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y en su mitad podrido,
al borde de un camino;
Mi corazón espera
Antonio Machado pasaba largas horas Paseando por lo campos de Soria, afición
que compartía con su esposa, incluso en la etapa en que la enfermedad la postró en
una silla de ruedas. Pero cuando la tuberculosis se apoderó del frágil cuerpo de
Leonor, Machado observaba esa naturaleza tan querida con los ojos de La
imploración. La visión de un olmo Viejo y casi podrido desencadena un paralelismo
entre la decrepitud del árbol y su esposa. Lo estimulante de la imagen radica no en
su lamentable estado del árbol; Son unas hojas verdes – metáfora de vida-, que
con las lluvias de Abril y sol de Mayo (perífrasis de primavera) despiertan en la voz
poética la esperanza de vida que también necesita Leonor. El Hipérbaton que se
produce en la estrofa inicial sitúa al elemento moribundo al Principio del poema: el
olmo es el protagonista porque es el trasunto de su esposa. Así pues, la antítesis
olmo Podrido/hojas verdes (también epíteto) abre una puerta a la esperanza. El
campo Semántico referido a vejez -ya iniciado En el estrofa anterior- se acentúa en
la siguiente mediante una adjetivación que insiste en la proximidad de La muerte :
La antítesis que se produce entre los verbos guardar y habitado del primer terceto,
así como la perífrasis Verbal durativa van trepando y urden, evidencia que , a
pesar de la esperanza que parece buscar el poeta en la gracia de la rama verdecida
del árbol, sin embargo, siente que la muerte del olmo/Leonor es Inminente. Se
produce un proceso de interiorización para descubrir que la situación maltrecha del
árbol no es solo apariencia, también se pudre en su Interior -quizá en consonancia
con el estado de los pulmones de su esposa Leonor.
La silva (o estrambote del soneto) es el anticipo del destino final del olmo. Este
destino último lo presenta el poeta con tres posibilidades, dispuestas de manera
gradual (clímax). Es importante reiterar la importancia de La locución adverbial
antes que encabezando cada uno de los enunciando que, de manera
paralelística,hacen referencia a los diferentes destinos que el poeta ha elegido para
el olmo, a quien se dirige el yo poético (apóstrofe) como si quisiera expresar su
empatía y complicidad . Empleada en cuatro ocasiones – de manera anafórica-
evidencia la importancia que para el yo poético tiene el tiempo que pasa de manera
inexorable, llevándose la vida de los seres queridos. De ahí que se pueda
manifestar sin temor a dudas de que nos encontramos ante el uso del tópico tempus
Fugit si el tiempo vuela, aprovechemos la ocasión.
En primer lugar, será el leñador y el carpintero quienes dirijan los designios del olmo
mediante el campo semántico dispuesto en estructuras bimembres: melena de
campana, lanza de carro o yugo de carreta se hace referencia a los posibles usos
nobles del vegetal. La aliteración de fonemas vibrantes (sonido r) parecen querer
reproducir el sonido de aquellos instrumentos objeto de la metamorfosis del árbol
(campana, carro y carreta) . Puede que el destino del árbol sea algo menos noble:
calentar un humilde hogar. Pero el poeta, trasladando de nuevo el adjetivo rojo/
llama ( hipérbaton) al principio de la secuencia logra acentuar el doloroso destino
que le espera, intensificado mediante las aliteraciones de vocales abiertas (a,e,o).
En tercer Lugar, serán elementos naturales –todos representan una fuerza
arrolladora – los que dirigirán los designios de olmo . Los verbos que rematan el
poema , además de poseer una enorme carga onomatopéyica ( descuaje,
tronche…), simbolizan el acabamiento violento del vegetal objeto de nuestro
poema. La imagen final empleada por el yo poético recuerda la alegoría presente
en algunas de sus coplas de Jorge Manrique para referirse a la vida como Un río
que nos conduce al mar, que es el morir. Todas estas las proposiciones
subordinadas adverbiales que se adelantan al verbo ( hipérbaton) recogen la
voluntad última del yo lírico: anotar la gracia de una rama verdecida en un árbol
moribundo para llevarla al presente poema. A pesar de que en ningún se hace
referencia a una certeza de recuperación del árbol, el poeta necesita guardar la
esperanza de que quizá para su esposa sí se diera esta opción. Por ello, la parte
final del poema se centra en la primera persona de Singular. El corazón del poeta
busca ese milagro de la primavera, metáfora que Junto con el término luz alude
hacia la vida. Así pues, en el poema se ha producido una Identificación entre el olmo
y el corazón del poeta, gracias precisamente al valor que el adverbio también
adquiere en el poema y la gran carga simbólica que aporta .
OTRO COMENTARIO
1. Localización
Antonio Machado nació en Sevilla en 1875, pasó su juventud en
Madrid, y estudió en la Institución Libre de Enseñanza.
Después de una estancia en Parra, estuvo durante cinco años en
Soria como profesor de francés del Instituto. Allí descubrió y
se identificó con el paisaje castellano; allí se casó, y
murió, a los dos años, su esposa Leonor. Pasó después a Baeza,
Segovia y, por fin, Madrid. Al ser derrotado el ejército
republicano, se trasladó a Francia y murió en Colliure, un
pueblecito cercano a la frontera española, en 1939.Campos de
Castilla (1912) significa el encuentro con Castilla, con el
paisaje de sus tierras altas donde proyectará su estado de
ánimo y encontrará la expresión de la realidad nacional e
histórica de España. Hay también en este libro nostálgicos
recuerdos personales, reflexión sobre los grandes temas de la
existencia humana, preocupación patriótica en actitud crítica,
pero todo está visto con una mayor objetividad. Por último,
hay que notar la ampliación al paisaje andaluz y los elogios a
diversos escritores contemporáneos: Rubén Darío, J.R. Jiménez,
Unamuno, Azorín, etc.
2.-Métrica
Este poema está formado por treinta versos de arte mayor y
menor, ya que son de once y siete sílabas (endecasílabos y
heptasílabos) pero sin seguir ninguna regla aparentemente. Sin
embargo, al tratarse de una combinación de versos de 7 y de 11
que riman a gusto del poeta, estamos ante una silva, modelo
estrófico clásico que admite incluso la posibilidad de que
algún verso quede suelto, como ocurre en este poema.La rima es
consonante, menos en el verso vigésimo cuarto, que es un verso
suelto, no rima.
Es encadenada menos en los versos 13 y 14, 15 y 16 y 21 y 22,
en los que es abrazada.Se producen encabalgamientos entre los
versos 5 y 6, 16 y 17, 24 y 25, 28 y 29.
3.-Argumento
4.-Tema.
Descripción sensible y patética de un viejo olmo, del cual
resurge la vida gracias a la primavera.
5. Estructura
“…en la colina
que lame el Duero!…”
Campos de castilla
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Y no cabe pensar que Machado dejará este único verso sin rima por un
involuntario descuido. Precisamente uno de los pocos versos del poema que él
corrigió de la primera a la segunda y definitiva versión fue éste, de tal forma
que no es posible dudar de su intención de dejarlo sin el enlace armónico de la
rima.
El mar, símbolo de la disolución de la vida en las revueltas aguas del
Gran Cero, fue imagen muy querida siempre por Machado. Ya desde las
páginas del primer Campos de Castilla la encontramos al preguntarse por la
muerte: "¿Morir? ¿Caer como gota / de mar en el mar inmenso?" La pregunta
se vuelve, ahora con temor, hacia la persona amada: ¿Se perdería Leonor,
recién entrada en la juventud, como otra gota de mar en el mar?
El signo métrico se hace patente ahí, desde la materialidad del verso,
con una "luz sesgada" que nos aporta un conocimiento nuevo.
ALEJANDRO DUQUE AMUSCO. Poeta y editor de poesía. De entre su breve producción como poeta señalaremos:
Donde rompe la noche (1994) y A la ilusión final (2008); como editor se ha ocupado de las obras completas de Vicente
Aleixandre en dos volúmenes (Poesías completas, 2001, 2005², y Prosas completas, 2002). Indagador del "signo
métrico" ha publicado diversos estudios, entre otros: "Ámbito, de V. Aleixandre, como signo métrico", Cuadernos
Hispanoamericanos, 466, 1989, y "El ojo de la aguja, de C. Bousoño: Un nuevo caso de signo métrico", Centro de las
Letras Españolas, 1995.