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Un programa especial sobre lo que está pasando con la Ley de Seguridad Interior
Reactivación política respecto a a muchos temas como el que nos tiene el dia de hoy aquí reunidos
En este cierre de semestre nos complace tener el dia de hoy a la...
Antes de darle la palabra, mencionarle a los radioescuchas que la maestra es….
El de tema de genero es algo que ha dado de que hablar debido a…
Cómo parte de los esfuerzos que se hacen por combatir esto se ha...
UNETE es una campaña para poner fin a la violencia contra las mujeres del Secretario General de
las Naciones Unidas, administrada por ONU Mujeres, ha proclamado el día 25 de cada mes como
“Día Naranja”: un día para actuar a favor de generar conciencia y prevenir la violencia contra mujeres
y niñas.
Iniciado y dirigido por la Red Mundial de Jóvenes ÚNETE, el Día Naranja hace un llamado a
activistas, gobiernos y socios de las Naciones Unidas para movilizar a la población y poner de relieve
las cuestiones relacionadas con prevenir y poner fin a la violencia contra mujeres y niñas, no sólo una
vez al año, el 25 de noviembre (Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer),
sino todos los meses.
Ahora y más importante, cuál es el papel de sociedad?
A partir de este año, los Objetivos de Desarrollo Sostenible, una serie de 17 objetivos mundiales que
se aplican a todos los países, empezarán a orientar las políticas y las medidas que se adopten a nivel
internacional. Entre estos objetivos se incluye la igualdad de género y el empoderamiento de las
mujeres como prioridad clave, así como metas específicas para poner fin a la violencia contra las
mujeres y las niñas.
En este año 2016, la campaña ÚNETE seguirá destacando el día 25 de cada mes como “Día
Naranja”, un día para generar conciencia y pasar a la acción para poner fin a la violencia contra las
mujeres y las niñas. Los Días Naranja harán hincapié en Objetivos de Desarrollo Sostenible
específicos que están relacionados con la violencia contra las mujeres y las niñas. Aquí se podrán ir
viendo diversos temas, ideas para realizar actividades y mensajes. Todo el mundo forma parte de
estos objetivos mundiales y, para que se cumplan plenamente, todo el mundo tiene un papel que
desempeñar para poner fin a la desigualdad de género y la violencia.
Ante que realidad en el contexto mundial surge esta iniciativa?
Cual es la importancia que tiene su inclusión dentro de los ODS del PNUD?
Cual es la realidad mexicana? En otras palabras, a que nos enfrentamos? (me incluyo como hombre
porque desde una perspectiva personal creo que es un tema que debe ser trabajado de forma
bilateral)
Nos puede compartir un poco de su análisis sobre lo que violencia política implica? Cual es
su relación con el tema equidad/paridad de género?
Cuotas? (límite temporal, pruebas de avances culturales, establecer pisos)
es necesario que en México se consolide una agenda de genero, ya que no podemos ignorar
realmente a mas del 50% de la población
CEE
Agenda interinstitucional?
CIERRE
Cuál es la prospectiva ideal para el próximo proceso electoral en función del tema de paridad
de género?
Despedida, redes sociales de ella o del CEE Nuevo León
Qué las mujeres nacieron para parir, para estar en la casa, que no deberíamos dar órdenes
a los hombres, que no saben gobernar, o que en el ámbito político no se permiten faldas,
son argumentos que algunos hombres sostienen cuando se les cuestiona su oposición a
que una mujer ocupe un cargo de representación pública.
El temor de que las mujeres lleguen al poder no es exclusivo de un país sino de una
violencia de género producto del sistema patriarcal que hasta ahora hemos permitido. Basta
recordar la persecución judicial que hasta la fecha enfrenta la expresidenta de Argentina,
Cristina Fernández, quien fue acusada desde la supuesta usurpación de su título
universitario, hasta por la muerte del fiscal Alberto Nisman, quien fuera encontrado muerto
en su departamento el 18 de enero de 2015.
Estos ejemplos son solo algunos del ensañamiento, cuestionamiento y fiscalización al que,
a diferencia de los hombres, se enfrentan las mujeres que deciden ejercer un cargo público.
En el caso de México son innumerables y poco visibles los actos de violencia política por
razón de género.
Luego de que en 2013 se incorporó el criterio constitucional de paridad, que obliga a las
instituciones electorales y a los partidos políticos a crear mecanismos que garanticen la
participación de las mujeres en condiciones de igualdad, su participación incrementó en los
procesos electorales recientes y, con ello, emergieron nuevas formas de violencia contra
mujeres que deciden ejercer sus derechos políticos y asumir cargos de representación
pública.
En cumplimiento de la paridad, las mujeres fueron integradas a las planillas, algunas como
presidentas municipales, otras como síndicas y la mayoría como regidoras. Pero una vez
ganadas las elecciones a muchas mujeres se busca destituirlas de sus cargos.
En los casos de las presidentas municipales, en distintas partes del país son presionadas
para renunciar a su cargo y su lugar sea ocupado por el síndico, quien ocupa el segundo
lugar de la planilla y que la mayoría de las veces es un hombre.
En tanto a las síndicas municipales les ofrecen encabezar una regiduría de menor
importancia como mercados, panteones o incluso regidurías que no existen y que son
creadas Ipso facto para que accedan y renuncien a su cargo. Esta pretensión responde a
que junto con la presidencia municipal y la tesorería, las sindicaturas municipales forman
parte de la Comisión de Hacienda, espacio de toma de decisión y el que tendría que velar
por el uso adecuado de los recursos del Municipio.
A mayor participación política de las mujeres, mayor el nivel de violencia
El Colectivo por la Ciudadanía de las Mujeres[2] refiere que “a mayor participación de las
mujeres, mayor el nivel de violencia”, pues quienes participaron enfrentaron diversos
obstáculos para el ejercicio pleno de sus derechos políticos, tanto quienes se rigen por el
sistema de partidos políticos, como quienes se rigen por sistemas normativos internos.
En los municipios que se rigen por partidos políticos algunas de las agresiones enfrentadas
son: registro en el último momento, para hacerlas llegar tarde a la contienda electoral, una
vez iniciadas las campañas y sin recursos; hostigamiento sexual; amenazas de atentar
contra la vida de sus hijos e hijas; campañas de difamación y desprestigio con lenguaje
sexista y machista; agresiones físicas y verbales, y asignación a cargos que reproducen los
estereotipos de género como salud, educación, higiene, entre otras.
En los municipios que se rigen bajo sistemas normativos internos, las irregularidades y
obstáculos que las mujeres vivieron en los procesos de elección recientes fueron: algunas
asambleas comunitarias simularon la participación de las mujeres (sólo para cumplir el
requisito y que su elección no fuera invalidada); las mujeres no participaron en la elección
de autoridades municipales, sino sólo en la elección de regidurías de menor importancia y
que reproducen los estereotipos de género; algunas mujeres fueron nombradas para
desempeñar cargos en asambleas a las que no asistieron.
Simulación
Sin duda los partidos políticos encontraron la forma de simular la ley y “cumplir con la
paridad”, a costa de violentar los derechos de las mujeres a ocupar puestos de elección
popular. Las experiencias en estados que han tenido elecciones recientes como Guerrero,
Oaxaca y Chiapas evidencian que esta práctica no es exclusiva de un solo partido político
sino una violencia generalizada presente también en los sistemas normativos internos.
Ante ello, es necesario reconocer la simulación y tomar acciones para evitar su repetición
en los próximos procesos electorales, más aún si tomamos en cuenta que la reforma
electoral obliga a la concurrencia de las elecciones locales con las federales, lo que significa
que en 2017 empieza un nuevo proceso electoral en el que se elegirán gobernadoras/es,
presidentas/es municipales, diputaciones locales -entre otros puestos- en 30 estados de
nuestro país.
Respuestas ineficaces
Si bien existe un Protocolo para Atender la Violencia Política contra las Mujeres, éste no ha
garantizado respuestas prontas ni efectivas para las mujeres. La respuesta de las
autoridades tiene que ir más allá de la comprensión de los hechos. Se necesita un
mecanismo integral que garantice su seguridad y el ejercicio pleno de sus cargos -y no, o no
sólo-, el apoyo psicológico a las mujeres víctimas o el cuestionamiento de sus denuncias,
como es el caso de quienes denuncian el acoso sexual.
Urge actuar a la brevedad en el ámbito legislativo, construir un tipo penal que sancione a
quienes violentan a las mujeres que ejercen sus derechos políticos-electorales. Es
inaceptable que las mujeres continúen siendo agredidas y que estos hechos permanezcan
en su mayoría impunes.
En dichas acciones que deberán ser impulsadas y acompañadas también por la sociedad
civil organizada y la ciudadanía en general, será necesario tomar en cuenta la diversidad de
los contextos en los que viven las mujeres en México y que atiendan de manera específica
las necesidades de las mujeres en las comunidades indígenas, tomando en cuenta la
diversidad de actores locales a los que se enfrentan.
Las mujeres no podemos seguir siendo excluidas de los espacios de toma de decisión y que
determinan el rumbo de nuestras comunidades y el desarrollo de las mismas. “Ser mujer no
debe ser obstáculo para desempeñar un cargo público”, como en su momento lo determinó
la Magistrada María del Carmen Alanís.
Por su parte, la CNDH ha afirmado también que el derecho a la participación política de las
mujeres no “limita la posibilidad de que las mujeres no sólo voten, sino que también sean
electas y que sus triunfos se reconozcan y se les permita ejercer funciones sin ser
cuestionadas por su género y sin ser violentadas por ello”[3].
PAISES
México y Centroamérica encabezan las regiones más críticas de América Latina y el Caribe
donde se presenta mayor violencia hacia las mujeres, de acuerdo con el informe “Del
compromiso a la acción” de ONU Mujeres y el Programa de las Naciones Unidas para el
Desarrollo (PNUD).
Pese a la aprobación de leyes severas para frenar las agresiones a mujeres, éstas no
disminuyen en América Latina, la región más violenta del mundo contra las mujeres, sin
estar en un contexto de guerra.
2018
Para 2018, las mujeres han manifestado su deseo de contender por la presidencia de la
República, por ocupar un escaño en el Congreso (donde se elegirán a 128 senadoras o
senadores y 500 diputadas o diputados) y por competir por 2,818 cargos de elección
popular. Sin embargo, hay un pendiente por resolver para garantizar la equidad de género
en las próximas contiendas electorales: acabar con la violencia política contra las mujeres.
La Fepade señala en su Informe sobre la atención de Violencia política contra las mujeres,
siete conductas delictivas que la implican. Obstaculizar o interferir en el desarrollo normal de
las votaciones; impedir la instalación o clausura de una casilla (violencia como agravante) o
realizar actos que provoquen temor o intimidación en el electorado.
Así como hacer mal uso de materiales o documentos públicos electorales y de equipos o
insumos necesarios para la elaboración de credenciales; obstruir el desarrollo normal de la
votación; ejercer presión, en ejercicio de funciones, sobre los electores y obstaculizar el
desarrollo normal de la votación o ejercer violencia sobre los funcionarios electorales.
“En la Fepade (lo que hacemos) si llega un asunto y hay la probable comisión de un delito
electoral, se integra o se abre una carpeta de investigación, y si existe un elemento que
acredite la violencia política contra las mujeres, damos acompañamiento a las víctimas de
parte de la oficina de derechos humanos, y le damos vista a la autoridad competente, si hay
un acto de discriminación puede ser Conapred”.
La propuesta para la tipificación del delito de violencia política contra las mujeres se está
analizando todavía en el Senado de la República. Mientras, la sociedad civil ha empezado a
movilizarse.