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3. 2. VISIONES REDUCCIONISTAS DE LA SEXUALIDAD

GRUPO 1:

Problema:

La ideología de género. ¿Existe un gen gay? Se crítica la discriminación sexual, reclaman


libertad sexual. ¿No están pidiendo esclavitud más confortable? La ideología de género, una
construcción contra natura? La homosexualidad, una decisión o una patología?

Pregunta:

1. Las diferencias psicológicas entre el varón y la mujer, ¿son puro efecto estructural…,
son pura creación cultural? ¿Hasta qué punto se puede decir que “se nace hembra y se
llega a ser mujer”?
2. ¿La mujer es un medio, un objeto, una mercancía? Lo que sucede en América Latina
¿no son mecanismos destinados a perpetrar el machismo. Señala síntomas de
machismo que se detectan en nuestro país.

Producto: luego de la revisión de la teoría, diseñe una presentación creativa en la que


enfrente el problema y dé solución a la situación planteada (problema, pregunta).

Teoría:

3.2.1. Diversas interpretaciones de la sexualidad

Como la sexualidad es un aspecto de la persona, la interpretación de su significado humano


depende de la “antropología”, de la concepción del hombre que tenga cada uno.

Podríamos señalar cuatro interpretaciones diversas.

Interpretación cientista, materialista y agnóstica

Para esta interpretación no existe lo que escapa a un estudio puramente científico-positivo;


por lo tanto “pierden significado y valor los aspectos propiamente humanos de la sexualidad,
como los aspectos sicológicos, afectivos, sociales y espirituales”. Sólo interesan los
mecanismos anatómico-fisiológicos del sexo (lo genital) y un uso higiénico de la función sexual.

3.2.1.1. Interpretación hedonista

Esta interpretación no hace sino sacar las consecuencias de la primera: invita a conseguir el
máximo placer sexual, al margen de toda normal social, moral o religiosa, sin limitaciones ni
inhibiciones de ninguna clase.

Lo único que interesa son las técnicas que llevan a disfrutar al máximo del sexo. “El sexo ya no
está en función de la persona y de sus objetivos humanos, sino que la persona está en función
de las sensaciones fisiológicas e instintivas del sexo”. La escuela de Frankfurt y el pensamiento
de Reich están en esta línea.

3.2.1.2. Interpretación antropológico-cultural

“Según esta concepción (…) las normas que regulan las costumbres y las conductas sociales no
serían naturales y primarias, expresión de la estructura del hombre, sino (…) originadas por la
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sociedad y la cultura y, por tanto, mudables como los modelos socioculturales (…). Cualquier
norma, incluso en el terreno sexual, sería relativa”.

3.2.1.3 Interpretación personalista

Considera la sexualidad como un aspecto esencial y fundamental de la persona, pero no el más


elevado en la jerarquía de valores; un aspecto que es necesario integrar y desarrollar en el
conjunto de factores que comparten la personalidad.

Se trata de poner la sexualidad al servicio de las relaciones interpersonales.

“Esta visión personalista (…) recibe más luz y consistencia cuando se inserta en la concepción
cristiana del hombre y su destino”.

Es la interpretación que seguiremos, para descubrir el significado del dinamismo global de la


sexualidad.

“El sexo se vive en función del sentido que consciente o inconscientemente uno quiere dar a
su persona”

3.2.2. Ética y sexualidad ¿se pueden compaginar?

Observamos que la moral es aplicada a los negocios, a la política, a la docencia… y, por


supuesto también a la sexualidad.

“Yo sigo mi conciencia y eso me basta”. ¿Puede haber un criterio subjetivo respecto a la
sexualidad? Hay muchas personas sinceras, pero están “sinceramente equivocadas”

¿Cuál es la línea objetiva? La adhesión a los verdaderos valores. La índole moral de una
conducta no depende solamente de la intención subjetiva…

Para hablar de una ETICA SEXUAL, deberemos partir de criterios objetivos, tomados de la
naturaleza de la persona y de sus actos. El misterio de la persona tiene que estar en la base
de toda moral y, entre todas, de la moral sexual. Es decir, que debemos enfocar el
significado humano de la sexualidad. El “quehacer” del hombre, en su aspecto ético, está
orientado por su “ser”. Encima del hacer, priorizando, está el SER del hombre.

Ahí está la NORMA, la clave, el metro que nos permite medir si un acto libre es bueno o malo.

Un comportamiento sexual es bueno si “personaliza” o “tiende a personalizar” al hombre y a la


mujer. Un comportamiento que no responde a las exigencias objetivas de la persona humana
total, se vuelve “ipso facto” negativo, deshumanizante.

No puedo ser progresista, revolucionario, adelantado a los tiempos tomando posturas reñidas
con la ética, con la esencia humana, con la dignidad del hombre, con la dimensión profunda
del hombre, con el sentido de su vida como por ejemplo: un hedonista y utilitaria, esa que
suelen vender los medios de comunicación social como artículos de consumo y de diversión,
esa ética “Play boy”, hija de la Revolución Sexual “permisivista”…

Tampoco volveremos atrás, a una ética estática, con normas inmutables, rígidas, centradas
en la “procreación”, que fácilmente vinculaba sexualidad con pecado.
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También está reñida con la ética, Partiremos de una ética sexual personalista, que tiene en
cuenta los datos de la biología, de la psicología, de la filosofía y otras ciencias humanas
auxiliares.

Es esencial rescatar el sentido de la persona es única y es un “ser histórico” en proceso


permanente de maduración para alcanzar la plena posesión de sí mismo. El hombre está
llamado a crecer hacia la madurez afectiva sexual en apertura y reciprocidad, integrando la
sexualidad a un aprendizaje y una maduración que asumimos con responsabilidad.

3.2.3 CRITERIOS BÁSICOS PARA UNA ÉTICA DE LA SEXUALIDAD

Hablar de naturalidad suena ambiguo. Por naturaleza, el animal es irracional y en él la


sexualidad es un instinto que depende exclusivamente de la acción de las hormonas sobre el
sistema nervioso. En él es automático e inconsciente.

El hombre es racional y, en realidad, escapa a la programación de los instintos. Los


automatismos son controlados por la corteza cerebral sede de la inteligencia y de la libertad,
que le permiten imponer a su sexualidad condiciones y límites humanos.

La sexualidad humana es muy poco programada. Corresponde al hombre estructurarla


consciente y libremente, de acuerdo con una imagen de sí mismo, modelada por el ámbito
cultural que le rodea. La educación, en esto, es decisiva.

Lo espiritual, en el hombre, tiene que hacerse cargo de lo erótico y de lo instintivo, porque se


trata de ser hombres y mujeres en un mundo humanizado y no machos y hembras de un
mundo animalizado.

No es malo satisfacer “humanamente” los instintos, los impulsos sexuales, lo que es malo es
dejarse dominar por ellos, porque eso limita la libertad. No sucede lo mismo con las exigencias
del hambre, la sed, la necesidad de dormir. El instinto sexual es un “instinto de lujo” en el
hombre, decía Marc Oraison. Sin embargo eso es lo que piensan muchos que es una
necesidad biológica como cualquier otra…

3.2.3.1. El ejercicio genital del sexo no es una necesidad

El acto sexual no es necesario para la sobrevivencia del individuo. No se muerte por falta de
sexo, pero puede morirse por falta de afecto. Pensar que es una “necesidad” lleva a
comportamientos caprichosos e inmaduros.

La creencia de que para que sean varoncitos, tengan experiencias sexuales prematuras. Esos
hijos se convierten, a la larga, en máquinas automáticas, irracionales y sin voluntad.

El acto sexual no es una necesidad. Nuestra relación con el otro sexo es siempre sexuada,
pero no necesariamente “genital”. Varones y mujeres podemos abstenernos voluntariamente
de la actividad sexual por motivos superiores, sin comprometer nuestra realización. La
actividad sexual debe partir de la libertad, de la autonomía `personal y no de una obsesión
asfixiante, centrada en el sexo.
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3.2.3. 2. En el acto sexual la ética exige que se acepten y se respeten los datos biológicos
(genéticos, fisiológicos, anatómico)

¿Cuál es su criterio sobre la homosexualidad? Obama predijo que el respeto y aceptación de la


homosexualidad es tan importante como el derecho civil conquistado luego de la superación
de la esclavitud.

La relación sexual entre personas debe realizarse en la “diferencia sexual”, en la


heterosexualidad, no en la homosexualidad. Es cierto, puede existir amor y amor oblativo en
otras formas diferentes de amor interpersonal; varón con varón, mujer con mujer. Pero
cuando se trata del acto sexual, del ejercicio biológico, hay que tener en cuenta, las
estructuras naturales de la sexualidad y personalizarlas. Si hay una perversión o desviación de
la estructura sexual, se destruye la sexualidad como lenguaje de amor oblativo. Es decir, hay
que tener en cuenta la finalidad inscrita en la misma naturaleza humana. La facultad sexual
exige alteridad, complementariedad de sexos, y se ordena por sí misma a la generación. Hay
que respetar esa función importante –la generación-, sin afirmar que sea exclusiva.

No se puede desentender de los datos biológicos dados por la naturaleza. Recurrir a la


homosexualidad con fines del control de la natalidad.

3.2.3.3 .El Sexo es un lenguaje, una forma privilegiada de expresar el amor través del
cuerpo.

Si es un lenguaje tiene que atenerse a las reglas de juego del lenguaje.

a) Sabemos por la Antropología Filosófica que el hombre es una unidad bipolar:


psicoorgánica, psicosomática. “La victoria más insigne de nuestro siglo es la superación del
dualismo”, decía Merleau Ponty. Nada humano es puramente sensible, corporal; nada humano
es puramente espiritual. Todo lo corporal es “personal” el trabajo, el hambre, el sexo, la
misma muerte.
El cuerpo es el lugar de mi expresión y punto de partida de mi relación con el mundo y con los
demás, condicionado por el espacio-tiempo.

De este modo todo el cuerpo es lenguaje, interioridad que se manifiesta, epifanía del yo.

b) De manera que lo biológico en el hombre queda humanizado, espiritualizado: la


alimentación se transforma en banquete, el crecimiento en proceso de maduración humana, el
instinto en deseo consciente… ¿Y la sexualidad? Pasa a ser encuentro personal, lenguaje. Las
palabras, los saludos, las miradas, los abrazos, las caricias… son todas formas de lenguaje que
revelan un mensaje íntimo y profundo que el espíritu deposita en esos gestos.

c) En los casados hay una amplia gama de contactos sexuales. Tratándose de novios el
lenguaje tiene sus límites, deben educar la sensibilidad y la sensualidad. Si adoptan
sistemáticamente formas de contacto que normalmente conducen a una fuerte excitación
sexual (con orgasmo o sin él), comprometen el sano desarrollo de la comunicación y por eso
mismo es éticamente inaceptable. El amor conyugal se empobrece si la sensualidad opaca la
relación. De ahí que en los enamorados tiene que haber un esfuerzo serio de autodominio y de
respeto al otro. La actitud interior es decisiva.

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