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“Una isla de derechos”

Como el lector se habrá dado cuenta, nuestro campo de trabajo se realizó


principalmente en un centro cultural donde se concentran otra serie de organizaciones
para el apoyo de las personas trans. Dicho campo estuvo delimitado también por la forma
en que nos sentimos en ese lugar; un espacio donde no había la formalidad ni el rechazo
tan incisivo como lo vimos en otros lugares, donde se habla de inclusión constantemente,
donde se hace crítica a un sistema normativo binario, y a través de diferentes conferencias
se hacía mención que la Ciudad de México es considerada como una isla de derechos para
la diversidad sexual debido a que en otros estados del territorio nacional, no existen leyes
que reconozcan, protejan y legitimen, tanto los derechos de las personas LGBT, como
tampoco su calidad de ciudadano.
Pensamos en esta metáfora como un enunciado que en sí mismo condensan
información con potencialidad de análisis. Fue ésta la que permitió plantear que dicha
“isla” no funciona (entendiéndola como un espacio que tiene como función la aplicación
de los derechos humanos que las personas trans han conseguido a través de constancia en
la reflexión y debate en ámbitos legales) homogéneamente en el territorio de la CDMX,
puesto que aun cuando existen leyes en pro de la diversidad sexual, estas tienen diferente
grado de efectividad siendo las legislaciones referentes a lo trans las menos conocidas y
respetadas en la ciudad de México por la población en general.
Por ejemplo, en una conferencia sobre tramites de cambios de identidad en actas
de nacimientos y documentos escolares, una madre comentaba que mientras acompañaba
a su hija (mayor de edad) a realizar el proceso de rectificación de acta de nacimiento en
las oficinas centrales del registro civil noto que el tramite fue rápido además de ser cordial
y respetuoso; en respuesta por parte de la audiencia obtuvo una serie de comentarios, que
afirmaban que así tendría que ser todos los tramites, pero muchas veces resultan diferentes
dependiendo la zona donde los realicen, diciendo que si hubiera asistido a otro lugar como
un registro civil que se encuentre “en las lejanías, como Xochimilco”, correría el riesgo
de sufrir una situación estresante, debido a que el tramite resultaba más largo, en el trato
reciben discriminación y piden largas explicaciones.
Esto lo pudimos constatar, también, a través de diversos testimonios en otras
conferencias donde resulta evidente que siguen viviendo violencia y discriminación.
Entonces a partir de estos presupuestos nos preguntamos ¿De qué isla estamos
hablando? ¿La isla en medio de que flota? ¿qué es lo que la aísla? ¿qué es lo que está
alrededor? ¿qué es lo que contiene? ¿Cuál es la relación de la isla con el medio? ¿la isla
está hecha de lo mismo? ¿Los factores de inclusión y exclusión hacen que la isla emerja?,
si se habla de una isla, ¿cómo se establecen los límites o el contorno entre ella y el
exterior?
Durante este capítulo vamos a abordar estos planteamientos pensando, en un
primer momento, en una isla en términos un tanto más “reales”, es decir en cómo se
construye este espacio en relación con las leyes y pensar en el papel del activismo por la
lucha de los derechos de las personas trans. Al mismo tiempo que nos preguntamos ¿por
qué esta isla se ubica en la CDMX? ¿Cuál es su relación con otros estados? ¿Cómo se ha
ido construyendo este lugar y cuál es su historia?
Posteriormente hablaremos de la formación de la isla en un sentido más simbólico,
que apela a las creencias, ideologías, representaciones, etc., que posibilitan que esta isla
esté “aislada” del medio, que no sea una totalidad o un territorio completo. Aunque
también necesita una relación que la sostenga con el medio, por ello nos preguntamos ¿el
medio está hecho de lo mismo? ¿hay coincidencias o relaciones entre los factores de
inclusión y exclusión que hacen que emerja la isla? ya que para existir se requiere un
lugar en el mundo y de relaciones de poder-saber.

“Isla simbólica”
Anteriormente nos preguntamos ¿Qué es lo que la aísla? ¿Qué es lo que está
alrededor? ¿Qué hace que esta isla no sea un territorio? Por lo que ahora comenzaremos
a profundizar en estos planteamientos. Inciando con una serie de planteamientos teóricos
que nos permitan pensar que es lo que se encuentra dándole contenido a lo que se
encuentra fuera de la isla, ya antes hemos hablado sobre un sistema de género, sin
embargo, nos parece pertinente retomarlo para este fin. Para pensarlos de forma general,
es decir en cómo se gestan las exclusiones, utilizamos la figura del extraño de Olga Sabido
(que construye retomando a diversos autores como Simmel, Max Weber, Becker, Schütz,
Goffman, Elias y Bauman). Cabe aclarar que la autora no habla de esto pensando en la
comunidad trans, sin embargo, consideramos importante retomarlo, ya que la sociedad ha
colocado a lo trans como lo extraño.
Posteriormente nos centramos en analizar cómo se genera este aislamiento
específicamente en relación con la sexualidad utilizando como herramienta los conceptos
de sexualidad buena y mala de Gayle Rubin, además de incluir los planteamientos de Paul
Beatriz Preciado para abordar el mercado y los medios de comunicación, agregando un
factor más a esta problematización.
Para comenzar cabe aclarar que Sabido (2012) al hablar de la figura del extraño
va más allá de las categorías clásicas que remiten simplemente a la exclusión, pues hace
referencia a criterios más fundamentales de la diferencia, explicando ésta en términos de
una relación de sentido y específicamente como un problema de comprensión
interpretativa, considerando que, cuando se expresan costumbres o hábitos distintos a los
conocidos, al no contar con marcos interpretativos que den sentido a las acciones del otro,
se les desprecia o enaltece. Cabe señalar que el sentido no tiene que ver sólo con la
situación actual sino que hay una serie de experiencias, cultura, educación previas que
van a hacer que le demos diferentes cargas de sentido a un hecho o una situación en
específico.
Expone además que un extraño puede ser percibido como un enemigo, una
amenaza, puede ser el lejano que está próximo, las personas en los límites, aquel a quien
no entendemos, quien señala la alteridad en el seno de lo mismo, quien no termina de
sernos del todo conocido y nos resulta ajeno. Es quien al delatar su extrañeza denuncia
cierta extrañeza en nosotros.
Así es como podríamos pensar a lo trans como una figura de lo extraño para la
sociedad puesto que se sale de los parámetros de la normalidad, de lo que nos es cercano,
construidos a través de discursos heteronormativos, que dictan normas, mandatos a
seguir, lugares en la sociedad, comportamientos y vestimentas, delimitando así qué vida
es válida y vivible. Dichos parámetros ayudan a que se construya una carga de sentido o
de significado negativo o lejano en torno a lo que se sale de estas normas lo cual puede
alentar a que se produzca discriminación, exclusión y violencia.
Pensamos entonces, que quienes los consideran extraños ven en riesgo los
“privilegios” que se tenían adquiridos, ¿Cuáles son estos? El privilegio de ser
heterosexual, de tener la orientación sexual “correcta”, de ser considerados “normales”.
Eso que les da garantías y seguridades como el reconocimiento de salud mental,
respetabilidad, legalidad, movilidad física y social, apoyos institucionales y beneficios
materiales. Cuando aparecen otras formas de vida, aparece la incertidumbre sobre lo que
somos y mucha gente reacciona rechazando, violentado, discriminando, segregando.
Cabría preguntarnos aquí ¿Para qué puede servir la figura del extraño?
Consideramos que ésta pone en evidencia elementos culturales diferentes, que nos sirven
no solo para diferenciarnos sino también para reconocernos en esa diferencia, lo cual nos
ayuda a construir nuestra identidad. Cuando alguien es capaz de señalar la extrañeza del
otro, con el mismo movimiento está señalando elementos que lo hacen común a
determinado grupo de personas, es un doble proceso; el del reconocimiento y el
desconocimiento. Es así como las identidades, ya sean en este caso, trans o cisgénero, se
construyen en la capacidad de diferenciarse de su entorno, de definir sus propios límites,
de situarse en el interior de un campo y de mantener en el tiempo el sentido de tal
diferencia (Gilberto, 2012).
Ya anteriormente habíamos hablado sobre los mandatos, normatividades, los
lugares otorgados socialmente, pero es preciso profundizar en como estos elementos
permiten o posibilitan una serie de pensamientos, creencias y representaciones que se han
ido construyendo en torno a la sexualidad válida en este contexto. Para ello utilizaremos
los planteamientos de Gayle Rubin (1989). La autora nos habla de una jerarquía sexual,
construida desde un pensamiento que clasifica entre el sexo bueno y sexo malo
colocándolos de la siguiente manera.

Nos dice que todas estas ideas son construidas, por una parte, por ciertos rasgos
persistentes del pensamiento sexual que están profundamente enraizados en la cultura
occidental y que raramente son cuestionados; como el esencialismo sexual, el cual se
refiere a la idea de que el sexo es una fuerza natural que existe con anterioridad a la vida
social y que da forma a instituciones, y que fue sustentado durante más de un siglo por la
medicina, la psiquiatría y la psicología (sin aun cerrar dicha discusión). Todas estas
disciplinas clasificanban al sexo como una propiedad de los individuos, algo que reside
en sus hormonas o en su psique.
Este esencialismo está presente en el común de la población, que considera al sexo
biológico ( entendiendo esto como los genitales de una persona) como determinante en la
identidad de género, como si esta fuera una esencia permanente en cada sujeto,
inamovible e incuestionable. Por otro lado, también hace mención de que la mayor parte
de la tradición cristiana mantiene que el sexo (coito) es pecaminoso, peligroso,
destructivo, como una fuerza negativa; y que puede redimirse si las causas son el
matrimonio, la reproducción y el amor. Prácticamente toda la conducta erótica se
considera mala a menos que exista una razón especifica que la salve. Es así como
construyen un sexo bueno, normal, natural, que es heterosexual, monógamo, reproductivo
y no comercial mientras que todo lo que se salga de esto es considerado malo, antinatural
y anormal.
De esto también nos habla Beatriz Preciado (2013) quien dice que la gestión
biopolítica que dominaba al siglo XIX concebía al cuerpo como una máquina
reproductiva viva ya que cada cuerpo era considerado potencial productor de espermas o
útero generador. Había una organización y una distribución de los cuerpos en el espacio
con respecto a la reproducción, únicamente en relación con sus fluidos reproductivos y
sus órganos reproductores. Todo esto tenía una lógica de fondo que tenía que ver con la
producción económica (mano de obra).
Por otro lado, Gayle Rubin (1989) menciona que hay un “nuevo” pensamiento
(considerando la época en la que fue escrito el texto y los posteriores desarrollos que se
dieron sobre las problematicas de relacionadas con la sexualidad y el género) sobre la
conducta sexual que le ha dado al sexo una historia y creado una alternativa
constructivista al esencialismo sexual, donde se habla de la sexualidad como una
producción histórica, una construcción social, sin negar lo biológico, pero haciendo
hincapié que esto solo es la base sobre la cual se construye la sexualidad de un sujeto.
Son diversos autores que trabajan desde este enfoque y que hemos tratado de
esboar, el cual, nos habla de un juego combinado de fuerzas sociales tales como la
ideología, el temor, la agitación política, las reformas legales y la práctica médica.
Factores que pueden modificar la estructura de la conducta sexual y alterar sus
consecuencias.
Asi mismo cabe agregar que la patologización y la medicalización de las personas
trans ha contribuido al estigma y los prejuicios que se ejercen sobre éstas. “La
transexualidad es clasificada por primera vez en el DSM de la APA en el año 1980 bajo
la etiqueta de trastorno de transexualidad. Una década más tarde, entró en la International
Classification of Diseases (ICD), la clasificación internacional de enfermedades de la
Organización Mundial de la Salud” (Missé, 2013: 36) El hecho que las personas trans
estuvieran en los manuales mentales los ubicaba en el lugar de enfermos y pacientes, es
decir les condena a leerse desde ahí
Hay que mencionar además, que uno de los intereses de los médicos tiene que ver
más con mantener el orden tradicional del género que con las necesidades de la población
trans, ya que cuando aparecen las primeras intervenciones (para que una persona pudiera
modificar su cuerpo) estaban fuertemente permeadas por posturas conservadoras. En este
sentido los médicos dejaban de ser médicos y pasaban a convertirse en “guardianes” del
sistema binario hombre-mujer (Missé, 2013).
“como dice Krine Espineira (2010:4), investigadora y activista trans
francesa, lo único que pedimos a los médicos es que vuelvan a ser médicos, que
sí se preocupan por nosotros que sea por nuestros niveles hormonales o la
evolución de nuestras cicatrices, pero que no sea por sí somos lo suficientemente
hombres o mujeres, o por lo que pueda pasar si decidimos no ser cualquiera de
las dos cosas” (citado en Missé, 2013).
Se encuentra aisla puesto que estos pensamientos se encuentran en gran parte de
la población hacen que no se acerquen a estos lugares, dentro de los 23 eventos a los que
fuimos notamos poca o nula asistencia de personas heterosexuales y cisgenero, a pesar de
que muchos de estos eventos estaban abiertos para el público en general.
Es así como las personas que dirigen las organizaciones o que presentaban las
ponencias, enfatizaban este panorama, donde no tienen cabida en lo social más que siendo
señalados desde diversos lugares, existiendo bajo la tutoría de alguien o algo más, o
existiendo únicamente como objeto para la medicina, o para la ciencia en general. Es con
estos discursos sobre ellos con los cuales han estado debatiendo en la CDMX desde el
inicio del siglo actual. Valiéndose de diferentes herramientas legales, o en materia de
derechos para, poco a poco, deteriorar la estructura hegemonica sobre la sexualidad y
arrebatar de sentido todos aquellos mandatos que les ha marcado un camino a seguir, un
camino fuera de lugar.
Aun por nacer, ya estás muerto
Duermes con una pistola a tu lado en la cama.
Usted sigue hasta el final obvio:
Mira tus venas abiertas de par en par,
Usted sangra.
Hay que mencionar también que en nuestra propia experiencia nos encontramos
con diversos comentarios cuando platicabamos nuestro tema con la familia o amigos
donde se nos cuestionaba el porqué de nuestra elección, qué nos había llamado la atención
del tema, que sí este no era resultado no estar seguro de nuestra sexualidad, sí éramos gay
o trans. Era como si nos dijeran que de estos lugares hay que estar lejos a menos que
pertenezcas a ellos, estableciendo barreras entre ambos espacios.

¿Qué es la isla? ¿Cuál es la relación de la isla con el exterior?


No podemos dejar de preguntarnos por el contexto que rodea nuestra
investigación, por las relaciones de saber y poder, por las clases socioeconómicas, la
cultura, la edad, la localización geográfica de los espacios donde convergen estas
personas, el género, etc. puesto que su medio tiene que ver con las posibilidades de verse
y de nombrarse, con una forma y manera de portar y actuar el género, en este sentido
cabría tomar en cuenta todos estos factores para pensar en lo que estaba dentro de estas
organizaciones e instituciones a las que asistimos para realizar la investigación.
Dicho lo anterior consideramos importante utilizar la interseccionalidad como una
herramienta analítica para estudiar, entender y responder a las maneras en que el género
se cruza con otras identidades y cómo estos cruces contribuyen a experiencias únicas que
pueden ser de opresión o privilegio simultaneamente. El análisis interseccional tiene
como objetivo revelar los diversos factores, como la raza y el color de la piel, la casta, la
edad, la etnicidad, el idioma, la ascendencia, la orientación sexual, la religión, la clase
socioeconómica, la capacidad, la cultura, la localización geográfica y el estatus como
migrante, indígena, refugiada, desplazada, etc. para exponer los distintos tipos de
discriminación y desventaja que se dan como consecuencia de la combinación de
identidades (inmujeres, 2004).
A partir de los lugares donde nos desenvolvimos, nos dimos cuenta de que no
podemos hablar de lo trans en plural, sino de formas de ser trans, y estas formas
específicas que notamos tienen que ver con el contexto que les da la posibilidad de ser
como son y también de cuestionar, interpelar e incidir en la misma sociedad que las
construye, además de ser interseccionadas por distintos factores,
Ahora bien, los lugares donde se organizaban los eventos de las diversas
organizaciones estaban, en lo que nosotros consideramos “espacios selectos” por todo lo
que encierran, como lo es, que se encuentren en las zonas céntricas de la CDMX, que la
mayoría de los asistentes son jóvenes y de un estrato socioeconómico medio, que su nivel
de educación -sobre todo de los ponentes y organizadores- es como mínimo tener una
licenciatura y además que muchos de ellos están inmersos en el activismo.
Así por ejemplo, en una investigación llamada “La casa de la Mema. Travestis,
locas y machos” de la doc. Annick Prieur, (1994) que realizó en el Estado de México,
específicamente en la ciudad de Nezahualcóyotl, basada en relatos sobre jóvenes
homosexuales y trans mexicanos pertenecientes a un entorno pobre y de clase trabajadora,
escritos por una mujer europea de clase media presenta una realidad muy distinta a la cual
nosotros tuvimos la posibilidad de acercamos.
Cabe mencionar que en la conferencia de “
Por lo cual nos preguntamos ¿Qué implica y que posibilita todo esto? ¿de
qué nos está hablando? ¿que nos arrojó el campo en este sentido? ¿Qué relación tienen
estos factores con el activismo?
¿Qué hay dentro de esta isla? Creemos que está formada por organizaciones e
instituciones que tocan temas en torno a la diversidad sexual y estos no sólo mantienen
discursos distintos en torno a ésta en comparación con la mayoría de la población, sino
también brindan un ambiente de aceptación, validación, respeto, apertura, compañía y
apoyo hacia las personas trans, algo que difícilmente encuentran fuera de estos lugares.
Tomando como ejemplo a Jauría Trans que posibilita un lugar de reunión y
atención, en diferentes ámbitos como terapias familiares, de pareja, eventos informativos
y culturales como exposiciones, conciertos entre otros. Abriendo espacios tanto para
personas trans, sus familiares y personas en general sin importar sus preferencias o
identidad de género.
Cabe resaltar que en varias las experiencias (sobre todo en el 3 encuentro TTTrans
que fue al primero al que asistimos y la inauguración de la exposición LGBT +) nos
sentimos incómodos, porque éramos observados, porque éramos “diferentes” a los demás
sin embargo, consideramos que al salir regresamos a nuestras vidas ordinarias donde
formábamos parte del resto, pero esto no sucedía con ellos, allá afuera eran los
“diferentes” pensamos entonces que estos espacios brindan pertenencia, seguridad y
respeto, resultando distintos al exterior.
Lugares, puntos de vista, cuestionamientos que nos hace ser hombres y mujeres y
proceso de transición
Instituciones
De qué formas, a través de qué medios internet
Relaciones de saber y poder que se reacomodan. (Foucault)
¿Qué es lo que se dice de lo trans?
“La incomodidad que nos provoca la diferencia”
Por otra parte, al acércanos a estos colectivos notamos cómo cuestionan las
normatividades entorno a la sexualidad, pero en ocasiones terminan construyendo nuevas,
volviendo a poner etiquetas a las personas y estableciendo nuevos cajones, donde para
pertenecer se debe ser de una manera determinada, creando así “extraños” dentro de los
mismos colectivos (personas que no encajan con estas “nuevas” normatividades).
Notando esto, por ejemplo, en el 3ª encuentro internacional TTTrans, donde una
chica trans que estaba opinando durante una conferencia, fue interrumpida por las
asistentes con comentarios ofensivos como: “tú no eres de nosotras, pero si tú eres un
macho, ya cállenlo, eres hombre, es hombre”, debido a que su apariencia denotaba rasgos
considerados masculinos (tenia barba, pantalones y botas), sin embargo durante esta
discusión la chica mostro su identificación en la que se reconocía su identidad como
mujer.
Es así como también notamos la importancia de los registros que contienen la
identidad de género, como el INE. En una situación donde se cuestiona el género de una
persona esta credencial aporta un sustento legal que atraviesa otras áreas, que apelan a
que se le reconozca como un sujeto de derechos en los diferentes espacios públicos,
permitiéndole insertarse en un lugar social común.

“El mandato de identidad que el Estado requiere para identificar a los
individuos que componen a su población, generando sus propios instrumentos de
control como lo son los documentos de registro e identificación personal (…)
Existe entonces una exigencia desde la instancia legal para reproducir el binarismo
hegemónico desde el cual opera, demanda una corporalidad que se ajuste a las
representaciones hegemónicas de mujer y hombre construidas y naturalizadas en
la modernidad” (Serra, 2018: 89).
La incomodidad que nos provoca la diferencia es visible incluso dentro de estos
grupos, tomando como ejemplo, lo trans no binario
Así mismo, se han creado “prácticas de disciplinamiento de lo trans debido a la
introducción de tecnologías de modificación corporal como las terapias hormonales y las
operaciones de reasignación sexual” (Pons y Garos; 2016; pág.4), que de alguna forma
inciden o intentan normalizar las experiencias trans.
Por momentos su discurso presentaba contradicciones diciendo cosas como que:
“hay mujeres cisgénero que se comportan como hombres, ¿qué mujeres pueden ser ellas?”
parecería que “ser mujer” te lo da el comportamiento o la vestimenta, ¿qué es lo que para
ella representa ser mujer? ¿cómo se construye una? ¿por qué cuestionar a las demás
mujeres sobre su ser?
Beatriz Preciado habla que en la actualidad el aparato de la clínica está siendo
desplazado por lo que ella llama los aparatos fármacopornograficos comercio y los
medios de comunicación
hace años que el discurso médico sabe que no hay dos sexos, que hay una
multiplicidad cromosómica, genética, morfológica etc. pero que en beneficio del gobierno
social y la producción de un cuerpo gobernable debe ser reconducida a la diferencia
sexual
nuevo aparato de verificación de la diferencia sexual que proponía que ya no es
científico y que va a tomar la forma de mercantilización y no es solamente una doctrina
económica sino una forma de producción y reproducción de la vida
que denominara regimen farmacopornografico, este sera efecto del sistema
capitalista actual que en la industria farmacéutica y a pornografia, encontrara los pilares
para la gestión y dominación somatopolítica
Pensamos entonces que lo que podría quedar fuera de esta isla es: una mirada a la
sexualidad como algo peligroso, un pensamiento esencialista en la idea de que el sexo
biológico determina al género siendo esta una esencia del sujeto que no es cuestionable.
El sujeto tomado solo como una máquina reproductiva viva.
· medios de comunicación
· no es que estos elementos antes mencionados estén separados sino que
· quizás un poco del ámbito jurídico.

las diferencias, ¿Qué puede impedir que se vuelvan amargas y divisorias, y que
rompan la base de la acción política conjunta? En una sociedad que estructura y mantiene
antagonismos entre grupos, ¿Qué modelo tenemos para reconocer las diferencias y
trabajar juntos?” (Vance, 1989: 34)
Que a pesar que cuestionan el sistema de género terminan replicando,
reproducción la exclusión o inclusión que se vive fuera de las comunidades, al final
formamos parte de una misma cultura, la educación, la construcción como sujeto,
Nombrar donde lo vimos, (eventos, momentos)
Estaba claro que no era como estar en una iglesia o una escuela donde te dan una
serie de conductas a seguir o reglas que no tienes que romper, consideramos que ese
discurso apela justo a lo contrario, a cuestionar, a vivir, disfrutar, en él caben las
diferencias y de hecho eran esperadas, anheladas, disfrutables.
Nos fue deseable tener una vida asi, un amor libre, una apariencia a elección, una
vida sin discriminación, pero nos preguntamos cómo es que lo viven. ¿su discurso apela
a otro tipo de diferencias, apela a vivir con libertad y respetar las diferencias? nos miraban
raro o era nuestra paranoia, éramos diferentes al resto y eso ¿les importaba? hay cambios
o solo crean nuevos cajones, nuevas formas de vida, nuevas barreras quien pertenece a
esos lugares, ¿por qué son tan exclusivos
El sociólogo y activista Missé (2013) habla de una transexualidad normativa
como una crítica a el modelo de patologización de las experiencias trans ya que hace
referencia a que la medicina a presentado una manera “correcta” de serlo, puesto que para
obtener el diagnóstico de trastorno de la identidad de género hacía falta presentar unas
características muy particulares fijadas en los manuales internacionales de enfermedades;
como haber expresado vivir en el otro género desde la infancia, sentir rechazo hacia las
características sexuales secundarias del propio cuerpo (el pecho, el pelo), hacia los
genitales e, incluso rechazo a tener relaciones sexuales. Lo cual ha llevado a construir una
forma de ser trans aceptable y legítima.
sin embargo, hay que tomar en consideración lo que nosotros experimentamos en
estos espacios, pues al leer nuestros diarios de campo en reiteradas ocasiones escribiremos
nuestra incomodidad al sentirnos rechazados por ser diferentes, por ser heterosexuales y
cisgenero. Esto se vivió en ocasiones como estas:
Por momentos su discurso presentaba contradicciones diciendo cosas como que:
“hay mujeres cisgénero que se comportan como hombres, ¿qué mujeres pueden ser ellas?”
parecería ser que “ser mujer” te lo da el comportamiento o la vestimenta, ¿que es lo que
para ella representa ser mujer? ¿cómo se construye una? ¿por qué cuestionar a las demás
mujeres sobre su ser?
El sociólogo y activista Missé (2013) habla de una transexualidad normativa
como una crítica a el modelo de patologización de las experiencias trans ya que hace
referencia a que la medicina a presentado una manera “correcta” de serlo, puesto que para
obtener el diagnóstico de trastorno de la identidad de género hacía falta presentar unas
características muy particulares fijadas en los manuales internacionales de enfermedades;
como haber expresado vivir en el otro género desde la infancia, sentir rechazo hacia las
características sexuales secundarias del propio cuerpo (el pecho, el pelo), hacia los
genitales e, incluso rechazo a tener relaciones sexuales. Lo cual ha llevado a construir una
forma de ser trans aceptable y legítima.
sin embargo hay que tomar en consideración lo que nosotros experimentamos en
estos espacios, pues al leer nuestros diarios de campo en reiteradas ocasiones escribiremos
nuestra incomodidad al sentirnos rechazados por ser diferentes, por ser heterosexuales y
cisgenero. Esto se vivió en ocasiones como estas:

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