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Juan Uribe Echevarría

MANUEL GARRIDO, C A N T O R GLORIOSO

El Departamento de Melipilla con su rosario de villas, pueblecitos,


fundos y haciendas de nombres graciosos suma una de las reservas
folklóricas más interesantes del país.
En Chocalán, Huechún, Culiprán, Popeta, Tantehua, Los Guin-
dos, Palmas de Santa Rosa, Santa Rosa de la Sierra, Hacienda Alhué,
Polulo, Hijuelas, Villa Alhué, Piche, Lisboa, Yerba Buena, Talamí,
Carén, Quilamuta, Loncha, Santa Inés, San Vicente, Los Quillayes,
Loyca, Palqui, Peumo, La Floresta, San Pedro, Lo Encañado, Man-
dinga, Tres Puentes, San Manuel, Codigua, Bollenar, Mallarauco,
Chorombo y otros lugarejos, se sigue cultivando, sin visos de deca-
dencia, el canto tradicional a lo humano y a lo divino, en décimas
glosadas de cuartetas. Un medio centenar de cantores, palladores y
poetas calificados y antiguos soportan el embate de un grupo no me-
nos numeroso de juglares jóvenes y aprendizos:

Guapos y cantores viejos


cuál es el que fama tiene,
la moderna es la que viene
arrastrando por parejo.

En el otoño pasado completamos un estudio y recopilación del re-


pertorio de los cantores y poetas tradicionales de la comuna de Alhué,
capítulo de un ambicioso Cancionero General de Melipilla que nos
ocupa, con prolongadas intermitencias, desde 1945.
La división entre verso a la humano y verso a lo divino procede
en Chile y en el resto de Hispanoamérica de la poesía peninsular de
los siglos xv, xvi, XVII y de los pliegos sueltos de poesía culta y popular
que circularon, desde los comienzos de la Conquista, por tierras del
Nuevo Mundo.
Los poetas y cantores tradicionales cultivan el verso1, combinación
estrófica que consta de una cuarteta glosada en cuatro décimas a las
que agregan una quinta décima, la despedida, que viene a ser como
un comentario o resumen de las anteriores.
a
E n España se denominó glosa. En Argentina, verso, décima y atadas; en Venezuela, trovo, ver-
so, loa y galerón; en México glosa, trono y valona; en Panamá, mejorana.

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Esta décima final, constitutiva del verso, muchas veces se olvida y


es reemplazada por otra despedida de homenaje al angelito, virgen o
santo que se celebra.
La sustitución puede ser completa o parcial. En el último caso cam-
bian sólo la primera cuarteta que inician con versos como: Angel glo-
rioso y bendito; Virgen Santa del Carmelo; Santísima Cruz de Mayo.
Hay cantores que improvisan toda la despedida o la rematan con
la cuarteta del verso que van a cantar a continuación. Otros repiten,
en la despedida, líneas sueltas de las décimas precedentes. Determinar
todas las sutiles deformaciones y recreaciones que han sufrido los ver-
sos primitivos, es tema tan interesante como imposible de llevar a
cabo. De algunos hemos recogido hasta seis variantes que comprome
ten toda la composición o algunas de sus décimas constitutivas.
La mayoría de los cantores, sin ser compositores completos, hacen
gala de una vena poética menor que se manifiesta en la modificación
de tal o cual décima y, sobre todo, en las despedidas.
El repertorio es fluctuante. Los más diestros logran retener en la
memoria hasta cincuenta y sesenta versos completos, o sea doscientas
cincuenta o más décimas.
Cuando algún verso está muy pisado2 lo dejan olvidar.
Lo que más les interesa es saber una o más composiciones por
cada punto o fundamento (temas) de la Biblia, siendo más aprecia-
dos los versos por el Antiguo Testamento, A ellos debemos agregar
los saludos y despedimentos de angelitos, que son indispensables en
el bagaje poético de los cantores de velorios.
En los juglares de mucha edad se produce, corrientemente, una
reducción del repertorio que va acompañada de la intensificación de
determinados temas. El cantor viejo desprecia, por lo general, los
versos picarescos o satíricos a lo humano, y compiten en la rueda de
cantores sólo en los fundamentos elevados.
Representante característico de estos verseadores de temática redu-
cida que se aferran fundamentalmente a escasos temas a lo divino es
don Manuel Garrido Serrano.
En nuestras pesquisas y persecuciones folklóricas por tierras meli-
pillanas oímos mencionar su nombre, en más de una oportunidad,
como cantor notable por cualquier tema.
Nadie conocía su paradero y muchos lo tenían por muerto. Al fin,
Alfonso Núñez Urbano, poeta y cantor de Polulo, nos aseguró que
Garrido vivía y administraba unas propiedades en las afueras de Me-
lipilla, camino a Santiago.
—Por las dudas, busque al cantor Darío Aranda que vende cuchi-
llos en la feria de Melipilla. El le va a dar razón cierta... Aranda
también canta y compone versos...
2
Veno pisado. Llaman así al verso muy conocido.

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Juan Uribe E. / Manuel Garrido, cantor glorioso

Y así fue. Como en otras ocasiones, la búsqueda de un juglar nos


trajo, como regalía, el conocimiento de otros.
Don Darío Aranda Peralta coloca su mesita cubierta de cuchillos
de diferentes hechuras y tamaños, todos los domingos, en la puerta
principal de la feria de Melipilla. Junto a él se despachan dos o tres
colegas comerciantes que venden espejitos, peinetas, cordones, tijeras
y zapatos usados.
Aranda, hombre alegre, de ojos verdes y trato fácil, es un notable
fabricante de corvos chilenos. Su industria es a base de ingenio y cu-
riosas transformaciones. De gastados resortes de automóviles obtie-
ne sólidos machetes. Los discos agrícolas de los arados le proporcio-
nan cortaplumas de fino acero. La cuchillería grande sale de las
sierras que se rompen en las barracas. Hace los mangos con astas de
novillos.
A mediodía comienzan a ralear los huasos y el ilustre cuchillero
se deja entrevistar en uno de los chíncheles que hay frente a la feria.
Don Darío Aranda Peralta nació en la Villa Alhué, en 1903. Apren-
dió a cantar y a componer versos con los hermanos Rosalindo, Amo-
roso, Norberto y Amable Allende, hijos de don Ricardo Allende y
doña Mercedes Vargas, de las Hijuelas de Alhué.
—.. .El mejor de todos para cantar era Amable Allende que des-
pués se hizo paco azul (policía rural) y lo mataron unos salteadores
en el Rincón de Lo Salinas... Este Rincón o Cajón de Lo Salinas,
primero se llamó La Quesería y después El Retiro... Más después
le pusieron Rinconada de Loncho, porque ahí vivía un ovejero que
se llamaba Lorenzo... La gente decía: ¿vamos donde Loncho?... Hoy
día, a toda la hacienda la llaman Loncha, pero pocos saben por q u é . . .
Yo he sido carpintero y leñador de bosques... Ahora estoy jubilado
por corto de vista y me defiendo con las cuchillas... Para el verano,
cuando abundan los zapallos, los tomates y las cebollas, entonces co-
rre más la cuchilla... Ahora no llueve, pero gotea. No puedo que
jarme...
—Yo he sido carpintero y leñador de bosques... Trabajé en Lon-
cha, Quilamuta y la Hacienda Alhué... Conocí a los más famosos
cantores y poetas de todos aquellos cajones, como José Plaza, los her-
manos Manuel Jesús y Luis Alberto Bustamante, Emiliano Vargas,
Pedro y Manuel Aravena, Tránsito Núñez y Tránsito Valenzuela, los
hermanos Ramón y Manuel Garrido y tantos más... En aquellos
tiempos toda la peonada le hacía al canto... No se perdía ni un ta-
lento. . . Ahora con la radio le perdieron interés...
—¿Queda alguno vivo de los cantores antiguos?
—Casi todos están muertos... Aquí cerca en la Punta de Diaman-
te vive Manuel Garrido que todavía le canta a los angelitos...
Sin demostrar mayor interés anoto la aproximada dirección que
me señala el cantor-cuchillero.
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Ya más en confianza, consigo que Aranda me dicte algunos versos:


una composición original sobre su tajante actividad, y otra sobre las
aventuras del Poeta Costino. Esta última hecha en colaboración con
el poeta popular Juan Ramos, de Melipilla.

E L C U C H I L L E R O tiene el color del fierro


y a lo mejor es de lata,
Cuchillos y cortaplumas nos viene a hacer la pata,
trabajo todos los días, cree que todos somos tontos;
y otras cosas parecidas me miran, me hacen un ronco
para entusiasmar la chusma; y se guardan bien la plata.
y se acerca la garuma
con deseos de comprar, E L P O E T A C O S T I N O
y se ponen a mirar
pero no sacan la plata; Redondilla
dicen: —pueden ser de lata
y nos vamos a ensartar. En la República de Chile
yo nací el mil novecientos,
Uno que llegó de afuera cantores a cien por ciento
y se fijó en el muestrario, y poetas a mil por miles;
dijo: —hay de todo tamaño como si fuera un desfile,
y buenos pa' cocinera; yo me fui abriendo camino;
cuando venda la ternera fui a otro país vecino,
entonces voy a comprar; República de la Argentina,
no se le vaya a olvidar y dije, en tierra vecina:
porque me hace mucha falta, yo soy el poeta costino.
allá en la casa, la Marta
no halla con qué cocinar. Fui a visitar el Brasil,
pasé por el Uruguay,
Otros me dicen: —maestro, estuve en el Paraguay
qué tal salen las cuchillas, tomé rumbo a Guayaquil;
se paran en redondilla como cantor juvenil
y uno a otro se hacen gesto; de los países latinos,
yo los miro y me hago el tuerto con eco sonoro y fino
y les dejo la pasa; tomé rumbo a Portugal,
otros llegan más allá, y siempre con mi refrán:
se ponen a examinarlas, yo soy el poeta costino.
y si la encuentran malas
las dejan y no compran ná. Estando en el Norte Chico
salí con rumbo a Coquimbo,
Por fin, este cuchillero monté a caballo en un pingo
no halla qué pito tocar, y llevé todo el equipo;
nadie le quiere comprar cuando estuvo todo listo
dicen: —esto no es de acero, yo seguí por lo que opino:
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Juan Uribe E. / Manuel Garrido, cantor glorioso

ando buscando un ladino, le dije: —vine a cantar,


con él me quiero enfrentar, porque soy poeta costino.
para poderle contar
que soy el poeta costino. Por fin, por todo canté
con mi voz y mi arrogancia,
Después de gran recorrido, tomé rumbo y me fui a Francia,
que por todo yo canté, viajé en un vapor inglés;
tomé rumbo y me embarqué luego a tierra salté,
a los Estados Unidos; en otros países vecinos,
llegué de golpe y zumbido, canté con varios latinos
conversé con un marino; ni uno me pudo atajar;
me dijo —¿y usted a qué vino?, dijeron, sin vacilar:
¿me podría desplicar?; este es el poeta costino.

Don Darío ha ido aumentando el brío de su recitación y nuestra


mesa se ve rodeada de curiosos espectadores.
Poco amigo de la popularidad, Aranda me hace un gruño signi-
ficativo y abandonamos, discretamente, el local.
• •
#

En la tarde de aquel mismo día y como si esperara nuestra visita


encontramos al cantor Garrido sentado en una banca, frente al jardín
de su casa.
Don Manuel Garrido Serrano es un viejo simpático, pequeño, en-
juto, de cara indígena y mirar inteligente. Se ríe a gusto cuando le
informo que en Alhué lo tienen por muerto, desde hace años. Poco
a poco se anima con los recuerdos y va soltando biografía personal.
—Me confunden con mi hermano Ramón que murió hace tiempo...
. . .Yo nací en el fundo La Yerba Buena de Alhué, en junio de
1885, pero muy nuevo me llevaron al Peralillo, cerca del Molino San
José, camino a Valparaíso... Allí me formé cantor junto a mi her-
mano Ramón... Tuvimos como maestros de canto, guitarra y verso,
a Tomás Ruiz, a Juan Ruiz (de otros Ruices) y a Pablo Calderón.
Eran cantores de primera... Muy solicitados... Los buscaban para
dos y para tres velorios de angelitos por semana... No daban abas-
to. . . Le hablo de hace cincuenta años... Nos llamaban de la costa
a cada momento... En mi casa de Peralillo celebraban la novena del
Niño Dios... Las mujeres rezaban y le cantaban al Niño y a la Vir-
gen, con arpa y guitarra. Después nos daban el paso a los hombres...
Se juntaban hasta de a quince cantores.
—.. .Desde muy joven conocí, también, la flor de los cantores me-
lipillanos, como Mofilo Cadena, Juan Agustín Díaz y los hermanos
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ESTUDIOS FILOLÓGICOS / N » 1

Luis y Juan de Dios González... También fui amigo del famoso cie-
go Cictlio, famoso poeta y cantor de guitarrón... El ciego Cicilio se
hacía acompañar de su mujer, la Rosa, que lo retaba mucho... En
Las Tolazas abundaban los cantores... También en Malvilla donde
había una mujer muy buena cantora que nos atropellaba a todos...
Mi hermano Ramón sabía mucho más que yo y componía versos por
cuartetas muy raras, por Sodoma... Me acuerdo de algunas:

Hay una ciudad dormida El padre, estando embriagado,


desde mucho tiempo antes, a sus tres hijas gozó,
y todos sus habitantes a las tres las empreñó
descansan sin tener vida. y no cometió pecado.

Don Manuel declara que no es compositor. Los versos que recita


y canta los aprendió, en su mayoría, de su hermano Ramón, que era
notable poeta.
—Claro que cuando se me olvida un pie (décima) lo recompon-
go de nuevo. Por fallas de la memoria me veo obligado a poetizar...
A los ventidós años me vine a vivir a Melipilla y sólo me he movido
para cantar en los angelitos y en una que otra novena... Todavía
salgo con mi amigo el cantor Silvestre T o r o . . . ¿No va Toro?..., no
voy yo. ¿No voy yo?..., no va Toro. La última vez que salimos a can-
tar, a él lo llevaron en bicicleta y a mí me llevaron, en motocicleta...
—.. .Todos dicen que soy muy rico... Habladuría no más... Ten-
go algunos pedacitos de terreno, por aquí por allá, y dos casas mali-
tas en arriendo... Hace treinta y nueve que le trabajo a don Ken-
neth Struthers, en su quinta. (Me deletrea el nombre de su pa-
trón) . . . Don Kenneth es inglés. Buen mandador. Valedor pero algo
nervioso. Nos llevamos bien... Yo necesito trabajar todos los días.
No es que precise ganar plata, pero sólo trabajando contratado me
consigo las cinco horas de sueño que necesito para mi salud...

Agotada la expansión biográfica me atrevo a jugar el total de


mis pretensiones. Es el paso más difícil. Una vez más vuelvo a re-
petir que el canto a lo poeta está por desaparecer... Que es necesario
y urgente dejar un testimonio para los chilenos del futuro, recogien-
do los versos de los antiguos...
Don Manuel me escucha con recelo y alarma creciente.
Insisto y le leo algunos versos anotados en Alhué y puntos vecinos.
Oye una décima y entre risas él sigue con las restantes y hasta adivina
el nombre de quien pudo habérmelas dado. Le muestro fotografías de
viejos cantores, sus amigos, y poco a poco se aviene a mi solicitud.
—Yo me acuerdo de muy poco... He dejado olvidar casi todo...
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Juan Uribe E. / Manuel Garrido, cantor glorioso

Canto apenas por tres o cuatro fundados (temas) a lo divino. El


verso a lo humano no le asienta a un viejo como yo. En mi juventud
fui bueno para la palla y el verso de travesura... Entonces tenía to-
da la vida por delante... El mundo se me hacía chico... Ahora me
conformo con despertar vivo, por las mañanas...
La tarde otoñal se ha ido enfriando y don Manuel me invita a
entrar a su casa. Previamente da unas órdenes y dos señoras de edad,
sus hermanas, corretean a una serie de perros que avanzan desde el
interior de la huerta.
El viejo cantor me pasa una libretita de hule que saca de un ar-
mario.
—Es la única libreta que me va quedando... Las demás las perdí
o las regalé... En ésta aparecen mis versos favoritos... Usted que es
más joven me lee el comienzo y yo le voy dictando el resto... Después
me los lee usted a mí.
La letra es pequeña, inglesa, pero no muy clara... Con ayuda de
una lupa de bolsillo descifro los caracteres desvaídos. Don Manuel
me ayuda y al final de cada verso me impone su recitación.
En tan interesante como cansadora tarea gastamos un par de ho-
ras. Al final decide prestarme la libreta, siempre que se la devuelva
pronto.
—Llévesela y me la trae el próximo domingo... Ahí van unos
treinta versos... Lo que no entienda yo se lo completo... Después
le doy otros que sé de memoria...
Con el precioso presente regreso a Santiago y me doy al estudio
y transcripción de las décimas de don Manuel.
En domingos sucesivos repetí el paseo melipillano. Las mañanas
pertenecían a Aranda, quien entre venta y venta me recitaba una que
otra décima interesante. Las tardes eran para don Manuel. Con su pa-
ciente ayuda y lupa en mano logramos descifrar el precioso manus-
crito, del cual reproducimos aquí una pequeña muestra.
Don Manuel premia mi afición dictando otros versos que guarda
en la memoria. Cuando se equivoca en alguna décima, se angustia y
repite un latiguillo.
—Este verso lo tengo olvidado... Más bien dicho, es decir... A
veces la memoria está en una parte y se cambia a otra...
Cuando aparece el más bien dicho, es decir, hay que suspender la
escritura y dar tiempo al viejo juglar para que retome el hilo de sus
décimas.
Mientras recita o canta, autorizándose a lo divino, las excelencias
de la Biblia, el ferrocarril de la Gloria, las gallardías y poderes del
espíritu Santo y, sobre todo, las bellezas, riquezas y joyerías del mun-
do celestial, observo su rostro arrebolado en un éxtasis místico.
En la silla, junto a la ventana que da a la carretera de la costa
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ESTUDIOS FILOLÓGICOS / N » 1

por la que cruzan raudos automóviles, a velocidades prohibidas, don


Manuel Garrido Serrano sueña con una lenta y entonada subida a
su cielo que es un tesoro.

1 Grande es la lamentación,
según escribió Ezequiel,
V E R S O S POR LA B I B L I A sobre el sagrado dosel
Dios nos llama la atención;
Treinta y nueve libros son hay que buscar salvación,
de la Sagrada Escritura, Ezequías dice y jura,
otros veintisiete más en los tomos hay mensura
confirman la verdad pura. para revisar las listas;
sólo cuatro evangelistas
Del Genesí principiaron comprueban la verdad pura.
el Antiguo Testamento,
profetas de gran talento
desde el principio tomaron; 2
por Astronomía hallaron
de un tal Josué la razón; En la ciudad de Abilasia
en los Jueces hay unión y en el puente de Amantible,
según dicen los romanos; están escribiendo la Biblie
hechos por setenta ancianos los siete arzobispos de Asia.
treinta y nueve libros son.

Primer libro de Samuel, En un país separado,


sigue Libros de los Reyes, como dice Jeremías,
profetizó santas leyes fue a cumplir la profecía
según las crónicas, Daniel; que había profetizado;
era obediente y fiel, el saber fue aprovechado,
Ananías lo asegura; reza el Libro de Bonanza,
con solemnidad y dulzura triunfó el Arca de la Alianza
desde Jacob se señala, como lo explica la historia;
los que suben por la escala hay rubiles y coronas,
de la Sagrada Escritura en la ciudad de Abilasia.

En los Salmos de David El profeta San Daniel


y en el Libro de los Proverbios, le dio una visita al templo,
convirtiendo a los soberbios y esto dejó para ejemplo
el profeta dice así: en el pueblo de Israel;
en los cantares de ahí, estableció nueva ley
como lo comprenderán, con un poder tan terrible,
como tal lo anunciarán como cabeza visible
y así escribió Jeremías; convirtió por mucho tiempo;
se hallan en otra partida dijo que el Paraíso es bueno
otros veintisiete más. en el puente de Amantible.
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Juan Uribe E. / Manuel Garrido, cantor glorioso

En Judea y Canaán y en la segunda región


dominó la profecía, vi los abismos arder;
también Enoc y Zacarías también vide a Lucifer
y el gran profeta Abraham; donde lo están castigando,
juntos discutiendo están San Lucas estaba observando,
con poder irresistible, paralizado consorte,
esa gente irreductible los ángeles, en la corte,
como en la Historia lo ven; que andaban revoleteando.
Zenón, José y Moisés
están escribiendo la Biblie. Yo vide salir el Sol
y alumbrar en el oriente,
El profeta Isaías también vide en el poniente,
en el templo predicó, toda la generación;
tres mil moros convirtió y también vide al Señor
de la primer profecía; con la santa cruz a cuestas,
con el gran profeta Elias derramar su sangre nuestra
disputaban eficacia, con su cuerpo todo herío;
Dios les ha dejado por gracia también vide a los judíos
que sigan la religión; comiendo en una res muerta,
estaban haciendo oración
los siete arzobispos de Asia. Vide, en creciente, la Luna,
vide de luto al oriente,
3 vide el arroyo y la fuente,
los astros, en la columna,
V E R S O S A U T O R I Z A D O S mecerse sobre su cuna
A L O D I V I N O y sus resplandores dando,
los astros que van girando,
Vide una banda de buitres, brillantes con la victoria;
que andaban revoleteando, los ángeles, en la Gloria,
comiendo en una res muerta por bandás estaban pasando.
por bandás estaban pasando.
4
Yo vide en el firmamento,
vide formarse un nublado, Un animal con cuatro astas,
vide el mar profundizado, en cada asta tiene un diente,
vide los Diez Mandamientos; en la guata, cuatro pintas,
vide los cuatro elementos, y en el lomo, treinta y siete.
yo vide lo que no viste;
también vi lo que perdiste, Anduve por el Jordán
vide pasearse al Señor; y vide la Religión,
y en el pueblo de Faraón, y vide la oración
vide una bandá de buitres. en un lindísimo altar;
vide a un Padre predicar
Vide las aguas correr que hacía varias mudanzas,
en mucha elevación, y vide las esperanzas,
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ESTUDIOS FILOLÓGICOS / N» 1

vide el verano lloviendo; adonde vide bramar


vide salir del Infierno un animal con cuatro astas.
un animal con cuatro astas.
5
Anduve por las tinieblas
y vide las almas puras, Afina bien tus alambres,
vide la fina escritura hácele un buen postureo,
en las alturas de Armenia; pa' verte menear los dedos
y vide todas las penas, en ese guitarrón grande.
vide el sol resplandeciente,
vide el mundo transparente, Sin agraviar a ninguno,
vide todos los ministros; junten los autores todos,
vide arrancar El Maldito, no me dirán de qué modo
en cada asta tiene un diente. bajó la Escritura al mundo;
el astro del dios Saturno
Estuve en las puertas del Cielo que está en este mundo estable;
y vide a nuestro Señor, la ciencia del hombre es tan grande
era aquel gran Autor que al instinto superó;
el mismo Dios verdadero; dándole cuerda al reloj
me bajé para el Infierno, afina bien tus alambres.
oí una voz tan precisa,
los condenados que gritan Se juntan los elegantes
de ver aquel fuego arder; a hablar de lo más bonito,
tiene el cuerpo de Luzbel, y contra na se amalditan,
en la guata, cuatro pintas. yo nunca he sido estudiante;
los autores son bastantes,
Vide al gran rey infinito, latinos y astronomeos;
vide la suma bondá lo afirma el Rey de los Cielos,
y vide la cristiandá autoriza el gran Monarca;
vide la santa ley de Cristo; pa'que David toque el arpa,
vide los astros tan listos hácele un buen postureo.
y una estrella en el oriente,
con un color diferente Varios se tienen por buenos
y el lucero la ilumina, y en no saber está la falla,
con perlas en las esquinas, no saben cómo se llama
y en el lomo, treinta y siete. el trono del Padre Eterno;
aquellos que fuesen léidos
Angel bendito y glorioso que averigüen los misterios;
florcita de pensamiento, los saberes son del Cielo,
vide el astro del firmamento en la tierra hay aprendices;
caminando con reposo; las mismas posturas, dicen:
y vide los siete gozos afírmate bien los dedos.
caminando con tardanza,
vide cantar alabanzas He visto varios letrados
en el seno de Abraham, gramáticos y latinos,
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Juan Uribe E. / Manu Garrido, cantor glorioso

nadie sabe su destino cantan alegre y sonoro


por mucho que hayan estudiado; reluciéndole al santísimo,
a la cuenta están errados y en la ciudad del Altísimo,
el mundo, demonio y carne; las murallas, de tesoro.
yo, con ganas de salvarme,
me hice parte de la Iglesia; En los palacios del Cielo
pónele sentido y ciencia repican campanas de oro,
en ese guitarrón grande. con un impulso sonoro
dando un grande consuelo;
6 y nos dice el Padre Eterno
con toda su majestá;
V E R S O P O R LA G L O R I A de piedra bien adorna,
que del cielo bajaría
La Gloria es una ciudá, la santa Virgen María,
las calles con piedras de oro, con distinta claridá.
las murallas de tesoro
con distinta claridá. 7

Cuando el mundo lo formó V E R S O P O R E L CI E L O


nuestro Señor Jesucristo,
dejó todo por escrito Vide una blanca paloma
y a la altura se subió; elevada en mucha altura,
a sus ministros dejó trascendía su hermosura
que adoren sin veleidá más que una fragante aroma.
créanme que es la verdá
l'agua se convierte en vino; Vide al sol en su violata,
por los ángeles divinos, la luna en su resplandor,
la Gloria es una ciudá. los palacios del Señor
con entorchados de plata;
En esta obra divina en aquella casa santa
la lámpara es un Cordero, hay muchos puntos de gloria;
imagen del Verdadero los ángeles con corona
de la Gloria cristalina; ahí lo están adorando;
el Señor nos encamina para la mansión, volando,
con una voz muy sonora, vide una blanca paloma.
la luz el Cielo decora
por donde va el buen Jesús; Qué bonito no será
hizo mi Dios, con virtud, aquella dichosa tumba,
las calles con piedras de oro. porque aquella luz que alumbra
es de Dios la claridá;
En la corte celestial ¡ay!, quién viera esa ciudá,
también está nuestra Madre, qué bonita su hermosura,
la túnica del alto Padre donde van las almas puras
signo del Dios imperial; a gozar de los adornos;
yo soy del Juicio Final a estar con Dios, en los tronos,
de un rubí que, martinoro elevado en mucha altura.
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ESTUDIOS mooB /No 1

Angélicos y de coro se ve más allá cerrada


hay las piedras más preciosas, con candado de brillante;
antorchas tan luminosas después un jardín fragante
que no las iguala el oro; con flores de terciopelo,
yo no he visto otro tesoro y más allá un arroyuelo
que da paso a la columna; de rubí, zafiro y perlas,
el que dentra saca luna que dan, tan sólo con verlas,
en un hermoso diamante; felicidad y consuelo.
como la flor más fragante
trascendía su hermosura. Más allá cien mil estrellas,
doscientas mil lamparillas,
El trisagio de Isaías y otras tantas maravillas
se escribió con dulce anhelo, a cual de todas más bellas;
oirán tocar en el cielo las más hermosas doncellas
ángeles y jerarquías; que ideó la fantasía,
para el alma, en l'otra vida, cantan una sinfonía
viendo al Señor en persona; que es todo deleite junto,
tú recibes una dona y coronando el conjunto
y en la Gloria resplandece, nunca noche y siempre día.
y al incienso trascenderse
más que una fragante aroma. Allá, en un rosado espacio,
lleno de luz y fulgor,
8 está sentado el Señor
sobre un trono de topacio,
D E S C R I P C I O N D E L y más allá, en un palacio,
CIELO envuelto en luciente velo,
la Virgen de rubio pelo
Oro puro y pedrería, está prodigando amor;
felicidad y consuelo, así, con todo primor,
nunca noche y siempre día es la condición del Cielo.
es la condición del Cielo.
9
Al principio hay un portal
con una hermosa alameda, V E R S O P O R LA N U E V A
pavimentada con seda J E R U S A L E N
y botones de coral;
las bancas son de cristal, Un muro con doce puertas,
los árboles de ambrosía, en cada puerta, un puertero,
los pájaros y sus crías l'enseñaló una princesa,
son artífices alados, novia esposa del Cordero.
y se ve, por todos lados,
oro puro y pedrería. San Juan, estando en el Cielo,
a un ángel le dice: ven,
Una puerta relumbrante que ésta es la Jerusalén
como impidiendo la entrada, diferente a la del suelo;
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Juan Uribe E. / Manuel Garrido, cantor glorioso

describió, con santo celo, las alfombras de Turquía;


las primorosas cubiertas; tu voluntad con la mía
doce espíritus se alertan muy bien se contrapunteaban,
y en estudio se fijó, y en una balanza estaban
y en mirar se deleitó que se iban y se venían.
un muro con doce puertas.
10
Tenía doce cimientos
de perlas las más preciosas, V E R S O P O R E L
admirables son las losas E S P I R I T U S A N T O
de los doce fundamentos;
de los colores de aumento Aguila de tres colores,
perla jaspe fue el primero, de oro, de plata y de acero,
afiro, segundo esmero, y te elevai a los cielos,
espierta a una margarita; parai en los paradores.
por mandato de Dios habita,
en cada puerta, un puertero. Sois el palacio evidente
que no te iguala ni el sol,
Vidrio limpio semejaba con tu lindo resplandor,
con la mayor ceremonia, atmósfera reluciente;
el tercero, calcedonia, sois astro resplandeciente
que así los numeraba; la tercera por tus dones,
esmeralda, cuarta, andaba, en tantas elevaciones
bello nombre que interesa, te elevai con la Victoria;
el resplandor de pureza dentrai brillando a la Gloria,
de la senda celestial; águila de tres colores.
y en aquella catedral
l'enseñaló una princesa. Sois el oro vegetal
de los doce fundamentos,
Sardónica que fue el quinto, de los catorce cimientos
al sexto ópalo le dijo, de la mansión celestial;
que le escribiese, de fijo, sois el águila imperial
los diez crisolinos pintos; del mismo Dios verdadero,
San Juan apóstol distinto, no te iguala ni el lucero
escribiendo con misterio, ni el lirio que más alumbra;
nos muestra al Dios verdadero sois la más preciosa tumba
a quien los ángeles claman, de oro, de plata y de acero.
y esta es la Iglesia que llaman
novia, esposa del Cordero. Sois el gran vidrio de aumento,
resplandeciente victoria,
Angel glorioso y bendito, te suspendis a la Gloria,
soñé que te estaba haciendo sois joya del firmamento;
una corona de perlas tú te elevai por los vientos,
y te la estaba poniendo; soi la gracia que yo espero,
y se estaban extendiendo sois la villa real de anhelo,
249
ESTUDIOS FILOLÓGICOS / N » 1

el ángel de la mansión, T ú eres la preciosa guía


habitai con el Señor, que alumbrai en el oriente
y te elevai a los cielos. con tu luz resplandeciente
le dai los rayos al día;
Sois la joya más preciosa, soi la campaña floria
antorcha resplandeciente, que llegai a relucir,
sol que sale del oriente, sois el precioso jardín
agua, encandilada rosa; de los palacios de Arminio;
lámpara maravillosa, en busca del cielo empíreo,
sois lirio de los mejores, en alas de un vidrio gil.
por tu aroma y olores
cristal fino, relumbrante; T ú eres el precioso lucero
toda rodeá de diamantes colocado entre las flores,
parai en los paradores. con tus lindos resplandores
le dai luz al mundo entero;
11 Dios, que es el verdadero,
en lo que habla se desata,
V E R S O P O R E L hasta enterar su contrata
S A N T I S I M O Sol, Luna, Venus, Saturno;
daba vuelta a todo el mundo,
Garza anidada en su celda corría con pies de plata.
crespos penachos levanta,
en alas de un vidrio gil
corría con pies de plata. 12

T ú eres la preciosa estrella EL F E R R O C A R R I L D E L


que iluminai el primer Cielo, CIELO
sois el precioso lucero
que a Dios señalai la huella; Han visto correr el tren
sois de las luces más bellas que va escapando vapor,
que alumbrai en las tinieblas; qué lindo se ve el convoy
soi la más valiosa perla que llega a resplandecer.
que reluce en el altar;
quién te pudiese tomar En el alto del firmamento
garza anidada en su celda. estaban sacando un ramal,
ingeniero era San Juan,
T ú eres el precioso sol y San Pedro, el arquitecto;
que alumbrai a la columna, lo dejaron tan perfecto,
ni los rayos de la luna la obra quedó muy bien;
igualan tu resplandor; trabajaba San Miguel
nos dice Nuestro Señor remachando los durmientes,
que con su luz nos encanta; y preguntaba la gente
nos da a saber su Ley Santa si han visto correr el tren.
que tiene para enseñar,
y en el ara del altar En una elevada altura
crespos penachos levanta. se veían trabajar,
250-
Juan Uribe E. / ] Garrido, cantor glorioso

los ángeles, en general, 13


dice la Sagrá Escritura;
en la lámina figura D E S P E D I M E N T O DE
donde estaba la Estación; A N G E L I T O
el jefe era San Simón
de esta obra misteriosa; Aguila que vai volando,
y la máquina airosa en el pico llevai flores,
que va escapando vapor. en las alas, margaritas,
y en el corazón, amores.
Con empeño trabajaron
porque les interesaba, Toquen arpas y violines,
una luz les alumbraba músicas engrandecías,
y el terraplén alinearon; toquen que al venir el día
los santos se consultaron, florecerán los jardines;
le dieron cuenta al Señor y tóquense los maipines?
de que faltaba carbón en la Gloria, repicando,
y muchas clases de elementos; donde te están esperando,
decían, en el momento, en la corte celestial,
qué lindo se ve el convoy. y adonde vai a parar
águila que vai volando.
La obra la concluyeron Toquen vihuelas y claves,
y quedó muy bien formá, tóquense con alegría,
las barras fortificás que te has de ir con María
y el material que pusieron; a colocarte en esa nave;
todo el mundo recorrieron bajará el Eterno Padre
San Antonio y San Gabriel, rodeado de resplandores,
y pa! poderse imponer ángeles, sin reflexiones,
los santos iban cantando; te han de salir a encontrar,
las campanas, repicando, y a Dios le van a avisar
que llega a resplandecer. que en el pico llevai flores.

Angel glorioso y bendito, Toquen música en cordiona4


macetita de clavel, toqúese con alegría,
en las alturas del Cielo que te has de ir con María
han visto correr un tren; a colocarte en la Gloria;
los santos iban en él han de traer una corona
en compaña del Señor, de rubiles y perlitas,
van a dar celebración un rosario de estrellitas
a un pueblo militar, matizado con mitrai,
y la Estación va a quedar y a Dios le vái a dejar
en la celestial mansión. en las alas, margaritas.
a
Maipines, por maitines.
*Cordiona, por acordeón.
ESTUDIOS FILOLÓGICOS / N» 1

Tóquense los instrumentos, porque su culpa la vieron;


tóquense con alegría, toda su vida sintieron
pa' celebrar a María la tristeza de ser pobre,
y el Divino Sacramento; por eso nadie se asombre
ahí donde está el Dios perfecto de la serpiente infernal;
en los jardines de honores, no se puede ni mirar
colocado entre las flores la mujer que engaña a un hombre.
coronado en una celda;
en el cuerpo llevai perlas El animal más astuto
y en el corazón, amores. se dirigió a la mujer,
dándole a comprender
14 que comiera de ese fruto;
Eva, sin saber, de gusto,
V E R S O - P O R A D A N
convidó a Adán que comiese;
tomó la fruta diez veces
aquel hombre tan tranquilo,
La culebra en el espino
y por ese mismo estilo
se enrosca y se desparece,
sólo el Infierno merece.
la mujer que engaña a un hombre
sólo el Infierno merece.
15
Cuando Adán cayó al pecado
por su regalona querida, V E R S O P O R UN M I L A G R O
llora de noche y de día
de haber sido avergonzado; Por un milagro divino,
desnudo y a pie pelado cuando en el monte estuvieron,
se presenta con gran tino; con dos peces y cinco panes,
pidiendo el perdón divino cinco mil hombres comieron.
dice a su esposa miró,
y Eva dijo: me engañó Salió Jesús predicando
la culebra en el espino. desde el mar de Galilea,
por todita la Judea
Muy envidioso el Demonio su doctrina iba enseñando;
de aquella fidelidá, con cuánto amor contemplando
y dijo: no alcanzará la obra del Unitrino,
a ver de su Dios los tronos; con humildad se previno
formó su plano y su tono en el solemne momento,
donde Eva fue por tres veces; multiplicó el alimento
dijo: tu faz lo merece, por un milagro divino.
que has de ser como una diosa;
la serpiente venenosa Jesús se regocijaba,
se enrosca y se desparece. dice el sagrado papel,
contemplando el pueblo fiel
Tan pronto como comieron que con amor lo miraba;
de aquel fruto prohibido, ni menos se imaginaba
salieron arrepentidos cuando al cerro subiera,
252-
Juan Uribe E. / Mi inuel Garrido, cantor glorioso
su fe nunca la perdiera Cuando fuiste sentenciado,
desde que lo acompañaron, culpa alguna no tenías,
su gloria reverenciaron porque el pueblo lo pedía,
cuando en el monte estuvieron. que fuerai crucificado,
escupido y azotado
Jesús, feliz y contento por el pueblo traidor;
de verle que le seguían, como un brillante arrebol
ya que me hacen compañía, vive Dios en la alta esfera,
hay que darles alimento; y mientras piensen en la tierra
mandó a Pedro, muy atento, sacaris tu cuerpo al sol.
que se deje de ademanes,
es menester que te afanes Cuando dieron la sentencia
pa' fomentar esta gente, Caifás estaba en su trono,
porque tengo suficiente juraban todos los moros
con dos peces y cinco panes. en contra de tu inocencia;
hoy, para mí, no ihay clemencia,
Un numeroso gentío como soberbio crisol,
lo acompañó hasta el desierto, los rayos del mismo sol
el Salvador, muy despierto, te atormentarán un día,
le mostraba su amorío; y así pasarás la vida
todos marcharon con brío entre caracol y col.
y con gozo lo siguieron,
toda su vida sintieron Los dos, Caifás y Pilatos,
en esa misma elocuencia, eran jueces muy distintos,
de la misma omnipotencia y en aquel mismo recinto
cinco mil hombres comieron. lo condenarán a ratos;
los judíos tan ingratos
16 con un Dios crucificado;
si yo no soy perdonado
V E R S O P O R LA P A S I O n ni alcanzo tu reino fiel;
he de morir como aquel
Caracolito enroscado caracolito enroscado.
sacaris tu cuerpo al sol,
entre caracol y col, 17
caracol caracoleado.
Lágrimas son las que almuerzo,
Judas a Cristo vendió, mi comida es un dolor,
según dicen los Anales, meriendo un triste suspiro
por recibir treinta reales en una ausencia de amor.
amargamente lloró;
de Dios la Gloria perdió, Ya viene la luz del día
estando en su reino amado, dándole al mundo consuelo,
perdóname si he pecado sábado, cantando Gloria,
le contestó al Infinito; Jesucristo subió al Cielo;
hoy pagarás tus delitos, el divino Padre Eterno,
caracolito enroscado. cierto fue que padeció;
253
ESTUDIOS FII 5oicos / N« 1

cuando sus luces echó me salen a recibir,


alumbra los sacramentos, a las puertas de la Gloria,
daba un suspiro y decía: en un florido jardín.
lágrimas son las que almuerzo.
18
Está la santa Cruz de Mayo
en un adorado altar, V E R S O P O R LA V I R G E N
yo vide a Cristo pasar
al primer canto de los gallos; Estoy queriendo una doncella
para el Monte del Calvario buenamoza y con plata harta,
pasó con la cruz a cuestas, pero nunca le hacen falta
y San Juan que no lo deja, hombres que duerman con ella.
acompañando al Señor,
daba un suspiro y decía: Reina de la fe sin par,
mi comida es un dolor. protectora noche y día,
vivió la Virgen María
Abre los ojos y veris en tierras de Canaán;
los campos cuando se alegran, la respuesta me hai de dar
como niños de la escuela del número de sus estrellas
ángeles tocando un clarín, en las más elevá peña
arpas, pianos y violín ella luce su belleza;
en el cielo tan amado; Salomón dijo, en su ciencia,
orando me aprisionaron, estoy queriendo una doncella.
en un frondoso retiro;
decía Cristo en el Huerto: Toda rodeá de diamantes
meriendo un triste suspiro. del cuerpo toda empedró
elegante y adorná
Lloraba el divino Padre brillante y clarificante;
cuando lo vido perdido; cristal fino y relumbrante
bofeteado y escupido que en aquella iglesia encanta;
por la calle lo arrastraron; la Virgen como era santa
la Virgen se ha desmayado no daba a ver su belleza,
de verlo padecer tanto; pasa rezando en la mesa,
lo cubría, con su manto, buenamoza y con plata harta.
a aquel divino Señor;
daba un suspiro y se hallaba Ha de bajar al altar
en una ausencia de amor. tan linda y resplandeciente,
como una flor refulgente
Angel glorioso y bendito, con una corona real;
macetita de clarín, y empieza a meditar
para el día de mi muerte donde está Dios se levanta,
un ángel ha de venir; a todo cristiano encanta
ayudándome en morir de ver aquella belleza,
con un librito en las manos; pasa rezando en la mesa
San Juan, San Pedro y San Pablo pero nunca le hacen falta.
254
Juan Uribe E. / Manuel Cánido, cantor glorioso

Descenderá de la Gloria, a todo cristiano encanta;


según mi voz la idolatra, donde está Dios se levanta
con entorchados de plata y empieza a meditar,
cuidándola tres custodias; con una corona real
le han de hacer una corona con una flor refulgente,
brillante como una estrella, tan linda y resplandeciente
que alumbran sus luces bellas ha de bajar al altar.
para ver la santa cruz;
buscaba mi buen Jesús Hombres que duerman con ella
hombres que duerman con ella. buscaba mi buen Jesús,
para ver la santa Cruz
19 que alumbran sus luces bellas;
brillante como una estrella
V E R S O P O R LA V I R G E N 5 le han de hacer una corona,
cuidándola tres custodias
(De atrás para adelante) con entorchados de plata;
según mi voz la idolatra,
Estoy queriendo una doncella descenderá de la Gloria.
Salomón, dijo, en su ciencia,
ella luce su belleza 20
en la más elevá peña;
del número de sus estrellas V E R S O P O R LA
la respuesta me hai de dar, S A L V A C I O N
en tierras de Canaán
vivió la Virgen María, Techador, techa tu choza,
protectora noche y día techa tu choza, chocero,
Reina de la fe sin par. con romero, flor y rosa,
con rosa flor y romero.
Buenamoza y con plata harta,
pasa rezando en la mesa, La muerte, la que se espera,
no daba a ver su belleza y después la estrecha cuenta,
la Virgen como era santa, y el alma más se atormenta
que en aquella iglesia encanta de ver su culpa tan fiera;
cristal fino y relumbrante, Dios le dice que en la tierra
brillante y clarificante ganaste tu gloria hermosa,
elegante y adorna, y tu alma alegre la goza
del cuerpo toda empedró, por toda una eternidad,
toda rodeá de diamantes. y cuando te veas allá,
techador, techa tu choza.
Pero nunca le hacen falta,
pasa rezando en la mesa, Hoy perdiste la inocencia
de ver aquella belleza por el pecado mortal,
s
Contraverso de la composición anterior. En el contraverso, el cantor inicia su décima con la
última línea de la décima que acaba de escuchar en boca de su compañero. En el contraverso
de atrás para adelante canta las décimas invertidas. Muchos versos se prestan para este juego sin
perder su sentido.
ESTUDIOS >OIOOS / N ' 1

procura luego en ganar y es que el agua, varias veces,


gracia por la penitencia; sola, de la ná, se brota;
cuando te veai en presencia son señaladas las gotas
delante del Dios verdadero, que corren por estos planos,
pa' servirle con anhelo el mismo Dios soberano
hasta l'última agonía; que de la ná nos formó,
lleno de melancolía, y El mismo nos colocó
techa tu choza, chocero. en un huerto no muy llano.

Hemos de considerar Mi Dios, con su gran poder,


la gravedad del pecado, y su grandeza incomparable,
cuántos se habrán condenado hizo esta fuente inefable
por esta culpa mortal; para el que lo ha menester;
en el recto tribunal dona que nos quiso hacer
el que cumple en vida, goza; la mano del Omnipotente;
una silla deliciosa yo doy pruebas evidentes
Dios nos tiene separá, y lo que digo es tan cierto:
por las orillas rodeá en el medio de dicho huerto
con romero, flor y rosa. hay dos cristalinas fuentes.

Qué dichoso es ser feliz Las dos fuentes son iguales


pa' gozar de esa delicia, de propiedad y muy bellas,
de Dios su santa caricia trae, cada una de ellas,
porque le supo servir; los objetos materiales;
para sécula sin fin, contestaron los Anales
donde hizo su paradero por todo el género humano,
el mesmo Dios de los Cielos, el mismo Dios soberano
con todos los querubines, respondió a toda pregunta,
arcos para recibirle porque cuando el agua abunda
con rosa, flor y romero. no está a gusto el hortelano.
21
El que está a cargo y cuidado
V E R S O POR A D I V I N A N Z A
de este huerto primoroso,
haciéndose protectoso
En un huerto no muy llano8 grandes protestas ha dado;
hay dos cristalinas fuentes1, elevándolo hasta un grado
no está a gusto el hortelano en su premio, el Eminente,
cuando bajan las corrientes. y por ser tan excelente
es su propio cuidador,
La experiencia no se nota, por lo cual siente un dolor
lo que sin razón parece, cuando bajan las corrientes.
"Huerto no muy llano: la cara.
'Dos cristalinas fuentes: los ojos.

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