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ANDRES ESTEFANE GONZALO BUSTAMANTE (COMPILADORES) La agonia de la convivencia Violencia politica, historia y memoria RIL editores a Lf. e a LA, vsninsiony anno kes RIL editores yaz4o. Entelane, Andeds e setae Gonzalo Busearnente—S 2629.5 236m, ISBN: 978.956-01-0158-7 oO La cows DE La cONVIVENC:A: LVIOLENCIA POLITICA, HISTORIA Y MEMORIA Primera ediciéns noviembre de 2014 © Andeés Estefane y Gonzalo Bustamante, comps, 2014 Registro de Propiedad lotelectual NY 245.426 © RILO editores, 2074 Los Leones 2258 ‘cr 7511055 Providencia Santiago de Chi @ (56) 22 22 38 100 \Grilediores.com + www.riledtores.com Composicién ¢ impresién: RIL® edivores ised de portada: Marcelo Us ISBN o7t-9 5601-01 hey iva Devwvho Inpice PResentacton Andrés Estefane y Gonzalo Bustamante u ProLoco Lorena Fries Monleén v7 1. LA MEMORIA COMO PROBLEMA POLITICO Det OLVIDO AL PALIMPSESTO: EL PROBLEMA DE LAS MEMORIAS OFICIALES José Luis Widow Lira 23 La POLITICA DE LA MEMORIA Carlos Peta 35 MAQUIAVELO: LA DECISION POLITICA COMO RESGUARDO & VALORES COMPARTIDOS nzalo Bustamante Kuschel 45 LA MEMORIA COMO PROBLEMA POLfrICO LOGO CON Et. PUBLICO) se Linis Widow, Carlos Peita y Gonzalo Bustamante s7 Y MEMORIA: >RIOG RATURA, JUSTICIA S CONTEMPORANEOS 67 SUBMEMORIAS DEL DESARROLLO. LITERATURA APRENDER CRITICAMENTE DE LA HISTORIA. D LA POSIBILIDAD, Y MEMORIA EN LA ENSAY{STICA DE SILVIANO SANTIAGO: DE UN DIALOGO AL INTERIOR DE LA CONTROVERSIA EN TORNO Alejandro Fielbaum 8. 75 AL MUSEO DE LA MEMORIA ¥ Los Derectios HUMANOS ‘Mauro Basaure 171 JUSTICIA Y MEMORIA: OBLIGACIONES DE JUSTICIA ANAMNETICA Daniel Loewe 87 MEMORIA Y SOCIEDAD: CONFLICTIVIDAD, TEMPORALIDAD, Y APRENDIZAJE (DIALOGO CON EL PUBLICO) HISTORIOGRAFIA, LITERATURA, JUSTICIA Y MEMORIA: Manuel Antonio Garreton y Aldo Mascarenio 195 DEBATES CONTEMPORANEOS (DIALOGO CON EL PUBLICO) Joaquin Fermandois, Alejandro Fielbaum y Daniel Loewe 101 5. PPRIODISMO & HISTORIOGRAFEA EN LA ESCRITURA DE LA HISTORIA RECIENTE 3. LA MEMORIA ¥ SUS CONTEXTOS: PRODUCCION, USOS ¥ FUNCIONES RIODISMO E HISTORIA DEL PRESENTE LA DESPOLITIZACION Y LA PRIVATIZACION COMO POLfrICAS Ascanio Cavallo 205 DE MEMORIA EN LOS DISCURSOS COTIDIANOS Maria José Reyes Andreani 1s HistontoGrarfa, MEMORIA Y DERECHOS HUMANOS Alfredo Riquelme 213 HISTORIOGRAF{A, MEMORIA ¥ ACCION POLITICA Andrés Estefane 131 PeRIODISMO E HISTORIOGRAFLA EN LA ESCRITURA 1 LA HISTORIA RECIENTE (DIALOGO CON EL POBLICO) LA MEMORIA Y SUS CONTEXTOS: PRODUCCION, USOS Ascanio Cavallo y Alfredo Riquelme 223 Y FUNCIONES (DIALOGO CON EI. PUBLICO) Maria José Reyes y Andrés Estefane 143 6. CONFERENCIA DE CIERRE 4, MEMORIA Y SOCIEDAD: CONFLICTIVIDAD, TEMPORALIDAD Y APRENDIZAJE L CAMBIO DE SIGLO EN EL CAMPO DE LAS MEMORIAS: VOS ¥ VIEJOS DESAF{OS Elizabeth Jelin 237 MEMORIAS EN DISPUTA: CONSENSO FACTICO Y LUCHA DE CONTENIDOS |. CAMPO DE LAS MEMORIAS: Manuel Antonio Garreton 153 30 CON EL PUBLICO) Elizabeth Jelin 251 LA MEMORIA COMO PROYECCION DE FUTURO. ‘TRANSTEMPORALIDAD Y AUTOTRASCENDENCIA DAD MODERNA “are 161 . ‘Manunt ANvor > Ganneron no nos sigamos mintiendo, va ha haber integracién latinoa LA MEMORIA COMO PROYECCION DE FUTURO. ricana mientras no cambie la memoria oficial de Chile respecto ‘TRANSTEMPORALIDAD oo «as ' Y AUTOTRASCENDENCIA EN LA SOCIEDAD ‘Asi, como pais, como proceso de construccién de una memor sonra’ compartida que permita enfrentar el futuro, tenemos tres grand OD Ilagas frente a las que nos hemos escabullido construyendo mem rias segmentadas y desgarradas 0 adaptativas y acomodaticias, tarea de las actuales generaciones, y cuando digo actuales digo li mayores y las mas jovenes, Aldo Mascareio laborar, a través de distintos proces fundacionales en estos tres campos, una memoria de nuestras Hlagas. ‘There's a story in an ancient play about birds called The Birds And it’s a short story from before the world bega From a time when there wa Only air ‘And one of these birds was a lark an is was a really big problem because wl ‘There was no place to put the body becaus And finally the lar She decided to bury her father in the back of her own head. ‘And this was the beginning of memory. Because before this no one could remember a thing. They were just constantly lying in circles. Constantly flying in huge circles. Laurie Anderson, The beginning of memory La memoria comienza cuando la sociedad puede distinguir entre y recordar; la memoria hist6rico-colectiva se inicia cuando expresa cn una expectativa normativa que conecta el pasado con el futuro, de manera tal ue aq cémo y por qué se debe volar de un de Reinhardt Koselleck, la accleracién de la moder- nadie se los haya ensefiado y aunqu c igen semntico en la idea cristiana de acortamiento los cielos, exija una y miles de cosas di po previo al Apocalipsis?. Dios habria querido acortar el La hip6tesis que busco sostener en esta contribucién es que en 3s fieles antes del fin del mundo. Acortamiento del sociedad moderna la memoria hist6rico-colectiva funciona como 0 es por tanto, a la vez, un anuncio de la salvacién; un modo mecanismo diacr6nico y siner6nico de estabilizacién de expectati iado de anular la contingencia del futuro y de transformarlo normativas que contrarresta la aceleraci6n y multitemporalidad wento eterno, sin temporalidad. Aceleracién es,en cambio, el presente y que transforma en esperable un futuro que de otro nnte moderno de esta concepcién cristiana, no como forma de podria ser inmanejablemente contingente. calipsis, sino como expresién de la autonomi Solo para ilustrar, antes de plausibilizar analiticamente na de aceleracién de la historia, muy presente ya en la nocién hipétesis: la memoria de la dictadura chilena sostiene diacrdni slo progreso. En la formulacién de Hans Blumenberg, se podria di mente la proyeccién de un futuro en el que lo sucedido no pi 1 Modernidad la aceleracién asume la posicién funcional que el acontecer otra ver; y sincrénicamente permite, desde lo polit ato del tiempo ocupaba en la era cristiana’, Su sentido y tuna generalizacién simbélica del modo en que distintos siste s tienen que ser por tanto distintas. y especialmente la politica misma, deben comportarse para evi ra sostener que la aceleracién moderna es el correlato a este futuro. En tal sentido, las permanentes y aceleradas urge! xxperiencial del aumento de complejidad de la sociedad. Cier- de decisién del presente, asi como la variacién de temporalida no puede vincular esto a las consecuencias de la entre diversos sistemas sociales quedan transtemporalizadas por n del transporte, de la comunicacién, de la produccién‘, momentos de actualizaci6n de la memoria. Esto permite a su ver ia reduccionista, pues en la experiencia moderna de la modo de autotrascendencia de la sociedad sobre si misma por m n estd contenida la vivencia individual de los procesos de una integracién de pasado y futuro sobre la base de la memoy de sistemas, de culturas, de individuos, de amb Frente a tanta aceleracién del presente, la memoria sostiene os, de intereses, précticas cotidianas y aspiraciones normativas horizonte temporal en el que la experiencia del pasado se actual La sociedad se diferencia —lo sabemos desde Adam Smith como trayecto de futuro. mann y Habermas'- y cuando se diferencia el mundo se ‘Tras esta hipdtesis hay algunos supuestos que quiero ahi cespecific nic: nciaci Zeitschichten. Studien zur Historik, Frankfuet: Subrkamp, 1. Que el presente esta caracterizado por aceleracién y mul temporalidad. berg, The Legitimacy ofthe Modern Age. Cambridge, Mass: MIT 2. Simmel. Glencoe, I.: Free Press, 1950, pp. 409-424; 3 i. Die Verinderung der Zeitstrakturen in der . John Urry, «Speeding up and slowing 4. Y que mediante esi aso horizonte transtempor transforma en un metamundo de interconectadas, menos inte interconectadas, cuyas condiciones de interconexién, ademas, cambian en ot sente de simultaneidad, y no dependen de una organizacién central de una norma fundamental, o de un individuo iluminado*. Entonces el tiempo natural unificado solo tiene relevancia pal no perder el avién, 0 cosas por el estilo. Pues los sistemas gener sus propios estratos de temporalidad de acuerdo al devenir de 9 operaciones. La economia, por ejemplo, mide su tiempo en la ose lacién de precios: lo que no puede pagarse y quien no puede pag quedan en el olvido’. La politica mide su tiempo en lao de la opinion publica: un dfa es el éxtasis de la crisis de absteneld electoral, al otro es la proclamacién de candidatos. La religién tanto sumerge en el ritual su temporalidad, como también sus pee dos. Los medios de comunicacién forman su tiempo en la oscilac de audiencias, y los movimientos sociales han creado su proph script para manejar su temporalidad: convocatoria-reunion-mareh discurso y enfrentamiento con la fuerza publica. Cada indivi indistintamente, est sometido a esta multitemporalidad de un pi sente que se encoge hasta casi desaparecer producto de exigei policontextuales simulténeas: antes de poder procesar lo uno, ya esti en lo otro, sin dejar de estar en lo uno, y en otro mas. Cua la complejidad del mundo se nos viene encima, son miiltiples | temporalidades que nos acechan, todas con sus propias exigent y prioridades de sineronizacién. En estas condiciones, la mantencién de la unidad de la soci se torna imposible, el esfuerzo por su coordinacién es cada vex Mh costoso, y la expectativa de integracién social cada vex. mas Ie y a veces ingenua, si se pudiera agregar. Las consecuencias de t0 esto las recibe el futuro, pues este se transforma en un hor indeterminado y contingente. Se sabe que depen 1982; Jiirgen Habermas, Teoria de fa a spective 1, Die Wirtschaft dor Gesell 10N + pero anticipar qué interconexién de de- 1s es precisa para qué futuro. Mientras el acortamiento det 10 cristiano aseguraba un futuro de redencién, la aceleracién trae consigo incertidumbre; mientras antes el futuro consumacién de perfeccién, hoy es riesgo y probabilidad. cierto que esto se puede intentar resolver por medio de esa de escatologia contempornea que es el cAlculo de riesgos, o precisamente ello introduce una fuerte diferencia entre pasado y o, pues en el presente se calcula un futuro que puede ocurrir con cierta probabilidad, pero que es con alta probabilidad distinto futuro que efectivamente tendra Ingar’. Entonces todo presente ca el faturo en lo que puede ser y en lo que sera, y 1o hace miilti- es veces en miiltiples contextos: en las demostraciones mateméticas burbuja, en las predicciones de las encuestas pr resultados finales de las elecciones, en la p los afios 90 se desplaza 10y ahora en el 2020. El futuro se duplica varias veces por s siempre probable que Ia probabilidad no anticipe 1s, a pesar de toda técnica moderna, de toda rac leza algoritmica, el futuro sigue siendo la parte de auin la sociedad no logra dominat. Pero si no se puede dominar, si no se puede vivir en cualquier del futuro como se vive en cualquier latitud del mundo, hay uiscar una forma social de reducir la contingencia de ese cual- futuro, Las estructuras e instituciones sociales logran reducir rte la contingencia del futuro, mantienen una base de relativa idad que cambia solo incremental o decrementalmente y a cual acontece lo inesperado’, Sin embargo, estructuras € ppp. 1080-1086; Terje Probability in antgart instituciones son también hijas de la diferen son las productoras de los problemas de ac ralidad que enfrenta la experiencia indi de algo mis. Quiero sostener que el privilegio de la aprehensién del futur en una sociedad moderna lo tienen el derecho, por medio del blecimiento de normas juridificables, y la memoria, a través de und invocacién alo justo. El derecho reduce la indeterminacién del fut en todas sus modalidades: como derecho positivo en términos seguridad juridica, como derechos fundamentales en términos garantias constitucionales que deben permanecer y no cambiar gobierno a gobierno, como derechos humanos en forma de asegi ramiento normativo en el derecho internacional y supranacional El derecho protege ante lo inesperado y, en tanto lo hace, puc reconectar pasado y futuro. Pero el derecho no puede medir lo inconmensurable de la ju cia'®; no gratifica a la victima, no disipa la crueldad, no compensa barbaric, en una palabra, no procesa la experiencia de la injusticia vivida. La memoria hist6rico-colectiva simboliza y suplementa esta ausencias del derecho por medio de un rescate de la experiencl ‘Tampoco gratifica, disipa o compensa, pero traduce la experier cen un sentido de normatividad que establece limites de inviolabilidad: ala contingencia del futuro. La memoria es un modo de comunica= cién colectivamente vinculante por el que la sociedad logra hacer que la vivencia de alter sea significativamente incorporada por vivencia de ego, aun cuando ego no haya vivido lo que alter vivid, y aun cuando la vivencia de la vivencia de alter que ego acepta, no pueda ser homologable a la experiencia original de la victima. otras palabras, Ja memoria es una forma de experiencia vicaria p ‘medio de la cual la sociedad produce una empatia con aquello que hi decidido defender normativamente de manera colectiva. La memori logea esta condensaci6n por medio de una simbolizacién de esa ex- periencia; por medio de un simbolo que, como todo simbolo, tiend © Jacq “Force of Laws'The Mystical Foundation of Authority», Drucilla Cornell, Michael Rosenfeld & David Gray, Deconstruction and th Possibility of Justi an como operadores intan y ail: lo, para las comisiones de verdad, para los museos de la memoria, ’ién para su escenificacién mediatica y artistica, el registro del testimonio, los documentos e incluso articulos personales, (como la descripeién del horror y la evidencia del teatro de la aie, son elementos fundamentales, pues en ellos esta inscrita la ia del limite (por cierto del dolos, pero también del vinculo y esperanza del paso a otro momento) en la que cualquiera puede se reflejado. Por esto se le puede denominar «colectiva», porque .a memoria dispone de las condiciones para trascender la indivi- ‘én y la diferenciaci6n institucional moderna. Esta memoria hist6rico-colectiva no es entonces una simple es solo un archivo por medio vi ccopilacién de acontecimientos del pasado, © registro histérico, sino un modo de operacién so cual la experiencia es transcrita en expectativa normativa, es ccit,en aquella expectativa que no cambia a pesar de qui icticamente la haya decepcionado™. Esta expectativa tiene ilactico, un valor instructivo acerca de los limites d lependiente del sistema en que se esté, del estrato de tempor: por el que se transite, de la aceleracién a la que se esté somet «sto cualquier cosa que se recuerde no puede ser llamada memoria, La memoria debe cumplir con condiciones de universalizaci6n que la hagan significativamente aprehensible para otros en lugares y tiem- pos indeterminados. Se debe poder sentir el sufrimiento dela victima aunque no se sienta; se debe poder experimentar el dolor aunque no se experimente; se debe poder vivenciar la esperanza de restaurar la injusticia aun cuando la justicia permanezca siendo siempre una esperanza. Todo ello se debe reconocer por otros indeterminados, en "Niklas Lubmann, «Globalization or World Society: How to Conceive of Modern Societys, International Review of Sociology, Vol. 7, N° 1 (1997), pp. 67-79, ' Niklas Luhmana, Rechtssoziologie. Oplaclen: Westdeutscher Verlag, 1987, 167 cualquier momento, especialmente en ay) qi propia hace visible la le otros asi como la norma q propio quebrantamiento. Por esto tampoco hay «memorias en pugna». La «pugna» ‘memorias es solo una construccién hegeménica para transforma I injusticia en posibilidades de debate. Si el distintivo de la memorid s su universalidad, entonces cualquier otra pseudo-memoria qu dispute su lugar es particularista; es memoria de un grupo; no my moria universal. Puede haber distintas versiones del Golpe Militar Chile, pero solo hay una memoria de él: la que rescata la expectatt de justicia quebrantada, la que busca proyectar ese pasado omino ‘enun futuro que impida su reedici6n, la que hace consciente a qui no vivi6 esa época de la inaceptabilidad de su retorno. $i otra quiet ser llamada «memoria, tendria que pasar la prueba de universal dad, tendria que mostrar la aceptabilidad simbélica generalizada dk exterminio de los opositores, de la tortura como método de obi cién de finalidades politicas, de la persecucién como estrategia mantencién del poder; y esto no lo podra conseguir aun ahi dont esas técnicas se practican, porque aun ahi (Sitia, China) no se | reconoce como técnicas legitimas, no se defiende su universalidad: y se las aplica con reserva o abierto cinismo, La «memoriande la derecha golpista chilena es anti-memoria; es la negaci6n de lo que la (nica) memoria defiende. Por ellos los vencedores de ese momento resultan eternamente derrotados: su mundo carece de posibilidades de universalizacién, al menos en este mundo. 4 Lo mismo puede decirse de la problematica mapuche. Puede haber distintas versiones de ella, pero solo hay una memoria: la] sostiene la legitimidad de la demanda, la que sustenta la expectati de restauracién, la que da fuerza para reponer el problema a pe de muertes, discriminacién y maltrato. La «memoria» del Estado, la de los historiadores del Estado, esta sujeta al particularismo de nacién, mientras que la universalidad de la memoria se predica iguales sometidos a condiciones de injusticia, incluso de genoci de iguales por atribuciones de raza o simple indiferencia de venc dores, Tampoco la memoria mapuche es memoria universal sol 168 sxpectativas de justicia sistematicamente quebrantadas, las repone nte y las proyecta hacia el futuro con fuerza normativa la y generalizable. La sociedad que produce esta memoria genera sus propias ndiciones de autotrascendencia’®, Hablo de «autotrascendencia» jpues la expectativa normativa que la memoria sostiene no deriva je una norma fundamental, de un orden metafisico de justificaci6n, jc un ideal regulativo, o de una petitio principii, sino de la comu- acién de la experiencia que se proyecta en el futuro de manera temporal, reconectando futuro y pasado en el presente de la :moria, en el shock del ahora", y transversalizando, al menos en estrato de tiempo de la memoria, a las diversas temporalidades lc cada sistema social. Por esto es también «memoria hist6rica»: se juce en la historia de la sociedad, no es impulsada desde fuera la. Se construye, no se descubre. De este modo, aun cuando la economia mida su tiempo en la i6n de los precios, la memoria rechaza que el crecimiento de ion de la opinién publica, la memoria restringe as «culpas compartidas», es decir, limita que a cualquier In historia se le pueda otorgar el titulo de memoria; y aun cuando :mpo del derecho oscile en la contingencia de decisiones, cuando se ta de lo que desde Nuremberg se denomina «crimenes contra la La memoria es transtemporal en un sentido sincrénico y diacr6ni "Gunther Teubner, «Selbstsubversive Gerechtigkeit: Kontingenz oder Transzen- denzformel des Reches?», en Gunther Teubner (ed.), Nach Jacques Derrida id Niklas Lubmann. Zur (Un-)Moglichkeit einer Gesellschaftstheorie der Gerechtigheit. Zeitschrift far Rechtssoztologic, Sonderausgabe, N° 29, Vol. 1 (2008), pp. 9-36. “ Robin Le Poidevin, The Images of Tine. An Essay on Temporal Representation. Oxford: Oxford University Press, 2007, 169 mnico porque constituye u los sistemas en el presente, y diaerdnico porque a sea todavia naturaleza indémita, la m ecta su experien en len forma de expectativa, es decir, lo habita, lo prehabita con norma de la exclusién de lo indecible «para que nunca mas», es modo paradéjico de decir la indeci En las condiciones de una sociedad mundial actual, plena d diferenciacién y de miltiples estratos de tiempo, el desafio cen! de la memoria es crear una ecologfa de la memoria, pues siempre diferenciacién resistira cualquier pretensién de transtemporalidad autotrascendencia. Una «ecologia de la memoria» significa la con} trucci6n de un entorno simbélico e institucional de generalizaci y aceptabilidad de las pretensiones normativas de la memoria q) se autosostenga ante la aceleracién y diferenciacién modernas, apoyo de este desafio tenemos hoy derechos humanos, acuerdas politicos internacionales y tribunales supranacionales, pero lo cen: tral seguira siendo la simbolizacién de la experiencia. Dado que “iltimo término se trata de la vivencia del limite, hacer esa vivencia significativa para otro que no la experimenté, es el modo mas efee= tivo para universalizar la expectativa que la memoria sostiene. Una ecologia de la memoria, es decir, un marco simbélico e institucional que permita proyectar un pasado negativo en un futuro legitimo y con fuerza performativa, depende del éxito de esa simbolizacién, 170 APRENDER CRITICAMENTE DE LA HISTORIA, DE LA POSIBILIDAD DE UN DIALOGO. AL INTERIOR DE LA CONTROVERSIA EN TORNO AL Museo be LA MEMORIA y Los DerecHos HuMANos* Mauro Basaure Desde el anuncio de su construccién, en el 2007, el Museo de Memoria y los Derechos Humanos (en adelante MMDDHH) ha objeto de una larga y cruda polémica. En este articulo parto reconstruir y analizar tanto la posicién oficial de ese museo || como la de sus criticos [II]. Una vez hecho eso, me esfuerzo por cexponer las condiciones de posibilidad y el objeto especifico de un idlogo racional y pablico entre esas posiciones [III]. Termino mos- .do que hay razones suficientes para afirmar la posi del MMDDHH y desechar la de sus detractores [IV], I. Uy Musgo DE LA MEMoRriA ¥ LOS DerecHos Humanos, En el marco de la celebraci6n del Bicentenario de la Repablica de Chile, a inicios del 2010, fue inaugurado en Santiago, por la presidenta Michelle Bachelet y con un objetivo primordialmente pedagégico, el MMDDHH. Conviene partir identificando las ta~ reas que oficialmente se impuso a si mismo. En el documento de su presentacién, bajo la ribrica de «misién>, se lee que su tarea es dar «a. conocer las violaciones sistemsticas de los derechos humanos por parte del Estado de Chile entre los afios 1973-1990, para que “Trabajo realizado en ef marco del proyecto Fondecyt 1140344, CONICYT/ FONDAP/15130009 y Nécleo DI-446-13N. re

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