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LA SEDA

Los tejidos de seda fueron elaborados por primera vez en la antigua China; algunos
indicios apuntan a que se fabricaron ya alrededor del año 3000 a. C., aunque hay
evidencias más firmes de que la seda se usaba más ampliamente hacia el año 1300 a.
C. La leyenda dice que ya por entonces la Emperatriz de China Xi Ling-Shi (Hsi-Ling-
Shih, Lei-tzu) usaba vestidos de seda. Al principio la seda era un tejido reservado
exclusivamente a los miembros de la familia imperial china, tanto para su propio uso
como para ser regalado. Pero con el tiempo, dado su cada vez mayor uso a través de
la cultura china acabó extendiéndose su producción, tanto geográfica como
socialmente, hasta otras zonas de Asia.
La seda se convirtió rápidamente en un producto de lujo muy apreciado por los
comerciantes, debido a su textura y brillo, además de ser un producto muy accesible y
cómodo de transportar. Por ello, este producto llegó a tener una fuerte demanda,
convirtiéndose en un elemento básico del comercio internacional pre-industrial.
En el año 2007 unos arqueólogos descubrieron en una tumba en la provincia de Jiangxi
restos de un vestido, cuyas fibras de seda estaban estrechamente tejidas y teñidas,
fechada alrededor de la época de la dinastía Zhou del Este, con una antigüedad de unos
2500 años. Aunque los historiadores sospechan que la formación de la industria textil
china relacionada con la seda fue un proceso largo, se sabe de la búsqueda de la
manera de poder emplear los tejidos de seda mediante "técnicas complicadas" con las
que se trataba el tejido y se teñía. Tales pruebas concretas y directas se encontraron
antes de que se descubriera la excavación de Mawangdui y otras sedas que datan de
la época de la dinastía Han (202 a. C.-220 d. C.).
La primera prueba del comercio internacional de la seda fue el hallazgo de una fibra de
seda en el pelo de una momia egipcia de la 21ª dinastía, alrededor del año 1070 a. C.
En última instancia, el comercio de la seda alcanzó lugares tan lejanos como el
Subcontinente Indio, Oriente Medio, Europa y el norte de África. Este comercio estaba
tan extendido que el conjunto de las principales rutas comerciales entre Europa y Asia
se le llegó a conocer como la Ruta de la Seda.
Los emperadores de China se esforzaron por mantener en secreto el conocimiento de
la sericicultura para conservar el monopolio de su país. Aun así, la sericicultura llegó a
Corea alrededor del año 200 a. C., alrededor del primer siglo después de Cristo ya había
llegado a la antigua Khotan y por el año 300 d. C. la producción de seda estaba
prácticamente establecida en la India.
LA CARRETILLA

La rueda, uno de los inventos capitales de la Humanidad, apareció en época


relativamente tardía: hace poco más de cinco mil Quinientos años. Los primeros
vehículos rodados utilizaron dos ruedas, y no entraba en el pensamiento lógico suprimir
ninguna: después de todo el hombre tiene dos pies. Las primeras ruedas eran muy
pesadas, hechas de tablas toscas, no siempre cortadas en circunferencia perfecta, ni
siquiera en forma aproximadamente redonda. Las ruedas iban por parejas, a ambos
lados de una superficie plana: el carro. No era previsible que a nadie se le ocurriera
pensar en prescindir de una de ellas, por lo que la carretilla no parecía tener
posibilidades, ya que su existencia contradecía las leyes de la estática.
Fue en China, al parecer, donde a alguien se le ocurrió hacerlo. Se cree Que el genial
inventor fue un general de aquel lejano país, llamado Chuco Liang, hacia el año 200
antes de nuestra Era, urgido por la necesidad: no era posible atravesar las montañas
con los carromatos, debido a la estrechez de los senderos, que no permitían el paso de
dos ruedas. Era necesario crear un vehículo que hiciera bascular todo su peso sobre
una sola rueda. Y se halló la fórmula, Que supuso un extraordinario hallazgo estratégico:
la carretilla. Fue en su día una máquina secreta que se guardó celosamente del
conocimiento de otros pueblos. Servía para el transporte de pertrechos y armas a través
de los caminos y vericuetos de la alta montaña. Se utilizó asimismo para retirar los
cadáveres de los campos de batalla.
De un primer uso militar, la carretilla pasó al ámbito de la agricultura, de donde no tardó
en ser llevada a las ciudades, donde sirvió de medio de transporte: una carretilla podía
transportar a cuatro adultos de un sitio a otro de la ya inmensa ciudad de Pekín. Este
curioso sistema llegó a ser extremadamente popular. Los chinos se referían a ella, a la
carretilla, con nombres tan significativos como "buey de madera" o "caballo deslizante".
Los historiadores del siglo V de nuestra Era hablan de ella con elogios, escribiendo lo
siguiente: "En el tiempo que un hombre recorre seis pies, la carretilla puede correr
veinte, y transportar a la vez los víveres que necesitará un hombre durante todo el año;
andadas veinte millas, el porteador no acusa cansancio, como si la carretilla lo llevara
también a él en volandas. En verdad que es cosa que maravilla a quien la ve".
En Europa tardó en aparecer. Se sabe que existía ya en el siglo XII, época en que era
utilizada como medio de acarreo de ladrillos y piedras para las grandes catedrales de
los ciclos románico y gótico. Pero era una carretilla un tanto diferente, que no tenía la
rueda en medio, como la china, con lo que se hubiera podido aliviar el trabajo del
porteador..., sino en la parte delantera, con lo que la carga era soportada en parte por
quien tiraba del vehículo.
A partir de los múltiples intercambios comerciales del siglo XVII, entre Oriente y
Occidente, los mercaderes europeos conocieron la carretilla china y su prodigiosa
versatilidad. No se tardó en importarla a Europa. Desde entonces su utilización fue
ganando terreno.
Ya en nuestro tiempo, dos nuevos adelantos relacionados con ella han tenido lugar: en
Holanda se inventó en 1985 la carretilla plegable, hecha de lona sobre bastidor, y que
puede utilizarse con la misma facilidad que un paraguas. Y en Francia, en 1986, se
comenzó a comercializar la carretilla ergonómica, es decir, una carretilla que se ajusta
a las particularidades anatómicas del usuario o a las tareas que se le encomiendan. Con
todo esto, el utilísimo invento chino parece haber llegado a su cénit.

LA BALLESTA

Una ballesta es un arma impulsora, consistente en un arco montado sobre una base
recta que dispara proyectiles, a menudo llamados pernos o virotes. Si bien se trata de
un instrumento marcial muy antiguo, actualmente se siguen utilizando en la guerra,
aunque principalmente con fines recreativos, como para el tiro al blanco y la caza.
Pese a que la denominación actual se encuentra firme, la misma sufrió diversas
variaciones a lo largo del tiempo y en la diversas culturas, como en el medioevo, en que
recibió muchos otros nombres en su mayoría derivados de la palabra ballista.
Historia
Las ballestas desempeñaron un papel importante en las guerras en Europa, Norte de
África y Asia. La principal fuente de evidencias arqueológicas sostiene que fueron
desarrolladas en el Este de Asia, más precisamente, en la antigua China. Una de las
primeras referencias textuales a las ballestas se encontró en las obras de los seguidores
de Mozi y de Sun Tzu, en el El arte de la guerra, escrito entre 500 a. C. y 300 a. C.
Arbalesta
La ballesta es un arma que comenzó a ser utilizada en Occidente de modo masivo en
el siglo X, siendo la evolución y perfeccionamiento del arco y flecha. El primitivo arco de
madera fue sustituido por una versión con un potente arco metálico formado por una o
varias varas metálicas unidas (como un "elástico" de carruaje), llamada "arbalesta".
La cuerda vegetal o de tripa trenzada original fue reemplazada por alambre y finalmente
por fibras sintéticas en las versiones deportivas actuales. La primitiva flecha de vara
vegetal fue sustituida por una saeta corta y metálica, capaz de perforar las corazas, y
que es de carbono en las modernas. Se le agregó de forma perpendicular al centro del
arco un carril acanalado en el que se alojaba la saeta y sobre el que se desplaza la
cuerda impulsora o alambre.
Se lograba flexionar el arco metálico venciendo su potente resistencia con diversas
maniobras; las primeras consistieron en poner el arco en tierra y tensar el alambre con
ambas manos o el pie, hasta trabarlo en un gancho. Más tarde se montaron mecanismos
("armatostes") diversos sobre el carril central. El más exitoso y usado fue el tensado
mediante torniquete a manivela. El alambre, poderosamente tensado y sujeto por una
traba, se disparaba con un gatillo.

Su potencia llegó a ser considerable en la versión más tardía y avanzada, con palas de
metal (el proyectil metálico perforaba una cota de malla a 150 m). Sin embargo, ya las
versiones más antiguas y menos potentes fueron armas muy usadas.
La ballesta se podía disparar cuerpo a tierra, a pie o a caballo, y no precisaba de tanta
destreza como el arco para darle al blanco. Su lentitud de recarga era la gran desventaja:
mientras el ballestero disparaba 1 saeta/min, en el mismo lapso un hábil y fornido
arquero inglés/galés con su enorme arco de 1,80 metros lograba disparar 10 flechas, a
casi 300 metros de distancia.
Existió una versión de repetición inventada en la antigua China, menos potente, pero
capaz de realizar varios disparos seguidos antes de recargar, llamada Cho-Ko-Nu. Y
mucho antes de su aparición en la Edad Media, los antiguos griegos parece que ya
conocían una especie de versión primitiva, denominada gastrafetes ("arco de vientre"),
porque para tensarla se empujaba el mecanismo apoyándose sobre el vientre y
cargando el peso del cuerpo.
La ballesta revolucionó las posibilidades individuales de dar muerte al enemigo:
cualquier inexperto podía matar a distancia a un consumado guerrero. Esto resultó tan
novedoso y amenazador que incluso mereció que el Papa Inocencio II, en el Concilio de
Letrán del año 1139, prohibiera el uso de la ballesta entre los ejércitos cristianos, y en
una bula papal prevenía a la cristiandad contra su empleo por "el peligro que
representaba para la humanidad un arma semejante".
La ballesta constituyó el anticipo más equivalente a las armas de fuego. Como en éstas,
la ballesta se gatillaba y se apuntaba acercando el ojo al extremo del carril saetero para
alinearlo con el blanco a acertar. Su efectividad a distancia sólo fue superada por la
pólvora. A los soldados que portaban esta arma se les llamaba "ballesteros".
Uso actual
A pesar de estar completamente relegada su utilización por las milicias en favor de las
armas de fuego, aún se siguen fabricando de modo industrial y artesanal para la caza y
para algunas fuerzas especiales, al ser un arma silenciosa, de relativo bajo costo y gran
precisión; además de que varios tipos de saetas tienen la capacidad de atravesar
blindaje corporal. Esto se debe al concepto de la Física llamado cantidad de movimiento
(producto de la masa por la velocidad de un cuerpo), es decir, que la masa de la saeta
multiplicada por su velocidad es mayor al de una bala quizás de gran velocidad pero
menor masa, entonces puede traspasar blindajes diseñados para balas. En la actualidad
suelen ser fabricadas con materiales compuestos y sintéticos, como la fibra de vidrio, y
en algunos casos se les incluyen accesorios como miras telescópicas.
EL ESTRIBO

Los estribos son piezas, generalmente metálicas, de formas diversas que permiten que
el jinete de un caballo introduzca los pies en ellas para afianzarse mientras cabalga.
Fijados a la silla de montar, permiten una mayor comodidad, tanto para la cabalgadura
como para el jinete.
También se usan en las motos para apoyar el pie. El estribo o estribera está por detrás
de la palanca de cambios.
Historia
Los primeros protoestribos, consistentes en una cuerda que unía la silla y el dedo gordo
del pie del jinete, aparecieron en la India en el límite entre el siglo I y el II a. C. De allí
pasaron a China en torno al año 300, donde, debido al clima más frío de la zona,
empezaron a atarse alrededor del pie calzado, y no sólo sobre el dedo. Poco después,
los chinos empezaron a fabricar estribos metálicos, de bronce o hierro fundido.1 Desde
China el uso del estribo se extendió a los nómadas turco-mongoles de Asia Central, a
Corea y a Japón. Los hunos los introdujeron en Persia en el siglo IV y en Europa hacia
el siglo V, aunque no hay noticias de su adopción por la caballería imperial romana hasta
aproximadamente un siglo más tarde (ya después de la caída de Occidente). A su vez,
los árabes lo tomarían de los persas y los bizantinos.
Por su parte, los invasores germanos del Imperio romano adoptaron rápidamente el uso
de estribos. Ello mejoró la eficacia de sus tropas montadas hasta tal punto que facilitó
la derrota en la batalla de Adrianópolis (año 378), del modelo clásico de la legión
romana, lo que causó una crisis militar sin precedentes. El estribo, que permitía al jinete
luchar con comodidad y maximizaba el impacto de la carga, prácticamente había
derrotado a Roma, y había iniciado una nueva era en Europa: la de la caballería pesada
que dominaría los campos de batalla medievales durante más de mil años.
El descubrimiento de la seda de la especie de gusanos de seda Bombyx mori ocurrió
cerca del 2700 a.C. Según la tradición china, la novia del Emperador Huang Ti, una
chica de 14 años llamada Hsi Ling Shi, inventó la primera bobina de seda. La sericultura,
el cultivo del gusano de seda, se extendió a través de China, convirtiendo la seda en un
artí-culo muy apreciado que más adelante querrí-an conseguir otros paí-ses. En el
año139 a.C. se abrió la mayor ruta mundial de comercio, que abarcaba desde el este
de China hasta el mar Mediterráneo. Recibió el nombre de "ruta de la seda" debido a
que era el artí-culo que más comercio generaba. En el año 300 d.C. el secreto de la
producción de seda habí-a llegado ya a la India y a Japón.

La fabricación de seda llegó eventualmente a Europa y América. Durante los siglos XVIII
y XIX los Europeos produjeron diversos avances en la producción de seda. En el siglo
XVIII Inglaterra lideraba la producción de seda europea, debido a las innovaciones en
la industria textil inglesa. Estas innovaciones incluí-an mejores telares de seda, telares
mecánicos y el estampado con rodillos. Entre 1855 y 1865, una epidemia llamada
enfermedad de Pébrine, causada por un pequeño parásito, causó estragos en la
industria. Fue el cientí-fico francés Louis Pasteur quien descubrió que se podí-a prevenir
a través de un simple examen microscópico de las polillas adultas. En ese momento se
estaban llevando a cabo muchas investigaciones con gusanos de seda, alcanzando la
producción de seda una etapa con un enfoque más cientí-fico. La producción de seda
hoy en dí-a es una combinación entre técnicas antiguas y modernas

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