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14 MULETILLAS DE LA MEDIOCRIDAD/14 PALABRAS DE SANTIDAD

MONSEÑOR JOSÉ IGNACIO MUNILLA OBISPO DE SAN SEBASTIÁN, ESPAÑA

1. “¿Qué hay de malo?” (eso no es pecado, eso no es malo)

Respuesta: el objetivo de nuestra vida no es evitar hacer cosas malas, sino hacer la
voluntad de Dios. Señor, ¿qué quieres de mí?

2. “Los hay peores” (hay gente que hace cosas peores, hay pecadores peores que yo)

Es el compararse para justificarse. Es no compararse con lo que Dios quiere de nosotros


sino con la que la mayoría dice, hace o piensa.

Respuesta: “Dime con quien te comparas y te diré a qué aspiras”. “Señor, gracias por tus
santos”. Porque la Iglesia nos propone a los santos como puntos de referencia.

3. “Lo hacen todos” (Si la mayoría lo hace, pues no es tan malo, si la mayoría lo hace,
entonces no es pecado)

Respuesta: “La verdadera conciencia no emite sus juicios apoyada en la costumbre de la


mayoría, sino en la Ley del Dios Omnipotente” (San Agustín). “¿También vosotros queréis
marcharos?” (San Juan 6, 67).

4. “Sin exagerar” (No seamos tan exagerados, tan fanáticos)

Es el recurso a una falsa prudencia para esconder la mediocridad.

Respuesta: “Me he convencido de que para ser bueno hay que ser demasiado bueno” (San
Vicente de Paul).

“Sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto” (San Mateo 5, 48).

5. “Mañana sí” (a partir de mañana empiezo a cambiar)

Tentación de posponer siempre nuestra conversión, de no ordenar hoy nuestra vida


espiritual.

Respuesta: “Si escuchas hoy la voz del Señor” (Hebreos 3, 8).

6. “Ojalá” (Si yo estuviese en otra situación rezaría más…si la cosa fuese distinta yo
buscaría la santidad)
San José María Escrivá hablaba de la “Mística de la ojalatería”, que es engañarse con otros
escenarios distintos.

Es suspirar por situaciones o circunstancias distintas a las que estoy viviendo para
supuestamente poder vivir como Dios manda.

Respuesta: la clave de la vida espiritual no está en que cambien las circunstancias


exteriores, sino en que yo cambie interiormente.

“Hágase tu voluntad” (San Lucas 22, 42)

7. “Es que no se lleva” (Es que no está de moda, no es novedoso, es anticuado)

Respuesta: lo que nos debe importar es que algo sea verdad o mentira, que sea bueno o
malo, no si está o no de moda.

“Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre” (Hebreos 13, 8)

8. “Hay que ser hermanos, pero no primos” (hay que llevarse bien, pero sin ser
tontos, al perro no lo “capan” dos veces)

Respuesta: es preferible volver a correr el riesgo de ser herido que renunciar al amor.
Ama como si nunca te hubiesen herido.

“Entonces Pedro, acercándose a él, dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que
peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta
veces siete” (San Mateo 18, 21-22)

9. “Para lo que te agradecen” (Es que la gente es muy desagradecida, es que no valoran
lo que he hecho por ellas)

Respuesta: “Dios que ve en lo escondido te lo recompensará” (San Mateo 6, 6)

10. “No te comas la cabeza” (Déjate llevar por tus emociones, libérate)

Es renunciar a dirigir nuestra propia vida.

Respuesta: “Lámpara es tu palabra para mis pasos, luz en mi sendero” (Salmo 118, 105).
Estamos llamados a vivir conscientemente, reflexionando los pasos que damos.
11. “No puedo” (soy muy débil, muy pecador)

Respuesta: muchas veces el “no puedo” esconde un “no quiero”.

“Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4, 13).

12. “No me apetece” (no me nace ir a Misa o hacer oración u otras cosas)

Respuesta: el maduro tiene voluntad, el inmaduro tiene deseos o apetencias.

“Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres”
(Colosenses 3, 23-24)

13. “Estoy harto” (ya no puedo más, me cansé)

Se refiere al deseo de “tirar la toalla” en la vida espiritual, a no seguir luchando, a no


perseverar en el combate espiritual. Usa la “sinceridad” para esconder la falta de
perseverancia. Quien dice eso es porque antes perdió la alegría.

Respuesta: “En tu nombre echaré las redes” (San Lucas 5,5).

14. “Yo no valgo” (yo no soy nada)

Es una forma de ateísmo, pues quien dice “yo no valgo nada” está desconociendo que Dios
está con él y que lo sostiene con su gracia. Es una falsa humildad.

Respuesta: “Ser humilde no es pensar menos de ti, sino pensar menos en ti” (C.S Lewis).

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