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El carro llegó a Europa y Asia occidental en el cuarto milenio antes de Cristo, y al Valle del Indo hacia el

tercer milenio antes de Cristo.4 A América, llegó en el siglo XV, directamente de la mano de los
conquistadores españoles, así como los caballos y las mulas, ya que al carecer de animales de carga los
nativos americanos cargaban las cosas a la espalda.5

A lo largo de la historia se han utilizado con frecuencia carretillas o pequeñas carretas de mano. En el
siglo XIX, por ejemplo, durante la migración mormona hacia el actual territorio de Utah en los Estados
Unidos, entre 1856 y 1860, se utilizaron estas carretas. Los llamados rickshaw todavía pueden verse en la
actualidad en ciudades del sureste asiático como transporte para distancias cortas.

Julio César en su carro de triunfo, Andrea Mantegna, 1484-1492.

Cupé antiguo, expuesto en una hacienda de México.

En la antigua Roma los líderes derrotados eran a menudo transportados en carretas durante la exhibición
triunfal del general victorioso. Los carros para las carreras tenían forma de concha puesta sobre dos
ruedas, más alta por delante que por detrás, con una lanza muy corta, los cuales eran tirados por cuatro
caballos de frente. Los carros de triunfo tenían una forma redondeada; el vencedor iba en él en pie y
dirigía por sí mismo los caballos.

Los carros servían también para otras ceremonias, como llevar en ellos las imágenes de los dioses en el
día de preces públicas; se ponían también en los mismos las estatuas de aquellos cuya apoteosis se
hacía, e iban en ellos las familias ilustres que asistían a la fiesta. Los cónsules, al encargarse del mando,
eran asimismo conducidos en ellos. Sin embargo, la historia refiere que Camilo entró triunfante en Roma
de este modo, pompa que se hizo después ordinaria, pero que esta vez no cayó bien a los republicanos.
Durante el gobierno consular, los carros fueron dorados; bajo los emperadores fueron de marfil y hasta de
oro. Se les rociaba con sangre para darles un aire más marcial. Los carros cubiertos se distinguían de los
otros por una cúpula cimbrada. Servían para uso de los pontífices romanos y verosímilmente para las
mujeres.6 En Inglaterra, hasta su sustitución por los azotes, en virtud del mandato de la Reina Isabel I, se
utilizaban las carretas para transportar al condenado a la picota.

Morfología[editar]
La parte fundamental del carro es la caja, receptáculo donde se lleva la carga, sea de mercancías o
personas. La caja se apoya sobre unas ruedas (dos o cuatro), directamente o mediante un sistema de
suspensión más o menos complicado. En países muy fríos, en vez de ruedas la caja se apoya sobre unos
patines para la nieve.

La caja debe tener un sistema para enganchar los animales o personas que forman el tiro. El sistema más
sencillo son dos varas entre las que se situa el animal de tiro que, mediante unos arneses, queda
enganchado y, además, sujeta la caja en posición horizontal cuando está parado. Cuando para el tiro se
requiere más de un animal, generalmente suelen ser por pares. Las varas se sustituyen por una sola
central, con un animal a cada lado. Para los carros ligeros, a menudo para pasajeros, el enganche a la
vara o lanza suele hacerse mediante arneses, el principal de los cuales es un collarín, generalmente de
madera forrada de cuero con almohadillado, que es la pieza principal de apoyo en el animal para soportar
el tiro. Cuando son carros de carga, tirados por animales pesados, como bueyes, al final de la lanza se
dispone un yugo, que apoya en el cuello de los dos animales, con los correspondientes arneses también.

Según Andemos, el gremio de la industria automotriz de Colombia, agosto de 2017


fue el segundo mes donde se realizaron mayores ventas de vehículos, después de
marzo en lo corrido del año. Los registros de vehículos sumaron 20.925 unidades,
un decrecimiento del 6,8 por ciento con relación a agosto del año pasado. Sin
embargo, el sector se ha puesto en la tarea de impulsar y potenciar sus esfuerzos
para lograr proyectar un alza en cifras a finales de 2017.
Esto significa que las personas no tienen el mismo interés en comprar un vehículo
que el año pasado, pues el precio del dólar es una de las principales razones que
han hecho que los carros ya no sean tan económicos. Y a pesar de eso, muchas
empresas fabricantes han hecho que esta diferencia no sea transferida
directamente al comprador, con promociones y tasas de interés mínimas.

FP le sugiere leer “Lo que debe tener en cuenta si compra carro este 2015”.

Y es que, precisamente, una de las vías favoritas de los colombianos a la hora de


comprar un vehículo es acceder a un crédito, por un periodo entre 3 o 6 años.
Como cualquier crédito, lo importante es considerar las tasas de interés y que las
cuotas mensuales se ajusten a su presupuesto.

Endeudarse

La más común es aplicar para un crédito de consumo. Estos suelen tener


una desde 0,87% hasta 2,014% mes vencido para la compra de vehículos y, por
lo general, tiene un plazo de 5 años o 60 meses. Esto puede significar que
sentencie su salario durante los próximos años a pagar este crédito pagando
cuotas que, dependiendo del vehículo, pueden estar entre los $450.000 y
$900.000 aproximadamente, por lo que podría ser un inconveniente para sus
ahorros.

Pero más allá de eso, existen otras grandes razones por las que adquirir un crédito
completo para su vehículo puede significarle otras grandes pérdidas. Quizás la
más grande de ellas es la relacionada con la pérdida de valor.

La frase cotidiana que se escucha de “apenas usted saca el carro del


concesionario ya cuesta $2 millones menos”, tiene mucho sentido. Realmente un
vehículo no es una inversión, porque tiene una depreciación muy rápida, es decir,
pierde valor en poco tiempo.
Entonces, puede suceder que usted adquiera un crédito por $20 millones y al año
su vehículo valga ya $18 millones, pero usted siga pagando un crédito por los
mismos $20.

Otro factor por el que no vale la pena endeudarse es que el vehículo queda a
nombre de la entidad que lo está financiando, por lo que no aumenta el valor de su
patrimonio. A esto también se le suma que hayotros valores por los que,
probablemente, no recibirá financiación y deberá sacar ese dinero de su bolsillo: la
cuota inicial, el pago del SOAT y la adquisición de un seguro todo riesgo que, en la
mayoría de casos, es obligatorio optar.

Sin embargo, también puede considerar otras opciones como el leasing que
funciona como una especie de “arrendamiento” del vehículo y ofrecen condiciones
distintas a las de un crédito. Lo único que cambia es que después de pagar las
cuotas, al finalizar el contrato, tiene la posibilidad de comprar el carro por un
porcentaje pactado.

Para escoger entre estas opciones, le recomendamos leer “La mejor opción para
financiar su carro”.

Sí valdría la pena porque…

Si usted no cuenta con el dinero suficiente, puede evitarse tener que pagar todo de
una vez y darse un respiro para responder por otros gastos como el seguro del
vehículo, la compra de accesorios y servicios adicionales como, por ejemplo, la
geolocalización en caso de robo.

Pero esto puede funcionar en casos en los que sabe que el vehículo lo va a tener
durante un tiempo considerable, al menos cinco años. Incluso, el mismo hecho de
que no cuente como parte de su patrimonio puede ayudarle en temas
de declaración de renta, por ejemplo.

Eso también se relaciona con la posibilidad de que una compra como estas tiene
un fuerte impacto en su historia crediticia, así que si usted es “buena paga” tendrá
un reporte positivo y mayores posibilidades de acceder a créditos más grandes a
futuro.

Otra ventaja es que existen entidades que le brindan la posibilidad de vender su


vehículo haciendo un traspaso de la deuda que también se conoce como el
“traspaso de la prenda”; lo cual puede resultar muy útil tanto para vendedor como
para comprador.
Le sugerimos leer también “Los costos ocultos de tener un carro”.

¿Y una refinanciación?

Si usted ya adquirió un crédito pero quiere que las condiciones de éste mejoren, la
página Bank Rate ofrece algunos tips para saber cuándo puede ser un buen
momento para considerar una refinanciación de su crédito.

• Tasas de interés más bajas: existen entidades financieras que le pueden ofrecer
unas condiciones mucho más favorables en cuanto a tasas, que las que usted
actualmente tiene, lo cual puede ser mucho más conveniente. Eso sí, procure
también reducir el plazo de financiación que, aunque le toque hacer un esfuerzo
más grande mes a mes, se ahorrará más dinero al final de cuentas.

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