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Mi nombre es Catalina, tengo una hermana llamada Camila, tengo 10 años y todo comienza

así…

Mi madre siempre nos relataba que ocurrió cuando nacimos, porque fue un milagro para
todos, ya que, las condiciones en la que estaba mi madre no eran muy buenas y la mujer
que atendía a mujer que atendía madre no tenía los mejores conocimientos. Nuestra madre
más adelante dejó de hablarnos y al principio no sabíamos porque, pero luego nos dimos
cuenta de que era tiempo de asumir tareas para nuestros futuros roles.

A medida que fuimos creciendo se complicaban las tareas, ya que, en poco tiempo
asumiríamos nuestros roles según nuestra madre, trabajábamos duro día a día para ayudar
a nuestra madre, ya que la ausencia de nuestro padre se notaba.

Nuestro padre se fue cuando éramos pequeñas, nunca entendí porque se había ido y
siempre se lo preguntaba a mi hermana, ya que ella si lo sabía, pero no me lo decía.

Cuando cumplí 13 años le rogué a mi madre que me lo contara porque ya era mayor y ya
era suficientemente grande para entender lo que pasó, yo estaba muy triste por lo que
paso.

A medida que el tiempo pasaba. Que tampoco era mucho, mi madre enfermó, cada vez era
peor. Mi hermana y yo tuvimos que asumir difíciles tareas y más duras. No sabía nada de
mi padre en esos días no aparecía y me estrese por todo lo ocurrido.

Un día, Salí a la calle, pues tenía que ir a comprar y mi madre no podía estar sola, así que,
fui sin mi hermana. Mientras caminaba escuché un gran grito. Me asusté y decidí ir a ver lo
que ocurría.

Vi a una niña asustada y llorando, a su alrededor había muchos indígenas. Fui corriendo a
buscar a ayuda a las autoridades. Fue en ese momento en el que decidí que debía actuar
por mí misma cuenta inmediatamente.

Agarré unas armas que encontré y fui sigilosamente al lugar dónde estaba la niña. Vi que
los indígenas ya no estaban allí, pensé que no tendría otra oportunidad y actué rápidamente.
La niña me vio y se asustó, pero le dije casi en un susurro:

-Tranquila, vengo a ayudarte


-Han matado a mis padres… por favor… ¡ayúdame! – me respondió

Asentí con la cabeza, la tomé del brazo y me la llevé de ese lugar.

-¿Estas bien? ¿Te han hecho daño? – le pregunté cuando ya estábamos fuera del alcance
de los indígenas

-No…no tengo dónde quedarme, mis padres no están… - me dijo

-Puedes quedarte conmigo, tengo una hermana y mi madre no tendrá problemas en que te
quedes – le respondí

-Muchas gracias, además ¿Cuál es tu nombre? – me preguntó

-Catalina ¿Y tú? – le dije

-Emma – me respondió suavemente

-Bueno Emma, vamos a tu nueva casa

Desde la llegada de Emma, mi madre se fue recuperando poco a poco, cada vez estaba
mejor recuperó su fuerza y mucho más.

Emma dormía en mi habitación y mi hermana con mi madre para cuidarla. Una noche, Emma
se despertó asustada, rápidamente salió a la calle. Escuché unos ruidos y me levanté a ver
lo que sucedía.
LA VIDA DE CATALINA EN
LA COLONIA

AUTORAS :
MATILDE ARCOS
EMILIA POBLETE

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