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Giudici - 2015
Capítulo 11
MÉTODO DE LOS ELEMENTOS FINITOS
1 INTRODUCCIÓN
La solución analítica exacta de las ecuaciones que gobiernan el comportamiento de cuerpos
deformables es de sumo interés en innumerables circunstancias para el ingeniero, pero la posibilidad de
acceder a la misma está seriamente limitada por la complejidad de los problemas de interés práctico.
En efecto, la geometría del cuerpo, las condiciones de borde o apoyo, los estados de carga y los
aspectos relacionados al comportamiento mecánico de los materiales hacen que con frecuencia las
soluciones exactas sean inaccesibles. Esta seria limitación, reconocida por físicos y matemáticos de
todos los tiempos, llevó al desarrollo de técnicas o teorías aproximadas destinadas a la resolución
de problemas específicos de la mecánica de sólidos elásticos. Así, surgió la teoría de vigas, con la
hipótesis de que las secciones planas permanecen planas y normales al eje deformado, las teorías de
placas planas en flexión, como una generalización de la teoría de vigas a dos dimensiones y luego
las teorías de láminas o cáscaras curvas, entre otras. Estas teorías fueron posteriormente modificadas
o ampliadas para cubrir un mayor número de casos de interés práctico, pero a pesar de ello subsisten
muchísimos problemas que no pueden ser resueltos satisfactoriamente con ellas.
Tanto estas teorías especiales como la teoría general de la elasticidad dan origen a sistemas
de ecuaciones diferenciales acopladas, donde interesa obtener su solución para condiciones de
carga, geometría y contorno más o menos arbitrarios con el mayor grado de generalidad posible.
Como respuesta a este problema surgieron los métodos de aproximación basados en consideraciones
energéticas, pudiendo citarse los métodos de Rayleigh-Ritz y Galerkin entre otros. Estos métodos
son procedimientos analíticos que proponen reemplazar la respuesta del sistema (campo de desplaza-
mientos desconocido) por funciones de aproximación que sean relativamente simples (polinomiales
o armónicas), que deben cumplir ciertas condiciones de continuidad y además satisfacer las condiciones
de borde establecidas para el problema. Así es que se transforma el sistema de ecuaciones diferenciales
ordinarias o parciales que gobiernan el fenómeno en un sistema de ecuaciones algebraicas, cuyas
incógnitas representan los parámetros característicos de las funciones de aproximación adoptadas.
Aunque por ese camino se pueden resolver muchos problemas interesantes, se comprueba
que en los casos de estructuras complejas, ya sea por su geometría, condiciones de apoyo y/o
condiciones de carga, no es posible la determinación de una función de aproximación que conduzca
a la solución a través de un procedimiento sistemático que ofrezca cierta generalidad.
El último párrafo merece un comentario aparte. Debe notarse que la misión del ingeniero es
resolver problemas y para ello es necesario disponer de herramientas de aplicabilidad general, que
no requieran de un tratamiento específico y particular para cada caso que se presente. Esta es una
de las principales causas por las que fue abandonado el Método de las Diferencias Finitas, donde en
las ecuaciones diferenciales que representan un problema se reemplazan las derivadas por
expresiones incrementales, lo que conduce a un sistema de ecuaciones algebraicas. Las Diferencias
Finitas permiten resolver problemas estacionarios y transitorios con muy buena aproximación, para
lo cual debe tenerse la precaución de utilizar incrementos de las variables independientes de un
tamaño apropiado. Sin embargo, como contrapartida, se requiere un tratamiento específico para cada
caso particular, con muy pocas posibilidades de generalización, por lo que resulta muy costoso
introducir cambios en los modelos o reciclar soluciones de problemas similares.
Es en este contexto que hace su aparición el Método de los Elementos Finitos (MEF ),
favorecido por el vertiginoso desarrollo de la computación y destinado a provocar un trascendental
impacto en el cálculo estructural y posteriormente en todos los campos de estudio de los medios
continuos. Puede afirmarse, sin temor a exagerar, que muchas de las estructuras concebidas en los
últimos cuarenta años hubiesen sido impracticables de no contarse con una herramienta de cálculo
como lo es el Método de los Elementos Finitos. Para brindar un ejemplo, las estructuras de los
aviones de fuselaje ancho solo fueron posibles al poder determinarse los campos de tensiones con
gran detalle, lo que condujo a estructuras más confiables y livianas.
Como introducción general, puede decirse que el método de los elementos finitos permite
obtener la solución de un problema mediante la descomposición del objeto estudiado en un gran
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número de constituyentes básicos o elementos, los que se interconectan a través de puntos denomi-
nados nodos. Esto se basa en el hecho de que es posible de determinar numéricamente el compor-
tamiento físico de cada uno de estos elementos, a partir de las ecuaciones propias del problema
tratado y de las condiciones de contorno adyacentes. Luego, una vez determinadas las propiedades
de cada elemento, éstas son combinadas para posibilitar la representación de la estructura completa
y evaluar su comportamiento. La solución del problema provee los desplazamientos de estos nodos,
y a partir de ellos, las deformaciones y las tensiones del sistema estudiado.
Nótese que esto ya fue realizado en un curso anterior al ensamblarse estructuras de elementos
prismáticos a través de una formulación matricial con el Método de la Rigidez, por lo que puede decirse que el
método de los elementos finitos es una evolución o generalización del Cálculo Matricial de Estructuras,
e históricamente de hecho lo fue. Inversamente, y desde una óptica general, podría reconocerse a
las barras prismáticas como elementos finitos de una sola dimensión. Así ambos, el Método de los
Elementos Finitos y el Cálculo Matricial de Estructuras exhiben la cualidad de la que carecía el
método de las Diferencias Finitas: su aplicabilidad sistemática.
A título de ejemplos se muestran dos modelos de elementos finitos. En la Figura 1 se representan
dos piezas deslizantes y en la Figura 2 el modelo de una biela de un motor de combustión interna.
Superficie de contacto
Figura 1: Dos piezas deslizantes con superficie Figura 2: Modelo de una biela de un motor
de contacto cilíndrica de combustión interna
Para estudiar las piezas deslizantes de la Figura 1 puede asumirse que la profundidad es muy
grande y basta con representar un corte en un plano transversal de las mismas, por tratarse de lo que
es denominado estado plano de tensión. Para ello se utilizan elementos finitos de dos dimensiones,
tales como los triángulos y cuadriláteros, en lugar de tener que representar la totalidad del sólido, lo
que implica una enorme reducción en la complejidad del modelo. Por el contrario, la biela de la
Figura 2 esta sometida a condiciones de trabajo que obligan a desarrollar un modelo espacial con
elementos 3D que represente fielmente los alojamientos del perno de pistón y cojinete de bancada,
reproduzca las irregularidades geométricas que seguramente dan lugar a concentración de tensiones
y permita aplicar las condiciones de carga distribuidas sobre superficies de contacto.
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Volviendo a la historia del MEF, se reconoce como precursores a Duncan y Collar, quienes
en 1930 presentaron una formulación matricial destinada a resolver problemas aeroelásticos. Ellos
mismos fueron luego autores de los primeros dos artículos sobre el tema (Duncan y Collar, 1934 y
1935) y presentaron juntamente con Frazer un libro que introdujo la terminología que es aún hoy
utilizada (Frazer, Duncan y Collar, 1938). Llegaron luego los aportes de McHenry (1943) y la
publicación de una serie de artículos en la que Argyris presentó un enfoque matricial de los métodos
de las fuerzas y rigidez que se apoyó en los teoremas energéticos. Argyris también insinuó que su
enfoque matricial podría ser extendido mas allá de las barras prismáticas, para considerar elementos
estructurales de dos y tres dimensiones (Argyris y Kelsey, 1955). A los pocos años Turner (1959)
trabajó en un modelo aeroelástico de un ala delta en el que empleó barras y elementos triangulares
para repre-sentar su recubrimiento, lo que constituyó una de las primeras aplicaciones prácticas del
método para la resolución de problemas reales. Además, propuso al método de los desplazamientos
como el camino más apropiado para una implementación sistemática y eficiente del nuevo
procedimiento de cálculo.
Hasta ese momento, la implementación del análisis matricial de estructuras primero y del
método de los elementos finitos después daba lugar a dos enfoques posibles según el orden en que
se formulaba el problema matemático y en consecuencia cuales eran las incógnitas principales
resultantes: desplazamientos o fuerzas. Finalmente, el Método de la Rigidez con los desplazamientos
como incógnitas principales demostró ser el más apropiado para su implementación en computadora,
tal como lo comprobó Turner, y quedo de hecho establecido. Sin embargo, hubo prestigiosos autores
que insistieron por mucho tiempo con las bondades del Método de las Fuerzas (Robinson, 1973)
y también quienes propusieron una combinación de desplazamientos y fuerzas como incógnitas
principales, reunidas en lo que fue llamado “vector de estado”.
Este último método de incógnitas combinadas, denominado de Matrices de Transferencia,
estaba inspirado en la técnica propuesta por Holzer (1921) para el análisis dinámico de cigüeñales,
fue extendido por Myklestad (1944) al estudio de vigas en flexo torsión y posteriormente planteado
matricialmente por Pestel y Leckie (1963). Si bien se trata de un método conceptualmente muy
interesante, es muy difícil de sistematizar para tratar estructuras de geometría compleja, por lo que
fue prácticamente abandonado.
El Método de los Elementos Finitos se desarrolló entonces en base a los desplazamientos como
incógnitas principales y su nombre “elementos finitos” fue empleado por primera vez por Clough
en 1960. Posteriormente, los libros presentados por Przemieniecki (1968) y Zienkiewicz (1967 y
1994) contribuyeron enormemente a la difusión del método en los ámbitos universitarios e industriales.
El mismo Zienkiewicz junto a otros autores (Cheung y Taylor) presentó una interpretación amplia
del método de los elementos finitos en la que extiende su aplicación a diversos problemas de campos.
Naturalmente, se ha hecho de una reseña histórica muy breve que omite a numerosísimos
investigadores que hicieron sustanciales aportes para que el Método de los Elementos Finitos cubra
en la actualidad todo el espectro de problemas de la mecánica del continuo, y lo haga eficazmente,
convirtiéndose en una herramienta esencial para la ingeniería moderna.
Sin embargo, no sería justo terminar esta reseña sin mencionar a los prestigiosos profesores
Edgard Wilson y Klaus Bathe, de la Universidad de California, Berkeley. Wilson desarrolló uno de
los primeros sistemas integrales para la aplicación práctica del Método de los Elementos Finitos,
denominado SAP -Structural Analysis Program, (Wilson, 1970). Posteriormente se incorporó Bathe al
grupo de trabajo y con su aporte se completó el proyecto en 1972, denominado SAP IV. Ambos,
Bathe y Wilson, desarrollaron luego un nuevo sistema de cálculo denominado NONSAP (Bathe,
Wilson,Iding, 1974) que contemplaba materiales no lineales, grandes deformaciones y grandes
desplazamientos. También cabe destacar que ambos fueron autores de un libro titulado “Numerical
Methods in Finite Element Analysis” (1976) en el que sintetizan sus experiencias y que se convirtió
rápidamente en un clásico.
El mérito de Bathe y Wilson estuvo tanto en la calidad de sus trabajos como en su distribución
gratuita en todo el mundo, incluyendo los programas fuentes, posibilitando que el Método de los
Elementos Finitos salga de los ámbitos académicos y se incorpore como herramienta práctica de
uso habitual en las oficinas de proyecto de ingeniería.
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3 MODELOS DISCRETOS
El proceso de resolver un problema de ingeniería a través de una computadora se presenta en
el esquema de la Figura 3. Para comenzar, el problema físico debe ser idealizado a través de un modelo
conceptual que debe preservar las características esenciales de la realidad y descartar toda otra
característica que no tenga incidencia significativa en el caso estudiado. Estas características incluyen
el comportamiento de la estructura (desplazamientos grandes o pequeños), tipos de cargas (estáticas
o dinámicas), propiedades del material (linealidad, elasticidad, isotropía, etc.), complejidad geométrica
(2D, 3D, etc.), condiciones de apoyo (concentradas, distribuidas, etc.) y otras condiciones de trabajo
que formen parte del problema (movimientos de apoyos, variación térmica, rozamiento, etc.).
Errores de la
Solución
Verificación
Validación
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Tal como ya fue comentado con anterioridad, el modelo matemático no puede ser planteado en
forma integral para dominios de interés práctico, quedando esta posibilidad reservada solo a casos muy
simples. Para superar esta dificultad se transforma al modelo matemático en un modelo discreto, ya sea
a través de diferencias finitas o a través de método de los elementos finitos. En el primer caso, como ya
fue anticipado, la formulación diferencial es convertida en un sistema de ecuaciones algebraicas al
introducir fórmulas de derivación numérica. En el segundo el sólido elástico es descompuesto en
elementos simples y es aquí muy importante seleccionar los tipos de elementos apropiados para
representar el comportamiento del objeto estudiado. Luego es necesario disponer los elementos
formando mallas de elementos, establecer sus condiciones de apoyo y definir las cargas actuantes, todas
las cuales deben ser discretizadas en concordancia con los tipos de elementos utilizados.
Finalmente, la última etapa corresponde a la obtención de la solución, que normalmente
incluye la resolución de grandes sistemas de ecuaciones algebraicas que conducen a la determi-
nación de desplazamientos, que son las incógnitas primarias del problema. Posteriormente se
obtienen las incógnitas secundarias, representadas por las solicitaciones, reacciones de apoyos,
deformaciones y tensiones. En el caso del estudio de la respuesta de estructuras en el dominio del
tiempo la solución incluye el cálculo de frecuencias y modos de vibración (autovalores y autovectores)
y la integración numérica de sus ecuaciones dinámicas.
Nótese que cada una de las etapas tiene características muy particulares y son por si mismas
fuentes de errores, todos los cuales contribuyen a desviaciones de los resultados respecto de los que
corresponden al problema real.
Como se puede comprobar, los errores tienen orígenes diversos y para identificarlos es
necesario tener en claro los conceptos de “validación” y “verificación”. La verificación se refiere a
la comprobación de que el problema ha sido correctamente resuelto, teniendo esencialmente que
ver con su formulación matemática, discretización y resolución numérica. La validación, por el
contrario, tiene que ver con que el problema resuelto sea el correcto. Es decir, asegurar que no se
haya resuelto correctamente un problema que en realidad no es el problema planteado. El proceso
de validación se refiere a la comprobación de que el modelo conceptual estudiado responde al
problema físico, es decir que el modelo rescata de la realidad todas sus características esenciales.
En resumen, la comprobación de que se estudió el problema correcto es el objetivo de la validación
y de que se alcanzaron las soluciones correctas es el objetivo de la verificación. Esto último podría
ser consecuencia de una formulación matemática errónea, una mala discretización, el uso de un
algoritmo inapropiado, un error de programación, un problema numérico que condujo a una
excesiva propagación de errores, etc.
Una vez planteado el proceso tendiente a la obtención de la solución de un problema, la
comprobación de su correctitud y la identificación de las causas de errores, es oportuno reconocer
otro concepto muy vinculado a los problemas y es el de su complejidad. El concepto de complejidad
admite diferentes interpretaciones según el punto de vista considerado. Estas son: i ) Complejidad
del problema, que es inherente al objeto estudiado, ii ) Complejidad cognitiva, que se refiere al
esfuerzo requerido para entender el problema, iii ) Complejidad matemática, que es la naturaleza de
la formulación involucrada, iv ) Complejidad algorítmica, que refleja la dificultad que ofrece el
proceso adoptado para alcanzar la solución, v) Complejidad estructural, que es la composición del
software usado para implementar los algoritmos y vi ) Complejidad operativa, que es una medida
del esfuerzo que demanda alcanzar la solución del problema. Desde un punto de vista informático,
intuitivamente se asocia la complejidad operativa con los recursos de cómputo requeridos para
resolver un problema, es decir espacio de memoria y tiempo de proceso.
Como se comprueba, cualquiera sea la interpretación de complejidad, se trata de un indicador
difícilmente cuantificable salvo en el caso de la complejidad operativa, motivo por el cual esta ha
sido intensamente estudiada y ha dado lugar a una disciplina denominada Teoría de la Complejidad
Computacional. A partir de sus indicadores, y bajo ciertas precauciones que aseguren que sus
valores puedan ser comparables, se los utiliza para evaluar otras interpretaciones de la complejidad,
como la matemática y la algorítmica. Los indicadores de complejidad operativa, el espacio de
memoria y tiempo de proceso, son los factores que impidieron la utilización de los elementos
finitos hasta que se dispuso de medios automáticos de cálculo con capacidades acordes a los
requerimientos de los problemas de interés práctico.
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Discretización
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Para estas funciones de aproximación se utilizan normalmente polinomios, que ofrecen dos
ventajas importantes: i ) son fáciles de manipular matemáticamente; evaluar, derivar, integrar, etc. y
ii ) a medida que aumenta el grado del polinomio la solución debería converger asintóticamente a la
del medio continuo representado, lo que implica que un polinomio de grado infinito permitirá
obtener una solución exacta. Las funciones de aproximación polinomial de grado “n” para el
problema de dos dimensiones del ejemplo de la Figura 4 responden a las siguientes expresiones:
u1 ( x1 , x2 ) = α10 + α11 x1 + α12 x2 + α13 x1 x2 + α14 x12 + α15 x22 + ... + α1m−1 x1n + α1m x2n
(1)
u 2 ( x1 , x2 )= α 20 +α 21 x1 +α 22 x2 +α 23 x1 x2 +α 24 x1 +α 25 x2 +...+α 2 m−1 x1 +α 2 m x2
2 2 n n
Ejemplo 1
Se adopta una función de aproximación lineal para un elemento triángulo plano similar a los
utilizados en el modelo de la Figura 5 y se desea expresar los desplazamientos de cualquier punto
del dominio en función de los desplazamientos de los nodos.
x2 k
i
x1
Figura 5: Elemento triángulo plano y sus funciones de aproximación lineal
Nótese que en la definición de los símbolos que representan las posiciones y desplazamientos
de los nodos el subíndice define la dirección y el supraíndice define el punto considerado. Las
expresiones (2) son aplicables en todos los puntos del dominio y por lo tanto pueden aplicarse a los
vértices del triángulo, cuyos desplazamientos son conocidos. Se obtiene así el siguiente sistema de
ecuaciones lineales:
j j j j j j
u1 ( x1 , x2 ) =α 10 +α 11 x1 +α 12 x2 u 2 ( x1 , x 2 ) =α 20 +α 21 x1 +α 22 x2 (3)
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−1
α10 1 x1i x2i 0 0 0 u1i
i
α11 0 0 0 1 x1i x2i u2
α12 1 x1j x2j 0 0 0 u1j
= j (4)
α 20 0 0 0 1 x1j x2j u2
α 21 1 x1k x2k 0 0 0 u k
1k
α 22 0 0 0 1 x1k x2k u2
{α } = [ X ] { u }
−1
(5)
donde la matriz “X ” esta compuesta por las posiciones de los vértices del triángulo. Tal como fue
planteado, la determinación de los coeficientes “α ” involucra la inversión de “X ”, cuyo orden es
igual a la cantidad de grados de libertad del elemento, y estos coeficientes permiten conocer los
desplazamientos de cualquier punto del dominio según lo expresa (2).
a1i
x2 k
(i ) a 2i
( j) Ai
Aj
p
Ak j
(k)
i
x1
Figura 6: Elemento triángulo plano. Simbología utilizada en coordenadas triangulares
Los nodos del triángulo son identificados como “i”, “j”, “k”, ordenados en un cierto sentido, en
este caso antihorario. A su vez, se asigna la misma denominación a los lados opuestos de los nodos,
mostrados en la Figura 6 entre paréntesis. Por ultimo, las componentes horizontal y vertical de cada
uno de los lados del triángulo son identificados con la letra “a”, donde el subíndice corresponde a
la dirección y el supraíndice al cateto correspondiente. Así, todos los lados del triángulo quedan
definidos por las siguientes componentes:
a1i =
x1k − x1j ; a2i =
x2k − x2j
a1j =
x1i − x1k ; a2j =
x2i − x2k (6)
a =
x −x ;
k
1 1
j i
1 a =
k
2x −x 2
j i
2
Nótese que todo punto arbitrario “p” perteneciente al dominio define sobre el triángulo tres
zonas, cuyas áreas son identificadas como Ai, Aj y Ak , siendo Ai +Aj +Ak = A el área total del
triángulo. A partir de los valores de estas áreas se definen las llamadas coordenadas triangulares,
que son las siguientes:
Ai Aj Ak
ζ i ( x1 , x2 )
= = , ζ j ( x1 , x2 ) = , ζ k ( x1 , x2 ) (7)
A A A
y de acuerdo a como están definidas, no se trata de tres coordenadas independientes ya que
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ζ i ( x1 , x2 ) + ζ j ( x1 , x2 ) + ζ k ( x1 , x2 ) =
1 (8)
Disponiendo de estas coordenadas triangulares, se las puede emplear para definir funciones
de aproximación destinadas a expresar los desplazamientos de cualquier punto del dominio a partir
de los desplazamientos de sus vértices (nodos).
u1 ( x1 , x2 ) = u1i ζ i ( x1 , x2 ) + u1j ζ j ( x1 , x2 ) + u1k ζ k ( x1 , x2 )
(9)
u2 ( x1 , x2 ) = u2i ζ i ( x1 , x2 ) + u2j ζ j ( x1 , x2 ) + u2k ζ k ( x1 , x2 )
Es decir que, en lugar de quedar los desplazamientos definidos en función de los coeficientes
“α” de la expresión (2) y (4), se lo hace con las expresiones (9) y para ello se deben determinar las
coordenadas ζ. Estas se obtienen a través del algebra vectorial, tal como se muestra a continuación:
t1 t2 t3
Ai ( x1 , x2 ) = 1 ( jk × jp )= 1 a1i a2i 0 = 1 ( x1j − x1 ) a2i − ( x2j − x2 ) a1i
2 2 2
x1 − x1j x2 − x2j 0
t1 t2 t3
Aj ( x1 , x2 ) = 1 (ki × kp ) = 1 aj a2j 0 = 1 ( x k − x ) a j − ( x k − x ) a j (10)
2 2 1
2 1 1 2 2 2 1
x1 − x1k x2 − x2k 0
t1 t2 t3
Ak ( x1 , x2 )= 1 ( ij × ip )= 1 ak a2k 0 = 1 ( xi − x ) a k − ( xi − x ) a k
2 2 1
2 1 1 2 2 2 1
x1 − x1i x2 − x2i 0
Reemplazando (10) en (7) se obtienen las expresiones específicas para las coordenadas
triangulares que permiten definir las funciones de aproximación (9).
Ejemplo 2
Se propone expresar en coordenadas triangulares las posiciones de los puntos “A”, “B”, “C” y
“D” mostrados en el triángulo representado en la Figura 7.
k
x2 P(ζ i , ζ j , ζ k )
B A(⅓,⅓,⅓)
C
A B(0,½,½)
j
C(½ , 0 , ½)
D
i D(½,½,0)
x1
Figura 7: Identificación de posiciones de puntos usando coordenadas triangulares
Tal como fue expresado en la ecuación (8), no se trata de coordenadas independientes ya que
definen las posiciones de puntos en el plano a través de tres parámetros.
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El teorema de la Mínima Potencial Total establece que, de todos los campos de desplaza-
mientos que cumplen con las condiciones geométricas de contorno, aquel que hace estacionario a Π
corresponde a un estado de equilibrio. Más aun, puede ser demostrado que en una condición de
equilibrio estable la energía potencial total de un sólido elástico no solo es estacionaria sino que es
mínima.
Luego, se asegura el equilibrio de un sólido elástico a partir de imponer las condiciones de
que las derivadas de Π con respecto a los desplazamientos de los nodos debe ser nula:
∂Π
=0 (14)
∂uk
Aquí cabe reconocer que, si la condición de equilibrio requiere un mínimo absoluto de la
energía potencial total, un modelo discreto con funciones de desplazamientos aproximadas siempre
tendrá un valor de Π que será superior al del sólido continuo. Podría esperarse que este valor tienda
al mínimo absoluto a medida que la cantidad de grados de libertad del modelo crece, pero para ello
es necesario que las funciones de aproximación de los desplazamientos cumplan con las condiciones
de convergencia ya establecidas en el punto anterior. De lo contrario, la condición de energía potencial
total mínima nunca podrá ser alcanzada.
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1 ν 0
σ 11 ν ε11
E
1 0
ii) Ecuaciones Constitutivas: σ 22 = ε 22 (16)
σ (1 − ν ) 1 −ν
2
γ
12 0 0 12
2
−1 u mam
ε 22 = u2i a1i + u2j a1j + u2k a1k =
− 2 1 (19)
2A 2A
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Es importante observar que los valores de las deformaciones obtenidas (19) son
independientes de las coordenadas del punto considerado, es decir que las deformaciones tienen un
valor constante en todo el interior del elemento. Esto es consecuencia del tipo de función de
aproximación usada, en este caso lineal. Además, de acuerdo a las ecuaciones constitutivas (16)
también serán constantes las tensiones en el interior del dominio.
Si se fijan valores arbitrarios a las deformaciones ε11, ε22 y ε12 debería ser posible despejar de
las ecuaciones (19) los valores de los desplazamientos que producen tales deformaciones. Pero, por
ser tres las deformaciones y seis los desplazamientos existen infinitos juegos de desplazamientos
capaces de cumplir tales condiciones. La indeterminación de los desplazamientos es de grado tres y
para ser superada deben fijarse las componentes del desplazamiento del cuerpo rígido en el plano.
También es importante observar que las funciones de aproximación propuesta para los
desplazamientos son continuas en los límites entre elementos vecinos para cualquier conjunto de
valores de desplazamientos nodales. Por el contrario, las deformaciones son constantes en cada
elemento y presentarán una discontinuidad en los límites entre ellos.
que expresa en notación indicial una suma de nueve términos, que se reduce a tres para el caso en
que una de las tensiones es nula. Se integra sobre el área por tratarse de un elemento de espesor “h”
constante:
1 (σ ε + σ ε + 2σ ε ) h dA
2 ∫ 11 11
=
Wn 22 22 12 12 (21)
A
Reemplazando las tensiones por las deformaciones con las ecuaciones constitutivas (16):
E
= ∫ ε + ε 22 2 + 2 ν ε12ε12 + 2(1 − ν 2 ) ε12 2 h dA
2
Wn (22)
2(1 − ν 2 )
11
A
e integrando sobre toda el área del triángulo se obtiene una expresión aproximada para la energía
potencial. Como ya fue mencionado, y a raíz del tipo de función de aproximación utilizada para
expresar los desplazamientos, las deformaciones (19) son constantes para todo el dominio.
2 ( 11
ε 2 + ε 22 2 + 2 ν ε12ε12 + 2(1 − ν 2 ) ε12 2 )
hE A
=Wn (23)
2(1 − ν )
Considerando que son constantes a las fuerzas másicas en el interior del triángulo y que son
nulas las fuerzas de superficie sobre su contorno, resulta:
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Un =
−
3
(
F1 A i
u1 + u1j + u1k ) − 2 ( u2i + u2j + u2k )
FA
3
(27)
∂Π ∂Π ∂Π
= 0=
; 0=
; 0
∂u1i ∂u1j ∂u1k
(29)
∂Π ∂Π ∂Π
= 0=
; 0=
; 0
∂u2i ∂u2j ∂u2k
Algunas de estas ecuaciones, por ejemplo las que corresponden al nudo “i ” en las direcciones
“x1” y “x2” se desarrollan de la siguiente manera:
∂Π h E A ∂ε11 ∂ε ∂ε ∂ε ∂ε ∂U
= ε
2 11
+ ε 22 22i + ν ε11 22i + ν ε 22 11i + 2(1 − ν 2 ) ε12 12i + i (30a)
∂u1i 2(1 − ν ) ∂u1
i
∂u1 ∂u1 ∂u1 ∂u1 ∂u1
∂Π h E A ∂ε11 ∂ε ∂ε ∂ε ∂ε ∂U
= ε
2 11
+ ε 22 22i + ν ε11 22i + ν ε 22 11i + 2(1 − ν 2 ) ε12 12i + i (30b)
∂u2i 2(1 − ν ) ∂u2
i
∂u2 ∂u2 ∂u2 ∂u2 ∂u2
∂Π Eh m m 1 −ν m m i AFi
= −a1 u1 (−a2 ) + ν a1 u2 (− a2 ) + 2 (a1 u1 − a2 u2 )a1=− 3
i m m i m m
0
∂u1i 4 A(1 − ν 2 )
(32)
∂Π Eh m i m 1 −ν m i 1 − ν m i AFi
= u2 (a1 a1 ) + 2 a2 a2 ) − u1 (ν a2 a1 + 2= a1 a2 ) −
m m i
0
∂u2i 4 A(1 − ν 2 ) 3
y de la misma forma se obtienen las expresiones que corresponden a los restantes nodos “j ” y “k”,
totalizando las seis ecuaciones de equilibrio.
Los factores que multiplican a los desplazamientos nodales en estas ecuaciones de equilibrio
pueden ser interpretados como coeficientes de rigidez del elemento triangular “i-j-k ”, con un
sentido similar al de los coeficientes de rigidez de los elementos prismáticos (barras), que
establecen una relación entre los desplazamientos de los nodos y las fuerzas sobre los mismos.
214
Compendio de Cálculo Estructural II – FCEFyN – UNC J.Massa-J.Giro-A.Giudici - 2015
donde queda definida la matriz de rigidez de un elemento triangular de espesor constante y cuyos
desplazamientos en el interior del dominio son proporcionales a los desplazamientos de los nodos.
Al igual que en el caso de barras prismáticas, la matriz de rigidez es simétrica. Además, para un
conjunto de elementos triangulares la matriz de rigidez global del dominio se ensambla en forma
similar a la de un sistema de barras prismáticas, solo que considerando que ahora cada elemento
vincula entre sí tres nodos en lugar de dos. Los elementos de la matriz de rigidez responden a las
ecuaciones:
Eh m i 1 −ν m i Eh m i 1 −ν m i
=11
kim a a +
2 2 2
a1 a1 =12
kim 2
− a1 a2ν + a2 a1
4 A(1 − ν ) 2 4 A(1 − ν ) 2
(34)
Eh m i 1 −ν m i Eh m i 1 −ν m i
=
kim21 2
− a2 a1ν + a1 a2 =
kim22 a a +
2 1 1
a2 a2
4 A(1 − ν ) 2 4 A(1 − ν ) 2
donde E y ν representan propiedades del material, h y A propiedades geométricas del elemento y
los coeficientes a son las componentes cartesianas de los lados del triángulo definidas en (6).
Ejemplo 3
Se determinan los coeficientes de la partición “4-4” de la matriz de rigidez del triángulo de
tensión constante que es representado en la Figura 8.
x2
90 5 k33
11 12
k33 11
k34 12
k34 11
k35 12
k35
21 22
k33 k3322 k3421 k3422 k3521 k35
k 11 12
k43 11
k44 12
k44 11
k45 12
k45
K A = 4321
k43 k4322 k4421 k4422 k4521 k4522
10 4 k 11 12
k53 11
k54 12
k54 11
k55 12
k55
3 53
k53 k5522
21
k5322 k5421 k5422 k5521
20 80 x1
Figura 8: Elemento triángulo
Eh 4 4 1 −ν 4 4
k41 =14 α ( x2 − x2 ) + β ( x1 − x1 ) =
a2 a2 + 2 a1 a1 = α (−80) + (−60) β
3 5 2 3 5 2 2 2
4 A(1 − ν 2 )
Eh 4 4 1 −ν 4 4
1 2
k44 = − a1 a2ν + −α [ (−60) (−80)ν + (−80) (−60) β ]
a2 a1 =
4 A(1 − ν )
2
2
Eh 4 4 1 −ν 4 4
k442 1= − a2 a1ν + 2 a1 a2 = −α [ (−80) (−60ν + (−60) (−80) β ]
4 A(1 − ν 2 )
Eh 4 4 1 −ν 4 4
k42 =24 a1 a1 + α ( x1 − x1 ) + β ( x2 − x2 ) =
a2 a2 = α (−60) 2 + (−80) 2 β
3 5 2 3 5 2
4 A(1 − ν 2 ) 2
Eh 1 −ν
donde α= , β=
4 A(1 − ν 2 ) 2
215
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Con el fin de satisfacer continuidad de los desplazamientos en los límites entre elementos se
debe introducir un nudo intermedio en cada lado del triángulo, que por simplicidad es ubicado en
los puntos medios como muestra la Figura 9-a. Tal como ocurrió en el caso del Triángulo de
Tensión Constante, se puede facilitar su desarrollo empleando coordenadas triangulares para
expresar las funciones de aproximación de desplazamientos. En este caso se tiene:
l m
l
i i
Figura 9: Triángulos de tensión lineal y cuadrática
216
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Tabla 1: Grado de las funciones, cantidad de nudos y de grados de libertad en elementos triángulo
El uso de elementos más sofisticados, en este caso con una mejor función de aproximación,
reduce la cantidad de elementos necesarios para definir un cierto modelo, pero como se desprende
de la tabla anterior no necesariamente reduce la cantidad total de grados de libertad involucrados o
por lo menos no lo hace en la misma proporción.
En efecto, el uso de elementos más sofisticados, y por lo tanto la reducción de la cantidad de
elementos, no tiene normalmente por finalidad disminuir los grados de libertad del modelo sino
más bien facilitar la definición de los datos, mejorar la calidad de la solución y facilitar la
interpretación de los resultados. Puede también darse el caso de que estos mejores elementos sean
indispensables para una adecuada representación del fenómeno físico estudiado.
7.1.2 Cuadriláteros
Los elementos cuadrilátero son de gran utilidad práctica. Su forma arbitraria les permite adaptarse
a dominios de forma irregular y presentan la ventaja sobre los triángulos de que el número de elementos
del modelo se reduce significativamente, lo que simplifica la tarea de preparación de los datos. Al
igual que lo ya visto para el caso de los triángulos, pueden generarse para el cuadrilátero innumerables
funciones de aproximación, desde algunas muy sencillas hasta otras muy sofisticadas.
La forma más simple de formar un cuadrilátero es adjuntando dos triángulos de tensión
constante ( Figura 10-a y 10-b) y para ello basta con superponer las correspondientes matrices de
rigidez. Otra forma de generar el cuadrilátero es componer cuatro triángulos (Figura 10-c) y
eliminar el nodo central común a todos ellos a través de condensación matricial. Esta eliminación
debe hacerse para expresar la rigidez de cada cuadrilátero sólo en función de los cuatro vértices,
antes de combinar la matriz global del sistema.
i k k
l l
l
a b c
j
j
j k i i
Figura 10: Cuadriláteros formados por dos y cuatro triángulos
217
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m
x3
VK
ξk = x2
V
i k
x1
j
Figura 11: Elemento tetraedro de tensión constante
7.2.2 Prisma rectangular
El elemento prisma rectangular, mostrado en la Figura 12, puede ser obtenido dando una tercera
dimensión a un cuadrilátero regular, proponiendo las correspondientes funciones de aproximación
y siguiendo un procedimiento similar al ya visto para el caso del triángulo con el fin de plantear las
ecuaciones de equilibrio y desarrollar la matriz de rigidez del elemento.
o
p
k
l
n
m
j
i
Figura 12: Elemento prisma rectangular
218
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La principal limitación que presentan los elementos de este tipo reside en la necesidad de una
transformación única entre las coordenadas cartesianas globales y las coordenadas adimensionales
propias del elemento, la que no siempre existe.
εz σ z
ε σ
r r
=ε = ; σ (37)
εθ σ θ
γ rz τ rz
El resto de la formulación para el desarrollo del elemento sigue el mismo lineamiento general
visto con anterioridad, sólo que naturalmente es más compleja.
Tal como fue presentada, la solución a este problema requiere que las cargas tengan también
una distribución axilsimétrica. De no ser así, y en el caso en que las cargas presentan una distribución
armónica que es función del ángulo θ , el problema puede ser planteado en términos similares a los
ya expuestos. En caso contrario, es decir que no haya una representación armónica de las cargas,
deben previamente ser descompuestas a través del análisis de Fourier con el fin de ser expresadas
como una sumatoria de funciones cosenoidales.
Por ser las funciones cosenoidales ortogonales entre sí, las funciones de aproximación quedan
desacopladas para cada armónica y por lo tanto las matrices de rigidez que corresponden a cada una
de ellas pueden obtenerse por separado. De esta manera queda planteado un sistema de ecuaciones
algebraicas lineales para cada armónica, cuyos resultados deben ser combinados para la obtención de
los desplazamientos y tensiones finales que correspondan al estado de cargas aplicado.
219
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Nótese que las filas de la tabla de esta librería corresponden a los diferentes tipos de elementos
disponibles, que son definidos en la primera columna. La segunda columna describe los grados de
libertad por cada nodo, donde el prefijo “U” corresponde a desplazamientos y el “R” a rotaciones.
Luego, las siguientes columnas corresponden a diferentes funciones de aproximación de los
desplazamientos, tales como lineal, cuadrática, cúbica o una combinación de estas. Es decir que se
trata de una tabla de doble entrada que permite seleccionar cierto tipo de elemento y su función de
aproximación.
Por ejemplo, en la sexta fila se encuentran los elementos de placa de tipo general (general
shell ), que tienen seis grados de libertad por nodo (tres desplazamientos y tres rotaciones, es decir
221
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que los nodos transmiten momentos) y en la quinta columna se encuentra el elemento de placa
general definido con una función de aproximación de desplazamientos cúbica. Nótese que los
elementos de placa de esta sexta fila se definen a partir de nodos distribuidos sobre el plano medio
y que el elemento de la quinta columna queda definido por 12 nodos, es decir se trata de un
elemento de 72 grados de libertad.
La séptima fila también corresponde a placas, pero en este caso se trata de elementos con
espesor que quedan definidos a partir de nodos en ambos planos, superior e inferior, que solo tienen
tres grados de libertad de desplazamientos y no incluyen rotaciones. En este caso el elemento con
función de aproximación cúbica queda definido por 24 nodos (12 nodos en cada plano) con 72
grados de libertad (igual que en el caso anterior). Este elemento es apropiado para placas de
espesor considerable y el anterior es para placas delgadas.
En la parte inferior derecha de la tabla se presentan elementos especiales, tales como los
destinados a representar placas sándwich o laminados con materiales compuestos. Como se observa,
hay una amplia disponibilidad de elementos que requieren de criterio y experiencia para su correcto
uso y el mejor aprovechamiento posible. En caso de duda siempre es recomendable desarrollar
varios modelos progresivamente más complejos y comprobar la consistencia de sus resultados.
La librería de elementos mostrada en la Tabla 2 pertenece al Sistema de Cálculo NISA
(Numerically Integrated elements of System Analysis), pero hay que aclarar que, si bien los diversos
sistemas tienen particularidades que los caracterizan, todos disponen de librerías similares a la
mostrada en la Tabla 2.
222
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ν = 0,3
5 in
E = 13400 ton/in2
15 in
1 in
Figura 16-a: Viga de elevado espesor Figura 16-d: Modelo de 120 grados de libertad
Figura 16-b: Modelo de malla regular Figura 16-e: Modelo de 180 grados de libertad
Figura 16-c: Modelo de malla simétrica Figura 16-f: Modelo de 660 grados de libertad
Distancia a lo largo de la viga [inch]
0 5 10 15
Deflexión [inch x 10-3]
4
65 Nodos, 96 elementos 65 Nodos, 96 elementos
96 Nodos, 150 elementos 96 Nodos, 150 elementos
5 341 Nodos, 600 elementos 341 Nodos, 600 elementos
Teoría de vigas Teoría de vigas
Teoría de la elasticidad Teoría de la elasticidad
En todos los casos estudiados los resultados obtenidos con elementos finitos están por debajo
de los verdaderos. Como puede apreciarse, al afinarse la malla los resultados se aproximan a los de
la solución exacta, lo que demuestra la “convergencia” del modelo. Finalmente, en las Figuras 16-h
y 16-i se muestran gráficos con las tensiones longitudinales y transversales en toda la altura de la
sección. Para representar estos resultados y por haberse utilizado triángulos de tensión constante, se
asumió que los valores corresponden a los centroides de los elementos.
A partir del análisis realizado se obtiene una primera conclusión: se recomienda usar varios
modelos hasta hallar uno que demuestre convergencia en los resultados cuando el número de elementos
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crece. De esta forma puede asegurarse que el modelo es correcto y puede concentrarse la atención
en seleccionar el tamaño de malla más apropiado. Deben evitarse las mallas más densas de lo
necesario ya que, no solo consumen esfuerzo de cálculo, sino que también aumentan el trabajo de
preparación de los datos y dificultan la interpretación de los resultados.
Otro interrogante que enfrenta quien emplea el método de los Elementos Finitos es el siguiente:
¿conviene usar elementos simples en una malla densa o elementos sofisticados con una malla poco
poblada? Aparentemente este interrogante tendría rápida respuesta si se considera el problema
desde el punto de vista de facilitar la entrada de datos, ya que indudablemente resulta ventajosa una
malla poco poblada. Sin embargo, esto no es definitivo ya que la definición de los elementos
sofisticados requiere de mayor cantidad de nodos. Además, si se considera la calidad de los
resultados tampoco pueden darse recomendaciones definitivas y nuevamente la experiencia es la
que tiene la última palabra.
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Figura 17: Placa con orificio rectangular (sólo un 1/4 del dominio por doble simetría)
Puede observarse que ambos modelos respetan las recomendaciones 1 (elementos de forma
regular), 2 (los modelos respetan los contornos geométricos), 3 (las mallas se densifican en las zonas
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Ejemplo 4
Mostrar en detalle el armado de la matriz de rigidez global que corresponde al ensamble de
tres triángulos de tensión constante presentado en la Figura 19.
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1 3
x2
B
x1
A C
2 4 5
Figura 19: Ensamble de tres elementos triángulo
Por razones de claridad y espacio disponible, se presentan por separado las contribuciones de
las matrices de rigidez de los elementos “A”, “B” y “C” a la matriz de rigidez global de la
estructura. La contribución del triángulo “A” a la es la siguiente:
K1111 K1112 K1211 K1212 0 0 K1411 K1412 0 0
21
K11 K1122 K1221 K1222 0 0 K1421 K1422 0 0
K 21
11 12
K 21 11
K 22 12
K 22 0 0 11
K 24 12
K 24 0 0
21
K 21 K 2122 K 2221 K 2222 0 0 K 2421 K 2422 0 0
0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
KA = (39)
0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
K 11 12
K 41 11
K 42 12
K 42 0 0 11
K 44 12
K 44 0 0
41
K 4121 K 4221 K 4221 K 4222 0 0 K 4421 K 4422 0 0
0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
De igual forma, la contribución del elemento “B” a la matriz de rigidez global es:
K1111 K1112 0 0 K1311 K1312 K1411 K1412 0 0
21
K11 K1122 0 0 K1321 K1322 K1421 K1422 0 0
0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
K 11 12
K 31 0 0 11
K 33 12
K 33 11
K 34 12
K 34 0 0
K B = 31 (40)
K 31 0
21
K 3122 0 0 K 3321 K 3322 K 3421 K 3422 0
K 11 12
K 41 0 0 11
K 43 12
K 43 11
K 44 12
K 44 0 0
41
K 4121 K 4221 0 0 K 4321 K 4322 K 4421 K 4422 0 0
0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Por último, la contribución del elemento “C” a la matriz de rigidez es:
0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
0 0 0 0 11
K 33 12
K 33 11
K 34 12
K 34 11
K 35 12
K 35
KC = (41)
0 0 0 0 K 3321 K 3322 K 3421 K 3422 K 3521 K 3522
0 0 0 0 11
K 43 12
K 43 11
K 44 12
K 44 11
K 45 12
K 45
0 0 0 0 K 4321 K 4322 K 4421 K 4422 K 4521 K 4522
0 0 0 0 11
K 53 12
K 53 11
K 54 K 5124 11
K 55 12
K 55
0 0 0 0 K 5321 K 5322 K 5421 K 5422 K 5521 K 5522
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La matriz de rigidez de los tres elementos considerados es la suma de las matrices anteriores.
Representando con un solo símbolo las cuatro particiones que corresponden a cada nodo se tiene:
x1
D
tensor A C
2 4 5
228