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Psicopatología
Profesor Bachiller:
Del mismo modo, se muestra, las bases de diversos modelos teóricos que se enfocan
de manera más profunda al estudio de las posibles causas de las patologías mentales y
anormalidades del comportamiento. En los que estudiaremos en qué consiste diferentes
modelos como es el médico organicista y medico clínico, así como también los modelos
biológicos, conductual y cognitivo, los cuales integran la estructura de la Psicopatología.
Estudiaremos el tratamiento de la moral postulado por el considerado padre de la
psiquiatría, el cual comprendía la patología mental como resultado de una alteración de tipo
orgánica, entendía el trastorno mental en base a la corriente anatomopatológica. Entre sus
principales aportes, fue el primero en realizar tratamientos terapéuticos en base a la
cordialidad con el paciente lo cual bautizaba con el nombre de tratamiento moral.
Durante mucho tiempo diversos autores han mantenido un debate sobre la definición a
establecer para el término de psicopatología. El principal obstáculo consiste en la ubicación
en una posición intermedia entre dos ciencias fuertes, la psicología y la psiquiatría, sin
pertenecer totalmente de ninguna de las dos. Sin embargo, la psicopatología se puede
definir como la ciencia que investiga, enseña y se orienta hacia la comprensión de la mente
humana; se enfoca principalmente al estudio de su desviación y/o anormalidad. Por lo
tanto, su objeto de estudio es el funcionamiento mental y las conductas del ser humano en
su amplio rango de variabilidad: desde la normalidad hasta la patología; sin que se tenga
definida la línea de separación.
Karl Jaspers publica en 1913 un libro conocido como “Psicopatología General” (en
alemán el nombre es Allgemeine Psychopathologie). Como el título lo indica, el autor
aspira a construir una Psicopatología general, lo cual quiere decir que delimita a la
Psicopatología como una ciencia a la que se le otorga el dominio de los conceptos y de las
reglas generales del acontecer psíquico patológico. Jaspers realiza un emprendimiento
teórico totalizante, construye una teoría general de las cuestiones relativas a la enfermedad
psíquica, a la patología mental, una Psicopatología que aspira a lo universal.
Edad Media
Encontramos que en este periodo de la historia, los individuos aceptaban que el origen
de las enfermedades mentales era la posesión de la mente de los enfermos por un espíritu
maligno sin importar la voluntad del sujeto afectado; el pensar de está manera era común y
aceptado por el común de la gente. Es decir, se aceptada la locura como una alienación; que
a su vez posee dos significados: por un lado, representaba el fracaso del amor de Dios y el
rechazo al orden previamente establecido; por el otro, la falta de involucrarse en el mundo
con el fin de ser premiado en el otro.
Luego nos encontramos con una de las acciones más imponentes de la iglesia, como fue
la Inquisición; establecida por el Papa Inocencio III en 1199, con el fin de exterminar la
herejía, poco tiempo después, el crimen de la herejía se castigó con la muerte, realizaron
cruzadas y mataron a gran cantidad de personas que no practicaran de manera correcta las
practicas de la Iglesia Católica. Creando miedos, entre otras circunstancias que no son
relevantes desarrollar en está investigación.
Por su parte la cultura Árabe, encontramos que los médicos árabes se preocupaban de
las causas: creían que la explicación estaba en la inflamación del cerebro, la mezcla de los
humores. Los antiguos conceptos como el frenesí, la manía y la melancolía son retomados,
descritos y completados. Se observa el trabajo de Avicena (980-1037 d.C.) quien consideró
la existencia de cuatro tipos de melancolía (sanguínea, colérica, flemática y natural)
distinguiendo un tipo de enfermedad que podría traducirse como "mal de amor", para curar
tal enfermedad era conveniente conocer el nombre de la persona amada. Si el paciente se
resistía a revelarlo, el médico le tomará el pulso e irá pronunciando distintos nombres, por
la alteración del pulso que observará a pronunciar el verdadero, conocerá como se llama la
persona. Luego, mediante el mismo procedimiento, podrá averiguar más detalle: dónde
vive, a qué familia pertenece. Dicho método es una versión rudimentaria de los métodos
esfigmográficos y pletismográficos.
Para la Europa del siglo XIII nos encontramos con la época de Tomás de Aquino (1225)
quien concibió que las causas de los trastornos psíquicos se conveniente buscarlas en las
perturbaciones de los órganos. Este autor también describió la manía (ira patológica), la
psicosis orgánica (pérdida de memoria) y la epilepsia, atribuidas a un aumento de la
formación de vapores en el cerebro. De igual manera en la época de Alberto Magno (aprox.
año 1206) se cree que los rasgos patológicos como la timidez, arrogancia, resentimiento e
impulsividad eran atribuidos a factores somáticos. En Italia se desarrolla un fenómeno
llamado tarantismo, una espacie de posesión por fuerzas extrañas que se extendió por toda
Europa. Supuestamente la mordedura de una tarántula durante la etapa cálida del verano
hacia que las personas salieran corriendo de sus casas a ponerse a saltar y a bailar en forma
extraña. No tardaron en unírseles otros individuos otros individuos quienes también habían
sido mordidos por arañas. El tarantarismo y otros brotes de conducta aparentemente
maníaca que afectaron a grupos de personas, probablemente fueron reacciones contra la
terrible opresión social, el hambre y la peste, comunes en Europa occidental desde el siglo
XIII hasta el XVI.
Renacimiento
Se denomina a los siglos XVII y XVIII aquellos llenos de luces y de razón, debido a la
decadencia del Renacimiento, se destaca la defensa de planteamientos anatomoneurológico
y fisiopatológico. Se destaca que el problema fisiopatológico se ha complicado en tanto se
compruebe en la clínica psiquiátrica el principio inespecificidad etiológica de las psicosis,
distintas infecciones, intoxicaciones o traumatismos cerebrales originan idénticas clase de
alteración mental patológica, mientras la misma causa produce, a veces, diversos síntomas.
También en este momento encontramos que existe un descubrimiento de las localizaciones
cerebrales por Gall (1758-1828), quien sostiene que en el cerebro existen regiones de la
sustancia gris particularmente destinadas a ser asiento de determinadas funciones
intelectuales, y que nuestro cerebro está compuesto de una serie de pequeños órganos
aislados y relacionados entre sí. En esta época se intentó probar que existen lesiones
cerebrales especificas para cada una de las psicosis, comprendiéndose éstas como el
resultado de lesiones anatómicas, existiendo intimas relaciones entre las enfermedades
neurológicas y las mentales, por cual fue planteado por Griesinger (1817-1868). Mientras
que Haller (1708-1777) establece los cimientos de la Fisiología experimental, se inicia una
nueva Era de la Psiquiatría con el estudio de la fisiología del sistema nervioso y el
atribuirse a este sistema el asiento de las combinaciones temperamentales, antes
relacionadas con la composición de la sangre; esta tendencia pretende hallar ciertas
correlaciones entre las enfermedades mentales y los trastornos de las funciones fisiológicas
generales y los varios grados de irritabilidad de los órganos.
Teoría filosófica que cree posible comprender los distintos ámbitos de objetividad
(conocimiento, moral, estética...) a partir de la comprensión de los mecanismos, procesos o
hechos psicológicos que están presentes en nuestra mente cuando experimentamos dichos
ámbitos. El empirismo inglés, particularmente Hume, da explicaciones claramente
psicologistas.
Aunque esta palabra no se encuentra en los empiristas de esta época, se suele utilizar
como título de su característico modo de estudiar y resolver los grandes tema de la
filosofía; así por ejemplo, Hume consideró que podremos comprender la totalidad de las
cuestiones que desde siempre han preocupado a la filosofía si analizamos la naturaleza
humana (que identifica más con la mente que con el compuesto de mente y cuerpo) y
descubrimos sus distintos procesos, mecanismos, leyes y estados. Estas ideas las presenta
ya Hume en la introducción a su obra fundamental, el “Tratado de la naturaleza humana” al
defender la urgencia e importancia del estudio de la naturaleza del hombre para la
fundamentación del conocimiento y la comprensión de la experiencia ética, y al sugerir que
todos los grandes temas de la vida humana y todas las ciencias tienen una relación directa o
indirecta con dicha naturaleza. Particularmente claro es el enfoque psicologista con el que
Hume trata dos ámbitos tan importantes como el del conocimiento y el relativo al mundo
moral, en donde concluirá en lo que podríamos llamar psicologismo gnoseológico o
epistemológico y psicologismo ético. El psicologismo gnoseológico considera que los
problemas del conocimiento (el origen, el valor y los límites del conocimiento) se pueden
comprender analizando la mente humana en los términos antes dichos (procesos y hechos
mentales) con lo que acaba reduciendo la objetividad del conocimiento a meros hábitos e
instintos de la mente. La reducción humana de la causalidad y de nuestras creencias
respecto de los acontecimientos futuros a la mera costumbre, a un mero hábito, es una clara
consecuencia psicologista. El emotivismo moral de Hume es una forma de psicologismo
moral pues cree posible comprender hasta el final la experiencia moral en términos de
ciertas respuestas psicológicas que vive un espectador ante la percepción de ciertas
acciones y cualidades de las personas (esto es precisamente lo que quiere decir que son los
sentimientos el fundamento de la acción moral). No existen las substancias, ni las
necesidades estrictas entre las cosas, ni el bien en sí; sólo tenemos percepciones, vínculos o
conexiones entre percepciones y disposiciones mentales consecuencia de la experiencia y
repetición. El enfoque psicologista típico del pensamiento humano conduce al subjetivismo,
al escepticismo, al relativismo y a la desvalorización de la razón frente a otras instancias de
la subjetividad como los sentimientos y los hábitos.
Funcionalismo
Historia
Los Estados Unidos de América de finales del Siglo XIX eran un imperio en
eclosión. El desarrollo acelerado de la producción industrial y mercantil estaba convirtiendo
al país en potencia económica y militar, y la vocación política de sus gobernantes y clases
altas los llevaba a asumir un rol de potencia ante los países desarrollados de Europa. Pero el
mundo americano era bien diferente en su historia; al hombre se le evaluaba por sus
resultados, no por su tradición, su prestigio o su clase, lo que generaba cierta desconfianza
y extrañamiento con respecto a la cultura europea, a la que habían copiado pero de la que al
mismo tiempo se estaban desprendiendo. El hombre americano dependía de sus propias
fuerzas, y su éxito económico, político y social justificaba su propia visión de sí mismo y
del mundo. Sin una historia de pensamiento filosófico comparable a la modernidad
europea, de la cual eran resultado y confirmación, pero emparentados sobre todo con las
tradiciones empíricas inglesas y escocesas, darían lugar a la corriente pragmatista en la
Filosofía, que postulaba que la clave de explicación del hombre no estaba en ningún
principio ideal o determinación trascendente y metafísica, sino en la acción adaptativa del
hombre a su entorno, llevando la visión de Charles Darwin y las ideas de Spencer al nivel
de reflexión filosófica. La explicación del hombre no está en los condicionantes que los
determinan, sino en los fines que persiguen, y el éxito que obtienen en alcanzarlos. Esta
manera de pensar correspondía más al mundo cotidiano de los americanos que las teorías
altamente elaboradas del continente europeo. En el grupo de filósofos que elaboraron este
pensamiento se encontraba William James, considerado conjuntamente con Wilhelm
Wundt, uno de los padres fundadores de la Psicología y por supuesto, el creador de todo un
programa de investigación.
Reunió a un grupo notable de discípulos con los más diversos intereses y escribió
los Principios de Psicología en 1890, que se convirtió en el libro fundador de la manera de
pensar en la Psicología en los Estados Unidos.
Aportes
Para James, la verdad del conocimiento se confirma con dos conceptos básicos: el
de función, entendida como la utilidad que una característica constitucional brinda a su
portador, en especial la supervivencia para los seres vivos; y la adaptación, entendida como
el éxito con que se logra una función determinada. Así, cualquier objeto de estudio, como
los procesos psicológicos y la conciencia tienen que ser explicados en términos de función
(¿para qué sirve?) y de adaptación (¿cuán bien cumple su función?). De esta forma su
posición es teleologista: el criterio explicativo es la finalidad, el propósito, no las
determinaciones. Esta posición se identifica como empirismo radical: utilizar el dato
empírico para construir la ciencia, pero en su valor funcional, lo que no excluye la reflexión
metafísica como especulación necesaria. La investigación experimental de Wundt era para
James solo uno de los caminos -y probablemente el más largo, tedioso y estéril de todos-
para la edificación de la ciencia psicológica, pero no excusaba al científico de hacerse otras
preguntas más esenciales y responderlas con los recursos de la razón. Su posición era
antiasociacionista y sintética, holística y no analítica.
Reflexiones del Yo
Sus reflexiones acerca del yo resultan sumamente interesantes; no existe un solo yo,
entendido como la vivencia de uno mismo: de hecho existen varios. Diferenciaba un yo
empírico, cotidiano y vinculado al cuerpo y la existencia, que a su vez se dividía en tres:
Yo material, constituido por el cuerpo, pero también por sus extensiones materiales,
como la ropa, los objetos de propiedad, etc.
Yo social, que consiste en las representaciones que los otros se hacen de mí y mis
expectativas con respecto a esa imagen.
Yo espiritual, la propia conciencia que se percibe a sí misma.
Pero además existe un yo puro, el ego, que consiste en la identidad consigo mismo
durante la variabilidad del flujo de la conciencia y no se puede percibir a sí mismo,
referencia implícita a el alma metafísica.
Acuerdos y desacuerdos
Postulados
Conductismo
El conductismo es una de las orientaciones más comunes entre los psicólogos, si bien
hoy en día es más habitual que se practique en su vertiente cognitivo-conductual. A
continuación repasamos la historia del conductismo y sus características principales.
¿Qué es el conductismo?
Los conductistas tienden a concebir a los seres vivos como “tabulas rasas” cuya
conducta está determinada por los refuerzos y castigos que reciban más que por
predisposiciones internas. El comportamiento, por tanto, no depende principalmente de
fenómenos internos, como los instintos o los pensamientos (que no dejan de ser, por otra
parte, conductas encubiertas) sino más bien del entorno, y no podemos separar ni la
conducta ni el aprendizaje del contexto en que tienen lugar.
De hecho, aquellos procesos que ocurren en el sistema nervioso y que para muchos
otros psicólogos son la causa de cómo actuamos, para los conductistas no son más que otro
tipo de reacciones generadas a través de nuestra interacción con el entorno.
1. Estímulo: Este término se refiere a cualquier señal, información o evento que produce
una reacción (respuesta) de un organismo.
Para Watson los seres vivos somos “cajas negras” cuyo interior no es observable.
Cuando los estímulos externos llegan a nosotros damos respuestas en consecuencia. Desde
el punto de vista de los primeros conductistas, si bien se dan procesos intermedios dentro
del organismo, al ser inobservables deben ser ignorados al analizar el comportamiento.
Sin embargo, a mediados del siglo XX los conductistas matizaron esto y, sin desdeñar la
importanca de los procesos no onservables directamente que ocurren en el interior del
cuerpo, señalaron que la psicología no necesita dar cuenta de ellos para aportar
explicaciones sobre las lógicas que rigen la conducta. B. F. Skinner, por ejemplo, se
caracterizó por dar a los procesos mentales exactamente el mismo estatus que la conducta
observable, y por concebir el pensamiento como conducta verbal. De este autor hablaremos
más adelante.
Watson y el conductismo en general fueron influidos de forma clave por dos autores:
Ivan Pavlov y Edward Thorndike.
Ivan Petrovich Pavlov (1849-1936) era un fisiólogo ruso que se dio cuenta, mientras
realizaba experimentos sobre secreción de saliva en perros, de que los animales salivaban
de forma anticipada cuando veían u olían la comida, e incluso simplemente cuando se
acercaban los encargados de darles de comer. Posteriormente consiguió que salivaran al oír
el sonido de un metrónomo, de una campana, de un timbre o de una luz por asociar estos
estímulos con la presencia de comida.
A partir de estos estudios Pavlov describió el condicionamiento clásico, un concepto
fundamental en el conductismo, gracias al cual se desarrollaron las primeras intervenciones
basadas en las técnicas de modificación de la conducta en seres humanos. Ahora bien, para
entender cómo funciona el condicionamiento clásico primero hay que saber con qué
estímulos se trabaja en él.
Un estímulo incondicionado (es decir, que no requiere aprendizaje para provocar una
respuesta) provoca una respuesta incondicionada; en el caso de los perros, la comida causa
salivación de forma espontánea. Si se empareja repetidamente el estímulo incondicionado
(la comida) con un estímulo neutro (por ejemplo la campana), el estímulo neutro acabará
produciendo la respuesta incondicionada (salivar) sin necesidad de que esté presente
también el estímulo incondicionado.
En las cajas había varios elementos con los que los gatos podían interactuar, como un
botón o una anilla, y sólo el contacto con uno de estos objetos podía hacer que se abriera la
puerta de la caja. Al principio los gatos conseguían salían de la caja por ensayo y error, pero
a medida que se repetían los intentos cada vez escapaban con más facilidad.
A partir de estos resultados Thorndike formuló la ley del efecto, que afirma que si una
conducta tiene un resultado satisfactorio es más probable que se repita, y que si el resultado
es insatisfactorio esta probabilidad disminuye. Posteriormente formularía la ley del
ejercicio, según la cual los aprendizajes y hábitos que se repiten se ven reforzados y los que
no se repiten se debilitan.
El conductismo entró en declive a partir de los años 50, coincidiendo con el auge de la
psicología cognitiva. El cognitivismo es un modelo teórico que surgió como reacción al
énfasis radical del conductismo en la conducta manifiesta, dejando de lado la cognición. La
inclusión progresiva de variables intervinientes en los modelos conductistas favoreció en
gran medida este cambio de paradigma, conocido como “revolución cognitiva”.
Las terapias de tercera generación desarrolladas en los últimos años recuperan parte de
los principios del conductismo radical, reduciendo la influencia del cognitivismo. Algunos
ejemplos son la Terapia de Aceptación y Compromiso, la Terapia de Activación Conductual
para la depresión o la Terapia Dialéctica Conductual para el trastorno límite de la
personalidad.
Psicología dinámica
- Una serie de concepciones que confluyen para formar progresivamente una nueva
disciplina científica
1 PROPOSICIONES:
· El comportamiento es funcional, entendiéndose por funcional que todo comportamiento
tiene la finalidad de resolver tensiones
Todo comportamiento del ser humano es siempre significativo, tiene un sentido. El sentido
no es algo que se agregue a posteriori, sino que es una de sus cualidades esenciales.
2 PREMISAS BÁSICAS:
- Determinismo psíquico
Tres pilares teóricos son la base de la Psicología dinámica: La Psicología del Yo, la
Psicología de Relaciones objetales y la psicología del desarrollo de Margaret Mahler.
Apartir de la integración de estas teorias trabajamos en la clinica con una psicopatologia
cuyas estructuras son: psicosis, neurosis y desordenes del carácter.
Como todas las psicoterapias psicoanaliticas el objetivo es la consecución, por parte del
paciente, de un verídico insight.
Se le atribuye el uso por primera vez a R.S. Woodworth en Estados Unidos porque en
1918 publica un libro con el titulo de “Psicología Dinámica”; sin embargo, este autor era un
psicólogo experimental- funcionalista más que dinámico.
Psicosociales
En 1950 el psicoanalista Erick Erickson propuso la teoría de las 8 edades del hombre,
después de haber realizado sus estudios en el Instituto Psicoanalítico de Viena.
A pesar de ser un fiel seguidor de Sigmund Freud, discrepaba con la relevancia del
desarrollo sexual, Erickson pensaba que con los años el individuo se desarrollaba por medio
de la interacción social. Proponía que desde el nacimiento hasta la vejez pasamos por 8
crisis, y estas son influenciadas por la sociedad, por ende el desarrollo del yo dura toda la
vida.
Segunda edad del desaroollo: Autonomía vs. Vergüenza/Duda (18 meses — 3 años)
El niño comienza a hacer cosas por sí solo y logra más independencia. Se necesita
un equilibrio entre autonomía y control externo como el de un guía Comienzan con la
palabra ‘’no’’, cuando algo no les gusta. Esta edad es importante para la proporción amor-
odio, la cooperación, el nivel de terquedad terquedad y la libertad de expresión. Si fallan en
las actividades que quieren realizar tendrán vergüenza.
Quiere descubrir el mundo y por ello hace muchas preguntas. Descubre, identifica y
proyecta roles Desarrolla su iniciativa cuando no es abrumado por la culpa, hacen un
balance de lo permitido y lo que no. Se puede crear sentimiento de culpa, debido a que se
pueden equivocar o cuando los padres reaccionan negativamente ante alguna actividad que
hayan realizado.
Quinta edad del hombre: Búsqueda de la identidad vs. Confusión de la identidad (12- 20
años)
Hay un crecimiento físico rápido, se preparan para la vida adulta y se preparan socialmente.
Existe confusión, queriendo regresar a la niñez para evitar conflictos. Suele haber
separación de los padres, los adolescentes se rebelan. Desarrolla ideales para ser un adulto
exitoso.
Una de las críticas más conocida tiene su origen en la publicación del artículo El
mito de la enfermedad mental por Thomas Szasz (1960) quien, situando la argumentación a
un nivel filosófico, achaca que la medicación de los desórdenes mentales fue apropiada en
el contexto del siglo diecinueve para cambiar desde una perspectiva humanitaria el
tratamiento de las personas con alteraciones, a la vez que atraía hacia el estudio y
tratamiento de estos problemas a una variedad de personas. Sin embargo, el mantenimiento
de este modelo en el siglo veinte no estaría justificado por las limitaciones que supondría
para la solución de muchos problemas el ser tratado exclusivamente desde el campo
médico. Szasz (1960) alude también al problema que presenta la diferencia existente entre
los síntomas objetivos de las enfermedades físicas y los aparentemente subjetivos de los
trastornos psicológicos, indicando la influencia que ejerce el contexto socio-cultural al
juzgar tales manifestaciones subjetivas de los sujetos como síntomas de los trastornos
mentales.
Al igual que ocurría con el modelo psicométrico, el modelo médico realiza una
argumentación circular al dar un nombre a determinadas manifestaciones de conducta, para
más tarde utilizar ese nombre o entidad con carácter explicativo o causal de los mismos
síntomas que le habían servido para inferir el nombre. El lento progreso de los sistemas de
clasificación de los desórdenes mentales nos atestigua este hecho. A pesar de la progresiva
operacionalización en la descripción de los trastornos a partir del DSM-III (1980), que ha
iniciado lentamente la tarea de obtener evidencia experimental independiente para verificar
el sistema, en todas las versiones existentes, incluido el DSM-III-R, el razonamiento
circular al que aludimos sigue patente.
Las técnicas que utiliza son semejantes al modelo psicométrico, lleva a cabo la
aplicación de diferentes pruebas tipificadas, las puntuaciones obtenidas se comparan con
normas de referencia. En este modelo se busca llevar a cabo un estudio particular de cada
paciente, buscando clasificarlo de acuerdo a como se desarrolla en las distintas entidades
nosológicas, las cuales se consideran enfermedades mentales, de igual manera se busca que
causas biológicas subyacentes podrían dar lugar a la aparición o mantenimiento de dicha
enfermedad.
En este modelo las interpretaciones logran alcanzar los niveles II y III, esto significa
que la conducta del individuo muestra la expresión de la existencia de un atributo
subyacente, este se encuentra incluido de igual manera se explica gracias a una teoría
completa. Cinco fases del proceso: Determinación de los síntomas, por medio de la historía
clínica y la valoración psicológica; utiliza pruebas de confirmación o rechazo;
determinación de síndromes, se agrupan los síntomas que se han obtenido, hasta obtener un
cuadro o síndrome; elaboración del diagnóstico, se lleva a cabo un ajuste del cuadro
obtenido a una entidad nosológica, de ahí se obtiene la clasificación o diagnóstico:
elaboración del pronóstico: se considera discusión del curso que puede llegar a tomar la
enfermedad, en dado caso observar su evolución; también tenemos la toma de decisión
terapéutica, considerada como las medidas que se pueden adoptar medidas de tratamiento
para resolver o aliviar dicha situación en la que se encuentra el paciente.
Modelo Biológico
Tal como expone Castilla del Pino (1991), el modelo biomédico actual tiene sus
antecedentes inmediatos en Griesinger, Wernicke, Flechsig, Kahlbaum, Morel, y muchos
otros autores que coincidieron en la premisa de que los trastornos mentales han de ser
considerados como enfermedades cerebrales, ya sean primarias o secundarias
(enfermedades somáticas que afectan secundaria y eventualmente al cerebro, como el
paludismo, la fiebre tifoidea, etcétera). Desde la perspectiva de este enfoque, los síntomas
de los trastornos mentales son psíquicos en su manifestación, pero fisiológicos en su
naturaleza. Kraepelin es probablemente el autor que mejor sistematizó este enfoque: a cada
factor etiológico ha de corresponder un cuadro clínico particular, un curso determinado y
una anatomía patológica precisa.
De acuerdo con Buss (1962), los diferentes tipos de enfermedad pueden ser clasificados
en tres grandes grupos, en función de que su causa sea un agente externo (como un virus)
que ataca al organismo (enfermedad infecciosa), un mal funcionamiento de algún órgano
(enfermedad sistémica), o un trauma (enfermedad traumática). De estos tres modelos, el de
enfermedad sistémica ha sido el que ha alcanzado una aplicación más extensa a una gran
variedad de trastornos mentales (Claridge, 1985).
No está de más, como indica Gil (1990), repasar algunas opiniones del propio Skinner
sobre la relación entre psicología y fisiología, veamos:
“Sería más fácil ver cómo están relacionados los hechos fisiológicos y los
conductuales si tuviéramos una explicación completa de un organismo que se comporta:
tanto de la conducta observable como de los procesos fisiológicos que ocurren al mismo
tiempo (…) el organismo es un sistema unitario, cuya conducta es claramente una parte de
su fisiología. (Skinner, 1969, p. 253)”
Modelo cognitivo
Al igual que en los otros enfoques, o tal vez en mayor medida, en la perspectiva
cognitiva existen diferentes aproximaciones al objeto de estudio de la psicopatología y
preferencias diversas sobre los recursos metodológicos más apropiados para abordarlo; es
por eso por lo que algunos autores (Ibáñez, 1982) han sugerido la conveniencia de no
hablar de enfoque cognitivo, sino de modelos cognitivos de determinados trastornos o
grupos de trastornos, o de modelos cognitivos de anomalías en procesos o contenidos
psicológicos.
La principal deficiencia del enfoque cognitivo reside, según Bunge (Bunge y Ardila,
1988), en lo reducido de su marco de referencia, dado que se presenta con un cierto
aislamiento respecto a otros campos de conocimiento como la biología y las matemáticas.
Tal vez esta sea una crítica exagerada, puesto que existen múltiples ejemplos de relación
entre teorías cognitivas y teorías biológicas (Gray, 1982), así como de formalización
matemática de teorías cognitivas (Townsend y Schweickert, 1989). Su principal virtud es
abordar la mayor parte de la problemática tradicional de la psicología, así como hacerlo con
los recursos más potentes de la metodología experimental, aunque añadiendo demasiada
especulación en algunos casos.
El tratamiento moral fue un movimiento que se inició en Europa a finales del siglo
XVIII, extendiéndose luego hacia otros continentes y ejerciendo su influencia hasta
mediados del siglo XIX. Surgió en el contexto optimista de la Ilustración, como una
respuesta frente al estancamiento en el que se había sumido la asistencia manicomial,
escasamente interesada en auténticos tratamientos para los internados, más allá de las
habituales medidas restrictivas.
Perola curación propuesta por el alienismo iniciado a finales del siglo XVIII
precisaba un reforzamiento de la autoridad del médico. El diálogo entablado con el insano
debía ser básicamente pedagógico, con un rol jerárquico claramente establecido, para poder
subyugar la voluntad insurrecta. Así, François-Emmanuel Fodéré llegó a sugerir: “Un
hermoso físico, es decir, un físico noble y varonil, es caso, en general, una de las primeras
condiciones para tener éxito en nuestra profesión; es indispensable, sobre todo, frente a los
locos, para imponérseles”. Étienne-Jean Georget, por su parte, no dudó en afirmar que “el
gobierno sobre los locos debe ser absoluto”.
Juan Ciudad Duarte o Juan de Dios (1495 - 1550). Fue internado en un centro tras
sufrir un episodio psicótico en su juventud, decidió que el tratamiento allí recibido no se
ajustaba a las necesidades de los enfermos mentales, por lo que en el año 1527 fundó una
institución en Granada cuyo modelo humanitario de tratamiento al paciente se extendió al
resto de España, Italia y Francia. Los tratamientos que se ofrecían en la mayor parte de los
centros de la época incluían medidas tranquilizantes o estimulantes, así como vendajes,
baños, sangrías o dietas. Por otra parte, se buscaba garantizar un trato humano al enfermo
mediante la ausencia de agresiones físicas, el ofrecimiento de medios de disfrute cultural
(libros, música, etc.) y la posibilidad de realizar tareas ocupacionales con vistas a la
reinserción social.
CONCLUSION
En el siguiente informe hemos de estudiar la historia evolutiva de la psicopatología sus
grandes avances en la adaptación de sus doctrinas y modelos que constituyen una base
fundamental para la práctica de la psicología y psiquiatría. El termino psicopatología es
derivado del griego de la palabras psyché (psyjé), alma o razón; páthos (pazos),
enfermedad; y logía o lógos, discernimiento o discurso racional, cuales constituyen su
definición como la rama de la medicina la cual estudia los cambios de comportamiento que
varían de lo “normal”, es decir que estudia todos fenómenos que se le denominan trastornos
o enfermedades mentales, en su objetivo principal esta se encarga de describir y a su
sistematizar dichos trastornos.
En la edad media existió la creencia de que locura era un posesión demoniaca inculcado
por la iglesia católica, así como también se asociaba con la práctica de la brujería y eran
castigados severamente. Los médicos árabes se preocuparon por buscar sus causas e
idearon nuevas técnicas para su uso y tratamiento. En la época del renacimiento destacan la
aparición del Humanismo, el Racionalismo y el Positivismo las cuales son utilizadas para la
demostración científica sea abalada empíricamente. En esta época inicia el descubrimiento
fisiológico y anatómico de diversidad de trastornos descritos por grandes medico como lo
son Paracelso, Gall, Griesinger, entre otros.
El tratamiento de la moral, fue creado por Philippe Pinel, cuando este inicio un
movimiento para la abolición de las cadenas y otros métodos coercitivos, y su reemplazo
por un trato amable hacia los pacientes mentales, este significó un cambio en la concepción
misma de la enfermedad mental, que se oponía a la visión anterior del loco como un ser
absolutamente irracional. Este estímulo a un orden y adecuado mantenimiento de los
hospitales mentales. Juan de Dios su aporte a la psicopatología viene dado desde su
internado en un centro en su juventud, en el cual considero deplorable el trato y el
condicionamiento de esos lugares y decidió fundar una institución en la cual los
tratamientos ofrecidos en la mayor parte de los centros de la época incluían medidas
tranquilizantes o estimulantes, así como vendajes, baños, sangrías o dietas. Y a su vez se
buscaba garantizar un trato humano al enfermo mediante la ausencia de agresiones físicas,
el ofrecimiento de medios de disfrute cultural.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
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