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NIVEL PREPARATORIA
SEMESTRE II
MORAL
ALUMNO
Hernández Hernández R. Alejandra
PROFESOR
compuesto por muchas partes que son muy diferentes entre sí, pero como resultado del Espíritu
cuerpo constituido por muchos miembros que proceden de toda nación, raza, lengua y pueblo. En
Cristo somos una nueva creación; las diferencias de raza, cultura, educación y nacionalidad,
entre encumbrados y humildes, ricos y pobres, hombres y mujeres, no deben causar divisiones
entre nosotros. Todos somos iguales en Cristo, quien por un mismo Espíritu nos ha unido en
comunión con él y los unos con los otros. Debemos servir y ser servidos sin parcialidad ni
la misma esperanza, y salimos para dar a todos el mismo testimonio. Esta unidad tiene sus
orígenes en la unicidad del Dios triuno, que nos ha adoptado como sus hijos.
La familia de Dios está compuesta por gente de todo el mundo. La Biblia dice: Está escrito que
el mesías tenía qué morir y resucitar al tercer día. En su nombre, y comenzando desde
Jerusalén, hay que anunciar a todas las naciones que se vuelvan a Dios, para que sus pecados
A través de todas las sagradas escrituras, hay referencias a que todas las naciones han sido
culturas diferentes, así como distintos gustos, puntos de vista y formas de comunicarse; y estos
elementos son apenas una muestra de lo mucho que se podría mencionar. A veces, estas
Sin embargo, Jesús nos dice que debemos de ser un pueblo unido. La Biblia nos ofrece una
indicación importante al decir: Por lo tanto, el que está unido a Cristo, nueva criatura es. Es
cierto que debemos reconocer nuestras diferencias; pero al mismo tiempo debemos recordar que
nuestro punto más importante de identificación, es que todos fuimos hechos a imagen de Dios y
nuestro corazón ha sido renovado por el espíritu santo. Además, todos descendemos de Adán y
Eva, y todos hemos sido redimidos por medio de Jesucristo. Estos factores comunes deben pesar
más que cualquier diferencia que nos separe, porque es ellos está el poder que nos une.
Cuando los discípulos caminaban con Jesús, antes de su crucifixión, discutían mucho entre sí.
Había incomprensiones y hasta disputaban sobre cuál de ellos era el más importante de todos.
Entre los discípulos, había gente bondadosa, fogosos predicadores, pecadores y hombres de
negocios, pero cuando llegó el día del pentecostés, aprendieron por fin a actuar como un solo ser,
Justo antes de que Jesús ascendiera al cielo, les dijo a sus discípulos que esperaran en Jerusalén
hasta recibir el espíritu santo. En ésa época de sus vidas, había razones para sentir temor, los
cristianos no eran muy populares en esos días, y era muy peligroso seguir a Cristo. Sin embargo,
Jesús les dio que cuando viniera el espíritu santo, ellos serían testigos en Jerusalén, Samaria y en
toda la región de Judea. Era una misión gigantesca, considerando que los seguidores de Jesús no
eran-relativamente-mas que un puñado, no mucho más de veinte. Esos veinte debían cambiar al
mundo. ¿Cómo harían eso? Uniéndose y siguiendo las palabras del maestro.
La unidad del Espíritu. El Espíritu Santo es la fuerza motriz que impulsa la iglesia a la unidad.
Por su medio, los creyentes son llevados a la iglesia, por él son “todos bautizados en un cuerpo”
Dichos miembros bautizados deben experimentar la clase de unidad que Pablo describió como
“la unidad del Espíritu” El apóstol enumera los componentes básicos de la unidad del Espíritu:
Hay “un cuerpo, y un Espíritu, afirma, como fuisteis también llamados en una misma esperanza
de vuestra vocación; un Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre de todos, el cual es sobre
todos, y por todos, y en todos”. Las siete repeticiones de la palabra uno, enfatizan la unidad
cuerpo humano demuestra que la unidad de la iglesia existe en la diversidad. El cuerpo tiene
muchos órganos, y todos contribuyen al funcionamiento óptimo del cuerpo. Cada uno realiza una
tarea vital, pero diferente; nadie es in-útil. Este mismo principio opera en la iglesia. Dios
distribuye sus dones “repartiendo a cada uno en particular como él quiere” creando una
diversidad saludable que beneficia a la congregación. No todos los miembros piensan de la
misma manera, ni todos están capacitados para realizar la misma obra. Sin embargo, todos
funcionan bajo la dirección del mismo Espíritu, fortaleciendo la iglesia en la medida que se lo
La unidad hace que los esfuerzos de la iglesia sean efectivos. En este mundo, desgarrado por
la disensión y los conflictos, el amor y la unidad entre los miembros de iglesia de diferentes
mayor poder que ninguna otra cosa. Esta unidad provee evidencia incontrovertible de su
conexión con el cielo y de la validez de sus credenciales como discípulos de Cristo (Juan 13:35).
Comprueba el poder de la Palabra de Dios. Los conflictos entre los profesos cristianos han
producido disgusto en los no creyentes, y han levantado lo que probablemente sea el mayor
obstáculo a su aceptación de la fe cristiana. La verdadera unidad entre los creyentes aplaca esta
actitud. Cristo declaró que sería una de las principales evidencias ante el mundo de que él es su
Salvador
La unidad revela la realidad del reino de Dios. Una iglesia verdaderamente unida revela que
sus miembros son serios en su expectativa de vivir juntos en el cielo. La unidad en el mundo
demuestra la realidad del reino eterno de Dios. En las vidas de quienes viven de este modo, se
cumple el siguiente pasaje bíblico: “¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos
juntos en armonía!”
CONCLUSIÓN
Muchas de nuestras diferencias se originan en Dios mismo, para beneficiar el cuerpo de Cristo,
que es la iglesia. La Biblia dice, que si bien todos tenemos el mismo espíritu santo en nuestros
1 corintios 12: 20-26 Pero ahora son muchos los miembros, pero el cuerpo es uno solo. Ni el ojo
puede decir a la mano: No te necesito, ni tampoco la cabeza a los pies: No tengo necesidad de
vosotros. Antes bien los miembros del cuerpo que parecen más débiles, son los más necesarios;
y a aquellos del cuerpo que nos parecen menos dignos, a éstos vestimos más dignamente; y los
que en nosotros son menos decorosos, se tratan con más decoro. Porque los que en nosotros son
más decorosos, no tienen necesidad; pero Dios ordenó el cuerpo, dando más abundante honor al
que le faltaba, para que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos se
preocupen los unos por los otros. De manera que, si un miembro padece, todos los miembros se
duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan. Todas las
alguien fallece por fallo cardiaco, sus dedos, manos y piernas ya no funcionan y por ende, el
cuerpo tampoco funciona. Lo mismo sucedería con los pulmones, arterias o cerebro, dejarían de
funcionar y aún, si solamente perdieras una pierna o brazo, un ojo o una mano, eso afectaría a
todo tu organismo.
La iglesia de Dios está formada por partes individuales que han sido llamadas a trabajar unidas-
la gloria a Dios.