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FORMACIÓN DE AMIGOS CRÍTICOS: UN ROL RELEVANTE PARA EL

MEJORAMIENTO EDUCATIVO
COLUMNA DE : MARÍA ELENA MELLADO
Jefa de Proyecto "Transformación de las redes de mejoramiento escolar en
comunidades profesionales de aprendizaje para el desarrollo de capacidades de
liderazgo escolar".
Autoras:
Carolina Villagra
Omar Aravena
María Elena Mellado

El “amigo crítico” es una estrategia de mejoramiento educativo que en el último


tiempo ha captado la atención de diversas investigaciones internacionales (Escudero,
2009; Huerta, 2013; Swaffield, 2015; Costa & Ballik, 2016), que reconocen a este actor
educativo como un elemento clave para favorecer la construcción de comunidades
profesionales de aprendizaje, principalmente porque aporta una mirada distinta
acerca de los prácticas de gestión y liderazgo, involucrándose fuertemente en los
objetivos de mejora . En este sentido, creemos necesario profundizar en la relevancia
de este rol, así como en la necesidad e implicancias de formar amigos críticos que se
desempeñen en distintos niveles del sistema educativo.
En cuanto a la relevancia de este rol, un dato a considerar es que el concepto “amigo
crítico” fue utilizado en primera instancia para describir la función de un actor
externo a la escuela, el cual tenía la misión de aportar una “mirada más objetiva”
durante los procesos de autoevaluación institucional (Huerta, 2014). Por tanto, el
amigo crítico cumple la doble labor de ser un “amigo” cercano y confiable de la
comunidad donde se desempeña, y a al mismo tiempo “crítico”, porque debe mantener
una actitud abierta y cuestionadora que ayude individual y colectivamente a tomar
una real consciencia de lo que se hace. En otras palabras, el amigo crítico tiene la
responsabilidad de proporcionar un apoyo ajustado y pertinente a las necesidades
vislumbradas en la organización y simultáneamente plantear desafíos alcanzables de
mejora, de los cuales se hace parte.
Esto resuelve una de las tensiones asociadas al rol del amigo crítico, puesto que las
personas suelen atribuir una carga o interpretación negativa al concepto “crítica”. Es
importante destacar que la crítica, asociada a la evaluación, se posiciona en los niveles
más altos de pensamiento, implica abstraerse para emitir un juicio de valor libre de
sesgos y altamente constructivo. West (2000) alude al rol del amigo crítico como
alguien que “observa desde el interior para reflexionar desde el exterior”, donde
asume un compromiso ético con el desarrollo profesional de la comunidad, desde esta
perspectiva, la crítica siempre tendrá su foco en las prácticas y jamás en las personas.
El rol del amigo crítico paulatinamente ha dejado de ser una responsabilidad exclusiva
de un agente externo a la comunidad, sino que puede ser asumido por uno o varios
integrantes, quienes desde su formación profesional pueden orientar el
cuestionamiento permanente de las prácticas en un contexto de relaciones simétricas
y colaboración. En otras palabras, el amigo crítico no es sinónimo de “experto”, sino
más bien responde a un enfoque de liderazgo formativo y formador de las prácticas
educativas, donde el cuestionamiento y la confrontación del propio quehacer son las
principales herramientas para gatillar el aprendizaje.
Como se mencionó, el amigo crítico se diferencia de otras modalidades de apoyo,
principalmente porque se involucrada fuertemente en su contexto de desempeño, lo
que le permite focalizar el acompañamiento en aquellos aspectos prioritarios que
obstaculizan la mejora. Desde su rol, se preocupa especialmente por generar
condiciones favorables para el aprendizaje profesional, para lo cual asume una actitud
de escucha y valoración por los aportes individuales y colectivos, con el fin de orientar
la discusión hacia el análisis de las prácticas que se requieren transformar. Por último,
es importante destacar que el amigo crítico es consciente de la influencia que ejerce
sobre sobre la comunidad de aprendizaje, por tanto, su actuar también tiene como
propósito favorecer el desarrollo de capacidades y potenciar liderazgos emergentes
que aporten desde sus distintos escenarios.
En atención a la relevancia de aportar con innovaciones y modelos que contribuyan al
mejoramiento educativo, el proyecto “transformación de redes de mejoramiento
escolar en comunidades profesionales de aprendizaje”, ha asumido el desafío de
formar la primera generación de amigos críticos en la región de La Araucanía, quienes
desde sus distintos roles (Directores/as, jefes/as de UTP, supervisores/as
ministeriales, Jefes/as de DAEM), serán los encargados de orientar los procesos de
mejora educativa en sus determinados territorios. Asimismo, se espera que la
formación de estos profesionales contribuya a desplegar liderazgos más democráticos
y participativos, con nuevas miradas que impacten en toma de decisiones pedagógicas
centradas en los estudiantes y el desarrollo profesional docente

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