exclusiva-
igual ante la ley. Si bien los miembros de mente de las circunstancias sociales.
la Constituyente no debieron entender esto Tampoco hay que creerse a pie juntillas
a la letra, puesto que en la Constitución eso de la rc\~olución. Es más: de hecho
restringieron notablemente cl derecho al no ha habido jamás un gobierno que haya
voto. reconocido L’SC derecho. Sólo se convierte
Sabido es que la revolución de 1789, apar- en un derecho y cobra &te legitimidad
te de la influencia sufrida por los filósofos una vez cl antiguo gobierno ha sido de-
del siglo s\ III, y por los enciclopedistas y rribado. En el caso concreto de los Esta-
economistas ilustrados, tambitin acusó la dos Unidos, de lo que se trataba, natural-
influencia de la Revolución estadouniden- mente, era de aprontar una declaración
se. No en vano hace doscientos años SC’ ideolhgica con la que legitimar la rebe-
proclamó la Declaración de Independen- lión de las trccc colonias contra el rey de
cia estadounidense según la cual todos Inglaterra. Todas estas declaraciones, des-
los hombres nacen iguales y los derechos de la Magna Charta de 1215 (del inglks
inalienables del hombre son vivir en liber- Juan sin Tierra) a la DcclaraciGn Univer-
tad y perseguir la felicidad ; pero que para sal de los Derechos Humanos proclamada
mantener esos derechos se instalan gobier- por las Naciones Unidas en 1948, hay que
nos cuyo mandato lo deben al acuerdo de considerarlas más bien como manifesta-
los gobernados; y que, por lo tanto, cuan- ciones públicas de unos principios por los
do el gobierno no responde al cometido que se lucha y que forman parte de una
acordado, el pueblo tiene derecho a pro- determinada constelación social y políti-
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ca de los tiempos en que se proclaman, impulso poderoso a toda lucha por la.in-
constituyendo en el mejor de los casos el dependencia nacional y a todo movimien-
hilo conductor de las constituciones con- to nacionalista. Cabe dudar mucho de que
temporáneas, o más exactamente: los de- haya sido verdaderamente conveniente de-
rechos fundamentales de dichas consti- sencadenar estas fuerzas, ya que con ellas
tuciones. ha quedado neutralizada aquella idea de
El principio esencial de la Revolución fran- la humanista y cosmopolita ciudadanía
cesa fue la declaración de la igualdad de del mundo que reinaba en la segunda mi-
derechos, que vino a legitimar la abolición ta del siglo xv111 por la creencia mística
de los privilegios de la nobleza basados del Estado-Nación y de la unidad econó-
en la sangre, abolición que logró ya la bur- mica y política a ella asociada que sostie-
guesía en su ascensión dentro de la misma nen más 0 menos artificialmente los culti-
monarquía absoluta haciendose más y más vados nacionalismos y hasta los accesos
con el poder real y ejerciendo una crecien- intermitentes de un patriotismo histérico.
te influencia en toda la sociedad. La De- La guerra defensiva de la Francia revolu-
claración de los Derechos Humanos se cionaria fue adoptando nominalmente el
proclamó en una fase revolucionaria bas- carácter de una guerra liberadora empe-
tante moderada todavía. Pero semejante nada en destronar a las cabezas coronadas
declaración universal de la igualdad de de Europa y liberar a los pueblos a ellas
los derechos humanos acarreó consecuen- sometidos; pero sobre la marcha degene-
cias que los miembros de la Constituyente ró de hecho en una guerra de conquista
no habían previsto y que se produjeron que difería bien poco de las guerras bajo
a toda velocidad. En ese trance, la aristo- este signo emprendidas por Luis XIV, cul-
cracia y la monarquía recurrieron a la minando en las aventuras del condottiero
ayuda de las potencias extranjeras y este corso, el «Robespierre a caballo», dando
llamamiento al exterior tuvo por efecto rienda suelta a sus ambiciones sin freno
doble la guerra civil en el interior y la de sobra conocidas. Aquellos 23 años de
guerra con las naciones vecinas. Una parte guerra en Europa, además de diezmar el
de la clase burguesa francesa se unió a la viejo continente tuvo consecuencias fata-
masa popular y eliminó definitivamente la les para el normal desarrollo democrático
influencia de la aristocracia, confiscó los y arraigo de los ideales humanistas y li-
bienes de los emigrados, hizo que se batie- berales de la revolución. No deja de ser
ra en retirada el poder del clero, seculari- curioso y significativo por otra parte que
zó la enseñanza e implantó la separación Napoleón fuese un admirador de Rous-
de la Iglesia y del Estado. Durante el re- seau, pero sobre todo que él mismo hubie-
gimen del gobierno revolucionario empe- ra dicho -según la leyenda, pero en esta
zó el Estado a intervenir en la vida econó- legendaria figura no hay ya manera de
mica por interés de la guerra, y este pre- distinguir entre leyenda y verdad y nada
cedente ha sido un principio seguido en parece ni aparece normal en la familia
todos los Estados europeos antes y des- Bonaparte-, que hubiera dicho, digo, el
pués de la primera guerra mundial y for- mismo Napoleón que seguramente habría
ma parte de todo un proceso político que sido mejor para el mundo que ni él ni
hoy día sigue y suma. Rousseau hubieran existido.
La Revolución francesa había proclamado En junio de 1793 había adoptado la Con-
también el derecho de libertad e igualdad vención una nueva Constitución robespie-
de todas las naciones, dando así un primer rriana a la que también le había precedido
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Textos: Sobre el Estado

su correspondiente Declaración de los De- nómicas que habían ejercido hasta enton-
rechos del Hombre y del Ciudadano. En ces los ministerios nacionales. Esta Co-
esta Declaración venía definido el fin de la muna tuvo en sus manos el poder efectivo
sociedad como le bonheur commun, y con en la capital francesa e insufló el aliento
arreglo a esta común felicidad el gobierno revolucionario que tanto influyera en las
se daba por cometido garantizar el disfrute resoluciones de la Convención. A ejemplo
de todo hombre de sus inalienables dere- de la Comuna de París, lo que entonces
chos naturales, a saber: los derechos de se intentaba era asociarse con otras co-
igualdad, libertad, seguridad y propiedad. munas parecidas por el resto del país
Los seres humanos son iguales por natu- hasta estructurar federalmente a toda la
raleza y ante la ley. Esta Constitución fue nación. Pero medio año antes de su caída,
la más liberal que Francia se haya dado Robespierre liquidó la Comuna revolucio-
jamás, pero fue suspendida una vez pro- naria y a sus dirigentes preparando así su
clamada, «hasta hacerse la paz», y nunca propio Thermidor.
más fue puesta en vigor. Más adelante, sólo la Comuna de París
De Voltaire había tomado Rousseau aque- de 1871, los soviets de la Revolución
llo de que si Dios no existía había que rusa de 1917 y las colectividades de los
inventarlo, y Rousseau inventó algo pa- primeros meses de la guerra civil espa-
recido: el Ser Supremo, un sucedáneo ñola en el campo republicano han sido
abstracto y exangüe de la noción de Dios ejemplos similares de democracia directa
del que Robespierre se hizo el sumo sacer- funcional. Todos estos movimientos han
dote. Robespierre también era del parecer tenido en común el haber brotado espon-
de Rousseau de que el poder político te- táneamente, el haber significado la nega-
nía que sustentarse en alguna forma de re- tiva al centralismo político y el haber ins-
ligión, parecer que ha tenido partidarios tituido no organismos representativos si-
hasta hoy mismo. Para Robespierre el être no por delegación, fundados en la auto-
suprêvrte era también un arma política nomía de los organismos de base, y el
en su lucha contra el clero y la Iglesia haber promovido una estructura federa-
con que le brindaba al pueblo una reli- lista de la vida económica, social y po-
gión civil, una especie de religión estatal. lítica.
Pero al mismo tiempo empuñaba esta mis- Además de la democracia representativa
ma arma contra el ala izquierda y atea de de 1789 y de la democracia directa de la
la revolución, contra los déchristinnisa- Comuna, la Revolución francesa aún ha-
teurs, que desempeñaron un importante bía de inaugurar una tercera forma de
papel en la democratización de la Revolu- democracia que podría llamarse democra-
ción francesa y no lograron plena ex$re- cia igualitaria y que estaba destinada a
sión hasta la Comuna de Peris de 1792. ejercer una gran influencia en las ideas
En agosto de este año, en efecto, los de- y en la realización de un comunismo es-
legados de los 60 distritos parisienses en tatista dictatorial. Dos años después de
que se habían celebrado asambleas elec- la caída de Robespierre tuvo lugar un in-
torales permanentes, se constituyeron en tento de restaurar la Constitución robes-
una nueva forma de consejo municipal pierriana, pero esta vez en el marco de
que se denominó la Commune, cuyos «con- un Estado comunista. El desarrollo his-
cejales» seguían en contacto directo con tórico de la revolución había enseñado
los distritos y se habían apropiado de to- que los derechos civiles y políticos no
das las funciones administrativas y eco- bastaban para instaurar una sociedad en
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Textos: Sobre el Estado

la igualdad y la libertad que hiciera en por sí mismo el extraño caso de que, ha-
definitiva la felicidad de todos y cada uno biendo pasado sin razón muy a menudo
de los ciudadanos. Ni aun después de la por ser el precursor del anarquismo, Rous-
revuelta contra el Directorio, a la que seau hubiera sido tan vehementemente
llevó la llamada conspiración de Babeuf combatido nada menos que por Bakunin.
de 1796, podían ponerse inmediatamente Hay que decir, sin embargo, que Bakunin
en vigor los derechos democráticos, según sentía una gran admiración por la pléya-
los conspiradores, por estar éstos conven- de de los filósofos ilustrados del si-
cidos de que la gran mayoría del pueblo glo XVIII, hasta el punto de que no p01
había sido en extremo corrompida por el nada le calificó en cierta ocasión su gral,
antiguo régimen despótico hasta el punto amigo y compatriota Alexandre Herzen de
de no comprender sus propios intereses. «Voltaire ruso»; en cambio, a Rousseau
Y para llegar a la deseada douce commu- le había tratado de «el escritor más no-
nauté creían necesario un gobierno revo- civo de su tiempo, sólo en apariencia de-
lucionario formado por snges (según la mocrático», cuyas ideas habían abortado
terminología dieciochesca), por hombres en la maléfica, absurda e inhumana teoría
sabios, porque una empresa de impor- del derecho abstracto del Estado. No sin
tancia semejante no podía tener éxito razón le llamó también a Rousseau «el
más que con el auxilio de una autoridad. inspirador del doctrinario Estado de Ro-
Sólo echando mano de la violencia podía bespierre» y de la dictadura jacobina.
«arrastrarse a los vacilantes y atar corto Del mismo modo que Bakunin creía in-
a los rebeldes». compatible la democracia de Rousseau con
Mas ya entonces el gran problema era el un socialismo libre, había también decla-
de decidir quién debería ejercer la dicta- rado incompatible unas décadas antes Ben-
dura. En este caso la respuesta era: que jamin Constant la democracia rousseau-
la ejerzan los que han preparado la rebe- niana con la libertad individual, haciendo
lión, es decir, los hombres que estaban notar éste de paso que no se pierde me-
dispuestos a la igualdad, des hommes ver- nos la libertad renunciando a ella volun-
tueux. Más de un siglo después abrigaría tariamente que escamoteándola con ese
la pretensión de ejercer la dictadura una misterioso deus ex machina de la volun-
élite revolucionaria de la llamada vanguar- tad general. Los liberales como Constant
dia política. eran de’ la opinión de Jefferson de que
Babeuf se llamaba a sí mismo un demó- el Estado debe abstenerse de intervenir
crata por excelencia. Y Buonarroti, uno en la zona de la vida personal privada.
de los dirigentes de la conspiración, for- Jefferson había dicho incluso que la so-
mularía su doctrina en estos términos: «La ciedad ideal era la de los indios sin Es-
libertad es una parte de la justicia, la tado. Y al referirse a los indios no aludía
justicia entera está en la igualdad, la li- a los buenos salvajes imaginarios de Rous-
bertad social no puede existir sin la igual- seau, sino a los pobladores originarios de
dad». Ante el tribunal que le juzgaba de- América de antes de Colón que vivían li-
claró: «Rousseau ha sido mi maestro». bres en las estepas y en los bosques ame-
Los efectos de la teoría de Rousseau, en ricanos y que habían sido bárbaramente
la medida en que ésta se manifestó en la exterminados. De Jefferson es la bella fór-
Revolución francesa, fueron en todas sus mula de que el mejor gobierno es el que
derivaciones los mismos: tenían de común gobierna menos. Siendo esto verdad, no
su carácter estatista. Este hecho explica hay en nuestro mundo nipgún gobierno
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Textós: Sobre el Estado

óptimo. Por eso Henry David Thoreau cir, que debe existir una igualdad de la
llegó a la conclusión de que el mejor go- libertad. Y si según los derechos huma-
bierno es el que no gobierna en absoluto. nos, todo el mundo debe ser libre, lo *que
En el mismo espíritu escribieron Wilhelm importa es, pues, poder hacer uso de la
von Humboldt, John Stuart Mill y Her- libertad.
bert Spencer, partidarios los tres de «un En este orden de ideas se exigía iguales
mínimo de Estado». «Nada fomenta me- libertades en favor de una mayor igualdad
jor la madurez para la libertad que la li- que por sí misma podría constituir un
bertad misma», nos ha dejado escrito von aspecto esencial de la libertad, o sea, la
Humboldt. A Humboldt le parecían siem- libertad de elegir. A partir de ese momen-
pre mejores los crímenes cometidos en to la lucha por la libertad se llevó de
libertad que los impedidos por la fuerza: frente bajo el lema de los derechos hu-
por muy aberrante que sea la conducta manos democráticos, dado que el camino
de un individuo, el Estado no tiene nunca indicado para lograr una mayor igualdad
por que estremeterse. Von Humboldt es- parecía ganar influencia sobre el parla-
tablecía asimismo una neta distinción en- mento y conquistar poder político. Pero
tre Estado y sociedad y afirmaba que hay la democracia política no tiene, en princi-
otras formas posibles de unidad que esa pio, nada que ver con la libertad. La de-
unidad hecha de la coacción del Estado: mocracia política es el régimen institu-
una unidad entre grupos sociales relati- cional apto para llegar a decisiones polí-
vamente independientes y que deben abar- ticas en virtud de que unos individuos se
car a toda la sociedad como una red. En arrogan el poder de decisión según su
otros términos, von Humboldt le daba al éxito en una lucha competitiva por ganar
problema del Estado una solución fede- el mayor número de votos del censo elec-
ralista. toral.
Los acontecimientos y adelantos económi- Si democracia significa que el pueblo par-
cosociales del siglo XIX habían de dar por ticipe en la toma de decisiones sobre cues-
resultado que la lucha por la igualdad aca- tiones que tratan de su vivir en sociedad,
bara por eclipsar la lucha por una mayor y que quienes están encargados de la fun-
libertad. La filosofía liberal se aleó con ción ejecutiva pueden ser llamados a res-
la teoría política del gobierno represen- ponder de esta función por quienes los
tativo y con el principio económico de la han nombrado o mandatado y con quienes
libertad sin tasa del empresario en la sin- han decidido juntos, entonces es evidente
cresis del llamado liberalismo manches- que la democracia política que ahora co-
teriano. El desenvolvimiento del capitalis- nocemos no responde en absoluto a esa
mo industrial con su subsiguiente expan- idea de una democracia verdadera. Y aun
sión y el advenimiento de la clase traba- cuando superficialmente parezca que se
jadora a la escena social con su movimien- haya ido extendiendo la democracia en
to obrerista llevaron al primer plano au- la vida política y social, de hecho lo que
tomáticamente las reivindicaciones de una se ha venido produciendo es un proceso
mayor igualdad. La demanda de libertad de desdemocratización. Porque si bien se
se convierte en demanda de organización han suprimido grandes desigualdades so-
de la sociedad en que los hombres viven ciales indemocráticas por un lado, por otro
teniendo sus libertades o teniendo que se ha creado una nueva jerarquía con mar-
conquistarlas. Si la libertad es el bien cado carácter autoritario: el Estado de-
supremo lo ha de ser para todos, es de- mocrático de la prosperidad acusa cada
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vez más rasgos totalitarios. El Estado se pueda sería la de una liberación econó-
hace cada día más y más burocrático, tec- mica con su material prosperidad unida
nocrático y autocrático. Todas las decisio- a una concentración de todo el poder po-
nes las toma una élite gobernante o una lítico en el Estado. Toda la obra de Pierre-
coalición de élites formada por capitanes Joseph Proudhon fue escrita contra esta
de industria -los ingenieros de la socie- tendencia rousseauniana y jacobina pre-
dad como si dijéramos-, militares, tec- sente en el movimiento socialista. El so-
nócratas y burócratas, más los políticos cialismo -escribió’un contemporáneo de
de oficio, claro. Y en la marcha de las co- Proudhon- nació de una apelación a la
sas públicas, en realidad, el pueblo sobe- libertad, y el ejercicio del poder lo mata-
rano no pincha ni corta con su periódico rá. Y el mismo autor de este sentencia,
voto por todo instrumento. Anselme Bellegarrigue, tras el fracaso de
Marx pronosticó que el desarrollo econó- la revolución de 1848, se pronunció en
mico acabaría por «abolir» y hacer desa- estos términos terminantes: ~cZZfaut chas-
parecer al Estado que hubiera socializado ser les gouvernements et rappeler la li-
los medios de producción. Pero lo que ha berté».
ocurrido ha sido todo lo contrario. No ha
sido el Estado el que ha sido suprimido En todas las teorías y sistemas socialistas
por la sociedad, sino ésta la que cada vez se reclama la libertad y se la presupone
va quedando más «suprimida» por el Es- dentro de la igualdad. Pues bien, si en el
tado. terreno de la libertad reina gran confu-
El historiador liberal Alexis de Tocque- sión, no es menor la que reina en torno
ville supo distinguir muy bien, ya antes a la igualdad. Esclavos bien alimentados
de mediado el pasado siglo, esa relación y moradores de cárceles y cuarteles pue-
entre libertad y democracia política. Se- den ser iguales entre sí, pero cuando se
gún él, la democratización del poder po- habla en términos socialistas de igualdad
lítico acarrearía una mayor igualdad pero no se alude a igualdad semejante. Tocque-
en detrimento de la libertad personal que ville aventuró el pronóstico de que la SO-
sería menor. Tocqueville veía el desarrollo beranía popular con sus formas externas
democrático en el futuro, no como un de libertad desembocaría en una dictadura
factor en progreso dentro de la historia en que el gobierno trataría al pueblo con
de la libertad, sin como un factor crecien- la benevolencia paternalista con que los
te de centralización del Estado continuan- pastores tratan a sus ganados. Lo que no
do un proceso que se inició en la baja podía prever, sin embargo, era que en
Edad Media y que la Revolución francesa 1920, uno de los más prominentes teóricos
no sólo prosiguió sino que aceleró enor- comunistas fuese capaz de escribir esto:
memente. «La coerción del proletariado en todas sus
Una corriente libertaria en el campo del formas, desde la ejecución pura y simple
socialismo estaba de acuerdo con las con- hasta los trabajos forzados, es- por pa-
clusiones de Tocqueville y creía que la radójico que parezca- un método para
marcha hacia un creciente despotismo es- heñir una sociedad comunista de la masa
tatal no conduciría jamás al socialismo, humana salida de la era capitalista». No
más aún: que el socialismo no podía llegar ha de sorprendernos demasiado, pues, que
a realidad con el Estado. Los socialistas el autor de estas líneas, Nicolai Bujarin,
libertarios creían que la más funesta com- en razón a su propia teoría, fuese más
binación para el futuro que concebirse tarde liquidado con casi todos los demás
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Textos: Sobre el Estado

colaboradores de Lenin bajo el régimen sentido y tendríamos resuelto el problema


de Stalin. de la libertad, porque no la habría.
En cuanto hablamos de libertad habla- La libertad se manifiesta a fin de cuentas
mos también de determinismo; sobre li- en la conducta de los hombres dentro del
bertad y necesidad. Mas confío en que se marco de las posibilidades reales y ob-
me dispense de entrar en la discusión del jetivas. Si las gentes de hoy se sienten im-
problema filosófico sobre el libre albedrío potentes frente a los acontecimientos, eso
y que -a pesar de este púlpito desde el no quiere decir que en principio no ten-
que os hablo esta noche y en el que tanto gan libertad de elección o decisión, o no
se ha hablado de estas cosas *- me abs- quieran tenerla; lo que no tienen es in-
tenga también de enfrascarme ahora en la fluencia ninguna en la élite gobernante que
secular disputa teológica de la predesti- es la que toma todas las decisiones. Pero
nación. No obstante, tengo que hablar de sigue habiendo aún otro camino abierto,
predestinación, siquiera sea de predesti- el que ya nos indicó hace cuatro siglos
nación social, de algo que podríamos lla- Etienne de la Boétie, el joven amigo de
mar teoría de la predestinación en la his- Montaigne, en su Discurso sobre la servi-
toria. dumbre voluntaria, cuando decía que para
La determinación es un problema de cau- ser libre no hace falta más que decirle no
salidad. En la medida en que todo tiene al opresor. «No hay tiranos, sólos hay es-
su causa, todo el mundo está en cierto clavos», escribía también Bellegarrigue
sentido determinado en todo acontecer. en 1850.
Pero descubrir las causas de aconteci- {Cómo se presenta ahora mismo, se me
mientos fácticos no entraña todavía dis- preguntará, la cuestión de la libertad?
poner de una teoría que explique un sis- «No por buenas razones -se ha escrito-
tema de leyes históricas, y mucho menos ha aceptado el mundo actual restricciones
que a base de semejante teoría pudiéra- de la libertad en casi todos los terrenos.
mos predecir el futuro a cosa hecha. En Y ha sido sobre todo el ineluctable y
fin, no significaría eso que no existiese li- automático crecimiento de los medios del
bertad de elección y decisión. poder político el que le ha escamoteado
ese precioso bien al hombre. Y con los
Los desarrollos sociales y económicos no medios coercitivos ha ido creciendo a la
son procesos impersonales; que a fin de par el afán de subyugar y hasta el apetito
cuentas son los hombres los que hacen la de ser subyugado. Y así estamos viendo
historia. Hitler ha sido un cataclismo, pero por todas partes la amenaza de que triun-
no un cataclismo natural, como tampoco fen en toda la línea el orden y el imperio
son desastres naturales las guerras que de la coerción sobre la libertad>). Este
habría que considerarlas más bien como texto data de 1938 y su autor es Huizinga,
enfermedades sociales. Determinismo no como ya habrán sospechado los que están
es fatalismo, y lo que a posteriori resulta acostumbrados al tono circunspecto y re-
haber sido inevitable, no estaba a priori lativizador y al detachment de nuestro
teleológicamente determinado de un modo historiador. Pero esta vez sus palabras
objetivo. Lo que se considera como inevi- traicionan una desazón manifiesta, a pesar
table es muchas veces lo que se ha dejado de todo, y creo que es debido a que en
de evitar. Si todos y todo estuviera deter-
minado por leyes, todo juicio moral o * El de la iglesia de San Pedro de Leiden, centro
ético estaría automáticamente privado de teológicr>,de histórico renombre. [NDT.]

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Textos: Sobre el Estado

aquellos momentos veía amenazada su pro- escritor contemporáneo nos ha indicado,


pia imagen tradicional de la cultura. Tal en su libro Atente a lo pequeño, no sólo
vez Huizinga habría asentido a la caracte- los argumentos morales y éticos sino tam-
rización hecha diez años antes por el his- bién las posibilidades reales de implantar
toriador liberal francés Elie Halévy de la una economía descentralizada. Su autor,
Europa de después de la primera guerra Fritz Schumacher, es un economista de la
mundial y sus revoluciones llamando a escuela de Maynard Keynes, habiendo sido
este período 1’2re des tvrannies. el principal colaborador del Full employ-
«El siglo xx será el prmcipio de una era ment de William Beveridge y asesor eco-
de federaciones, o la humanidad empren- nómico muchos años de una de las más
derá un milenio de purgatorio», escribía grandes empresas comerciales de Europa
Proudhon. Con un presupuesto mundial -con lo que sólo trato de decir que es un
de armamentos de 250 000 millones de dó- hombre que sabe de qué habla-. Y que
lares al año y con 4 billones de dólares estas teorías no las pueden refutar así
que se han gastado desde la segunda gue- como así los políticos que se llaman rea-
rra mundial en hacer y preparar la gue- listas, ni los fabricantes de armas, grandes
rra, no hay razón para desmentir ese pro- industriales, especialistas de la energía
nóstico... «Lo asombroso en todo este es- atómica, antiinflacionistas y demás, por-
pectáculo que vemos montado -escribe que a sus autores no se les puede calificar
el jurista Jouvenal- es que nos asombre- de idealistas o de soñadores.
mos tan poco.>> El leviatán que tenía que garantizar la
La alternativa federalista de Proudhon no vida, la libertad y la seguridad para que
significa en modo alguno una especie de los ciudadanos no se mataran entre sí, con
unión de los Estados soberanos europeos las orgías de violencia a que se ha entre-
hasta formar unidades europeas suprana- gado, se ha convertido en un verdadero
cionales o incluso un Estado mundial que, molok que obliga a sus víctimas a matar
en el actual estado de cosas no podría ser y a ser matadas, que les exige Todes wzd
más que un Estado mundial policíaco. No, Tötungsbereitschaft (estar dispuestos a
lo que Proudhon proponía era un federa- morir y a matar). i Y a propósito de la se-
lismo funcional hecho de unidadeg socia- guridad de vida ! A este Estado moderno
les más o menos autónomas y una descen- con su arsenal de armas, sus servicios se-
tralización en todos los sentidos y sectores cretos de seguridad y, pronto, con sus ban-
para cuya realización nada nos hace decir cos de información personal -que según
por qué no habría de ser perfectamente se dice le es tan necesaria esa información
posible contando con las enormes facili- a la autoridad para hacerse lo que se
dades técnicas de hoy en día. Pero a ese llama una «idea»>, de los ciudadanos-, a
fin habría que desmantelar y descentrali- este Estado, digo, le va realmente como
zar previamente tanto el Estado como los anillo al dedo aquella vieja y astuta pre-
grandes complejos económicos. gunta: Quis custodiet custodes? (iQuién
En su libro Campos, fábricas y talleres guarda a los guardianes?).
propugnaba ya (1898) Kropotkin algunas Los adelantos científicos de los últimos
ideas que hoy vuelven a ser de suma im- siglos han alcanzado su punto culminante
portancia para solucionar nuestros pro- con la fusión y la fisión nuclear. La carre-
blemas económicos y ecológicos y que ra de armamentos de las superpotencias
pueden resumirse en la busca de un equi- mundiales se ha convertido en una carre-
librio entre naturaleza y cultura. Y un ra de laboratorios. La ciencia nuclear es
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Textos: Sobre el Estado

una ciencia secreta al servicio de los Es- por dominar al hombre. Será superior a
tados que se preparan para la guerra y que sus fuerzas controlar todo el mecanismo
les procuran a los iniciados en esa ciencia que haya ido inventando. Llegará un día
secreta posibilidades ilimitadas, nunca so- en que la ciencia se habrá apoderado de
riadas, para proseguir sus investigaciones, la humanidad toda y el género humano se
si bien les limitan al mismo tiempo su li- suicidará haciendo volar a todo el pla-
bertad de movimientos. La unión de cien- neta». Y aun veinte años antes de la pri-
cia y armamento significa el fin de la liber- mera guerra mundial, convencido de que
tad de la ciencia conquistada en una lucha el desarrollo del capitalismo, del Estado
secular. El warfare-state (Estado guerre- y de la ciencia abocaría a una catástrofe
ro) en que vivimos en asimismo un Estado de la humanidad, escribió esta terrible
atómico. Estos scientific weaponeers (ar- frase: «La humanidad ha puesto ya la ca-
mamentistas científicos), constituyen para beza en el tajo y ya no pide más que el
sus patronos incluso ya en tiempo de hacha que se la corte».
guerra «un peligro a la seguridad» -con
todas las consecuencias del caso-, porque El aviso de Thomas Jefferson de que
quien vende su conciencia una vez, <por el precio de la libertad es una eterna1 vigi-
qué no la habría de vender dos veces? En lance vale la pena de escucharlo hoy más
su megalómana ebriedad aseguran que tie- que nunca. Pero una vigilancia contem-
nen en las manos las llaves del universo, plativa no basta. «Para mantener la cul-
pero en la práctica son unos 400 000 hom- tura -decía Huizinga- hay que crear cul-
bres de ciencia que disponen de más de tura». Y para mantener la libertad -di-
25 000 millones de dólares ocupados en ríamos nosotros- hay que conquistarla
mejorar hasta la perfección unas armas constantemente. La libertad no se da por
que pueden destruir todo rastro de vida nada. En esencia y en definitiva la libertad
de la tierra. Estamos en presencia de una significa: valor de resistencia. «Die ganze
ciencia que no tiene ninguna responsabi- Wakrkeit ist in die Tat», toda la verdad
lidad social, una ciencia sin conciencia. está en el acto, ha dicho Johann Gottfried
El historiador estadounidense Henry Herder. Y por estar esta noche en Leiden
Adams previó estos efectos nihilistas de me permito evocar el 26 de noviembre de
las ciencias naturales o físicas cuando en 1940, el día de Cleveringa, el día en que
1862 escribía: «El hombre se ha montado este intelectual encarnó esa esencia de la
al caballo de la ciencia y se le ha desbo- libertad e hizo verdad con el holocausto
cado. Estoy más que seguro de que no pa- de su vida la divisa de esa Universidad:
sará ni un siglo sin que la ciencia acabe Praesidium Iibertatis.

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