Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
Francisco Estrada V.
Abogado, Director Ejecutivo Corporación INFAJUS
1ª. Primera Tesis. El abogado del niño debe cumplir ciertos estándares
mínimos de modo de resguardar el derecho del niño al acceso a la
justicia, a la defensa técnica, a ser oído adecuadamente y, como
corolario de todo lo anterior, a la garantía del debido proceso.
2
confianza profesional. Abogados que no se han entrevistado con los profesionales
que están interviniendo en el caso, que no han analizado suficientemente los
informes técnicos del caso, ni sostienen reuniones periódicas con el niño, ni con su
familia, ni se reúnen con el equipo del centro o residencia, ni aportan prueba propia
ni presentan regularmente recursos de impugnación.
1 American Bar Association Section of Family Law (2003). Standards of Practice for Lawyers
Representing Children in Custody Cases; American Bar Association Section of Family Law (2003).
Standards of Practice for Lawyers Representing Child Welfare Agencies. ABA; American Bar
Association (1996). Standards of practice for lawyers who represent children in abuse and neglect
cases. ABACoram Children´s Legal Centre. Service Standards; Taylor, LaShanda, 2009: “A lawyer
for every child: client-directed representation in dependency cases.” Family Court Review, 47, 4:
605–633; First Star and Children’s Advocacy Institute (2009). A Child’s Right to Counsel. A National
Report Card on Legal Representation for Abused & Neglected Children. First Star and Children’s
Advocacy Institute.
3
Sólo exigir la presencia de un curador -como hace un fallo de la Iltma. Corte
de Apelaciones de Santiago de abril del año pasado2-, sin construir ningún estándar
no constituye un avance ni para los derechos del niño ni para el debido proceso.
El derecho del niño a ser oído obliga, en sede judicial, en primer lugar al
abogado quien debe construir una relación de confianza profesional con él. Nunca
Defensa-Juridica-de-Ninos-Internados
4
un abogado debiera entrar a audiencia sin haberse entrevistado previamente con el
niño o niña.
No escuchar al niño, pasar por sobre lo que él prefiere, por sobre sus deseos y
sentimientos discernibles-en el preciso lenguaje de la Children Act- infringe una
serie de normas del Código de Ética Profesional del Colegio de Abogados
Y es deber del abogado velar porque los procesos de escucha del niño sean
desarrollados con respeto a su edad, género, origen étnico, discapacidad y
condiciones de vulnerabilidad que exijan atenciones especiales.
Estos 9 criterios deben ser resguardados celosamente por el abogado del niño.
5“36. (…) Si el acto de escuchar al niño se realiza a través de un representante, es de suma importancia
que el representante transmita correctamente las opiniones del niño al responsable de adoptar
decisiones. El método elegido deberá ser determinado por el niño (o la autoridad competente en caso
necesario) conforme a su situación particular. Los representantes deberán conocer y comprender
suficientemente los distintos aspectos del proceso de adopción de decisiones y tener experiencia en
el trabajo con niños.
37. El representante deberá ser consciente de que representa exclusivamente los intereses del
niño y no los intereses de otras personas (progenitor(es)), instituciones u órganos (por ejemplo,
internado, administración o sociedad). Deberán elaborarse códigos de conducta destinados a los
representantes que sean designados para representar las opiniones del niño.”
5
consideradas, pero la regla que el Comité enfatiza es el derecho a ser oído y
participar.
Sostengo que la reforma del 2013 de la Ley 20.680 de los artículos 225 y 229
alteró también el funcionamiento de algunas prácticas del sistema proteccional. En
efecto, el nuevo 225 inciso 6| establece que siempre que “el juez atribuya el cuidado
personal del hijo a uno de los padres, deberá establecer, de oficio o a petición de
parte, en la misma resolución, la frecuencia y libertad con que el otro padre o madre
que no tiene el cuidado personal mantendrá una relación directa y regular con los
hijos”. Entonces, de aquí fluye el claro deber del tribunal –quien por tanto queda
privado de delegar esta facultad en la administración o en un tercero- de determinar
un régimen comunicacional siempre que exista un padre separado de su hijo. Esto
que parece tan claro y que ha recibido pleno cumplimiento en todo el país, parece no
operar cuando es el estado quien separa al niño de ambos padres.
6
o no, las visitas. Dicha regulación debiera ser hoy una determinación judicial,
indelegable pero que nadie hace exigible.
Aún hoy, después de todo lo que hemos hablado de esto persisten en algunas
residencias obstáculos a visitas. “Usted no es nadie” le dijeron a una señora en un
hogar hace poco.
7
es sino la forma de honrar los compromisos estatales de protección asumidos en la
Convención que exigen del Estado tomar medidas para hacer efectivo el deber de
protección (art. 4).
9https://hudoc.echr.coe.int/app/conversion/pdf/?library=ECHR&id=002-5992&filename=002-
5992.pdf&TID=
8
Esas 4 tesis constituyen un cierto armazón estructural del proceso de construcción
del rol del abogado del niño. En derredor de estas tesis es posible discutir un
conjunto de tópicos significativos en materia de defensa jurídica de niños y niñas
internados. Voy a simplemente enunciar algunos como los títulos de los capítulos de
una serie aún por escribir.
4. Interés Superior del Niño internado o Interés del curador y derecho a ser oído.
(¿Posee el curador ad litem discreción para determinar ante sí el interés superior del
niño?)
9
14. Convención sobre Derechos del Niño y abogado del niño
Por cierto, un abogado que asume estas tesis genera una cierta dinámica en el
sistema jurisdiccional de protección, incluso con sus déficit actuales. Incluso
respecto de cuestiones en apariencia tan triviales como las demoras en enviar o
recibir información. Un abogado con este perfil puede generar conversaciones con
los diversos actores, puede hacer conversar, puede aportar en esas conversaciones.
Por cierto, se requerirá algunas reformas legales. Las tareas enunciadas denantes
exigen autonomía y un soporte institucional robusto. Pero la reforma legal no
bastará. Es sano recordar una advertencia que Miguel Cillero hacía el 2006 en el
marco del nacimiento de la defensa penal juvenil: “no basta con establecer el
derecho a la defensa de adolescentes, sino que es necesario remover prácticas
arraigadas que lo han desconocido y construir nuevos criterios informadores de la
cultura jurídica.”10
10Cillero, Miguel (2006). Notas sobre el derecho a la defensa penal de adolescentes. Documento de
trabajo Nº 6. Unidad de Defensa Penal Juvenil. Defensoría Penal Pública.
10
Anexo. Bibliografía sobre visitas y reunificación
Atwool, N. (2013). “Birth Family Contact for Children in Care: How Much? How Often? Who With?”
Child Care in Practice, 19(2), 181-198.
Australian Children’s Contact Services Association. (2008). Standards for Children’s Contact
Services. ACCSA.
Beyer, M. (2008). “Visit Coaching: Building on Family Strengths to Meet Children’s Needs.” Juvenile
and Family Court Journal, 59(1), 47-60.
Bullen, T., Taplin, S., Kertesz, M., Humphreys, C., & McArthur, M. (2015). Literature review on
supervised contact between children in out-of-home care and their parents. Canberra: Institute
of Child Protection Studies, ACU.
Bullock, R., Gooch, D., & Little, M. (1998). Children going home: The reunification of families.
Aldershot: Ashgate Publishing Ltd.
Cheung, C., Lu, O., Goodman, D., & Lwin, K. (2012). Evaluation of Access for Children in Short-term,
Out-of-Home Care by Type of Access at CAS-Toronto. Toronto: Children’s Aid Society of Toronto
Davis, I. Landsverk, J., Newton, R., & Ganager, W. (1996). “Parental visiting and foster care
reunification.” Children and Youth Services Review, 18 (4/5), 363-382.
Dougherty, S. (2003). Practices that mitigate the effect of racial/ethnic disproportionality in the
child welfare system. Casey Family Foundation. Available:
http://www.casey.org/Resources/Archive/Publications/MitigatingDisproportionality.htm
Farmer, E. (1996). “Family reunification with high-risk children: Lessons from research.” Children
and Youth Services Review, 18(18), 287–305.
Fernandez, Elizabeth & Lee, Jung-Sook (2013). “Accomplishing family reunification for children in
care: An Australian study.” Children and Youth Services Review 35, 1374–1384
Hess, P. (2005). “Visits: Critical to the wellbeing and permanency of children and youth in care.” En
Hess, P. and Mallon, G. (Eds.), Child welfare for the twenty-first century: a handbook of
practices, policies and programs (pp. 548-557). New York: Columbia University Press
Leathers, S. (2002). “Parental visiting and family reunification: Could inclusive practice make a
difference?” Child Welfare, July/August 2002, Vol. 81 Issue 4, 595-616.
McMurtry, S., & Lie, G. (1992). “Differential exit rate of minority children in foster care.” Social Work
Research and Abstracts, 28(1), 42−48.
Shaw, Terry V. (2006). “Reentry into the foster care system after reunification.” Children and Youth
Services Review 28, 1375–1390. doi:10.1016/j.childyouth.2006.02.006
Thoburn, June; Robinson, Julie & Anderson, Beth (2015). Returning children home from public care.
Research Briefing 42. Social Care Institute for Excellence
Weintraub, Amber (2008). Information packet. Parent-Child Visiting. National Resource Center for
Family-Centered Practice and Permanency Planning
11