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LECCIÓN 1
DIOS CREÓ
(Lea el versículo junto con los niños). Nadie vio a Dios hacer el mundo. Pero Dios dice
que lo hizo, así que lo creemos. Creemos que cuando Dios habló, las cosas sucedieron como
El lo dijo.
Las cosas que se ven no fueron hechas de cosas que podían verse. Dios creó las cosas de
la nada. La Biblia dice que El colgó la tierra sobre nada (Job 26:7), y la mantiene ahí
suspendida (Colosenses 1:17 y Hebreos 1:3).
(Enseñe el texto para memorizar al terminar la lección Bíblica).
CANTOS: “La Biblia” No. 1; “Fe Es Creer en Dios” No. 2; “A La Trinidad” No. 3
AYUDAS VISUALES: Use las figuras (círculos) 1 – 7. Para el círculo 6 recorte de papel
común y corriente un pedazo lo suficientemente grande para cubrir la figura del hombre.
Tenga la figura del hombre cubierta mientras habla de la creación de los animales y quite el
papel cuando hable de la creación del hombre. Pegue un papel negro en un papel blanco y
recorte un círculo del mismo tamaño de los otros círculos usados en esta lección. Use un
maní con cáscara para la lección objetiva.
LECCIÓN:
Hay siempre algo emocionante en todo lo que se comienza. Tú comienzas un nuevo grado
en la escuela. Tu papá comienza un nuevo trabajo. Tu mamá comienza a hacer un vestido
nuevo. Mira a tu derredor y piensa que todo lo que tú ves tuvo un comienzo. (Maestro,
puede hacer la ilustración tomando uno o dos objetos de los que están a su derredor. La
mesa está hecha de madera, la madera del árbol, el árbol de la semilla, la semilla de otro
árbol, etc.)
Supongan que yo le digo que conozco a alguien que no tuvo principio. Esto es difícil de
creer. ¿Verdad? Las primeras cinco palabras en la Biblia nos dicen: “En el principio creó
Dios...” (Gén. 1:1). Dios era en el principio. Antes de que cualquier cosa tuviera un
principio Dios era (Salmo 90:2). Dios siempre fue.
Dirás que no entiendes cómo Dios existió siempre. Yo tampoco lo comprendo. Nadie
puede realmente entenderlo. La Biblia ni siquiera trata de explicarlo. Sólo nos dice que Dios
era en el principio.
¿Puedes creer en algo aunque no tengas pruebas? Hay muchas cosas que la Biblia dice
acerca de Dios que tú y yo no podemos comprender. Pero Dios nos pide que las creamos de
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todos modos. La palabra que Dios usa para esto es “fe”. Así que, aunque no podemos
comprender, creemos lo que Dios dice.
(Maestro, sin que los niños se den cuenta, tome un su mano un maní (en cascara) y cierre
el puño. Muestre su puño cerrado.)
Tengo algo en mi mano. ¿Creen ustedes esto? Esto no es difícil de creer. Tengo algo en
mi mano que ustedes no han visto. Eso tampoco no es difícil de creer, ¿verdad? Pero si yo
les digo que tengo en mi mano una cosa que nunca he visto, ¿creen esto? Me doy cuenta de
que ustedes empiezan a dudar de mis palabras.
¿Están dispuestos a tener fe en mis palabras? En un momento les voy a mostrar lo que
tengo en mi mano, después nadie lo volverá a ver jamás. ¡Creen esto? (Muestre el maní).
Nadie ha visto lo que hay dentro de este maní. (Rompe el cáscara y muestre el maní). Ahora
lo están viendo. (Cómase el maní). Ahora nadie lo volverá a ver.
Algunos de ustedes me creyeron porque estaban seguros de que no les mentiría. Tenían fe
en mis palabras, aunque no tenían prueba alguna de que eran ciertas.
Así que, aunque no podemos probar que Dios no tuvo principio, lo creemos porque la
Biblia, la Palabra de Dios, así lo dice.
Vamos a estudiar el primer libro de la Biblia. A este libro se le llama Génesis.
(Muéstrelo). Génesis significa en el “principio”. Génesis nos cuenta del principio del
mundo.
¿Cuando fue este principio? No lo sabemos. Sólo sabemos que fue hace muchísimo
tiempo. Crear significa “hacer”. Dios hizo el cielo y la tierra de la nada. El cielo y la tierra
no siempre existieron. En la Biblia aprendemos que dios los creó. (Maestro, señale
Génesis 1 en su Biblia.).
“La tierra estaba desordenada y vacía y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo.”
(Génesis 1:2). Había tinieblas por todas partes. (Use el círculo negro).
Como Dios es perfecto, El había planeado una tierra perfecta. Así que Dios dijo: “Sea la
luz” y hubo luz. (Voltee el círculo al lado blanco). La nueva creación había dado principio.
Entonces “separó Dios la luz de las tinieblas. Y llamó Dios a la luz Día, y a las tinieblas
llamó Noche”. (Guarde el círculo blanco y coloque el círculo 1).
“Y fue la tarde y la mañana un día.”
“Luego dijo Dios: Haya expansión en medio de las aguas”. (Gén. 1:6). Y fue creado el
cielo, dividiendo las aguas de las nubes de las aguas de abajo. (Coloque el círculo 2).
“Y fue la tarde y la mañana del segundo día.
“Dijo también Dios: Júntense las aguas que están debajo de los cielos en un lugar, y
descúbrase lo seco” (Gén. 1:9). Y sucedió tal como Dios lo dijo. Dios llamó a lo seco Tierra
y a las aguas Mares. Después dijo Dios: Produzca la tierra plantas y árboles”. Y sucedió tal
como El dijo. (Coloque el círculo 3).
Dijo Dios que las plantas deberían tener semillas para que otras plantas y árboles pudieran
crecer de ellas. Dios lo dijo así: “según su género”. Esto significa que si siembras una
semilla de manzana, crecerá una manzana, no un durazno o un naranjo. Si siembras maíz,
crecerá maíz y no zanahorias. Nadie puede comprender cómo comenzaron todas estas cosas.
Sólo creemos, tenemos fe, que sucedieron como Dios dijo.
Y fue la tarde y la mañana del tercer día.
“Dijo luego Dios: Haya lumbreras (luces) en el cielo para separar el día de la noche; y
sirvan de señales para las estaciones, para días y años” (Gén. 1:14). Así que el sol empezó a
brillar. Sabemos que el sol es una gran bola de fuego. La luna brilló en la noche. (Coloque
el círculo 4).
Sabemos también que la luna no tiene luz propia. Los hombres han estado en la luna, han
caminado sobre ella. Es un lugar frío, rocoso y muerto; pero refleja la luz del sol. Brilla con
esa luz y alumbra por las noches al mundo obscuro.
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Pero Dios hizo aún más. La Biblia nos dice: “hizo también las estrellas”. Y fue la tarde y
la mañana del cuarto día.
¡Qué Dios tan grande y poderoso tenemos! Puede crear billones de estrellas y galaxias,
colocándolas en el lugar exacto. Y han permanecido ahí por miles de años. (Isaías 40:26). Y
aún ahora cada estrella está en el lugar y en el tiempo preciso.
Ustedes habrán oído decir que la tierra, el sol, la luna y las estrellas (el universo) se
formaron solos. Algunos dicen que había muchos gases y que hubo una explosión y que de
esa manera empezó la formación del universo. Si eso fuera verdad, ¿cómo puede ser que el
sol y la luna se encuentren a la distancia precisa de la tierra para que el hombre pueda vivir?
¿Cómo puede ser que las estrellas nunca se salgan de su órbita y choquen unas con otras?
Marte, Júpiter, Saturno y los otros planetas tienen una ruta tan perfecta, que las personas que
estudian los planetas y las estrellas saben con años de anticipación exactamente dónde y
cuándo se podrán ver en el cielo. ¿Cómo podría una explosión hacer que todos los astros se
colocaran en el lugar exacto?
Supongan que ponen en una bolsa de papel docenas y docenas de pequeñas piezas
utilizadas para hacer un reloj. (Maestro, puede hacer esta ilustración usando un reloj viejo
desmontado o un juguete desarmado). Entonces agitan la bolsa. ¿Creen ustedes que las
piezas se juntarían solas para hacer el reloj? Claro que no. Que tontería pensar que alguna
vez hubo una gran explosión que hizo que todas las estrellas y planetas giraran en el espacio
hasta que finalmente cada estrella y cada planeta llegaron al lugar preciso, ahí se quedó y
desde entonces todo el universo ha funcionado con toda perfección.
¿Saben por qué mucha gente quiere creer esto? Porque dudan de Dios, no quieren creer en
la Palabra de Dios. Ellos dudan de Dios y no aceptan por fe lo que Dios dice. Quieren
razonar sobre estas cosas por ellos mismos, sin tomar en cuenta a Dios. La Biblia dice que
ellos se creen sabios pero realmente son necios. (Romanos 1:22) y también dice: “Dice el
necio en su corazón: No hay Dios” (Salmo 14:1). No querer creer en Dios es pecado; el
pecado nos separa a ti y a mí de Dios que es santo y perfecto. La Biblia dice: “ Sin fe es
imposible agradar a Dios” (Hebreos 11:6). El no agradar a Dios es pecado. Tú puedes
decir: “Yo creo en Dios; siempre he creído en El”. Esto es bueno, pero no significa que tú
siempre has agradado a Dios. No significa que tú no hayas pecado. La Biblia dice que Dios
miró desde los cielos para ver si había alguien que buscara a Dios. ¿Qué fue lo que vio?
¡Escuchen! Todos se han desviado, se han ido por otro camino. Nadie es bueno como Dios
es bueno. ¡Nadie! (Salmo 14:2-3).
Pero cuando creemos en Dios...cuando tenemos fe en El...y nos damos cuenta de lo
poderoso que es El; no es difícil creer que El creó los cielos y la tierra tal como lo dice la
Biblia.
Después del cuarto día Dios habló otra vez: “Produzcan las aguas seres vivientes, y aves
que vuelen sobre la tierra”(Gen. 1:20). (Coloque el círculo 5).
Y Dios creó las enormes ballenas y los pequeños pececillos dorados y peces de todos los
tamaños. Creó las grandes águilas, las gaviotas, los pequeños colibríes y aves de todos los
tamaños. Y les dijo que tuvieran pececitos y pajaritos para llenar las aguas de los mares de
peces y los cielos de aves. El dijo que cada pez y cada ave tendrán pececitos y pajaritos
según su especie. Y fue la tarde y la mañana del quinto día.
Dios habló otra vez. “Produzca la tierra seres vivientes...” (Coloque el círculo 6 con un
pedazo de papel cubriendo al hombre).
Y Dios creó los animales. El creó el ganado; vacas, ovejas, caballos y cabras. El creó
gatos y perros también. Creó animales que se arrastran como lagartijas, caracoles, gusanos y
arañas. Creó las bestias: elefantes, leones, jirafas y monos.
La tierra era muy hermosa. Los animales, las aves, los peces, las plantas, los
árboles...todo era perfecto. Dios escogió un lugar en la hermosa tierra para plantar un huerto.
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Lo llamó el huerto de Edén y era probablemente el lugar más bello de toda la tierra. Al ver
Dios aquel huerto se sintió muy complacido. Pero Dios no estaba satisfecho con las cosas
como estaban; porque aún no había acabado su creación. Así que Dios habló nuevamente:
“Hagamos al hombre”.
¿Por qué dijo Dios: “Hagamos al hombre”? ¿Por qué no dijo: “Haré al hombre”? La
Biblia nos muestra a Dios como una Trinidad. La palabra Trinidad significa tres personas en
una. La Biblia nos enseña que Dios es Padre, Hijo y Espíritu Santo. Conocemos a Dios el
Hijo como el Señor Jesús. El existía en el principio. El estuvo presente en la creación y
tomó parte en todo lo que fue creado. La Biblia dice: “...Y sin El (el Señor Jesús) nada de lo
que ha sido hecho, fue hecho” (Juan 1:3). El Espíritu Santo estaba presente en la creación
también. La Biblia dice de El: “El Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas”
(Gén. 1:2). Así que cuando leemos: “Hagamos al hombre” sabemos que esto significa que
Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo, juntos iban a hacer al hombre.
“Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza...”, dijo Dios. Esto
significa que el hombre es superior a los animales. Dios piensa, planea y trabaja. El hombre
puede hacer estas cosas también. El hombre puede planear y hacer cosas que nunca antes han
sido hechas. Pero no puede crear como Dios lo hizo, ¡ya que Dios creó al mundo de la nada!
El hombre no puede hacer algo de la nada; pero puede hacer y construir cosas nuevas,
utilizando los materiales que Dios le ha dado. Ningún animal puede hacer esto.
Escuchen lo que dice la Palabra de Dios. “Entonces Jehová Dios formó al hombre del
polvo de la tierra”. Dios puso un cuidado muy especial al crear al hombre. No solamente
habló, como lo había hecho con el resto de la creación. Con el polvo de la tierra Dios moldeó
la figura del hombre, “y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente”
(Gén. 2:7). (En el círculo 6 quite el papel que cubría al hombre.)
Este hombre que Dios hizo era un adulto completamente formado; podía pensar, planear y
hacer cosas que los animales no podían hacer.
El aliento de Dios hizo al hombre un ser humano cuya vida nunca tendría fin, que tiene
vida eterna. El cuerpo del hombre muere, pero su alma nunca muere. El alma del hombre es
su verdadero “yo”. El alma es la parte tuya que puede sentirse feliz o triste, que puede amar
u odiar. El verdadero “yo” le puede decir a tu cuerpo qué hacer y hasta le puede decir a tu
mente qué pensar. El verdadero “yo” nunca muere. El verdadero “yo” también puede
conocer a Dios. Porque Dios le dio al hombre aliento de vida, el hombre puede amar y adorar
a Dios.
Pero no todos los hombres, mujeres y niños creen en Dios y lo adoran. El pecado separa
el hombre de Dios. Todos hemos pecado. Algo se debe hacer con el pecado antes de que el
hombre pueda amar y adorar a Dios. Y Dios hizo algo; El lo hizo porque amó al hombre; El
lo hizo porque te ama a ti.
Dios quería que el hombre le amara, le adorara y hablara con El. Y Dios quién amó al
hombre proporcionó el medio para que el pecado pudiera ser perdonado. Dios el Hijo, el
Señor Jesús, quien nunca pecó, fue el medio por el cual el pecado puede ser perdonado. Dios
dijo que el pecado tenía que ser castigado. El castigo por el pecado era la muerte. El Hijo
perfecto de Dios recibió ese castigo al morir en la cruz. La Biblia dice: “Cristo murió por
nuestros pecados” (1 Corintios 15:3). El dio su sangre por nuestros pecados porque la Biblia
dice: “Sin derramamiento de sangre no hay perdón de pecados (Hebreos 9:22). Después que
el Señor Jesús recibió el castigo, fue sepultado. Tres días después resucitó de la tumba, se
levantó de los muertos y ahora vive en el cielo. Así que puede perdonar tus pecados.
Cuando reconoces que has hecho cosas malas, estás de acuerdo con Dios en que has
pecado. Entonces estás listo para confiar en El, para tener fe en El para el perdón de tus
pecados. Le puedes decir que tú sabes que has pecado y que crees que el Señor Jesús murió
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en la cruz para perdonar tus pecados. Entonces tú puedes amar y adorar a Dios del modo que
El quiere.
Si crees que Dios puede perdonar tus pecados, tienes fe en la Palabra de Dios. La fe viene
por oír lo que dice la Palabra de Dios. (Romanos 10:17).
La Palabra de Dios nos dice cómo fue creado el hombre. Creemos que la Palabra de Dios
es verdad. Dios estaba contento con el hombre que había creado y lo puso en el hermoso
huerto del Edén. La Biblia dice que Dios miró lo que había hecho y vio que todo era bueno
(Gén. 1:31). Y fue la tarde y la mañana del sexto día.
El séptimo día el Señor descansó. (Coloque el círculo 7). El no descansó porque
estuviera cansado de la obra que había realizado. Dios no se cansa ni se fatiga. Dios
descansó porque estaba satisfecho de su obra. Todo era enteramente nuevo.
¿Es difícil creer la historia de la creación? Algunas personas piensan que sí, pero en
realidad no lo es cuando conocemos cómo es Dios. Cuando creemos en lo que la Biblia dice
de su poder y sabiduría, podemos saber que todas estas cosas son verdad.
Yo estoy contento de confiar mi vida a Dios que me creó. ¿Y tú? (Maestro, guíe en una
oración animando a los niños inconversos a que acepten al Señor hoy. Al aconsejar a
aquellos niños que aceptaron a Cristo, déles la seguridad de que han sido salvos, utilizando
textos de la Biblia. Muéstreles lo que Dios dice para que puedan tener fe en que sus pecados
han sido perdonados y que tienen vida eterna).
¡OJO!
Escoge de las siguientes páginas las actividades apropiadas para su clase. Haga copias de
estas para cada alumno. No tires las hojas de este libro. Las hojas son sus copias
permanentes y deben mantenerse juntas con el libro.
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LECCIÓN 2
Si tú has aceptado al Señor Jesús, El te ha dado una vida nueva. ¿Me puedes decir alguna
forma en que tu nueva vida se demostró la semana pasada? Nuestro versículo nos explica
cómo Dios hizo posible que nosotros tuviéramos una nueva vida.
Al enseñar este versículo asegúrese que los alumnos sepan a quien se refieren las palabras:
a Dios. Escriba las palabras “Dios Padre” y “Jesús” en unos círculos. Los niños pueden
mostrar estos círculos en el momento indicado mientras se explica y enseña el versículo. Se
necesitarán un círculo con la palabra “Dios” y tres más con la palabra “Jesús”.
¿De quién habla el versículo? De Dios, de su Hijo el Señor Jesús y de nosotros. Una
palabra importante en el versículo es “pecado”. ¿Quién ha pecado? (Nosotros). ¿Quién no
ha pecado? (Dios y Jesús). ¿A quién se refiere el versículo cuando dice: “al que no conoció
pecado”? (Jesús). ¿Qué significa “justicia”? (Justo como Dios es justo). Alguien que era
perfectamente bueno tuvo que tomar nuestra maldad y hacernos justos como El. El Señor
Jesús hizo eso por nosotros. Dios el Padre dio a su Hijo Jesús para que fuese hecho pecado
por nosotros. El Señor Jesús voluntariamente tomó nuestro pecado aunque El nunca había
pecado. El tomó nuestro pecado cuando dio su sangre y murió en la cruz. La muerte era el
castigo por nuestros pecados. Cuando creemos que el Señor Jesucristo murió por nosotros y
le recibimos como nuestro Salvador, El no solamente perdona nuestros pecados sino que nos
da su justicia y su santidad; así que Dios nos ve perfectamente buenos por el Señor Jesús.
AYUDAS VISUALES: Use las hojas visuales # 1 – 8 que encuentra al final de la lección.
Para la aplicación use un cuadro negro de 5 x 5 cms. Para representar el pecado. Y dos
rectángulos rojos de 4 x 7 cms. Para representar a Dios y al hombre y un tercer rectángulo de
20 x 4 cms. Que completará la cruz. (Los niños mayores pueden hacer su propia cruz, para
usarla al contar la historia a otros). Utilice también la figura de una tumba abierta y Cristo
resucitado. Coloque estas figuras sobre un trozo liso de franela de aproximadamente 30 x 22
cms. El cual colocará en una esquina del fondo exterior.
Como juego de repaso puede usar el de Concentración Bíblica. Corte de cartoncillo del
mismo color 16 siluetas de una Biblia abierta. Pegue franela atrás de las siluetas para que se
adhieran al franelógrafo, dejando el centro descubierto. También se puede jugar utilizando un
tarjetero en lugar del franelógrafo. Dé las respuestas a las preguntas para el repaso, escoja
una palabra “clave” y escríbala en dos diferentes siluetas del lado de la franela. Ejemplos
costilla, serpiente, Satanás, muerte, etc. Revuelva las siluetas (de modo que no queden juntas
palabras iguales) y del lado sin franela numere las siluetas del 1 al 16.
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CANTOS SUGERIDOS: “Fe Es Creer en Dios”, No. 2; “A La Trinidad” No. 3
Y “Al Que No Conoció Pecado” No. 4
LECCIÓN:
¿Te gusta salir con tus papás? A Timoteo y a su papá les gustaba ir de excursión juntos.
El papá de Timoteo le había enseñado a esforzarse para ser vencedor. Como vivían cerca de
las montañas, algunas veces escalaban juntos por el simple hecho de vencer a la montaña. Un
sábado decidieron subir una montaña que nunca habían escalado. Era una montaña muy
difícil de escalar.
“¿Crees que podamos vencer esta montaña, Timoteo?” preguntó su papá.
“Parece difícil”, respondió Timoteo, “pero creo que podemos lograrlo. Tratemos”.
La primera parte del ascenso no fue difícil, pero al llegar a la parte en que la montaña era
más empinada, el papá de Timoteo se adelantó y para Timoteo era difícil ir al mismo paso.
Cuando el padre llamó a Timoteo y éste vio hasta donde estaba su papá, estaba seguro de no
poderlo alcanzar.
“No puedo, papá”, le gritó.
“Trata”, le dijo su papá, “usa toda tu fuerza”.
Timoteo trató. “No puedo hacerlo”, le volvió a gritar.
No estás usando toda tu fuerza”, fue la repuesta del padre. Timoteo estaba confundido.
¿Por qué decía su papá eso? ¿Acaso no podía ver que estaba tratando con todas sus fuerzas?
“Pero, es que estoy usando todas mis fuerzas”, le gritó.
Su papá se río. “No”, le dijo, “no lo estás haciendo. Mientras estoy aquí, estoy para
ayudarte. Coge la soga. Cuenta con mi fuerza para ayudarte a ser un vencedor.”.
Timoteo cogió la soga. Su papá lo jaló y valiéndose de la fuerza de su papá. Timoteo
pronto estuvo a su lado. Ahora Timoteo también se río. “Gracias, papá”, dijo, “por ayudarme
a vencer”.
(Muestre el cuadro 1)
Dios creó los cielos y la tierra en seis días. Como hemos estudiado, en el sexto día, Dios
creó los animales y el primer hombre. Adán, el hombre creado por Dios, tenía todos los
medios para ser un vencedor desde el principio. Estaba rodeado de una creación perfecta.
Luego Dios hizo la primera mujer, Eva, y colocó a Adán y a Eva en un hermoso jardín
llamado el Huerto del Edén. Juntos cuidaban el hermoso jardín. Jugaban con los animales y
pasaban momentos maravillosamente felices allí. Disfrutaban especialmente cada tarde
cuando Dios venía a caminar con ellos por el jardín. Dios les dijo que podían comer de
cualquier árbol en el jardín excepto uno, el árbol del conocimiento del bien y del mal. Dios
les dijo que el día que comiesen de su fruto, morirían. Pero Adán y Eva disfrutaban tanto del
resto de los árboles en el jardín que nunca pensarían en comer del árbol del conocimiento del
bien y del mal. Hasta que un día Satanás (el enemigo de Dios) pensó, “Voy a hacer que Adán
y Eva desobedezcan a Dios. Les voy a hacer comer del fruto prohibido, del árbol del
conocimiento del bien y del mal. Voy a hacer que me obedezcan a mi antes que a Dios.
(Muestre el cuadro 2)
Satanás es muy poderoso, y tuvo el poder de entrar en el cuerpo de una serpiente del
jardín, y darle la habilidad de hablar. La serpiente vino a Eva y le dijo, “Eva, ¿has comido
alguna vez de aquel árbol que Dios te dijo que no comieses?”
Eva respondió: “Oh, no, comemos de todos los otros árboles del jardín, pero no de ese.
Dios dijo que el día que comiésemos de él moriríamos. No, nunca comimos de ese árbol.
“Oh, de cierto te digo que no morirán,” dijo Satanás a través de la serpiente. “Dios sabe
que si comen de esa fruta, serán tan sabios como El. Y esta es la razón por la cual Dios les
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dijo que no comiesen de ese árbol. ¿Por qué no lo pruebas? ¿No se ve bueno? Tendría gusto
muy rico, estoy segura”.
Y Eva creyó a Satanás y comió del fruto prohibido.
(Muestre el cuadro 3)
Cuando Adán llegó, él también tomó del fruto prohibido y lo comió. ¿Era una manzana el
fruto prohibido? No. ¿Eran uvas? No. No sabemos que fruta era porque la Biblia no nos lo
dice. No se trata de algún fruto que tenemos en nuestros días. Es un fruto especial de ese
árbol especial.
Ahora Adán y Eva habían ambos desobedecido a Dios por primera vez. Y por primera vez
habían hecho algo incorrecto. Habían pecado. La serpiente no les había dicho la verdad;
ellos no eran tan sabios como Dios después de haber comido del fruto prohibido.
Comenzaron a sentirse culpables y avergonzados. Antes de éste, Adán y Eva no necesitaban
vestir ropas, porque estaban vestidos en la justicia y bondad de Dios; pero ahora, desde que
habían desobedecido, no estaban más vestidos con la justicia de Dios y se sentían
avergonzados. Querían cubrir sus cuerpos y esconderse.
(Muestre el cuadro 4)
La Biblia dice que se dieron cuenta de que estaban desnudos y ahora estaban
avergonzados. Así que cosieron hojas de higuera para hacerse delantales para cubrir sus
cuerpos. Ustedes podrán decir que ellos no murieron. Pero si murieron. Sus cuerpos no
murieron inmediatamente, pero el espíritu de ellos murió. Antes de esto, ellos se gozaban de
hablar con Dios. (Coloque los rectángulos de papel rojo que representan a Dios y al
hombre). Los momentos más felices para Adán y Eva habían sido cuando Dios les hablaba y
ellos hablaban con Dios. Habían disfrutado del compañerismo de Dios. Ahora no querían
que Dios los viera porque su espíritu había muerto. Muerte significa “separación”. El
pecado separó al espíritu del hombre de Dios. (Coloque el cuadro que representa el pecado
entre los rectángulos rojos).
Desde aquel día cada persona que nace en este mundo, nace con su espíritu separado de
Dios por el pecado. Por eso el Señor tuvo que morir por nuestros pecados. La Biblia dice
que aquellos que no han recibido al Señor Jesús están “muertos en sus pecados” (Efe. 2:1).
(Coloque el otro rectángulo para formar la cruz). Cuando tú confías en El como tu Salvador,
El da vida a tu espíritu. Ya no estás separado de Dios por tus pecados, porque tus pecados
han sido perdonados. Tú espíritu está vivo y puedes orar, amar y adorar a Dios.
(Muestre el cuadro 5)
Adán y Eva estaban, parados, vestidos con las hojas de higuera, con las cabezas inclinadas
y sintiéndose muy culpables delante de Dios.
Dios habló: “Adán y Eva, han hecho lo que yo les dije que no hicieran. Por lo tanto,
tendrán que soportar el castigo. Porque la serpiente fue utilizada por Satanás para engañarles,
se arrastrará sobre su pecho, comerá del polvo de la tierra, y será odiada y despreciada más
que todos los animales. (Este es el motivo por el cual las serpientes son odiadas por todos).
Eva: Tendrás sufrimiento y enfermedades y un día tu cuerpo morirá. Adán: Maldeciré la
tierra de modo que produzca espinos y cardos. Tendrás que trabajar duro por el resto de tus
días para comer, y un día tu cuerpo morirá. Adán y Eva, ambos tendrán que abandonar este
hermoso jardín, ya no podrán vivir aquí. No volveré al jardín a hablar y caminar con
ustedes.”
Por supuesto, Dios todavía amaba a Adán y Eva tanto como siempre lo había hecho, pero
no le gustó lo que habían hecho porque Dios odia el pecado. Y mientras los veía parados,
cubiertos con hojas de higuera para tapar su vergüenza, hizo algo muy especial......
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(Muestre el cuadro 6)
Dios tomó un animal del jardín, probablemente un cordero y lo mató. La sangre fue
derramada sobre la tierra. ¿Había el cordero hecho algo malo? Claro que no. Adán y Eva
fueron los que habían hecho lo malo; pero Dios tomó el animal, derramó su sangre, luego
tomó su piel, y les hizo ropa a Adán y Eva. Este animal dio su vida para cubrir la vergüenza
de la desobediencia de ellos. Esto nos recuerda lo que Jesús, llamado el cordero de Dios,
hizo por nosotros. Porque el derramó Su sangre en la cruz para cubrir nuestros pecados, es
que podemos ser perdonados por Dios si creemos en El.
(Muestre el cuadro 7)
Tristes y con un corazón destrozado, Adán y Eva abandonaron el hermoso jardín del Edén.
¡Cómo deseaban nunca haber pecado! Miraban hacía atrás con ansias.
Pero mientras abandonaban el jardín, Dios les dio una palabra de esperanza, una promesa
de que un día vendría alguien quien derrotaría a Satanás (Génesis 3:15) y quien (como el
cordero) tomaría el castigo eterno por los pecados.
Así que Adán y Eva salieron del jardín. Salieron y tuvieron que trabajar mucho para
lograr que creciera la siembra, a causa de la maldición que Dios había puesto sobre la tierra.
Tuvieron penas, sufrimientos y dolor; y finalmente murieron. Hoy día todavía tenemos dolor
y muerte en el mundo porque todos somos descendientes de Adán y Eva. Nacemos con
corazones que desobedecen a Dios. Pero Dios todavía nos ama a pesar de que seamos malos.
El quiere que cuando muramos, vayamos al cielo a vivir con El eternamente. El desea tanto
que vayamos a vivir con El, que hizo posible un camino para que lleguemos al cielo a pesar
de que somos pecadores.
(Muestre el cuadro 8)
El cordero que murió para cubrir la vergüenza del pecado de Adán y Eva señala a través
de los años a la cruz del Calvario donde Jesús murió, el Cordero de Dios, para quitar el
pecado de todos aquellos que creen en El. Cuando le decimos a Dios que realmente estamos
arrepentidos de las cosas malas que hacemos, y que creemos que Jesús es el Cordero de Dios
que murió por nuestros pecados, y que queremos que entre en nuestro corazón, Dios nos
promete que nos perdona y que entra en nuestro corazón.
El animal fue matado y los vestidos hechos. Esta era una enseñanza que muestra la única
manera en que el pecado de Adán y Eva podía ser perdonado. Después de este primer
pecado, Dios mostró que el perdón era sólo a través de la sangre. Es lo mismo hoy en día,
recibimos el perdón través de la preciosa sangre de Cristo. Jesucristo dio su sangre preciosa
por nuestros pecados cuando murió en la cruz. Esa era la única manera en que tú y yo
podíamos ser perdonados (2 Corintios 5:21).
INVITACÍON:
Hoy, estás muerto en pecado o vivo para Dios. La Biblia dice: “El que...cree...ha pasado
de muerte a vida” (Juan 5:24). Reconoce que has pecado, cree que el Señor Jesús, el Hijo
perfecto de Dios, murió por tus pecados y resucitó. Cree que cuando le pidas que perdone tus
pecados, El lo hará y que el Señor entrará en tu corazón y en tu vida. Esto es lo que significa
creer y recibir al Señor. Si nunca antes has hecho esto, ¿lo harás hoy? (Maestro, dé
oportunidad para que los niños respondan a la invitación).
Si has recibido al Señor Jesús como tu Salvador, necesitas confiar en El para vencer a
Satanás. Pídele que te dé el poder que necesitas para decirle “no”. Hazte un distintivo que
diga “VENCEDOR”, algo así como esto. (Maestro, enséñeles un modelo). Ponlo en un lugar
donde puedas verlo. Si has sido “vencedor” ese día deja el distintivo en donde puedas verlo.
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Si no le dijiste “no” a Satanás, voltea el distintivo y confía que Dios te ayudará a escoger su
camino. Este distintivo de vencedor te puede ayudar a recordar que debes confiar en Dios y
pedirle que te dé poder para vencer a Satanás.
(Termine su clase con una oración pidiendo que los niños salvos permitan que Dios les
ayude a vencer a Satanás).
¡OJO!
Escoge de las siguientes páginas las actividades apropiadas para su clase. Haga copias de
estas para cada alumno. No tires las hojas de este libro. Las hojas son sus copias
permanentes y deben mantenerse juntas con el libro.
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LECCIÓN 3
ENSEÑANZA PRINCIPAL: Lo que tú quieres hacer, puede no ser lo que Dios quiera
que hagas.
Hay dos palabras difíciles de entender en este versículo. ¿Cuáles son? La primera es
“derramamiento”. “Derramamiento de sangre” significa que salga sangre. Decimos que el
agua se derrama. La segunda palabra difícil de entender es “remisión”. Significa
perdón...perdón de nuestros pecados. Dios dice que no hay perdón de pecados sin
derramamiento de sangre. El Señor Jesús murió en la cruz, dando su sangre para que tus
pecados pudieran ser perdonados. Antes d e que el Señor Jesús muriera, se sacrificaban
animales por el pecado. El animal sacrificado le recordaba a la gente la promesa de que un
Salvador vendría a quitar su pecado.
AYUDAS VISUALES: Use los cuadros 1 – 6; el cuadro “La primera Familia”; y los
cuadros 6 y 7 de la lección anterior para contar la historia. Para la aplicación, en una pizarra
o una hoja grande de papel haga una lista de las cosas que Dios quiere que hagamos, o sea,
sus mandatos o reglas. Por ejemplo: Obedecer a tus padres; ser buenos unos con otros; no
hablar mal de otro; no robar; no mentir; etc.
Para el repaso de la historia, siga las instrucciones en la hoja marcada “Repaso de Caín y
Abel. Maestro, puede usar esta hoja como juegos individuales, haciendo varias copias para
su clase o puede ampliar la hoja y usarla como una actividad para toda la clase.
LECCIÓN:
(Maestro, escoja un juego conocido por los niños. Proponga una situación imaginaria en
la que alguien rehusa seguir las reglas del juego diciendo que “tiene otras reglas que son
mejores que las reglas del juego”. ¿Por qué no aceptaríamos las reglas de esta persona?
Porque hay reglas establecidas que deben seguirse si el juego se ha de jugar correctamente.
Lo siguiente es una ilustración).
Guillermo estaba enojado. Había bateado la pelota hasta el fondo del campo y estaba
seguro de poder hacer una carrera. Se barrió para alcanzar el plato de “home” y oyó la pelota
caer en el guante del “catcher”. El árbitro gritó: “Fuera”.
“No es fuera”, gritó Guillermo.
El árbitro le contestó: “Yo estaba observando y no tocaste la base, así que es “fuera”.”
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“¡Qué regla más tonta!” se quejó Guillermo. “Si ya había llegado a “home”, ¿por qué
tenía que tocar la base?”
“Sí, Guillermo, llegaste a “home”, pero no tocaste la base, así que es “fuera”.”
Todavía Guillermo continuó disgustado. “No sé por qué siempre tenemos que seguir esas
reglas tan tontas. Lo que yo quiero hacer sería tan bueno como las otras reglas”. Insistió
Guillermo.
¿Por qué lo que Guillermo quería hacer no era tan bueno como las otras reglas? Porque
las reglas establecidas del juego deben ser obedecidas para jugar correctamente. Todos deben
obedecer estas reglas. Guillermo no podía hacer sus propias reglas.
Algunas personas creen que pueden hacer sus propias reglas para que sus pecados sean
perdonados y para agradar a Dios. Dios es el que está a cargo y sus reglas son las correctas.
Dios había dado a Adán y a Eva una regla que debían obedecer. Ellos la desobedecieron y
fueron castigados. Ya no podrían seguir viviendo en el huerto de Edén. La vida ya no era tan
fácil como antes había sido. Tal vez con frecuencia se dijeron uno al otro: “Si no le
hubiéramos hecho caso a Satanás cuando nos habló por medio de la serpiente...”. El haber
prestado atención a Satanás les acarreó muchas dificultades.
(Muestre el cuadro 1)
Caín y Abel nunca fueron a la escuela pero aprendieron muchas cosas. Aprendieron a
labrar la tierra, ayudaron a desyerbar y, de seguro, muchas veces sintieron acalorados y
cansados mucho antes de terminar sus labores.
Aprendieron a cuidar a los animales y muchas otras cosas que sus padres habían
aprendido. Pero Adán y Eva no tuvieron que enseñarles a mentir, desobedecer y pelear. Ellos
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lo hacían sin que se les enseñara porque desde que nacieron tenían la naturaleza pecaminosa
de sus padres. Esto significa que nacieron con el deseo de hace cosas malas.
Desde entonces todas las personas que han nacido, nacen con una naturaleza pecaminosa.
Tú y yo nacimos con el deseo de hacer lo malo. ¿Acaso alguien tuvo que enseñarte a mentir
o a engañar? No, tú y yo tenemos que aprender a obedecer, pero no necesitamos que se nos
enseñe a desobedecer. Nadie tuvo que enseñarte a pelear o querer hacer siempre lo que tú
quieres. Hacer esto es natural en nosotros porque tenemos una naturaleza pecaminosa. La
Biblia dice, “...el pecado entró en el mundo por un hombre (Adán), y por el pecado la muerte,
así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron” (Romanos 5:12). Sólo una
persona fue diferente, el perfecto Hijo de Dios, el Señor Jesús. El no tuvo una naturaleza
pecaminosa.
Seguramente Adán explicaría a sus hijos lo que Dios les mandó hacer para que su pecados
fueran perdonados. Al ir creciendo seguramente vieron con frecuencia su padre matar un
animal y ofrecerlo en sacrificio a Dios. El perdón recibía por medio de la sangre.
Recordemos nuestro versículo para memorizar, “...y sin derramamiento de sangre no se hace
remisión (o perdón)”. Esto fue algo que Caín y Abel aprendieron bien.
(Muestre el cuadro 2)
Al ir creciendo los niños, Caín disfrutaba labrando la tierra y viendo las plantas crecer.
Estaba orgulloso de los árboles, las hermosas plantas y las deliciosas frutas y verduras que
cultivaba. La Biblia dice: “Caín fue labrador de la tierra”, lo que significa que era un
agricultor.
(Muestre el cuadro 3)
Abel prefería a los animales más que a las plantas y los árboles, y más prefería las ovejas y
los corderos. Los protegía del peligro y los llevaba a donde había pasto y agua. La Biblia
dice: “Abel fue pastor de ovejas”.
(Muestre el cuadro 4)
Cuando Caín y Abel llegaron a ser jóvenes no fue necesario que sus padres hicieran cosas
por ellos como cuando eran pequeños. Adán ya no tenía que ofrecer sacrificios por los
pecados de ellos. Ahora ellos podían ofrecer sus propios sacrificios.
Abel escogió de entre su rebaño un cordero perfecto para su sacrificio. Este animal
moriría por sus pecados. El castigo por el pecado era la muerte. El cordero moriría para que
Abel pudiera ser perdonado.
La Biblia dice que Abel ofreció su sacrificio por fe. Esto significa que Abel creyó en la
promesa de Dios de perdonar su pecado por medio de la sangre y ofreció el sacrificio que
Dios pedía. Yo creo que Caín y Abel sabían del Salvador prometido. Sus padres les habrán
contado sobre la promesa que Dios les hizo después que hubieron pecado. Abel pudo no
haber entendido que su cordero era un tipo del Señor Jesús, el perfecto Hijo de Dios, el
Cordero de Dios que moriría por los pecados del mundo, pero Dios vio la muerte de su Hijo
en la ofrenda de Abel.
Caín sabía el sacrificio que Dios quería, pero él quiso hacer algo diferente. Tal vez pensó
que sus frutos y legumbres serían una ofrenda mejor que el cuerpo ensangrentado de un
animal.
¿Quién ordenó el sacrificio del derramamiento de sangre? (Deje que los niños contesten).
Dios lo ordenó. ¿Por qué no era correcto que Caín lo hiciera como él quería? Espere las
respuestas). Caín no creyó en el mandato de Dios: “...sin derramamiento de sangre no se
hace remisión” o perdón de pecados. No trajo su ofrenda “por fe”. No podía agradar a Dios
al desobedecer su mandato. Lo que Caín quería hacer no era lo que Dios quería que hiciera.
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Mucha gente cree que lo que ellos quieren hacer es tan bueno o mejor que lo que Dios
quiere que hagan. Dios dice que recibimos el perdón de nuestros pecados por medio de la
sangre de Jesús (1 Juan 1:7). No podemos ir al cielo sin este perdón. Pero hay algunos que
dicen: “Seguramente Dios me dejará entrar al cielo, miren todas las cosas buenas que he
hecho. He sido bueno y generoso, no engaño, ni robo, soy honrado, voy a la iglesia y a la
escuela dominical, seguramente Dios reconocerá todo esto”. Creen que pueden hacer sus
propias reglas para entrar al cielo, pero sus reglas no son las reglas de Dios. Dios no aceptará
a ninguna persona por las buenas obras que haya hecho. El ser bueno no es suficiente porque
Dios demanda perfección y nadie es perfecto excepto el Señor Jesús. Como el Hijo perfecto
de Dios, El pudo llevar el castigo de nuestros pecados muriendo en la cruz. Dios aceptó este
sacrificio y lo demostró al resucitar al Señor Jesús.
¿Aceptó Dios las ofrendas de Caín y Abel? La Biblia dice: “Y miró Jehová con agrado a
Abel y a su ofrenda; pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya”. En otras palabras
Dios aceptó la ofrenda de Abel, pero rechazó la de Caín. Era como si Dios dijera: “Abel,
perdono tus pecados porque trajiste la ofrenda que Yo ordené. Veo la sangre del cordero, tus
pecados te son perdonados”.
Y era como si Dios dijera a Caín: “No, Caín, no puedo perdonar tu pecado porque no
trajiste la ofrenda que Yo ordené. No hay sangre en tu sacrificio y sin sangre no hay perdón
de pecados”.
La Biblia no dice cómo supieron Caín y Abel que sus sacrificios habían sido uno aceptado
y otro rechazado. Algunos creen que tal vez Dios envió fuego al altar de Abel, pero no al de
Caín.
Caín estaba enojado, esto se veía en su rostro. Estaba sumamente celoso al ver la felicidad
en el rostro de Abel. Dios amaba a Caín lo mismo que amaba a Abel. Le estaba pidiendo a
Caín que se acercara a Dios como Dios quería.
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Abel está en el cielo con Dios. La Biblia dice: “Por la fe Abel ofreció a Dios más
excelente (o correcto) sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó testimonio de que era justo...”
(Hebreos 11:4). Dios dijo que Abel era justo o bueno. Abel creyó a Dios y trajo la ofrenda
ordenada por Dios.
INVITACIÓN:
Dios te ama. ¿Te apartarás del amor de Dios? Si no has confiado en Dios para que
perdone tus pecados por medio de la sangre del Señor Jesucristo, El te pide que vengar a El.
Jesús dijo: “Yo soy el camino...nadie viene al Padre, solo por mi” (Juan 14:6). La Biblia dice,
“En ningún otro (excepto en Jesús) hay salvación; porque no hay otro nombre...en que
podamos ser salvos”. (Hechos 4:12). Y “Todos los que en El creyeren, recibirán perdón de
pecados por su nombre” (Hechos 10:43). Con amor Dios te está pidiendo que confíes en El
para el perdón de tus pecados. ¿Harás esto hoy? (Maestro, haga la invitación aquí. Si
necesita ayuda, consulte la sección “Ayudas para Aplicar las Enseñanzas de la Lección).
Si tú has creído en el Señor Jesucristo y has confiado en El para el perdón de tus pecados,
en este momento puedes darle gracias por su perdón y vida eterna en El.
APLICACIÓN:
Dios tiene otros mandatos o reglas en Su Palabra para que tú hagas las cosas como El
quiere. (Haga una lista de los mandatos de Dios según los vaya nombrando). Dios dice que
debes obedecer a tus padres. ¿Es correcto desobedecerles cuando tú sabes que ellos no lo
sabrán? Tal vez pienses que puedes hacerles un regalo con el fin de que olviden tu
desobediencia, si es que llegan a enterarse.
Dios dice que no debes jurar. ¿Es correcto jurar con los que acostumbran hacerlo, y tener
cuidado de no hacerlo con aquellos que no lo hacen?
Dios dice que seamos buenos unos con otros. ¿Es correcto ser buenos con aquellos que
son buenos con nosotros, pero ser malos con aquellos que no son buenos con nosotros?
Dios dice que no debemos pelear ni hablar mal de otro. ¿Es correcto pelear o hablar mal
de otro si otra persona empieza a hacerlo?
Recuerda, lo que tú quieres hacer, puede no ser lo que Dios quiere que hagas. Dios ha
dado algunas reglas. Las cosas nunca resultarán bien si ignoramos las reglas de Dios y
hacemos nuestras propias reglas, ya sea para el perdón de nuestros pecados, o para vivir
agradando a Dios después de haber recibido el perdón. (Maestro, hable con aquellos que
indicaron el deseo de confiar en el Señor Jesús para ser perdonados, mostrándoles la
necesidad de salvación de sus pecados y de recibir al Señor como su Salvador. Déles la
seguridad de su salvación por medio de la Palabra de Dios).
REPASO DE LA LECCIÓN:
Use la hoja de repaso que se encuentra en el fin de esta lección. Sigue las instrucciones en
la hoja. Después, use las preguntas siguientes como otra forma de repaso.
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4. ¿Cómo debían ellos adorar a Dios?
R. Sacrificando un animal en el altar.
5. Cite algún versículo de la Biblia que diga por qué ellos tenían que traer un sacrifico de un
Animal.
R. “...y sin derramamiento de sangre no se hace remisión (perdón de pecados)
Hebreos 9:22
6. ¿Qué clase de ofrenda trajeron Caín y Abel a Dios?
R. Caín trajo frutas y legumbres. Abel trajo un cordero.
7. ¿Aceptó Dios estas ofrendas?
R. El se agradó con la ofrenda que Abel ofreció, pero no con la de Caín.
8. ¿Cómo mostró Dios su amor a Caín?
R. Dios le dio una oportunidad de traer la ofrenda que El había pedido.
9. ¿Qué hizo Caín cuando supo que Dios rechazó su ofrenda?
R. El sintió celos de Abel, lo odió y lo mató.
10. ¿Cuál fue el castigo de Caín?
R. El nunca más podría cosechar buenos frutos y legumbres y andaría errante en la
Tierra.
NOTA:
Puedes escoger cualquier página de los visuales y hacer copias para que pinten sus
alumnos.
¡OJO!
Escoge de las siguientes páginas las actividades apropiadas para su clase. Haga copias de
estas para cada alumno. NO TIRES las hojas de este libro. Las hojas son sus copias
permanentes y deben mantenerse juntas con el libro.
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LECCÍON 4
LECTURA BÍBLICA: Génesis 4:16 –22, 25, 26; 5:1-29; Hebreos 11:5; Judas 14;
1 Tesalonicenses 4: 13- 18
PROPÓSITO: Que el niño decida conocer a Dios mejor y andar como es digno de El.
VERSÍCULO DE MEMORIA: “Para que andéis como es digno del Señor, agrandándole
en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios”.
Colosenses 1:10
Repase el versículo varias veces antes de explicarlo. La explicación guía a la lección.
LECCIÓN:
(Introducción y enseñanza del versículo de memoria)
¿Qué significa andar como es digno? En la Biblia con frecuencia vemos que la palabra
andar significa nuestro modo de vivir. Esto incluye cómo pensamos, cómo actuamos y lo que
hacemos. Berta García algunas veces pasaba la noche en la casa de su amiga. Al salir de su
casa, su mamá le decía: “Acuérdate quién eres”. ¿Qué creen ustedes que le quería decir?
(Espere las contestaciones). Quería decir que Berta debía recordar que pertenecía a la familia
García. Ella no debería hacer nada que trajera deshonor o vergüenza a su familia. Debía
andar como era digno de su familia. Si has recibido al Señor Jesús, ahora perteneces a la
familia de Dios. No deshonres a Dios por tu modo de actuar. Anda o vive como es digno del
Señor, agrandándole en todo.
Llevar fruto significa hacer muchas buenas obras. ¿Cuáles son algunas de estas buenas
obras? (Espere las respuestas). Obediencia, bondad, justicia, honradez, mostrar amor...todas
estas cosas y muchas otras son buenas obras. Este versículo dice que muchas de estas cosas
se verán en tu vida si andas como es digno del Señor o viviendo para el Señor.
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La última parte del versículo es muy importante. “Creciendo en el conocimiento de Dios”
significa conocer mejor a Dios. (Escoja a dos niños y use sus nombres en la siguiente
ilustración).
José y Carlos, ¿quieren pararse aquí a mi lado? Ahora vamos a imaginarnos que no se
conocen. José, te presento a Carlos.
Ahora que José y Carlos han sido presentados, ¿cómo pueden llegar a conocerse mejor?
(Discuta esto. Obtenga respuestas como: pasar tiempos juntos, conocer a la familia y
amigos del otro, leer los mismos libros, ir a los mismos lugares, etc.).
¿Cómo crees que puedes llegar a conocer mejor a Dios? Esto lo vas a aprender en la lección
de hoy. Vamos a ponernos de pie y recitar nuestro texto para memorizar. (Deje el texto
visualizado en plena vista).
Adán y Eva debieron sentirse muy tristes al saber que su hijo Caín no quería conocer a
Dios.
Ya que Caín no podría cultivar frutas y legumbres de las cuales estar orgulloso, dejó de ser
agricultor. El hecho de no poder cultivar y recoger cosechas buenas, le recordaría a Dios y él
no quería pensar en Dios. No quería andar con Dios. Escogió hacer lo que él quería. Hacer
lo que nosotros queremos en lugar de hacer lo que Dios quiere que hagamos es pecado. Caín
decidió edificar una ciudad. Los hijos, nietos y bisnietos de Caín fueron gente importante.
Hubo entre sus descendientes ganaderos, músicos, inventores y otros que trabajaron con
hierro y bronce, haciendo instrumentos y esculturas. ¡Quién le dio a esta gente la sabiduría
que necesitaban para planear, trabajar y producir estas cosas? Dios, claro. Pero a ellos no les
importaba nada acerca de Dios. No lo tenían en sus pensamientos (Romanos 1:28). Sólo
pensaban en sí mismos.
Creo que si Abel hubiera vivido, su familia hubiera querido conocer a Dios. Hubieran
vivido para agradar a Dios.
Dios les dio a Adán y a Eva otro hijo para que tomara el lugar de Abel. Le pusieron el
nombre de Set. Cuanto Set creció y tuvo su propia familia, ellos sí quisieron conocer a Dios.
Adán y Eva pudieron enseñar todo lo que ellos sabían de Dios a sus nietos, bisnietos y
tataranietos. Ustedes pueden pensar que éstas fueron muchas generaciones, pero ¡escuchen
esto! Antes de morir, Adán tuvo la oportunidad de ver ocho generaciones de sus
descendientes, porque Adán tenía 930 años cuando murió.
Ustedes están pensando: ¿Cómo pudo vivir tantos años? Mucha gente ha tratado de
explicarlo y probablemente nadie sabe con seguridad; pero muchos creen que cuando el
mundo fue creado había una capa de atmósfera entre el sol y la tierra que hacía que la tierra
fuera como un invernadero. En toda la tierra había una temperatura perfecta, un clima
saludable y seguramente en aquella época no existían todos los gérmenes que conocemos hoy
en día. Así que la gente vivía por cientos de años, pero de todos modos morían.
La Palabra de Dios dice que el pecado entró al mundo por un hombre, y por el pecado la
muerte y la muerte pasó a todos los hombres por cuanto todos pecaron (Romanos 5:12). Esto
nos alcanza aun a nosotros. Porque un hombre pecó, tú y yo pecamos. Tú y yo hacemos
cosas que sabemos que no son buenas, cuando peleamos, decimos cosas malas, hacemos
trampas en los juegos, o hacemos cosas que no nos gustaría que nuestros padres supieran o
cualquier cosa que yo no he mencionado pero que tú sabes que desagrada a Dios. Estas cosas
son pecados.
El pecado trajo la muerte. Leemos en el capítulo 5 de Génesis: Adán vivió 930 años y
murió. Coloque el trozo de papel con el número 930 en el franelógrafo y la palabra murió, o
escríbalos en la pizarra o en un papel grande). Set vivió 912 años. (Coloque el número 912
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y la palabra murió). Otro hombre vivió 910 años y murió. (Coloque el número 910 y la
palabra murió). Otro, 905 años y murió. (Coloque el número 905 y la palabra murió). Otro,
895 años y murió. (Coloque el número 895 y la palabra murió). Todos ellos tuvieron muchos
hijos e hijas. Jared tenía 162 años cuando nació su hijo Enoc. Jared vivió 962 años y murió.
(Coloque el número 962 y la palabra murió).
Enoc aprendió acerca de Dios desde pequeño, tal vez Adán le habló a Enoc acerca de
Dios. Adán era el tátara, tátara, tatarabuelo de Enoc.
¿Cuántos abuelos tienes? ¿Dos? Ah, algunos de ustedes tienes tres o más. Bueno, Enoc
debe haber tenido varios abuelos, bisabuelos y tatarabuelos viviendo al mismo tiempo.
¿Has aprendido tú cosas de tu abuelo? Imagínense todas las cosas que Enoc aprendería de
sus abuelos. Enoc no asistía a la escuela como ustedes, pero todos éstos que vivieron por
tantos años le enseñaron todo lo que él necesitaba saber.
(Muestre el cuadro 2). Enoc tenía 65 años cuando nació su hijo Matusalén. Enoc y su
esposa sabían que este niñito era un regalo de Dios. Enoc disfrutaba de las bellas cosas
creadas por Dios: las estrellas, los árboles, los ríos, las flores y los animales. Dios era muy
bueno con él. Tenía abundante alimento. Tenía familia y amigos que se amaban y cuidaban
unos a otros. Claro que Enoc probablemente también tuvo dificultades en su vida, pero
comprendía que Dios permitía estas cosas para fortalecerle. Enoc escuchaba la Palabra de
Dios. El no tenía la Palabra de Dios escrita como la tenemos nosotros. Dios se daba a
conocer a la gente de diferentes maneras. Algunas personas escucharon la voz de Dios
hablándole e hicieron saber su mensaje a otros. Enoc escuchó la Palabra de Dios a través de
Adán, de Set y de otros. Dios también le habló a Enoc. El anduvo con Dios, viviendo una
vida que agradaba a Dios.
Enoc hablaba con Dios. El pensaba tanto en Dios que de seguro elevaba con frecuencia
oraciones de gratitud y amor. ¿Tú crees que él le contaba a Dios de sus problemas y de los
problemas de su familia y de sus amigos? Seguramente que sí. Enoc siempre estaba
aprendiendo a conocer mejor a Dios. Como dice nuestro texto para memorizar: Estaba
“creciendo en el conocimiento de Dios”.
La Biblia dice que Enoc vivió 300 años después de que su hijo Matusalén nació.
(Coloque el número 365, pero no coloque la palabra murió). “Y fueron todos los días de
Enoc 365 años. Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios”(Génesis
5:23, 24).
(Muestre el cuadro 3).
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¿Qué significa esto? Significa que Enoc no murió. La Biblia dice que fue traspuesto para
no ver muerte (Hebreos 11:5). Esto significa que Dios se lo llevó de la tierra al cielo, fue al
cielo sin morir.
Antes de que Enoc fuera llevado al cielo, Dios le hizo saber que su vida le había agradado.
Enoc había andado “agradando a Dios en todo”. (Muestre estas palabras en el texto).
Había obedecido a Dios, “llevando fruto en toda buena obra”. Así es como Enoc anduvo
con Dios. (Quite los cuadros y la lista de edades).
APLICACIÓN:
Pero, ¿cómo puedes tú andar con Dios? Tú no puedes empezar a vivir para El o a andar
con El hasta que hayas recibido al Señor Jesús como tu Salvador. Pero después de que le
recibas como el Salvador de tus pecados, tú puedes andar con El. Cree que El siempre está
contigo. El dijo: “Yo estoy con vosotros todos los días...”(Mateo 28:20).
(Coloque el letrero “Presencia”). Tú puedes contar con Su presencia.
Mira la belleza de la naturaleza y date cuenta de que Dios ha hecho todas las cosas bellas.
Comprende que sólo Dios puede crear la vida. Un perrito, un hermoso gatito, un
conejito...sólo Dios puede crear una nueva vida. Y lo más maravilloso de todo es que Dios le
da la vida a los bebés.
(Coloque el letrero “Poder”). Piensa en el poder de Dios cuando ves estas cosas y dale
gracias porque El puede crear la vida.
Piensa en lo bueno que es contigo, piensa en tantas veces que te ha protegido de algún
daño y en la manera que provee para todas tus necesidades. Aprecia a la familia y a los
amigos que te ha dado. ¿Sabes que si tus amigos son amigos de Dios, ellos te pueden ayudar
a conocerle mejor? Si alguna vez piensas que no tienes amigos, acuérdate que el Señor Jesús
quiere ser tu amigo. Claro que tendrás dificultades en tu vida, pero son necesarias para
fortalecerte. (Si nunca tuvieras exámenes en tu escuela, tal vez nunca aprenderías).
(Coloque el letrero “Bondad”). Dios es muy bueno.
(Coloque el letrero “Palabra”). Más que de ninguna otra manera, aprendes a conocer
mejor a Dios a través de su Palabra. Debes estar agradecido por tener la Biblia. Léela, pon
atención cuando es leída en la iglesia, en la escuela dominical o en la Clase Bíblica. ¿Leen la
Palabra de Dios en tu hogar? Si no, tal vez tú puedes pedir a tus padres que te lean la Biblia.
La oración también es parte de tu andar con Dios. Puedes orar a Dios muchas veces
dándole gracias y diciéndole cuánto le amas. Puedes hacer oraciones rápidas cuando de
pronto tienes alguna necesidad o sientes felicidad. Pero, debes dedicar algún tiempo especial
para orar, para hablar con tu Amigo, el Señor. Dios te habla a través de su Palabra, tú le
hablas cuando oras.
(Coloque el letrero “Compañerismo”). Compañerismo es la amistad de dos personas
que se interesan por las mismas cosas. Tú tienes compañerismo con Dios cuando le hablas
por medio de la oración y El te habla a través de su Palabra.
Estas palabras nos dicen las maneras en que podemos aprender a conocer mejor a Dios; Su
presencia, Su poder, Su bondad, Su Palabra, y Su compañerismo.
Seguramente querrás obedecer a Dios, hacer lo que El te dice. De esta manera harás
muchas buenas obras y agradarás a Dios. Casi podemos leer nuestro versículo de memoria de
atrás hacia adelante. (Señale las frases mientras la repasa). Al llegar a conocer mejor a
Dios desearemos hacer muchas buenas obras, las cuales le agradarán y de esta manera
estaremos andando como es digno de El. (Quite el versículo y los letreros).
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Así que sus amigos deben haberle buscado. Tal vez una persona le preguntó a otra: “¿Has
visto a Enoc?” “¿Sabes dónde está Enoc?”
Tal vez de alguna manera Dios hizo saber a alguien lo que había sucedido. “Enoc está en
el cielo”. “¡Yo no sabía que Enoc hubiera muerto!” “No murió. Dios se lo llevó al cielo”.
“Pero eso nunca había sucedido antes”. “Pero ha sucedido ahora”.
Y niños, esto va a suceder otra vez. La Biblia dice que un día, un día que nadie sabe
cuándo, excepto Dios, el Señor Jesús vendrá del cielo.
(Muestre el cuadro 4). Vendrá “con voz de mando, voz de arcángel y con trompeta de
Dios” (1 Tesalonicenses 4:16-17). Y si tú y yo no hemos muertos antes de que esto suceda,
iremos con el Señor Jesús sin morir, como Enoc. Tú no puedes ir con el Señor Jesús a menos
que le hayas recibido como tu Salvador. ¿Quieres hoy mismo tener la seguridad de que irás
con el Señor?
¿Sabes que has pecado? ¿Crees que el Señor Jesús murió en la cruz por tus pecados?
¿Crees que resucitó y vive ahora en el cielo? ¿Crees que El perdonará tus pecados si tú
confías en El? Puedes decirle esto hoy: “Señor, sí creo. Te recibo como mi Salvador en este
momento”. (Dé oportunidad para esto. Dígales a los niños que tomen esta decisión, que
quiere hablar con ellos después de la clase).
Algún día nos encontraremos con Enoc en el cielo y sabremos más de cómo Dios se lo
llevó. Creo que en el cielo también conoceremos a Matusalén, el hijo de Enoc. El vivió en
este mundo más que ninguna otra persona... ¡969 años! La Biblia nos dice que Matusalén
tuvo un nieto que también anduvo con Dios. Su nombre fue Noé. Noé nunca conoció a su
bisabuelo Enoc, porque Enoc ya estaba en el cielo cuando Noé nació, pero de su abuelo
Matusalén, de su padre, de su madre y de otros debe haber escuchado acerca de Enoc. Así
que Noé comenzó a andar con Dios. Tal vez Noé esperaba que Dios se lo llevara al cielo
como se llevó a Enoc, pero eso no iba a suceder. Dios tenía otro plan para Noé. De esto
estudiaremos en nuestra próxima lección.
Dios no trata a cada persona de la misma manera. El nos conoce tan bien que sabe
exactamente cómo tratarnos a cada uno. El nos conoce mucho mejor de lo que nosotros le
conocemos a El, aunque sigamos “creciendo en el conocimiento de Dios”.
(Escriba el versículo de memoria de modo que pueda darlo a cada niño para que lo
repase en su casa).
Pon tu versículo en un lugar donde lo puedas ver. La próxima semana hablaremos de
cómo aprendieron a conocer mejor a Dios y qué buenas obras les ayudó El a realizar. Tal vez
quieran hacer un dibujo mostrando cómo aprendieron a conocer mejor a Dios y nos lo
muestren la próxima clase.
(Repase el versículo de memoria. Termine la clase con una oración pidiendo al Señor
que ayude a cada niño a aprender a conocer mejor a Dios durante la semana).
Coloque las huellas de pies en el franelógrafo o en una tabla. Divida a los niños en dos
equipos. Si el niño contesta correctamente, quitará una de las huellas correspondientes a su
equipo. El equipo que quite el mayor número de huellas gana el juego.
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3. ¿Cómo se diferenciaba la familia de Set de la de Caín?
R. La familia de Set quería conocer a Dios.
4. ¿Cuál era una de las cosas que diferenciaba a la gente de aquel tiempo de la de hoy?
R. Vivían muchos años.
5. ¿En qué eran iguales a la gente de hoy?
R. Ellos también morían.
6. ¿Qué le sucedió a Enoc que nunca le había sucedido a ninguna otra persona que vivió
antes que él?
R. Se fue al cielo sin morir.
7. La Biblia dice que Enoc hizo algo...y desapareció porque le llevó Dios. ¿Qué fue lo
Que hizo?
R. Anduvo con Dios.
8. ¿Qué significa “andar con Dios”?
R. Andar con Dios significa vivir por El en todas las actividades de nuestra vida; pensar
En El a menudo; darle gracias por todas las cosas, aun las más pequeñas; decirle que
Le amamos; hablarle de nuestros problemas; pensar en su bondad y leer Su Palabra.
9. Lo que sucedió a Enoc nos puede suceder a nosotros. ¿cómo?
R. Que cuando venga otra vez el Señor Jesús, algunas personas se irán al cielo sin morir.
10. ¿Qué palabras importantes encontramos en Colosenses 1:10?
R. Andéis, digno, agradándole, toda buena obra y creciendo en el conocimiento de Dios.
¡OJO!
Escoge de las siguientes páginas las actividades apropiadas para su clase. Haga copias de
estas para cada alumno. NO TIRES las hojas de este libro. Las hojas son sus copias
permanentes y deben mantenerse juntas con el libro.
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LECCIÓN 5
NOÉ
PROPÓSITO: Motivar al niño a permanecer fiel a Dios, aunque los demás a su alrededor
Estén en su contra.
VERSÍCULO DE MEMORIA: “Y lo hizo así Noé; hizo conforme a todo lo que Dios
Le mandó”. Génesis 6:22
AYUDAS VISUALES: Use las tarjetas rápidas como indicado en las historia.
Prepare un letrero con la palabra “VEN”.
LECCIÓN:
(Introducción)
¿Sabes lo que es sentirse diferente a la mayoría de los otros niños de tu barrio o de tu
escuela? ¿Te gusta ser diferente? ¿O te gusta ser igual y hacer las mismas cosas que los otros
niños hacen? “Todo el mundo lo hace”, dices. Tal vez hubo ocasiones en que los hijos de
Noé, Sem, Cam y Jafet dijeron: “Todo el mundo lo hace”. “Pero nosotros debemos ser
diferentes”, contestaría su padre. “Nosotros debemos permanecer fieles a Dios”.
¿Quiénes eran Sem, Cam y Jafet? Su padre era un hombre que anduvo con Dios.
Hablamos de él al final de nuestra lección de la semana pasada. Fue el segundo hombre del
cual nos dice la Biblia que anduvo con Dios. Su nombre era Noé.
Cuando Dios miró la tierra y vio cuán pecadora era la vida de la gente, se apenó mucho y
le dolió en Su corazón. Estaba arrepentido de haber hecho al hombre. Entonces, con gran
tristeza, Dios se dijo sí mismo: “Destruiré todo lo que he creado – raeré de sobre la faz de la
tierra a toda la humanidad, también a los animales, reptiles y aves. Yo quiero un mundo lleno
de personas que me amen, hablen conmigo, busquen agradarme y me obedezcan... ¡y que
enseñen a sus hijos acerca de mí! Pero si dejo seguir al mundo como hasta ahora, sólo tendré
un mundo lleno de personas viles y malvadas, que no me tienen en cuenta y que nunca
tendrán comunión conmigo. Si no los destruyo, ellos eventualmente se destruirán a sí
mismos de una manera horrible.”
Cuando Dios pensó en el terrible juicio, la muerte y la destrucción que vendría sobre la
tierra, se dijo a sí mismo: “Yo no quiero que alguien que me ame muera por el castigo del
resto del mundo”. Sus ojos fueron de aquí para allá por sobre toda la tierra, para encontrar un
creyente fiel...y encontró a Noé.
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Noé, un hombre recto: (Muestre el cuadro 1)
Noé era bisnieto de Enoc, y nació 126 años luego de la muerte de Adán. La Biblia dice
que era como su bisabuelo Enoc – “caminó con Dios.” Noé era un hombre que creía en Dios
y le obedecía. El vio que vendría un juicio sobre este malvado mundo y estaba lleno del
temor de Dios.
Dios dijo: “Yo he hallado a mi siervo Noé a quien puedo contarle todos Mis planes y en
quien puedo confiar que me obedecerá y cumplirá todos Mis mandatos”. Entonces Dios
habló a Noé y le dijo: “¡Noé!” Y él contestó: “Heme aquí, Señor”. Dios luego le dijo:
“Estoy apenado por el horrible pecado que hay en el mundo; destruiré la tierra y todo lo que
en ella hay por medio de una inundación de aguas que la cubrirá totalmente. Todas las cosas
y todas las personas morirán”. Esto hizo que Noé se entristeciera mucho, a pesar de que
sabía que era necesario y justo.
Dios continuó diciendo: “Noé, quiero que tú hagas dos cosas para Mí. Primero, quiero
que construyas un arca o bote muy grande; yo te explicaré exactamente cómo hacerla. Esta
será un lugar de refugio para todo aquel que entre en ella durante la terrible inundación.
Segundo, quiero que prediques y avises a la gente del juicio que enviaré. Puede ser que haya
alguien que escuche, se aparte de su pecado y se vuelva a Mí. Entonces, también ellos
podrán ingresar al arca”.
Noé dijo: “Sí Señor, obedeceré.” Como Noé vivía cerca del Señor, Dios le reveló todos
Sus planes y secretos.
Debemos recordar y tener en cuenta que en los tiempos de Noé, nunca había oído tal cosa
como que cayese agua del cielo. Pero a Noé se le había ordenando construir un enorme bote.
No era tan sólo un pequeño bote de remo, sino una gigantesca embarcación, tan grande como
uno de nuestros buques de guerra o un transatlántico de hoy en día. Dios le dijo a Noé el
largo, el ancho y el alto para que él construyese el arca. Era aproximadamente de 135 metros
de largo, 22.5 metros de ancho y 13.5 metros de alto – las mismas proporciones usadas en las
construcciones navales hoy; esto nos muestra que nuestro Dios es el maestro del diseño.
“Haz una ventana alrededor de todo el barco, a 46 centímetros por debajo del techo; ésta
servirá para ventilación. Construye tres pisos en su interior; planta baja, primer piso, y
segundo piso, con establos a lo largo de todo el barco para los animales que entrarán en el
arca. A un lado, coloca una puerta – solamente una”. Estas fueron las órdenes de Dios. ¡Qué
tremendo barco sería! Dios quería que todos supieran que había suficientes cuartos para
todos en el arca, con cuartos adicionales para los animales, pájaros, y también para los
reptiles.
Luego, Dios nuestro Señor dijo: “Voy a cubrir toda la tierra con las aguas del diluvio y
destruiré todo ser viviente – todo aquello que tenga aliento de vida. Todo morirá. Pero
prometo mantenerte a salvo en el arca como así también a toda persona que entrare contigo.”
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Muy seriamente Noé les contestaba: “No, estoy construyendo un barco.”
“¿Un barco?” Ellos se burlaban diciendo: “¿Dónde vas a navegar? ¡No hay agua aquí!
¿Por qué estás construyendo un barco tan enorme?”
“Lo estoy construyendo porque Dios dijo que lo haga, y además, yo no voy a timonearlo –
Dios lo hará. El está muy triste por el pecado, por ver cómo están viviendo, y por eso, va a
destruir el mundo con una inundación. Juzgará este mundo, cubriéndolo enteramente con un
océano de agua y lo destruirá por completo por toda esta terrible maldad. El odia el pecado
pero ama al pecador. El me ha ordenado construir este barco llamado arca para advertirles
que el juicio del diluvio está cerca. Pero El también quiere que les diga que los ama mucho,
y si se vuelven de su pecado, si se arrepienten y entran dentro del arca cuando esté terminada,
estarán a salvo y protegidos de Su ira y castigo por el pecado. Por favor, escuchen y presten
mucha atención al mensaje de Dios”.
¿Piensas que la gente escuchó y obedeció el mensaje de Dios y su advertencia?
¡Ciertamente no! Ellos se reían y burlaban de Noé, poniéndolo en ridículo. Meneaban sus
cabezas y murmuraban entre sí diciendo: “Pobre tonto este viejo Noé, está mal de la cabeza –
está tan loco como una cabra”.
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Dios, quien creó a los animales y sus costumbres de migración, podía hacer que ellos
migraran del lugar en que estaban hacia el arca cuando El así lo dispusiera.
(Maestro, aquí, coloque un letrero con la palabra “VEN”).
Dios le habló a Noé: “Ven, entra en el arca”. Dios iba a estar en el arca e invitó a Noé y a
su familia a que entraran. A través de la Biblia Dios invita a los hombres, a las mujeres y a
los niños a venir a El. El quinto versículo antes de terminar la Biblia aún invita “al que
quiera” a venir. “Ven” es una invitación de amor. La manera de venir a Dios es a través de
su Hijo el Señor Jesús, quien dijo: “Yo soy el camino...nadie viene al Padre, sino por mi”
(Juan 14:6).
La familia de Noé aceptó la invitación de Dios. Cuando Noé, sus hijos, Sem, Cam, y
Jafet, la esposa de Noé y las esposas de sus hijos entraron al arca, ninguna otra persona se
acercó a la puerta, pero los animales sí entraron al arca. La Biblia dice que “El Señor cerró la
puerta y ellos quedaron dentro del arca”.
Por siete días nada sucedió, no llovió, todo estaba como antes. Probablemente éste fue el
tiempo más difícil para permanecer fieles al Señor.
Seguramente la gente fuera del arca se burlaba e insultaba a los hijos de Noé. “¿Cómo
pueden ser tan necios para creer al loco de su padre?” “¿Se quedarán ahí dentro hasta que se
pudran?” “¿Hasta cuándo van a admitir que están equivocados?”
No es fácil permanecer fieles a Dios cuando parece que todo resulta mal. Pero recuerden
que siempre pueden confiar en la Palabra de Dios y El les ayudará a permanecer fieles a El.
(Quite la palabra “Ven”).
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El agua fue creciendo, creciendo y creciendo, hasta que al final, todas las altas colinas, los
árboles más altos y los picos de las montañas estaban cubiertos por ella. El mundo se
transformó en un océano inmenso. El agua elevó el gran barco de tal forma que flotaba
seguro. Todo lo que existía en la tierra fue aniquilado – hombres, animales, reptiles y aves.
Dios destruyó todo.
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Dios se agradó del sacrificio y de la fe de su siervo Noé. El le dijo: “Nunca más haré esto
nuevamente. No volveré a destruir todo ser viviente de sobre la faz de la tierra con un
diluvio”. Cuando Noé y su familia terminaron su ofrenda en agradecimiento a Dios, miraron
hacia arriba y vieron un brillante y deslumbrante arco iris, un arco de muchos colores que se
extendía cruzando el cielo. Quedaron atónitos ante tanta belleza y se preguntaban qué
significaría eso. Dios dijo: “Solemnemente prometo a ti y a tu familia que nunca más enviaré
otro diluvio para destruir todo el mundo. He colocado mi arco entre las nubes como señal de
que mantendré mi promesa hasta el fin de los tiempos”.
Aplicación:
El arca es una figura de Jesús. De la misma forma como Noé y su familia entraron al arca
y fueron salvos de la muerte y del castigo, también nosotros que nos acercamos al Señor para
tener el perdón de nuestro pecado, somos salvos de juicio venidero de Dios. ¿Estás seguro en
el arca – el Señor Jesucristo?
Invitación:
Durante 120 años por medio de Noé, Dios había advertido a la gente que se arrepintieran
de sus pecados, pero habían rehusado hacerlo. Sólo había un lugar seguro. Los que estaban
en el arca eran los únicos que estaban a salvo del castigo de Dios por el pecado.
Sólo hay un lugar en donde tú puedes estar a salvo del castigo de Dios por el pecado, ese
lugar de seguridad es en Cristo Jesús. El Hijo perfecto de Dios sufrió el castigo por tus
pecados cuando murió en la cruz. Pero no permaneció muerto, resucitó y porque El vive, ha
probado que el castigo que sufrió por tus pecados es suficiente para que tú seas salvo. La
Biblia dice que cuando recibimos al Señor Jesús como nuestro Salvador estamos en Cristo.
“En quién (Cristo) tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados” (Colosenses 1:14)
Si nuestros pecados han sido perdonados, no hay castigo para nosotros. En el Señor Jesús
estamos a salvo del castigo por el pecado. Así como Dios invitó a la familia de Noé a entrar
al arca con El, te invita a venir a El por medio de su Hijo Jesús. Debes reconocer que has
pecado y creer que el Señor Jesús murió por tus pecados. Jesús te espera.
(A los niños creyentes), Dios ha prometido ayudarnos a permanecer fieles a El. Esto
puede ser tan difícil para ti como fue en el tiempo de Noé. La gente aún se burla de la
Palabra de Dios. Podrá haber algunos que se burlen de ti por creer en el diluvio y en el arca.
Muchos dicen que estas verdades no son reales. Sabemos que realmente hubo un diluvio y
un arca. ¿Cómo? Porque La Biblia así nos lo dice y esto es lo que cuenta. Tú querrás
permanecer fiel a Dios y a Su Palabra. Son más los que no permanecen fieles a Dios que los
que sí lo hacen. Porque la mayoría no permanece fiel, no es razón para que tú tampoco lo
hagas. Permanece fiel a Dios.
El Salmo 118:6, 7 dice: “Jehová está conmigo; no temeré lo que me pueda hacer el
hombre. Jehová está conmigo...”
Si El Señor está contigo y nunca te dejará, no necesitas preocuparte por aquellos que te
critican. Ora y confía en que el Señor te ayudará. (Maestro, termine su clase con una
oración para que los niños salvos permanezcan fieles al Señor. Invite a los que hicieron la
decisión de aceptar a Cristo como su Salvador, para que se reúnan con usted con el objeto de
aconsejarlos.)
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PREGUNTAS PARA EL REPASO
Falso o verdadero. Instruya a los niños para que si la respuesta es “falsa” ellos digan la
respuesta verdadera.
¡OJO!
Escoge de las siguientes páginas las actividades apropiadas para su clase. Haga copias de
estas para cada alumno. NO TIRES las hojas de este libro. Las hojas son sus copias
permanentes y deben mantenerse juntas con el libro.
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LECCIÓN 6
LA TORRE DE BABEL
LECCIÓN:
Introducción:
Después del gran diluvio, todo estaba listo para un nuevo comienzo. La vida vegetal
comenzó a crecer con fuerza otra vez sobre la tierra. Noé, su familia y los animales dejaron
el arca. Era un mundo nuevo y puro – una oportunidad para un exitoso comienzo. Las únicas
personas en la tierra eran Noé, su esposa, Sem, Cam y Jafet, con sus respectivas esposas.
Dios prometió: “Mientras la tierra permanezca, no cesarán la sementera y la siega, el frío y el
calor, el verano y el invierno, el día y la noche” (Génesis 8:22).
Dios les dijo a Noé y a su familia que debían multiplicarse y llenar toda la tierra. Dios
cambió muchas cosas después del diluvio. Le dio al hombre un nuevo tipo de alimento para
comer – carne. Ellos debían matar y comer la carne de los animales sin su sangre.
Dios dijo: “Si alguno derramare sangre de hombre, por el hombre su sangre será
derramada”. Ellos debían organizarse en alguna forma de gobierno con leyes y líderes para
tener un gobierno de hombres, un gobierno propio. Dios quería retrasar el período de tiempo
que les llevaría a las personas llegar a ser tan violentas y corruptas como lo eran antes del
diluvio.
Antes del diluvio, no había gobierno civil – no tenían reyes, no presidentes, no policías, ni
cárceles. Esta es la razón por la cual el mundo se tornó tan malvado en una forma tan rápida.
Dios ordenó un gobierno humano luego del diluvio para el bien de todos. Esta es la causa por
la que El nos ha ordenado respetar y obedecer a nuestras autoridades y leyes.
Dios puso Su arco iris en el cielo como señal para el hombre, de que nunca más volvería a
enviar un diluvio mundial. Para cumplir esta promesa, El estableció nuevos sistemas – el del
ciclo del agua (lluvia/evaporación) y las corrientes oceánicas y del viento. Estos sistemas
naturales controlan nuestro clima y previenen al mundo entero de ser destruidos por diluvios
de agua. Ocurren inundaciones locales, y algunas veces causan terribles daños, pero nunca
habrá otra vez un diluvio mundial. Dios dijo que el próximo gran juicio sobre la tierra a
causa de la maldad será por fuego en vez de por agua.
Los hijos de Noé – Sem, Cam y Jafet – tuvieron todas familias muy grandes quienes
eventualmente llenaron la tierra. Toda la gente en el mundo desciende de Sem, Cam o Jafet.
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El Comienzo de la Torre (Muestre el cuadro 1)
A pesar de que Dios les dijo a los hombres que se dispersaran por el mundo entero después
del diluvio, ellos no le obedecieron. Olvidaron todo acerca de Dios. Por el contrario, se
establecieron en el área de Sinar, cerca del río Eufrates. “Quedemos exactamente aquí para
que no nos desparramemos”, dijeron ellos. En lugar de dispersarse para llenar la tierra,
construyeron una enorme ciudad, la famosa ciudad de Babilonia o Babel. Podían trabajar
juntos en la ciudad porque todas las personas hablaban el mismo idioma. Dijeron:
“Queremos hacer algo que nos haga famosos, para que la gente que venga después de
nosotros sepa cuán grande fuimos”. Luego comenzaron a construir una torre tan alta que
querían que su último piso llegara al cielo.
Probablemente tenían curiosidad de conocer la gran extensión del espacio sobre ellos.
“¿De dónde vienen las nubes? ¿De dónde viene la lluvia? ¿Qué es un relámpago? Subamos
y toquemos el sol, la luna y las estrellas. Si podríamos subir lo suficientemente alto,
podríamos tocarlos y descubrir cómo son realmente. Construyamos una torre alta que llegue
hasta el cielo.” Como habían olvidado a Dios, comenzaron a alabar al sol, la luna y las
estrellas. Dios no estaba de acuerdo con esa enorme torre, que era un soberbio monumento a
ellos mismos y a sus habilidades.
El corazón de Dios estaba tan afligido que la Biblia dice: “El Señor descendió para ver la
ciudad y la torre que edificaron los hijos de los hombres”. Allí estaba la gente que El había
creado, ¡desobedeciéndole nuevamente! Dios les había dicho que se dispersaran, y en lugar
de eso permanecieron todos juntos y construyeron un monumento para adorar a los cielos. El
Señor dijo: “He aquí el pueblo es uno y todos tienen un solo lenguaje, y ellos han comenzado
la obra”. Dios sabía el potencial del género humano porque El creó al hombre. El sabía que
si los dejaba continuar haciendo sus propios caminos sin detenerlos, nada les haría desistir de
lo que habían pensado hacer.
Dios quería que el hombre descubriera las cosas acerca del mundo y del resto del
universo, pero aún no. Algo más importante tenía que ocupar el primer lugar – Dios tenía
que enviar a su Hijo, el Señor Jesucristo para redimir a la humanidad de sus pecados. Dios
deseaba hacer algo para frenar los progresos humanos hasta que este gran evento tomara
lugar, y El sabía exactamente cómo hacerlo.
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Abajo, en la tierra, uno de los hombres que estaba preparando la mezcla le dijo al aguatero
que no echara más agua dentro de su batea. Al no entenderle, el hombre desparramó el agua
por todos lados y la mezcla perdió la consistencia que debía tener. ¡Imagínate que esto estaba
pasando en todo lugar de la construcción! Lo más que se esforzaban en dar instrucciones y
en explicar cosas los unos a los otros, más confusión había.
¡OJO!
Escoge de las siguientes páginas las actividades apropiadas para su clase. Haga copias de
estas para cada alumno. NO TIRES las hojas de este libro. Las hojas son sus copias
permanentes y deben mantenerse juntas con el libro.
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