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1. Principio de Precaución
2. Principio de Prevención
5. Principio de Participación
7. Principio de Autodeterminación
PRINCIPIO DE PREVENCIÓN
Todos los procesos, sistemas, obras, programas y normas que el hombre crea
son siempre vulnerables y adolecen de fallas. Por ello, si en su interés de
precaver el acto ilícito, el principio de precaución resulta incapaz o ineficaz de
evitar los daños, se debe contar con algún instrumento jurídico que permita
hacer frente al problema y establecer responsabilidad por el daño ocasionado.
Ahí es cuando entra el principio de “quien contamina paga”: el contaminador
tiene que cubrir los costos de restauración, descontaminación y reposición del
ambiente al mismo estado en que se encontraba antes de la agresión. Este
principio se encuentra contemplado en el artículo 70 de la Ley 64-00 sobre
Medio Ambiente y Recursos Naturales.
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César Vargas. Derecho Ambiental - Principios Rectores del Derecho Ambiental I. Recuperado de
http://www.gacetajudicial.com.do/derecho-ambiental/principios-rectores-derecho-ambiental1.html
Seamos realistas. Las empresas que se dedican a la producción masiva de
alimentos, o de fundición de metales y fabricación de bebidas, en su proceso de
producción, inevitablemente contaminan en algún modo; el espíritu del
principio es de que las empresas adquieran nuevas tecnologías -como son
mejores plantas de tratamiento, uso alternativo de los desechos, utilización de
nueva materia prima que produce menos efluentes-, o que reestructuren el
proceso de producción para que contaminen lo menos posible.
Sin embargo, el precio que las empresas deben de cubrir por internalizar los
costos de contaminación, suele ser más altos que los costos en que se incurre
por descontaminación. Es decir, suele ser más económico para una empresa
pagar las multas que impone la administración por sobrepasar los niveles
permitidos de arsénico en el agua, que reestructurar todo su proceso productivo,
instalar una moderna planta de tratamiento o compensar a los propietarios de
fundos colindantes donde abrevan sus animales.
Otro problema real que se nos plantea, es el relativo a las pequeñas y medianas
empresas. Usualmente estas empresas son responsables de un buen porcentaje
de la contaminación del ambiente. Se ha afirmado en ocasiones que un pequeño
matadero produce mayor nivel de contaminación que una enorme granja avícola
o que un taller de pinturas de neveras en un patio puede producir mayor
contaminación que una planta nuclear. Esto se debe, en parte, a que las empresas
grandes cuentan con personal y recursos económicos adecuados y suficientes
para acceder a tecnologías limpias de producción que les permita contaminar lo
menos posible y monitorear constantemente sus emisiones.
Pero las pequeñas y medianas empresas no pueden comprar ni usar ese tipo de
tecnología, ya que su presupuesto de operación no les ofrece la posibilidad, por
lo que operan con equipos que utilizan un mayor volumen de energía, con
elevados niveles de emisiones tanto por su volumen como por su concentración,
y no cuentan con recursos para monitorear los impactos.
Esta tarea por parte de las empresas de algún modo tendrá que ser inevitable;
tendrán que adquirir tecnología limpia y los procesos de producción tendrán que
ser lo menos contaminadores posible. Para lograr esto, una propuesta
interesante será la de promulgar una ley de incentivos para las pequeñas y
medianas empresas, descontándosele el pago del anticipo por ventas del 1.5%
y el cobro de otros impuestos como es el caso del 18-88 sobre viviendas
suntuarias y solares no edificados, o descuento del pago del Impuesto Sobre la
Renta, o tasa cero para la importación de estos equipos por un plazo
determinado para la reconversión del proceso; préstamos a bajas tasas de
interés, etcétera.
Este principio implica cuatro tipos de sanción: evitar el daño, pagar una multa,
cesación de los daños, y reparar el daño o compensarlo a las víctimas. Se
encuentra consagrado en los artículos 70 y 72.
EL PRINCIPIO DE PARTICIPACIÓN
Esta concepción descansa bajo la premisa de que las actividades que producen
o realizan los humanos son capaces de alterar, molestar, perjudica y dañar,
afectando de esa manera intereses colectivos e individuales tanto patrimoniales
como morales.
Por ello cuando existe el intento de reducir los límites de un área protegida
como, por ejemplo, disminuir los límites del Parque Nacional del Este en
Higüey, las comunidades pueden solicitar un recurso ágil ante un juez para que
se respete el derecho a la participación. Es decir que el Estado, antes de tomar
la decisión de disminuir los límites del Parque, escuche su oposición o apoyo a
favor de la medida, con independencia de que puedan demostrar alguna
afectación al derecho al trabajo, a la cultura, entre otros derechos resguardados.
Es lógico que las comunidades o cualquier miembro de éstas demande ante los
tribunales o por la vía administrativa e inclusive constitucional que antes de
tomarse la decisión de reducir los límites del parque, sea revisado su punto de
vista, para que se tome en cuenta el derecho de las minorías, tales como el
derecho a pescar, a cazar, a recolectar, al paisajismo, al desarrollo, entre otros
derechos.
Aquí reside la importancia de los estudios de línea base que se exigen en las
evaluaciones de impacto ambiental. Estos estudios permiten conocer el orden
ambiental en la zona al momento de iniciar el proyecto, obra o actividad.
“Sin perjuicio de las sanciones que señale la ley, todo el que cause un daño al
medio ambiente o a los recursos naturales, tendrá responsabilidad objetiva por
los daños que pueda ocasionar, de conformidad con la presente ley y las
disposiciones legales complementarias. Asimismo, estará obligado a repararlo
materialmente, a su costo, si ello fuere posible, e indemnizarlo conforme a la
ley. Párrafo. La reparación del daño consiste en el restablecimiento de la
situación anterior al hecho, en los casos que sea posible en la compensación
económica del daño y los perjuicios ocasionados al medio ambiente o a los
recursos naturales, a las comunidades o a los particulares”.
Artículo 1382. “Cualquier hecho del hombre que causa a otro un daño, obliga a
aquel por cuya culpa sucedió a repararlo”.
Artículo 1384. No solamente es uno responsable del daño que causa un hecho
suyo, sino también del que se causa por hechos de las personas de quienes se
debe responder, o de las cosas que están bajo su cuidado…”
Artículo 1385. “El dueño de un animal, o el que se sirve de él, por el tiempo de
su uso, es responsable del daño que ha causado aquel, bien sea que estuviese
bajo su custodia, o que se le hubiera extraviado o escapado”.
Artículo 1386. “El dueño de un edificio es responsable del daño que cause su
ruina, cuando ha tenido lugar como consecuencia de culpa suya o por vicio en
su construcción.”
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César Vargas. Derecho Ambiental - Principios Rectores del Derecho Ambiental II. Recuperado de
http://www.gacetajudicial.com.do/derecho-ambiental/principios-rectores-derecho-ambiental2.html
del Estado, el orden público o aquellos casos en que la misma ley manda que
esta sea secreta.
Tarafosky, citado por Efraín Pérez estima que: “no se prescribe un trámite
preciso para la participación, porque éste variará. Por ejemplo, las audiencias
públicas pueden ser apropiadas para cuestiones de interés general comunitario
o nacional, mientras que en otras instancias la fijación de un periodo de
notificación y comentario podría ser suficiente. Será necesario el
fortalecimiento institucional en aquellos países donde la implementación de
esta norma podría causar ciertas dificultades administrativas y financieras”.
La doctrina más moderna establece que los ciudadanos no tienen que explicar
para qué requieren la información. Simplemente la soberanía pertenece al
pueblo, y éste a través de procedimientos electorales, administrativos y
constitucionales, delega su poder y representación en personas que deben velar
porque los ciudadanos estén debidamente informados.
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César Vargas. Derecho Ambiental - Principios Rectores del Derecho Ambiental III. Recuperado de
http://www.gacetajudicial.com.do/derecho-ambiental/principios-rectores-derecho-ambiental.html